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PORQUE NOS CONSQUISTARON LOS CASTELLANOS Y NO LOS LUSITANOS

BECAUSE WE CONSQUISTARON Castilian AND NOT THE LUSITANOS

Víctor Hugo Chanduví Cornejo 1

RESUMEN

El presente artículo tiene como intención explicar las situaciones jurídicas e Históricas que
antecedieron a la conquista del Perú y los Instrumentos Papales que le dieron el justo título
para lograr tal propósito. Los antecedentes históricos que explicaremos son la ascensión a la
corona de Portugal de Juan II de Portugal en el siglo XV, la travesía de Bartolomé Díaz ,
que rodeó el cabo de Buena Esperanza 1487- conocido por ser el primer
explorador europeo en doblar a principios de 1488 el extremo sur de África, llegando al océano
Índico a partir del Atlántico, uno de los eventos más importantes en la historia de la navegación
a vela. La Celebración del Tratado de Alcaçovas-Toledo, la ascensión a la Corona de Castilla de
Isabel I, el Descubrimiento de América por Cristóbal Colón y las Bulas Alejandrinas.
El presente artículo es el resultado de una investigación de carácter cualitativo y de reflexión en
torno a las instituciones del Derecho Indiano que forma parte del curso de Historia del Derecho
que el autor dicta en la Facultad de Derecho de nuestra universidad, utilizando la bibliografía
del propio autor objeto de estudio, así como las fuentes de diversos autores nacionales e
internacionales.

Palabras Clave

Descubrimiento de América, disputa dinástica y Bulas Alejandrinas

Abstract

This article is intended to explain the legal and historical situations that preceded the conquest
of Peru and the Papal instruments that gave the title to achieve just that purpose. The historical
background to explain are the climb to the crown of Portugal John II of Portugal in the fifteenth
century, crossing

1 Doctor en Derecho. Posdoctorado en Derecho Mercantil por la Universidad Miguel Hernández – Elche-Alicante-España
y Curso Posdoctoral en Historia del Derecho y Filosofía Política- Escuela de Posgrado-UPAO. Profesor y Decano de la Escuela de Posgrado – UPAO.
Doctor Honoris Causa por las Universidad Nacional de Tumbes y Hermilio Valdizan. Autor de obras de su especialidad.

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Bartholomew Diaz, who rounded the Cape of Good Hope 1487 known as the first European
explorer to double in early 1488 the southern tip of Africa, reaching the Indian Ocean from the
Atlantic, one of the most important events in the history of sailing. Celebration Treaty
Alcaçovas-Toledo, the climb to the crown of Castile Isabella I, the discovery of America by
Christopher Columbus and the Alexandrine bulls.

This article is the result of a qualitative research and reflection on the institutions of Indian Law
that is part of the course of History of Law dictates that the author at the Faculty of Law at our
university, using the literature of self-author under study, and fountains of various national and
international authors.

Keywords
Discovery of America, dynastic dispute and Bulls Alejandrinas.

INTRODUCCIÓN.

Al terminar las conmemoraciones del V Centenario del Descubrimiento y Evangelización de América,


en mi calidad de docente del curso de Historia del Derecho, me parece importante explicar los
acontecimientos históricos jurídicos que motivaron el reparto del nuevo continente descubierto por
el navegante genovés Cristóbal Colón, ya que representa el punto de partida de una hazaña
conquistadora y al mismo tiempo evangelizadora.

En efecto, también hay autores que se pronuncian “contra la celebración del V Centenario. Sus
portavoces acusan a España, a Portugal e incluso a los Papas, que impulsaron la evangelización del
Nuevo Mundo, de haber sido en realidad promotores de una injusta invasión, destinada a expoliar el
Continente americano, aniquilar sus pueblos y culturas autóctonas, e instaurar un durísimo y opresivo
sistema de explotación de los aborígenes sobrevivientes” ( Ezcurra; 1993, 15) Así, los Pontífices y
reyes de España y Portugal junto a los misioneros, guerreros y colonizadores de Iberoamérica, habrían
sido responsables por un gravísimo e inconmensurable apetito de poder colonizador. Así las cosas el
artículo pretende explicar las circunstancias históricas y jurídicas que pesaron para la llegada de los
Castellanos a nuestro territorio y no los lusitanos, en su lugar. Habida cuenta que Desde 1492, sólo
Occidente ha estudiado América india. “ Todos llevan dentro del cerebro a Europa, aunque hayan
nacido, incluso con sangre india, en tierras de América” ( F. Reinaga, América…, 23)

A fines del siglo XV, el mundo se hallaba circunscripto a solo tres continentes: Europa, Asia y África.
Portugal y España siempre han tenido rivalidades por la corona y por el comercio.

