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Isaac Yañez.

Poema de la despedida.
Poeta: José Ángel Buesa

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.


Quizás no he de olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste... No sé si te quería...
O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,


me lo sembré en el alma para quererte a ti.
No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;
pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,


y el corazón me dice que no te olvidaré;
pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,
tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,


mi más hermoso sueño muere dentro de mí...
Pero te digo adiós, para toda la vida,
aunque toda la vida siga pensando en ti.
Catalina Barahona

NO TE RINDAS
POETA: MARIO BENEDETTI.
No te rindas, aún estás a tiempo
de alcanzar y comenzar de nuevo,
aceptar tus sombras,
enterrar tus miedos,
liberar el lastre,
retomar el vuelo.

No te rindas, que la vida es eso,


continuar el viaje,
perseguir tus sueños,
destrabar el tiempo,
correr los escombros,
y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,


aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se esconda,
y se calle el viento.

Aún hay fuego en tu alma


aún hay vida en tus sueños.
porque no hay heridas que no cure el tiempo.

No te rindas, por favor no cedas,


aunque el frío queme,
aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se calle el viento.

Aún hay fuego en tu alma,


aún hay vida en tus sueños
porque cada día es un comienzo nuevo,
porque esta es la hora y el mejor momento.
porque no estás solo, porque yo te quiero.

CRISTOFER ARAYA
POEMA 20
PABLO NERUDA

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

CONSTANZA BURGOS

EL TIEMPO PASA
Esperé a que volvieras
durante días, semanas, años
quizá toda la vida
desde que tengo memoria

Y nunca volviste
Siempre tú, en mis sueños
Siempre tú, en mis esperanzas
Siempre tú.

Y ahora que te vuelvo a ver


qué suerte,
ya no te necesito.

LUIS ROJAS
QUIZÁS (JOSÉ ÁNGEL BUESA)
Quizás te diga un día que dejé de quererte,
aunque siga queriéndote más allá de la muerte;
y acaso no comprendas, en esa despedida,
que, aunque el amor nos une, nos separa la vida.

Quizás te diga un día que se me fue el amor,


y cerraré los ojos para amarte mejor,
porque el amor nos ciega, pero, vivos o muertos,
nuestros ojos cerrados ven más que estando
abiertos.

Quizás te diga un día que dejé de quererte,


aunque siga queriéndote más allá de la muerte;
y acaso no comprendas, en esa despedida,
que nos quedamos juntos para toda la vida.

Giuliana Anziani

LA PRIMAVERA BESABA (ANTONIO


MACHADO)

La primavera besaba
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.

Las nubes iban pasando


sobre el campo juvenil...
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.

Bajo ese almendro florido,


todo cargado de flor
-recordé-, yo he maldecido
mi juventud sin amor.

Hoy en mitad de la vida,


me he parado a meditar...
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!

ALEJANDRA ARELLANO
LA PALOMA (RAFAEL ALBERTI)

Se equivocó la paloma,
se equivocaba.
Por ir al norte fue al sur,
creyó que el trigo era el agua.
Creyó que el mar era el cielo
que la noche la mañana.
Que las estrellas rocío,
que la calor la nevada.
Que tu falda era tu blusa,
que tu corazón su casa.
(Ella se durmió en la orilla,
tú en la cumbre de una rama.)
VANESSA MORÁN
DOLOR DE AMOR (MARTÍN
CABALLERO)

Cual aguja punzante


clavas tu recuerdo en mi memoria
la verdad duele,
duele de veras.

Pero las heridas se curan,


Dios bien lo sabe,
y mañana amanecerá bien limpio
pues el día es puro, como
mi mirada.
CRISTÓBAL FUENTES
LOS ESPINOS (LUIS CERNUDA)

Verdor nuevo los espinos


tienen ya por la colina,
toda de púrpura y nieve
en el aire estremecida.

Cuántos cielos florecidos


les has visto; aunque a la cita
ellos serán siempre fieles,
tú no lo serás un día.

