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PUBLICACIONES DE LA CORTE PERMANENTE DE JUSTICIA


INTERNACIONAL

SERIE A - N° 10
7 de septiembre de 1927

COLECCIÓN DE
ARTEFACTOS

AFFAIRE DU "LOTUS))

PUBLICACIONES DEL TRIBUNAL


PERMANENTE DE JUSTICIA INTERNACIONAL.

SERIE A .-Nº 10
7 de septiembre de 1927

COBRO DE--JUICIOS

EL CASO DEL S.S. "LOTUS


TRIBUNAL PERMANENTE DE JUSTICIA INTERNACIONAL.

[Traducción.]
1927.
T\VELA SESIÓN (ORDINARIA). Septiembr
e
Expedient
e E. c.
Expedient
Antes: e XI
MM. HUBER, Presidente,
LODER, Ex Presidente,
WEISS, Vicepresidente,
Lord FINLAY,
MM. NYHOLM,
MOORE,
DE BUSTAMANTE,
Jueces,
ALTAMIRA,
ODA,
ANZILOTTI,
PESSOA,

FEiZI-DAiM BEY, Juez nacional.

SENTENCIA Nº 9.

EL CASO DEL S.S. 'LOTUS". 1

En Gobierno de la República Francesa, representado por


M. Basdevant, profesor de la Facultad de Derecho de París,

frente a
El Gobierno de la República Turca, representado por Su
Excelencia Mahmout Essat Bey, Ministro de Justicia.

LA TRIBUNAL,

compuesto como arriba,


oídas las observaciones y conclusiones de las Partes, dicta la
siguiente sentencia:
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 5
Por un acuerdo especial firmado en Ginebra el r2 de octubre de r926,
entre los Gobiernos de las Repúblicas Francesa y Turca y
presentada en la Secretaría de la Corte, de conformidad con el
artículo 40 del Estatuto y el artículo 35 del Reglamento de la Corte,
el 4 de enero de 1927, por los representantes diplomáticos en La
Haya de dichos Gobiernos, éstos han sometido a la Corte
Permanente de Justicia Internacional la cuestión de competencia
surgida entre ellos a raíz del abordaje ocurrido el 2 de agosto de
1926 entre los vapores Boz-Kourt y Lotus.
Según el acuerdo especial, el Tribunal debe decidir el
siguientes preguntas,:

"(1) Ha Turquía, en contra de lo dispuesto en el artículo 15


del Convenio de Lausana de 24 de julio de 1923, relativo a las
condiciones de residencia y de negocios y a la competencia judicial,
al entablar, a raíz del abordaje ocurrido el 2 de agosto de 1926 en
alta mar entre el vapor francés Lotus y el vapor turco Boz-Kourt y a
la llegada del vapor francés a Constantinopla, así como contra el
capitán del vapor turco, una acción penal conjunta de conformidad
con el derecho turco contra el Sr. Demons, oficial de guardia a
bordo del Lotus en el momento del abordaje. (1)
¿Debería el Estado turco, en virtud de la legislación turca, entablar
una acción penal conjunta contra el Sr. Demons, oficial de guardia a
bordo del Lotus en el momento de la colisión, como consecuencia
de la pérdida del Boz-Kourt, que ocasionó la muerte de ocho
marineros y pasajeros turcos? "2) En caso de respuesta afirmativa,
¿cuál es la reparación pecuniaria debida al Sr. Demons, siempre
que, de acuerdo con los principios del derecho internacional, la
reparación se efectúe en la misma cuantía?
, casos?"

Para dar efecto a las propuestas formuladas conjuntamente por las


Partes en el acuerdo especial de conformidad con el artículo 32 del
Reglamento, el Presidente, en virtud del artículo 48 del Estatuto y
de los artículos 33 y 39 del Reglamento, fijó como fechas para la
presentación por cada Parte de un asunto y una contestación el 1 de
marzo y el 24 de mayo de Estatuto y
los Artículos 33 y 39 del Reglamento, fijó como fechas para la
presentación por cada una de las Partes de un Caso y una Contra-
Causa el 1 de marzo y el 24 de mayo de 927, respectivamente; no se
fijó ninguna fecha para la presentación de réplicas, ya que las Partes
habían expresado su deseo de que no hubiera ninguna.

Los Asuntos y las Contestaciones fueron debidamente


:presentados en la Secretaría en las fechas fijadas y se comunicaron
a los interesados conforme a lo dispuesto en el artículo 43 del
Estatuto.
En el curso de las vistas celebradas los días 2, 3, 6 y 8 de agosto
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 6
de r927, el Tribunal ha escuchado los alegatos orales, la réplica y la
dúplica presentados por las mencionadas Agen:ts de las Partes.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 7
En apoyo de sus respectivas alegaciones, las Partes han
presentado ante el Tribunal, como anexos a los documentos del
procedimiento escrito, determinados documentos, cuya lista figura
en el anexo.
En el curso del procedimiento, las Partes han tenido ocasión de
definir los puntos de vista que han adoptado respectivamente en
relación con las cuestiones sometidas al Tribunal. Lo han hecho
formulando conclusiones más o menos desarrolladas que resumen
sus argumentos. Así, el Gobierno francés, en su asunto, solicita que
se dicte sentencia en el sentido de que:

"En virtud del Convenio relativo a las condiciones de residencia


y de negocios y a la competencia judicial firmado en Lausana el 24
de julio de 1923, y de los principios del derecho internacional, la
competencia para entablar acciones penales contra el oficial de
guardia de un buque francés, en relación con el abordaje ocurrido
en alta mar entre dicho buque y un buque turco, corresponde
exclusivamente a los Tribunales franceses...";
En consecuencia, las autoridades judiciales turcas se equivocaron
al procesar, encarcelar y condenar a M. Demons, en relación con el
abordaje ocurrido en alta mar entre el Lotus y el Boz-Kourt, y al
hacerlo actuaron de manera contraria al Convenio antes
mencionado y a los principios del Derecho interno;
" En consecuencia, se solicita al Tribunal que fije la
indemnización en reparación del perjuicio así infligido al Sr.
Demons en 6.000 libras turcas y que ordene que esta indemnización
sea pagada por el Gobierno de la República Turca al Gobierno de la
República Francesa."

El Gobierno turco, por su parte, se limita a pedir al Tribunal de


Justicia en su asunto que "se pronuncie a favor de la competencia
de los tribunales turcos".
Sin embargo, el Gobierno francés, en su escrito de contestación,
ha formulado de nuevo las conclusiones, ya expuestas en su
demanda, de forma ligeramente modificada, introduciendo algunos
puntos nuevos precedidos de argumentos que deben citarse
íntegramente, dado que resumen de forma breve y precisa el punto
de vista adoptado por el Gobierno francés; los nuevos argumentos y
conclusiones son los siguientes:

"Considerando que la sustitución de la jurisdicción de los


Tribunales turcos a la de los tribunales consulares extranjeros en los
procedimientos penales contra extranjeros es el resultado del
consentimiento dado por las Potencias a esta sustitución en los
Convenios firmados en Lausana . el 24 de julio de 1923;
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 8
"Como este consentimiento, lejos de haberse dado en lo que respecta
a los procedimientos penales contra extranjeros por crímenes o delitos
cometidos en el extranjero, ha sido definitivamente denegado por las
Potencias y por Francia en particular...";
"Como esta denegación se deriva del rechazo de una enmienda
turca calculada para establecer esta jurisdicción y de las
declaraciones hechas a este respecto;
"Como, en consecuencia, el Convenio de Lausana de 24 de julio
de 1923, interpretado a la luz de estas circunstancias e intenciones,
no permite a los Tribunales turcos conocer de procedimientos
penales dirigidos contra un ciudadano francés por crímenes o
delitos cometidos fuera de Turquía...";
"Además, considerando que, según el Derecho internacional
establecido por la práctica de las naciones civilizadas, en sus relaciones
mutuas, un Estado no está facultado, salvo acuerdos especiales
expresos o implícitos, para extender la competencia penal de sus
tribunales a un crimen o delito cometido por un extranjero en el
extranjero únicamente como consecuencia del hecho de que uno de sus
nacionales haya sido víctima de dicho crimen o delito...";
"Considerando que los actos realizados en alta mar a bordo de un
buque mercante sólo son, en principio y desde el punto de vista de
la acción penal, competencia de los tribunales del Estado cuyo
pabellón enarbole el buque;
"Como consecuencia del principio de la libertad de los mares, y
como los Estados, que conceden especial importancia a este principio,
rara vez se han apartado de él;
"Dado que, según la legislación vigente, la nacionalidad de la
víctima no es motivo suficiente para anular esta norma, y visto que
así se sostuvo en el caso del Costa Rica Packet J.