Juan II de Portugal, apodado el Príncipe perfecto, era hijo del rey Alfonso V el Africano y de su
esposa, Isabel de Coímbra. Juan II sucedió a su padre en 1477 y se convirtió en rey de Portugal en
1481 hasta 1495 y va a participar en los futuros tratados que se celebraran entre el reino de Castilla y

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el reino de Portugal.

Juan II restauró las exploraciones atlánticas, reviviendo el trabajo iniciado por su tío-abuelo, Enrique
el Navegante. “Las exploraciones portuguesas fueron una prioridad para el gobierno, que intentaba
explorar la costa Sur buscando una ruta marítima que llegara hasta la India. Durante su reinado
Bartolomé Díaz (en portugués, Bartolomeu Dias); rodeó el cabo de Buena Esperanza 1487“ (Salvat,
2005:10). Este personaje es conocido por ser el primer explorador europeo en doblar a principios de
1488 el extremo sur de África, llegando al océano Índico a partir del Atlántico, uno de los eventos
más importantes en la historia de la navegación a vela. Bartolomé Díaz fue el primer navegante que
viajó alejado de la costa en el Atlántico Sur.” Su viaje, continuado por Vasco de Gama una década
más tarde (1497-1499), contribuyó al descubrimiento de la ruta marítima a la India.

Castilla, por el contrario queriendo romper el cerco en que Portugal había querido encerrarla,
España se lanzó a las grandes empresas marítimas de la ruta del Occidente. El supremo artífice de
estos últimos acontecimientos fue el aún hoy misterioso personaje llamado Cristóbal Colón.

DISPUTAS ENTRE PORTUGAL Y CASTILLA

En el siglo XV y antes del descubrimiento de América se iniciaron una serie de disputas entre
Portugal y Castilla sobre el control del mar. La rivalidad marítima entre ambos reinos les llevó a
suscribir futuros tratados que determinaron el futuro del nuevo continente por descubrir.

Desde 1474, todo lo relacionado con las navegaciones africanas quedó a cargo del príncipe don
Juan, el futuro Juan II, digno continuador del infante don Enrique, al que quizá superó en visión
política. De hecho, las cláusulas del tratado de Alcácobas-Toledo relativas a Guinea se deben a
la habilidad de este gran estadista. Cuando suba al trono, en 1481, procurará respaldar con los
hechos las ventajas que estaban en la letra del tratado. El castillo de San Jorge de la Mina,
situado al norte del golfo, atestigua esta voluntad de asegurar la ocupación de Guinea.

Las hostilidades estallaron en 1475. La guerra por tierra se desarrolló principalmente en la


Meseta Norte castellana, decantándose a favor del bando isabelino a partir de la Batalla de
Toro (1476). A partir de entonces el conflicto continuó sobre todo por mar, con flotas castellana
y portuguesa luchando entre ellas y compitiendo por traer riquezas desde las lejanas tierras de
Guinea.

Esta coyuntura permitirá a Isabel atacar el monopolio atlántico portugués. La guerra se


desarrolla en dos frentes. El más conocido es el peninsular, pero el que más interesó a Portugal
fue, sin duda, el atlántico. “En la Península, el triunfo fue para las armas castellanas. Pero en el

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mar los intentos de acabar con el comercio portugués con Guinea serán enérgicamente
rechazados por las flotas de Portugal” (Salvat, 2005:29)

La derrota castellana en el mar y la incapacidad portuguesa para ganar la guerra en tierra


llevaron a los contendientes a iniciar negociaciones de paz en 1479.

