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Tema: El tráfico aéreo y el cambio climático

El transporte aéreo se ha convertido en el método más rápido, eficaz y seguro, tanto para el
transporte de personas en vuelos comerciales, como para el transporte de mercancías. Pero todo
el tiempo que ahorramos en estas operaciones ¿lo estamos perdiendo en años de vida de nuestro
planeta? La respuesta sin duda es afirmativa, puesto que el uso inadecuado y excesivo del
transporte aéreo favorece el cambio climático.

Cuando hablo de uso inadecuado me refiero a los vuelos vacíos que las compañías aéreas se ven
obligadas a mantener para cumplir con las cláusulas impuestas por los aeropuertos de grandes
capitales para no perder sus derechos. La emisión generada por estos vuelos puede alcanzar los
dos millones de toneladas de gases de efecto invernadero.

Por otra parte, la contaminación generada por los vuelos privados es muy superior a la emitida por
un vuelo comercial, pues en cuatro horas genera las mismas emisiones que una persona durante
todo un año.

La respuesta esperada para negar mis argumentos es recurrir a las medidas establecidas por el
Acuerdo de París, según el cual, existe un plan de acción para introducir combustibles sostenibles
para medios de transporte aéreo. La adopción de estas medidas permitiría llevar a cabo trayectos
que no generen emisiones de CO₂.

Ante esta observación me limito a defender mi postura alegando que los combustibles sostenibles
se fabrican a partir de aceites vegetales, cuyas plantaciones tienen consecuencias negativas para la
biodiversidad y la economía local. Esto se debe a que, para poder llevar a cabo el cultivo de estas
especies, hay que eliminar las especies autóctonas.

Teniendo en cuenta el uso poco eficiente , la cantidad de emisiones que generan y los efectos que
provoca en la biodiversidad la fabricación de combustibles sostenibles queda latente que los
sistemas de transporte aéreo contribuyen al cambio climático.

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