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VIDEO Mentira La Verdad - 05 - La Modernidad [Sicario Infernal]

https://www.youtube.com/watch?v=d626y4xlCRw
Televisión de fondo: A continuación ¡la hora de la verdad! Marchas y caos, en las protestas de
estudiantes universitarios. Una nueva jornada de movilización ocasionó grandes demoras en las
principales avenidas que transformó la ciudad en un verdadero calvario.

Narrador: Vivimos tiempos modernos, pero ¿qué es lo moderno? ¿Qué es? En primer lugar, la
modernidad es una actitud frente a las cosas.

Televisión de fondo: ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad! ¡Libertad!

Narrador: El hombre se hace cargo de la construcción del sentido de la realidad y por eso es una
actitud de ruptura frente a cualquier tipo de imposición externa, una actitud de estar siempre
mirando para adelante enterrando un pasado que tira para atrás y apostando a un mundo nuevo.

¿Qué es lo moderno? Modernidad es el impulso de querer ser original, de creación de lo nuevo.

Durante mucho tiempo el hombre fue un mero espectador del destino del mundo, con la
modernidad el hombre cree que puede transformar la realidad ¿pero puede?

Conductor programa TV: Los sucesos de esta semana nos han tomado por sorpresa a todos.
Por eso queremos escuchar las opiniones de los protagonistas. Queremos fomentar el espíritu
crítico. Queremos mostrar la trama de voces que configuran y dan vida a eso que los medios
masivos de comunicación denominamos realidad. Por eso vamos a pedirles a los chicos aquí
invitados que nos cuenten cuáles son los principales reclamos que han venido persiguiendo con
las manifestaciones de los últimos días, chicos.

Natalia Peñaloza (UNRSA): - Esta mañana la Junta Nacional de Estudiantes marchó a Plaza de
Mayo, porque nosotros perseguimos los mismos objetivos que nuestros compañeros estudiantes
vienen reclamando desde hace décadas y que tienen, tienen el surgimiento en los años 70,
porque nosotros peleamos por una educación popular, peleamos por una educación para el
pueblo, una educación para todos. Eso es lo que queremos.

Voz de fondo: Los grandes argumentos nunca solucionaron nada. Estamos despertando.

Narrador: Cambiar al mundo. La modernidad comienza a partir del siglo 15 con esta confianza
transformadora.

Alejandro Jeanneret (UFA): Se trata de una lista de peticiones que consideramos mínimas e
indispensables para continuar con el desarrollo normal del ciclo lectivo.

Narrador: Pero ha tenido voces disonantes.

Juan Cruz Moreno (URBES): ¿Se puede hacer de otra manera?

Natalia Peñaloza (UNRSA): : Por favor, te pido. Por favor, te pido.

Juan Cruz Moreno (URBES): En un marco legal.


Narrador: Por un lado, los anti modernos que creen que el hombre se hizo cargo de una tarea
que no le corresponde.

Juan Cruz Moreno (URBES): Yo creo que las facultades, cuando no se estudia…

Narrador: Y reivindican sociedades autoritarias, tradicionales y jerárquicas.

Juan Cruz Moreno (URBES): ¿Por qué no miramos, por favor, sociedades más evolucionadas
que nosotros? Eso es lo que sugiero.

Narrador: Y por otro lado, los postmodernos.

Laura González Acuña (UPH): Considero que esta discusión, este debate, no nos lleva a ningún
lado.

Narrador: Que entienden que el proyecto moderno está agotado.

Romina Batemán (UPA): La verdad es que a mí la política mucho no me interesa.

Narrador: Y apuestan a profundizarlo más allá de sus propias limitaciones.

Laura González Acuña (UPH): Los grandes argumentos nunca solucionaron nada.

Romina Batemán (UPA): La política es como una gran pérdida de tiempo.

Narrador: Pero vayamos por parte.

Conductor: ¿Vos qué pensás?

Alejandro Jeanneret (UFA): Yo sí creo en el compromiso político. Pero evidentemente la política


no se trata de grandes causas, sino más bien de cosas pequeñas. Se trata de que no se nos
caiga el techo de las universidades. Se trata de que no nos llueva, de que tengamos calefacción
de cosas realmente pequeñas, de que haya viandas y becas para los chicos que realmente lo
necesitan.

Conductor: Sí, pero esto no justifica la incineración de los edificios ni el secuestro extorsivo del
secretario de Educación.

