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La Combinación, el tren que conectaba Peñarol con Sayago,

estacionado en su andén de la estación Peñarol.


Detrás y a la izquierda se ve la fuente que forma parte de los
monumentos nacionales de Peñarol. Detrás del ferrocarril
se encuentra el edificio de la estación, delante el bulevar
Aparicio Saravia y a la derecha la calle Shakespeare.
Actualmente el espacio del andén de La Combinación está

6 acondicionado con un deck de madera que lo evoca.

Método y viveza

Cantan los pasajeros


«la estamos pasando bien»,
siempre quiso abrir las alas,
siempre quiso volar en tren.

Jaime Roos, Expreso Horizonte


E
n Peñarol convivían dos mundos. La eficacia, frutas eran iguales. A los ingleses la calidad les importaba y
el método y el respeto de las jerarquías carac- pensaban que mayor precio era mejor calidad.
terizaban a los ingleses, en contraposición a
Los ingleses eran poderosos y lo hacían valer. Pereyra re-
la desidia y la desprolijidad criollas, compen-
cuerda un caso que ilustra cómo hacían sentir el peso de
sadas con viveza y picardía (que presuponen capacidad,
su poder:
pero no voluntad).
Placa de bronce (60 × 35 cm «Yo trabajé de cerca con el primer ingeniero inglés, al
aproximadamente), ubicada El inglés de la picana, así le decíamos, era un empleado de
que todos llamábamos Diujas, y conocí a Norris, el último
al ingreso del Centro Artesano, los frigoríficos. Recorría los vagones detenidos en la es-
actualmente desaparecida. ingeniero inglés», recordó Luis Pastorino.
tación Peñarol, picana en mano. La picana era un hierro
ni habló con los mecánicos: se sirvió de los mecanismos largo con un clavo en la punta. Con eso les daba a los ani-
Diujas era una típica figura londinense: alto, delgado, males caídos para que se levantaran. Pero si abusaba del
de la jerarquía.
usaba pantalón bombilla y un paraguas que movía recurso, estropeaba el cuero y eso no le convenía a quien
como si fuese un bastón. Un día hubo problemas con los vendía. El inglés vigilaba sus intereses.
una locomotora recién reparada. No se movía ni para Sin embargo, bajo esa pátina de seres ideales (eficaces,
atrás ni para adelante. Durante cinco días la revisaron refinados, autocontrolados pero sensibles), los ingleses En la estación Peñarol protagonizó un episodio lamentable.
todos los mecánicos. Hasta que llegó Diujas, se paró a eran también los otros, a quienes a veces se podía engañar. El inglés de la picana entró con el sombrero puesto. Levita, el
unos 15 metros, la miró de un lado, luego dio la vuelta y Antonio Pereyra padre, el propietario del Bar La Primavera, jefe de la estación, le indicó que eso era de mala educación,
la miró del otro, y se fue a su oficina sin decir una palabra. lo hizo cuando era niño: pero él siguió, desafiante, y Levita le arrancó el sombrero
Desde allí llamó al jefe de ingenieros y lo rezongó por de un golpe. En el barrio eso fue un reguero de pólvora. Yo
el error; este hizo lo mismo con el capataz, el capataz A orillas del Miguelete crecía mucho la zarzamora y a los tenía cuatro años, fue allá por la época de Terra… El caso
rezongó al jefe del taller y este al jefe de la sección mecá- ingleses les encantaban, porque con ellas hacían dulce. Yo es que Levita se tuvo que ir, porque el de la picana no per-
nica y así, en escala descendente. Las bielas deben estar juntaba y luego las vendía en las veredas, junto con mis tenecía al ferrocarril pero era un inglés. Levita vino a hablar
opuestas pero con una diferencia de grados que permita amigos. Ellos pedían cinco centésimos por una lata y yo pe- con mi padre al Bar La Primavera y le pidió plata prestada:
al mecanismo de las ruedas funcionar como lo hacen los día seis. «¿Por qué más caro usted?», me preguntaban los «Me voy antes que me echen; me metí con un inglés», le
pedales. No se había respetado eso y los pistones no re- ingleses. «Porque valen eso», les decía. Y me compraban a dijo. Era un buen hombre: antes que pasara una semana le
cibían la fuerza necesaria para arrancar. Pero él no gritó mí: siempre vendía más que mis competidores, aunque las había devuelto a mi padre el dinero prestado.

Talleres de Peñarol. Remesa.


104 b a r r i o p e ñ a r o l . pat r i m o n i o i n d u s t r i a l f e r r o v i a r i o Fines de la década del veinte.
Torno en el taller de máquina, luego enganchaban los vagones de vacunos y al
Peñarol. Dimensiones
en metros: altura 1,30;
final un breque donde venían los troperos. Los maquinistas
largo 3,36; ancho 1,00. mandaban a los foguistas a sacar un cordero, burlando la
Año 1938. Marca: vigilancia de los troperos. Mataban y cuereaban al animal
Dean Smith &
y luego echaban el cuero y las vísceras al fuego de la lo-
Grace. Procedencia:
Keighey (Inglaterra). comotora. Después lo asaban aprovechando la potencia
Foto actual. de la caldera, que concentraba tanto calor que quemaba.
Colocaban la carne detrás del regulador, la palanca que
controlaba la cantidad de vapor enviada a los cilindros.
Se iba asando lentamente, con la locomotora en marcha.
Los troperos ni se enteraban de la picardía.

A veces los locales tenían sus pequeñas victorias basadas en Álvaro Cuenca, que para escribir la historia de la colectivi-
la viveza criolla. Cuenta Pereyra: dad inglesa en Uruguay ha entrevistado a muchos de sus
Por Peñarol pasaban trenes de ganado con treinta o más integrantes y descendientes, sostiene que, por historias
vagones, en los tiempos de las locomotoras a vapor. Los como la anterior, los ingleses veían a los uruguayos como
vagones de ovejas eran de dos pisos e iban después de la «brutos y garroneros».

Escuela de presidentes y campeones

La escuela de Peñarol comenzó a funcionar los 8 de setiembre, hasta el fin de su vida, Andrés Martínez Trueba y el campeón
el 2 de abril de 1894 con el nombre que duró 85 años, su casa particular fue olímpico y mundial José Nasazzi.
de Escuela Rural N.° 25 y al tercer día de una romería de alumnos que concurrían, Antonio Pereyra padre recuerda su pasaje
clase ya había 80 alumnos inscritos. alborozados, con sus hijos y nietos, a por la escuela entre 1934 y 1940:
El número cambió luego a 26; en 1899 saludar a la vieja y venerable maestra, en «Nos daban leche en unos jarros de
la escuela pasó a ser de Segundo la clásica fiesta de su cumpleaños». aluminio a los alumnos que lo necesitaban.
Grado N.° 34 y más tarde se le agregó la La escuela 166, que funciona en el mismo Algunos, sin necesitarlo, íbamos para
denominación Congreso de Abril de 1813. local pero en otro turno, se llama hoy robarle unos minutos a la clase, al estudio,
Su primera directora fue María Vittori, quien María Vittori, por decisión del Parlamento. para prolongar el recreo. Mi hijo Antonio
ocupó el cargo hasta su jubilación, en 1917. En la escuela de Peñarol estudiaron, tomó leche en los mismos jarros que
Cuenta Emilio Carlos Tacconi que «todos entre muchos otros, el presidente yo; estaban abollados de tan viejos».

