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Como sabemos, muchas son las naciones que, hasta la fecha, siguen considerando a la
mujer un ser humano distinto, el cual no puede realizar diversas labores, como desempeñar
una profesión o un oficio. Para muchas culturas radicales, estas mujeres deben dedicarse a
las tareas del hogar, y desgraciadamente basta remontarse unos años atrás en la historia
para ver estos rasgos culturales en occidente, donde las mujeres también ocupaban un papel
secundario en el mercado laboral.
Esto, de facto, provoca que sea el hombre la única fuente de ingresos, lo que hace que la
mujer se sienta dependiente de este salario, pues ella no posee ingresos. En ocasiones, si
existe violencia, la violencia económica se manifiesta cuando el hombre, abusando de su
posición dominante, controla y restringe el acceso a determinados recursos a su pareja o
sometido/a.
Cuando una persona toma decisiones en materia económica por la otra persona, abusando
de esa posición dominante; cuando esa persona controla constantemente las finanzas y le
permite hacer unas determinadas cosas; o cuando se restringe el acceso a determinados
bienes básicos. En general, cuando se abusa de esa posición dominante para someter al otro
individuo, estamos hablando de violencia económica.
-Mediante restricciones, control, reproches, así como otros actos en los que el dominante
trata de someter al dependiente, a través del dinero.
-Es muy frecuente ver este tipo de violencia en relaciones matrimoniales del pasado, o en
países en los que estas no pueden trabajar y dependen íntegramente de su marido.
La violencia económica es una forma de control y de manipulación que se puede producir
en la relación de pareja y que se muestra a través de la falta de libertad que el agresor
ofrece a la víctima en la realización de gastos necesarios para cubrir sus necesidades. La
víctima debe dar justificación constante de aquello que ha hecho, de dónde ha gastado el
dinero y también, no dispone del presupuesto con la libertad que merece.
Hasta el punto de que incluso en el caso de aquellas mujeres que trabajan pero sufren
violencia económica, deben entregar su sueldo cada mes a su pareja y él es quien gestiona
el dinero. Desde este punto de vista, la economía se convierte en una forma de violencia por
el sufrimiento que produce depender constantemente de alguien que convierte el dinero en
una forma de limosna. El agresor entrega a la víctima una cantidad contada para hacer
tareas cotidianas como la cesta de la compra. Y le reclama si se ha retrasado mucho tiempo
en hacer este tipo de gestiones.
Percepción de un salario menor por igual tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo.