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GATT

CONCEPTO Y ANTECEDENTES

La sigla GATT refleja el nombre en inglés del "Acuerdo General sobre Aranceles de Aduana y Comercio"
(General Agreement on Tarife and Trade). Los antecedentes de este acuerdo, así como su existencia, hay
que buscarlos en las distintas políticas comerciales llevadas a cabo por los diferentes países. 

Antes de entrar en materia es conveniente entender que la integración es un proceso y a través de él dos o
más mercados nacionales previamente separados y de dimensiones unitarias estimadas poco adecuadas se
unen para formar un mercado común de una dimensión más idónea; y que dicha integración se puede
realizar de 6 formas así: 
1. Pactos comerciales: Son contratos o acuerdos sectoriales entre países para facilitar el comercio.
2. Pactos bilaterales: Son convenios entre naciones, para dinamizar el intercambio binacional.
3. Zonas de libre comercio: Una zona de libre comercio es un área formada por dos o más países que de
forma inmediata o paulatina suprimen las trabas aduaneras y comerciales entre sí, pero manteniendo cada
uno frente a terceros su propio arancel de aduanas y su peculiar régimen de comercio.
4. Uniones aduaneras: Son la máxima expresión de integración de dos o más economías nacionales
previamente separadas. Una unión aduanera supone en primer lugar la supresión inmediata o gradual de las
barreras arancelarias y comerciales a la circulación de mercancías entre los estados que constituyen la
unión. La unión aduanera significa, además, la construcción de un arancel aduanero común frente a terceros
países (tarifa exterior común) y es lo que marca la diferencia entre las uniones aduaneras y las zonas de libre
comercio.
5. Las uniones económicas: Suponen la completa integración económica, misma moneda, misma autoridad
monetaria, etc.; es el caso de la UE.

Ahora si entremos a explicar que fue lo que permitió la creación del GATT: La política librecambista -
intercambios comerciales sin trabas- fue alentada por Inglaterra desde el primer tercio del siglo pasado,
permitiendo a la industria de ese país alcanzar una posición destacada. La cúspide del librecambio se
produce en las décadas de 1860 y 70, pero ya a partir de esta última, países europeos como Francia y
Alemania adoptan medidas proteccionistas (aplicación de aranceles), con el fin de proteger su industria. La
polémica entre librecambio y proteccionismo continuó durante un período prolongado, y de la evolución de
las relaciones económicas internacionales emergió, en el período comprendido entre las guerras mundiales
el bilateralismo como política predominante.
Como consecuencia se produjo un entorpecimiento del comercio internacional debido a la rigidez que
confirió tal sistema a los intercambios económicos; estos se rigieron por acuerdos entre naciones que fijaban
las cantidades de producto comercializable (contingentes) y los aranceles aplicados fueron mas elevados.
Paralelamente a esta evolución, gestada básicamente en Europa, Estados Unidos abogaba ya desde el fin de
la primera guerra mundial por la supresión de las barreras económicas y el establecimiento de condiciones
iguales para todas las naciones. La defensa de este tipo de política se fue acentuando con el tiempo;
portando argumentos a favor el hecho que según la interpretación de ese país, la segunda guerra mundial
fue provocada en parte por las medidas proteccionistas adoptadas por los países europeos. Con el ánimo de
dar un giro a la política comercial, acabado el conflicto bélico, Estados Unidos convoca una reunión
internacional: La "Conferencia Internacional de Comercio y Empleo" que se desarrolla durante varios meses
en Cuba y finaliza en marzo de 1948. Aunque los acuerdos finalmente propuestos, recogidos en la Carta de
la Habana no llegaron a ser rubricados por los países participantes, el trabajo realizado en el marco de esta
conferencia fue la base que contribuyó a concretar, aun antes que acabara, el Acuerdo General de Aranceles
y Aduanas y comercio (GATT).
Ante el fracaso de la Carta de la Habana, este acuerdo, firmado en octubre de 1947 por 23 países
encabezados por Estados Unidos, continuó su andadura regulando las relaciones comerciales entre las
partes contratantes cuyo número se encuentra ahora en 128
LAS CUATRO REGLAS PRINCIPALES DEL GATT

Todo el edificio del sistema de comercio multilateral abierto y liberal del GATT descansa en cuatro reglas
sencillas:

1. Protección de las ramas de producción nacionales únicamente mediante aranceles: Esta primera regla, al
tiempo que reconoce la importancia de que los países miembros apliquen una política comercial abierta y
liberal, les permite proteger la producción nacional frente a la competencia del extranjero siempre que tal
protección se brinde únicamente mediante los aranceles y se mantenga en niveles bajos. A tal efecto se
prohíbe que los países apliquen restricciones cuantitativas, salvo en casos especificados. El ordenamiento
jurídico creado por el GATT para lograr el objetivo que acaba de enunciarse es complejo, pero descansa en
unas pocas reglas básicas sencillas. Aunque defendía el comercio liberal, el GATT reconocía que es natural
que los países deseen proteger sus ramas de producción frente a la competencia extranjera. El principio de
la protección arancelaria queda afianzado por disposiciones que prohíben aplicar restricciones cuantitativas
a las importaciones; sin embargo esta regla tiene una excepción importante y que permite a los países que
se encuentran con dificultades en la balanza de pagos (PB) restringir las importaciones para salvaguardar su
posición financiera exterior. 
2. Reducción y consolidación de los aranceles: Esta regla apunta a la reducción y eliminación en el marco de
negociaciones multilaterales, de los obstáculos arancelarios y de otra índole al comercio. Los derechos así
reducidos se incluyen en la lista de concesiones de cada país. Se dice que los tipos arancelarios que figuran
en estas listas son tipos consolidados. Los países tienen la obligación de no aumentar los aranceles por
encima de los tipos consolidados que figuran en sus listas. El principio básico que regula tales concesiones es
el llamado de la reciprocidad y la ventaja mutua. El país que solicita un mejor acceso a los mercados de otros
países mediante supresiones arancelarias o la supresión de otras barreras debe estar dispuesto a hacer
concesiones que los demás países consideren ventajosas y de igual valor a las que ellos hacen. Los países
que han alcanzado etapas más avanzadas de desarrollo están obligados a hacer contribuciones y
concesiones en forma de reducciones y consolidaciones arancelarias mayores que los que se encuentran a
niveles más bajos de crecimiento económico.
3. El comercio al amparo de la cláusula de la nación mas favorecida: Cada país debe llevar su comercio sin
discriminar entre los países de los que importa bienes o a los que exporta productos. Esta norma se
consagra en el principio de la nación más favorecida (NMF). Se admite una excepción en el caso de los
acuerdos regionales preferenciales. En palabras más sencillas, significa que un país miembro si otorga a otro
una ventaja arancelaria o de otra índole respecto de un producto debe de manera inmediata e incondicional
extenderla al producto similar de otros países. La obligación de otorgar el trato NMF se aplica no solo a las
importaciones sino también a las exportaciones de un producto a un destino, debe percibirlo con arreglo a la
misma tasa sobre las exportaciones de ese producto a todos los destinos. Además la obligación del trato
NMF no se limita a los derechos de aduana; también se aplica: A las cargas de cualquier clase impuestas a las
importaciones y a las exportaciones; a los métodos de exacción de los derechos de aduana y de esas cargas;
a los reglamentos y formalidades relativos a las importaciones y exportaciones; a los impuestos y
gravámenes internos sobre los productos importados, y a las leyes, reglamentos o prescripciones que
afecten su venta; a la administración de las restricciones cuantitativas en los casos en que tales restricciones
estén autorizadas en virtud de las disposiciones relativas a las excepciones.
4. El trato nacional: Obliga a cada país a no gravar un producto importado, una vez que ha entrado en el
mercado nacional después de satisfacer los derechos de aduana en la frontera con impuestos internos más
elevados que los que gravan el producto nacional similar. Dicho de otro modo el principio impone a los
países miembros la obligación de dar a los productos importados el mismo trato que a los productos
similares fabricados en el país.

CONSECUENCIAS PARA LAS EMPRESAS

El nuevo marco normativo elaborado en la Ronda de Uruguay para los productos agrícolas y textiles
contribuirá a que todos los países observen las reglas básicas del GATT que prohíben las restricciones
cuantitativas y dispone que la producción nacional se proteja únicamente con medidas arancelarias. Las
empresas exportadoras prefieren los aranceles a las restricciones cuantitativas por muchas razones. Los
aranceles son trasparentes y su repercusión en los precios es predecible. En cambio las restricciones
cuantitativas introducen incertidumbre en el comercio, pues las autoridades que las administran pueden
modificar a su arbitrio el volumen de los contingentes. Finalmente, como el funcionamiento de las
restricciones contingentarias requiere la expedición de licencias, las empresas solo pueden exportar si sus
compradores extranjeros consiguen una licencia de importación.
La Ronda Uruguay también permitió progresar considerablemente en la consolidación de los aranceles de
todos los países. La seguridad de que gracias a la consolidación, los tipos arancelarios más bajos acordados
en las negociaciones no serán incrementados por los países alienta a las empresas a invertir en fábricas,
equipo y redes de distribución y a adoptar otras medidas para desarrollar el comercio con los países hacia
los que exportan sus productos. Por otra parte, las consolidaciones dan a las empresas la garantía de que los
aranceles de las materias primas y los insumos que deben importar para la producción destinada a la
exportación no serán aumentadas por sus propios gobiernos.
Por último la regla del trato nacional garantiza a las empresas exportadoras que una vez que sus productos
han entrado en el mercado del país importador después de satisfacer los derechos de aduana y otros
gravámenes pagaderos en la frontera, no tendrán que abonar impuestos internos con arreglo a tasas más
elevadas que las de los productos de procedencia nacional. La regla del trato nacional se aplica no solo a la
exacción de impuestos internos, sino también al cumplimiento de las normas obligatorias respecto de los
productos y a la venta y distribución de estos. Como los gobiernos vienen imponiendo cada vez más
gravámenes y esas reglamentaciones deben aplicarse sin discriminación a los productos nacionales y a los
importados reviste una importancia vital para las empresas exportadoras. 

