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¿Necesitas un aire acondicionado? Aprende todo lo que necesitas saber sobre los aires acondicionados.
Esta es la guía definitiva para saber comprar un aire acondicionado.
Guía de compra de aire acondicionado
Cuando se busca comprar un aire acondicionado, hay bastantes variables a considerar.
Antes de comprar algo, asegúrate de revisar todos los diferentes tipos de aires acondicionados disponibles en el mercado.
Una vez que hayas decidido el sistema de aire acondicionado adecuado para usted, algunos otros factores a considerar
incluyen el costo, las caracteristicas y la eficiencia energética.
Tipos de aires acondicionados
Una vez que hayas decidido comprar un aire acondicionado, tus opciones incluirán desde unidades de ventanas hasta aire
acondicionado central, aires acondicionados portátiles, aires acondicionados de pared, sistemas de split sin conductos,
aires acondicionados de terminal de paquete e incluso geotermia sistemas de enfriamiento.
La manguera de escape es un tubo grande que se asemeja a la manguera de una aspiradora y conecta la unidad a un juego
de ventanas herméticas, dirigiendo el escape hacia el exterior. Estos kits de ventana generalmente se incluyen con la
unidad.
Como resultado de que el condensador y el ventilador de escape están ubicados dentro de la misma carcasa, estas
unidades suelen ser un más ruidosas que otros aires acondicionados. El ruido excesivo es el resultado del ventilador del
evaporador. Este es el ventilador que evapora la condensación acumulada dentro de la unidad.
Además, estas unidades han demostrado ser ineficaces en habitaciones que tienen más de 20 metros cuadrados.
Debido al ruido y la relativa debilidad de estas unidades, muchos ven el aire acondicionado portátil como último recurso
en situaciones donde una unidad de ventana no es práctica. Para su crédito, estas unidades son relativamente livianas y
generalmente tienen ruedas, lo que las hace fáciles de mover entre las habitaciones.
En el invierno, el agua corre a través de este bucle de tierra y absorbe el calor del suelo. Luego, este calor se comprime, lo
que aumenta la temperatura y luego se envía a su hogar.
En el verano, este proceso se invierte. El calor de su hogar entra en la bomba de calor, el exceso de calor se elimina y se
envía al suelo, y el aire frío resultante se distribuye a través de su hogar.
Este sistema es revolucionario en el sentido de que no se queman combustibles fósiles para generar calor. El calor es
simplemente transferido hacia y desde la tierra. La energía eléctrica se está utilizando, por supuesto, para hacer funcionar
el compresor, el ventilador y la bomba.
Debido a la sostenibilidad de este método, la calefacción y el enfriamiento geotérmicos son cada vez más populares,
especialmente en Europa. En Suiza y Suecia, más del 70% de los hogares nuevos utilizan calefacción y refrigeración
geotérmica.
TIPOS DE REFRIGERANTES, APLICACIONES Y TENDENCIAS DE MERCADO
¿QUÉ ES UN REFRIGERANTE?
Lo primero que tenemos que hacer es definir qué es un refrigerante. Según el Reglamento de Seguridad de Instalaciones
Frigoríficas, en su IF-01, Terminología, tenemos que un Refrigerante (fluido frigorígeno) es un fluido utilizado en la
transmisión de calor que, en un sistema de refrigeración, absorbe calor a bajas temperatura y presión, cediéndolo a
temperatura y presión más elevadas. Este proceso tiene lugar, generalmente, con cambios de fase del fluido.
Por otro lado, se nos habla de Fluido secundario (fluido frigorífero), que son unas sustancias intermedias (p.ej., agua,
salmuera, aire, CO2, etc.) utilizadas para transportar calor entre el circuito frigorífico (circuito primario) y el medio a enfriar
o calentar, con o sin cambio de estado.
Los refrigerantes se clasifican en grupos de acuerdo con sus efectos sobre la salud y la seguridad.
