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Sobre fronteras, sueños y encrucijadas.

Una reflexión a partir de los tres últimos


grandes libros sobre Chiapas
Federico Anaya Gallardo

antonio garcía de león, 2002


Fronteras interiores. Chiapas: L a fascinación occidental por
Chiapas es ya antigua y, pese a
continuos desengaños, no agota sus
una modernidad particular entusiasmos. Los primeros conquista-
dores, engreídos por sus triunfos en
Océano, México, 337 pp. los altiplanos mexicano y oaxaqueño,
sin éxito, buscaron nuevas glorias en  177
jan de vos, 2002 sus sierras, valles y cañadas. Un siglo
más tarde, un alcalde mayor de San
Una tierra para sembrar: historia reciente Cristóbal fundó en su selva oriental
de la selva lacandona (1950-2002) un “Reino de Próspero,” acaso en
imitación del exiliado duque-mago de
FCE, CIESAS, México, 505 pp. Shakespeare. Casi al mismo tiempo,
un fraile apóstata inglés convencía a
juan pedro viqueira, 2002 Cromwell y a sus cabezas cuadradas
de que Chiapas sería una fácil con-
Encrucijadas chiapanecas. Economía, quista y la base segura de un imperio
religión e identidades americano para los puritanos… sueño
del que sólo se concretó la Jamaica
Tusquets, El Colegio de México, México, 527 pp. inglesa.
Durante todo el siglo XIX, las histo-
rias de ciudades de piedra perdidas en
sus junglas fascinaron a historiadores,
arqueólogos y espías, quienes, como
Desiré de Charnay, atravesaron su te-
federico anaya gallardo: Doctorante en ciencias políticas por la Universidad de rritorio en busca de maravillas y
Georgetown. redactaron informes confidenciales
Desacatos, núm. 12, otoño 2003, pp. 177-185. para sus gobiernos, cuyos proyectos
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imperiales son ahora presos de archi- simultáneamente las tres piezas.


vos polvosos y pasión de historiadores. Hace unos pocos años, Jan de Vos
A fines de la década de 1920, el elogiaba la aparición del libro de Car-
anarquista Bruno Traven aseguraba men Legorreta, Religión, política y
que en Chiapas se había gestado la guerrilla en Las Cañadas de la Selva
primera humanidad y escribía entu- Lacandona,3 pues en su opinión era
siasmado que, al amparo de la revolu- indispensable que quienes habían sido
ción callista, “en el palacio [de Tuxtla actores del drama chiapaneco moder-
Gutiérrez] tiene lugar diariamente, no dieran a conocer al público sus
como en ningún otro lugar del conti- opiniones y visiones acerca de su
nente, un proceso que anuncia una aventura. Legorreta nos entregó la vi-
etapa del todo nueva en la historia de sión desencantada de los asesores de la
la humanidad”1 (sic que se enternece Asociación Rural de Interés Colectivo
con la inocencia de los solidarios). Unión de Uniones (ARIC-UU) que ha-
Treinta años más tarde, los cristia- bían imaginado a esa agrupación
nos evangélicos llegaron a Chiapas como un mecanismo eficaz de articu-
con un entusiasmo tal que intrigaba e lación de las comunidades campesinas
inquietaba a la laica y callada Roberta armada. Y, luego de la brumosa y fría de la Selva Lacandona con los proyec-
Montagú.2 Poco después, la Iglesia madrugada del 1 de enero de 1994, la tos de modernización auspiciados por
católica halló en las cañadas orientales humanidad toda sueña que en aquella los gobiernos neoliberales mexicanos.
a nuevos israelitas que huyendo de la lejana última frontera del sistema- Poco después, al discutir en San Cris-
178  opresión del faraón capitalista busca- mundo, hombres y mujeres enfrenta- tóbal de Las Casas el libro de Jean
ban la tierra prometida de la libera- mos la encrucijada entre la debacle Meyer, Samuel Ruiz en San Cristóbal,4
ción. Al mismo tiempo, los antropólo- neoliberal y un mundo en el que en el que se recogieron varias voces
gos marxistas imaginaron que en sus quepan todos los mundos. para perfilar un primer retrato de la
montañas y cafetales echaría raíz la ¿Demasiados sueños para tan hu- complejidad religiosa del Chiapas mo-
nueva revolución que sacaría a México milde pedazo del mundo? Tal vez. Co- derno y del papel de los católicos li-
de su atraso secular. mo sea, los entusiasmos chiapanecos beracionistas en ella, muchos defen-
Un poco después, los guerrilleros de han producido una gran bibliografía. dieron la posición contraria: que estos
las Fuerzas de Liberación Nacional en- Las últimas tres grandes piezas de ella temas aún no se han enfriado lo sufi-
contraron en las últimas selvas la es- son Fronteras interiores. Chiapas: Una ciente como para poder tratar de en-
peranza final de una postrera opción modernidad particular, de Antonio tenderlos.
