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EL PARTFDO :A LA VANGUARD,IA EN LA
DiEFENSA DEL lCOBRE
A poco de iniciar su mandato el Comité Central debió en-
frentar uno de los más serios problemas que aún se proyecta en
nuestros días. Nos referimos a la decisión del gobierno demó-
cratacristiano de enviar al Parlamento su proyecto llamado de
los Convenios del Cobre. El gobierno, usando su poderosa ma-
quinaria de propaganda, encubrió su proposición antinacional
bajo la ambigua y falsa denominación de "chilenización del
cobre", falseando los hechos y hablando de aparentes ventajas
de la proyectada legislación.
De inmediato la directiva precisó un criterio político y una
estrategia amplia para movilizar activamente a todo el Partido
y a las organizaciones sindicales en defensa de la soberanía y la
independencia económica chilenas tan seriamente amagadas
por esta decisión del gobierno de Frei que representaba el sín-
toma más claro del hipócrita contenido de la llamada "Revolu-
ción en libertad". Resulta útil recordar, en un apretado resumen,
los hechos e iniciativas más importantes que adoptáramos y
cumpliéramos en diversas etapas antes que los proyectados
convenios se convirtiesen en la actual Ley 16.282.
Sin pretensiones exageradas, estimamos que fue e1 Pankido
Socialista la fmica organización política que contribuyó más
decisivamente a promover un profundo y amplio esclarecimien-
to acerca del verdadero contenido de la nefasta prmsición
demócratacristiana que afectaba a la vida económica del país
por largo tiempo, ubicándonos en una posición de vanguardia
que precipita la comprensión de importantes sectores ausen.tes,
hasta ese momento, de lo medular del problema, estimulándose
así reacciones variadas y favorables a la conducta socialista.
'%a novela rosa" que sobre los convenios del cobre había
escrito la millonaria propaganda combinada del gobierno y de
las empresas norteamericanas de la gran minería, no encontraba
críticos severos hasta el momento en que el Partido empieza a
descorrer el velo que imgedía ver el au'thtico drama que para
el país significa la prolongación por veinte años más de la ini-
cua explotación de su riqueza básica a manos del imperialismo
extranjero. Sin pensar que esta faena haya logrado superar del
todo el caudal de una publicidad arrolladora, destinada a crear
una falsa imagm sobre dichos convenios, debe estimarse como
hito importante aquel momento en que la directiva socialista
entrega a la consideracih pública un fundado documento po-
lítico emplazando a la democracia cristiana a definir una actitud
soberana dirigida a recuperar el cobre para Chile.
Más allá de la sordina impuesta por el gobierno y el interés
extranjero, el Partido Socialista logra en gran medida situar así
el problema en sus alcances reales al trasladar la polémica a su
verdadero centro vital: definir quiénes estaban al lado del im-
perialismo y quiénes de parte de Chile. Esto suponía necesaria.
mente replantear nuestra antigua pero saludable tesis de na-
cionalización de los recursos básicos, despreciando lhda actitud
conciliadora sobre asuntos que no pueden llevarse al mercado
de las transacciones.
A la mentira organizada que ofrecía un paraíso para los
chilenos de aprobarse tales convenios, los socialistas comproba-
mos, con irrebatibles argumentos, el grave y acentuado nuevo
deterioro que se originaría para una economía ya bastante en-
ferma y subdesarrollada. En tal sentido, han sido falsas las
afirmaciones demócratacristianas al sostener que habrá un au-
mento importante de la producción, como faLso es que se refi-
nará todo el cobre en Chile; igualmente inefectivas son aque-
llas que expresan que se elaborará más cobre, que se mejorará
la tributación de la gran minería y que se abrirán las posibili-
dades de cien mil nuevas ocupaciones para los trabajadores.
EMPLAZAIWENTO A LA DEMOCRACIA CRISTIANA