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FUNDACIÓN PARA LA CAPACITACIÓN

HIGIENE, REPUJO Y CORTE DE


CUTÍCULAS
CUIDADO DE LAS UÑAS

Cómo empujar hacia atrás tus cutículas


Las manos con una manicura perfecta pueden lucir más arregladas y refinadas, ¡pero no
tienes que gastar mucho dinero en el salón para tener unas uñas geniales! Si quieres
hacerte una manicura, tómate unos minutos para empujarte hacia atrás las cutículas o la
piel que crece en la base de las uñas. El lecho de las uñas lucirá más largo,
proporcionándoles una apariencia más elegante. Sin embargo, nunca debes cortarte las
cutículas, ya que esto te expondrá a infecciones peligrosas y dolorosas.

Suavizar las cutículas

Elimina cualquier rastro de esmalte de uñas con un quitaesmalte sin acetona. Aplica una
pequeña cantidad de quitaesmalte sin acetona en una bola de algodón y pásala
suavemente sobre la uña hasta que todo rastro del esmalte viejo se haya ido. Es mejor
hacerlo antes, porque después de empujar las cutículas, estas quedan sensibles y el
quitaesmalte puede provocar picazón.[1]
Además, si dejas el esmalte viejo en las uñas, cuando empujes las cutículas podrías
introducir pequeños trozos hacia el lecho de las uñas, provocando una potencial infección.
Evita usar quitaesmalte con acetona, a menos que tengas uñas acrílicas o una manicura
que lo requiera particularmente, ya que puede resecarte las uñas y las cutículas.[2]

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Remoja las uñas en agua tibia durante 5 a 10 minutos. El agua tibia suavizará las
cutículas, de forma que podrás empujarlas fácilmente y con menos molestias. Si quieres,
puedes calentar aceite de jojoba o de coco y agregarlo al agua para humectar aún más
las cutículas.[3]
Una ducha larga también puede suavizar las cutículas lo suficiente como para poder
empujarlas.[4]

Sécate las manos con una toalla limpia. Al terminar de remojar las uñas, sacude cualquier
exceso de agua y después usa una toalla limpia y suave para secarte las manos. Esto
permitirá que el humectante sea capaz de adherirse a las uñas.[5]

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Usar una toalla limpia ayudará a prevenir la propagación de bacterias en las manos, que
podrían hacerte más susceptible a padecer una infección una vez que empujes las
cutículas.

Aplica una pequeña cantidad de aceite a las cutículas y deja que se remojen durante 3 a 5
minutos. Las cutículas ya estarán suaves después de remojarlas, pero puedes
humectarlas más aplicando en las uñas algo de loción, aceite o un eliminador de
cutículas, y dejándolas remojar. Si usas aceite, como el de coco o algún aceite especial
para cutículas, puedes dejarlo todo el tiempo que quieras.[6]
Si decides usar un eliminador químico de cutículas, asegúrate de leer la etiqueta para
saber exactamente cuánto tiempo debes dejarlo puesto. De otro modo, corres el riesgo de
dañar la uña debajo de la cutícula.
Puedes comprar aceite o eliminador de cutículas en cualquier tienda de productos de
belleza.

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Usar un empujador de cutículas

Elige un empujador de cutículas hecho de madera para evitar dañarlas. Los palitos de
naranjo son pequeños trozos redondos de madera con bordes redondos y sesgados en
ambos extremos y son una gran opción para empujar suavemente la delicada piel
alrededor de las uñas. Puedes encontrar palitos de naranjo en cualquier farmacia o tienda
de productos de belleza.[7]
Si tienes piel especialmente sensible, envuelve la punta del palito de naranjo con algodón
antes de usarlo. Puedes deshacer una bola de algodón o usar gasa de algodón si las
tienes a la mano.
También puedes empujar la cutículas con un paño suave, un hisopo de algodón o incluso
con los dedos, pero usando el palito de naranjo obtendrás una apariencia más limpia.[8]

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Apoya la mano sobre una superficie plana y firme para mantenerla estable. Si intentas
empujar las cutículas con las manos en el aire, será más difícil controlar la presión que
apliques con el palito de naranjo. Al apoyar la mano en una mesa o una encimera firme,
será menos probable que rasques o arranques la cutícula.[9]

Usa el palo para empujar suavemente hacia atrás la piel que está a lo largo de la parte
inferior de la uña. Sostén el palo en ángulo y empuja cuidadosamente la cutícula hacia la
esquina, trabaja suavemente hacia los lados de la uña. Esto ayudará a aflojar la suciedad
y prevenir las uñas encarnadas. Usar movimientos circulares mientras te mueves por la
uña te puede ayudar a controlar mejor el palito.[10]
No empujes muy fuerte o rasgues las uñas con el palito de naranjo.