SUCESIÓN AL TRONO DE CASTILLA

Caso en 1420 CON HIJO FUTURO


MARIA DE ARAGÓN ENRIQUE IV
(Primeras nupcias)

JUAN II DE CASTILLA
(1405-1454) ISABEL NACIDA EN
Caso en 1447 CON 1451
ISABEL DE
PORTUGAL
(Segundas nupcias) ALFONSO NACIDO
EN 1453-1468

HIJO ENRIQUE IV DE
CASTILLA CASO CON
INFANTA JUANA
JUANA DE
MUERE 1474 28 FEBRERO 1462
PORTUGAL EN 1455

INFANTA ISABEL
JUANA

Al fallecer Juan II de Castilla en 1454 hereda el trono su hijo Alfonso quien reinaría con el
Nombre de Enrique IV, hijo de su primer matrimonio con María de Aragón con quien se casó en
el año de 1418. En el año de 1447 Juan II de Castilla se casa en segunda nupcias con Isabel de
Portugal, teniendo dos hijos Isabel (la católica) y Alfonso quien muere en 1468. Al fallecer el
rey de Castilla Enrique IV en 1474 existían dos pretendientes al trono: su hija única Juana e
Isabel, hermanastra de Enrique.

Juana tenía el apoyo de una parte importante de la alta nobleza castellana y de su prometido,
el rey Alfonso V de Portugal. Isabel contaba con el resto de la nobleza y con el apoyo de la
Corona de Aragón, ya que estaba casada con su heredero Fernando.

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TRATADO DE ALCACOBAS-TOLEDO

Esta situación se refleja en el tratado que pone fin a la guerra,” el tratado de Alcácobas-Toledo,
firmado en la localidad portuguesa de Alcácobas en 1479 y ratificado en Toledo en 1480. Isabel
asegura su primacía al trono frete a Juana la Beltraneja, cuya candidatura había recibido el
apoyo luso. Asumiendo al trono como Isabel I de Castilla .Pero, en cambio, Castilla renunciaba
expresamente al comercio y la navegación al sur del cabo Bojador” (Salvat, 2005:29)

El cabo Bojador es un destacado cabo de la costa atlántica norafricana, situado en la costa


norte del Sáhara Occidental, al sur-sudeste de las islas Canarias. Las Canarias siguen siendo
posesión castellana, pero Portugal ya no tiene ningún inconveniente en reconocerlo así, una
vez asegurado el monopolio africano.

HIJO ENRIQUE IV DE CASTILLA


Castilla renunciaba expresamente MUERE 1474 SUCESION
Al comercio y la navegación al sur
Del cabo Bojador

INFANTA JUANA DE ISABEL


PORTUGAL

Portugal asegura el comercio africano

A partir del tratado de Alcácobas-Toledo, Portugal queda, pues, libre de competidores en la


ruta del Atlántico. El alcance del tratado ha sido objeto de múltiples discusiones. La
interpretación más favorable a los intereses de Portugal suponía que le quedaba reservada la
navegación al sur de las Canarias, siendo el paralelo de las islas la línea que separaba las dos
zonas de influencia: al Norte quedaba la de Castilla, y al Sur, la portuguesa. Según esta
interpretación, la posesión de América del Sur quedaba reservada también a Portugal aun antes
de su descubrimiento.

La interpretación más limitada, que es la que hoy cuenta con mayor número de adeptos entre
los especialistas, supone que la prohibición de navegar de las Canarias para abajo, contra la
costa, hecha a las naves castellanas, no implica en modo alguno que se fijase el paralelo de las
islas como límite de las respectivas zonas de influencia.

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A lo largo del siglo XV, los exploradores, comerciantes y pescadores de Portugal y de Castilla
fueron internándose cada vez más profundamente en el Océano Atlántico. Los reyes de ambos
reinos impusieron tasas a las mercancías traídas de ultramar y rápidamente surgieron fricciones
sobre a qué soberano correspondían los impuestos provenientes de cada uno de los territorios
descubiertos.

NEGOCIACIÓN Y FIRMA DEL TRATADO ALCACOBAS-TOLEDO:

El acuerdo final fue firmado por los negociadores en la localidad portuguesa de Alcácobas el 4
de septiembre de 1479. Cuatro días después fue ratificado por el rey de Portugal y proclamado
en ese reino. Isabel lo ratificó en Trujillo el 27 de septiembre pero, como su marido Fernando
no estaba con ella ese día, hizo falta un segundo acto de ratificación el 6 de marzo de 1480 en
Toledo, siendo pregonado oficialmente el acuerdo el 14 de marzo.

