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UNIVERSIDAD DE SAN CARLOS DE GUATEMALA, FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y

SOCIALES, LICENCIADO VÍCTOR HUGO BARRIOS BARAHONA, CURSO: TEORÍA DEL


PROCESO, TERCER SEMESTRE, SECCIONES: J - L. Guatemala, marzo de 2023

LOS PRINCIPIOS PROCESALES Y REGLAS TÉCNICAS

Es exigible incluir para conocimiento y práctica de los estudiantes, los principios generales del
derecho en el proceso, que son los criterios fundamentales que informan el origen y desenvolvimiento
de una determinada legislación, que expresados en reglas y aforismos, tienen virtualidad y eficacia
propia con independencia de las normas formuladas en el pleno positivo, los que continuamente en las
etapas en que se desenvuelve el juicio.

Su carácter de criterios fundamentales deriva de expresar principios de justicia, de valor


elemental y naturaleza objetiva. Y su condición de fuente informativa del ordenamiento explica que
puedan adoptar peculiaridades, que, sin romper su tónica general y abstracta, disciplinan la estructura
jurídica, de un determinado grupo humano y social. No son, ciertamente, verdades absolutas, pero su
más pura esencia responde a una general aspiración que se producen, en la órbita jurídica, en una
política de desenvolvimiento y realización de su contenido, que es lo que les da utilidad.

Es de hacer notar, que en todo juicio, cualquiera que sea, estos principios procesales pueden
formar parte del procedimiento legal, es decir, desde el momento que conoce la demanda o escrito
inicial el órgano jurisdiccional hasta que el mismo concluye a través de la sentencia, manera normal de
terminar un proceso, ya sea en primera o segunda instancia. Hay que recordar que en ningún proceso
habrá más de dos instancias, artículos 211 de la Constitución Política de la República y 59 de la Ley
del Organismo Judicial.

Para ello, traemos a este folleto algunas definiciones de los principios procesales, que puedan
iluminar y dotar al estudiante de nuestra facultad, para cumplir su función y tener conceptos jurídicos
más amplios, los cuales también, se experimentan en la práctica por medio del litigio conocido por el
órgano jurisdiccional.

Antecedentes

Como una reflexión, el Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales de Manuel


Ossorio, escribe sobre principios general del Derecho. La ley escrita no puede abarcar todas las
posibilidades o eventos que en la vida se presentan. De ahí que, la aplicación de las normas jurídicas
a casos concretos, se adviertan lagunas legales, que dejan al juzgador en la necesidad de acudir a
otras fuentes para resolver el litigio sometido a su jurisdicción; ya que no cabe abstenerse de
pronunciar un fallo a pretexto del silencio de la ley. A falta de un precepto legal expresamente
aplicable, habrá que valerse de la analogía, y, a falta de ésta, serán de aplicación los principios
generales de Derecho. Hay que poner de relieve que las figuras delictivas no se pueden crear por
simple analogía.

La dificultad está en determinar cuáles sean esos principios. Para algunos autores, son los del
Derecho Natural, o sea, los que se derivan de la naturaleza misma de las cosas. La idea es tan
ambigua, que no faltan doctrinas que niegan la existencia de un Derecho Natural.

Lo que queda expuesto se refiere a todas las ramas del Derecho (Civil, Comercial,
Administrativo, Laboral); pero no al Derecho Penal, donde no cabe ni la aplicación analógica ni la de
los principios generales, porque no hay delito ni pena sin previa ley que los determinen y porque
cualquier omisión legal al respecto se tiene que resolver a favor del imputado.

Cuando se habla de principios procesales, se hace hincapié a los fundamentos o bases en que
se apoyan las instituciones en el proceso.

a) Definición

Es imperativo señalar que los principios procesales son las máximas o reglas que dan forma,
estructuran y limitan las diferentes fases del proceso para lograr el reconocimiento de derechos
consagrados en la norma sustantiva.
Son principios procesales o principios del derecho procesal las reglas que constituyen puntos
de partida para la construcción de los instrumentos esenciales de la función jurisdiccional, en el sentido
de originarlos, determinando que sean sustancialmente como son. De otra forma, puede decirse que
son los criterios inspiradores de la capacidad de decisión y de influencia del órgano jurisdiccional y de
las partes en el nacimiento del proceso, en su objeto, en su desenvolvimiento y en su terminación.

Para Ramiro Podetti, los principios procesales son: los directivos o líneas matrices, dentro de
las cuales han de desarrollarse las instituciones del proceso.