"Considerando que existen razones especiales por las que debe


mantenerse la aplicación de esta norma en los casos de abordaje,
razones que están relacionadas principalmente con el hecho de que
el carácter culpable del acto causante del abordaje debe considerarse
a la luz de la normativa puramente nacional que se aplica al buque y
cuya ejecución debe ser controlada por las autoridades
nacionales...";
"Como la colisión no puede, para establecer así la jurisdicción de
los tribunales del país al que pertenece, localizarse en el buque
hundido, siendo tal afirmación contraria a los hechos...";
''Como la pretensión de extender la jurisdicción de los tribunales del
país a al que pertenece un buque, en virtud de la "conexidad"
de las infracciones, a los procedimientos contra un oficial del otro
buque implicado en el abordaje, cuando los dos buques no son de la
misma nacionalidad, carece de apoyo en el derecho internacional;
"Considerando que a contrario decisión
que reconozca la competencia
el hecho de que los Tribunales turcos conocieran del proceso penal
contra el oficial de guardia del buque francés implicado en la colisión
equivaldría a introducir una innovación totalmente contraria a los
precedentes firmemente establecidos;
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 9
"Considerando que el acuerdo especial somete al Tribunal la
cuestión de la indemnización que debe concederse a Monsieur
Demons como consecuencia de la decisión que adopte sobre la
primera cuestión; "Dado que cualquier otra consecuencia que
implique esta decisión, al no haber sido sometida a la Corte, queda
ipso facto reservada ; ''Dado que el arresto, encarcelamiento y
condena de Monsieur Demons son actos de autoridades que carecen
de jurisdicción en virtud del derecho internacional, el principio de
una indemnización que beneficie a Monsieur
Demonios y imputables a Turquía, no se puede discutir ;
"Dado que su encarcelamiento duró treinta y nueve días,
habiéndose retrasado la concesión de su libertad bajo fianza en
contra de lo dispuesto en la Declaración relativa a la administración
de justicia firmada en Lausana el 24 de julio de r923 ;
"Como su procesamiento fue seguido por una condena calculada
para hacer Monsieur Demons al menos daño moral ;
"Como las autoridades turcas, inmediatamente antes de su
condena, y cuando había sufrido una detención
aproximadamente igual a la mitad del período al que iba a ser
condenado, condicionaron su libertad a una fianza de 6.000 libras
turcas ;
• ♦ - - -

"Pide que se dicte sentencia, tanto si el Gobierno de la República


Turca está presente como ausente, a los efectos :
"Que, en virtud de las normas de derecho internacional y del
Convenio relativo a las condiciones de residencia y de negocios y a
la competencia judicial firmado en Lausana el 24 de julio de r923,
la competencia para conocer de la acción penal contra el oficial de
guardia de un buque francés, en relación con el abordaje ocurrido
en alta mar entre dicho buque y un buque turco, corresponde
exclusivamente a los Tribunales franceses...";
"Que, en consecuencia, las autoridades judiciales turcas se
equivocaron al procesar, encarcelar y condenar a Monsieur
Demons, en relación con el abordaje ocurrido en alta mar entre el
Lotus y el Boz-Kourt, y al hacerlo actuaron de manera contraria a
los principios del derecho internacional y a la Convención antes
mencionada...";
"En consecuencia, se solicita al Tribunal que fije la
indemnización en reparación del en 6.000 libras
turcas y que ordene que esta indemnización sea pagada por el
Gobierno de la República Turca al Gobierno de la República
Francesa en el plazo de un mes a partir de la fecha de la sentencia,
sin perjuicio de que el Gobierno de la República Francesa pague
esta indemnización al Gobierno de la República Turca en el plazo
de un mes a partir de la fecha de la sentencia. sentencia, sin
perjuicio del reembolso de la fianza depositada
por Monsieur Demons.
"Asimismo, se solicita al Tribunal de Justicia que deje constancia
de que cualesquiera otras con secuencias que pudiera tener la
resolución dictada, al no haber sido sometidas al Tribunal de
Justicia, quedan ipso facto reservadas".
El Gobierno turco, en su Contestación, se limita a repetir la
conclusión de su Alegato, precediéndola, sin embargo, de
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 9

una breve exposición de su argumentación, que convendrá


reproducir, ya que corresponde a los argumentos que preceden a las
conclusiones del Contra-Caso francés:
"r.-El artículo rs del Convenio de Lausana relativo a las
condiciones de residencia y de negocios y a la competencia judicial
se refiere simple y únicamente, en lo que concierne a la
competencia de los tribunales turcos, a los principios del derecho
internacional, a reserva únicamente de las disposiciones del artículo
r6. El artículo rs no puede interpretarse en el sentido de que apoye
cualquier reserva o cualquier interpretación que le dé otro
significado. En consecuencia, Turquía, al ejercer su jurisdicción en
cualquier caso relativo a extranjeros, sólo necesita, en virtud de este
artículo, tener cuidado de no actuar de forma contraria a los
principios del Derecho internacional.

"2.-El artículo 6 del Código Penal turco, que está tomado


literalmente del Código Penal italiano, no es, en lo que al caso se
refiere, contrario a los principios del derecho internacional.
"3.-Los buques en alta mar forman parte del territorio de la
nación cuyo pabellón enarbolan, y en el caso que nos ocupa, siendo
el lugar donde se cometió el delito el S.S. Boz-Kourt que
enarbolaba pabellón turco, la jurisdicción de Turquía en los
procedimientos incoados es tan clara como si el caso hubiera
ocurrido en su territorio, tal y como se desprende de casos
análogos.
"4.-Siendo el caso Boz-Kourt-Lotus un caso que involucra
delitos "conectados" (delits connexes), el Código de
Procedimiento Penal para el juicio -que es tomado prestado de
Francia- establece que el oficial francés debe ser procesado
conjuntamente y al mismo tiempo que el oficial turco; esto,
además, es confirmado por la doctrina y la legislación de todos los
países. Turquía, por lo tanto, también tiene derecho desde este
punto de vista a reclamar la jurisdicción.
"5.-Aunque la cuestión se considere únicamente desde el punto
Desde el punto de vista de la colisión, dado que no existe ningún
principio de Derecho penal internacional que impida a Turquía
ejercer la competencia que claramente posee para conocer de una
acción por daños y perjuicios, este país es competente para incoar
un procedimiento penal.
"6.-Como Turquía está ejerciendo la jurisdicción de un char
acter fundamental, y como los Estados no están, de acuerdo con
los principios del derecho inter nacional, bajo la obligación de
pagar indemnizaciones en tales casos, está claro que la cuestión
del pago de la indemnización reclamada en el Caso francés no se
plantea para el Gobierno turco, ya que ese Gobierno tiene
jurisdicción para procesar al ciudadano francés Demons que,
como resultado de una colisión, ha sido culpable de homicidio
involuntario.

t<Se solicita al Tribunal que se pronuncie a favor de la competencia


de los Tribunales turcos".
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS IO

Durante la vista oral, el Agente del Gobierno francés se limitó a


referirse a las conclusiones presentadas en el escrito de
contestación a la demanda, limitándose a reiterar su solicitud de que
el Tribunal de Justicia hiciera constar las reservas formuladas en
dicho escrito en cuanto a las consecuencias de la sentencia no
sometidas a la decisión del Tribunal de Justicia ; dichas reservas
constan ahora debidamente.
Por su parte, el Agente del Gobierno turco se abstuvo, tanto en su
intervención inicial como en su dúplica, de presentar conclusión
alguna. Por tanto, debe considerarse que se mantiene inalterada la
que formuló en los documentos que presentó en el procedimiento
escrito.

LOS HECHOS.

