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Provincia Franciscana “Nuestra Señora de Guadalupe”

en Centroamérica y Panamá.
Fundación “La Santa Cruz” en Haití.

No.1 - Año 2017

Fr. Cosme Spessotto, OFM


Un misionero, un hermano, un innovador.

Parroquia San Juan Bautista


San Juan Nonualco, depto. La Paz, El Salvador C.A.
Frailes Franciscanos, OFM.
Fr. Cosme Spessotto, OFM

Un misionero, un hermano,
un innovador.

José Leandro Flores G.


Fr. Cosme Spessotto, OFM
Un misionero, un hermano, un innovador.

1 Vida cotidiana
Al atardecer y amanecer de cada día, los transeúntes por el frente del
convento de San Juan Nonualco podían ver la silueta de un fraile delgado
que por largos minutos caminaba de un extremo al otro, con su libro
de la liturgia de las horas entonando los salmos de los Laudes o de las
Vísperas, según fuera el amanecer o el anochecer, y de aquella atmosfera
de movimiento y silencio emanaba un ejemplo y una lección para cuantos
por allí pasaban de que el día se comienza y se termina orando.

Después de la liturgia de cada día con los feligreses, llegaba al comedor lleno
de entusiasmo y conversando temas de interés del área pastoral; de modo
particular su preocupación por los jóvenes: como atraerlos a la comunidad
para acompañarlos y que juntos hagan su camino de crecimiento y
desarrollo para sí mismos, para la ciudad y para el País.

Una de sus estrategias preferidas era que nosotros como jóvenes nos
involucráramos en los deportes de los jóvenes para tener la oportunidad
de anunciar el Reino a ellos.

Su solicitud pastoral era por igual por todos los sectores de la comunidad
parroquial: por los campesinos, los barrios, los niños, los jóvenes, los
movimientos; y junto con esto, su solicitud por la construcción física de
lugares para la educación y la religión. Él se sentía con la misión de llegar a
todos, que nadie de los habitantes de la ciudad se sintiera excluido.

2 Vida de trabajo
Sin perder un minuto, después de los momentos de la vida comunitaria,
ya lo podíamos ver con ropa de agricultor dedicando largas horas al cuidado
del viñedo que había hecho en el poco espacio de la tierra de que disponía
la casa parroquial. Era un trabajo minucioso y delicado manipulando una
por una las plantitas pequeñitas que luego trasplantaba a la tierra que ya
tenía preparada. Todos veíamos que era aun tipo de cultivo novedoso y
desconocido en la zona y en el País; su propósito era demostrar que el
cultivo de uva podía ser posible y exitoso en esa tierra y con ese clima
y que podría convertir en una alternativa de cultivo masificado entre los
agricultores y pronto lo logró, sacando dos cosechas al año con grandes
racimos de uva (de los cuales se conservan fotos), que luego también
produjo vino tinto de ellas.

Sin embargo, su vida se volvió corta para alcanzar tan altos fines, y por otra
parte, la mentalidad existentes y el apego a los cultivos tradicionales (maíz,
frijol…) no dieron lugar al cambio esperado sonado en la expansión de
este cultivo.

3 Compromiso pastoral
Esta área concentraba su mayor atención y energía, casi a diario lo
veíamos partir en su viejo auto rumbo a las comunidades distantes varios
kilómetros, por caminos más que difíciles y en ese tiempo peligroso por
la violencia que arreciaba. Solía regresar, a veces, por contratiempos
mecánicos, bajo tremendos aguaceros con barro por todas partes, cansado
pero contento de la misión cumplida.

En su trabajo pastoral procuraba también dedicarle atención a los temas


prácticos como cultivos, vivienda, caminos, buenas relaciones humanas,
educación… su mirada era siempre inquieta buscando en que se podía
mejorar cada situación que encontraba; de esta manera, para creyentes y no
creyentes su presencia por las comunidades urbanas y rurales era de interés
porque se daban cuenta que era una persona que no solamente hablaba de
los temas de religión si no también con sus propias manos trabajaba y hacía
producir la tierra y edificaba o reparaba ermitas y escuelas.
4 Educación
Paralelamente a la construcción del templo parroquial fue construyendo
la escuela parroquial Juan XXIII para educación básica y media. En el pueblo
había una escuela de niñas, una de varones y un centro de Bachillerato. Con
su espíritu de líder trajo a religiosas franciscanas que se hicieron cargo del
trabajo educativo y formativo del nuevo centro de educación que pronto se
vio lleno de niños y niñas del lugar y lugares vecinos.