A pesar de la brevedad del concepto, resulta acertado, dado que efectivamente, los principios
procesales son las directrices de carácter general que orientan la realización adecuada de los actos
dentro del proceso.

Eduardo Pallares, los llama así: principios rectores del procedimiento, y considera que son los
que: determina la finalidad del proceso, las reglas que deben seguir al tramitarlo y la correcta manera
de interpretar y aplicar las normas procesales.

Por otro lado, es de capital importancia la existencia de los principios procesales, y son
aquellas reglas o norma conforme a la cual se establece un juicio o se toma una determinación,
contenidas en forma explícita o implícita en el ordenamiento jurídico, que indican las peculiaridades
fundamentales del derecho procesal y sus diversos sectores, y que orientan la evolución de la
actividad procesal.

Cabe señalar que no todos los principios procesales aplican en todos los procesos que se
ventilan, sin embargo, enunciaremos algunos que tienen relación íntima en los juicios de nuestra
legislación.

¿Qué se entiende por principios procesales? Los principios procesales que orientan el derecho
procesal son las garantías que el Estado como dispensador de justicia ofrece a los que la demandan,
con el objeto de llevar el proceso a buen fin, con una sentencia dictada con eficiencia, eficacia o
imparcialidad.

La importancia de los principios procesales radica, en que contribuyen a dirigir la actividad


procesal. Los principios procesales orientan al operador del derecho en la función interpretativa de la
ley y también lo auxilian en la labor de integración de las mismas.

Máximas o reglas que dan forma, estructuran y limitan las diferentes fases del proceso para
lograr el reconocimiento de derechos consagrados en la norma sustantiva.

b) Principio de Impulso Procesal: Nos ilustra Eduardo J. Couture, sobre el principio al


manifestar que: A actos que tienden a asegurar el pasaje de una etapa a otra, como ser de la
sustanciación de la prueba, de la prueba a la conclusión, de la conclusión a la sentencia, se les
llama actos de impulso procesal.

El impulso procesal, procura conducir el procedimiento desde la demanda hasta la conclusión


(sentencia).

El impulso procesal, por tanto, es la presión ejercida por alguna de las partes procesales, para
que continúe la marcha del proceso hacia la etapa subsecuente.

El maestro Pallares, indica que, por virtud de este principio: la tramitación del proceso hasta
alcanzar su fin, está encomendada a la iniciativa de las partes que son quienes deben hacer las
promociones necesarias para lograrlo. Al juez no le esta permitido hacerlo, salvo casos excepcionales.

La abstención de impulso del proceso por las partes da lugar al envío del expediente al archivo
por falta de actuaciones, o da lugar a la caducidad de la instancia, o da lugar al sobreseimiento por
inactividad procesal. Por supuesto que se requerirá que el legislador prevenga la consecuencia de la
falta de impulso procesal. De la misma manera, se requerirá que el juez pueda sustituir a las partes en
la impulsión procesal, por disposición legal que lo autorice.

Entonces el principio de impulso procesal es la actividad necesaria para que el proceso se


desarrolle y avance en sus distintas etapas, y que el mismo concluya con la resolución definitiva. Este
puede tener lugar a requerimiento de parte o instancia de parte, cuando esta solicita que se dé por
finalizado un trámite procesal y se continúe con el posterior, o también podrá determinarse de oficio,
que es cuando el juzgador emite las resoluciones que en derecho corresponde, para que el proceso
siga su curso.

También se perfila el principio del impulso procesal para determinar cuándo ha de pasarse de
un acto procesal a otro, lo cual se origina a instancia de parte o de oficio.

Ahora bien, el impulso procesal es la actividad que es imperativa para poner en movimiento el
procedimiento y conducirlo hasta su finalización.

Artículos que ejemplifican la continuidad de una etapa hacia otra. 201 del Código Procesal Civil
y Mercantil, indica. (Demanda). La demanda podrá presentarse verbalmente, en cuyo caso el
secretario levantará el acta respectiva. Podrá también presentarse por escrito. En ambos casos deberá
observarse lo prescrito en los artículos 106 y 107 de este Código, en lo que fuere aplicable.

El artículo 202 del mismo cuerpo legal, señala. (Juicio oral). Si la demanda se ajusta a las
prescripciones legales, el juez señalará día y hora para que las partes comparezcan a juicio oral,
previéndolas presentar sus pruebas en la audiencia, bajo apercibimiento de continuar el juicio en
rebeldía de la que no compareciere.

Entre el emplazamiento del demandado y la audiencia, deben mediar por lo menos tres días,
término que será ampliado en razón de la distancia.