De acuerdo con las declaraciones presentadas al Tribunal por los


Agentes de las Partes en sus Casos y en sus alegaciones orales, los
hechos en los que se originó el asunto coinciden en ser los
siguientes :

El 2 de agosto de 1926, poco antes de medianoche, se produjo


una colisión entre el vapor correo francés Lotus, que se dirigía a
Constan tinople, y el colero turco Boz-Kourt, entre cinco y seis
millas náuticas al norte del cabo Sigri (Mitilene). El Boz-Kourt,
partido en dos, se hundió y ocho ciudadanos turcos que iban a
bordo perecieron. Después de haber hecho todo lo posible para
socorrer a los náufragos, de los cuales diez pudieron salvarse, el
Lotus prosiguió su rumbo hacia Constantinopla, adonde llegó el 3
de agosto.
En el momento de la colisión, el oficial de guardia a bordo del
Lotus era Monsieur Demons, ciudadano francés, teniente de la
marina mercante y primer oficial del buque, mientras que los
movimientos del Boz-Kourt eran dirigidos por su capitán, Hassan
Bey, que fue uno de los que se salvaron del naufragio.
El 3 de agosto, la policía turca abrió una investigación sobre la
colisión a bordo del Lotus, y al día siguiente, 4 de agosto, el capitán
del Lotus entregó el informe de su capitán en el Consulado General
de Francia, transmitiendo una copia al capitán del puerto.
El 5 de agosto, el teniente Demons fue requerido por las
autoridades turcas para desembarcar y prestar declaración. El
interrogatorio, cuya duración hizo que se retrasara la partida de
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS II

el Lotus, l d a la puesta bajo arresto del teniente Demons sin


previo aviso al cónsul general francés.
-y Hassan Bey, entre otros. Esta detención, que ha sido calificada
por el agente turco de detención en espera de juicio (detención
preventiva), se llevó a cabo para garantizar que el proceso penal
incoado contra los dos agentes, acusado de homicidio involuntario,
por el fiscal de Stamboul, a petición de las familias de las víctimas
de la colisión, siguiera su curso normal.
El caso fue juzgado por primera vez por el Tribunal Penal de
Stamboul el 28 de agosto. En esa ocasión, el teniente Demons alegó
que los tribunales turcos no tenían jurisdicción; el tribunal, sin
embargo, rechazó su objeción. Cuando se reanudó el procedimiento
el 9 de septiembre, el teniente Demons pidió su libertad bajo
fianza: esta petición fue atendida el 13 de septiembre, fijándose la
fianza en 6.000 libras turcas. -
El 15 de septiembre, el Tribunal Penal dictó sentencia, cuyos
términos no han sido comunicados al Tribunal por las Partes. Sin
embargo, se sabe que condenó al Teniente Demons- a ochenta días
de prisión y a una multa de veintidós libras, mientras que Hassan
Bey fue condenado a una pena ligeramente más severa.
Las Partes también coinciden en que el Fiscal General de la
República Turca interpuso un recurso contra esta decisión, que tuvo
el efecto de suspender su ejecución hasta que se dictara una decisión
sobre el recurso; que dicha decisión aún no se ha dictado; pero que
el acuerdo especial de octubre de rzth, r926, no tuvo el efecto de
suspender "los procedimientos penales .... actualmente en curso
en Turquía".
La actuación de las autoridades judiciales turcas en relación con
el teniente Demons dio lugar inmediatamente a numerosas
representaciones diplomáticas y otras gestiones por parte del
Gobierno francés o de sus representantes en Turquía, bien para
protestar por la detención del teniente Demons, bien para exigir su
liberación, bien para obtener la transferencia del caso de los
tribunales turcos a los tribunales franceses.
Como resultado de estas gestiones, el Gobierno de la República
Turca declaró el 2 de septiembre de 926 que "no tendría ninguna
objeción a la remisión del conflicto de jurisdicción al Tribunal de
La Haya".
2
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS I2
Habiendo dado el Gobierno francés, el 6 del mismo mes, "su
pleno consentimiento a la solución propuesta", los dos Gobiernos
designaron a sus plenipotenciarios con vistas a la redacción del
acuerdo especial que se sometería al Tribunal; este acuerdo
especial se firmó en Ginebra el I 2 de octubre de 1926, como se ha
indicado anteriormente, y las ratificaciones se depositaron el 27
de diciembre de 1926.

LA LEY.

I.

Antes de abordar el examen de los principios de derecho


interno contrarios a los cuales se alega que Turquía ha actuado -
infringiendo así los términos del artículo IS del Convenio de
Lausana de 24 de julio de 1923, relativo a las condiciones de
residencia, de negocios y de competencia-, es necesario definir, a
la luz de los procedimientos escritos y orales, la posición
resultante del acuerdo especial. En efecto, al
haber obtenido el Tribunal de Justicia el conocimiento del
presente asunto mediante la notificación de un acuerdo especial
celebrado entre las partes en el litigio, es más bien a los términos
de dicho acuerdo que a las alegaciones de las partes a los que debe
recurrir el Tribunal de Justicia para determinar los puntos precisos
sobre los que debe pronunciarse. A este
respecto cabe hacer las siguientes observaciones:

r.-El abordaje ocurrido el 2 de agosto de I926 entre el S.S. Lotus,


de bandera francesa, y el S.S. Boz-Kourt, de bandera turca, tuvo
lugar en alta mar : la jurisdicción territorial de cualquier Estado que
no sea Francia y Turquía no entra por tanto en consideración.

2.-La violación, en su caso, de los principios del derecho


internacional habría consistido en la incoación de un proceso penal
contra el teniente Demons. Por lo tanto, no se trata de una cuestión
relativa a ningún paso concreto de estos procedimientos -como su
enjuiciamiento, su arresto, su detención en espera de juicio o la
sentencia dictada por el Tribunal Penal de Stamboul- sino del hecho
mismo de que los Tribunales turcos ejercieran la jurisdicción penal.
Por ello, las alegaciones formuladas por las Partes en ambas fases de
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS I3

el procedimiento se refiere exclusivamente a la cuestión de si


Turquía tiene o no, según los principios del Derecho internacional,
competencia para procesar en este asunto.
Las Partes acuerdan que el Tribunal no tiene que considerar si el
Por lo tanto, no es necesario considerar si, aparte de la cuestión real
de la jurisdicción, las disposiciones del derecho turco citadas por las
autoridades turcas eran realmente aplicables en este caso, o si la
forma en que se llevaron a cabo los procedimientos contra el
teniente Demons podría constituir una denegación de justicia y, en
consecuencia, una violación del derecho internacional. Los debates
han versado exclusivamente sobre la cuestión de si existe o no
jurisdicción penal en este caso.

3.-El proceso se inició porque el siniestro del Boz Kourt supuso


la muerte de ocho marineros y pasajeros turcos. Es evidente, en
primer lugar, que este resultado de la colisión constituye un factor
esencial para la incoación del procedimiento penal en cuestión; en
segundo lugar, de las declaraciones de las dos partes se desprende
que no se ha imputado intención criminal a ninguno de los oficiales
responsables de la navegación de los dos buques; por lo tanto, se
trata de un caso de enjuiciamiento por homicidio involuntario. El
Gobierno francés sostiene que las infracciones de las normas de
navegación de navegación
son competencia exclusiva del Estado bajo cuyo pabellón navega el
buque; pero no sostiene que una colisión entre dos buques no pueda
dar lugar también a la aplicación de las sanciones penales en caso de
homicidio involuntario. Todos los
precedentes citados por el Tribunal de Justicia y relativos a casos
de abordaje dan por supuesta la posibilidad de entablar acciones
penales con vistas a la imposición de tales sanciones, limitándose la
controversia a la cuestión de la competencia concurrente o exclusiva
que otro Estado podría reclamar a este respecto. Como ya se ha
señalado, el Tribunal de Justicia no tiene que examinar la legalidad
de la persecución penal con arreglo al Derecho turco; las cuestiones
de Derecho penal relativas a la justificación de la persecución penal
y, por consiguiente, a la existencia de un nexo causal entre las
acciones del Teniente Demons y la pérdida de ocho nacionales
turcos no son pertinentes para la cuestión en lo que respecta al
Tribunal de Justicia. Además, las condiciones exactas en las que
perecieron estas personas no se desprenden de los documentos
presentados al Tribunal; sin embargo, no cabe duda de que su
muerte puede considerarse el resultado directo de la acción del
teniente Demons.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 14
resultado de la colisión, y el Gobierno francés no ha con tendido que
esta relación de causa y efecto no pueda existir.

4.-El teniente Demons y el capitán del vapor turco fueron


procesados conjunta y simultáneamente. Con respecto al
concepto de "conexidad" de delitos (connexite1, el Agente turco en
las alegaciones de su Contra-Caso se ha referido al Código turco
de procedimiento penal para el juicio, cuyas disposiciones se dice
que han sido tomadas del Código francés correspondiente.
Ahora bien, en Derecho francés, entre otros factores, la coincidencia
de tiempo y lugar puede dar lugar a la "conexidad" (connexite).
Por consiguiente, en el presente asunto, el Tribunal de Justicia
interpreta este concepto en el sentido de que el procedimiento contra
el capitán del buque turco, respecto del cual no se discute la
competencia de los tribunales turcos, y el procedimiento contra el
teniente Demons, han sido considerados por las autoridades turcas,
desde el punto de vista de la instrucción del caso, como un único y
mismo procedimiento, ya que la colisión de los dos vapores
constituye un conjunto de hechos cuya consideración debería, desde el
punto de vista de la jurisdicción penal turca, ser objeto de un
procedimiento único. dos vapores
constituye un conjunto de hechos cuyo examen, desde el punto de
vista del derecho penal turco, debe confiarse al mismo tribunal.