García de León (Océano, 2002); Una Éste es un primer problema que
tierra para sembrar sueños. Historia enfrentará el lector de García de León,
1 B. Traven, Tierra de primavera, Conaculta, reciente de la selva lacandona, 1950- De Vos y Viqueira: ¿hasta qué punto
México, Mirada viajera, 1996. Traducción cas- 2000, de Jan de Vos (FCE-CIESAS, podemos evaluar racionalmente los
tellana del original alemán titulado Land des
Frühlings, Büchergilde Gutenberg, Frankfurt
2002); y Encrucijadas chiapanecas,
am Main, 1982, por Angélica Scherp. Prólogo economía, religión e identidades, de
de Alberto Vital, pp. 311-312. Juan Pedro Viqueira (Tusquets, 2002).
2 Roberta Montagú, “La ranchería Yocnahab 3 María del Carmen Legorreta Díaz, Religión,
(primer libro de notas, 1957)”, en Mario Hum- Se trata de lecturas indispensables política y guerrilla en Las Cañadas de la Selva
berto Ruz (ed.), Los legítimos hombres. Apro- para quien desee desentrañar el nudo Lacandona, Cal y Arena, México, 1998.
ximación antropológica al grupo tojolabal, 4 4 Jean Meyer, con la colaboración de Federi-
vols., UNAM-IIFILOL-CEM, México, 1986, 4: 126- gordiano del Chiapas de hoy. Estos co Anaya Gallardo y Julio Ríos, Samuel Ruiz
236. apuntes buscan sugerir cómo abordar en San Cristóbal, Tusquets, México, 2000.
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les, biográficos. Los dos primeros Cómo escriben


fueron actores de la gran movilización
social que encabezó la diócesis Los acercamientos que cada uno de los
católica de San Cristóbal de Las Casas autores utiliza son también distintos.
entre 1960 y 2000. Antonio García García de León, siguiendo el método
de León, un pensador de izquierda planteado en sus ya clásicos dos tomos
marxista, llegó como lingüista y apo- de Resistencia y utopía,5 estudia las es-
yó, entre otros proyectos, el Congreso tructuras socioeconómicas de Chiapas
Indígena de 1974. También trabajó y nos entrega una historia en la que
en la primera época de la revista epis- los actores son movimientos sociales
copal de don Samuel, llamada que realizan proyectos históricos en
El Caminante. conflicto a lo largo de muchas genera-
Jan de Vos arribó como sacerdote ciones. Es el primer libro que trata de
jesuita a la Misión de Bachajón y desa- hacer sentido general del medio siglo
rrolló su vocación de historiador bus- previo a la rebelión de 1994.
cando textos coloniales que sirvieran a Este balance general permite enten-
hechos ocurridos en Chiapas durante la lucha de reivindicación agraria que der el contexto de procesos específicos
el último medio siglo? ¿No es dema- Mardonio Morales SJ emprendió en la trabajados con detalle por otros auto-
siado pronto para analizar científica- década de 1970 para proteger a sus fe- res en los últimos 20 años, como la
mente estos fenómenos sociales? Sin ligreses tzeltales. Separado del sacerdo- ganaderización, estudiada por Fernán-
entrar en un debate filosófico sobre el cio, De Vos continuó ligado a Chiapas dez y Tarrío (1983), así como Villa-
punto, lo cierto es que en Chiapas (y como historiador y a los jesuitas de la fuerte, García y Meza (1997);6 la colo-  179
en todas partes) la vorágine de la vida diócesis como amigo. nización de la Lacandonia investigada
contemporánea y la rapidez de las co- Juan Pedro Viqueira, en cambio, es por Székely y Restrepo (1988) y Leyva
municaciones han puesto en el mismo un académico sin otra militancia que y Ascencio (1996);7 y el espinoso
lugar a reporteros, activistas y científi- la misma ciencia social. Llegó a Chia- asunto de la efectividad de la reforma
cos sociales. Es una situación incómo- pas en la década de 1980, luego de agraria en Chiapas investigada por