Maquinista,
alrededor 1950.
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Mister Bayne

En 1906 un nuevo administrador de la compañía vino de los jefes de los talleres por las faltas al trabajo de varios del personal. El Día subrayó que ese era el personal con
desde Londres: Frank Hudson fue sustituido por Charles obreros especializados que eran futbolistas de Peñarol. el cual los ingleses «desde hace decenas de años viene[n]
W. Bayne. La política seguida por el nuevo administrador inglés amasando su fortuna». Antes de ser presidente, Williman
A la llegada del nuevo administrador el Ferro Carril comenzó entonces a separar en forma paulatina la com- había sido abogado de la empresa británica.
Central no estaba produciendo los dividendos espera- pañía del Ferro Carril Central de su club de fútbol, un La huelga general fue decretada el 22 de febrero. Bayne,
dos, pese a su posición monopólica en el mercado del divorcio que se haría definitivo en 1913. seguro de su estrategia y de los apoyos tejidos, rechazó
transporte ferroviario uruguayo. El El 20 de febrero de 1908 Bayne todo intento de mediación de las figuras políticas del bat-
ejercicio de 1905, por ejemplo, había también denunció el convenio obte- llismo, como el del presidente del Senado, Feliciano Viera.
arrojado déficit, entre otros motivos nido por el sindicato de la empresa en A un mes de iniciado el paro, el 24 de marzo, el mi-
por las erogaciones que había provoca- la huelga de 1905, cuando los obreros nistro de la legación británica en Montevideo, Robert J.
do el triunfo obrero en la huelga de ese habían contado con el estímulo amistoso Kennedy, informó a Londres:
año. Por lo tanto, reordenar la empresa del presidente José Batlle y Ordóñez.
y revertir el peso del sindicato eran las El gremio ferroviario se vio sor- El gobierno del presidente Williman concedió a las de los soldados y policías involucrados en el conflicto. El
principales preocupaciones y objetivos prendido por la medida. Pocos días autoridades de la Compañía Ferroviaria el apoyo más Ferro Carril Central solo volvió a contratar a aquellos a
del nuevo administrador general. antes, en los prolegómenos del conflic- completo proporcionando guardias militares para todas quienes no consideraba activistas sindicales y revocó las
las estaciones, puentes y tanques de agua, además de conquistas que habían obtenido los trabajadores. De allí en
Según cuenta Luciano Álvarez en to, la dirección de la Unión Ferroviaria
enviar destacamentos de soldados para que viajaran en
su Historia de Peñarol, Bayne tomó la había emitido un comunicado en el adelante, las condiciones laborales serían establecidas solo
varios trenes. El resultado de esta enérgica actitud de par-
decisión de comenzar a separar a la cual expresaba que las relaciones entre por la compañía.
te del gobierno del presidente Williman, que representa
empresa de su club de fútbol, cuya po- la empresa y el sindicato eran relativa- Un triunfante mister Bayne visitó al presidente
un marcado contraste con la actitud «socialista» de su
pularidad había crecido más de lo imaginado y que, pese mente buenas desde 1905. Williman para comunicarle el fin de la huelga y expresarle
predecesor, ha sido que el gerente del Ferro Carril ha
a sus triunfos deportivos, era cada vez más un dolor de Ante el inminente choque laboral, el gobierno del tenido éxito en su lucha contra los sindicatos. el agradecimiento de la compañía por las medidas que el
cabeza para la compañía. presidente Claudio Williman distribuyó guardias en gobierno había adoptado durante el paro.
Bayne sacó cuentas: en 1905 el club había significado las estaciones, «lo que sorprendió a los obreros, porque En los primeros días de abril estaba claro que la huelga se Al año siguiente Bayne informó orgulloso a sus supe-
1850 libras esterlinas gastadas en arreglar los vagones des- ellos no estaban en conflicto», informó El Día. El diario había saldado con el triunfo de la empresa. El sindicato se riores en Londres que sus objetivos se habían cumplido.
trozados por los hinchas cuando volvían a Peñarol tras los de Batlle y Ordóñez apoyó a los obreros y se preguntó si disolvió por décadas. La empresa del Ferro Carril había El diario La Tribuna Popular publicó el 18 de mayo de
partidos. A eso había que sumarle el costo que suponía era cierto lo que muchos afirmaban: que la empresa, sin- gastado más de 25 000 libras esterlinas en combatir el paro, 1909 que en el último año el Ferro Carril Central había
reforzar el servicio en los días de competencia y las quejas tiéndose más fuerte, había resuelto sacrificar a la totalidad que duró 41 días. Con ese dinero se cubrió la manutención dado un beneficio de 471 868 libras esterlinas. El ejercicio

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cerrado en julio de 1908 había dejado 85  896 libras de La situación se discutió desde entonces hasta 1913, según
ganancia, a pesar de la huelga. cuenta Luciano Álvarez en su Historia de Peñarol. Se debía
El conflicto laboral afectó al club deportivo, lo que optar entre renunciar a la popularidad que había conquis-
seguramente poco le importó a Bayne. La Tribuna tado el club y regresar a sus orígenes meramente recreativos
Popular señaló el 27 de marzo de 1908, cuando estaba acotados al ferrocarril, o asumir un nuevo papel y una nueva
por comenzar una nueva temporada deportiva: «El dimensión, con todos los desafíos que implicaba despren-
conflicto ferrocarrilero ha provocado la desmembra- derse de la compañía que había fundado la institución.
ción del team y del antiguo cuadro del año pasado no La independencia respecto a la empresa del Ferro
queda uno solo». Carril Central se decidió en junio de 1913. El acuerdo in-
A Peñarol la huelga casi le costó la pérdida de su cluía la autonomía del club, pero sobre la base de la salida
afiliación a la Liga. La directiva quedó dislocada y, en la de la villa y el veto a la candidatura para presidente del
confusión que eso generó, el secretario Thomas Lewis y doctor Francisco Simón, figura importante de Peñarol y
el delegado Luis Borretti terminaron inscribiéndolo en el del batllismo, ya que Bayne no olvidaba su apoyo y aseso-
campeonato pocas horas antes de que venciera el plazo. ramiento al sindicato ferroviario.
Debilitado el apoyo de la empresa, el club sobrevivió por Peñarol fue desde entonces una palabra con doble signi-
la acción de un número importante de dirigentes y socios ficado: el nombre de barrio obrero y ferrocarrilero, paraje de
no empleados del ferrocarril, por lo cual aceleró en 1908 un vieja historia, y el nombre, ahora oficial, de un club de fútbol
proceso de desprendimiento de la compañía y del barrio. que escribiría su propia historia a partir de ese momento.

Las canchas del ferrocarril

El campo del polo era un enorme predio en el que los ingleses Sobre la vía paralela a Garzón existen unos 50 olivos que rondan
jugaban al polo, tenis y críquet. Estaba delimitado por lo que los 140 años y han sido declarados monumento nacional.
hoy son la calle Edison, la vía férrea que va de Sayago a Peñarol,
la calle Santos y la vía que va de Sayago a Colón (paralela a la Durante los años sesenta y setenta la zona del polo albergó
avenida Garzón). Incluía una fuente, una piscina en torno a una un cementerio de trenes donde jugaban los niños del
austera construcción para uso de los deportistas, la que una barrio. También se instalaron allí varias canchas de fútbol,
vez estatizada la empresa pasó a ser sede del Club Ferrocarril y muy usadas por las ligas universitarias y amateurs de la
actualmente es el salón comunal de una cooperativa de viviendas. ciudad y conocidas como canchas del ferrocarril.
Sierra horizontal que tomaba los troncos
enteros y los transformaba en tablas,
en el taller Peñarol. Dimensiones
en metros: altura 3,80; largo 29,40;
ancho 6,40. Marca: Robinson.
Método y v iveza 111
Música de ſerrocarril

La banda sonora de aquel barrio que vivía en función del El pitido de los talleres era único: «Su voz no se pare-
ferrocarril era interpretada por el sonido de los silbatos. ce a la de ningún otro silbato de las tantas máquinas que
El silbato de los talleres de Peñarol sonó con la re- cruzan a diario por la Estación Peñarol», escribió Tacconi.
gularidad de un reloj durante casi un siglo: desde el 1.o «“El Pito” es un personaje clave en la vida de nuestro pue-
de mayo de 1891, cuando fue inaugurado, hasta 1989. Un blo. Llueva o truene, con sol o con niebla, con viento norte
silbato chico, de sonido agudo, avisaba quince minutos o pampero, con frío bajo cero o arañando los 30 grados, “el
antes del inicio de la jornada laboral; el grande, más grave, Pito” madruga y hace madrugar, sacude las modorras, mo-
marcaba la hora de comienzo del trabajo. Desde octubre viliza las fuerzas vivas del pago y convierte la quietud y el
del 2006 ha vuelto a sonar, recuperado por la Intendencia silencio en dinámico abejeo de colmenar». A su sonido se
Municipal de Montevideo. ajustaban los relojes, porque «el reloj público de Peñarol
Peñarol era un barrio que madrugaba. El silbato chico es “el Pito del Taller”».1
sonó a las seis de la mañana durante varios años y luego Tacconi cuenta que una vez hablaba por teléfono con
pasó a despertar a la villa a las 6.15. El grande comenzó a las un vecino que ya no vivía en el barrio sino en Buenos Aires.
6.15 y luego pasó a las 6.30. Su sonido se expandía por toda Mientras conversaban sonó el silbato y el teléfono llevó el
la vecindad. Volvía a sonar a las 14, para anunciar el fin de sonido hasta los oídos de aquella persona en Argentina. La
la jornada de trabajo en el taller. charla se interrumpió y el teléfono quedó mudo. Tacconi
«En mi memoria, el silbato marcaba la hora en que pensó que la comunicación se había cortado, pero no era
mi padre se iba a trabajar a los talleres y yo me levantaba a eso. La explicación llegó luego por carta: el viejo vecino
estudiar», dijo una antigua vecina. le explicaba que oír el silbato del taller «le había produ-
El silbato también sonaba en situaciones excepciona- cido un nudo en la garganta» y no había podido seguir Había una bomba, frente a la estación, que bombeaba Talleres de Peñarol,
les: para avisar la suspensión de tareas en caso de huelga, hablando. petróleo para las máquinas a fuel oil, estaban los sonidos década del cincuenta.