5.-El proceso se inició en aplicación de la legislación turca. El


acuerdo especial no indica qué cláusula o cláusulas de dicha
legislación se aplican. No se ha presentado al Tribunal ningún
documento que indique en qué artículo del Código Penal turco se
basó la acusación; sin embargo, el Gobierno francés declara que el
Tribunal Penal se declaró competente en virtud del artículo 6 del
Código Penal turco, y lejos de negar esta afirmación, Turquía, en las
alegaciones de su contracausa, sostiene que dicho artículo es
conforme con los principios del derecho internacional. De las
actuaciones no se desprende que la acusación se incoara únicamente
sobre la base de dicho artículo.

El artículo 6 del Código Penal turco, Ley nº 765 de 1 de marzo de


1926 (Gaceta Oficial nº 320 de 13 de marzo de 1926), dice así:

[Traducción.]
"Todo extranjero que, fuera de los casos previstos en el
artículo 4, cometa un delito en el extranjero en perjuicio de
Turquía o de un súbdito turco, para el cual la ley turca prescriba
una pena que implique la pérdida de la libertad durante un
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS I5
En caso de que el autor sea detenido en Turquía por un período
mínimo no inferior a un año, será castigado de conformidad
con el Código Penal turco. No obstante, la pena se reducirá en
un tercio y, en lugar de la pena de muerte, se impondrán veinte
años de reclusión.
"No obstante, en estos casos, la acusación sólo será
. instituido a petición del Ministro de Justicia o por denuncia de la
Parte perjudicada.
"Si el delito cometido lesiona a otro extranjero, el culpable
será castigado a petición del Ministro de Justicia, de
conformidad con las disposiciones establecidas en el primer
párrafo de este artículo, siempre que :
"(I) el artículo en cuestión es uno para el que la legislación turca
prescribe una pena que implica la pérdida de libertad durante un
período mínimo de tres años;
"(2) que no exista tratado de extradición o que la extradición
no haya sido aceptada ni por el gobierno de la localidad donde
el culpable haya cometido el delito ni por el gobierno de su
propio país".
Aunque el Tribunal deba considerar que las autoridades turcas
han considerado oportuno basar el procesamiento del teniente
Demons en el citado artículo 6, la cuestión que se plantea al
Tribunal no es si dicho artículo es compatible con los principios del
Derecho internacional; es más general. Se pide al Tribunal que
declare si los principios del derecho internacional impiden o no a
Turquía incoar un proceso penal contra el Teniente Demons en
virtud de la legislación turca. Ni la conformidad del artículo 6 en
sí mismo con los principios del derecho internacional, ni la
aplicación de dicho artículo por las autoridades turcas constituyen el
punto en cuestión; es el hecho mismo de la incoación del
procedimiento lo que Francia considera contrario a dichos
principios. Así pues, el Gobierno francés protestó
inmediatamente contra su detención, independientemente de la
cuestión de qué cláusula de su legislación había sido invocada por
Turquía para justificarla. Los argumentos esgrimidos por el
Gobierno francés en el curso del procedimiento y basados en los
principios que, en su opinión, deben regir la navegación en alta mar,
demuestran que impugnaría la jurisdicción de Turquía para procesar
al teniente Demons, incluso si dicho procesamiento se basara en una
cláusula del Código Penal turco distinta del artículo 6, suponiendo,
por ejemplo, que el delito en cuestión se considerara, por sus
consecuencias, efectivamente cometido en territorio turco.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS r6

IL

Una vez determinada la posición resultante de los términos del


acuerdo especial, el Tribunal debe determinar ahora cuáles son los
principios del derecho internacional que podría decirse que
contraviene el procesamiento del teniente Demons.
Es el artículo r5 del Convenio de Lausana de 24 de julio de r923,
relativo a las condiciones de residencia y establecimiento y a la
competencia judicial, el que remite a las Partes contratantes a los
principios del derecho internacional en lo que se refiere a la
delimitación de sus respectivas competencias.
Esta cláusula es la siguiente :
"A reserva de lo dispuesto en el artículo r6, todas las
cuestiones de competencia judicial se resolverán, entre Turquía
y los demás P9wers contratantes, de conformidad con los
principios 0£ del derecho interno".
El Gobierno francés sostiene que el sentido de la
La expresión "principios de derecho internacional" que figura en este
artículo debe buscarse a la luz de la evolución del Convenio. Así,
señala que durante los trabajos preparatorios, el Gobierno turco,
mediante una enmienda al artículo correspondiente de un proyecto
de
-Convención, pretendía extender su competencia a los crímenes
cometidos en el territorio de un tercer Estado, siempre que, en
virtud del Derecho turco, dichos crímenes fueran competencia de
los Tribunales turcos. Esta enmienda, con respecto a la cual los
representantes cif France
e Italia formularon reservas, fue definitivamente rechazada por el
representante británico; y habiéndose remitido posteriormente la
cuestión al Comité de Redacción, éste se limitó en su versión del
proyecto a una declaración en el sentido de que las cuestiones
.de jurisdicción debe decidirse de conformidad con los principios
del derecho internacional. El Gobierno francés deduce de estos
hechos que la persecución de Demons es contraria a la intención que
guió la elaboración del Convenio de Lausana.
El Tribunal de Justicia debe recordar a este respecto lo que ha
dicho en algunas de sus sentencias y dictámenes precedentes, a
saber, que no hay
-ocasión de tener en cuenta los trabajos preparatorios si el texto de un con
vención es suficientemente clara en sí misma. Ahora bien, el
Tribunal de Justicia considera que las palabras "principios de
Derecho internacional", tal como se utilizan habitualmente, sólo
pueden significar el Derecho internacional tal como se aplica entre
todas las naciones pertenecientes a la comunidad de Estados.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS r6
Esta interpretación
JUDGMENJ No. 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS" r7
lo confirma el contexto del propio artículo, que dice que los
principios de internacional internacionales deben determinar las
cuestiones de competencia -no sólo penal, sino también civil- entre
las Partes contratantes, con la única excepción prevista en el artículo
r6. Por otra parte, el preámbulo del Convenio dice que las
Altas Partes Contratantes desean llegar a un arreglo de conformidad
"con el derecho internacional moderno", y el artículo 28 del Tratado
de Paz de Lausana, al que se anexa el Convenio en cuestión, decreta
la abolición completa de las Capitulaciones "en todos sus aspectos".
En estas circunstancias, es imposible, salvo estipulación expresa,
interpretar la expresión "principios de derecho internacional" en otro
sentido que el de los principios vigentes entre todas las naciones
independientes y que, por lo tanto, se aplican por igual a todas las
Partes contratantes.

Además, las actas de la preparación del Convenio relativas a las


condiciones de residencia, negocios y jurisdicción no aportan nada
que pueda invalidar la interpretación indicada por los propios
términos del artículo R5. Es cierto que los representantes de Francia,
Gran Bretaña e Italia rechazaron la enmienda turca ya mencionada.
Pero sólo el delegado británico - y esto de conformidad con el
derecho municipal británico que mantiene el principio territorial en
lo que respecta a la jurisdicción penal - expuso las razones de su
oposición a la enmienda turca; las razones de las reservas francesas
e italianas y de la omisión en el proyecto preparado por el Comité de
Redacción de cualquier definición del alcance de la jurisdicción
penal con respecto a los extranjeros, se desconocen y podrían haber
sido ajenas a los argumentos presentados ahora por Francia.
Debe añadirse a estas observaciones que el borrador original del
artículo relevante, que limitaba la jurisdicción turca a los crímenes
cometidos en la propia Turquía, también fue descartado por el
Comité de Redacción; esta circunstancia podría, con igual
justificación, dar la impresión de que la intención de los -fabricantes
del Convenio era no limitar esta jurisdicción en modo alguno.
Descartadas así las dos propuestas opuestas destinadas a
determinar definitivamente el ámbito de aplicación del derecho
penal turco, la redacción finalmente adoptada de común acuerdo
para el artículo r5 sólo puede referirse a los principios de derecho
internacional general relativos a la competencia judicial.
SENTENCIA Nº g.-EL CASO DEL S .S. "LOTUS rS.

III.

El Tribunal, al tener que considerar si existen normas de derecho


internacional que puedan haber sido violadas por la acusación en
aplicación de la ley turca del Teniente Demonios, se enfrenta. en
primer lugar a una cuestión de principio que, en las alegaciones
escritas y orales de las dos Partes, ha resultado ser fundamental. El
Gobierno francés sostiene que los tribunales turcos, para tener
jurisdicción, deberían poder señalar algún título de jurisdicción
reconocido por el derecho internacional a favor de Turquía. Por otro
lado, el Gobierno turco opina que el artículo r5 permite a Turquía
tener jurisdicción siempre que dicha jurisdicción no entre en
conflicto con un principio de derecho internacional.