Leer los artículos 203 al 210 del precitado Código. En conclusión se determina, que las partes
procesales son las responsables de solicitar al juzgador la tramitación del proceso, darle continuidad,
sin interrupción alguna de las etapas que se gestionan en el proceso, empero abra sus excepciones
cuando lo podrá realizar el titular del órgano jurisdiccional.

b) Principio Dispositivo: Hace consistir este principio, el maestro Pallares, en que: el ejercicio de
la acción procesal esta encomendado en sus dos formas, activa y pasiva, a las partes y no al
juez.

Ese principio tiene como finalidad, que las partes procesales son las encargadas de impulsar el
proceso, al aportar al juzgador los hechos sobre los que versa la controversia; asimismo tienen la
carga de aportar los medios de convicción, con el propósito de demostrar o afirmar sus respectivas
proposiciones argumentales de hechos, que son necesario para el titular del órgano jurisdicción al
momento de emitir la sentencia que en derecho corresponde.

En efecto, la iniciativa en la marcha procesal desde que el proceso principia, hasta que termina,
le corresponde a las partes y no al juzgador. Desafortunadamente se abusa de este principio por las
partes, en el sentido, que en muchas ocasiones los litigantes oponen excepciones o interponen
recursos o impugnaciones sin fundamento o incidencias frívolas a través de los memoriales. Es
importante aclarar que en nuestro ordenamiento existen normas que obligan al juez a resolver, sin
petición previa de las partes procesales, sin embargo, en este caso aplica otro principio procesal que
más adelante se identifica.

Como ejemplo el artículo 357 del Código de Trabajo, establece. Los Tribunales de Trabajo y
Previsión Social tienen la facultad de practicar de oficio o a instancia de parte legitima, por una sola
vez antes de dictar sentencia y para mejor proveer, cualquier diligencia de prueba pertinente, decretar
que se traiga a la vista cualquier documento o actuación que crean conveniente u ordenar la práctica
de cualquier reconocimiento o avalúo que estimen indispensable… (también aplica en el principio
inquisitivo).

El artículo 113 del Código Procesal Civil y Mercantil, estipula. (Rebeldía del demandado). Si
transcurrido el término del emplazamiento el demandado no comparece, se tendrá por contestada la
demanda en sentido negativo y se le seguirá el juicio en rebeldía, a solicitud de parte.

El artículo 348 del Código Procesal Penal. Anticipo de prueba. El tribunal podrá ordenar, de
oficio o a pedido de parte una investigación suplementaria dentro de los ocho días señalados en el
artículo anterior…
Entonces, el principio dispositivo es aquel, en cuya virtud, se confía la actividad a las partes
procesales el estímulo de la función judicial y la aportación de los materiales sobre los cuales ha de
versar la decisión del juez. Este principio pertenece al conjunto de principios inherentes a la estructura
del Proceso Civil. En el derecho procesal dispositivo es aquel que nos permite disponer (llevar control)
de algún proceso o juicio. Son las partes quienes tienen que solicitar al titular del órgano jurisdiccional
que resuelva sus requerimientos por medio de los memoriales.

Por otro lado, siempre bajo la instancia procesal, en el principio dispositivo las partes son las
encargadas de impulsar el proceso, al aportar al juez los hechos sobre los que versará la litis; así
como la incorporación dentro del proceso el material probatorio, medios de convicción tendientes a
demostrar sus proposiciones.

Desde el ámbito procesal civil, el principio dispositivo constituye un pilar fundamental del
proceso, en virtud del cual, se entiende que la tutela jurisdiccional de los derechos e intereses solo
puede iniciarse a petición de parte, es decir, por intermedio de las partes procesales quienes están con
conflicto directo.

d) Principio Inquisitivo o conocimiento de oficio: Este principio faculta al juez para que
actué de oficio, sin requerimiento de las parte sujetas al proceso que se ventila.

El principio inquisitivo, sistema inquisitorio, inquisitorial, es un principio jurídico propio del


derecho procesal de ordenamientos jurídicos históricos, en el que el juez o tribunal que instruía y
juzgaba el proceso era parte activa en éste, sumando sus propias alegaciones y pretensiones a la
causa en la que posteriormente emitiría sentencia.

En el orden procesal, el principio inquisitivo es el sistema en virtud del cual, el tribunal por
medio del juez, es primordialmente el sujeto activo fundamental del proceso en las diferentes fases o
etapas del juicio.

Por consiguiente se puede decir, que este principio procesal tiene su basamento en el impulso
procesal de oficio. Desde otra dimensión siempre bajo el aspecto procesal, este principio es propio de
aquellos procedimientos judiciales en los que la cuestión litigiosa es de interés público, como pueden
ser los procesos relativos a menores de edad.