Antes que la sombra caiga,


aprende cómo es la dicha
ante los espinos blancos
y rojos en flor. Vé. Mira.

FABIANA NÚÑEZ
SIMPLEMENTE (JORGE ROBLEDO
ORTIZ)

Nos dijimos adiós.


La tarde estaba
llorando nuestra despedida.
Nos dijimos adiós tan simplemente
que pasó nuestra pena inadvertida.

No hubo angustia en tus ojos


ni en mis ojos.
No hubo un gesto en tu boca
ni en la mía.
Y, no obstante, en el cruce de las manos
calladamente te dejé la vida.

Fuiste valiente con tu indiferencia


y fui valiente con mi hipocresía,
nos separamos como dos extraños
cuando toda la sangre nos unía.

Pero tuvo que ser


y fue mi llanto,
sin una escena ni una cobardía.
Tú te fuiste pensando en el olvido
y yo pensando en la melancolía.

Hoy sólo resta de esa vieja tarde


un recuerdo,
una fecha
y una rima.
Así, sencillamente nos jugamos
el corazón en una despedida...

PATRICIO CAMPOS
CUANDO REGRESES NO HALLARÁS
SIQUIERA...

Cuando regreses no hallarás siquiera


las huellas del pasado.
En el parque los cisnes se murieron
y las verbenas rojas se secaron.

Esos versos liliales que me oías


cogiéndome las manos,
cambiáronse por otros calcinantes
que visten mi alma de ropaje cárdeno.
Y esas dulces promesas que en tus brazos
hacíasme temblando,
son una cuerda rota en mis oídos
y ni un eco doliente me dejaron.

Naufragaron también en mis pupilas


tus ojos de gitano,
y en mi boca se helaron en silencio
las huellas calcinantes de tus labios.

Cuando regreses no hallarás siquiera


vestigios del pasado.
En el parque los cisnes se murieron
y en mi boca tus besos se borraron.

IVÁN BRAVO
MADRE (FERNANDO BOTERO
BETANCUR)
Madre, desde la lejanía de tu gloria
me llegan con frecuencia bendiciones,
e infantiles fragmentos de oraciones
que suavizan la piel de la memoria.

Tu espíritu es un ave migratoria


que abandona las plácidas regiones,
para cubrir de aladas protecciones
al hijo, que tropieza con su historia.

Así, como hace tiempos, de pequeño


con mis lamentos perturbé tu sueño
y lo sacrificaste todo por mi suerte;

igual que cuando al mundo me trajiste:


¡bésame tiernamente si estoy triste
y arrúllame en la hora de la muerte!.

MICHAEL BUSTAMANTE
AL PERDERTE YO A TI... (ERNESTO
CARDENAL)

Al perderte yo a ti, tú y yo hemos perdido:


yo, porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que
yo:
porque yo podré amar a otras
como te amaba a ti,
pero a ti no te amarán como te amaba yo.
JOAQUÍN BRIONES
SIEMPRE TÚ (JORGE ROBLEDO
ORTIZ)
Entre el mínimo incendio de la rosa
y la máxima ausencia del lucero,
se quedó tu recuerdo prisionero
viviendo en cada ser y en cada cosa.

Te recuerdo en la cita milagrosa


que se dan la mañana y el jilguero,
y en el aire, traslúcido tablero
donde escribe en color la mariposa.

Todo me habla de ti. Sobre la brisa


persiste la nostalgia de tu risa
como una dulce música remota.

En los labios tu nombre me florece,


y al saberte lejana, me parece
que me bebo tu ausencia gota a gota.

ALEXIS
VÁMONOS CORAZÓN (JORGE ROBLEDO
ORTIZ)

Vámonos, corazón, hemos perdido,


ya nunca espigarán tus ilusiones.
Recoge tu esperanza y tus canciones
y partamos en busca del olvido.

Vámonos, corazón, ya tu latido


sólo podrá contar renunciaciones.
Guarda su nombre con tus oraciones
y si debes sangrar, sangra escondido.