El Papa Sixto IV refrendó el Tratado mediante la bula Aeterni Regis de 1481.

EL TRATADO Y AMÉRICA

Durante los preparativos para el primer viaje de Cristóbal Colón, los Reyes Católicos ordenaron
a los habitantes de Palos embarcar en las carabelas de Colón pero con prohibición expresa de ir
a la Mina, ni al trato de ella que tiene el Serenísimo Rey de Portugal. Tras el retorno de Colón, el
embajador de Portugal Ruy de Sande llegó a la corte de los católicos en Barcelona a fines de
abril de 1493 para reclamar que las tierras descubiertas por Colón correspondían a Portugal. No
se conocen con seguridad los argumentos que utilizó. Según el cronista castellano Jerónimo de
Zurita, el embajador adujo que en Alcaçovas-Toledo se habría establecido tácitamente un
paralelo a la altura de las Canarias que se extendería sin fin hacia Occidente y que dividiría todo
el mar a lo ancho: al norte la parte castellana y al sur la portuguesa. En todo caso, el rey
portugués Juan II parece haber propuesto en 1493 este reparto del Atlántico a sus homólogos
castellanos.

El historiador Juan Manzano considera falaz el argumento portugués del Paralelo, ya que según
él el Tratado de Alcácovas solo se referiría a lo que él llama "mar de África", es decir, la parte
del mar Océano entonces navegada y ocupada por Portugal y Castilla, adyacente al continente
africano. (Sánchez-Arcilla Bernal, José, Juan Manzano y Manzano (1911-2004), revista
Cuadernos de historia del derecho, nº 11, 2004, págs. 377-379 (ISSN 1133-7613)

Otro historiador, Manuel Giménez Fernández, opina por el contrario que el Tratado de
Alcaçovas en realidad daba a Portugal todo el Atlántico salvo las Canarias, por lo que las islas
descubiertas por Colón forzosamente pertenecían a Portugal. Según Giménez, el motivo por el

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que los Reyes Católicos tardasen tanto tiempo en organizar la expedición de Colón fue por esa
inseguridad jurídica, no por motivos náuticos o por ignorancia. (Giménez Fernández, Manuel
(1955). «América, “Isla de Canaria por ganar”». Anuario de estudios atlánticos: 309–336.)

En una interpretación más heterodoxa, Luisa Isabel Álvarez de Toledo opina que el Tratado de
Alcaçovas incluye explícitamente territorios americanos: Guinea sería el territorio hoy conocido
como las Guayanas mientras que las Islas de Canaria incluirían islas y costas del Mar Caribe. Los
Reyes Católicos serían, según ella, bien conscientes de que las tierras que Colón quería
descubrir pertenecían por derecho a Portugal y habrían enviado a Colón sólo tras asegurarse de
que su aliado Rodrigo Borgia accedía al Papado como Alejandro VI, de tal manera que las
justificadas protestas de Portugal pudieran ser contrarrestadas por una nueva Bula papal,
favorable esta vez a Castilla. (Álvarez de Toledo. De la mar y las Indias. La armada invencible.
(1563-1589);

Sea como fuere, a raíz de las protestas portuguesas se inició un periodo de intensas
negociaciones diplomáticas entre las coronas de Portugal y de Castilla. Los Reyes Católicos
obtuvieron a lo largo de 1493 una serie de bulas papales, llamadas hoy día Bulas Alejandrinas,
que les otorgaban las tierras descubiertas por Colón y venían a establecer un nuevo reparto del
Atlántico que dejaba obsoleto al Tratado de Alcaçovas. No obstante, consideraron necesario
volver a recordar a Colón, justo antes de partir en su segundo viaje, la prohibición de tocar en la
Guinea ni en la Mina<>. El rey Juan II de Portugal protestó pero en el Tratado de Tordesillas
(1494) terminó aceptando un nuevo reparto, ligeramente más favorable a Portugal que el de
las Bulas Alejandrinas.

