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MÓDULO 3:

CONCEPTOS GENERALES DEL ATAQUE

En los dos módulos anteriores, nos centramos en aspectos universales de los deportes abiertos. A partir de
ahora vamos a abordar el juego del balonmano y aspectos concretos para la mejora técnico/táctica individual
de los jugadores, que es de lo que tratamos en esta asignatura.

Hay dos actividades que se alternan a lo largo del juego, en función de qué equipo está en posesión del
balón: atacar y defender, y vamos a abordar su estudio tratándolas por separado.

En este módulo y los tres siguientes, estudiaremos la mejora individual de los jugadores en el ataque, en los
dos últimos nos centraremos en la defensa.

Aumentar los recursos ofensivos y defensivos.

No quiero comenzar a plantear las habilidades que debemos ir desarrollando en los jugadores y cómo
entrenarlas, sin antes dedicarle un poco de tiempo a explicar lo que buscamos.

Antes del “qué” y el “cómo” quiero dejar claro el “para qué” . Es algo que a veces he echado de menos en
algunos textos donde empiezo a leer sobre los pases, las fintas, los lanzamiento, las interceptaciones de
balón o el marcaje, sin que en ningún sitio me hayan aclarado qué se pretende hacer con todas esas
habilidades que se están entrenando.

No quiero que me suceda esto y por eso dedicaré este módulo introductorio del ataque a hablar de los
objetivos de esta fase del juego y a establecer las actividades globales con que se construye.

1.  LOS OBJETIVOS DEL ATAQUE

1.1 El objetivo final

Según yo lo veo, en el juego de ataque en balonmano solo hay un objetivo final: Conseguir gol.

En algunos textos y en algunas ponencias orales, he escuchado a otros expertos hablar de mantener la
posesión del balón, como otro objetivo final para el ataque. Sin embargo esto de no perder el balón lo veo
más como una necesidad y una precaución que como una meta en sí misma.

Coincido en que es importante no rifar la bola, pero no juega un equipo con el objetivo de quedarse con ella
(además la regla del “juego pasivo” sanciona esa intencionalidad) la intención real del ataque tiene que ser
buscar el gol.
 

De la forma que estos otros autores lo plantean, los objetivos del ataque y de la defensa – como veremos
más adelante – quedan en paralelo y contrapuestos, pero yo no veo esta necesidad de paralelismo.

En todo caso, no le doy importancia a esta discrepancia porque verdaderamente no la tiene. Es más una
cuestión semántica que de fondo. Al final, es sólo una forma de entender las cosas que, a la hora de la
verdad, no afecta a todo lo que plantearemos después.

1.2 Los objetivos tácticos

Sin embargo, la pregunta más interesante a la que debemos responder cuando planteamos el ataque es qué
es lo que pretendemos tácticamente, porque eso será lo que nos oriente en nuestro trabajo de diseñar el
entrenamiento.

No me estoy refiriendo ahora a detalles concretos. No hablo de qué zonas vamos a atacar prioritariamente o
qué recursos vamos a poner en marcha y cómo. No quiero hablar de un equipo, ni de un partido, ni una
circunstancia determinada, ni de cómo lo podemos conseguir; quiero hablar de algo mucho más genérico,
algo que involucra a cualquier equipo y a cualquier jugador.

En el ataque, tácticamente se buscan dos objetivos:

. Conseguir un jugador con balón en buenas circunstancias de lanzamiento

Se trabaja colectiva e individualmente con las miras puestas en que a uno de los  atacantes le llegue el balón
(o lo conduzca él mismo) cuando alcanza a unas circunstancias en las que frecuentemente es eficaz al lanzar.

. Efectuar buenos lanzamientos

Hemos trabajado y cumplimos el primer objetivo, pero aún no hemos llegado al objetivo final, para llegar a
ese objetivo, hay que introducir el balón en la portería y para eso hay que lanzar. Y no lanzar de cualquier
forma. Lanzar bien es otra de las cosas que tácticamente pretende cualquier jugador y cualquier equipo.

Como vemos, estos objetivos son muy generales y creo que hay que matizarlos para que nos ayuden a
plantear el ataque, que es lo que pretendemos.

 
 

1.3 Análisis del primer objetivo táctico

Lo primero que tengo que reconocer es que “conseguir un jugador con balón en buenas circunstancias de
lanzamiento” es una propuesta ambigua.

¿Cuáles son las circunstancias buenas para lanzar?

No hay una respuesta general, las respuestas son estrictamente personales; lo que es bueno para un jugador
de primer nivel, es dudoso para uno de segunda fila y, posiblemente, quimérico para uno de categoría baja.

Lo que calificamos como “buenas circunstancias” está en estricta relación con las capacidades de los que
juegan.