Este último punto de vista parece estar en conformidad con el


propio acuerdo especial, cuyo nº r pide al Tribunal que diga si
Turquía ha actuado en contra de los principios del derecho
internacional y, en caso afirmativo, qué principios. Según el acuerdo
especial, por lo tanto, no se trata de enunciar los principios que
permitirían a Turquía incoar un procedimiento penal, sino de
formular los principios, en su caso, que podrían haber sido violados
por dicho procedimiento.
Esta forma de plantear la cuestión también viene dictada por la
propia naturaleza y las condiciones existentes del Derecho
internacional.
El Derecho internacional rige las relaciones entre Estados
independientes. Por lo tanto, las normas jurídicas que obligan a los
Estados emanan de su propia voluntad expresada en convenios o por
usos generalmente aceptados como expresión de principios de
derecho y establecidos para regular las relaciones entre estas
comunidades independientes coexistentes o con vistas a la
consecución de objetivos comunes. Por lo tanto, no pueden
presumirse restricciones a la independencia de los Estados.
Ahora bien, la primera y más importante restricción impuesta
por el derecho internacional a un Estado es que -a falta de la
existencia de una norma permisiva en contrario- no puede ejercer
su poder bajo ninguna forma en el territorio de otro Estado. En
este sentido, la jurisdicción es ciertamente territorial ; no puede
ser ejercida por un Estado fuera de su territorio
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 19

salvo en virtud de una norma permisiva derivada de la costumbre


inte:i;nacional o de un convenio.
En Sin embargo, de ello no se deduce que el Derecho internacional
prohíba
El derecho internacional no puede impedir que un Estado ejerza
su jurisdicción en su propio territorio, respecto de cualquier caso
que se refiera a actos que hayan tenido lugar en el extranjero, y en
el que no pueda basarse en ninguna norma permisiva del derecho
internacional. Este punto de vista sólo sería
defendible si el derecho internacional contuviera una prohibición
general a los Estados de extender la aplicación de sus leyes y la
jurisdicción de sus tribunales a personas, bienes y actos -fuera de
su territorio, y si, como excepción a esta prohibición general,
permitiera a los Estados hacerlo en ciertos casos específicos.
Pero esto no es lo que ocurre en el Derecho
internacional actual. Lejos de establecer una prohibición
general en el sentido de que los Estados no pueden extender la
aplicación de sus leyes y la jurisdicción de sus tribunales a
personas, bienes y actos situados fuera de su territorio, les deja a
este respecto un amplio margen de apreciación que sólo está
limitado en ciertos casos por normas prohibitivas; por lo que
respecta a los demás casos, cada Estado es libre de adoptar los
principios que considere mejores y más adecuados.
Esta discrecionalidad que el Derecho internacional deja a los Estados
explica la
Para remediar las dificultades que se derivan de esta variedad,
desde hace varios años se viene tratando, tanto en Europa como en
América, de preparar convenciones cuyo efecto sea precisamente
limitar la discreción que el derecho internacional deja actualmente
a los Estados a este respecto, colmando así las lagunas existentes
en materia de jurisdicción o suprimiendo las jurisdicciones
contradictorias que se derivan de la diversidad de los principios
adoptados por los diversos Estados. jurisdicción o eliminar las
jurisdicciones conflictivas derivadas de la diversidadde los principios
adoptados por los distintos Estados.
En estas circunstancias, lo único que puede exigirse a un Estado
es que no sobrepase los límites que el Derecho internacional impone
a su jurisdicción; dentro de estos límites, su título para ejercer
jurisdicción descansa en su soberanía.
De lo anterior se desprende que la tesis del Gobierno francés
según la cual Turquía debe en cada caso poder
-citar una norma de derecho internacional que la autorice a ejercer
su jurisdicción, se opone al derecho internacional generalmente
aceptado al que se refiere el artículo 15 del Convenio de Lausana.
Teniendo en cuenta los términos del artículo 15 y la interpretación
que
3
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DE:IHE S.S. "LOTUS" 20

el Tribunal de Justicia acaba de exponerla, esta contención se


aplicaría tanto a los asuntos civiles como a los penales, y se
aplicaría en condiciones de reciprocidad absoluta entre Turquía y
las demás Partes contratantes; en la práctica, daría lugar en muchos
casos a la paralización de la acción de los tribunales, debido a la
imposibilidad de citar una norma universalmente aceptada en la que
basar el ejercicio de su jurisdicción.
*
Sin embargo, hay que ver si las consideraciones anteriores se
aplican realmente a la jurisdicción penal, o si esta jurisdicción se
rige por un principio diferente: esto podría ser el resultado de la
estrecha conexión que durante mucho tiempo existió entre la
concepción de la jurisdicción penal suprema y la de un Estado, y
también por la especial importancia de la jurisdicción penal desde el
punto de vista del individuo.
Si bien es cierto que en todos los sistemas jurídicos el principio
del carácter territorial de la ley penal es fundamental, no es menos
cierto que todos o casi todos estos sistemas jurídicos extienden su
acción a los delitos cometidos fuera del territorio del Estado que los
adopta, y lo hacen de formas que varían de un Estado a otro. La
territorialidad del Derecho penal, por tanto, no es un principio
absoluto del Derecho internacional y no coincide en absoluto con la
soberanía territorial.
Esta situación puede considerarse desde dos puntos de vista
diferentes que corresponden a los puntos de vista respectivamente
adoptados por las Partes. Según uno de estos puntos de vista, el
principio de libertad, en virtud del cual cada Estado puede regular
discrecionalmente su legislación, siempre que al hacerlo no entre en
conflicto con una restricción impuesta por el Derecho internacional,
se aplicaría también en lo que respecta a la ley que regula el ámbito
de competencia en materia penal. Según el otro punto de vista, el
carácter exclusivamente territorial del derecho relativo a este ámbito
constituye un principio que, salvo disposición expresa en contrario,
impediría ipso facto a los Estados extender la competencia penal
de sus tribunales más allá de sus fronteras; las excepciones en
cuestión, que incluyen por ejemplo la competencia extraterritorial
sobre los nacionales y sobre los delitos dirigidos contra la seguridad
pública, se basarían por tanto en normas permisivas especiales que
forman parte del derecho internacional.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS ZI

Adoptando, a efectos de la argumentación, el punto de vista del


segundo de estos dos sistemas, debe reconocerse que, a falta de una
disposición convencional, su corrección depende de si existe una
costumbre con fuerza de ley que lo establezca. Lo mismo ocurre en
cuanto a la aplicabilidad de este sistema, suponiendo que haya sido
reconocido como correcto en el caso concreto. De ello se deduce
que, incluso desde este punto de vista, antes de determinar si puede
existir una norma de derecho internacional que permita
expresamente a Turquía enjuiciar a un extranjero por un delito
cometido por éste fuera de Turquía, es necesario comenzar por
establecer tanto que el sistema está bien fundado como que es
aplicable en el caso concreto. Ahora bien, para establecer el primero
de estos puntos, hay que probar, como se acaba de ver, la existencia
de un principio de Derecho internacional que limite la
discrecionalidad de los Estados en materia de legislación penal.
Por consiguiente, cualquiera que sea el sistema que se adopte, se
llegará al mismo resultado en este caso concreto: la necesidad de
determinar si, en virtud del derecho internacional, existe o no un
principio que habría prohibido a Turquía, en las circunstancias del
caso sometido al Tribunal, perseguir al teniente Demons. Y además,
en cualquiera de las dos hipótesis, esto debe comprobarse
examinando los precedentes que ofrecen una ana logía cercana al
caso que nos ocupa; pues sólo de precedentes de esta naturaleza
puede desprenderse la existencia de un principio general aplicable al
caso particular. En efecto, si se comprobara, por ejemplo, que,
según la práctica de los Estados, la jurisdicción del Estado cuyo
pabellón se enarbola no está establecida por el derecho internacional
como exclusiva en materia de abordaje en alta mar, no sería
necesario comprobar si existe una restricción más general, ya que,
en lo que se refiere a esta restricción -suponiendo que existiera- el
hecho de que se hubiera comprobado que no existe ninguna
prohibición en materia de abordaje en alta mar equivaldría a una
norma especial permisiva.
Por lo tanto, el Tribunal debe, en cualquier caso, comprobar si
existe o no una norma de Derecho internacional que lin;ije la
libertad de los Estados para extender la competencia penal de sus
tribunales a una situación que reúna las circunstancias del presente
caso.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 22

IV.