da, en la que estas tres especies de se- aquellas grandes movilizaciones; a él
res humanos debemos aprender a ya no lo exaltó el mismo fuego misio-
5 Antonio García de León, Resistencia y utopía.
vivir juntas. El debate acerca de Chia- nero que animaba a los anteriores
Memorial de agravios y crónica de revueltas y
pas (que hemos de dar simultánea- intelectuales. De hecho, la única in- profecías acaecidas en la provincia de Chiapas
mente en su cobertura periodística, en dignación que nos confiesa en su durante los últimos quinientos años de su his-
toria, 2 tomos, Era, Problemas de México, Mé-
su praxis diaria y en su análisis cientí- Encrucijadas… es la que le causa el xico, 1985.
6 Luis M. Fernández Ortíz y María Tarrío Gar-
fico) acaso nos permita crear un habi- ver cómo los intelectuales gobiernistas
cía, Ganadería y estructura agraria en Chiapas,
tat común. Los tres libros reseñados o de izquierda tergiversan los hechos UAM-Xochimilco, col. Ensayos, México, 1983;
aquí ayudan en esta labor. históricos para apoyar acríticamente y Daniel Villafuerte Solís, María del Carmen
García Aguilar y Salvador Meza, La cuestión
sus causas. Así, mientras García de ganadera y la deforestación. Viejos y nuevos pro-
León y De Vos nos hablan con el calor blemas en el trópico y Chiapas, UNICACh/ CES-
Quiénes escriben de los verdaderos creyentes en la cau- MECA, Tuxtla Gutiérrez, 1997.
7 Miguel Székely e Iván Restrepo, Frontera
sa de la liberación, Viqueira busca agrícola y colonización, Centro de Ecodesarro-
Al confrontar los textos de García de conciente y consistentemente tomar llo, México, 1988; y Xóchitl Leyva Solano y
Gabriel Ascencio Franco, Lacandonia al filo
León, De Vos y Viqueira encontramos distancia de los entusiasmos que pro- del agua, CIESAS/CIHMECH/UNAM/UNICACh/
primero que nada contrastes persona- duce esa lucha. FCE, México, 1996.
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Reyes, Moguel y Van der Haar.8 Luego nado y comprensivo a los jóvenes
de una década de suspiros, de alivios indígenas que optaron por la vía
neoliberales por la caída del muro de armada antes de 1994.
Berlín, es reconfortante re-encontrar A partir de la excusa que le presta
el lenguaje de “los antiguos” para des- cada una de estas biografías, De Vos
cribir “ciclos económicos”, “periodos presenta ocho particulares y específi-
de crecimiento” y “crisis de interciclo”. cas visiones de un mismo mundo en
Reconfortante porque ese lenguaje, transformación: la Selva Lacandona.
aunque viejo, permite hacer algo que En su exposición, De Vos es fiel a uno
se ha vuelto urgente en las ciencias de los más relevantes dictae de la teolo-
sociales contemporáneas: encontrar gía de la liberación: la posición social
causas estructurales de los conflictos del observador determina en buena
que sacuden la sociedad. medida su perspectiva epistemológica
Por su parte, Jan de Vos analiza es- y por ello, lo que puede llegar a enten-
tructuras ideológicas y su narración der de la realidad que observa. Pero
está formada por historias de vida que Jan da, de manera sencilla y elegante,
muestran cómo distintos actores con- un paso más allá: al presentarnos las
cretos vivieron de manera diferente un Huitiupán-Sabanilla para descubrir y visiones de varios actores, a quienes
mismo proceso social. Así, el autor fundar en Las Cañadas, nos presenta sabemos socialmente enfrentados (ma-
utiliza ocho biografías o “sueños” la historia de la colonización india de dereros y finqueros contra ecologistas;
como pretexto para presentar a otros la selva. El sueño de don Jaime Bulnes madereros, finqueros y ecologistas
180  tantos actores sociales en la Selva nos introduce a los finqueros tradi- contra colonos indios; catequistas au-
Lacandona del último medio siglo. cionales pero (a su modo anticuado) tóctonos y ariqueros contra neozapa-
Cada uno de estos actores merecería socialmente responsables, que habrían tistas; etc.), nos enseña que la realidad
un libro. El sueño de Pedro Vega, em- deseado crear espacios rurales y social es construida de modo paradó-
presario chiapaneco que trató de con- agropecuarios plurales en Las Cañadas jico por una pluralidad de actores y
solidar las viejas concesiones madere- y otras regiones de Chiapas. que la solución de los asuntos de cada
ras porfirianas en una explotación Las biografías de Domingo Gómez día sólo puede encontrarse oyendo a
moderna donde se asociaba capital y del recientemente fallecido (y muy todas esas voces, por más contradicto-
mexicano y estadounidense, nos su- llorado) Porfirio Encino nos adentran rias y disonantes que sean.