Bulas Alejandrinas

No deja de tener significación jurídica el examen del Título válido para el dominio de las Indias
por los reyes de Castilla y León. Era un debate necesario entre teólogos y juristas, para lucubrar
una teoría capaz de explicar los justos Títulos que avalaron el dominio de las Indias, como parte
integrante de la monarquía. Como primeros exponentes, aparecieron las Bulas de Alejandro VI,
en 1493, que otorgaban a los reyes de España y Portugal las tierras de las Indias, procediéndose
así al reparto geográfico de la tierra firme y las islas descubiertas y por descubrir, señalando los
grados de latitud de una y otra zona otorgada por documento papal. La autoridad del Sumo
Pontífice desde el Dictatus Papae de Gregorio VII se había colocado por encima de las
autoridades laicas o temporales, a saber: El Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico o
los reyes y, por otro lado, tenía además injerencia en los derechos a través del Derecho
Canónico. Las bulas aparecen como una encomienda para cristianizar a los aborígenes, pues
dentro de la concepción política los príncipes eran Vicarios de Cristo, quienes debían conducir
los procesos de evangelización. En estos documentos se conceden un Título espiritual y otra

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legal sobre el dominio de las tierras, pero, a la vez, imponen una obligación de carácter
imperativo irrefragable cuando dice: “ Os mandamos”, dirigiéndose a los Reyes de Castilla y
Portugal, “ proteger y evangelizar a los Indios” (Benito :2001,…) Recordemos que según las
“Partidas :P II,I,9 ,una de las cuatro maneras de adquirir el rey señorío sobre una tierra era el
otorgamiento del Papa, considerándose la Bula como título jurídico, suficiente para justificar el
dominio sobre las Indias“. (Hampe; 1999, 15).

Para comprender el alcance de las bulas de Alejandro VI, hay que considerar que la Edad Media
es una época cuando el sentido de la unidad es la idea dominante. El universo se considera
sujeto a la voluntad divina y no podía haber dualidad. La humanidad, afirman los teólogos de la
Edad Media, es sólo un pueblo ligado por lazos espirituales; es una “Universitas”, un cuerpo
místico y una iglesia universal, cuyo significado para los griegos era católico. Para regir esta
Iglesia y este cuerpo místico ¿Quién lo hace? ¿El Papa o el Emperador? En la Edad Media, se
abre un conflicto muy largo entre los poderes, entre dos potestades; el poder eclesiástico y el
poder civil. En la Edad Media, la opinión dominante era la de la Santa Sede. Se creía que el
hombre, derribado espiritualmente a causa del pecado original, produciría mediante violencia
el Estado, el que se vuelve Estado de Derecho al ser consagrado por la Iglesia; y, entonces, toda
fuerza justa del Estado deriva del poder que la Iglesia le confiere. Por esta explicación, Rodrigo
Borja, el Papa español (Alejandro VI), el 4 de mayo de 1493, da la bula conocida como Inter
Caetera, que reparte el mundo recién descubierto entre España y Portugal, conforme a una
línea imaginaria trazada de polo a polo, cien leguas al oeste de las Islas Azores y Cabo Verde.
Este acto papal, mediante bulas despachadas, declara el principio de la Concesión sobre las
Indias, en igual forma como se había procedido con los Reyes de Portugal en las tierras de
Guinea o India Oriental. Dada la falta de personalidad de los nuevos pueblos; la relación de los
Reyes Católicos con los mismos, conforme a los principios del Derecho Común, no se
estructuró con carácter político como se regulaban las relaciones de la república con el rey, sino
como un derecho de dominio y autoridad plena sobre los mismos. Autoridad que el Rey ejercía
allí, según la fórmula de la delegación, por medio de un virrey. Por lo demás, la organización de
los nuevos territorios debía ser en todo exactamente como la de Castilla. El paso siguiente, muy
conforme con el derecho común, fue la petición de los Reyes Católicos al Papa de la soberanía
de las tierras ya descubiertas por Colón y las por descubrirse en adelante.