Sin embargo hay rasgos comunes a todas las circunstancias que afectan a los jugadores y ahí es donde
debemos poner el punto de mira.

Lo que se busca es:

. Un buen lugar

La zona desde donde se lanza es muy importante, no se tiene la misma eficacia según desde dónde se lance.
Cada cual tiene sus posibilidades.

Incluso dos jugadores de alto nivel pueden tener zonas eficaces muy diferentes, la zona desde donde lanzan
eficazmente los jugadores de 1ª línea puede ser bastante ineficaz para un extremo y viceversa. Por no hablar
las diferencias de zonas eficaces que puede haber entre un jugador alevín y un juvenil, por, ejemplo.

En cualquier caso, se deben ajustar a dos parámetros que definen bastante bien lo adecuado de la zona desde
donde se lanza.
 La profundidad
 El ángulo de tiro

. Una buena posición corporal

Un jugador se puede encontrar en el lugar ideal, pero eso no basta porque puede que se encuentre en una
posición corporal complicada (desequilibrio, falto de impulso, etc.) y esto comprometa sus posibilidades.

La posición en que se encuentra es un indicador de sus posibilidades

. Oposición nula o superable

Al valorar las circunstancias, no debemos pensar sólo en lo que atañe a la situación y posición de nuestro
jugador, también es fundamental la situación y la posición de los que defienden.

Un atacante puede estar cerca de la portería, con mucho ángulo de tiro y en una buena posición corporal…
pero si entre él y la portería, además del portero hay un par de defensores en actitud amenazante y otros dos
en contacto con el atacante controlando sus movimiento, debemos convenir que las circunstancias para
lanzar están bastante lejos de ser buenas.

Resumiendo, con primer objetivo del ataque tratamos de dejar a un atacante con balón en un buen lugar,
en una buena posición corporal y con poca o nula oposición.

1.4 Análisis del segundo objetivo táctico

Pero el juego de ataque no acaba con un jugador que se quedó en unas circunstancias estupendas para lanzar,
hay que continuar hasta el gol y eso lo buscamos a través del lanzamiento. De nada vale todo lo hecho si al
final nuestros lanzamientos no son adecuados.

¿Qué es un “buen lanzamiento”?

Le dedicaremos todo el Módulo Nº 6 a responder esta pregunta – entre otras – y a explicar cómo se trabaja
para mejorar la capacidad de lanzar

Por ahora me conformo con adelantar que no sólo la potencia y la precisión nos valen para saber sin un
jugador lanza bien.
Mi opinión es que hay cinco factores que matizan la calidad del lanzamiento. Con una buena combinación
de estos conseguimos que los lanzamientos sean más difíciles de contrarrestar.

Los enumero a continuación:

. Potencia

. Precisión

. Variedad

. Observación

. Sorpresa

De momento sólo los enunciamos, más adelante explicaremos la influencia de cada uno de ello.

2.  LAS ACTIVIDADES CON QUE SE CONSTRUYE EL ATAQUE

La segunda parte de este módulo la vamos a dedicar a explicar cómo se construye el ataque.

Igual que hicimos con los objetivos tácticos, no se trata de detallar cada acción de juego, sino de hacer un
análisis muy general del juego de ataque.

Sabemos lo que buscamos y ahora toca explicar cómo vamos a conseguirlo.

En realidad el juego de ataque de balonmano, si lo miramos globalmente, se construye con sólo tres
actividades genéricas. En esencia es un juego simple, las complicaciones se las vamos añadiendo nosotros
cuando vamos analizando cada uno de los pormenores que afectan al juego.
Creo que es útil esta visión simplista, tanto a la hora de explicárselo a los niños que se inician como a la hora
de equilibrar el trabajo de un equipo de alto rendimiento. Muchas veces olvidamos que para hacer un trabajo
que merezca la pena, lo primero es que el énfasis en los detalles no acabe con el equilibrio de la obra total.

El balonmano se construye:

. Con el movimiento de los jugadores

. Con el movimiento del balón

. Con los lanzamientos

Es decir, un entrenador – en cualquier nivel – debe enfocar su trabajo a que sus jugadores se muevan bien, a
que sus jugadores dominen el balón y lo transporten adecuadamente y, finalmente, a que sus jugadores
dominen los lanzamientos a portería.

Parece una evidencia que no habría que subrayar, aunque yo te pediría, a ti que estás leyendo, que pienses en
jugadores que conoces y encontrarás que hay jugadores que se mueven muy bien… pero lanzan muy mal, o
jugadores que dan grandes pases… pero se mueven bastante poco, o jugadores que son grandes
lanzadores… pero no les saques de eso porque se pierden.

Es decir, podemos descubrir fácilmente grandes desequilibrios en el juego de ataque de los jugadores (y
también de los equipo). Pienso que estos desequilibrios tienen como origen un desequilibrio previo en el
entrenamiento.