De acuerdo con lo que establece el artículo 12 del Reglamento de Seguridad para Instalaciones Frigoríficas, los
refrigerantes se denominarán o expresarán por su fórmula o por su denominación química, o si procede, por su
denominación simbólico numérica, no siendo suficiente, en ningún caso, su nombre comercial.
Los refrigerantes podrán expresarse, en lugar de hacerlo por su fórmula o por su denominación química, mediante la
denominación simbólica numérica adoptada internacionalmente y que se detalla seguidamente.
La denominación simbólica numérica de un refrigerante se establecerá a partir de su fórmula química, consistiendo en una
expresión numérica en la que:
El primer carácter empezando por la izquierda es una R de Refrigerante, ejemplo: R134a.
La primera cifra de la derecha, en los compuestos que carezcan de bromo, indicará el número de átomos de flúor de su
molécula.
A la izquierda de la anterior se indicará, con otra cifra, el número de átomos de hidrógeno de su molécula más uno.
A la izquierda de la anterior se indicará, con otra cifra, el número de átomos de carbono de su molécula menos uno.
Si la molécula contiene átomos de bromo se procederá de la manera indicada hasta aquí, añadiendo luego a la derecha
una B mayúscula, seguida del
número de dichos átomos.
Los derivados cíclicos se expresarán según la regla general, encabezándolos con una C mayúscula a la izquierda del número
del refrigerante.
En los compuestos isómeros, el más simétrico (en pesos atómicos) se indica sin letra alguna a continuación de los
números. Al aumentar la asimetría, se colocarán las letras a, b, c, etc.
Los compuestos no saturados seguirán las reglas anteriores, anteponiendo el número 1 como cuarta cifra, contada desde
la derecha.
Los azeótropos o mezclas determinadas de refrigerantes se expresarán mediante las denominaciones de sus
componentes, intercalando, entre paréntesis, el porcentaje en peso correspondiente de cada uno y enumerándolos en
orden creciente de su temperatura de ebullición a la presión de 1,013 bar a (absolutos). Los azeótropos también pueden
designarse por un número de la serie 500 completamente arbitrario.
Las mezclas zeotrópicas determinadas de refrigerantes se expresarán mediante la denominación de sus componentes,
intercalando, entre paréntesis, el porcentaje en peso correspondiente de cada uno y enumerándolos en orden creciente
de su temperatura de ebullición a la presión de 1,013 bar a (absolutos). También puede designarse por un número de la
serie 400 completamente arbitrario. Cuando dos o más mezclas zeotrópicas están compuestas por los mismos
componentes en diferentes proporciones, se utilizarán las letras A, B, C, etc… para distinguirlas entre ellas.
Los números de identificación de los refrigerantes de los compuestos inorgánicos se obtienen añadiendo a 700 los pesos
moleculares de los compuestos.
Cuando dos o más refrigerantes inorgánicos tienen los mismos pesos moleculares se utilizarán las letras A, B, C, etc…
diferenciarlos
Un ejemplo de ello puede ser el R-134. El 4, está indicando el número de átomos de flúor que lleva la molécula, por lo que
son 4. El segundo indica el número de átomos de hidrógeno más uno, por lo que tendría 2 hidrógenos. El tercer número
indica el número de átomos de carbono menos uno, por lo que tendría 2 carbonos. Por lo tanto, es C2H2F4, que es el
1,2,3,4-tetrafluoroetano. La a significa la isomería que tiene la molécula.
CFC: halocarbono completamente halogenado (exento de hidrógeno) que contiene cloro, flúor y carbono, perjudiciales
para la capa de ozono.
HCFC: halocarbono parcialmente halogenado que contiene hidrógeno, cloro, flúor y carbono.
HFO: hidrofluorolefinas.
Mezclas
Azeotrópicas: mezcla de fluidos refrigerantes cuyas fases vapor y líquido en equilibrio poseen la misma composición a una
presión determinada.