Reglas: El artículo 334 del Código de Trabajo, determina: Si la demanda no contiene los
requisitos enumerados en el artículo 332, el juez de oficio, debe ordenar al actor que subsane los
defectos, puntualizándolos en forma conveniente; y mientras no se cumplan los requisitos legales no
se le dará trámite.

El artículo 109 del Código Procesal Civil y Mercantil, preceptúa: Los jueces repelaran de
oficio las demandas que no contengan los requisitos establecidos por la ley, expresando los defectos
que hayan encontrado.

Y el artículo 181 del Código Procesal Penal, estipula en el segundo párrafo: … Durante el juicio,
los tribunales solo podrán proceder de oficio a la incorporación de prueba no ofrecida por las
partes, en las oportunidades y bajo las condiciones que fija la ley.

e) Principio de Oralidad: Este es contrario al de la escritura, conforme a este principio


prevalece la oralidad en los actos procesales, más bien un principio es una característica de
ciertos juicios que se desarrollan por medio de audiencias y en los que prevalecen los
principios de concentración e inmediación.

Sin embargo, los actos procesales del juez y de las partes procesales pueden manifestarse
oralmente o por escrito, lo que da lugar a dos principios totalmente opuestos en la regulación del
proceso: el de oralidad y el de escritura. En realidad, no cabe uno u otro sistema de carácter absoluto,
ya que ambos están íntimamente vinculados por nuestro ordenamiento jurídico.

Cuando se dice que rige el principio de oralidad lo que se está indicando es que predominan los
actos orales frente a los escritos. Por otro lado, cabe señalar que la oralidad no excluye la posible
documentación por escrito de los actos orales.
Se entiende que los actos judiciales se desarrollan preferentemente por el procedimiento oral,
sin perjuicio de su documentación que se presenta u obra en expediente, y se proyecta en la
concentración en un solo acto de las distintas actuaciones judiciales, singularmente en la etapa
procesal del juicio oral.

Es oportuno indicar también, que el principio procesal oral debe de entenderse como la
precisión procesal de comunicarse verbalmente de manera eficiente, eficaz y contundente, y para ello,
el contenido del mensaje debe ser conocido y entendido por su emisor (partes procesales) y su
receptor (juez).

Según el criterio de Kisch, la oralidad es el principio según el cual, las manifestaciones y


declaraciones que se hagan a los tribunales, para ser eficaces, necesitan ser formuladas de palabras.

Este principio consagra, la relevancia en nuestro actuar procesal, ya que consiste en que los
actos procesales son realizados a viva voz, normalmente en audiencia y reduciendo las piezas escritas
a los estrictamente indispensable.

Verbigracia, el artículo 333 del Código de Trabajo. “Si la demanda se interpone oralmente, el
juez debe levantar acta ajustándose a las exigencias del artículo anterior.”

f) Principio de Inmediación: En concepto de Kisch, este principio exige que: la comunicación


del juez con las partes y, en general con todo el material del proceso sea directa

La inmediación es un principio procesal que determina que todas las audiencias se desarrollan
en presencia del juzgador, así como de las partes procesales que deben intervenir en el juicio. Por lo
tanto, el juez en ningún caso podrá delegar esta función en otra persona.

En opinión del maestro Eduardo Pallares, consiste esencialmente en que el juez esté en
contacto personal con las partes: reciba la prueba, oiga sus alegatos, las interrogue, etc.

Para Guillermo Cabanellas de Torres, la definición de inmediación proporcionada por el


Diccionario Jurídico Elemental es: principio del derecho procesal encaminado a la relación directa de
los litigantes con el juez, prescindiendo de la intervención de otras personas.

Este principio, radica con exclusividad, en el contacto directo en audiencia del juez con los
sujetos procesales y la recepción de los diferentes medios probatorios dentro de un determinado
proceso, con el propósito que cuando el juzgador emita la sentencia sea apegada a derecho.

Los jueces tienen que estar presentes en la práctica de las diligencias que se realizan y el
cualquier otro acto que deba llevarse a cabo.

En síntesis, el principio de inmediación obliga al juez a presenciar todo acto procesal, toda
audiencia que le permite percibir, recibir y efectuar la valorización de todos los elementos que incidan
en el proceso.

En nuestro medio en algunos juicios es inoperante, ya que a la misma hora se programan


varias audiencias, por consiguiente, materialmente a el juez le es imposible, que puede estar presente
en cada una de ellas, esto se debe por la gran cantidad de trabajo que tienen los órganos
jurisdiccionales.