giere un estudio del capitalismo en el conocimiento de dos actores cer- Juan Pedro Viqueira investiga es-
dependiente mexicano. El sueño de canos, hermanos, del Chiapas con- tructuras históricas, o más bien la gran
Trudy Duby, la mujer del explorador- temporáneo: la Iglesia Autóctona y los estructura intrahistórica que Unamu-
aventurero Franz Blom, nos invita a movimientos sociales filo-zapatistas no sugirió que subyace en el fondo de
escribir la historia de los ecologismos pero contrarios a la guerra revolucio- los fenómenos sociales específicos. El
internacional y mexicano. El sueño naria, como la facción democrática de autor nos presenta una sucesión de
de Carlos Hernández, el colonizador la ARIC-UU. Los sueños de la refugiada documentos históricos a través de
tzotzil que salió de la región guatemalteca Roselia García y del neo- cuyas voces se va reconstruyendo la
zapatista Joven Antonio nos presentan, trama larga de los actuales eventos
la primera, el contexto centroamerica- chiapanecos.
8 Eugenia Reyes Ramos, Reyna Moguel Vive-
no y guatemalteco de la gran insur- Durante las jornadas Chiapas: Inves-
ros y Gemma Van der Haar, Espacios disputa-
dos: transformaciones rurales en Chiapas, UAM, gencia mexicana del fin de siglo; y el tigaciones y debates que el Seminario
México, 1998. segundo, un acercamiento desapasio- en Antropología Política de François
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Lartigue organizó en el Centro de In- y colaboración con los conquistado- imponiendo la creación del sistema-
vestigaciones y Estudios Superiores en res y colonizadores europeos. A través mundo occidental y la pluralidad
Antropología Social (CIESAS) en fe- de los documentos que han sobrevivi- interna de las comunidades.
brero de 2003, Viqueira reconoció dos do, Viqueira puede comparar la efec- Y, si como Viqueira dice, “la historia
ventajas del historiador por sobre tividad de largo plazo de diversas terminó ayer”, es necesario concluir
otros científicos sociales: la primera, estrategias, como la colaboración que la complejidad de indios y comu-
que la mayor parte de sus potenciales abierta de Chiapas y los chiapanecos; nidades indias solamente ha podido
informantes se han perdido. Así, el acomodamiento interesado de los aumentar en los últimos cincuenta
mientras que muchos de los actores tzotziles de Zinacantán; o la colabo- años. De allí su crítica feroz a los es-
políticos (individuales y colectivos) ración-resistencia militar-adaptación tereotipos degradantes o idealizantes
del último medio siglo chiapaneco de los tzeltales de Cancuc. de la “comunidad tradicional indíge-
están vivos y podrían ser entrevista- Paradójica ventaja de los materiales na”. Parafraseando a Juan Pedro, lo
dos, sólo algunas versiones de los con- a disposición del historiador: siendo el único cierto, en materia de tradicio-
flictos sociales más antiguos fueron azar y la fortuna quienes determinan nes, es que los indios (debíamos decir,
registradas en documentos escritos y qué sobrevive y qué se pierde, los ga- los humanos) las aman tanto que las
aún menos de esas voces han sobre- nadores de un determinado conflicto inventan continuamente.
vivido al fuego, el agua, el viento social no tienen la absoluta seguridad
y el olvido. de que su visión del asunto sea la
La segunda ventaja es que el histo- que sobreviva. Al analizar metódica- Por qué escriben (la oportunidad
riador conoce el final de la historia mente los documentos dispersos, de publicar)
que está narrando, situación imposible y al anotar con precisión las fuentes
para el resto de los científicos sociales. de las que se ha obtenido cada uno de En las jornadas Chiapas: Investigacio-  181
Pero precisamente este último detalle, los datos utilizados (a través de bien nes y debates, uno de los temas más
conocer los resultados de las luchas escritas y precisas notas de pie de candentes fue el de la oportunidad
sociales, permite a la historia una pers- página), las descripciones históricas de la publicación de estos tres libros.