A continuación, el Tribunal de Justicia procede a comprobar si el


Derecho interno general, al que se refiere el artículo 15 del
Convenio de Lausana, contiene una norma que prohíba a Turquía
procesar al teniente Demons. -
Para ello, examinará en primer lugar el valor de las alegaciones
formuladas por el Gobierno francés, sin omitir por ello tener en
cuenta otros posibles aspectos del problema, que podrían poner de
manifiesto la existencia de una norma restrictiva aplicable en este
caso.
Los argumentos esgrimidos por el Gobierno francés, aparte de los
considerados anteriormente, son, en esencia, los tres siguientes :

(1) El derecho internacional no permite a un Estado perseguir


infracciones cometidas por extranjeros en el extranjero, por el mero
hecho de la nacionalidad de la víctima ; y tal es la situación en el
presente caso porque la infracción debe considerarse cometida a
bordo del buque francés.
(2) El derecho internacional reconoce la jurisdicción exclusiva
del Estado cuyo pabellón se enarbole en todo lo que ocurra a bordo
de un buque en alta mar.
(3) Por último, este principio es especialmente aplicable en caso
de colisión.

* * *
Por lo que respecta a la primera alegación, el Tribunal de Justicia
se ve obligado, en primer lugar, a recordar que su examen se limita
estrictamente a la situación concreta del presente asunto, ya que
sólo se solicita su decisión en relación con esta situación.
Como ya se ha observado, los rasgos característicos de la
situación de hecho son los siguientes: se ha producido un abordaje
en alta mar entre dos embarcaciones que enarbolaban pabellones
diferentes, en una de las cuales se encontraba una de las personas
presuntamente culpables del delito, mientras que las víctimas se
encontraban a bordo de la otra.
En estas circunstancias, el Tribunal de Justicia no considera
necesario examinar la alegación según la cual un Estado no puede
castigar los delitos cometidos en el extranjero por un extranjero por
el mero hecho de la nacionalidad de éste.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 23

víctima. Pues este argumento sólo se refiere al caso en que la


nacionalidad de la víctima es el único criterio en el que se basa la
competencia penal del Estado. Aunque este argumento fuera
correcto en términos generales -y a este respecto el Tribunal se
reserva su opinión- sólo podría utilizarse en el presente caso si el
Derecho internacional prohibiera a Turquía tomar en consideración
el hecho de que el delito produjo sus efectos en el buque turco y en
consecuencia en un lugar asimilado al territorio turco en el
que la aplicación del derecho penal turco no puede ser impugnada,
incluso-. en respecto a los delitos cometidos allí por
extranjeros. Pero no existe tal norma de derecho internacional. No
ha llegado a conocimiento del Tribunal ningún argumento del que
pueda deducirse que los Estados se reconocen mutuamente la
obligación de tener en cuenta únicamente el lugar en el que el autor
de la infracción se encontraba en el momento de cometerla. Por el
contrario, es cierto que los tribunales de muchos países, incluso de
países que han dado a su legislación penal un carácter estrictamente
territorial, interpretan el derecho penal en el sentido de que las
infracciones, cuyos autores en el momento de la comisión se
encuentran en el territorio de otro Estado, deben sin embargo
considerarse cometidas en el territorio nacional, si uno de los
elementos constitutivos de la infracción, y más especialmente sus
efectos, han tenido lugar allí. Los órganos jurisdiccionales
franceses se han pronunciado, en diversas situaciones, a favor de
esta interpretación del principio de territorialidad. El
Tribunal tampoco conoce de casos en los que los gobiernos hayan
protestado contra el hecho de que el derecho penal de algún país
contuviera una norma en este sentido o de que los tribunales de un
país interpretaran su derecho penal en este sentido. Por
consiguiente, una vez admitido que los efectos del delito se
produjeron en el buque turco, resulta imposible sostener que exista
una norma de derecho internacional que prohíba a Turquía procesar
al teniente Demons por el hecho de que el autor del delito se
encontrara a bordo del buque francés. Dado que, como ya se ha
observado, el acuerdo especial no trata de la disposición
del derecho turco en virtud de la cual se incoó el proceso, sino
únicamente de la cuestión de si el proceso debe considerarse
contrario a los principios del derecho internacional, no hay ninguna
razón que impida al Tribunal limitarse a observar que, en este caso,
un proceso también puede estar justificado desde el punto de vista
del denominado principio territorial.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 24

No obstante, incluso si el Tribunal tuviera que examinar si el


artículo 6 del Código Penal turco es compatible con el Derecho
internacional, y si considerara que la nacionalidad de la víctima no
constituye en todos los casos una base suficiente para el ejercicio de
la jurisdicción penal por el Estado del que la víctima es nacional, el
Tribunal llegaría a la misma conclusión por las razones que se
acaban de exponer. En efecto, aunque el artículo 6 se considerara
incompatible con los principios del derecho internacional, dado que
la acusación podría haberse basado en otra disposición de la
legislación turca que no hubiera sido contraria a ningún principio
del derecho internacional, de ello se desprende que sería imposible
deducir del mero hecho de que el artículo 6 no fuera conforme con
dichos principios, que la propia acusación fuera contraria a ellos. El
hecho de que las autoridades judiciales puedan haber cometido un
error en su elección de la disposición legal aplicable al caso
concreto y compatible con el Derecho internacional sólo concierne
al Derecho interno y sólo puede afectar al Derecho internacional en
la medida en que entre en consideración una disposición
convencional o surja la posibilidad de una denegación de justicia.
Se ha intentado argumentar que el delito de homicidio involuntario
no puede localizarse en el punto donde se siente el efecto mortal;
porque el efecto no es intencional y no puede decirse que haya, en la
mente de el delincuente, ninguna intención culpable
dirigida hacia el territorio donde se produce el efecto mortal. En
respuesta a este argumento podría observarse que el efecto es un
factor de gran importancia en delitos como el homicidio, que se
castigan precisamente en consideración a sus efectos y no a la
intención subjetiva del delincuente. Pero el Tribunal no se
siente llamado a examinar esta cuestión, que es una cuestión de
interpretación del derecho penal turco. Baste observar que no se
ha formulado ningún argumento ni se ha encontrado nada de lo que
pueda deducirse que el derecho internacional haya establecido una
norma que imponga a los Estados esta lectura de la concepción del
delito de homicidio.

* * *
El segundo argumento esgrimido por el Gobierno francés es el
principio según el cual el Estado cuyo pabellón se enarbola tiene
juris dicción exclusiva sobre todo lo que ocurre a bordo de un buque
mercante en alta mar.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 25

Es cierto que, salvo en algunos casos especiales definidos por


el derecho internacional, los buques que navegan en alta mar sólo
están sometidos a la autoridad del Estado cuyo pabellón
enarbolan. En virtud del principio de la libertad de los mares, es
decir, la ausencia de soberanía territorial en alta mar, ningún
Estado puede ejercer ningún tipo de jurisdicción sobre los buques
extranjeros que navegan en alta mar. Por lo tanto, si un buque de
guerra, que se encuentra en el lugar de una colisión entre un
buque que enarbola su pabellón y un buque extranjero, enviara a
bordo de este último un oficial para hacer investigaciones o
tomar pruebas, tal acto sería indudablemente contrario al derecho
internacional.
Pero de ello no se deduce en absoluto que un Estado no pueda
ejercer nunca en su propio territorio su jurisdicción sobre los hechos
ocurridos a bordo de un buque extranjero en alta mar. Un corolario
del principio de la libertad de los mares es que un buque en alta mar
se asimila al territorio del Estado cuyo pabellón enarbola o, al igual
que en su propio territorio, ese Estado ejerce su autoridad sobre él, y
ningún otro Estado puede hacerlo. Todo lo que puede decirse es
que, en virtud del principio de la libertad de los mares, un buque se
sitúa en la misma posición que un territorio nacional; pero no hay
nada que apoye la afirmación según la cual los derechos del Estado
bajo cuyo pabellón navega el buque pueden ir más allá de los
derechos que ejerce dentro de su territorio propiamente dicho. De
ello se deduce que lo que ocurre a bordo de un buque en alta mar
debe considerarse como si hubiera ocurrido en el territorio del
Estado bajo cuyo pabellón navega el buque. Por consiguiente, si un
hecho culpable cometido en alta mar produce sus efectos en un
buque que enarbola otro pabellón o en territorio extranjero, deben
aplicarse los mismos principios que si se tratara de los territorios de
dos Estados diferentes, por lo que debe llegarse a la conclusión de
que no existe ninguna norma de derecho internacional que prohíba al
Estado al que pertenece el buque en el que se han producido los
efectos del' delito, considerar que éste se ha cometido en su territorio
y perseguir, en consecuencia, al delincuente.