Describe, el artículo 129, cuarto párrafo, del Código Procesal Civil y Mercantil... El juez
presidirá todas las diligencias de prueba.

Como un claro ejemplo se cita el artículo 346 del Código de Trabajo. “Todas las pruebas
deben recibirse inmediatamente por el juez en la primera audiencia, para el efecto las partes están
obligadas a concurrir con sus pruebas respectivas…”

Otro está consignado en el Código Procesal Penal, artículo 354. Inmediación. El debate se
realizará con la presencia ininterrumpida de los jueces llamados a dictar la sentencia, del
Ministerio Público, del acusado, de su defensor y de las demás partes o sus mandatarios…
g) Principio de Concentración procesal: Sobre este principio, asienta el maestro Rafael de
Pina, que se presenta característicamente en el proceso oral y que debe haber el menor
número posible de audiencias, en atención a que, cuanto más próximas a la decisión sean las
actividades procesales, tanto menor es el peligro de que la impresión recibida por quien ha de
resolver, se borre y de que la memoria lo engañe y tanto más fácil resulta mantener la identidad
del juez durante el proceso.

El concepto del maestro Pallares, este principio exige que las cuestiones incidentales que
surjan dentro del proceso, se reserven para la sentencia definitiva, a fin de evitar que el proceso se
paralice o se dilate, lo que a su vez exige reducir al menor número posible los llamados artículos de
previo y especial pronunciamiento, las excepciones dilatoria y los recurso con efectos suspensivos. Por
lo tanto, se pretende que el mayor número de etapas procesales se desarrollen en el menor número de
audiencias, se dirige a la reunión de toda la actividad procesal posible en la menor cantidad de actos
con el objeto de evitar su dispersión y el retardo en el proceso.

El principio que se referencia exige la natural concentración de las partes procesales y demás
intervinientes en el caso, tales como los testigos, peritos… (sujetos procesales), cuya concentración
aglutina, por consecuencia del desarrollo mismo del acto procesal, es preciso reducir en una misma
audiencia varias actuaciones.

Este principio exige que las actuaciones procesales se realicen lo más próximas entre sí, a ser
posible en un solo acto, y que la sentencia se dicte en el plazo más breve posible.

Principio que, en aras de la agilidad en la tramitación de los procesos, persigue aglutinar en una
sola sesión o audiencia la mayor cantidad posible de actos procesales.

Se detecta, que trata de conseguir en un lapso de tiempo lo más corto posible, reuniendo en la
menor cantidad posible de actos todo el contenido del procedimiento. Es la concentración en una sola
audiencia de todos los alegato de las partes, de todas las afirmaciones, proposiciones de prueba,
excepciones de las partes, y si fuera posible, la práctica de la prueba.

En conclusión se infiere, que este principio procesal de concentración apunta a que el juicio oral
se realice sin interrupciones injustificadas, el de inmediatez se dirige a que quien va a fallar o emitir la
resolución o sentencia pueda tener contacto directo con los medios de prueba.

h) Principio de Publicidad: Todos los interesados en un expediente tiene el derecho de


consultarlo. También se fundamenta en que todos los actos procesales pueden ser conocidos
inclusive por los que no son parte del litigio.

Especialmente el principio de publicidad está dirigido a garantizar la transparencia, la


imparcialidad y la rectitud en la administración de justicia, y en lo que consiste y se traduce es en
permitir que cualquier persona pueda asistir y presenciar la realización de los actos procesales.

El principio de publicidad comporta la posibilidad de que los actos procesales sean


presenciados o conocidos incluso por quienes no participan en el proceso como partes, funcionarios o
auxiliares. Desde luego que es en los procesos orales donde este principio puede alcanzar su máxima
efectividad.

Hay que considerar en el proceso judicial puede ser público o secreto. Entiéndase por proceso
público en que las actuaciones procesales más relevantes pueden ser presenciadas por terceros,
además de que a los actos procesales puedan acudir las partes, sus representantes y sus defensores.

Nuestro ordenamiento jurídico señala que las actuaciones serán públicas, salvo en casos de
excepcionales.

La Constitución Política de la República en el artículo 14 norma. Presunción de inocencia y


publicidad del proceso. Toda persona es inocente, mientras no se le haya declarado responsable
judicialmente, en sentencia debidamente ejecutoriada. El detenido, el ofendido, el Ministerio Público y
los abogados que hayan sido designados por los interesados, en forma verbal o escrita, tienen
derecho de conocer, personalmente, todas las actuaciones, documentos y diligencias penales, sin
reserva alguna y en forma inmediata.
El principio de publicidad condice al logro de la obediencia jurídica en un Estado democrático
de derecho, ya que sólo en la medida en que las personas tienen conocimiento de las actuaciones
judiciales, esto es, del principio, regla o razón jurídica que constituye la base de una decisión judicial
las partes o los interesados podrían apelar a dicho fundamento para ajustar su conducta a las
decisiones de los jueces.

