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El Spa de América Latina

A seis kilómetros al este de la ciudad de Cajamarca se encuentra Baños del Inca, uno de los
destinos turísticos más populares de la ciudad, con aguas termales que superan los 70°C (158°F).
La existencia natural de los baños se debe al agua que se escapa de la roca volcánica subterránea
ya los manantiales subterráneos conocidos como Tragadero y Los Perolitos. Cuentan los
historiadores que sus aguas termales fueron el lugar de descanso preferido de los incas en 1462.
Los caciques más importantes de la época establecieron sus tribus en torno al Inca Baños, donde
utilizaban el agua como lugar de curación.

Sus aguas, ricas en sodio, potasio, litio, calcio, estroncio, magnesio y sílice, tienen propiedades
terapéuticas y son de ayuda en el tratamiento de enfermedades de la piel, reumáticas, bronquiales
y nerviosas; también se dice que es útil para los huesos, el sistema nervioso sistema, condiciones
de la piel, e incluso se puede utilizar para tratar la gastritis. Esto se sabe por muchos testimonios
que afirman haber curado el reumatismo, la bronquitis, la ansiedad, estas aguas se conocen
científicamente como termominerales o termoiónicos. En Perú, sus aguas termales son lo mejor
de todo lo conocido y entendido del complejo.

Actualmente se divide en cuatro secciones: 58 piscinas individuales para visitantes, 35 salas de


piscinas colectivas, una sección real con 19 piscinas y 19 salas privadas con servicios de ducha. Uno
de sus principales atractivos es el Pozo del Inca (remodelado en 1947), de 4 metros de largo, 4
metros de ancho y 1,70 metros de profundidad, una de las zonas de mayor afluencia del lugar.
Aquí, dicen los historiadores, el Inca Atahualpa cumplió el ritual de reponer fuerzas a través de
aguas termales, por lo que posteriormente realizó su habitual viaje de conquista. Por otro lado,
tenemos la fuente del Inca, actualmente hay muy poca agua, pero se mantiene porque dicen que
es una poza histórica y los lugareños aseguran que es el mismo lugar donde se bañaba el Inca
Atahualpa. En 1532, cuando llegó Pizarro y conquistó al último de los Incas, estaba con su séquito
y élite.

En conclusión, hasta el momento el complejo turístico Baños del Inca se mantiene firme y es uno
de los más visitados de la ciudad de Cajamarca, pero también se necesita expandir más el turismo
para promover la popularidad del Inca en el distrito de Baños del Inca. En Cajamarca es necesario
contar con un itinerario turístico sustentable bien manejado y altamente competitivo, lo que
requiere un gran esfuerzo en el manejo y captación de recursos. Es por ello que con el paso de los
años se espera que “El Spa de América Latina” no quede en el olvido y siempre sea considerado un
lugar importante del Perú.

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