Esta conclusión sólo podría superarse si se demostrara la


existencia de una norma de derecho internacional consuetudinario
que, yendo más allá del principio enunciado anteriormente,
estableciera la juris dicción exclusiva del Estado cuyo pabellón se
enarbolara. El Gobierno francés se ha esforzado en demostrar la
existencia de tal norma, recurriendo para ello a las enseñanzas de los
publicistas, a las decisiones
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 26
de los tribunales municipales e internacionales, y especialmente a
los convenios que, si bien crean excepciones al principio de la
libertad de los mares permitiendo a los buques de guerra y de
policía de un Estado ejercer un control más o menos amplio sobre
los buques mercantes de otro Estado, reservan la competencia a los
tribunales del país cuyo pabellón enarbola el buque demandado.
En opinión del Tribunal, la existencia de tal norma no ha quedado
demostrada de forma concluyente.
En primer lugar, por lo que respecta a las enseñanzas. de los
publicistas, y al margen de la cuestión de cuál pueda ser su valor
desde el punto de vista de establecer la existencia de una norma de
derecho consuetudinario, no cabe duda de que es cierto que todos o
casi todos los escritores enseñan que los buques en alta mar están
sujetos exclusivamente a la jurisdicción del Estado cuyo pabellón
enarbolan. Ahora bien, no parece que, en general,
los autores atribuyan a este principio un alcance distinto o más
amplio que el explicado anteriormente y que equivale a decir que la
jurisdicción de un Estado sobre los buques en alta mar tiene el
mismo alcance que su jurisdicción en su propio territorio. Por otra
parte, no faltan autores que, tras estudiar detenidamente la cuestión
especial de si un Estado puede enjuiciar los delitos cometidos a
bordo de un buque extranjero en alta mar, llegan definitivamente a
la conclusión de que tales delitos deben considerarse como si se
hubieran cometido en el territorio del Estado cuyo pabellón enarbola
el buque y que, por consiguiente, son aplicables las normas
generales de cada ordenamiento jurídico en relación con los delitos
cometidos en el extranjero.
En cuanto a los precedentes, cabe observar en primer lugar que, dejando
aparte de los casos de abordaje a los que se aludirá más adelante,
ninguno de ellos se refiere a delitos que afecten a dos buques que
enarbolen pabellones de dos países diferentes, y que, por
consiguiente, no revisten gran importancia en el caso que el
Tribunal tiene ante sí. El caso del Costa Rica Packet no es una
excepción, ya que el prauw en el que se produjeron las supuestas
depredaciones se encontraba a la deriva, sin bandera ni tripulación,
y esta circunstancia influyó sin duda, tal vez decisivamente, en la
conclusión a la que llegó el árbitro.

Por otra parte, no faltan casos en los que un Estado ha


reivindicado el derecho a perseguir un delito, cometido a bordo de
un buque extranjero, que consideraba punible en virtud de su
legislación. Así, Gran Bretaña rechazó la petición de los
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 27
Estados Unidos para la extradición de John Anderson, marino
británico que había cometido un homicidio a bordo de un buque
americano, declarando que no discutía la jurisdicción de los Estados
Unidos pero que tenía derecho a ejercer la suya concurrentemente.
Este caso, al que podrían añadirse otros, es pertinente a pesar de la
nacionalidad británica de Anderson, para demostrar que el principio
de la jurisdicción excluyente del país cuyo pabellón enarbola el
buque no está universalmente aceptado.
Los casos en que la competencia exclusiva del Estado cuyo
-se izó la bandera se ha reconocido parecería más bien haber sido
.casos en los que el Estado extranjero sólo estaba interesado en
razón de la nacionalidad de la víctima, y en los que, según la propia
legislación de dicho Estado o la práctica de sus tribunales, este
motivo no se consideraba suficiente para autorizar la persecución de
una
-Delito cometido en el extranjero por un extranjero.
Por último, por lo que se refiere a los convenios que se reservan
expresamente la competencia
,exclusivamente al Estado cuya bandera se enarbole, no es
absolutamente seguro que deba considerarse que esta estipulación
expresa un principio general del Derecho y no que corresponde a la
extra
-Competencias ordinarias que estos convenios confieren al Estado.
.-buques de propiedad de un país determinado con respecto a
_buques de otro país en alta mar. Por otra parte, hay que tener en
cuenta que estos convenios se refieren a cuestiones particulares,
estrechamente relacionadas con la policía marítima, como la trata de
esclavos, los daños a los cables submarinos, la pesca, etc., y no a
delitos de derecho común. Sobre todo, hay que señalar que los
delitos contemplados por los convenios en cuestión sólo afectan a
un único buque; por lo tanto, es imposible deducir de ellos nada en
relación con asuntos que afectan a dos buques y, en consecuencia, a
la jurisdicción de dos Estados diferentes.
Por consiguiente, el Tribunal de Justicia ha llegado a la
conclusión de que la segunda alegación formulada por el
Gobierno francés no demuestra, al igual que la primera, la
existencia de una norma de Derecho internacional que prohíba a
Turquía perseguir al teniente Demons.

* * *
Sólo queda por examinar el tercer argumento aducido por el
Gobierno francés y comprobar si una norma especialmente
4
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 28

que se aplica a los casos de colisión, según la cual los procedimientos


penales relativos a tales casos son competencia exclusiva del Estado
cuyo pabellón se enarbola.
A este respecto, el Agente del Gobierno francés ha llamado la
atención del Tribunal de Justicia sobre el hecho de que las
cuestiones de competencia en m a t e r i a d e colisión, que se
plantean frecuentemente ante los tribunales civiles, rara vez se
plantean ante los tribunales penales. Deduce de ello que, en la
práctica, las actuaciones judiciales sólo se producen ante los
tribunales del Estado cuyo pabellón se enarbola y que esa
circunstancia es prueba de un consentimiento tácito por parte de los
Estados y, en consecuencia, muestra lo que es el derecho
internacional positivo en los casos de colisión.
En opinión del Tribunal de Justicia, esta conclusión no está
justificada. En efecto, aun suponiendo que la rareza de las
decisiones judiciales que se encuentran entre los casos citados
bastara para probar de hecho la circunstancia alegada por el Agente
del Gobierno francés, sólo demostraría que los Estados se han
abstenido a menudo, en la práctica, de entablar acciones penales, y
no que se reconocieran obligados a ello; pues sólo si tal abstención
se basara en la conciencia de tener un deber de abstenerse, podría
hablarse de costumbre internacional. El hecho alegado no
permite inferir que los Estados hayan sido conscientes de tener tal
deber; por otra parte, como se verá más adelante, existen otras
circunstancias calculadas para demostrar lo contrario. Hasta donde
sabe el Tribunal, no existen decisiones de tribunales internacionales
en esta materia; pero se han citado algunas decisiones de tribunales
municipales. Sin detenernos a considerar el valor que debe
atribuirse a las sentencias de los tribunales municipales en relación
con el establecimiento de la existencia de una norma de derecho
internacional, bastará con observar que las decisiones citadas
apoyan a veces un punto de vista y a veces el otro.
Mientras que el Gobierno francés ha podido
citar el asunto Ortigia-Oncle-Joseph ante el Tribunal de Aix y el
asunto Franconia-Strathclyde ante el Tribunal británico de causas
reservadas de la Corona, como favorables a la jurisdicción exclusiva
del Estado cuyo pabellón se enarbola, por otra parte, el asunto
Ortigia-Oncle-Joseph ante los tribunales italianos y el asunto
Ekbatana-West-Hinder ante los tribunales belgas, son favorables a
la jurisdicción exclusiva del Estado cuyo pabellón se enarbola.
Se han citado tribunales en apoyo del argumento contrario.
Las Partes han mantenido largos debates sobre la importancia de
cada una de estas decisiones en lo que respecta a los detalles.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 29