Y el artículo 30 de la Carta Magna, preceptúa. Publicidad de los actos administrativos. Todos


los actos de la administración son públicos. Los interesados tienen derecho a obtener, en cualquier
tiempo, informes, copias, reproducciones y certificaciones que soliciten la exhibición de los
expedientes que deseen consultar, salvo que se trate de asuntos militares o diplomáticos de seguridad
nacional, o de datos suministrados por particulares bajo garantía de confidencia.

La Ley de Organismo Judicial en el artículo 63 describe. Publicidad. Los actos y diligencias de


los tribunales son públicos, salvo los casos en que por mandato legal, por razones de moral, o de
seguridad pública, deban mantenerse en forma reservada. La calificación será hecha por el juez en
casos muy especiales y bajo su estricta responsabilidad. En todo caso los sujetos procesales y sus
abogados tienen derecho a estar presentes en todas las diligencias o actos de que se trate y hacer las
observaciones y protestas que procedan y en general enterarse de su contenido.

Leer los artículos 29 del Código Procesal Civil y Mercantil, y 356 del Código Procesal Penal.

i) Principio de bilateralidad: Este principio de bilateralidad de la audiencia o del


contradictorio expresa que, salvo excepciones limitadas, el juez no podría actuar su
poder de decisión sobre una pretensión (civil, lato sensu, o pena), si la persona contra
quien aquélla ha sido propuesta no ha tenido oportunidad de ser oída: auditur et altera
pars.

Es un principio que se ha garantizado por la controversia, e implica la prohibición para el juez


de dictar sentencia y varias otras resoluciones dentro del proceso, sin haber brindado previamente la
oportunidad a las partes de ser oídas, así como la prohibición de practicar algunas diligencias dentro
del juicio sin la debida intervención de las partes.

La Constitución Política de la República, regula en el artículo 12. Derecho de defensa. La


defensa de la persona y sus derechos son inviolables. Nadie podrá ser condenado, ni privado de sus
derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en proceso legal ante juez o tribunal competente y
preestablecido.

Y se ratifica en la Ley del Organismo Judicial, artículo 16. Debido proceso. Es inviolable la
defensa de la persona y de sus derechos… Nadie podrá ser condenado ni privado de sus derechos sin
haber sido citado, oído y vencido en proceso legal seguido ante juez o tribunal competente y
preestablecido, en el que se observen las formalidades y garantías esenciales del mismo; y tampoco
podrá ser afectado temporalmente en sus derechos, sino en virtud de procedimiento que reúna los
mismos requisitos.

Desde el punto de vista del derecho procesal, garantiza al justiciable o parte procesal la
posibilidad de ejercitar su derecho de defensa en juicio.

j) Principio de Lealtad, Buena Fe y Probidad: Este principio persigue que tanto las partes
como el juez actúen en el proceso, con rectitud, integridad y honradez. Por lo tanto este
principio es una institución de buena fe, que no ha de ser utilizado por las partes con fines
fraudulentos.

En este contexto, el principio de la buena fe, la lealtad procesal y su incidencia en la materia


que se litigue, viene siendo una obligación de las partes procesales actual con lealtad procesal, en un
proceso, evitando así, los fraudes emergentes de un cálculo meditado y abusivo de las falencias del
sistema procesal.

Otro criterio formado, es que el principio de lealtad y probidad en el proceso, se debe a la


conducta imparcial, sincera, honesta, correcta que tienen que asumir los sujetos procesales en los
procesos que formen parte. En caso contrario, el juez debe sancionar cualquier acto o conducta que
transgreda a la dignidad y la probidad.
Lo que persigue es que las partes procesales deberán exponer con claridad los hechos de
acuerdo con la verdad; no interponer pretensiones o reclamaciones procesales, ni alegar defensas, ni
promover incidentes, cuando tengan conciencia de su manifiesta falta de fundamentos; y no promover
pruebas sin ningún respaldo legal, ni realizar actos inútiles, contrarios o innecesarios a la defensa del
derecho que sostengan.

El proceso busca como objetivo primordial solución a una controversia, conflicto o pleito entre
las partes de manera ética, legal, leal y justa y con probidad, lo que evita son las actitudes
fraudulentas, engañosas o falaces conscientes entre las partes o buscan su beneficio propio, ya que
tienen la obligación legal de actuar de conformidad con el derecho.

