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3 ANDERSON, Perry, “El Estado Absolutista”, Editorial “siglo veintiuno editores”, Madrid, España, página (12).
6 ANDERSON, Perry, “El Estado Absolutista”, Editorial “siglo veintiuno editores”, Madrid, España, página (22).
9PAREDES, Javier, “Historia Universal Contemporánea, de las Revoluciones liberales a la Primera Guerra Mundial”,
Editorial Ariel, página (12).
ni en tiempo (…) es necesario que quienes son soberanos no estén de ningún modo sometidos
al imperio de otro”.
Otra coincidencia clara, que se puede extraer de los discursos de Hobbes y Bossuet, es la
concepción de que la paz y el orden público no serían posibles sin la existencia de un poder
común centralizado. Bossuet afirma que “desperdigar dicho poder es dividir el Estado; es dar
al traste con la paz pública”; implícitamente lo que expresa es que la paz solo sería posible si
existe un poder centralizado que rija sobre todos, de manera que, si existe poder fuera de la
personalidad del príncipe, no habría paz; esta apreciación se ratifica en la siguiente frase del
mismo pensador: “En un Estado solo el príncipe debe estar armado. De otro modo, todo
estaría en confusión y el Estado cae en la anarquía”. Por su parte, Hobbes, al describir el
estado de naturaleza del hombre sostiene que “la condición del hombre es la de guerra de
todos contra todos”, y luego afirma que “si persiste ese derecho natural de cada uno respecto
a todas las cosas, no puede haber seguridad para nadie”.
A pesar de estas coincidencias está claro que existen diferencias entre las preposiciones de los
pensadores, quienes parten de distintos enfoques y conceptos. Una diferencia bien
identificable en el discurso de los pensadores es la importancia y el papel que le atribuyen a
Dios en su concepción del poder. Mientras Bodin y Bossuet enfatizan en la figura sagrada del
príncipe, en su condición de lugarteniente o ministro de Dios, Hobbes hace alusión a pactos
entre individuos y a elementos que garanticen constantemente estos pactos.
6) Identifique los obstáculos y las ventajas que caracterizaron el proceso de
centralización del poder en Francia.
Al analizar el proceso de centralización del poder en Francia, podemos identificar ciertos
factores que lo dificultaron, pero también ventajas que surgen de la comparación con el
proceso en otros países.
Una de las claras ventajas fue la forma en que se dio el proceso. Mientras que, en países
como España, la centralización se realizó en un período de tiempo relativamente corto, en
Francia el proceso duró varios siglos y fue absolutamente gradual.
Justamente del carácter gradual del proceso, deriva otra ventaja y Perry Anderson la expresa
claramente: “Por otra parte, tampoco tuvo que enfrentarse en el interior a los permanentes
problemas estructurales de unir reinos dispares, con legados políticos y culturales
radicalmente opuestos”10.
Otra ventaja es el bajo número (en comparación con otros procesos) de reinos territoriales en
el interior del territorio que se unificaría. A su vez, los lejanos ducados y condados de Francia
siempre habían prestado lealtad nominal a la dinastía central, lo que permitió la existencia de
una jerarquía jurídica que facilitaría más adelante la integración política. Perry Anderson al
10 ANDERSON, Perry, “El Estado Absolutista”, Editorial “siglo veintiuno editores”, Madrid, España, página (81).
respecto del poder central sostiene: “Nunca tuvo que luchar con ningún otro reino territorial
de un rango feudal comparable dentro de Francia” 11.
Una de las dificultades que enfrentó la realeza para centralizar el poder del Estado, fue la
diferencia lingüística entre el norte y el sur del territorio, que era menos complicada que en
España (por ejemplo) pero muy notoria y persistente a lo largo del proceso.
Como todo proceso de centralización del poder, en Francia, también fue una dificultad la
existencia de particularismos. En el caso francés, el sur del territorio demostraba una gran
cantidad de fuerzas particularistas. Sin embargo, el peligro más grande provenía de la Casa de
Borgoña, un ducado del norte cuya dinastía rivalizaba abiertamente con la dinastía central de
los Capeto; estos nobles fueron capaces de aliarse a fuerzas inglesas para conquistar
territorios franceses. Durante el proceso de centralización, será un factor muy negativo las
recaídas particularistas que aspiraban a la desintegración.
El volumen de población de Francia, muy superior al de los demás países europeos, fue un
factor que dificultó enormemente la unificación administrativa necesaria para una efectiva
centralización. A ese problema, se añadió la enorme extensión de territorios de lo que más
adelante sería el Estado Absolutista de Francia.
Fueron también un obstáculo, ciertos acontecimientos intermedios, como la Guerra de los
Cien Años (S. XV), las guerras de religión (S.XVI) y la Fonda (S.XVII). No obstante,
algunas tuvieron consecuencias positivas que aceleraron en ocasiones al proceso, por
ejemplo: La Guerra de los Cien Años proporcionó a la monarquía francesa un ejército regular
y el cobro de un impuesto fiscal directo, que no estaba sujeto a control representativo; esto
debido a la deficiencia que mostraban los ejércitos señoriales frente a las fuerzas Anglo-
Borgoñas.