Zeotrópicas: mezcla de fluidos refrigerantes cuyas fases vapor y líquido en equilibrio y a cualquier presión poseen distinta
composición. (Deslizamiento o Glide).
Según el Reglamento de Instalaciones Frigoríficas, (Real Decreto 552/2019) los refrigerantes se clasifican en función de sus
efectos sobre la salud y la seguridad, en dos grupos: por su inflamabilidad y por su toxicidad.
Por su inflamabilidad
Categoría 1: Refrigerantes que no muestran propagación de llama cuando se ensayan a +60 ºC y 101,3 kPa.
Tiene un límite inferior de inflamabilidad, cuando forman una mezcla con el aire, igual o superior al 3,5% en volumen
(V/V).
Tiene un límite inferior de inflamabilidad, cuando forman una mezcla con el aire, inferior al 3,5% en volumen (V/V).
Por su toxicidad
Categoría A: Refrigerantes cuya concentración media en el tiempo no tiene efectos adversos para la mayoría de los
trabajadores que pueden estar expuestos al refrigerante durante una jornada laboral de 8 horas diarias y 40 horas
semanales y cuyo valor es igual o superior a una concentración media de 400 ml/m3 [400 ppm. (V/V)].
Categoría B: Refrigerantes cuya concentración media en el tiempo no tiene efectos adversos para la mayoría de los
trabajadores que puedan estar expuestos al refrigerante durante una jornada laboral de 8 horas diarias y 40 horas
semanales y cuyo valor es inferior a una concentración media de 400 ml/m3 [400 ppm. (V/V)].
Con todo esto, nos queda una tabla de clasificación sobre Clases de seguridad y su determinación en función de la
inflamabilidad y toxicidad:
Primario o fluido frigorígeno: si es el agente transmisor en el sistema frigorífico, y por lo tanto realiza un intercambio
térmico principalmente en forma de calor latente.
Secundario o fluido frigorífero: Sustancia intermedia (p.ej., agua, salmuera, aire, etc.) utilizada para transportar calor entre
el circuito frigorífico (circuito primario) y el medio a enfriar o calentar.
La decisión es compleja. No depende exclusivamente del PCA del refrigerante, es necesario considerar criterios
económicos respecto a la inversión inicial y costes operativos, criterios técnicos en función de la disponibilidad de
tecnologías y también profesionales cualificados. Además tiene que responder a los requerimientos normativos respecto a
la seguridad de las instalaciones de refrigeración, criterios medioambientales respecto al PCA, TEWI, consumo energético y
un largo etc. de consideraciones que hacen que la elección del refrigerante sea una decisión completa, y existan soluciones
diferentes ante una misma situación.
Efectos medioambientales: Potencial de Calentamiento Atmosférico PCA y Potencial de Agotamiento de la capa de Ozono
PAO.
Carga de refrigerante.
Cualificación profesional.
Eficiencia energética.
Temperatura crítica por encima de la temperatura de condensación: La temperatura crítica del refrigerante debe estar por
encima de 55 °C.
Temperatura de congelación por debajo de la temperatura de evaporación: La temperatura de congelación debe ser
menor que la temperatura de evaporación.
Volumen específico en fase vapor, bajo: Debe ser lo más bajo posible. En fase vapor se considera una temperatura de 20
°C yla presión atmosférica de 1.013 bares para determinar el volumen específico.
Calor latente de vaporización, alto: El valor del calor latente de vaporización debe ser el más alto posible.
Densidad: Las densidades del refrigerante en fase líquida y vapor se utilizan para calcular los recipientes acumuladores, las
líneas de líquido, los evaporadores, los condensadores y la línea de succión de los sistemas.
No debe ser tóxico ni venenoso y no debe ser explosivo ni inflamable: Los refrigerantes se han clasificado de acuerdo con
el grado de toxicidad e inflamabilidad, según lo establecido en el Estándar 34 de ASHRAE.