El templo parroquial lo construyó nuevo en su totalidad trabajando


el mismo y dirigiendo a los operarios. Era común verlo en las alturas,
con su hábito café y sandalias puestas permanentemente que lo hacían
inconfundible en todas partes. Su pasión porque las cosas se hicieran bien
hechas era manifiesta, al punto de solo verlo molesto y hasta enojado por
este motivo. No soportaba la mediocridad ni hacer las cosas por corto
tiempo sino para que perduraran en el tiempo.

Todas sus obras simultáneamente iba buscando la forma de financiarlas


con actividades de desfiles, concursos de reinas en los barrios, rifas y
búsqueda de bienhechores. De esta manera los grandes trabajos nunca
se vieron paralizados por falta de recursos. También con motivo de sus
vacaciones quinquenales viajaba a su País natal, Italia, donde misionaba
por diversas parroquias y mostrando sus trabajos conseguía ayuda de los
feligreses para esta causa.

Sus partidas y retornos constituían eventos importantes de despedida y


bienvenida que la comunidad y población le preparaban, con carrosas,
cohetes y repiques de campanas para manifestar su alegría y júbilo,
así mismo, el aprecio, amor y esperanza de contar con él como un líder
religioso y social. Por su parte, a él se le veía siempre recatado, humilde y
agradeciendo esos gestos de sus hermanos y hermanas a quienes servía y
estaba ofreciendo su vida, trabajando por dejarles un legado que perdurara
en el tiempo. En todas estas manifestaciones y las cotidianas, él siempre
se mostraba agradecido y humilde, contento y conservando el espíritu de
sencillez y espíritu pacifico.
5 Vida comunitaria
Si bien era una persona de mucho trabajo y silencio, era común verlo
concentrado y aplicado en su austero escritorio (como era todo lo que le
rodeaba), trabajando en horarios del día y de la noche con responsabilidad
y acuciosidad, en una atmosfera de silencio y paz.

De allí salía a los espacios comunitarios, siempre con mucha energía,


donde se involucraba participando apasionadamente de los temas de
interés de sus comensales; era notable como ponía a un lado sus oraciones
y preocupaciones propias de un pastor y disfrutaba amenamente de los
temas cotidianos y de actualidad, siempre con un espíritu conciliador y
con criterios que se conversaban. Así era admirable el halito de espíritu
celestial y humano que compartía.

De manera espontánea pero intencional promovía el trabajo en equipo,


la conciliación y el trabajo entre las personas, caracterizando su hacer
su urgencia por hacer las cosas, y se hicieran bien. No le gustaban las
divisiones, las confrontaciones, sino la armonía y el trabajo efectivo. En
este sentido era visible el dolor que le producía el conflicto que se gestaba
en la década de los 70, y que explotó en los 80s.

En este contexto, fue llamativo la cantidad significativa de mediaciones que


hacía para ubicar gente en Italia, buscándoles trabajo y lugar donde vivir
para ayudar a salir del ambiente enrarecido por la violencia socio-política.

6 Doctrina
En su práctica como maestro de la fe, en la que estaba concentrada
su vida, se caracterizó por la fidelidad a los principios aprendidos de
sus maestros, provenientes de las tradicionales escuelas de pensamiento
eclesial. A dicho marco teórico, él los enriqueció con el contexto del lugar
de trabajo o misión en que se encontraba. De este modo, siempre se vio
seguro en su quehacer pastoral. Esos eran tiempos de manifiestas pugnas
entre extremos de puntos de vista teológico-pastorales, los cuales él los
estudiaba y respetaba.
Claramente la Eucaristía mostraba que era el eje de su vida y quehacer. Era
lo que más importancia le daba, y desde ella parecía que sacaba toda su
fuerza e inspiración para el trabajo cotidiano. Siempre había un antes y un
después, bastante prolongados de oración, de preparación y de acción de
gracias. Era una práctica tan asimilada que no reflejaba esfuerzo alguno.
Personalmente encabezaba la oración matutina y vespertina de comunidad
parroquial durante 27 años.