Natalia Peñaloza (UNRSA): Pero eso no es política, eso no es política si no es transar con el
sistema. Por favor, compañeros. Por suerte, compañeros, los estudiantes estamos tomando cada
vez más conciencia, estamos despertando. ¿Y saben qué? En este país con la educación no se
jode, no se jode más.

Voces de fondo: - Eso es lo que vamos a hacer


- No hay otra manera de concebirlo, es así.
- Se puede hacer de otra manera.
- un marco legal
- se trata de que no nos llueva, de que tengamos calefacción.
Narrador: Natalia y Alejandro, representarían en esta mesa la sensibilidad moderna. Apuestan
cada uno a su manera, a transformar la realidad y confían que es una tarea realizable por el
hombre.

-Vanguardia-

Narrador: Si lo moderno se juega en el terreno de la construcción de lo nuevo, la vanguardia se


constituye en su emblema.
¿Qué es la vanguardia? Es ir siempre para adelante. Es la avanzada de la época, la que visualiza
hacia dónde se producirá el cambio. Por eso la vanguardia es incomprendida en su tiempo,
porque está viviendo ya en el futuro porvenir. Con su trabajo por un hombre nuevo, la vanguardia
se convierte en una gran crítica del presente.
Hay vanguardias políticas y vanguardias en el arte. Son fuertes críticas de los valores e
instituciones establecidas. Son profundamente modernas, tanto por su apuesta a lo nuevo como
por su confianza en el poder del hombre para cambiar el mundo.

Conductor: Ahora esta decisión de la toma y destrucción de las universidades, de los azotes
públicos a los funcionarios educativos y toda esta serie de actos vandálicos que se han venido
produciendo estos últimos días, evidentemente genera una cierta polémica, digamos, en la
sociedad. ¿Habrá voces disidentes dentro de los estudiantes? ¿O se trata de un bloqueo?

Narrador: Por sobre todas las cosas, la modernidad es la racionalización del mundo. Nuestra
razón se convierte en el fundamento último de todas las cosas, desplazando así a Dios o a
cualquier fundamento que exceda lo humano.

Alejandro Jeanneret (UFA): Por favor, chicos, seamos razonables. Ni manía persecutoria ni
tampoco negación de la realidad. Creo que tenemos que buscar un equilibrio, un término medio y
antes que nada, buscar una solución. Es evidente que eso es lo que nos hace falta.

Narrador: Es una tarea difícil. ¿No? Cuando todo dependía de Dios, la cosa parecía más fácil.
Pero sí ahora no dependemos de nadie, el hombre se vuelve autónomo, libre y es responsable de
sus actos.
Sin embargo, en los últimos años posturas como las de Natalia o Alejandro vienen siendo
cuestionadas, marcando el carácter de utopía irrealizable de la modernidad. Es como si
pensásemos que al hombre le quedó demasiado grande la tarea de hacerse cargo del mundo. Se
conoce a este estado de ánimo con el nombre de posmodernidad.

¿Qué término raro, no? Lo posterior a lo moderno, lo posterior a lo actual. Pero por qué seguir
tomando a la modernidad como centro.
Hay, por un lado, una sensación de agotamiento de las energías utópicas, una resignación
colectiva, una crisis de la utopía debido a sus constantes frustraciones. Lo que Lyotard llama la
crisis de los grandes relatos, esto es, la crisis de la idea de que el mundo puede avanzar hacia un
lugar mejor.
Como si pensáramos que si después de tantos intentos la modernidad no cambió al mundo,
entonces nada me importa. Y como sentenció el Punk de los Sex Pistols: “no hay futuro para ti”.
Pero sin llegar al extremo. Se puede pensar que de lo que se trata es de una transformación más
localizada que pueda dar respuestas a problemas concretos como la lucha de las minorías, el
respeto por la diversidad o la ausencia de dogmas.

El postmodernismo vendría a darle un cauce posible a las grandes luchas por lo imposible. En
especial porque entiende que detrás de las grandes causas se esconden siempre intereses o
dogmas que traicionan el espíritu mismo de la utopía.
Pero otra vez ¿Por qué Posmodernismo y no una condición nueva de la existencia? Si la
modernidad es la búsqueda de novedad y la postmodernidad su agotamiento, entonces la
posmodernidad no puede proponer sentidos nuevos, ya que si no quedaría atrapada en la lógica
de lo moderno. Por eso Habermas sostiene que la modernidad es un proyecto inagotable, ya que
cualquier propuesta nueva por ser nueva, ya es moderna. Postular el fin de la novedad también
es una novedad. La clave de todo esto es repensar el post.
¿O tal vez se trate de volver para atrás?