Vámonos, corazón, tu fe no existe.


Al fin y al cabo tu naciste triste
y triste en cualquier puerto morirás.

Vámonos, corazón, ya no la esperes.


Bendice su recuerdo si así quieres,
pero marchemos sin mirar atrás.

VICTOR MEZA
NO VOLVERÉ A SER JOVEN (JAIME DE
BIEDMA)

Que la vida iba en serio


uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería


y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo


y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
JORDAN PAREJA
TENGO TANTO SENTIMIENTO... (FERNADO
PESSOA)

Tengo tanto sentimiento


que es frecuente persuadirme
de que soy sentimental,
mas reconozco, al medirme,
que todo esto es pensamiento
que yo no sentí al final.

Tenemos, quienes vivimos,


una vida que es vivida
y otra vida que es pensada,
y la única en que existimos
es la que está dividida
entre la cierta y la errada.

Mas a cuál de verdadera


o errada el nombre conviene
nadie lo sabrá explicar;
y vivimos de manera
que la vida que uno tiene
es la que él se ha de pensar.

LICET BUSTAMANTE
BALADA (GABRIELA MISTRAL)

Él pasó con otra;


yo le vi pasar.
Siempre dulce el viento
y el camino en paz.
¡Y estos ojos míseros
le vieron pasar!

Él va amando a otra
por la tierra en flor.
Ha abierto el espino;
pasa una canción.
¡Y él va amando a otra
por la tierra en flor!

El besó a la otra
a orillas del mar;
resbaló en las olas
la luna de azahar.
¡Y no untó mi sangre
la extensión del mar!

El irá con otra


por la eternidad.
Habrá cielos dulces.
(Dios quiera callar.)
¡Y él irá con otra
por la eternidad!

MAYRA
MI AMOR PERDURA (GEORGE
PELLICER)
Con el paso de los años creí olvidarte.
Nuevos caminos se antojaban largos y
solitarios.
Seguro estaba de un sendero sin retorno,
y de borrar las fechas del calendario.

Pero finalmente él me invade.


Mi aliento se desvanece.
Mi corazón enmudece.
Y mi respiración se ahoga y desaparece.

¿Qué me pasa? Creí olvidarte...

Y en mi esfuerzo inútil por alejarme,


fracaso al guardar en el olvido,
la llama asfixiada,
de tu amor prohibido.
MARCELO FARÍAS
LO QUE NECESITO DE TI (MARIO
BENEDETTI)

No sabes cómo necesito tu voz;


necesito tus miradas
aquellas palabras que siempre me
llenaban,
necesito tu paz interior;
necesito la luz de tus labios
! Ya no puedo... seguir así !
...Ya... No puedo
mi mente no quiere pensar
no puede pensar nada más que en ti.
Necesito la flor de tus manos
aquella paciencia de todos tus actos
con aquella justicia que me inspiras
para lo que siempre fue mi espina
mi fuente de vida se ha secado
con la fuerza del olvido...
me estoy quemando;
aquello que necesito ya lo he encontrado
pero aún !Te sigo extrañando!
JAVIER MARTINEZ
PRISIONERO SIN HORIZONTE (GUILLAUME
APOLLINAIRE)

Prisionero sin horizonte


Oigo los ruidos de la calle
Y veo sólo un cielo hostil
Y el blanco muro de mi cárcel

Huye la tarde en mi prisión


Una dulce lámpara arde
Estamos solos en mi celda
Bella luz razón adorable
NATALI MORAGA
DESVELADA (GABRIELA MISTRAL)
Como soy reina y fui mendiga, ahora
vivo en puro temblor de que me dejes,
y te pregunto, pálida, a cada hora:
«¿Estás conmigo aún? ¡Ay, no te alejes!»

Quisiera hacer las marchas sonriendo


y confiando ahora que has venido;
pero hasta en el dormir estoy temiendo
y pregunto entre sueños: «¿No te has ido?»

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