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ESTUDIO DE CASO: “El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, implicancias geopolíticas y una mirada desde

la perspectiva de género con la trata de mujeres.”

Ucrania: mujeres como botín de guerra Por ANA DE BLAS

Las mujeres y los niños que huyen de la invasión rusa en Ucrania enfrentan riesgos de trata de personas. Los traficantes están listos
para explotar su vulnerabilidad: mujeres en Polonia, Alemania y organizaciones humanitarias en España explican el lado oscuro de la
ayuda. Son los “empresarios” de la industria de la explotación sexual quienes más pueden beneficiarse del éxodo masivo de las mujeres
del Este de Europa.

“Escuché acerca de los tratantes de personas en las noticias, por eso le dije a mi amiga, que escapó de Járkov, que solo viajara en trenes”. La
que habla es Anastasia, una joven ucraniana de 27 años, nacida en Poltava, al Este del país. Anastasia vive en Lodz, Polonia, desde hace cinco
años y sus padres siguen en Ucrania. La amiga de Anastasia es una de los 3,2 millones de personas que han huido de Ucrania desde que
comenzara la invasión rusa, el pasado 24 de febrero, en una crisis humanitaria gigantesca. A esta cifra se suma la situación de los dos millones
de personas desplazadas internas ahora mismo en el país. Acnur (ALTO COMISIONADO DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LOS
REFUGIADOS) cifra en torno a los doce millones las personas afectadas –con dificultades o sin acceso a necesidades básicas como agua,
alimentos o electricidad– por la guerra en Ucrania. (…)

“La guerra tiene rostro de mujer”


“La información es real, conozco de primera mano casos”, responde Lara Salvatierra acerca de la presencia de quienes aprovechan la situación
de estas mujeres. Ella es representante de Perú para la Women’s Declaration International y reside en Polonia, a donde han llegado la mayor
parte de las personas desplazadas tras la invasión: cerca de dos millones. Junto a su hermana, Lara ha participado en los grupos de mujeres que
se han organizado y han hecho colectas para dar ayuda a las desplazadas. La representante feminista nos envía información e imágenes
del punto de encuentro para refugiados en Lodz, la tercera ciudad más poblada de Polonia, en el centro del país y 120 kilómetros al suroeste
de Varsovia.

“Chicas que llegaron a la estación de Cracovia para registrarse y seguir camino a Berlín lo dijeron cuando estaban en la fila: que había hombres
polacos que ofrecían rides –viajes– en la frontera, y que una vez dentro del auto les pedían que mostrasen partes de su cuerpo para
ayudarlas más”. “Algunos grupos de mujeres están regresando a Ucrania cuando se encuentran con todo eso en la frontera. Prefieren quedarse
en los refugios que cruzar con hombres desconocidos”, continúa Lara, quien añade que hay campañas en redes avisando a las mujeres de que
los voluntarios tienen que estar identificados. También en las redes sociales hay mensajes sobre mafias proxenetas alemanas en la frontera
polaca. “Carteristas, estafadores y proxenetas intentan aprovecharse de la situación en la Estación Central”, titula RKNews, un periódico de
Cracovia, que describe cómo los agentes de policía patrullan 24 horas estaciones de trenes y autobuses.

“Solo las feministas estamos diciendo que la guerra tiene rostro de mujer, las consecuencias económicas las pagaremos todo el mundo, pero
son las mujeres quienes salen peor paradas en todo esto”, reflexiona Lara Salvatierra. La obligación dictada a la población masculina de
quedarse a defender el país ha dado como resultado que sean en un 90% mujeres con niños quienes salen de Ucrania: Unicef calcula que son
1,5 millones de niños los que han cruzado las fronteras. Eso supone 55 niños por minuto, como ha escrito en sus redes sociales el portavoz de la
agencia, James Elder. (…)
La trata es creciente en Ucrania
Las crisis y los desplazamientos ponen en mayor riesgo de violencia y de abuso sexual y físico a las mujeres y las niñas a medida que aumentan
las necesidades humanitarias, como explica el Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA), si bien la exposición a altas tasas de
violencia no es nueva para las ucranianas. Según un estudio del UNFPA de 2019, alrededor del 75% de las mujeres del país manifestaron
haber sufrido alguna forma de violencia desde los 15 años de edad. Una de cada tres informó haber sufrido violencia física o sexual.