No debe tener efecto sobre otros materiales: No deben tener efectos corrosivos ni afectar la estabilidad de los materiales.
Fácil detección cuando se presenten fugas: Los refrigerantes con moléculas más pequeñas los hace más fáciles de
presentar fugas.Los refrigerantes con moléculas grandes tienen menor tendencia de fugas.
Precio del refrigerante: Hay algunos refrigerantes que se han multiplicado por 7 respecto a los años anteriores.
PCA (Poder de Calentamiento Atmosférico): Este índice da el daño que se le proporciona a la atmósfera. Debe ser bajo, ya
que la legislación española en vigor contempla un impuesto aplicable a todos los gases con PCA>150, por los cuales se
pagará un impuesto proporcional al PCA. (PCA x 0.015). Por ejemplo, para el R-404A, debería pagarse 3921.6 x 0.015=
58.42 euros/kg.
REGLAMENTO EUROPEO F-GAS: Establece un calendario de reducción y una paulatina prohibición de los actuales gases
refrigerantes. Su objetivo principal es la reducción del uso de gases fluorados de efecto invernadero (GEI) en un 70% de
cara al año 2030.
La «nueva generación de refrigerantes» o cuarta generación ya convive con nosotros. Hoy tenemos muchos fluidos en el
mercado, tanto naturales como sintéticos; no existe una solución única y universal. Los nuevos refrigerantes, no son sólo
un nuevo fluido. Obliga a todos los componentes, sobre todo al compresor, a adaptarse a este nuevo medio y por eso es
necesario el estudio de la compatibilidad de los nuevos refrigerantes con los aceites ya existentes. Se siguen estudiando
los refrigerantes naturales como amoniaco y dióxido de carbono como solución alternativa a los HFCs, por su bajo PCA, en
servicios que antes, por poca evolución en la tecnología, no podían operar. Estos refrigerantes naturales contribuyen de
forma notoria en minimizar las emisiones de CO2 en la atmósfera, reduciendo así el impacto en el cambio climático.
La actual modificación del Reglamento plantea nuevos condicionantes a la hora de elección de los refrigerantes a utilizar,
teniendo también que prever los posibles cambios, tanto administrativos, como tecnológicos que puedan devenir. El
mercado está en un proceso continuo de cambio, y lo que hoy puede ser una solución acertada, dentro de 10 años, podría
no ser viable económicamente.
En este punto, vamos a detallar las aplicaciones de los refrigerantes, para qué se utilizan, atendiendo a su daño a la
atmósfera, hablando del TEWI y del PCA.
A partir del 1 de enero de 2020 han quedado totalmente prohibido por el reglamento Europeo F-Gas el uso de
refrigerantes tipo HFC con PCA ≥ 2500 en nuevas instalaciones, y en 2022 quedarán prohibidos aquellos que tengan un
PCA ≥ 150, algo que ha revolucionado por completo el sector del frío industrial, obligándolo a utilizar refrigerantes
alternativos.
A continuación, veremos cuáles son los refrigerantes más utilizados en refrigeración comercial e industrial a día de
hoy, indicando los sectores y equipos en los que se utilizan, la normativa aplicable, si dañan o no la capa de ozono y si
reducen el efecto invernadero.
Tradicionalmente en las últimas décadas, el refrigerante por excelencia usado en refrigeración comercial e industrial ligera
ha sido el R-404A, que presenta unas características que lo hacían idóneo para baja, media e incluso alta temperatura. Tras
la entrada en vigor del impuesto de gases fluorados en España y con la amenaza de la inminente prohibición en 2020 del
refrigerante R-404A por el reglamento Europeo F-Gas, los diferentes fabricantes y distribuidores de gases han lanzado al
mercado diversos gases refrigerantes sustitutivos directos del R-404A.