para lamentar un fallecimiento y para festejar la jubilación Al silbato del taller se le sumaban otros sonidos. del vapor al salir con fuerza, el ruido del paso de las lo-
de un obrero, en esta ocasión acompañado con ruidosa ale- Antonio Pereyra padre recuerda varios de ellos: comotoras, de andar pesado, los pitos de las máquinas al
gría por las bocinas de las locomotoras y la sirena del taller. acercarse o irse de la estación, al cruzar los pasos a nivel o
En caso de incendio, la llamada del silbato grande ha- pasar por las barreras…
cía sonar cinco pitidos cortos seguidos de una pausa de
veinte segundos y repetía la secuencia dos veces más. 1 Tacconi: o. cit. La banda sonora del ferrocarril.

Método y v iveza 113


Posando en la fuente de la estación Peñarol,
desde 1975 monumento nacional.
Detrás el tope y el andén de la Combinación,
la calle Shakespeare, la Ferretería Peñarol
y el Bar La Primavera.

La época de oro

El aire, que trae en sus manos


la flor del pasado y su aroma de ayer,
nos dice muy quedo al oído
su canto aprendido del atardecer;
nos dice, con voz misteriosa
de cardo y de rosa, de luna y de miel,
que es santo el amor de la tierra,
que es triste la ausencia que deja el ayer.

Ruben Blades, Todos vuelven


E
mpujado por la fuerza del tren, Peñarol crecía. once y las tres de la tarde. De esos 160 platos, unos 70 u
El 10 de marzo de 1913 fue declarado oficial- 80 eran para empleados del ferrocarril; luego estaban los
mente pueblo. El 9 de junio de 1915 varias calles platos servidos a los carreros que repartían el agua Salus
de la villa fueron bautizadas con nombres de y la cerveza La Uruguaya; luego los vendedores a plazo,
casi todos judíos, que venían en sus autos; también es-
escritores y poetas ilustres: Shakespeare, Milton, Goethe,
taban los platos servidos a los corredores, los de Mateo
Camoens, Schiller, Dante Alighieri, Molière, Lope de Vega,
Brunett, los de Oyama…, y por último estaban los pro-
Bécquer, Maeterlinck, Byron, Lamartine, Heine, Petrarca,
pios pasajeros que hacían un alto o una combinación de
Longfellow. Antes de que las calles tuvieran nombre, el ba- líneas en Peñarol, y se tentaban con la idea de comer un
rrio se había orientado por el trompo, una pieza de hierro buen plato caliente. El menú más habitual era un plato
fundido, hueca, muy seguramente vinculada al taller del de sopa y un buen churrasco, acompañados de un vaso
ferrocarril, pero cuya función exacta y su origen son aún de soda. Eso salía 16 o 18 centésimos en los años cuaren-
desconocidos. Desde alguna fecha imprecisa cercana a la ta. También servíamos puchero, milanesas, croquetas,
llegada de los ingleses, el trompo estaba —y está— en lo albóndigas, tortillas, pescado frito y ragú, que era un
que hoy es la esquina de Newton y Aparicio Saravia, y el estofado con trozos de carne y mucha salsa de tomate,
barrio se orientaba en función de su ubicación. un plato típico italiano. De postre se servía Martín Fierro,
Entre 1915 y 1918 se fundaron varios clubes sociales, co- frutas de estación, budín de pan con pasas de uva o flan. Y
misiones de beneficencia y una cooperativa de consumo. siempre había té, claro. Teníamos una tetera enorme con
En 1924 llegó el agua corriente y se iluminaron las calles y un colador en la punta. Las tazas eran de loza, de gran
plazas. Por esas fechas comenzó a llegar al pueblo la pri- tamaño. Los ingleses tomaban té como locos…
mera línea de ómnibus, el 147. Entonces 1300 obreros y
Los ingleses también tomaban mucho whisky, nunca con
empleados trabajaban en los talleres del ferrocarril.
hielo sino con un poco de agua fría.
Buena parte de aquella vida obrera desfiló por el
De noche, aunque el trabajo en el taller había con-
Bar La Primavera, fundado frente a la estación Peñarol
cluido, se servían 30 o 35 platos. La estación era como un
en 1896 y abierto hasta hoy. Recordó su propietario,
hospital: permanecía abierta y funcionando las 24 horas,
Antonio Pereyra:
todos los días del año.
En épocas en que el taller trabajaba a pleno, servíamos, Otro de los lugares en que almorzaban los obreros del
Comercio en la calle Shakespeare, frente a la estación de trenes de Peñarol, alrededor de 1950.
de lunes a viernes, 160 platos al día al mediodía, entre las taller era la fonda de doña Lola, ubicada al costado donde Hoy alberga una sede religiosa. Contiguo a la izquierda, el Bar La Primavera.

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La retirada inglesa

En aquellos años la compañía seguía siendo inglesa, pero,


aunque muchos de aquellos trabajadores y habitantes de
Peñarol no lo sabían, una serie de fenómenos políticos y
Óleo pintado en 1953 por Herman económicos habían empezado a desarrollarse y termina-
Missner. Se aprecia la avenida
Sayago desde Aparicio Saravia (en
rían en la retirada británica.
ese entonces avenida al Peñarol) Para comprender el proceso que desembocó en el fin
hacia la calle Edison. A la izquierda, de la era ferroviaria inglesa en Uruguay hay que volver un
los ligustros que cercaban las dos
casonas de los jefes y un fragmento poco atrás.
de la iglesia, que quince años después Ya en 1876, durante la presidencia de Lorenzo Latorre,
sería reformada. A la derecha, más
cercos de ligustros de las casas del
se habían implementado algunas medidas de control del
personal técnico, la entrada y la parte Estado sobre las compañías de trenes. Estación Central,
superior del edificio que hoy alberga Controlar las empresas era difícil, ya que los accionistas embarque de pasajeros.
una escuela de educación inicial. El vagón de más a
(Acervo Cabildo de Montevideo) ingleses exhibían déficit que los ponían en situación de re- la derecha es el de
clamar las ganancias que el Estado les había garantizado por la fonoeléctrica.
Obsérvese el detalle
contrato. Para el Estado uruguayo, que no tenía personal de la cabina.
hoy está el puente peatonal sobre las vías. Relató el jubila- de Aparicio Saravia y Newton (hoy está en Saravia entre especializado para auditar tales balances, era casi imposible
do Edgar Mazza: Camoens y Shakespeare) debido a la intensa actividad que verificar esas contabilidades realizadas en Londres.
existía en Peñarol. Terminado el período conocido como militarismo Dirección de Contabilidad y Control de Ferro Carriles,
Sus platos eran suculentos: puchero, olla podrida, polen- (gobiernos de Latorre, Máximo Santos y Máximo Tajes, con derecho a inspeccionar gastos, cuentas, talleres, al-
ta, guiso de lentejas y porotos y, por supuesto, churrasco Se decidió a poner la ferretería aquí porque cada día en- entre 1876 y 1890), una reacción nacionalista ante las com- macenes, depósitos e intervenir en la fijación de tarifas.
bien grueso. Doña Lola no vendía vino; más de una vez traban y salían de este barrio más de tres mil personas. pañías extranjeras permitió crear una oficina de control La Ley de Ferro Carriles del Estado, de 1912, sancionada
aclaraba el porqué. Les decía a los ferroviarios: «Vos te- Era una zona de una gran pujanza comercial, muy prós- estatal que pudo inspeccionar con mayor seriedad las durante la segunda presidencia de Batlle y Ordóñez, creó
nés que volver al trabajo, no puedo venderte vino». pera. En los años treinta, poner un comercio en Peñarol
contabilidades empresariales. un fondo permanente para la construcción de ferrocarri-
salía el doble que ponerlo en Malvín. Eso da una pauta de
Mientras tanto, crecía como doctrina la defensa de la les por cuenta del Estado.
lo valorizado que estaba el barrio.1
El barrio tenía un gran movimiento. Ruben Rubinstein, participación pública en el transporte, un pensamiento El ministro de la delegación británica en Uruguay,
actual dueño de la Ferretería El Trompo, que existe desde que culminaría en el estatismo batllista. El presidente Robert Kennedy, explicó con absoluta claridad que las lí-
1954, relató que su padre fundó el comercio en la esquina 1 Entrevista realizada para este libro. José Batlle y Ordóñez dispuso en 1907 la creación de la neas construidas por los británicos no estaban orientadas