EXCEPCIONES A LA REGLA DE LA NMF

La normativa del GATT reconocía que los países pueden reducir los obstáculos arancelarios y de otra índole
al comercio con carácter preferencial en virtud de acuerdos regionales. No hay obligación de extender a
otros países las tasas más bajas o a la entrada en franquicia aplicable al comercio entre las partes en
acuerdos regionales. Estos acuerdos regionales preferenciales constituyen una excepción importante a la
regla de la NMF. Con objeto de proteger los intereses comerciales de los países que no pertenecen a estos
acuerdos, el GATT supedita a condiciones muy estrictas la celebración de tales acuerdos. Esas condiciones
prescriben que:
· Los países parte en un acuerdo regional deben desmantelar los obstáculos arancelarios y de otra índole con
respecto a lo esencial de los intercambios comerciales entre ellos; y
· El acuerdo no debe entrañar la imposición de nuevos obstáculos al comercio con otros países.

ANALISIS DEL ACUERDO DEL GATT SOBRE MEDIDAS SANITARIAS Y FITOSANITARIAS

El 15 de diciembre de 1993, 117 países pusieron fin a los 7 años de la Ronda Uruguay de negociaciones sobre
las normas y condiciones más ventajosas para el comercio mundial, que se llevaron a cabo bajo los auspicios
del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y comercio (GATT). El Acuerdo sobre la aplicación de las
Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, que constituye uno de los aspectos de las negociaciones, recibió gran
atención del público. El Acuerdo se ha servido de los trabajos de la Comisión de Códex Alimentarius y de la
Convención internacional de protección fitosanitaria. En el presente documento se describe el acuerdo, la
forma en que se ha desarrollado y sus efectos sobre los consumidores y los productores.
Todos los países mantienen medidas sanitarias (salud humana y animal) y fitosanitarias (salud de las plantas)
para garantizar que, tanto los alimentos nacionales como los importados sean inocuos para los
consumidores y evitar que se propaguen las plagas o enfermedades entre los animales y las plantas. Entre
dichas medidas pueden citarse el requisito de que los productos procedan de una zona libre de
enfermedades, la inspección de productos importados, el tratamiento específico o la elaboración de los
productos, el establecimiento de niveles máximos admisibles para los residuos de plaguicidas o el hecho de
permitir solo la utilización de ciertos aditivos en los alimentos.
Los gobiernos aceptan el hecho de que las medidas sanitarias y fitosanitarias pueden acarrear restricciones
al comercio. Sin embargo, algunas de estas restricciones van más allá de la necesidad de protección de la
salud y se utilizan para proteger económicamente a los productores nacionales. Cuando se reducen otras
barreras comerciales, las restricciones sanitarias o fitosanitarias pueden utilizarse como mecanismos
proteccionistas, ya que su complejidad técnica hace difícil su puesta en cuestión. El Acuerdo pretende
mantener el derecho de los gobiernos a ejercer la protección que consideren oportuna, pero tratando de
garantizar que dichos derechos no se usen abusivamente y den lugar a barreras innecesarias al comercio
internacional.

GATT Y LA INDUSTRIA FARMACEUTICA

A pesar de los esfuerzos que hace la industria farmacéutica para hacer aparecer como sin importancia los
efectos del GATT sobre los precios de los medicamentos, los expertos no dudan en expresar sus
preocupaciones al respecto. El patentamiento de los procesos y productos innovadores puede producir un
desmedido incremento de los precios de los medicamentos. Aunque la conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Comercio y el Desarrollo (CNUCED) afirma que la protección de la propiedad intelectual producirá
efectos favorables en los países en desarrollo no es claro como en estos se incrementarán las innovaciones y
como se asegura la transferencia de tecnología. Las innovaciones en medicamentos, tal como se han
experimentado en las últimas décadas, se han concentrado mayormente en los mercados de mayor
consumo que tienen patologías diferentes a los de los países en vías de desarrollo. Claro que los mecanismos
de mercadeo han tratado -frecuentemente con éxito- instalar el consumo de medicamentos que no son
necesarios o muy caros para las poblaciones de los países pobres. Tampoco se sabe como se asegura la
transferencia de tecnología que la ven como un efecto de la ampliación de la protección de patentes. Lo que
ocurrirá es que se intensificará el proceso de concentración de la investigación y desarrollo en los países
desarrollados, dejando en otros, las ultimas fases de la producción de medicamentos y otros solamente
importarán productos terminados. 