7) Identifique los principales hitos en el ascenso y permanencia en el poder de Luis XIV.
Existe una enorme cantidad de momentos que pueden ser considerados como hitos en el
proceso de ascenso y permanencia de Luis XIV en el trono de Francia. Estos pueden variar
según el enfoque que se le dé al proceso. La obra de Burke, por ejemplo, está más enfocada
en las representaciones simbólicas de la vida del rey y su impacto en la percepción de la
población de aquel entonces; no es este el caso del presente trabajo. El objetivo es señalar los
momentos importantes en cuanto a las medidas que ha tomado el rey para la consolidación de
su poder absoluto.
Luis XIV debe ocupar el trono en Francia a partir de 1643, tras la muerte de su padre (Luis
XIII), cuando apenas cumpliría 5 años. Sin condiciones de reinar, por ser demasiado joven,
ocupó el poder como regente su madre, Ana de Austria, cuyo reinado llevó a cabo el
Cardenal Mazarino.
11 ANDERSON, Perry, “El Estado Absolutista”, Editorial “siglo veintiuno editores”, Madrid, España, página (81).
En 1661, tras la muerte de Mazarino, Luis asume efectivamente el control del aparato estatal.
Este momento es sumamente importante, porque las primeras medidas del joven monarca,
demostrarían rupturas con el período anterior y reflejarían sus objetivos para todo su
gobierno.
Burke, al respecto de este importante momento, dice: “Tras la muerte del Cardenal, en marzo
de 1661, Luis declaró su intención de gobernar sin primer ministro. Quería ejercer un poder
absoluto, en otras palabras, un poder no compartido con otros” 12.
Mousnier nos brinda un panorama más amplio de la significación de esta decisión del rey:
“Luis XIV opera una revolución. Descarta del Conseil d´en Haut a todas las gentes que
podían pretender un poder político en virtud del nacimiento, un título o una función. En
primer lugar, a su madre, su hermano y los príncipes de sangre: el gobierno deja de ser
familiar y se convierte en verdaderamente personal” 13.
El Rey luego procede a convertir los cargos de ministros en algo sometido a la voluntad real.
Elimina a las cartas patentes y títulos de nombramientos, terminando con la venalidad y el
carácter hereditario de estos cargos. Se es ministro, y se deja de serlo, cuando el Rey lo
decide.
Otra medida sumamente importante fue la conversión de los múltiples consejos
administrativos (creados en la etapa ministerial para asegurar la administración) en algo
regular. Estos organismos pierden su cuota de autonomía y participación, ya que el rey toma
las decisiones con sus secretarios de Estados y estas solo pasan a los consejos para ser
cumplidas. Es decir, los consejos solamente se encargarán de ejecutar los mandatos.
Luis XIV desconfía también de sus funcionarios más próximos y debido a ello toma ciertas
medidas con respecto al trabajo de los secretarios de Estado. Opta por una importante
división del trabajo, de manera que cada uno de los secretarios posee conocimientos solo de
su área, sin tener acceso al trabajo de los demás. De esta forma, el Rey se asegura que
ninguno de sus funcionarios sepa lo suficiente como para intervenir en su voluntad. Para ello,
trabaja con cada uno de ellos de forma independiente.
Un elemento sumamente innovador fue el empleo de las letteres de cachet (Cartas u órdenes
selladas por un secretario de Estado). Mediante ellas, el rey transmitía directamente su
voluntad hacia los particulares y corporaciones. Tendió un puente eficaz que no permitía que
su voluntad se perdiera en el tránsito burocrático, en donde se podía alterar sus mandatos.
En 1763, el rey impuso sobre los tribunales soberanos el inmediato registro de los edictos,
quitándoles la posibilidad de administrar justicia. De esta manera aseguró su pleno poder
legislativo y por consiguiente su poder de decretar impuestos a voluntad. Podría utilizar las
12 BURKE, Peter, “La fabricación de Luis XIV”, Editorial “Nerea”, Traducción de Manuel Sáez de Heredia, página (55).
16 BURKE, Peter, “La fabricación de Luis XIV”, Editorial “Nerea”, Traducción de Manuel Sáez de Heredia, página (56).
concilios y custodiaba los bienes de la Iglesia” 17. A su vez, la monarquía adquirió la
capacidad de designar a los obispos y abades, obligó a la iglesia a contribuir con las cargas
del reino, eliminó las facultades jurídicas de la misma, y, sometió su administración al
Consejo Real y los parlamentos. El grado de poder de la monarquía en Francia fue tan grande
que incluso el poder religioso o escapaba del rey.
BIBLIOGRAFÍA:
MOUSNIER, Ronald, “Los siglos XVI y XVI”.
ANDERSON, Perry, “El Estado Absolutista”, Editorial “siglo veintiuno editores”, Madrid,
España.
BURKE, Peter, “La fabricación de Luis XIV”, Editorial “Nerea”, Traducción de Manuel Sáez
de Heredia.
PAREDES, Javier, “Historia Universal Contemporánea, de las Revoluciones liberales a la
Primera Guerra Mundial”, Editorial Ariel.
WEBGRAFÍA: https://www.youtube.com/watch?v=sNA7lzvGrX8&t=3s