Según alertaba Naciones Unidas en 2017, la lucha contra la trata de personas, incluida la trata sexual, es “de una eficacia limitada” en
Ucrania e instaba a dar respuesta al número de casos creciente desde el inicio del conflicto en 2014. Desde organizaciones no gubernamentales
indican que el 80 por ciento de las víctimas de la trata con fines de explotación sexual son mujeres jóvenes, el 10 por ciento son niñas y el 10 por
ciento son niños. Además, el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer advertía de la alta prevalencia en Ucrania de la
violencia contra la mujer y de la ausencia de una definición específica de la violencia de género en la legislación del país.

A esta situación se une el hundimiento económico para una población que ya sufría altas tasas de pobreza y corrupción, con uno de los índices
de desarrollo humano más bajos del Continente. El 90% de la población ucraniana podría enfrentarse a la pobreza si la guerra continúa,
según la primera estimación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP). La trata de personas es un gran negocio impulsado
por las guerras, al que se une otra forma de extractivismo sobre las mujeres del que Ucrania se ha convertido en un foco principal: la
explotación reproductiva. Para tranquilizar a sus “clientes” de Alemania o de España, las propias clínicas reproductivas han difundido
imágenes de los búnkeres en la capital del país, Kiev. Allí, las mujeres ucranianas ligadas por estos contratos de explotación deben dar a luz en
las condiciones más adversas, separadas de sus familias en medio de una guerra.

Alemania: “un juego muy fácil para los traficantes”


Desde Alemania, la doctora en psicología Ingeborg Kraus, una de las mayores expertas globales en la violencia sexual contra las mujeres,
afirma que “existe un gran peligro de que las mujeres ucranianas caigan en manos de los tratantes”. En Alemania la prostitución está
legalizada, lo que ha permitido el desarrollo de una gran industria de la explotación sexual de mujeres. Ingeborg Kraus es una activa militante
abolicionista desde su conocimiento de la gravedad del trauma psíquico al que conduce la prostitución y desde la observación de las
consecuencias del modelo reglamentarista alemán, que ha creado “un infierno en la Tierra”, en sus propias palabras. (…)

Son los “empresarios” de la industria de la explotación sexual quienes más pueden beneficiarse del éxodo masivo de las mujeres del Este
de Europa, aún mucho más de lo que venían haciendo. La crudeza de la guerra viene a agravar la situación para una población femenina
empobrecida y desplazada, alimentando zonas de impunidad de la violencia sexual, como es la prostitución, que ya estaban ahí. Según la prensa
alemana, la policía advierte a mujeres y niñas de este “lado oscuro de la ayuda” con publicaciones en ucraniano y ruso para que no acepten
ofertas de alojamiento para pasar la noche. (…)

Tanto si regresan a Ucrania como si permanecen en la diáspora, cuando se acabe el dinero y se baje la guardia, la poderosa industria de la
explotación sexual seguirá ahí para recoger su botín de guerra. A no ser que la Europa bienintencionada del “no a la guerra” haga algo más que
repetir eslóganes y ponga los pilares de lo contrario de la barbarie: la abolición de la prostitución, de la explotación reproductiva y de todas
las formas de convertir a las mujeres en mercancías.

Fuente: https://geoviolenciasexual.com/ucrania-mujeres-como-botin-de-guerra/

* Relación entre Territorio y sujetos sociales.

*Transformaciones socio-territoriales a través del tiempo.

*Relaciones de poder y vínculos con el territorio. Desigualdades de género.

 Pensar rol de los Estados en el conflicto e intervención de organismos en distintas escalas de análisis.
 ¿Por qué este caso requiere un estudio desde la geopolítica? ¿Qué otras dimensiones explican el problema?

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