REFORMAS DEL GATT

Las primeras reformas importantes del Tratado se ratificaron en 1955. Los países miembros acordaron
tomar medidas más severas respecto a los subsidios a la exportación y a la limitación de las importaciones.
Durante la década de 1960, el GATT fue reformado de nuevo con el fin de reflejar el creciente interés que los
países desarrollados tenían en lo que respecta a los problemas comerciales de los países menos
desarrollados. Gracias a estas reformas, los países más desarrollados no estaban obligados por el principio
de reciprocidad a corresponder a las concesiones arancelarias hechas por otros miembros. En la Ronda
Uruguay se realizó la reforma más importante: la sustitución del GATT por la OMC.
EL GATT Y LA OMC

Aunque se creó para reemplazar al GATT, la OMC incorpora todas las medidas del tratado original y las
posteriores reformas, revisadas y mejoradas, denominándose GATT 1994. La OMC amplía el mandato del
GATT a nuevas áreas, como el comercio de servicios y de la propiedad intelectual, y proporciona un marco
legal en el ámbito internacional para reforzar las medidas del GATT. Puesto que la OMC desarrolla el Acta
Final de la Ronda Uruguay, está, de hecho, perpetuando la organización y decisiones del GATT bajo una
nueva estructura reforzada. De hecho, el GATT en sí no era más que un tratado provisional administrado por
una secretaría improvisada, pero ha sido transformado de manera efectiva en una organización
internacional con plenos poderes.

Creación de la OMC

La Ronda de Uruguay (1986-1993) fue uno de los momentos más importantes dentro de las negociaciones
comerciales, resultando en la reintegración del sector agrícola y textil, introducción de nuevas disciplinas en
el sector servicios y de Propiedad Intelectual, así como la creación de la OMC.
Así pues, la OMC fue creada el 1 de enero de 1995, sustituyendo al GATT, en la ciudad de Ginebra, Suiza,
donde aún mantiene su sede. Desde su creación, el GATT fue explícitamente concebido como un acuerdo
temporal que posteriormente formaría parte de la OIC. Debido a que carecía de una estructura institucional,
se decidió crear la OMC para suplir estas deficiencias.

Las principales diferencias entre el GATT y la OMC son las siguientes:

 Único contrato (single undertaking): El acuerdo de la OMC es un único contrato, es decir, que todas
sus provisiones se aplican a todos sus miembros (excepto por los acuerdos Plurilaterales). Esta es
una diferencia importante con respecto al GATT dónde, principalmente los países en desarrollo,
podían decidir si firmar o no un acuerdo.
 Órgano de solución de diferencias (dispute settlement): En la OMC es casi imposible bloquear la
creación de Paneles para la resolución de disputas o la adopción de informes, mientras que esto sí
que era posible en el caso del GATT.
 Transparencia: La OMC tiene un mayor mandato para conseguir la transparencia y vigilancia en sus
funciones, principalmente a través de la creación del Mecanismo de Revisión de las Políticas
Comerciales (Trade Policy Review Mechanism).
 Liderazgo de la organización: Como reflejo del mayor alcance de la organización, en lugar de
designar un alto funcionario de uno de los Estados miembros (como era tradición en el GATT), los
Directores Generales de la OMC son figuras políticas, en general ex-políticos.
 Funcionamiento: Mientras que en el GATT podía pasar una década sin encuentros ministeriales, en
la OMC, los firmantes deben reunirse por lo menos una vez cada dos años.

Funcionamiento

En general, se puede decir que la OMC es:

 Un mecanismo para el intercambio de compromisos en materia de política comercial.


 Un código de conducta: una serie de compromisos legales específicos que regulan las políticas
comerciales de los Estados miembros.

En cuanto al segundo punto, este código de conducta emerge de un proceso de negociación que incluye
una serie de compromisos legales para reducir las barreras al comercio. Así pues, estos compromisos se
encuentran estipulados en los distintos acuerdos alcanzados. La OMC constituye un marco o estructura de
normas y disciplinas para las políticas relacionadas con el comercio, es decir, que la OMC como organización
no define ni especifica el resultado de las rondas de negociación, sino que este resultado depende de los
acuerdos alcanzados por los Estados miembros dentro de dicha estructura.

Para entender exactamente en qué consiste dicho código de conducta, se considera que existen cinco
principios o dimensiones de la OMC que son de particular interés para entender su funcionamiento. Estos
cinco principios configuran la base legal sobre la que los Estados miembros pueden llegar a acuerdos, sin
que estos acuerdos puedan violar ninguno de estos principios (es a estos principios a los que nos referíamos
al decir que la OMC es un marco o estructura de normas):

 La no discriminación.
 La reciprocidad.
 El principio de acuerdos vinculantes.
 La transparencia.
 Determinadas excepciones
 La no discriminación
El principio de no discriminación tiene a su vez dos componentes:

 La norma de la Nación Más Favorecida (NMF) (Most Favoured Nation, MFN).


 El principio de trato nacional (National Treatment).