EL DOMINIO UNIVERSAL DEL PAPA

En la Edad Media, se había abierto el camino a la doctrina que atribuía al Papa un dominio
temporal universal. Como consecuencia, el Pontífice podía transferir a un príncipe cristiano la
soberanía sobre territorios dominados por paganos. En 1344, Clemente VI concedió a Luis de la
Cerda, la soberanía de las Canarias; Martín V donó a los Reyes de Portugal, en 1420, los
territorios al sur del Cabo Bajador hasta la India, con cargo a propender a la conversión de sus

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habitantes y los Papas siguientes: Eugenio IV, Nicolás V y Calixto III confirmaron la donación a
los portugueses.
Esta doctrina del poder universal del Papa encontró su más importante elaborador en el
Cardenal Enrique de Sosa, obispo de Ostia en el siglo XIII, que refleja las ideas de su época en la
Teoría del Ostience que es la teoría de las Dos espadas: Poder Temporal y Poder Espiritual de
los Papas. (Chanduví; 2014, 136)
No fue entonces extraño que los Reyes Católicos, al informarse de los resultados del primer
viaje de Colón y deseosos de adelantarse a cualquier conspiración portuguesa en la zona oeste
del Atlántico, solicitaran al Papa Alejandro VI la donación de las nuevas tierras.

ALEJANDRO VI Y EL TRATADO DE TORDESILLAS.

La impresionante serie de documentos papales alusivos a América, varias bulas papales, “sólo
en el primer siglo transcurrido desde el descubrimiento, se abre con una llave de oro: es la
célebre bula Inter Caetera de Alejandro VI de 1493“ ( Ezcurra, 1993,37) en la cual el Pontífice,
haciendo uso de las atribuciones que le caben como guardián de la Cristiandad, lega a los Reyes
Católicos las tierras descubiertas y por descubrir en las Indias, donación condicionada a la
prioridad apostólica de la conquista. “Todas y cada una de las tierras e islas mencionadas aún
desconocidas, las descubiertas y las aún por descubrir en el futuro desde que por legados
vuestros, y que no hayan sido constituidas como dominio temporal y actual de otros señores
cristianos por la autoridad del Dios Omnipotente concedida a San Pedro y por la del vicario de
Jesuús Cristo que ejercemos en la tierra, como aún de ellas os investimos y a los vuestros
herederos y sucesores mencionados; y de ellas os hacemos, constituimos y reputamos señores
como pleno, libre y omnímodo poder, autoridad y jurisdicción “ (Metzler; 1991, 71

La referida bula Inter Caetera concede a los referidos monarcas Reyes de Portugal y Reyes
Católicos el dominio de las tierras descubiertas y por descubrir al occidente, que no se hallasen
sujetas al dominio actual de alguno de los señores cristianos. El 4 de mayo, Alejandro VI
extiende una segunda bula que más explícitamente otorga la perpetuidad a los Reyes Católicos
y a sus sucesores el dominio sobre las islas y tierras descubiertas y por descubrir que se
encontraran al occidente de una línea trazada a cien leguas de las Islas Azores y Cabo Verde. A
la vez, ordenaron a los mismos soberanos proveer a la cristianización de los mismos habitantes
de los territorios cedidos. Esta Inter Caetera segunda vino, en realidad, a dejar una penumbra a
la primera, que no fue citada nunca por los reyes y juristas. Alejandro añadió todavía dos bulas
más: La Examiae devotionis, el 4 de mayo de 1493, que da a los monarcas castellanos iguales
privilegios de los que gozaban los portugueses en Guinea e Indias Orientales, y la Dudum
siquidem del 26 de setiembre de 1493, con que se concede a los Reyes Católicos las tierras que