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a comprar líneas de tranvías. El Ferro Carril Central y el Entre 1925 y 1930 la estrategia gubernamental para me-
Tranvía del Norte, que unían Montevideo con la barra del llar a las compañías británicas y su capacidad negociadora
río Santa Lucía y el Corral de Abasto y Matadero, pasaron fue la construcción de carreteras paralelas a las vías de
a manos del Estado en enero de 1915. Ese año el presidente tren. El Estado también tendió algunos nuevos ramales
José Batlle y Ordóñez creó la Administración de los Ferro de ferrocarril, como la línea entre Maldonado y Punta del
Carriles y Tranvías del Estado. Este, inaugurada el 1.o de enero de 1930.
El batllismo era la fuerza política dominante y El Día su Un motivo agregado de enfrentamiento fue la prohibi-
portavoz. Fue desde sus páginas que se defendió con fer- ción, vigente para las firmas extranjeras, de transferir fondos
vor el intervencionismo estatal, el cual creció hasta hacer al exterior. «La suspensión de remesas a su directorio en
reconocer al representante inglés en Uruguay, A. Mitchell Londres —explicó entonces el gerente general del Ferro
Innes, en 1917: «el sentimiento a favor de los ferrocarriles Carril— traería aparejado el colapso de la compañía».
estatales parece haberse generalizado». En esos años el tendido de nuevas vías férreas fue
Casas de los obreros
Para ese entonces, los ingleses ya habían comenzado escaso, y nulo en el caso de la empresa británica, aunque
del ferrocarril en la calle a pensar en vender sus empresas ferroviarias de la manera se produjo sí cierta renovación en la maquinaria. Los
Rivarola. Al fondo, más ventajosa posible. Tras la Primera Guerra Mundial, la primeros motocares llegaron en 1921; eran de construc-
el inconcluso edificio
de la Unión Ferroviaria. economía uruguaya vivía una fase de dificultades. ción estadounidense (Geo. E. Nolan) y movidos a vapor.

al fomento de zonas productivas, aspecto que él consi- de empresas extranjeras». Otro criticó lo caro que era el
deraba que no era responsabilidad de los inversionistas ferrocarril con cifras contundentes: el transporte de una
Cobertura médica
extranjeros sino del Estado uruguayo. tonelada de lana de Cerro Colorado a Montevideo costa-
Por supuesto que no todos pensaban así y los dos crite- ba 5,16 pesos, mientras que de Montevideo a Liverpool, en Los empleados del Ferro Carril Central del 1,40 por mes; los que cobraban más de 2,00 «En caso de epidemia, por el cual se agoten
rios se enfrentaban en el espinoso asunto de las tarifas: los Inglaterra, solo costaba 4,48.2 Uruguay estaban obligados a asociarse a una pesos por día pagaban 1,70 pesos por mes. los fondos de la Sociedad, la Compañía
sociedad de socorro mutuo. Todos tenían Los enfermos recibían una cuota diaria: el estará autorizada para aumentar la próxima
ingleses siempre pretendían subirlas y el Estado congelar- Las empresas inglesas no construyeron más vías férreas derecho a asistencia médica y medicinas que pagaba 0,70 pesos por mes recibía 30 suscripción mensual al punto absolutamente
las. Los usuarios, mientras tanto, se quejaban de los altos a partir de 1913, fecha en que la extensión total de la red alcan- desde el día de su entrada al servicio, pero centésimos por día; el que pagaba 1,10 necesario», decía el contrato vigente.
a partir de entonces debían pagar su cuota por mes, 50 centésimos por día; el que Se indicaban las enfermedades que
precios que tenían que pagar por el servicio. Un estanciero zó los 2400 kilómetros. Mientras tanto, el Estado comenzó
de acuerdo con la siguiente escala: los pagaba 1,40 pesos por mes, 60 centésimos implicaban culpa del portador y se negaba
publicó una carta en la prensa para denunciar «la carestía peones, que cobraban 0,50 a 1,00 pesos por día; el que pagaba 1,70 por mes era la atención a quienes las padecieran, de
del ferrocarril, cuyos fletes absorben, casi, la mitad del va- 2 Fragmentos de cartas de estancieros publicadas en la Revista de la por día, pagaban 0,70 por mes; los que compensado con 80 centésimos diarios. acuerdo con el artículo 17: «No tendrá
Asociación Rural del Uruguay, años 1906 y 1911, citadas por José Pedro cobraban entre 1,10 y 1,50 pesos por día En todos los casos se requería que la derecho a beneficio socio alguno cuya
lor de los productores, contrariedad que no desaparecerá Barrán y Benjamín Nahum en Historia rural del Uruguay Moderno (7 t.), pagaban 1,10 por mes; los que cobraban enfermedad hubiera provocado al menos enfermedad tenga por causa la bebida,
mientras el monopolio de las líneas férreas está en manos Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental, 1967-1979. entre 1,60 y 2,00 pesos por día pagaban dos días de ausencia laboral. o que fuese clasificada venérea».

120 b a r r i o p e ñ a r o l . pat r i m o n i o i n d u s t r i a l f e r r o v i a r i o La época de oro 121


Piso del taller, con
sus característicos
adoquines de madera.

En 1929 sus calderas serían sustituidas por motores a nafta. de los años treinta.3 El poder imperial británico fue relevado
Desde 1928 comenzaron a llegar, también desde Estados entonces por la pujante nueva potencia: Estados Unidos.
Unidos, coches con motor Bril, primero el modelo 55 y Londres comenzó un proceso de pérdida de enclaves co-
luego el 60. En 1938 llegaron los primeros coches Ganz, loniales y de centralidad política, económica y monetaria.
construidos en Hungría y con motores diesel. Los datos Eso se reflejó con claridad también en la principal em-
de archivo indican que en 1932 había en todo el país 220 presa del ferrocarril uruguayo: puede decirse que en ese
locomotoras y 4198 vagones. momento empezó el declive de su infraestructura y de sus
Pero entonces empezó la Segunda Guerra Mundial. servicios.
El enorme esfuerzo bélico realizado por el Reino Unido Ante esa compleja situación, las soluciones manejadas
por Londres para países como Argentina, Chile, México
para vencer a la Alemania nazi y a sus aliados contribuyó
y Uruguay eran cuatro: subir las tarifas, crear una compa-
a debilitar a los ingleses como potencia económica, y la
ñía mixta con el Estado como socio, reforzar las garantías
posguerra los enfrentó a una realidad, no solo en Uruguay
de inversión otorgadas por el Estado uruguayo o vender
sino en el mundo entero: los ferrocarriles ingleses no te-
todo el sistema al Uruguay. De todas estas opciones, los
nían ya dinero para reequiparse y seguir adelante.
británicos se decidieron por la última.
Tras la Segunda Guerra Mundial se acentuó el declive
inglés, que había comenzado en la guerra anterior y se había 3 El patrón oro es la relación fija de la unidad de un sistema monetario (en el
Caseta de comandos
potenciado con el derrumbe del patrón oro, a comienzos caso británico, la libra) con un peso determinado de oro.
de vías en la playa
de maniobras de la
Estación Central.

122 b a r r i o p e ñ a r o l . pat r i m o n i o i n d u s t r i a l f e r r o v i a r i o
La venta

La venta del Ferro Carril Central al Estado uruguayo saldarla vendiéndole al Estado uruguayo sus ferrocarriles.
—un acontecimiento que volvería a cambiar la historia de Eran conscientes de que la empresa estaba atrasada tecno-
Peñarol— comenzó a ser negociada en setiembre de 1947. lógicamente y necesitaba una enorme inversión para salir
Para ese entonces, la empresa distaba de ser un gran adelante. El historiador Benjamín Nahum explica que la
negocio. Walter Simon, funcionario del gobierno de estrategia británica fue dejar entrever que no habría otra
Londres, le escribió a su embajador en Montevideo sobre forma de pago posible.
«la espantosa situación en que se encuentran los ferro- Según documentos de la época, Londres no esperaba
carriles británicos». El ejercicio 1947-48 tenía prevista obtener más de seis millones de libras por la operación,
una pérdida de 143 815 libras esterlinas. «Bajo las actuales pero una intensa acción diplomática, la colaboración de
condiciones —decía la carta— la línea solo puede seguir algunos funcionarios uruguayos, la candidez con que los
trabajando recortando drásticamente la muy necesaria representantes uruguayos negociaron y la intensa simpa-
provisión para el mantenimiento».4 tía con que aquí se miraba a Inglaterra tras la victoria aliada
Para los británicos, vender los ferrocarriles era mucho en la Segunda Guerra Mundial hicieron que el precio final
más importante que negociar la Compañía del Gas o la de subiera a 7,15 millones de libras esterlinas.5 La cifra, de to- en la negociación con «genuina amistad», mientras No fue un hecho aislado: en esos tiempos, el Estado, Cabina de controles
en la estación Sudriers.
Aguas Corrientes, otras dos empresas de capitales ingleses dos modos, era la cuarta parte de la solicitada en 1915, en que Inglaterra lo hizo con calculada frialdad. a través de otras empresas públicas, asumió la prestación
que seguían dando ganancias. La empresa del ferrocarril, pleno auge del ferrocarril.6 Sin embargo, los actores políticos y sociales de la de varios servicios que estaban en manos de capital
en cambio, necesitaba un enorme capital para seguir sien- El Estado uruguayo, por su parte, actuó bajo el influjo época transformaron ese mal negocio en un triunfo del extranjero.
do rentable. En los últimos 15 años Londres había invertido de lo que Nahum denomina aliadofilia, lo cual determi- Estado y de las fuerzas progresistas uruguayas, en ese en- Procesos muy similares se vivieron en esos años
poco y nada en la red ferroviaria instalada en estas tierras. nó que se negociara con los ingleses desde una posición tonces encarnadas en el batllismo. en otros países de América Latina. En Argentina, por
Como consecuencia de las exportaciones uruguayas ingenua y casi romántica. El gobierno uruguayo tenía El 10 de marzo de 1948 el presidente Luis Batlle (sobrino ejemplo, el presidente Juan Domingo Perón —que sos-
a Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial, esperanzas, además, de que sus buenas relaciones con de José Batlle y Ordóñez) firmó el convenio de compraven- tenía una fuerte enemistad con su colega uruguayo Luis
el Reino Unido adeudaba mucho dinero a Uruguay. Londres le sirvieran como respaldo ante el creciente ta del ferrocarril británico. El acuerdo se ratificó el último Batlle— emprendió la nacionalización y estatización
Aunque para Uruguay habría sido más provechoso co- poder de Estados Unidos y la amenazante Argentina pe- día del año y la escritura se rubricó el 31 de enero de 1949. del «sistema nervioso de la economía», como llamaba
brar esa deuda en efectivo, los ingleses se empecinaron en ronista. Nahum plantea que el Estado uruguayo actuó La compañía del Ferro Carril Central (2350 kilómetros de a los servicios públicos y las fuentes de energía. Con la
vías férreas de primordial importancia) fue fusionada con nacionalización de los ferrocarriles también Argentina
4 Benjamín Nahum: Nacionalización de las empresas británicas de servicios públi-
5 Ibídem. la Administración de Ferro Carriles y Tranvías del Estado laudó el problema de los saldos favorables comerciales
cos 1947-1949, Montevideo: Universidad de la República, 2005. 6 Alegato de afe, cit. (unos 600 kilómetros de vías de tráfico menor). acumulados y bloqueados en Inglaterra.

124 b a r r i o p e ñ a r o l . pat r i m o n i o i n d u s t r i a l f e r r o v i a r i o La época de oro 125


¿Qué es lo que venden?

En el momento de la venta, los ingleses difundieron la si- 124 trenes diarios en verano que transportaban 20 000 pa- para los llamados trenes fonoeléctricos: ferrocarriles ameniza- En el anexo 5 del convenio aparecía una serie de dis- Secuencia de imágenes
guiente autoevaluación de su compañía: sajeros y 100 toneladas de encomiendas cada jornada. dos con una transmisión radial. Para tales efectos, existían posiciones sobre los empleados de las empresas vendidas
de una excursión
fonoeléctrica en tren.
Pero el inventario de venta reflejaba otra cosa: la mag- 50 salones dotados de parlantes. El coche con estudio de al Estado: El viaje era acompañado
Los ferrocarriles de la Empresa constituyen la vital red vial
nitud del trabajo realizado en los talleres de Peñarol en radio se conserva hoy en el taller de afe en Peñarol. por un locutor
del país, abarcando la República O. del Uruguay en forma que trasmitía desde
todos aquellos años. En cuanto al transporte de carga, había 2297 vagones Todo el personal de las Compañías Británicas que de-
de abanico desde su punto de arranque en Montevideo, un estudio de radio
La compañía poseía 118 salones de pasajeros, todos sempeña sus funciones en el Uruguay, sea cual sea su
y sirviendo las distintas zonas de importancia dentro aptos para trasladar acero, madera, piedra, ganado, com- ubicado en el mismo salón,
«con bastidores de acero y cuerpos de madera construi- jerarquía, será mantenido en sus puestos por el Gobierno, quien pasaba música
del territorio nacional hasta los sitios más distantes con bustible y un largo etcétera. y comentaba el paisaje
dos en los talleres de Peñarol». con los respectivos salarios de que gozan en la fecha de la
sus estaciones terminales en Rivera, Mercedes, Colonia, El inventario incluía un dato importante: «Durante mientras el tren recorría
De esos coches, 87 tenían una capacidad de entre 48 firma de este Convenio.
Puerto Sauce, Melo, Treinta y Tres y Minas.7 los últimos años no menos que 20 % del plantel de vago- el país. El locutor de la foto
y 74 asientos, entre primera y segunda clase, y 34 estaban es un vecino de Peñarol,
nes han sido reconstruidos en los Talleres Peñarol». Mildred Butterworth, de 90 años, recuerda que su esposo, Camilo Mosquera Trigo.
La magnitud de los servicios prestados se reflejaba en las equipados con mesas para uso ocasional como comedor. El plantel de locomotoras constaba de 190 máquinas Arturo Butterworth, era secretario del señor Bradbury, uno
cifras de la empresa: 1570 kilómetros de vías, 116 estaciones; Había seis coches restaurantes con buffet, cocina y capaci- para remolcar diversos tipos de trenes y otras 14 destina- de los gerentes del ferrocarril británico. Arturo solía ir al
dad para 44 personas, 12 salones dormitorio con 18 camas das a maniobras. Los coches eran 118 y los furgones para puerto de Fray Bentos a recibir los embarques de carbón
7 Nahum: Nacionalización…, o. cit. y también un coche con estudio de radio, que se usaba trenes de pasajeros, 19. que venían de Gales. Recuerda la señora Butterworth:

126 b a r r i o p e ñ a r o l . pat r i m o n i o i n d u s t r i a l f e r r o v i a r i o La época de oro 127