Personas manifestándose: ¡Igualdad! ¡Igualdad!


Persona en un auto (es Juan Cruz): Córrete flaco ¿Me dejas pasar, por favor? Córrete. Tengo
que estudiar, hermano, yo me tengo que recibir, córrete ¿No tenes nada que hacer? Decile a tus
amigos que me dejen pasar.

Narrador: El conservadorismo todavía lamenta el fin de un orden donde todo funcionaba


armónicamente, armónicamente para pocos, es verdad. Pero de cualquier manera, el mundo
estaba bastante más ordenado y previsible.
Modernidad y postmodernidad, para un conservador son la misma cosa. De lo que se trata es que
el hombre dejó de vivir en un mundo ordenado y creyó que podía construir el orden por sí mismo.
Por eso, para un conservador la solución es más que clara, hay que restaurar los viejos valores.

Persona en un auto (Juan Cruz): ¿No entendes? ¿No escuchas? Córrete, por favor, ¡¡¡córrete!!!
Personas manifestándose: ¡Igualdad! ¡Igualdad!

Juan Cruz Moreno (URBES): Yo creo que en las facultades, cuando no se estudia y se hace
política, siempre se toman decisiones disparatadas.

Voces de fondo: - La verdad que a mí la política mucho no me interesa.


- Curiosa suposición, teniendo en cuenta que es un tema que …
Narrador: No hay que confundir posmodernidad con anti modernidad. No se trata de volver a un
mundo donde el hombre no era libre, sino que se trata de poder profundizar esa libertad.

Juan Cruz: Es más, me parece un hecho aberrante.

Narrador: Por eso, el problema no está en que el hombre se haya hecho cargo de darle sentido a
las cosas, sino en querer imponer su sentido único, que sólo responde al interés de algunos.

Juan Cruz: Y que nos perjudica directamente a todos aquellos que queremos terminar el año a
tiempo.

Narrador: Si lo moderno se equipara con el progreso, sería interesante vislumbrar que así como
la ciencia y la tecnología avanzan hacia una mejora en la calidad de vida, hace rato que no se
discute a qué llamamos calidad de vida, a cuántos incluye y cuáles son sus efectos colaterales.
Pero a partir del siglo 20, con la irrupción de las industrias culturales y la mercantilización de la
sociedad de consumo, se vuelve cada vez más difícil encontrar un afuera del sistema.

Natalia: No van a lograr amedrentarnos ni con las listas negras ni con la persecución organizada.

Conductor: Natalia, por favor.

Narrador: Si lo moderno está asociado al roturismo con lo establecido, hay que tener en cuenta
que hay ruptura tanto en el progreso tecno económico como en la transgresión cultural. La
modernización capitalista arrasa con todo.

Juan Cruz: Por favor, con lo de las listas negras, ya nos tienen podridos con ese discursito
paranoico setentista.

Narrador: Postmodernidad podría querer significar que hubo una manera de darse la modernidad
que no fue por buen camino. ¿Y entonces, por dónde ir?

Alejandro: Creo que tenemos que buscar un equilibrio, un término medio y antes que nada,
buscar una solución. Es evidente que eso es lo que nos hace falta.

Laura: ¿Un término medio, un acuerdo? Todos sabemos que en un acuerdo siempre hay uno que
se lleva la mejor parte.

Conductor: Bueno, perdonen, chicos. Tenemos que hacer una brevísima pausa. Los tiempos de
la tele son así, pero antes…
Reclame: Life Master es la solución que usted estaba buscando. Sí, un nuevo ultramoderno y
revolucionario sistema que hará que su vida sea más fácil, práctica y divertida, porque Life Master
te ayudará a facilitar la vida cotidiana en solo segundos.

Narrador: Vivimos tiempos modernos o postmodernos, da igual. Lo importante es que el hombre


pueda seguir profundizando su proyecto de emancipación, de toda atadura, de todo dogma, de
toda imposición.
¿Qué es lo moderno? Darnos cuenta que no hay nada más preciado que el convivir con nuestras
diferencias y que nada vale si el resultado es la negación del otro.
La modernidad inauguró tiempos de libertad y de construcción de un mundo mejor. Tal vez pecó
por haber subestimado su más grande valor, el cambio, y pretendió institucionalizarse a sí misma.
Hacer del cambio un valor que no cambia.
Marx la definió como la época en la que todo lo sólido se desvanece en el aire.
Nos da vértigo o nos obliga a seguir probando.

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