pectiva crítica que el resto de las cien- de Viqueira permiten al lector intere- El tema surgió alrededor del volumen
cias sociales siempre encuentran pro- sado volver a revisar los materiales de García de León pues, en opinión de
blemática. Viqueira, entre otras cosas, por su propia cuenta y, de esa manera, muchos de los participantes en las jor-
es crítico de la idealización de la co- validar o demostrar falsas las tesis nadas, Fronteras interiores… es en rea-
munidad indígena realizada por perio- del autor. lidad el tercer tomo de Resistencia y
distas, activistas y científicos sociales. De esta manera, la voluntaria ladi- utopía… En efecto, a excepción de su
Le molesta la “creación” de un pasado nización de los chiapanecos, el lento último capítulo, Fronteras interiores…
indio ideal pero irreal en el que, para desmembramiento del señorío de completa la historia de los movimien-
explicar-justificar las luchas presentes, Zinacantán, los modos contradictorios tos sociales que los explotados de
se borran los matices y se recalca úni- en que se legitimaban los grupos que Chiapas iniciaran luego de la conquis-
camente la resistencia permanente de promovieron la rebelión de Cancuc en ta española y que Resistencia y uto-
los amerindios nativos ante la inicua 1712, o la evolución de las finanzas pía… analiza sólo hasta la década
imposición occidental. en las cofradías de Chilón en los siglos de 1930.
En cambio, los varios ensayos que XVII y XVIII permiten descubrir la Cuando Resistencia y utopía… se
conforman Encrucijadas… demuestran complejidad de las estrategias indíge- publicó en 1985, la historiografía chia-
que la historia de las comunidades in- nas de sobrevivencia, la increíble ca- paneca moderna aún no contaba con
dias de Chiapas está jalonada por es- pacidad de adaptación del mundo muchas de sus mejores obras. Una
trategias contradictorias de resistencia indio a los cambios que le ha venido obra como la de García de León, que
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pretendía hacer un retrato total y un va, García de León es un publicista de les que se justifican mejor en cuanto
balance general de la historia de los primer nivel, cuya lectura de la histo- más radicales y “puros” sean. Este pu-
movimientos sociales chiapanecos, ria no es una joya para anticuarios rismo, que ha afectado la causa zapa-
era simplemente imposible desde el sino punto de conflicto con otros par- tista durante el último decenio, ha ter-
punto de vista estrictamente científi- ticipantes en el debate político. minado por aislarla y le impide
co. Pero, desde el punto de vista social Si las luchas de hace veinte años jus- consolidar y/o aprovechar las grandes
y político, esa obra era indispensable. tificaron una aparición historiográfica- victorias que obtuvo en los primeros
Los nuevos movimientos sociales mente prematura de una obra general años de la insurrección.
182  chiapanecos de las décadas de 1970 y como Resistencia y utopía…; en 2002 No menos publicistas son De Vos y
1980 requerían un espejo histórico en el entuerto, a ratos inexplicable, del Viqueira. De Vos, que nunca dejó el
el cual pudieran reflejar su rostro conflicto chiapaneco contemporáneo campo social de la diócesis católica de
rebelde y fundar su esperanza de que, explica la publicación de Fronteras inte- San Cristóbal de Las Casas, nos pre-
ahora sí, en esta ocasión, en esta vuelta riores… Sus primeros cinco capítulos senta en varios momentos las visiones
de la historia, en este katún, la lucha son un rápido e indispensable update encontradas y contradictorias que los
popular alcanzaría la victoria final de actores y escenarios que Resistencia colaboradores del obispo Samuel sos-
sobre los explotadores de siempre. Si y utopía… había dejado en 1940. Esta tuvieron. En Samuel Ruiz en San
acaso el historiador debiera haber actualización permite a su autor con- Cristóbal, el que esto escribe había
callado, el militante político estaba frontar, en el capítulo final, a los acto- sugerido profundizar en el estudio de
obligado a escribir. res políticos contemporáneos con la disputa que jesuítas y dominicos
Felipe Castro, uno de los comenta- quienes les precedieron en la lucha sostuvieron en las décadas de 1970 y
ristas del libro de Viqueira, sugirió secular y juzgarlos implacablemente 1980 acerca del tipo de Iglesia que de-
recordar la categoría de publicista que desde la plataforma del devenir cente- bía crearse entre los indígenas chiapa-
se aplicaba a historiadores como Lucas nario de la resistencia campesina e necos. De Vos nos presenta los térmi-
Alamán, el Dr. Mora y Carlos María indígena chiapaneca. nos de dicha disputa y analiza con
de Bustamante en el siglo XIX mexica- En su intervención en las jornadas detalle el pensamiento de quienes par-
no. Para ellos, el presente era parte Chiapas: Investigaciones y debates, don ticiparon en ella.
