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COMUNICACIÓN ESCRITA Y PROCESOS LECTORES

ACTIVIDAD: 2
CUENTO LIBRE

ESTUDIANTE:
 ANGELA DANIELA MARTINEZ ORTEGA
ID: 728192

I SEMESESTRE ASST
ORION

Un 7 de diciembre del 2020 fui arrojada a la calle por humanos de mal corazón, y de

pensamientos absurdos, creían que por ser de color negro traía mala suerte y la

mejor opción fue arrojarme fuera de su hogar para que muera y así librase de mi

definitivamente, esa noche sentía morir de hambre y frio pues había llovido mucho.

Cuando empecé agonizar ya sin fuerza alguna sentí que ya llego el día de marchar

de este mundo.

El universo quiso regalarme otra oportunidad me envió unos ángeles que justo pasaban por

el lugar que fui abandonada, ellos me miraron y sintieron mi débil maullido, me

tomaron en sus brazos llenándome de su calor humano en el momento justo donde

mi corazón ya no quería latir más, se revivió y empezó a latir fuerte, sentí mucha

ilusión de ser salvada, y así fue.

Me llevaron a su hogar me dieron comida y leche caliente, yo era aún un frágil bebe. Esta

comida abrigo mi barriguita, sintiendo fuerza de volver a vivir.

En la tarde me dieron un delicioso baño con shampoo de bebe, me abrigaron en su regazo.

Sintiéndome fresca limpia y protegida por ellos.

Nunca me cansare de dar gracias al universo por enviarme a mi nueva familia adoptiva

porque sé que ellos no me iban a rechazar por mi color.

Ese mismo día me diseñaron una cama y una casa en forma de castillo algo que jamás había

pasado por mi mente era una vida como en los cuentos de hadas, no lo podía creer,
pero estaba ocurriendo, y si trascurrían los días de felicidad plena tanto como para

ellos como para mí, hasta habían decidido llamarme ORION como constelación.

Ya se acercaba la noche buena y fui el mejor regalo para mi nueva familia adoptiva y ellos para mí.

Un día por mis travesuras y curiosidad comí algo que me callo muy mal sentía mucho dolor y

malestar general, esa mañana no tenía ánimos de nada me quede recostada en mi cama,

ellos preocupados de mi ausencia se acercaron a buscarme, observándome con desanimo, se

preocuparon mucho por mi salud y decidieron llevarme al veterinario.

El doctor diagnostico infección intestinal, recomendando medicamentos y una

alimentación de acuerdo con mi edad, ellos siguieron el paso a paso, pero ya eran

tres días y no mejoraba sentí morir de nuevo, me entristecía al verlos a ellos sufrir

junto conmigo, al séptimo día del tratamiento sintiéndome mejor con los cuidados

de mi familia intente levantarme, y con mucha dificultad lo logre, ellos al igual que

yo aguados sus ojos se llenaron de emoción.

Y así han pasado tres años felices es de lo mejor que ha pasado en mi vida gatuna es un milagro

que todos los días agradezco al universo, por ellos y con mi ronroneo me acerco a cada uno

acariciándolos, expresando mi gratitud y mi amor incondicional.

Ojalá que existan muchos ángeles como mi familia adoptiva, para que le den la

oportunidad a otros gaticos que son abandonados por humanos de mal corazón y tengan la

fortuna que la tuve yo.

FIN.

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