Festejos por los 50
años del Club Atlético Presidente ovacionado
Peñarol. Inauguración
del monolito ubicado
en Coronel Raíz y
Shakespeare. 1941. No por casualidad la fecha elegida para festejar la compra un proyecto de ley orgánica que incluiría un estatuto del
de los ferrocarriles ingleses por el Estado fue el 25 de agosto, funcionario ferroviario, el cual garantizaría su derecho a
el día en que se celebra la declaración de la independencia. opinar sobre los problemas inherentes a su trabajo, sobre
Independencia fue la palabra elegida por el gobierno de los cuales «creen tener soluciones ventajosas».
Luis Batlle para transmitir sus ideas sobre la nacionaliza- Por la tarde la comitiva oficial se trasladó en un tren
ción y el estatismo: especial hasta Sayago, donde los obreros ferroviarios
esperaban al presidente y su comitiva. Se formó allí una
La asunción directa de los servicios públicos constituye enorme manifestación que, encabezada por Batlle y su
una de las actividades sociales más interesantes del Estado.
esposa, Matilde Ibáñez, recorrió la calle de hormigón que
Traían el carbón de Gales porque era muy bueno. Se trata de favorecer al público, mejorando, extendiendo
une Sayago con Peñarol.
Cuando el gobierno uruguayo se hizo cargo del ferroca- y abaratando los servicios, evitándose al mismo tiempo
Batlle fue aclamado a lo largo de los dos kilómetros que
rril, a los ingleses con contrato se les ofreció quedarse en las dificultades que surgen del régimen de las concesio-
nes. Es administrar por sí y para sí sus propios intereses.9
separan ambas estaciones. «“Si el pueblo va a pie, ¿por qué
Uruguay o volver a Inglaterra. Todos optaron por que-
no puedo hacerlo yo?"», dijo el presidente, según recuerda
darse en Uruguay. En ese tiempo mi marido continuó
Fue una celebración larga que culminó en Peñarol. Antonio Pereyra. «"Yo lo vi pasar por esta vereda, sacando también cuando descubrió el escudo nacional colocado El presidente Luis Batlle
trabajando con el señor Bradbury.8 camina por la avenida
Comenzó de mañana, en la explanada frente a la Estación pecho, moviendo los brazos con soltura. Saludaba a todos. en la fachada de los talleres del ferrocarril. Al finalizar el
Sayago, en Peñarol,
El sueldo mayor lo cobraba el gerente administrativo Central, con la presencia del presidente Batlle, sus mi- Iba con su señora, con ese andar desenvuelto que tenía”».10 acto, el presidente, su esposa y todo el séquito fueron in- y es ovacionado
(42 892,48 pesos anuales); los demás jefes de la adminis- nistros y mucho público. En la fachada de la estación se Una multitud se congregó en Peñarol para ver al presi- vitados a la sede de la Unión Ferroviaria, el sindicato de la por la multitud que
festeja la estatización
tración tenían un salario promedio de 17 300 pesos y los colocó un escudo nacional de bronce. Se pronunciaron dente Luis Batlle. La plaza frente a la estación y las calles y empresa nacionalizada, donde se los agasajó con un lunch. del ferrocarril. Es el
administrativos comunes recibían entre 6000 y 3600. discursos en los que se elogió el aporte inglés al progre- veredas vecinas se llenaron de gente que festejaba. Pereyra Lunch y hall, dos palabras usadas una y otra vez en las 25 de agosto de 1949.

A los extranjeros se les establecía un plazo mínimo de so del país. Los trabajadores del ferrocarril, se vaticinó, recuerda que solo una vez se reunió una multitud mayor en crónicas de esa jornada, son reflejo del pasaje de los ingle-
cinco años de servicio, pasados los cuales el Estado debía trabajarían de ahora en más «como uruguayos que son, el barrio: cuando en 1941 se celebró el 50.o aniversario del ses por la industria, la economía y la cultura nacionales.
costearles los pasajes de regreso a su país, si así lo deseaban. con bríos renovados, porque ahora no sirven intereses club Peñarol. Un pasaje que ese día empezó a terminar.
extranjeros, sino que están al servicio de la propia patria». Luis Batlle habló y la muchedumbre lo interrumpió
Acorde con el momento, se anunció la elaboración de varias veces con frecuentes aplausos. Fue ovacionado

8 Entrevista realizada para este libro. 9 Nahum: Nacionalización…, o. cit. 10 Entrevista realizada para este libro.

128 b a r r i o p e ñ a r o l . pat r i m o n i o i n d u s t r i a l f e r r o v i a r i o La época de oro 129


En los talleres de Peñarol,
obreros vierten hierro
fundido. Década del setenta.

La agonía
de un mundo

Ser modernos es encontrarnos en un entorno que nos promete


aventuras, poder, alegría, crecimiento, transformación de nosotros
mismos y del mundo, y que al mismo tiempo amenaza con destruir
todo lo que tenemos, todo lo que sabemos, todo lo que somos.
Los entornos y las experiencias modernos atraviesan todas las
fronteras de la geografía y de la etnia, de la clase y la nacionalidad,
de la religión y la ideología: se puede decir que en este sentido la
modernidad une a toda la humanidad. Pero es una unidad paradójica,
la unidad de la desunión: nos arroja a todos en una vorágine de
perpetua desintegración y renovación, de lucha y contradicción, de
ambigüedad y angustia. Ser modernos es formar parte del universo,
en el que, como dijo Marx, «todo lo sólido se desvanece en el aire».

Marshall Berman, Todo lo sólido se desvanece en el aire


M
ás allá de la fiesta, la compra de los vie- Pablo Peláez, un jubilado ferroviario con 45 años de trabajo
jos ferrocarriles por el Estado marcó el en la empresa, dijo:
comienzo de un lento pero prolonga-
Por suerte entré a trabajar en el ferrocarril con los ingleses,
do proceso de decadencia del servicio,
porque ellos me enseñaron disciplina. Eso en el Estado
de la empresa y, por consiguiente, de todo el barrio Peñarol.
dejó de existir. El personal pasó a acogerse a todos los be-
Varios factores coincidieron en este resultado.
neficios, a todos los días de descanso. Muchos ya venían
Por un lado, el Estado había construido toda una
del Estado y estaban avivados, y nos avivaron a nosotros.
red de carreteras paralelas a las vías del tren: en lugar de
complementar y potenciar ambos medios de transporte, Por último, existía un factor de extraordinaria importancia:
el ferrocarril y el transporte carretero estaban superpues- cuando el Estado uruguayo compró la compañía del Ferro
tos y descoordinados. «Se fomentó la duplicación de Carril Central, la flota de trenes ya requería una fuerte in-
servicios, en muchos casos superfluos, en desmedro de la versión para su modernización. La empresa padecía una
economía nacional», sostiene un informe de la dirección «descapitalización notoria del material rodante (vagones,
de afe redactado en 1965 para intentar explicar la crisis de salones y locomotoras) porque no hubo renovación ni
la empresa y buscar revitalizarla.1 mantenimiento adecuado. Las instalaciones de vías, obras
Por otro lado, los estrictos códigos de disciplina de arte y mantenimiento de edificios estaban en una situa-
impuestos por los ingleses se relajaron. Relató el ex em- ción aún más crítica», sostiene un informe histórico de
pleado Pedro Bovio, que trabajó en la compañía entre afe.3
1946 y 1975: Modernizar las máquinas y renovar las vías era impres-
cindible para competir con el auge del transporte carretero
El ferrocarril siguió con las costumbres de los ingleses
y el desarrollo de nuevos medios de comunicación, pero
pero de forma menos estricta. A mí, por ejemplo, me
el Estado uruguayo no siguió las políticas más adecua-
tocaba ir a Minas, pero decía «no voy» y ponían a otro.
das al respecto. Se compraron muchas locomotoras
Eso con los ingleses no pasaba: si te mandaban a un lugar,
diesel (¡64!) y su llegada fue acompañada por un virtual
tenías que ir aunque fuera a rastras.2
abandono de los coches motor. «Con la introducción
masiva de locomotoras diesel se restó importancia a los
1 Alegato de afe, cit. Véase también Henry Finch: La economía política
del Uruguay contemporáneo, cap. 6, Montevideo: Ediciones de la Banda
Oriental, 2005.
2 Entrevista realizada para este libro. 3 Alegato de afe, cit.
Talleres de Peñarol, foto actual. La máquina,
denominada bomba, realiza la operación de colocar
y sacar ruedas de los ejes. Dimensiones en metros:
altura 3,40; largo 6,30; ancho 1,50. Marca: Henry
Berry & Co. Ltd. Procedencia: Leeds (Inglaterra).
132 b a r r i o p e ñ a r o l . pat r i m o n i o i n d u s t r i a l f e r r o v i a r i o
Estas políticas erráticas le fueron restando eficacia y Además, durante un prolongado período, afe se vio
rapidez al ferrocarril, lo que agravó la paulatina decadencia obligada a comprar su combustible al doble de precio que
de la compañía. lo que pagaban las empresas de transporte carretero.5
La crisis estructural que Uruguay comenzó a padecer Ante tales situaciones, la compañía decidió reactivar 70
en 1955, y que se arrastró hasta estallar en la conflictiva máquinas a vapor, pero eso significó un enlentecimiento
década del setenta, agravó la disponibilidad de recursos. de los trenes y un deterioro del servicio. Para ese entonces,
El ex empleado de la empresa ahora estatal Raúl según recuerda Raúl Olivera, el personal de los talleres de
Olivera recuerda: Peñarol había caído a unos 600 o 700 funcionarios.
En 1972 el sindicato ferroviario fue a la huelga «en
Desde que entré al ferrocarril, en 1962, casi no hubo in-
defensa del ferrocarril». El paro se prolongó durante un
gresos a la compañía. Además, todos los meses hacíamos
mes. Dijo Olivera:
paros para que se pagaran los sueldos, que se pagaban
siempre en cuotas. Había una desidia enorme en toda la compañía y la
desidia más grande la veías en Peñarol, en los talleres que
Como mucha gente usaba el tren para ir a trabajar, los con-
una vez habían sido los mejores de Sudamérica. Había
tinuos paros comenzaron a desestimular a la clientela.
canibalismo entre las máquinas. Se rompía un filtro y en
Cuando vos dejabas de tener la seguridad de que llegabas vez de comprar uno nuevo se lo sacaban a otra máquina.
en hora a tu trabajo, buscabas otra forma de llegar. A par-
Portada del Durante la huelga, los obreros cargaron un tren con cha-
alegato a favor del tir de esos paros, los usuarios comenzaron a abandonar
tarra y materiales abandonados en los talleres de Peñarol Talleres de Peñarol.
transporte ferroviario el ferrocarril.
publicado por afe. y lo hicieron correr hasta la Estación Central «para que Década del ochenta.
Con ese panorama desalentador, en esos años empezó la población viera lo que estaban haciendo con el ferroca-
el proceso de dieselización del parque de máquinas, pero rril», agregó Olivera. En 1973 solo funcionaban 21 locomotoras de línea, 14
esa modernización no fue acompañada por un adecuado En la dictadura cívico-militar (1973-1985) hubo un de maniobras y siete coches motor. Con el objetivo de li-
coches motor, dejándolos sin mantenimiento adecuado
mantenimiento de las vías ni por la compra de los repues- intento por expandir afe. Después de muchos años, se vol- berar máquinas para el transporte de cargas se adquirieron
ni reemplazos. Muchas frecuencias que se cumplían con
tos necesarios para mantener las nuevas adquisiciones: en vieron a construir nuevos ramales y se realizaron mejoras en Hungría 15 trenes diesel Ganz, que entraron en servi-
coches motor pasaron a realizarse con máquinas diesel
1965 afe denunciaba una falta «grave» de repuestos y en de servicio y maquinaria. Pero los cambios fueron insufi- cio en 1977. Con ellos se inauguraron servicios rápidos a
con dos o tres coches de pasajeros, a un costo mayor y
1969 tenía en funcionamiento solo 41 de las 75 locomoto- cientes para la velocidad con que avanzaban la economía y Punta del Este, La Paloma, Fray Bentos, Rivera, Melo y Rio
mayor desgaste para las vías», explicó Marcelo Benoit, de
Branco. Sin embargo, muy pronto algunos de estos Ganz
la Asociación Uruguaya Amigos del Riel.4 ras diesel, 21 de las 28 locomotoras para maniobras y 11 de los medios de comunicación en el resto del mundo.
los 31 coches motor. tuvieron que ser desarmados para utilizar sus piezas como
4 Entrevista realizada para este libro. 5 Alegato de afe, cit. repuestos para otros Ganz. La ineficiencia y el deterioro