Por otro lado, el uso de los gases HFC (hidrofluorocarbonos) fue implementado en el mundo de la refrigeración en la
década de los 90 para reemplazar otros gases que dañaban la capa de ozono (CFC o HCFC), y en la actualidad, se busca
también sustituirlos debido a que son unos de los gases que más contribuyen al efecto invernadero y que tienen por tanto
un gran impacto sobre el calentamiento global del planeta.
Durante los últimos años ha crecido significativamente la emisión de HFC a la atmósfera debido a la creciente demanda de
refrigeración, especialmente en los países en desarrollo con una clase media en rápida expansión y climas cálidos.
Se puede observar que todos los refrigerantes más utilizados en la actualidad tienen un potencial de agotamiento del
ozono igual a cero (PAO = 0). Significa que ninguno de ellos es un potencial destructor de la capa de ozono; son los gases
refrigerantes sustitutos. En cambio, vemos que el potencial de calentamiento atmosférico PCA 100 es bastante variable de
unos refrigerantes a otros.
Refrigerante es una sustancia que actúa como agente de enfriamiento, con propiedades especiales de punto de
evaporación y condensación. Mediante cambios de presión y temperatura absorben calor en un lugar y lo disipa en otro
mediante un cambio de líquido a gas y viceversa.
Los refrigerantes según la norma americana NRSC (National Refrigeration Safety Code) se dividen en tres grupos:
REFRIGERANTES
Freones. Entre ellos los R12, R22, R502, así como los
Agua. Amoníaco
nuevos gases no perjudiciales para la capa de ozono.
• El Punto de Congelación debe ser inferior a cualquier temperatura que existe en el sistema para evitar congelaciones en
el evaporador.
• El calor latente de evaporación debe ser lo más alto posible para que una pequeña cantidad de líquido absorba una gran
cantidad de calor.
• El volumen específico debe ser lo más bajo posible para evitar grandes tamaños en las líneas de aspiración y compresión.
• Las presiones de condensación deben elevarse, para evitar fugas y reducir la temperatura de condensación.
• No son líquidos inflamables, corrosivos, ni tóxicos. Además deben tener una baja conductividad eléctrica.
CFC: (Flúor, Carbono, Cloro), Clorofluorocarbono, no contiene hidrógeno en su molécula química y por lo tanto es estable,
esta estabilidad hace que permanezca mucho tiempo en la atmósfera afectando seriamente la capa de ozono y es una de
las causas del efecto invernadero (R-11, R-12, R-115). Está prohibida su fabricación desde 1995.
HCFC: (Hidrógeno, Carbono, Flúor, Cloro). Es similar al anterior pero con átomos de hidrógeno en su molécula. Posee un
potencial reducido de destrucción de la capa de ozono (R-22). Su desaparición está prevista para el año 2015.
HFC: (Hidrógeno, Flúor, Carbono). Es un Fluorocarbono sin cloro con átomos de hidrógeno sin potencial destructor del
ozono dado que no contiene cloro. (R-134a, 141b).
Un refrigerante ideal:
Posee características físicas y térmicas que permiten la máxima capacidad de refrigeración con la mínima demanda de
potencia. La temperatura de descarga deberá ser la más baja posible para alargar la vida del compresor.
¿Qué es la inductancia?
La inductancia es la propiedad de un circuito eléctrico para resistir el cambio de corriente. Una corriente que fluye a través
de un cable tiene un campo magnético a su alrededor. El flujo magnético depende de la corriente y cuando esta varía, el
flujo magnético también varía con ella. Cuando el flujo magnético varía, se desarrolla un emf a través del conductor de
acuerdo con la ley de Faraday. Esta emf está en la dirección opuesta a la dirección de la corriente, tal como postula la Ley
de Lenz.
La unidad de inductancia es Henry, llamado así en honor a José Henry, quien primero descubrió la auto-inductancia. El
símbolo de la inductancia es L, en honor a Heinrich Lenz postuló la Ley de Lenz que describe la dirección del emf inducido.
¿Qué es la autoinductancia?