La fuerza de su palabra era contundente; a todos les quedaba claro cuál era
su objetivo final: conducir a todos a la persona de Jesús.

La orientación moral y espiritual que salía de su corazón, fruto del estudio,


de la oración y del conocimiento que tenía de su comunidad. De la gente
solo se escuchaba su aprobación y respeto a lo que predicaba porque era
una palabra refrenada por su coherencia de vida y trabajo diario, en el
ámbito privado y público por igual. Es decir, una vida sin tacha.

7 Un hombre de paz.
A su llegada en 1953 a esta zona, él contaba cómo le impresionó los
altos niveles de pobreza en la zona de la Herradura, lugar costero y de
pescadores. De inmediato dicho impacto se convirtió en su compromiso
con dicha gente.

Luego, en las décadas subsiguientes las confrontaciones gremiales fueron


creciendo en intensidad hasta llegar al conflicto armado de doce años. Él
se vio envuelto en dicha atmosfera y rápidamente asumió una posición
imparcial y de mediación con el afán de salvar vidas humanas y vidas
de inocentes. Dicha misión le exigió valentía, fe y esperanza de su parte
que él puso en gran heroico. No tomó partido por ninguno de los bandos
en conflicto, y asumió la misión de evangelizar a todos. Un mensaje que
proponía y reclamaba justicia y verdad para llegar a la fraternidad y el
respeto por la vida humana.
Como suele suceder en la lógica del mundo, muchas veces el bien se paga
con actos de injusticia. A nuestro hermano le arrebataron la vida cuando
pasaba por una etapa de mucha debilidad, recién saliendo de una operación.
Pero él tenía el talante de esas almas grandes que no se dejan amedrentar
por las amenazas de los peligros que los rodean por el simple hecho de
hacer el bien. En este caso, por optar por la paz y la reconciliación de los
grupos enfrentados por motivos ideológicos y sociológicos.

a) La coherencia
En personas como el P. Cosme no había un soble discurso. Más bien su afán
era manifiesto por demostrar coherencia entre lo que predicaba y lo que
vivía. Prácticamente no prefería palabra alguna que primero no estuviera
practicando con su vida en la cotidianidad. Cuantos querían podían leer en
su vida lo que decían con palabras.

b) Trabajo
La vida plenamente ocupada era otra de sus virtudes. Una distribución
minuciosa del tiempo diario, semanal y mensual, le permitía atender la
diversidad de tareas con método, dedicación y sentido de responsabilidad.
Su actuar era siempre metódico, planificado y pensado con anticipación.
Factores estos que se volvían claves para obtener los frutos esperados que
él se proponían.

c) La espiritualidad
La vida interior era su manantial permanente para el día a día, lleno de
actividades sociales y materiales. Se percibía como el sentido del quehacer
era impregnado por una intención espiritual. Y para él, este era el sello
propio y distintivo que le daba la identidad pastoral a su vida y trabajo.

En nuestros días, la metodología y lecciones de maestros como el P. Cosme


representan una ruta y un desafío permanente, como lo hubiera sido para
ellos si les hubiera tocado vivir hoy. No resulta fácil ni entonces ni ahora la
fidelidad y creatividad para el cumplimiento de la misma misión: contribuir
a la vida del mundo, de la tierra y de todos y cada uno.
“... él tenía el talante de esas almas grandes
que no se dejan amedrentar
por las amenazas de los peligros que lo rodean
por el simple hecho de hacer el bien.”

Parroquia San Juan Bautista


San Juan Nonualco, Depto. La Paz, El Salvador C.A.

Frailes Franciscanos, OFM.

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