134 b a r r i o p e ñ a r o l . pat r i m o n i o i n d u s t r i a l f e r r o v i a r i o La agonía de un mundo 135


Casas de los obreros
del ferrocarril en la calle
Lincoln. Al fondo, el
bulevar Aparicio Saravia
y los dientes de sierra
del techo del galpón
que alberga el taller Fachada del taller
mecánico, los restos de sobre el bulevar
la herrería y la fundición. Aparicio Saravia.

avanzaron implacablemente. De hecho, los ferrocarriles motor llegó a Artigas proveniente de Salto, y con él fina- Ni el barrio ferrocarrilero ni ningún otro vieron pasar vagones volvieron a pasar por la estación Peñarol. Pero, aunque luego
arrojaron déficit todos los años a partir de 1947, con la sola lizó toda una época. de pasajeros entre 1988 y 1993; solo los de carga —viejos, len- también se restableció la línea pública a San José, el servicio
excepción de 1976.6 La decisión tuvo un fuerte impacto sobre Peñarol. tos y pesados— atravesaban las estaciones. Pero un Uruguay nunca volvió a ser lo que fue en sus tiempos de esplendor.
A partir de 1985 afe empezó a clausurar algunas de Relató Ruben Rubinstein: sin ferrocarriles no era fácil de admitir. La eliminación de to- Las anticuadas vías no permiten hoy que los trenes
sus líneas. Fue el anticipo de una decisión que finalmente dos los servicios de pasajeros provocó numerosas críticas de alcancen una velocidad aceptable. Además, muchas má-
Cuando afe dejó de circular, no tomó más personal y organizaciones políticas y sociales. Bajo esa presión, en 1993 se quinas y salones se abandonaron o se vendieron como
se tomó el 30 de diciembre de 1987: la supresión total
comenzó a jubilar a sus funcionarios, a enviarlos a otras
de los servicios de pasajeros. El último tren de pasajeros restablecieron los servicios de pasajeros entre Tacuarembó y chatarra. Recorrer hoy los talleres de afe en Peñarol permi-
reparticiones. La empresa se quedó con lo mínimo y a
llegó a la Estación Central el sábado 2 de enero de 1988 a Rivera, y entre Montevideo y 25 de Agosto, en Florida. Con los te calibrar la magnitud del capital descuidado. El taller sigue
Peñarol le pasó lo mismo. Como barrio y como centro
las 11.41, procedente de Pan de Azúcar. Luego un coche años, otras líneas fueron rehabilitadas. A fines del 2005 se res- funcionando, aunque su trabajo no pueda compararse con
comercial se quedó en el tiempo, por falta de actividad
y movimiento. La decadencia de afe trajo la decadencia
tableció el tren público entre Montevideo y Empalme Olmos el de la época en que allí se ensamblaban cientos de máqui-
6 Fundación de Ferrocarriles Españoles: Archivo Histórico Ferroviario. Datos
sobre afe en ‹www.ff.es›. de todo el barrio y de sus vecinos. (estación Víctor Sudriers) y los ferrocarriles de pasajeros nas, vagones y salones.

136 b a r r i o p e ñ a r o l . pat r i m o n i o i n d u s t r i a l f e r r o v i a r i o La agonía de un mundo 137


Invierno en la calle Marconi vista desde la avenida
Sayago hacia Edison, en la década del cincuenta
y en el 2007. El modo de podar los hoy centenarios
plátanos ha ido cambiando con los años.
Un Peñarol distinto