El principio de lealtad procesal es una manifestación de la buena fe, por cuanto excluye las
trampas judiciales, los recursos torcidos, la prueba deformada y las inmoralidades de todo orden, y
constituye exigencia jurídica.

¿Qué es el principio de lealtad en derecho? El abogado debe obrar siempre en el mejor interés
de su cliente y anteponer dicho interés al de cualquier otra persona, incluyendo al suyo propio. En el
cumplimiento de este deber el abogado debe respetar la autonomía y dignidad de su cliente.

El principio de probidad indica, que tanto quien hace justicia como quien la pide, lo haga con
lealtad, con buena fe.

El principio de probidad en la función pública consiste en observar una conducta funcionaria


intachable y un desempaño honesto y leal de la función o cargo con preeminencia del interés general
sobre el particular.

k) Principio de Economía Procesal y Celeridad Procesal: Es menester que este principio de


economía procesal haga que el proceso se desarrolle, con el mayor ahorro de tiempo, de
energías y costo, de acuerdo con las circunstancias de cada caso. Maestro Eduardo Pallares.

El maestro Rafael del Pina, asevera que por este principio se afirma la necesidad de que los
conflictos de intereses susceptibles de ser resueltos mediante la actividad jurisdiccional, en un
proceso, sean sometidos a reglas que permitan llegar a una decisión con el menor esfuerzo y gasto y
en el menor tiempo posible, en beneficio de los litigantes, y en general, de la administración de justicia.

El principio de economía procesal se define como la aplicación de un criterio utilitario en la


realización empírica del proceso con el menor desgaste posible de la actividad jurisdiccional.

Entonces alude a la exigencia de que el proceso debe conseguir su objetivo de dar una
solución pacífica y justa a los conflictos con el menor esfuerzo posible de tiempo, trabajo y dinero.

También tiende a la simplificación de trámites y abreviación de los plazos con el objeto de que
exista economía de tiempo, energías y de costos.

Sin embargo, como norma de interpretación, formula el precepto mediante la utilización de


locuciones comparativas: más rápida y económica; mayor economía, expresiones que carecerían de
significado si no encontraran correlato en el ordenamiento procesal.

El principio de celeridad procesal, está representado por las normas que impiden la
prolongación de los trámites procesales superfluos y onerosos. Así, la perentoriedad de los plazos
legales o judiciales. Los plazos plasmados en los preceptos legales tienen que cumplirse y no pueden
quedar de forma antojadiza a criterio del juzgador, porque se estaría violentado o transgrediendo una
norma.

l) Principio de Preclusión procesal: Llamado también, Principio de Eventualidad. En realidad


se trata de dos principios, indisolublemente unidos, pues, el de eventualidad significa que,
existe a favor de las partes una libertad para hacer valer sus derechos procesales. Es, dentro
de esa libertad, totalmente contingente, para hacerlos valer o no hacerlos valer en la
oportunidad procesal correspondiente, si no se hace valer dentro del momento procesal
oportuno, opera la preclusión, es decir la oportunidad se cierra y ya se desecha por
extemporáneo y se ha perdido el derecho procesal correspondiente. Dado el carácter dinámico
del proceso, a las partes se conceden derechos procesales que deben hacer valer dentro de la
etapa procesal oportuna. Si no los hacen valer oportunamente, la posibilidad correspondiente
se cierra y el proceso sigue adelante.

Por tanto, cabe la eventualidad de que el derecho no se haga valer, y cuando ello ocurre, opera
la preclusión y el proceso sigue su marcha, habiéndose perdido el derecho que, en tiempo, puedo
haberse ejercitado.

El proceso se desarrolla por etapas y por este principio el paso de una a la siguiente, supone la
preclusión clausura de la anterior, de tal manera que aquellos actos procesales cumplidos quedan
firmes y no pueden volverse a ellos. El proceso puede avanzar pero no retroceder.

Podrá concretizarse así, que la preclusión es uno de los principios que rigen el proceso y se
funda en el hecho de que las diversas etapas del proceso se desarrollan en forma sucesiva, una tras
otra, mediante la clausura definitiva de cada una de ellas, por haber transcurrido el tiempo procesal
oportuno, impidiéndose el regreso a momentos procesales ya extinguidos y consumados.