La autoinductancia se origina cuando una corriente eléctrica circula a través del cable y esto induce una fuerza
electromotriz intrínseca en el sistema. A esta fuerza se le conoce como voltaje o tensión inducida, y aparece como efecto
de la aparición de un flujo magnético variable. Según el campo magnético va aumentando, este induce una tensión en
cualquier otro conductor que se encuentre cercano a él, al mismo tiempo que induce una tensión en el propio conductor
original.
La fuerza electromotriz es proporcional a la velocidad de variación de la corriente que circula a través del cable. Este
diferencial de tensión provoca la circulación de una nueva corriente eléctrica en dirección opuesta a la corriente principal
del circuito. La autoinductancia se produce como resultado de la influencia que el montaje ejerce sobre sí mismo, debido a
la presencia de campos magnéticos variables.
La magnitud de la tensión autoinducida es proporcional al tamaño de la espira creada por un hilo. A mayor tamaño tenga
la espira, más grande será la tensión autoinducida. Los cables positivo y negativo de la batería de un sistema equivalen a
un solo circuito, lo que significa que la inductancia del circuito de la batería depende de la forma en que se hayan instalado
físicamente los cables entre sí.
Hay que tener en cuenta que debemos distinguir el lugar dónde ocurre cada fenómeno: la variación temporal del flujo
magnético sucede en una superficie abierta, es decir, alrededor de la bobina de interés.
Por otra parte, la fuerza electromotriz inducida en el sistema es la diferencia de potencia existente en el bucle cerrado que
demarca la superficie abierta del circuito.
En cambio, el flujo magnético que atraviesa cada espira de una bobina es directamente proporcional a la intensidad de la
corriente que lo provoca. Este elemento de proporcionalidad entre el flujo magnético y la intensidad de la corriente, se le
denomina coeficiente de autoinducción o autoinductancia del circuito, o simplemente autoinductancia de la bobina.
Debido a la proporcionalidad de ambos factores, si la intensidad de la corriente varía en función del tiempo, entonces el
flujo magnético tendrá un comportamiento similar. De esta manera, el circuito presenta un cambio en sus variaciones en
la medida en que la intensidad de la corriente varíe de forma significativa.
La autoinductancia puede entenderse como una especie de inercia electromagnética, y su valor dependerá de la
geometría del sistema, siempre que la proporcionalidad entre el flujo magnético y la intensidad de la corriente se cumpla.
¿Cómo reducir la inductancia en los cables de las baterías?
Cuanta mayor separación haya entre los cables de las baterías, la cantidad de inductancia será mayor que si se
encontraran unidos. En el caso de que los cables de las baterías sean coaxiales no existirá prácticamente flujo de corriente
inducido, puesto que los campos magnéticos se cancelan unos a otros. Por el contrario, si los cables de la batería no fueran
coaxiales, cabe la posibilidad de acercarse a ellos juntando los cables con cinta adhesiva cada diez o quince centímetros. Al
estar los cables juntos los campos magnéticos no se suman ni aumentan su inductancia como cuando están separados.
Puesto que la tensión inducida en un conductor es la misma a la inductancia multiplicada por la tasa de cambio de la
corriente en el inductor, la tensión inducida puede llegar a ser hasta tres veces mayor si los cables no se encuentran uno
junto a otro adheridos. Hay que considerar que en el peor de los casos los efectos de fiyback y los picos de tensión
inducidos pueden llegar a los miles de voltios si la batería se retira repentinamente del circuito.
Los cambios de tensión inducidos provocan ondulaciones en los cables de la batería y deben ser absorbidos o filtrados por
los condensadores de filtro del inversor. Este rizado producirá que los condensadores de filtrado se rompan antes de hora
y la pérdida de rendimiento del inversor.
También hay que tener en cuenta, a parte de las problemáticas anteriores, que la corriente inducida se opone a la
corriente aplicada, la de la batería, lo que produce una pérdida del rendimiento del inversor, lo que significa una gran
reducción de la eficiencia.