Estas dos normas o principios se encuentran en los distintos acuerdos alcanzados sobre bienes, servicios, y
propiedad intelectual, pero su precisa naturaleza o alcance difiere entre estas tres áreas. Esto es
especialmente cierto en el caso del Trato Nacional, que es un compromiso específico y no general en el caso
de los servicios.

La norma de la Nación Más Favorecida (NMF) requiere que un producto producido en un Estado miembro
sea tratado de forma no menos favorecida que un producto similar originario de cualquier otro país. Es
decir, supongamos que la Unión Europea (UE) tiene un acuerdo particular con los Estados Unidos por el cual
a los coches deportivos estadounidenses (supongamos que existiera tal categoría) se les impone unos
aranceles del 10%. Supongamos ahora que China dentro de unos años empieza a producir también coches
deportivos y pretende exportarlos a la UE. Imaginemos que los coches deportivos chinos tienen un precio
muy por debajo de los estadounidenses y europeos (por ejemplo, debido a que los trabajadores/as
chinos/as tienen un salario mucho inferior al europeo). Así pues, imaginemos que los dirigentes políticos
europeos deciden imponer a estos coches chinos unos aranceles del 50% (puesto que así, al entrar en el
mercado europeo, su precio aumentará del 50% y se encontrarán a un precio mucho menos inferior al de los
coches deportivos europeos o estadounidenses y por tanto su capacidad de competir con los coches
deportivos europeos será mucho inferior). Pues bien, este comportamiento estaría prohibido por el principio
de la NMF: puesto que la UE aplica aranceles del 10% a los coches deportivos estadounidenses está obligada
a aplicar el mismo arancel a los coches deportivos chinos o de cualquier otro Estado miembro de la OMC. Es
más, el principio de la NMF se aplica también si el Estado miembro tiene un acuerdo con otro país que no
sea miembro de la OMC. Es decir, que si la UE tuviera un acuerdo bilateral con Mongolia (que no es
miembro de la OMC) por el cual los aranceles impuestos a los coches deportivos mongoles fuera del 5%, la
UE estaría obligada a garantizar unos aranceles máximos del 5% a todos los Estados miembros de la OMC.

La norma de la NMF se aplica incondicionalmente, a pesar de que existen excepciones. Las tres excepciones
más importantes son:

 Las Zonas de Libre Comercio (Free Trade Area) que son acuerdos entre países por los cuales a las
exportaciones se les deja de imponer arancel alguno (un ejemplo es el TLC entre EEUU, México y
Canadá).
 Las Uniones Aduaneras (Custom Union) que son zonas de libre comercio pero dónde los países no
sólo dejan de imponer aranceles a las exportaciones entre éstos sino que además adoptan
aranceles comunes para las importaciones de países terceros.
 Los acuerdos de trato preferencial que son acuerdos entre países industrializados y en desarrollo
por los cuales los primeros dan un trato arancelario preferencial (es decir, aranceles inferiores) a los
segundos.

El principio de trato nacional requiere que, una vez los productos extranjeros hayan satisfecho cualesquiera
requisitos nacionales necesarios para poder ser importados, sean tratados de manera no menos
favorecedora que productos similares o competitivos nacionales. Así pues, este principio se aplica tanto a
regulaciones fiscales como políticas. Siguiendo con el ejemplo anterior, supongamos que los coches chinos
se encuentran ya en la aduana de la UE tras haber pagado el arancel del 10%. Supongamos ahora que la UE
ha decidido establecer a nivel europeo una nueva norma para fomentar el comercio intraeuropeo. Digamos
que dicha norma consiste en una reducción fiscal del 10% de los costes de transporte de los coches
europeos para las empresas europeas que producen dichos coches. Pues bien, según el principio de Trato
Nacional, la UE estaría obligada a garantizar dicha reducción fiscal del 10% de los costes de transporte en
territorio europeo a todas las empresas chinas y de los Estados miembros de la OMC que quisieran exportar
coches en territorio europeo.

En ambos casos, la obligación es de dar un trato no menos favorable. Es decir, que un país puede favorecer
un determinado producto extranjero en relación al nacional pero sujeto al principio de NMF, es decir, que
dicho trato favorecedor deberá ser garantizado a todos los productos similares de cualquier país extranjero
miembro de la OMC. Lo contrario también es cierto, es decir, que un país puede favorecer un producto
nacional en relación a uno extranjero (por ejemplo con elevados aranceles sobre ese producto), pero
entonces el país deberá favorecer dicho producto nacional en relación a todos los productos similares de
cualquier país extranjero miembro de la OMC. En nuestro ejemplo anterior, esto quiere decir que la UE no
puede imponer aranceles elevados a los coches chinos y bajos a los estadounidenses, pero sí que podría
imponerles aranceles bajos e iguales (no discriminación) o aranceles elevados e iguales a ambos países.

