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Mujer y violencia en las narrativas culturales

René Chargoy Guajardo

El 29 de noviembre vía zoom se continuó con el programa de conferencias en


torno a las mujeres y las niñas en Asia y África, quienes han tomado un papel
enérgico y vivaz en el activismo por sus derechos. En el marco del #25N, el Día
Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, se reunieron de
manera virtual a través del Facebook de Literatura y Fomento a la Lectura de la
UNAM, cuatro ponentes y la moderadora Gladys Lechini, doctora en sociología por
la Universidad de São Paulo, Brasil.

El panel versó sobre mujer y violencia en las narrativas culturales en estos dos
continentes. La sinóloga, traductora literaria y especialista en literatura china,
Radina Dimitrova, participó con la ponencia Retratos lacerantes: mujeres y
violencia en la literatura y el cine de China. En ésta habló de la política del hijo
único en dicho país, la cual se implementó desde 1979 y hasta 2015, lo que trajo
consigo un enorme desequilibrio demográfico, suscitándose fenómenos a gran
escala como el infanticidio, el feticidio femenino y un marcado desequilibrio de
género.

Dimitrova dijo que tendrán que pasar varias décadas para que el gigante rojo
pueda recuperarse de la enorme brecha que actualmente se expresa en una
población de 35 millones más de hombres que mujeres, sustancial diferencia que
se origina por darle preferencia durante décadas a los nacimientos de varones e
impulsar los abortos forzados cuando se sabía que el producto era una niña o ya
se había tenido un descendiente, y resultaba prácticamente imposible transgredir
la norma. Un dato curioso es que esa política restrictiva fomentó la conformación
de pueblos de solteros, conocidos como guanggun o ramas vacías/muertas, anotó
Radina Dimitrova
La especialista ofreció tres ejemplos de productos culturales en los que se tocó
este asunto tan delicado y otros igualmente relacionados con las violencias contra
las mujeres. De inicio, se refirió a la telenovela Hombres sobrantes, mujeres
sobrantes, melodrama que abrió la discusión entre su amplia audiencia sobre la
discriminación hacia el género femenino. Otro caso que mencionó fue el de la
película Colinas ciegas, dirigida por Li Yang, en donde se expone la
problemática de que a la mujer se le vea como objeto de compra-venta y medio
de reproducción.

Un tercer ejemplo fue el de la novela La flor suprema, de Jia Pingwa, en la que el


autor muestra la extrema pobreza y la violencia contra la mujer, pero que de
acuerdo a algunos críticos le da voz a una masculinidad tóxica y deja entrever de
parte del escritor “una nostalgia mórbida por el campo”.

La segunda intervención correspondió a la editora Martha Santos, quien en su


ponencia Belleza y bondad. Cuerpo y cirugía estética en Pechos y huevos, de la
joven escritora japonesa Mieko Kawakami, autora a la que Murakami ve como una
narradora sumamente sensible y comprometida.

La novela tiene como eje temático la cirugía de senos que pretende hacerse la
hermana de la protagonista. “Su tono es confesional y su estilo es reflexivo y
urgente. Se muestra la obsesión de una chica por ser más hermosa. Para
Kawakami pensar el cuerpo es pensar el tiempo, la vida y la muerte. En Pechos y
huevos se habla de los usos y abusos del cuerpo femenino y su espacio en la
sociedad. Problematiza la mercantilización del cuerpo. Esta obra es leída como un
relato feminista entre los lectores occidentales”, indicó la ponente.

“Kawakami ofrece un retrato altamente político de los usos y abusos que se hace
del cuerpo en la actual sociedad. Da cuenta de ciertas prácticas de belleza que
constriñen y esclavizan a la mujer”.

El siguiente turno fue para Adriana Franco, maestra en estudios de Asia y África,
quien en su participación: Frente al hartazgo por la violencia, el arte como
resistencia, afirmó que bajo la modernidad capitalista, colonial y patriarcal se va
fortaleciendo la violencia contra las mujeres. Presentó algunos productos
culturales de artistas nigerianas a partir de tres categorías. En la primera de ellas,
a la que llamó Contra las violencias directas, habló de la obra de la pintora y
escultora Peju Alatise. Describió una en particular en donde la artista expone
varias figuras de mujeres rodeadas de pájaros, y otra llamada Missing en la que
denuncia el caso, muy difundido a nivel internacional, de las niñas secuestradas
en 2014 en Chibok por el grupo terrorista Boko Haram. Su trabajo consiste en
paneles en los que marca siluetas de mujeres desaparecidas, y que están hechas
con telas nigerianas.

Franco se refirió también a Statues also breath (Las estatuas también respiran).
Son 108 cabezas inspiradas en las antiguas cabezas de terracota. Representan a
las niñas Chibok que no han regresado a sus hogares. Luego comentó acerca de
la película Dry, cuya trama es la historia de una niña de 13 años que es obligada a
casarse con un hombre de 60, y quien después de haberla violado
sistemáticamente la abandona al percatarse de que sufre de una fístula vaginal. El
sujeto la expulsa de la casa y la comunidad la discrimina. El giro de la historia
ocurre cuando la chica se encuentra con una médica que la ayuda a sanar sus
heridas físicas y emocionales.

A la segunda categoría, Franco la llamó Contra las violencias en los cuerpos-


territorios. Aquí expuso el trabajo escultórico Accessories worn in the Niger Delta,
idea y realización de Sokari Douglas Camp, quien utiliza accesorios para
representar a mujeres dispuestas a defender sus territorios violentados por las
corporaciones extractivistas, violencias que atraviesan sus corporalidades y las de
sus comunidades.

También comentó las aportaciones de Nnedi Okarafor, una de las escritoras más
prolíficas del continente africano, entregada a los géneros de fantasía y ciencia
ficción. En Lagoon, una de sus novelas más conocidas, refleja la lucha de las
mujeres en contra del despojo. “En esta obra se ven los deseos queer y feministas
que rompen y transforman las violencias heteronormativas, patriarcales,
capitalistas y coloniales”, aseveró.

En su tercera categoría, Contra la imposibilidad de crear imaginarios, la ponente


dijo que una de las violencias más fuertes en contra de las mujeres africanas es el
hecho de negar su historia, su capacidad de diseño y creación de futuros. “Una
alternativa es la corriente denominada futurismo africano”. Adriana Franco resaltó
el caso de un comic Shuri, escrito por Okorafor, cuya narrativa está basada en la
historia y las tradiciones del continente africano.

La última ponencia de esta actividad del Programa Universitario de Estudios de


Asia y África de la UNAM, en coordinación con la dirección de Literatura y
Fomento a la Lectura, fue la de Frida Lima, egresada de Lengua y Literatura
Hispana de la FES Acatlán. Ella disertó sobre uno de los anime manga más
populares. En su ponencia Nana desde el plano afectivo: Nana y Hachi, se remitió
a la violencia que sufren los personajes adolescentes, a las violaciones y abusos
sexuales de los que son víctimas, así como al abandono y a la maternidad
forzada que llegan a experimentar las mujeres. “Manipulación y abuso siempre
están presentes en los relatos. Es común que la carencia de afectos provoque la
caída de los personajes femeninos”, valoró.

Frida reparó en algunas de las tramas que se cuentan en este anime manga, y
enlistó los planos afectivos que Luz Aurora Pimentel analiza de esta historieta
japonesa, “tan cargada de recuerdos y sumamente nostálgica”.

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