6
Frota suavemente las cutículas con un paño humedecido con agua tibia. Es posible que
notes pequeños pedazos de exceso de piel en la base de la uña, donde has empujado las
cutículas. No los cortes ni los arranques, ya que fácilmente podrías cortar demasiado
profundo y dejar expuesto el lecho de la uña al daño de una infección. En su lugar, exfolia
suavemente el área con un trapo humedecido con agua tibia.[11]
Cuando termines, las cutículas deberán formar una línea suave y delgada en la base de la
uña.
Si tienes más padrastros o pedazos de piel difíciles, usa una tenaza para cutículas para
eliminarlos. Estas herramientas están especialmente diseñadas para minimizar el daño a
la cutícula. Sin embargo, ten cuidado de cortar solamente la piel muerta traslúcida. No
cortes la piel que está a lo largo de la parte inferior de la uña.

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Usa un par de tenazas para cortar cualquier padrastro que quede. Las tenazas se usan a
menudo para cortar cutículas, pero sus cuchillas largas y puntiagudas son perfectas para
cortar también los padrastros. Coloca las tenazas en ángulo para acercarte lo más posible
a la base de la piel desgarrada, después recorta el padrastro con un solo corte suave.[12]
Los padrastros son pedazos de piel o cutícula que se han desgarrado o roto, y a menudo
se encuentran en el pliegue al lado de la uña o debajo de la cutícula.
Si no cortas los padrastros, pueden desgarrarse más, provocando mayor dolor y riesgo de
infección.

8
Lávate las manos con agua tibia y jabón al terminar. Es posible que queden residuos de
aceite para cutículas en las manos, o puede haber pequeños pedazos de piel que hayan
quedado después de la exfoliación. Sin embargo, estos se desprenderán fácilmente al
lavarte las manos.[13]
Antes de pintarte las uñas, sécalas bien y asegúrate de que todos los restos de aceite
hayan desaparecido. Puede resultar útil limpiar cada uña con una bola de algodón con
quitaesmalte sin acetona para ayudar a secarlas.

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Cuidar las cutículas

Hidrata las cutículas diariamente. Para mantener unas cutículas saludables, debes
hidratarlas diariamente. Puedes usar loción hidratante, vaselina o tu aceite favorito,
dependiendo de lo que prefieras. Aplica el humectante, después frótalo de forma que las
cutículas puedan absorberlo.[14]
Las cutículas secas son más susceptibles a desprenderse o partirse. Si esto sucede,
puede resultar muy doloroso y provocar una infección, además puede causar que las
cutículas crezcan más gruesas que antes.

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Empuja las cutículas hacia atrás una vez por semana. Con el tiempo, no necesitarás
empujar las cutículas tantas veces, pero aun así es buena idea retocarlas. Guarda un
palito de naranjo cerca de la crema para manos y date unos minutos para humectar y
empujar las cutículas una vez a la semana después de ducharte.[15]

Evita morderte las uñas o la piel que está a su alrededor. Morderte las uñas puede
provocar un daño irreparable en el lecho de la uña, y morder las cutículas, los padrastros
o la piel alrededor de las uñas puede provocar una peligrosa infección. Además, dañar las
cutículas puede causar que crezcan más gruesas, dificultando el poder empujarlas hacia
atrás.[16]
En lugar de morderte las uñas, usa una lima para arreglarlas si se quiebran o se rompen.

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Usa un palito de naranjo nuevo cada vez que te empujes las cutículas. Los palitos de
naranjo son porosos, lo que significa que es difícil desinfectarlos por completo. Es mejor
tirar el palito una vez que termines de usarlo para que no tengas que preocuparte de
propagar bacterias la próxima vez que te hagas la manicura.[17]
Los palitos de naranjo están creados para desecharse, es por eso que son baratos y a
menudo vienen en paquetes de 10 o más.

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