El principio de NMF tiene una serie de objetivos económicos y políticos. En cuanto al objetivo económico, si
la política de un país no discrimina entre países extranjeros, tanto importadores como consumidores
continuarán teniendo el incentivo de comprar del país con un menor coste (es decir, precio). En cuanto al
objetivo político, la NMF ofrece a los países pequeños la posibilidad de impedir que países más grandes den
mejor trato a competidores por razones de Política Exterior. Además, el principio de NMF, busca mantener
la cooperación mediante el incremento del coste de un país de desviarse de sus compromisos,
incrementando así la credibilidad de estos compromisos. Siguiendo con el ejemplo anterior, si la UE siguiera
queriendo imponer tarifas a los coches chinos del 50%, lo podría hacer, pero entonces tendría que
incrementar hasta ese nivel las tarifas impuestos a los coches de cualquier otro país miembro de la OMC.
Esto querría decir que, de un día para otro, debido a la subida de los aranceles, el precio de todos los coches
no europeos en la UE se incrementaría. Como seguramente la UE no quiere que sus ciudadanos paguen más
caros todos los coches no europeos, finalmente decidirá ajustarse al compromiso que había alcanzado con
todos los miembros de la OMC: una tarifa del 10%. Así el principio de la NMF incrementa el coste de
cualquiera de sus miembros a desviarse de los compromisos previos alcanzados.

El objetivo del principio de trato nacional es que de igual forma, los compromisos de reducción de
aranceles, no sean contrarrestados mediante el uso de impuestos o medidas similares. La obligación se
aplica siempre, se haya alcanzado o no un compromiso en materia de aranceles, y cubre todos las políticas.
En el principio de trato nacional es irrelevante hasta qué punto se le produce un daño económico al
exportador extranjero mediante una ley o norma nacional, lo que importa es si esta ley discrimina entre
productores nacionales y extranjeros.

El principio de reciprocidad

El principio de reciprocidad se aplica en el momento en que existen negociaciones para la entrada de un


nuevo miembro a la OMC. Cuando un país quiere formar parte de la OMC el resto de Estados miembros
están obligados a garantizar las tarifas acordadas al resto de Estados miembros, tal y como se ha descrito
más arriba, debido al principio de la NMF. En nuestro ejemplo, si China quisiera formar parte de la OMC, el
resto de países de la OMC, en nuestro ejemplo, la UE y los EEUU, tendrían que garantizar a los productos
chinos las mismas tarifas que las aplicadas al resto de miembros, en nuestro ejemplo, una tarifa del 10%
para los coches. El principio de reciprocidad implica que el resto de Estados miembros pueden decidir, como
requisito para la entrada de China a la OMC, que ésta baje a su vez las tarifas que aplica a determinados
productos provenientes de Estados miembros.

El objetivo del principio de reciprocidad es impedir el free riding. Es decir, que un país con tarifas elevadas
que quiera entrar a formar parte de la OMC, se beneficie de unas tarifas bajas en todos los miembros de la
OMC para sus productos (por el principio de la NMF) y el país pueda seguir imponiendo tarifas elevadas para
los productos de los miembros de la OMC.
La solución de diferencias

La OMC es una de las pocas organizaciones internacionales que dispone de un órgano de solución de
diferencias. Se trata de un sistema muy similar al Derecho de la UE. Los compromisos de reducción de tarifas
se enumeran en listas de concesiones (por ejemplo, el país X tiene una tarifa de Y en tal producto). Estas
listas establecen límites obligados: el país concernido no puede incrementar las tarifas por encima de éstos
límites (con límites para cada producto extranjero).

En ocasiones, un país puede ser acusado de haber incrementado las tarifas. Sin embargo éste no es el caso
más frecuente. Puesto que controlar las tarifas impuestas por el país es sencillo, basta con saber el importe
pagado por la empresa exportadora y si dicha tarifa es superior al límite obligatorio estipulado. En cambio,
la mayoría de problemas se derivan de otras acusaciones. En particular, la mayoría de casos se dan por
supuestas violaciones del principio de trato nacional, es decir, porque un miembro considera que las normas
nacionales discriminan a sus productores (exportadores) en relación a los nacionales del país.

Si un país considera que las acciones llevadas a cabo por otro miembro tienen como efecto anular o
perjudicar las negociaciones de acceso al mercado o cualquiera de las normas de la OMC, puede pedirle al
gobierno de dicho miembro que cambie estas normas o le permita un mayor acceso a su mercado
(reducción de tarifas) en otros productos que al país interesen. Si no se llega a un acuerdo, el país puede
iniciar una acción legal contra el miembro mediante la solución de diferencias de la OMC. Esto implica la
constitución de un panel de expertos encargados de determinar si la medida del miembro contestada por el
país viola los acuerdos de la OMC. Puesto que la OMC es un acuerdo intergubernamental (entre países),
solamente los gobiernos tienen derecho a llevar un caso ante un panel.