Los jugadores tienden a repetir lo que les proporciona éxito y obviar lo que les cuesta trabajo, es misión del
entrenador velar por equilibrio en la formación y en esta tarea, la mirada global es básica.

Cuidemos los detalles, pero sin perder la perspectiva.

2.1 Entremos en detalles

El movimiento de los jugadores


He hablado de la actividad de “moverse los jugadores ofensivamente” pero esto abarca muchas
posibilidades.

En los módulos siguientes estudiaremos:

. Los movimientos sin balón á Los desmarques.

. Los movimientos con balón á Progresiones con bote o sin bote, las fintas, las fijaciones.

Pero  eso de “moverse” atañe también a otras asignaturas.

. Los movimientos coordinados con los compañeros à Los procedimientos tácticos ofensivos (Pase y va,
cruces, permutas, bloqueos, pantallas, cortinas…)

Todo eso es “movimiento” y todo eso lo iremos estudiando paso a paso, pero sin olvidar nunca que lo que
buscamos no el dominio de uno de los detalles, sino el dominio global de la actividad, que los jugadores se
“muevan bien en ataque”.

El movimiento del balón

De forma análoga, mover en balón significa dominar todos los detalles que conciernen a esta actividad. Es
decir

. La adaptación

. El manejo

. El bote

. Los pases

. Las recepciones

Aunque, una vez más, advierto que no basta con dominar algún detalle, sino la actividad de “mover el
balón” de forma global.

Los lanzamientos

Yo diría que tener capacidad de lanzamiento es una exigencia para cualquier jugador atacante.

La capacidad de lanzamiento es el requisito indispensable para convertirse en un jugador “peligroso” y la


peligrosidad de un jugador es el origen de todo el juego ofensivo (nadie defendería a un jugador que tiene
pocas posibilidades de conseguir gol).

2.2 La visión tradicional

En esencia estos son los contenidos que tradicionalmente se han estudiado en el Juego de Ataque (ver
Esquema Nº 1).
Enseñar a adaptar, manejar, pasar, recibir, botar el balón, o a moverse desmarcándose, progresando, fintando
o fijando a los defensores, o a ejecutar los diferentes tipos de lanzamientos a portería, ha sido el caballo de
batalla de los entrenadores que querían mejorar la capacidad individual de sus jugadores.

Sin embargo hay algo que no termina de convencerme en ese esquema. Solo mirando a la figura da la
sensación de que falta algo.

Si recordamos algo de lo que estudiamos en el Módulo Nº 2 seguro que encontramos las carencias de ese
esquema.

2.3 Una palabra que cambia el planteamiento

Efectivamente hay simplemente que añadir una palabra para que la visión de lo que tenemos que trabajar
adquiera un tono diferente, un acento que se ajusta mucho mejor a lo que sabemos de la naturaleza del
balonmano.

La palabra mágica es “INTENCIONALMENTE” (Ver Esquema Nº 2)

Porque no basta con que los jugadores sepan cómo adaptar el balón o cómo pasar, recibir o botarlo, se trata
de que aprendan a utilizar el movimiento de balón para crear problemas a los defensores.

Se tratan de que se conviertan en jugadores que mueven el balón “INTENCIONALMENTE”, escogiendo


siempre la mejor opción, superando la oposición de los rivales y poniendo en peligro la portería que atacan

Igualmente, no es suficiente con dominar las paradas, los cambios de ritmo o de dirección, o que controlen
la ejecución de varios tipos de fintas.

Lo que se busca es que se muevan “INTENCIONALMENTE”, superando a los rivales y adaptándose a los
compañeros.
 

Finalmente, tampoco es suficiente con tener la capacidad de lanzar a portería con potencia y precisión.

Es necesario de que además sepan hacerlo “INTENCIONALMENTE”, variando, observando,


sorprendiendo.

Solo con esta palabra el esquema se equilibra. Aunque en realidad lo que se equilibra es el juego.

Esto es lo que vamos a tratar de explicar en los módulos siguientes.

2.4 Entrenar para las distintas fases del ataque

Una última apreciación. Hay aspectos generales de los pases, las recepciones, el bote, los desmarques, las
fintas, los lanzamientos… pero también hay aspectos diferenciales, tanto de carácter técnico como táctico
individual, según la fase del juego en que se desarrolla la acción.

Estos aspectos diferenciales hay que tenerlos en cuenta. Los jugadores no solamente deben ir dominando
todas las tareas que hemos enumerado, sino que deben ser capaces de hacerlo adaptándose a las exigencias
de las dos fases del ataque: el contraataque y el ataque posicional.

El entrenador debe contemplar esta necesidad y planificar para que las situaciones de trabajo se realicen es
todo tipo de entornos.

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