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sus capitanes descubran en el oriente y sobre las cuales no tengan dominio otros principios
cristianos.
Negociaciones directas entre Castilla y Portugal traerían como resultado una modificación de la
línea fijada por Alejandro VI y la firma del Tratado de Tordesillas, del 7 de Junio de 1494,
confirmado por el Papa, “que establece como límite de la jurisdicción de ambas coronas una
línea trazada de polo a polo que pasa a 370 leguas al oeste de las islas del Cabo Verde y deja el
hemisferio occidental para los castellanos y el oriental para los portugueses “. (Aranda;
1890,18)
Curiosamente, antes que el Perú sea descubierto por Pizarro, en el Tratado de Tordesillas, al
confirmarse la línea demarcatoria de la soberanía marítima de España y Portugal, se traza en
realidad nuestra primera frontera con el tampoco descubierto Brasil. ( Ugarte; Rev. N° 43). De
Las expediciones y viajes que siguieron al Tratado de Tordesillas, auspiciadas por los Reyes de
Portugal, Castilla y Aragón, junto con la adquisición de nuevas rutas marinas, hicieron posible la
mercantilización, evangelización e inculturación de las tierras allende el mar; quedando
incorporados a la civilización occidental.
Tratado de la Raya
Se conoce como Tratado de Tordesillas al compromiso suscrito en Tordesillas (actualmente en
la provincia de Valladolid) el 7 de junio de 1494 entre Isabel, Fernando, reyes de Castilla y
Aragón, y Juan II rey de Portugal en virtud del cual se establecía un reparto de las zonas de
conquista y anexión del Nuevo Mundo mediante una línea divisora del Océano Atlántico y de
los territorios adyacentes. El tratado se firmó para evitar conflictos entre las coronas de España
y Portugal interesadas en el control de los mares y tierras exploradas por sus marineros.

EL PRIMER VIAJE DE COLÓN

Finalizados todos los preparativos, la expedición zarpó de Palos de la Frontera (Huelva) el 3 de


agosto de 1492, con las carabelas La Pinta y La Niña, y Santa María.

Hasta el 6 de septiembre estuvo en las islas Canarias, concretamente en La Gomera (visitando a


Beatriz de Bobadilla, gobernadora de la isla) y en Gran Canaria, arreglando el timón de La Pinta.
El 12 de octubre de 1492 Colón llega a América, específicamente a una isla de las Bahamas
llamada Guanahani, cuya exacta localización aún se discute. El 25 de diciembre de 1492 las
embarcaciones llegan a la isla de Santo Domingo donde se hundió la nave capitana, la Santa
María. Sus restos fueron usados para construir el Fuerte de La Navidad, constituyendo así el
primer asentamiento español en América.

Las dos carabelas, al mando de Colón, regresaron al puerto de Palos el 15 de marzo de 1493. El
día 3 de abril de 1493, Colón fue recibido por el Rey Fernando el Católico en Barcelona para
recibir el informe de su llegada por el oeste a lo que él creía era la India. Varios años después,

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ya muerto Cristóbal Colón, los europeos descubrirían que las tierras a las que había llegado no
eran en realidad parte del Asia, sino de un continente cuya existencia desconocían.

Conclusiones

Por el tratado de Alcácobas-Toledo, Isabel I asume el trono de Castilla y en compensación


renuncia expresamente al comercio y la navegación al sur del cabo Bojador.

Castilla renunciaba expresamente SUCESIÓN


al comercio y la navegación al HIJO ENRIQUE IV DE CASTILLA
Sur del Cabo Bojador. MUERE 1474

INFANTA JUANA DE ISABEL


PORTUGAL

DISPUTA DE CORONA

Portugal asegura el Comercio Africano

Las Bulas Alejandrinas aparecen como una encomienda para cristianizar a los aborígenes, pues
dentro de la concepción política los príncipes eran Vicarios de Cristo, quienes debían conducir
los procesos de evangelización. En estos documentos se conceden un Título espiritual y otra
legal sobre el dominio de las tierras, pero, a la vez, imponen una obligación de carácter
imperativo a los Reyes de Castilla y Portugal, que es la de proteger y evangelizar a los Indios

Por el Tratado de Tordesillas deciden el futuro del Nuevo Continente americano, habiendo
estos acontecimientos y el apoyo de Alejandro VI a favor de los Reyes Católicos, decidido la
suerte de nuestros País, que pudo ser conquistado por los Lusitanos.
Los acontecimientos históricos revelan cómo España y Portugal fueron instrumentos de la
época para llevar a cabo la mayor epopeya de conquista y de cristianización en américa.

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Referencias Bibliográficas

Historia Universal (2005) Salvat Editores, Perú, 1ra Edición

 Sánchez-Arcilla Bernal, José, Juan Manzano y Manzano (1911-2004), revista Cuadernos de


historia del derecho, nº 11, 2004, págs. 377-379 (ISSN 1133-7613)[1].

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