Es muy importante entender como funciona el sistema de solución de diferencias para entender el
funcionamiento de la OMC en sí. La OMC no puede obligar a un país a reducir sus tarifas puesto que no
dispone de poder coercitivo (no dispone de policía) que puedan hacer cumplir las decisiones de los panels.
En cambio, cuando un país acusa a otro de llevar a cabo acciones que perjudican su acceso al mercado y que
son contrarias a las normas de la OMC, el panel, de la misma forma que haría un tribunal, decide si las
normas de la OMC fueron violadas o no. Si considera que no ha habido violación alguna, se mantiene el
status quo. Si en cambio considera que sí hubo violación, entonces autoriza al país afectado por tal violación
a tomar medidas unilaterales en represalia. El país afectado puede iniciar medidas de represalia, es decir,
una subida en las tarifas aplicadas a los productos del otro miembro que equivalga al daño económico que
este miembro le causó.

Se deben de tener en cuenta diversos aspectos de este sistema de solución de diferencias. Aunque el
sistema de solución de diferencias impide la represalia unilateral de un país (puesto que antes debe pasar el
juicio del panel), la capacidad real de un país de responder a una acción de otro miembro que reduzca el
acceso a su mercado depende de las características económicas de los países que se enfrenten. Esto es
particularmente importante para países con una economía pequeña puesto que, dadas sus características,
las medidas de represalia pueden ser poco efectivas o creíbles, incentivando así a que se infrinjan las normas
contra los intereses de estos países.

La OMC ha sido a menudo acusada de aplicar sus sanciones de forma desigual, tratando con rigidez a los
países de la periferia, mientras que se lava la cara en las potencias económicas del centro. De hecho, no en
pocas ocasiones ha resultado que los expertos del Panel de la OSD no son otros que directivos de destacadas
empresas transnacionales.

Los principios de no discriminación, reciprocidad y la solución de diferencias tienen como objetivo conjunto
asegurar el tercero de los cinco principios de la OMC, el principio de acuerdos vinculantes, puesto que
aseguran el cumplimiento de los compromisos alcanzados en el seno de la OMC.
La transparencia

Una precondición para la aplicación de los acuerdos es la información sobre los régimenes comerciales. La
transparencia es una obligación legal. Los miembros están obligados a publicar sus normas en materia de
comercio, a establecer y mantener instituciones permitiendo la revisión de las decisiones administrativas
que puedan afectar al comercio, a responder a las demandas de información por parte de otros miembros, y
a notificar a la OMC cualquier cambio en la política comercial.

Estos requisitos de transparencia interna se suplementan con el control multilateral que ejercen los propios
miembros de la OMC, facilitado además por informes nacionales periódicos que son preparados por el
secretariado y discutidos en el Consejo de la OMC. Esto configura el llamado Mecanismo de Revisión de
Políticas Comerciales.

La transparencia es sin duda vital para asegurar la titularidad de la OMC como institución: si los ciudadanos
no saben en qué consiste la organización, su legitimidad queda erosionada. El Mecanismo de Revisión de
Políticas Comerciales es una fuente importante de información que puede ser usada por la sociedad civil
para valorar cuáles son las implicaciones del conjunto de políticas comerciales llevadas a cabo por los
gobiernos. Desde un punto de vista económico, la transparencia puede ayudar también a reducir la
incertidumbre acerca de las políticas comerciales de cada miembro, reduciendo así el risk premia requerido
por los inversores.

Las excepciones

En la OMC no existen excepciones ad hoc: si un miembro quiere desviarse de sus compromisos, debe
invocar la excepción apropiada o renegociar sus compromisos.

En cualquier caso, existen bastantes provisiones en los acuerdos admitiendo excepciones a las obligaciones
básicas (límites tarifarios, prohibición de restricciones cuantitativas, no discriminación, etc.). Estas
excepciones se pueden agrupar en tres categorías:

 Excepciones de carácter industrial: medidas inconsistentes con las obligaciones de la OMC y que en
general reflejan el deseo de un Estado miembro de asistir a una industria específica en su
competencia con las importaciones extranjeras. El objetivo es pues la protección de las empresas
nacionales.
 Excepciones que afectan a la economía en general: políticas enfocadas a un problema
macroeconómico o de oferta de un bien público (sanidad o seguridad pública por ejemplo). A
diferencia de la anterior excepción, cuyo único objetivo es el de proteger a un determinado grupo
de la sociedad (empresas y trabajadores/as de éstas), ésta tiene como objetivo incrementar el
bienestar general.
 Excepciones institucionales o sistémicas: motivadas por el deseo general de los miembros en tratar
un problema específico de algún miembro o salvaguardar el funcionamiento del sistema comercial
en su conjunto.