de un continuum con el pasado y el Antonio fustigó duramente la incapa- Una tierra para sembrar sueños es el
futuro; y por lo mismo, escribir histo- cidad de la izquierda mexicana para primer texto muy difundido en el cual
ria era participar en el debate político hacer política real y efectiva, refugián- se describen analíticamente las pro-
contemporáneo. Desde esta perspecti- dose siempre en planteamientos irrea- puestas del Catecismo Tzeltal redacta-
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do entre 1972 y 1974 por los catequis- científico social riguroso y detallista. No hay, pues, ninguna fe marxista en
tas indios y los agentes de pastoral del Paradójicamente, su condición científi- un devenir histórico antropomorfiza-
obispo. De Vos pasa de la descripción ca es la que le ha empujado a volverse do. Lo único que hay en la historia son
a la crítica: se pregunta sistemática- interlocutor en el espacio público hombres y mujeres concretos, la mayo-
mente cuál de los dos autores colec- generado por los acontecimientos ría de ellos simples y sencillos, quienes,
tivos del Catecismo Tzeltal tuvo el con- chiapanecos. La Verdad, ese Santo al modo de Rashomón, vieron cosas
trol de la redacción. El avezado lector Grial de la ciencia occidental moder- distintas en el mismo hecho cronoló-
de textos históricos y compañero de na, es el fuego que enciende los entu- gicamente datado. Por eso Viqueira no
luchas sugiere elegantemente que la siasmos de Juan Pedro. puede contestar en definitiva qué había  183
intervención de los agentes de la pas- Encrucijadas…, al contrario de las detrás del petate de Cancuc en 1712.
toral fue mucho más determinante obras de García de León y De Vos, no Pudo ser la profetiza tzeltal María
que las ideas surgidas de los corazones es una pieza homogénea, escrita como Candelaria o una imagen de la Virgen
y las mentes de los indígenas. un todo, sino una colección de ensayos María, o incluso un ídolo prehispáni-
Específicamente, De Vos retrata el que el autor había venido publicando co con forma de jaguar.
crucial papel de Javier Vargas, religioso en varios foros desde 1988 y con la cual Del mismo modo, los ensayos de
marista en la década de 1960, quien en busca resumir y consolidar sus opi- Viqueira nos muestran cómo, simul-
aquellos años dirigió los primeros niones sobre Chiapas. De los tres li- táneamente, en el siglo XVIII las co-
esfuerzos pastorales de la diócesis bros es el más difícil de leer, pues, fradías indias prosperaban en Tuxtla y
católica para inculturarse en las comu- partiendo de numerosos procesos his- sufrían en Chilón. Y, al revisar las ten-
nidades indias y que en la última dé- tóricos específicos que tuvieron lugar dencias poblacionales de largo plazo,
cada, desde una influyente organiza- a lo largo de 500 años, el autor busca cómo diversas regiones de Chiapas se
ción civil ha continuado siendo una presentarnos un retrato verosímil del han des-indianizado o re-indianizado
voz relevante en la política social de Chiapas actual. Empresa difícil. Lo fas- en una misma época. Juan Pedro tiene
Chiapas. Ojalá que la versión de Var- cinante es que ha tenido éxito. un nombre para su propuesta: teoría
gas acerca de la compleja historia Sucede que Viqueira no cree, como de los desfases. Nos dice el autor: “la
reciente de Chiapas esté algún día a García de León, que los actores de la dinámica histórica (ya sea social o per-
disposición de los lectores. historia sean los movimientos sociales sonal) nace y se expresa en los desfases:
Viqueira, el más joven de los autores ni que existan proyectos históricos entre el grupo y la persona, la identi-
reseñados, debiera ser el menos pu- trans-generacionales que, más allá de dad y la cultura, el pasado y el pre-
blicista del trío, dado su perfil de los individuos, prosiguen su marcha. sente” (p. 391).
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Los humanos tenemos la mala ocurrida en La Trinitaria en 1955, en Comparado con el escándalo que
suerte de ser, a un tiempo, sujetos la que el general del ejército Agustín provocó García de León, Una tierra
de nuestra propia historia y objetos de Mustieles, so pretexto de que medio para sembrar sueños… fue recibida con
nuestro estudio de esa historia. millar de personas recorrían la región regocijo académico y ecuanimidad po-
Vivimos y nos vemos vivir simultá- fronteriza (“levantados” les llamó el lítica. Pero esta primera reacción es
neamente. Y de la diferencia entre lo general, otros dijeron que era una pe- acaso engañosa. La Academia agrade-
que somos y lo que, como observado- regrinación), mandó ejecutar a 87 per- ció este libro porque Jan lo había
res de nuestro propio devenir, desea- sonas, decapitar los cadáveres de los anunciado desde 1988, al terminar Oro
ríamos ser, nacen las tensiones que líderes y exponer sus cabezas por seis verde.9 Sería la última parte de su tri-
nos animan. Este tipo de reflexiones días en el cabildo del lugar (pp. 90-91). logía histórica regional sobre Lacan-
lleva a Viqueira al debate público, Lo que la audiencia de García de León donia.
pues le indigna la manera en que las deseaba leer era su postura personal Los científicos sociales no necesita-
facciones suelen adulterar los discur- frente al EZLN y no su lectura histórica ban leer Una tierra para sembrar sue-
sos históricos para probar sus argu- de los procesos sociales chiapanecos ños… para aplaudirlo, pues confiaban
mentos sin reconocer que no hay, entre 1940 y 2000. Así, su crítica al en la calidad del autor. Acaso por ello
jamás, una sola verdad sino muchas zapatismo en el último capítulo del no han caído en cuenta que, al hacer
opiniones acerca de cada asunto. libro prohijó escándalo y esa sección historia de hechos recientes, las opi-
recibió el anatema de los verdaderos niones de Jan implican deslindes muy
creyentes zapatistas. claros y muy fuertes en los debates
Lo que escriben los autores Tristemente, la condenación parece pastorales de la Diócesis de San Cris-
y lo que lee su público extenderse a toda la obra. Acaso esto tóbal de Las Casas y, por lo mismo,
184  último fuera inevitable: el libro de respecto de temas muy candentes, co-
Ningún libro aparece en el vacío so- García de León explicita el escenario mo el concepto de identidad india o el
cial. Los de García de León, De Vos social del que surgió el zapatismo papel de la Iglesia en las organizacio-
y Viqueira son parte de un contexto chiapaneco moderno y confronta a nes que nacieron en el periodo. Es de-
tenso, muy cargado de expectativas éste actor político concreto con los cir, el libro fue recibido con ecuanimi-
y prejuicios. Fronteras interiores… ha movimientos sociales que, de acuerdo dad política porque nadie lo ha leído
sido poco reconocido y muy vilipen- con la visión de la historia del autor con atención en sus muchos detalles.
diado precisamente por esto. Los lec- (visión que comparten los zapatistas), Aquí vale la pena comparar cómo
tores no podían verlo solamente como habían venido construyendo dicho García de León y De Vos tratan un mis-
el resultado de la erudición de don escenario. Es de entenderse que los mo asunto, el de la corriente maoísta
Antonio, sino que lo leyeron como el actores políticos presentes se encuen- de Política Popular-Línea Proletaria
producto de quien fuera el coordina- tren a disgusto cuando sus posiciones (PP-LP). El primero, sin tapujos, lo ca-
dor de los asesores e invitados zapatis- son confrontadas con los complejos lifica como “proyecto piloto” del go-
tas en el diálogo de San Andrés. Por procesos sociales que les antecedieron bierno (p. 107), “ambicioso proyecto
lo mismo, la revisión integral de la (y que en una lectura marxista, los del Estado para neutralizar la radicali-
historia chiapaneca que hizo pasó determinaron). Uno nunca está a la dad de varias movilizaciones obreras
prácticamente desapercibida en altura de las expectativas de sus padres. y campesinas” (p. 194), que buscaba
todos los círculos. Mucho menos cuando los padres de “desprestigiar a las dirigencias de la
Nadie ha comentado el terrible ais- uno creen en un devenir histórico en
lamiento que debió existir en el Chia- el que es nuestro deber realizar las
9 Jan de Vos, Oro Verde. La conquista de la Sel-
pas del medio siglo para que hoy no expectativas finales de la liberación va Lacandona por los madereros tabasqueños,
sea recordada una matanza como la revolucionaria. 1822-1949, FCE, México, 1988.