¿Cómo cambió Peñarol entre los años de auge y el declive se sentía orgulloso de ser de este barrio. No necesitá- tos reveladores. Lo único que permanecía inmodificado puntualidad, sentido del deber público y un estricto cum- Trabajo con hierro fundido
en el taller de Peñarol.
del ferrocarril? bamos salir a ningún lado. Era un lugar alejado, pero era la presencia imponente del taller del ferrocarril, que plimiento de normas (porque hay vidas en riesgo), el 1. El hierro fundido sale del
Los vecinos recuerdan hoy que, en los años cin- Peñarol tenía una identidad propia de la que todos nos ocupaba el 7 % del barrio en 1922 y el 8 % en 1985. ferroviario fue un sindicato ejecutivo, disciplinado y orde- horno y es recogido en un
crisol. 2. Desde el crisol
cuenta y hasta los sesenta, en el barrio había tres casas sentíamos orgullosos. Todo lo demás había cambiado. En la foto de 1922 el nado. Anotó Neneta Irelosi:
es volcado en los moldes
bancarias —sucursales de los bancos Comercial, Regional También había muchas instituciones sociales, 60 % de la tierra estaba destinada a cultivos frutivitícolas; que le darán forma (fotos
y Trasatlántico—, dos cines y un teatro, todo en apenas clubes, con muchos socios y actividades sociales y de- en 1985 el porcentaje había caído al 22 %. El área destinada Peñarol no puede ocultar su condición de barrio de la década del setenta).
3. Moldes con los que se
siete cuadras. Hoy no quedan cines, no hay teatro, no hay portivas. Y eso decayó también. Ahora no hay nada. Yo a viviendas y otros servicios había pasado del 18 al 40 % obrero. Gilberto Coghlan, trabajador y sindicalista trabajaba el hierro fundido.
bancos. Dice Rubinstein: fui a un banco a reclamar que pusieran un cajero auto- de la superficie del barrio. También habían crecido las ferroviario, murió torturado en el cuartel de Peñarol 4. Portacrisoles: herramientas
que servían para manejar
mático y me dijeron que no lo iban a poner porque no instalaciones industriales no ferrocarrileras: eran apenas durante la dictadura. El viejo edificio de la Unión
los crisoles. 5. Crisol para la
En los años cincuenta y sesenta yo podía elegir en mi interesaba, no era rentable. Peñarol nació, vivió y hoy el 2 % y llegaron al 12 %. Ferroviaria está allí, sin terminar desde hace cuaren- fundición de cobre, bronce
barrio a qué cine ir, y lo mismo con todos los comercios. está convaleciente. Con el ferrocarril como centro, Peñarol había crecido ta años, un ícono de un ferrocarril que llegó a tener y plomo (fotos actuales).
El horno fue desmantelado
Todos estaban por duplicado: había dos panaderías, como barrio obrero, y la masiva sindicalización de los tra- 15  000 empleados. Las viviendas cooperativas de la en la década del ochenta.
dos fábricas de pastas, dos casas de fotografía, dos jo- El ingeniero Miguel Petit Ayala comparó dos fotografías bajadores ferroviarios lo había dotado de un perfil social calle Schiller son un ejemplo comunitario, porque eso
yerías. Había muchos bares, diez probablemente. Uno aéreas del barrio, una de 1922 y otra de 1985, y encontró da- propio. Como los trenes son un servicio que requiere queda a pesar de la decadencia del ferrocarril.

140 b a r r i o p e ñ a r o l . pat r i m o n i o i n d u s t r i a l f e r r o v i a r i o La agonía de un mundo 141


Carlos Gardel y Luis
Sandrini comparten
un programa de 1956
del cine del Centro
Artesano de Peñarol.
La entrada costaba $ 0,90.
El programa dice «avenida Tablado en Peñarol,
Peñarol», aunque cuatro en la calle Estrella
años atrás su nombre del Sur entre Carlyle
había sido cambiado por y Lincoln. Década
Aparicio Saravia. del cincuenta.

Raúl Olivera, un ex empleado de afe que fue preso político era si había hecho huelga o había sido carnero en 1947, o Centro Artesano de Peñarol los obreros de afe habían Petit Ayala notó en su estudio que en Peñarol sub-
durante la dictadura, sostiene que existe una «cultura ferro- incluso qué había hecho su padre en huelgas anteriores.
adecuado una serie de viviendas, amuebladas y con co- sistía «la participación directa de la comunidad», a
viaria» que impregnó la vida social de Peñarol y de todos Eso era tan fuerte que hasta se heredaban los méritos de
cina, donde los ferroviarios que debían pasar la noche en través de varias organizaciones sociales que buscaban
los pueblos creados alrededor del tren. tu familia. Era una cultura que se iba transmitiendo de
la estación Peñarol podían dormir y comer sin necesidad involucrarse en la identificación y solución de las nece-
generación en generación.
de gastar viáticos. sidades barriales.
Yo entré a afe en 1962 y había habido una huelga muy
grande en 1947. Habían pasado muchos años, pero si les La reivindicación de la organización obrera, de la bús- Cuando la decadencia del ferrocarril y la agonía de la En 1985 se creó la Mesa Intersocial Reivindicadora de
preguntabas a los trabajadores por alguien, si preguntabas queda colectiva de mejoras en la calidad de vida, era parte industria uruguaya alcanzaron a Peñarol, la búsqueda de Peñarol y Adyacencias (mirpa). Las primeras reuniones
quién es Juan Pérez, entonces lo primero que te decían de esa cultura barrial. Olivera recuerda que detrás del soluciones colectivas no desapareció. se celebraron en el complejo Mesa 2, un conjunto de

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cooperativas de vivienda edificadas en el predio que había de Peñarol que querían cursar el liceo debían trasladarse a
ocupado la primera cancha del club Peñarol. Recordó uno Sayago, Colón o incluso al Cerro.
de sus fundadores y dirigentes, Luis Humberto Amorín: Antonio Pereyra hijo recuerda que, con el impulso de
mirpa, «el barrio se organizó para conseguir estos objetivos».
Se decía que era un movimiento de izquierda, que era ma-
Para ese entonces mirpa ya había pasado a celebrar sus
nejado por el Partido Comunista o el Partido Socialista.
Y tal vez mirpa no era del todo ajena a la política, pero
reuniones en San Alberto, la parroquia barrial que desde
siempre tuvo un fuerte contenido social.7 los años sesenta era dirigida por el sacerdote Arnaldo
Spadaccino, conocido, entre muchas actividades, por par-
Amorín recuerda que, tras un inicio sin objetivos claros y ticipar en el programa televisivo Conozca su derecho. Relató
luego de mucho discutir, mirpa tomó una decisión: «Nos el jubilado ferroviario Vicilfredo Alonzo:
fijamos dos prioridades: el liceo y el saneamiento. El liceo
Fue un gran defensor del sindicalismo y, para nosotros,
en Peñarol era una demanda de más de treinta años que no
el primer cura sin sotana. Fue él quien un día se acercó
se lograba concretar nunca». Los adolescentes y jóvenes
a los talleres a pedir ayuda, porque la cruz de la fachada
exterior de la capilla, de madera, se había estropeado.
7 Entrevista realizada para este libro.
«Ningún problema, padre», le dijeron en los talleres y se
la hicieron de rieles…, como no podía ser de otra mane-
ra. Duradera y ¡ferroviaria!
Ferroviarios y sindicatos ferrocarril había sumido a Peñarol en una honda crisis. Taller mecánico. Lugar
donde se encontraban las
«La Unión Ferroviaria del Ferrocarril Central Desde la Unión Ferroviaria y la Federación
Gracias al trabajo de mirpa y de los vecinos en gene- La vida social y económica había decaído, la identidad calderas que generaban
nació a fines de 1941, luego de más de tres Ferroviaria se comenzó a trabajar en ral, tras las gestiones impulsadas ante el Parlamento, del barrio ya no era la misma y hasta su destino estaba en vapor y la maquina
décadas sin organización sindical en dicha la formación de una nueva central o
cuestión. Relató Rubinstein: de vapor fija que
empresa, a partir de la destrucción de la “confederación”. Una comisión designada en
Secundaria y afe, Peñarol consiguió su primer liceo en
generaba movimiento
Unión Ferrocarrilera en 1908. La actividad de la Segunda Conferencia Nacional ferroviaria 1989. mirpa también logró para Peñarol una policlínica hacia las máquinas.
transporte que vinculaba gran parte del territorio elaboró un proyecto de Estatutos de la
Edificio nunca Los viejos jubilados del ferrocarril comenzaron a morir
terminado y sin uso de (1996), un jardín de infantes para complementar la tarea
nacional, la realizaba, como en otros países, un Confederación Nacional del Trabajo.»1 y el barrio cambió. Comenzaron a llegar personas no
proletariado numeroso y de comportamientos la Unión Ferroviaria. del que ya existía (1999) y un centro de enseñanza de vinculadas al ferrocarril. Peñarol dejó de ser un barrio
“moderados”, según Gualberto Damonte al Es la única altura
del barrio Peñarol.
idiomas para liceales. En 1999 se consiguió que el liceo ferroviario para ser un barrio más de Montevideo con
referirse a la huelga de 1947. En las elecciones
a los consejos de salarios de 1944 estuvieron Permanece así desde dejara de funcionar en un local provisorio y se mudara a algunos ferroviarios.
habilitados 6700 ferroviarios, en un total 1 En Rodolfo Porrini: La nueva clase trabajadora los años sesenta. Sigue su ubicación definitiva.
de 15 000 vinculados al transporte como uruguaya (1940-1950), Montevideo: Universidad siendo propiedad del
tranviarios y empleados de los ómnibus […]. de la República, FHCE, 2005, pp. 110-242. sindicato ferroviario. Pero, más allá de los logros de los vecinos organi- Sin embargo, los talleres del ferrocarril y el barrio original
zados, el paulatino encogimiento de los servicios del de los ingleses seguían estando allí.

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