Críticas al funcionamiento sistémico de la OMC

Los países del Sur han denunciado repetidamente las irregularidades en los procesos de negociación en el
seno de la OMC. Mantener posiciones extremas hasta el último momento para conseguir acuerdos
intermedios, negociar en pequeños grupos de países marginando a los países menos importantes (“sala
verde”), etc. Son todas ellas estrategias comunes en las negociaciones en el seno de la OMC. La relación
desigual entre los países ricos y la mayoría de países empobrecidos es un factor determinante en este tipo
de negociaciones. Ningún país empobrecido tiene la capacidad de hacer frente unilateralmente a un
bloqueo de las negociaciones. Cada país tiene por lo menos un punto vulnerable en su relación con EEUU,
UE y Japón, los mercados más interesantes para la exportación. Como demostraron los países del Sur en la
Conferencia Ministerial de Cancún con la creación del G23, la única forma de contrarrestar este tipo de
estrategia es hacerle frente unidos puesto que el mercado de un país en vias de desarrollo puede no parecer
interesante pero el de muchos de ellos conjuntamente sí lo es.

Además, estos documentos no siempre se elaboran con el tiempo suficiente para estudiarlos y evaluarlos,
sobre todo para aquellos países con menos recursos que cuentan con menos técnicos a su disposición. A
pesar de que este aspecto puede parecer trivial, es de vital importancia. La OMC son un conjunto de
acuerdos muy complejos que necesitan de juristas, economistas, etc. para que puedan ser analizadas en
detalle las consecuencias de cada compromiso. A pesar de que la OMC pone a disposición de los países en
desarrollo a algunos de sus empleados, la diferencia entre pobres y ricos es enorme. En la última
Conferencia Ministerial de Cancún, por ejemplo, la propuesta de la declaración final fue entregada a los
delegados sólo 30 horas antes de la hora límite para alcanzar un acuerdo.

La falta de transparencia

Uno de los aspectos más criticados en cuanto a la transparencia de la OMC son las llamadas negociaciones
de la Sala Verde (Green Room), un sistema de reuniones informales establecidas durante la Ronda de
Uruguay, llamadas así por el color de la habitación donde se realizaban. En estas reuniones, un número
reducido de países, con interés en el tema que va a ser negociado, se encuentran para llegar a un acuerdo
que, más tarde, debe ser ratificado, por consenso, por todos los países miembros (entre los cuales hay
muchos que no han sido invitados a las reuniones). Este mecanismo se repitió en Seattle, y fue uno de los
motivos más importantes del fracaso de la conferencia, ya que los países africanos y otros de la periferia se
plantaron ante esta situación y se negaron a ratificar la declaración final (en la negociación de la cual no
habían participado, ya que habían sido marginados de las negociaciones de la "sala verde" durante toda la
conferencia). Los procesos en la Green Room fueron objeto de críticas durante la década de los noventa,
especialmente por parte de países en desarrollo y ONGs preocupadas por la falta de transparencia, por ser
ambos excluidos de dichos procesos.

Han habido distintas propuestas durante décadas para formalizar las negociaciones en la Sala Verde
mediante la creación de un comité ejecutivo que administre la agenda de la OMC, con un núcleo
permanente de miembros basado en criterios acordados, como por ejemplo la proporción del comercio
mundial manejado por cada país, junto a un grupo rotativo de países más pequenyos. A día de hoy, no se ha
conseguido progreso en esta dirección. Determinados autores consideran que el abuso de negociaciones en
la Sala Verde por parte de los miembros de la OMC es innecesario. En cualquier caso y a pesar de que una
mayor transparencia es sin duda necesaria y siempre aconsejable para la organización, otros autores
consideran que un mecanismo similar a las negociaciones en la Sala Verde (dónde determinados miembros
se reúnan para discutir sobre políticas comerciales que afecten única o principalmente a éstos sin la
participación de otros miembros) parece inevitable en una organización con un número tan elevado de
miembros.

Otra crítica frecuente dirigida a la OMC es que no existe acceso libre a todos los datos generados por la
OMC. Por ejemplo, no existe el acceso libre a la Base de Datos Integrados de la OMC, que comprende los
datos sobre los límites tarifarios a los que los miembros se han comprometido. A pesar de que los límites
tarifarios son el núcleo de la OMC, es muy complicado su análisis por parte de cualquier investigador
externo puesto que esto requiere el análisis de una cantidad fenomenal de datos. Sin embargo, el
Secretariado de la OMC organiza y recoge de manera más comprensible todos estos datos pero únicamente
tienen acceso a ellos los gobiernos.

1. Que fue lo que permitió la creación del Gatt


2. Explique brevemente las 4 reglas fijadas por el Gatt
3. Dentro de las 4 reglas fijadas por el Gatt, porque cree que se permitían restricciones a la
importación en caso de dificultades en la balanza de pagos. Explique su respuesta.
4. Porque es importante el principio de la nación más favorecida
5. Que es la OMC
6. Cuáles son las diferencias entre el Gatt y la OMC
7. Enuncie los 5 principios de la OMC
8. Cómo funciona el sistema de solución de diferencias en la OMC
9. Como se garantiza la transparencia de los países en la OMC
10. Cuáles son las principales críticas a la OMC

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