de los cuales el Tribunal se limita a remitirse a los Casos y


Contracasos de las Partes. El Tribunal no cree necesario detenerse a
considerarlos, bastará con observar que, al estar así dividida la
jurisprudencia municipal, es difícil ver en ella un indicio de la
existencia de la norma restrictiva de derecho internacional que por sí
sola podría servir de base a la alegación del Gobierno francés.
Por otra parte, el Tribunal de Justicia se ve obligado a subrayar el
hecho de que no parece que los Estados afectados se hayan opuesto
a que los tribunales de un país distinto del de la bandera enarbolada
conozcan de los asuntos de colisión, ni que hayan formulado
protestas: su comportamiento no parece haber diferido
sensiblemente del que han observado en todos los casos de
jurisdicción concurrente. Este hecho se opone directamente a la
existencia de un consentimiento tácito por parte de los Estados a la
jurisdicción exclusiva del Estado cuyo pabellón se enarbola, tales
como
el Agente del Gobierno francés ha pensado,t it it posible
deducir de la infrecuencia de las cuestiones de competencia ante los
tribunales penales. Parece poco probable, y no estaría en
consonancia con la práctica internacional, que el Gobierno francés
en el asunto Ortigia-Oncle-]oseph y el Gobierno alemán en el asunto
Ekbatana-West-Hinder hubieran omitido protestar contra el ejercicio
de la jurisdicción penal por los tribunales italiano y belga, si
realmente hubieran pensado que se trataba de una violación del
derecho internacional.
Por lo que se refiere al asunto Franconia (R. v. Keyn 1877, L. R. 2
Ex. Div. 63), en el que se ha basado especialmente el agente del
Gobierno francés, cabe observar que la parte de la decisión que
guarda una relación más estrecha con el caso anterior es la relativa a
la localización de la infracción en el buque responsable del abordaje.
Pero, cualquiera que sea el valor de la opinión expresada por la
mayoría de los jueces sobre este punto en particular en otros
aspectos, no parece haber duda de que si, en la mente de estos
jueces, se basaba en una norma de derecho internacional, su
concepción de ese derecho, peculiar de la jurisprudencia inglesa,
está lejos de ser generalmente aceptada incluso en los países del
common law. Por otra parte, esta opinión parece confirmada por el
hecho de que el punto de vista adoptado por la mayoría de los jueces
en lo que respecta a la localización de un delito, cuyo autor se
encuentra en el territorio de uno de los Estados miembros de la
Unión Europea, no es el mismo.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 30
Estado mientras sus efectos se producen en otro Estado, ha sido
abandonada en decisiones inglesas más recientes (R: v. Nillins,
r884, 53 L. J. r57; R. v. Go frey, L. R. r923, r K. B. 24). Este
desarrollo de la jurisprudencia inglesa tiende a apoyar la opinión
de que la inter
La legislación nacional deja a los Estados vía libre a este respecto.
En apoyo de la teoría según la cual la jurisdicción penal en los
casos de abordaje correspondería exclusivamente al Estado del
pabellón enarbolado por el buque, se ha sostenido que se trata de la
observancia de las normas nacionales de cada marina mercante y
que el castigo efectivo no consiste tanto en la imposición de algunos
meses de prisión al capitán como en la anulación de su título de
capitán, es decir, en privarle del mando de su buque.
A este respecto, el Tribunal de Justicia debe observar que en el
presente asunto se incoó un procedimiento por un delito penal y no
por una infracción disciplinaria. Ni la necesidad de tener en cuenta
los reglamentos administrativos (incluso ignorando la circunstancia
de que se trate de reglamentos uniformes adoptados por los Estados
como resultado de una conferencia internacional) ni la imposibilidad
de aplicar determinadas sanciones disciplinarias pueden impedir la
aplicación del Derecho penal y de medidas penales de represión10n.
Por lo tanto, la conclusión a la que ha llegado el Tribunal es que
no existe ninguna norma de derecho internacional relativa a los
casos de colisión en el sentido de que .los procedimientos penales
sean competencia exclusiva del Estado cuyo pabellón se enarbole.
Además, esta conclusión se explica fácilmente si se considera la
forma en que la colisión pone en juego la jurisdicción de dos países
diferentes.
El delito por el que el teniente Demons parece haber sido
procesado fue un acto de negligencia o imprudencia que tuvo su
origen a bordo del Lotus, mientras que sus efectos se hicieron sentir
a bordo del Boz-Kourt. Estos dos elementos son, jurídicamente,
totalmente inseparables, hasta el punto de que su separación hace
que el delito sea inexistente. Ni la jurisdicción exclusiva de uno de
los dos Estados, ni la limitación de la jurisdicción de cada uno de
ellos a los hechos que tuvieron lugar en los respectivos buques
parecen calculadas para satisfacer las exigencias de la justicia y
proteger eficazmente los intereses de los dos Estados. Es natural
que cada uno de ellos pueda ejercer su jurisdicción y que lo haga
con respecto a
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 3I
del siniestro en su conjunto. Se trata, por tanto, de un caso de
competencia concurrente.

*
* *
El Tribunal de Justicia, tras haber llegado a la conclusión de que
las alegaciones formuladas por el Gobierno francés o bien carecen
de pertinencia para la cuestión planteada o bien no demuestran la
existencia de un principio de Derecho internacional que impida a
Turquía entablar la acción penal que se ejercitó de hecho contra el
teniente Demons, señala que, en el cumplimiento de su misión de
comprobar por sí mismo cuál es el Derecho internacional, no se ha
limitado a examinar los argumentos expuestos, sino que ha incluido
en sus investigaciones todos los precedentes, enseñanzas y hechos a
los que ha tenido acceso y que podrían haber revelado la existencia
de uno de los principios de derecho internacional contemplados en
el acuerdo especial. El resultado de estas investigaciones no ha sido
establecer la existencia de tal principio. Por consiguiente, debe
considerarse que no existe ningún principio de derecho
internacional, en el sentido del artículo 15 del Convenio de Lausana
de 24 de julio de 1923, que se oponga a la incoación del
procedimiento penal que nos ocupa. En consecuencia, Turquía, al
incoar, en virtud de la facultad discrecional que el derecho
internacional deja a todo Estado soberano, el procedimiento penal en
cuestión, no ha actuado, en ausencia de tales principios, de manera
contraria a los principios del derecho internacional en el sentido del
acuerdo especial.
En último lugar, el Tribunal de Justicia señala que no es necesario
de considerar la cuestión de si el hecho de que el procesamiento del
teniente Demons fuera "conjunto" (connexe) con el del capitán del
Boz-Kourt justificaría una extensión de la jurisdicción turca.
Boz-Kourt justificaría una extensión de la jurisdicción turca.
Esta cuestión sólo se habría planteado si el Tribunal
hubiera llegado a la conclusión de que existía una norma de derecho
internacional que prohibía a Turquía procesar al teniente Demons;
porque sólo en ese caso habría sido necesario preguntarse si esa
norma podría quedar anulada por el hecho de la "conexidad"
(connexite) de los delitos.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 32

V.

Habiendo respondido así negativamente a la primera cuestión


planteada por el acuerdo especial, el Tribunal de Justicia no necesita
examinar la segunda cuestión, relativa a la reparación pecuniaria
que podría haberse debido al teniente Demons.

POR ESTAS RAZONES,

El Tribunal,

habiendo escuchado a ambas Partes,


dicta, con el voto de calidad del Presidente -al haber empate en
la votación-, sentencia en el sentido de que

(r) que, a raíz de la colisión ocurrida el 2 de agosto de 1926 en alta


mar entre el vapor francés Lotus y el vapor turco Boz-Kourt, y a la
llegada del buque francés a Stamboul, y como consecuencia de que la
pérdida del Boz-Kourt ocasionó la muerte de ocho nacionales turcos,
Turquía, al incoar un procedimiento penal con arreglo a la legislación
turca contra el teniente Demons, oficial de guardia a bordo del Lotus en
el momento de la colisión, no ha actuado en contradicción con los
principios del derecho internacional, en contra de lo dispuesto en el
artículo 15 del Convenio de Lausana de 24 de julio de 1923, relativo a
las condiciones de residencia y de trabajo de los nacionales turcos en el
mar. oficial de guardia
a bordo del Lotus en el momento de la colisión, no ha actuado en
contradicción con los principios del derecho internacional,
contrariamente al artículo 15 del Convenio de Lausana de 24 de julio de
1923, relativo a las condiciones de residencia y de negocios y a la
competencia jurisdiccional ;

(2) que, por consiguiente, no procede pronunciarse sobre la


cuestión de la reparación pecuniaria que habría podido corresponder
al teniente Demons si Turquía, al perseguirlo como se ha indicado
anteriormente, hubiera actuado de forma contraria a los principios
del Derecho interno.

La presente sentencia ha sido redactada en francés, de


conformidad con lo dispuesto en el artículo 39, párrafo r, segunda
frase, del Estatuto del Tribunal, por lo que se adjunta una traducción
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 33
al inglés.
SENTENCIA Nº 9.-EL CASO DEL S.S. "LOTUS 34
Hecho en el Palacio de la Paz, La Haya, el siete de septiembre de
mil novecientos veintisiete, en tres ejemplares, uno de los cuales se
depositará en los archivos del Tribunal y los demás se remitirán a
los Agentes de las Partes respectivas.

(Firmado) MAx HUBER,


Presidente.

(Firmado) A. HAMMARSKJOLD,

Registrador.

MM. Loder, ex Presidente, Weiss, Vicepresidente, y Lord Finlay,


MM. Nyholm y Altamira, Jueces, declarándose incapaces de adherirse
a la sentencia dictada por el Tribunal de Justicia y haciendo uso del
derecho que les confiere el artículo 57 del Estatuto, han emitido los
votos particulares que figuran a continuación.
El Sr. Moore, disintiendo de la sentencia del Tribunal únicamente
por la conexión del proceso penal en el caso con el artículo 6 del
Código Penal turco, también emitió una opinión separada.

(Rubricado) M. H.

(Rubricado) A. H.

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