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CUENTOS PARA

#LIDERAZGO.
FORMAS
DE APRENDER

Esta semana he leído unos artículos de Juan Mateo, autor que viene a especializarse en
temas de liderazgo y formación para directivos. Tiene un par de libros que me interesan
sobremanera, más que por la redacción, por la relación que sabe hacer con el Liderazgo,
el equilibrio personal, el compromiso, la equidad y otras cuestiones, a modo de cuento.
Uno es “Cuentos que mi jefe nunca me contó” y el otro es más incisivo y profundo, “El
Argumento”.

Hay que ver, de niños aprendíamos de una manera divertida, y ahora, de adultos, nos
empeñamos en aprender de una forma cada vez más compleja y complicada.

Tirando del primer libro, uno de los cuentos descritos me trajo gratos recuerdos ya que
era un cuento que hace muchos años mi abuelo me contó.

Viene a ser algo así, resumido obviamente, como:

Un abuelo que iba con su nieto a vender un burro a una feria atravesando varios pueblos
durante el camino; el nieto iba cansado y se montó en el burro. Al pasar por un pueblo
oyeron un comentario: “Anda!!!, hay que ver el niño montado y el pobre anciano a pie”.
Oído el comentario decidieron cambiarse los papeles: el abuelo se montó en el burro y
el niño siguió andando. En la siguiente localidad escucharon de nuevo un comentario
que venía a decir: “Qué barbaridad!!!, el hombre en el burro y el pobre niño a pie”. A
raíz de esta nueva observación y consecuente comentario, pensaron que lo mejor era
montarse los dos en el burro creyendo que así evitarían nuevos comentarios en el
siguiente pueblo. Sin embargo, al pasar por el siguiente pueblo surgieron nuevos
comentarios: “Pero bueno!!!, los dos sobre el pobre animal”. De modo que se bajaron y
continuaron los dos, abuelo y nieto, andando. ¿Y con qué obvio comentario se
encontraron entonces? Simple: “Mira que par de ignorantes, tienen un burro y van a
pie”.

Conclusión personal (o moraleja, según guste): Nuestro comportamiento no puede


agradar a todas las personas, y mucho menos nuestras decisiones. Cuando las decisiones
y nuestro comportamiento van unidos, en armonía y consonancia, no tendremos tan
presente todo lo que pensarán los demás, porque sino podremos ser esclavos de las
observaciones. “Hace tiempo me importaba lo que dijesen de mi, hasta que me di
cuenta que de todas formas iban a hablar”.

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