Usualmente se la concibe, como la perdida, extinción o caducidad de una facultad o potestad


procesal de las partes por no haber sido ejercida a tiempo. El fundamento de la preclusión se
encuentra en el orden consecutivo del proceso, es decir, en la especial disposición en que se han
desarrollar los actos procesales.

m) Principio de Adquisición Procesal: Su efectiva aplicación esta en materia de prueba y


conforme al mismo, la prueba es aportada para el proceso y no para quien la aporta, la prueba
se aprecia por lo que prueba y no por su origen.

En virtud de tal principio, llamado de la adquisición procesal, cada una de las partes en el
proceso tiene derecho a utilizar las aportaciones hechas por la contraria, ya sea las peticiones que
ésta formule y los actos de impulso que realice, lo cual podría ser perjudicial para alguna de las partes.

En materia procesal, si bien las cargas de la afirmación y de la prueba se hallan distribuidas


entre cada una de las partes, los resultados de la actividad que aquellas realizan en tal sentido se
adquieren para el proceso en forma irrevocable, revistiendo carácter común a todas las partes que en
el intervienen.

De acuerdo con el principio de adquisición, por lo tanto, todas las partes vienen a beneficiarse o
a perjudicarse por igual con el resultado de los elementos aportados a la causa por cualquiera de ellas.

Es imperativo, que la vigencia del principio referido impide, por ejemplo, que alguna de las
partes que produjo una prueba desista luego de ella en razón de serle desfavorable; que el ponente de
las posiciones pretenda eventualmente desconocer los hechos afirmados en el pliego respetivo; que el
actor niegue los hechos expuestos en la demanda en el caso de que el demandado los invoque en su
beneficio.

Por consiguiente se infiere, que las partes al momento de pronunciarse por escrito o aportar
ciertos documentos al proceso tienen que tener mucho cuidado, porque los mismos pueden ser
utilizados en su contra.

Apertura a prueba. El artículo 123 del Código Procesal Civil y Mercantil, estipula: Si hubiese
hechos controvertidos, se abrirá a prueba el proceso por el término de treinta días.

Este término podrá ampliarse a diez días más, cuando sin culpa del interesado no hayan
podido practicarse las pruebas pedidas en tiempo.

La solicitud de prórroga deberá hacerse, por lo menos, tres días antes de que concluya el
término ordinario y se tramitará como incidente.

Carga de la prueba. Artículo 126. Las partes tienen la carga de demostrar sus respectivas
proposiciones de hecho.

Quien pretende algo ha de probar los hechos constitutivos de su pretensión; quien contradice la
pretensión del adversario, ha de probar los hechos extintivos o las circunstancias impeditivas de esa
pretensión…
n) Principio de Escrituración: Desde el punto de vista procesal la mayoría de actos se
realizan por escrito.

Sabemos que este principio es una manera de proyectarse en el proceso, por lo que el juez o
tribunal conoce las pretensiones procesales y las peticiones de las partes a través de actos escritos.

En contraposición al anterior, las manifestaciones y declaraciones tienen que efectuarse por


escrito para ser válidas. Para Kisch, este principio tiene a su favor mayor seguridad porque las
declaraciones queden fijas y permanentes, las actuaciones pueden reconstruirse y examinarse. En
contra se arguye que la reducción de lo actuado a escrito requiere mayor tiempo, que la lectura es
incomoda y la sustanciación se hace pesada, que hay un obstáculo contra la publicidad.

El principio de oralidad y el de escritura, en realidad no son obstáculos porque de lo oral se


conservan actas levantadas y porque en el proceso escrito hay comparecencias en las que se da
cuenta con declaraciones de las partes y de los terceros que intervienen en el proceso.

En síntesis, es muy difícil admitir un proceso oral que no conciba en algún grado la escritura, ni
un proceso escrito que no conciba en ningún grado la oralidad, ya que nuestro conjunto sistematizado
de normas y su validez (ordenamiento jurídico) convalidan ambos principios.
El artículo 334 del Código de Trabajo. “Si la demanda no contiene los requisitos enumerados en
el artículo 332, el juez de oficio, debe ordenar al actor que subsane los defectos, puntualizándolos en
forma conveniente; y mientras no se cumplan los requisitos legales no se le dará trámite.”

Bibliografía

- Arellano García, Carlos, Teoría del Proceso


- Gordillo Galindo, Mario Estuardo, Derecho Procesal Civil Guatemalteco

Diccionarios

- Ossorio, Manuel, Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales


- Cabanellas de Torres, Guillermo, Diccionario Jurídico Elemental

Leyes aplicables:

- Constitución Política de la República de Guatemala


- Ley del Organismo Judicial
- Código Procesal Civil y Mercantil
- Código de Trabajo
- Código Procesal Penal

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