medicina naturista trabaja con elementos de la naturaleza en diversas formas. Como
quiera que sea, el remedio o terapia proviene —por lo menos originalmente— de la naturaleza. La naturopatía moderna tiene un interés distinto del que tenían los representantes de la medicina práctica porque les interesa hacer que las medidas naturistas aplicadas sean comprensibles y demostrables: “Si bien la validez de ésta o aquella medida se ha comprobado desde hace siglos, ¡nosotros queremos saber exactamente por qué funciona!”, parecen querer decir estos investigadores. A partir de la medicina naturista tradicional, como fue presentada, por ejemplo, por Kneipp, Künzle y Prießnitz durante el transcurso del siglo pasado, se desarrolló un amplio espectro de métodos diferentes que se reúnen bajo el término genérico de “métodos de curación naturista”.1 A ellos pertenecen métodos curativos de eliminación y de secreción, así como los métodos de curación naturista clásicos: la terapia respiratoria, la balneoterapia, la cinesiterapia, la cronobiología (la organización temporal del cuerpo), la terapia de relajación, la terapia nutricional, la hidroterapia (aplicaciones de agua), la climatoterapia, la medicina manual (quiroterapia, osteopatía), el masaje o masoterapia, la terapia neurálgica según Huneke, la terapia de orden, la fitoterapia, el sauna, la terapia de segmentos y de zonas reflejas y el control de simbiosis. El control y la evaluación científicos de las medidas terapéuticas es el rasgo característico de la medicina naturista moderna y científica. Con respecto a lo que esto significa, aquí veremos los ejemplos de tres plantas medicinales de uso común —la ortiga, la menta y la equinácea— para mostrar cómo procede la fitoterapia moderna, denominada “fitoterapia racional”, la cual se separa de manera consciente de la fitoterapia tradicional. Mientras que a los curanderos les daba relativamente lo mismo por qué exactamente la ortiga tenía efectos “depurativos” (tal como lo propagó el padre Kneipp), la fitoterapia racional empezó a cuestionarse: “¿Depurativo? ¿Qué quiere decir eso en sí?” De ese modo, la atención se concentró en los elementos que conformaban la planta, se trató de identificarlos y, en este caso, se encontró en las hojas de la ortiga ácidos grasos no saturados, ácido cafeicomálico, sales minerales, tales como las sales de calcio y potasio y ácido silícico, además de aminas biogénicas, como la histamina o la serotonina, en sus pelos urticantes.2 Por otro lado, los científicos investigaron el efecto que las sustancias tenían sobre los tejidos, averiguaron que el potasio estimula, por medio de una reacción osmótica, la purga/ limpieza de los riñones; que el ácido cafeoil y los ácidos grasos no saturados producen un efecto antiflogístico, lo cual quiere decir antiinflamatorio. La literatura especializada respectiva dice, por ejemplo