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‘vieja izquierda’ en nombre de ‘las ma- reportó a las comunidades muchos Encrucijadas… fue recibida en este
sas’ y así descabezar al movimiento re- éxitos debidos “en buena parte, a los último contexto y, por ello, antes de
gional, orientándolo hacia metas pro- servicios del fundador de Política Po- ser leído, era ya piedra de escándalo
ductivistas y de ‘política constructiva’” pular, Adolfo Orive, quien tenía exce- entre la intelectualidad progresista. Lo
(p. 189). Y según García de León, pese lentes relaciones en el mundo político anterior es una tragedia pues, de las
a un desencuentro inicial en 1977, “un y banquero de la capital del país” (p. tres obras aquí reseñadas, el libro de
sector importante (de la diócesis cató- 263). Al aportar más detalles acerca de Viqueira es el aporte más complejo al
lica) siguió por años colaborando con estos procesos, Una tierra para sem- estudio del Chiapas contemporáneo.
Línea Proletaria y sus derivados, prin- brar sueños… causa menos escándalo Por una parte, ubica con rigurosidad
cipalmente en Ocosingo y Tila, hasta pero cala mucho más profundo en el los orígenes, las constantes y las pautas
1994, por lo menos” (p. 193). análisis de las polaridades políticas de la geopolítica chiapaneca. Por la
Jan de Vos aborda el mismo tema, existentes en Las Cañadas zapatistas. otra, caracteriza con precisión cómo
sin calificativos políticos pero apor- Finalmente, Encrucijadas… estaba comunidades y líderes indios manipu-
tando más detalles. Explica cómo un destinado a causar escándalo no por lan su identidad para adaptarse a cir-
grupo maoísta distinto y anterior a LP, las expectativas creadas por la trayec- cunstancias cambiantes. Que los in-
llamado Unión del Pueblo, en estrecha toria política de su autor ni por su volucrados en la praxis política
colaboración con la diócesis a través contenido, sino por el campo social en ignoren estas aportaciones por pre-
de Javier Vargas, ayudó a formar en que Viqueira se ha ido situando luego juicio respecto de las intenciones del
1975 la unión de ejidos Quiptic Ta de 1994. En 1995, su insistencia en que autor, no es solamente éticamente
Lecubtesel, una de las organizaciones- los científicos sociales provean a los malo, es un error.
madre de la actual ARIC (pp. 254-256). actores políticos de elementos “duros” Decía Maquiavelo que “es dichoso
Explica luego cómo los éxitos de la que impidan la demagogia de las fac- aquél cuyo modo de proceder se  185
Quiptic atrajeron a PP-LP en 1977; ciones lo llevó a publicar Chiapas, los haya en armonía con la calidad de las
cómo la diócesis y esta nueva organi- rumbos de otra historia,10 y en 1999, circunstancias, y… no puede menos
zación colaboraron por un tiempo, “Los peligros del Chiapas imaginario” que ser desgraciado aquél cuya con-
rompieron y cómo LP logró regresar en el número inicial de Letras Libres. ducta está en discordia con los tiem-
más tarde al territorio de la diócesis La primera publicación no causó pro- pos” (El príncipe, XXV). Conocer
(pp. 258-260). blemas, pues la editaron instituciones circunstancias y tiempos es una tarea
Pero De Vos confirma algunos de académicas y, al parecer, los políticos compleja, obras como las reseñadas
los trazos de la descripción de García prácticos nunca han considerado rele- ayudan mucho. Ojalá y sean muy
de León, pues los asesores de LP tra- vante ese tipo de ediciones. La segun- leídas, muy comentadas y utilizadas
jeron un “cambio notable… implantar da ubicó a Juan Pedro en el campo por muchos en la praxis.
una estrategia de mayor negociación social de centro-derecha junto a En-
con las autoridades” (p. 260), lo que rique Krauze.

10 Juan Pedro Viqueira y Mario Humberto Rus


(eds.), Chiapas, los rumbos de otra historia,
UNAM-IIFILOL-CEM/CIESAS/CESMECA/UDEG,
México, 1995.

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