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• ! 3 3 3 B « B G 3 7 J B B B f e Í Í Q B B a L J ^ « B M 3 3 a B I I •• • B a B - O : , • • • t a g " « B C Í M B B B t * E B B ¿ 3 3 ? B B B E F ^ ^
•ClaBBaBC'aBaaBpBnCIBOBaBOaOBBBC'BOBDaCB'^'BBBOaáBaBOBlDBBaCyaOBBBC'aCiaBBOBOBBliaa
5iií5«o«iiSes;i5¿r.wSS;.í¿SSi«^S^
j(_o 2_—DUti-jo DE T.\!'irF,íUA.— "iNc^rü. !^'l,ilii. '^Vei-de o.seur.j. '-^Vei'de mas cl;iro. N." J.—iJiiíiJo UK TAPicenrA.—"Lniía negra. '^Seda encarnada."^Seda
%ris oscuro. ''Ois ma.s cl;iro. 'SediL Ijlanca 6 seda niaiz. aniai-illa mate.
los de la tira. Esta vuelta Forma la orla dentada, La vuelta que signe (de derecha á izquierda) se se orla todo el chai cin una vuelta gris, compues-
qne en nuestro dibujo rodea cada (ira. hace sobre el revés de la labor, con la Iiebra negra, ta allernalivamcntc de un punto seneillo y de uno
Se borda en cruz sobre las rayas encarnad;is una la rual no se ha cortado; se pica el crochet en el en el aire, bajo el cual se pasa .siempre un punto de
especie de flor claramente iniüeada en el dibujo: lado perpendicular de los puntos, de modo que la la vuelta anteiior; sobre la vuella gris se haoe una
los puntos mas oscuros se hacen con lana negra, cadeneta blanca aparezca por el revés, ^ forme por negra, compuesta aiiernatívanicntü de 3 puntos en
ios mas claros con lana blanca,—se emplea la lana el derecho nn punto que parezca lonnido al revés | el aire y de uno sencillo, siempre colocado sobre
verde para los puntos colocados á uno y otro lado (véase el dibujito que representa la orla del chai). ; el punto en el aire negro; se orla esta última vuelta
de los ouairo y de los dos punios blancos que se La vuelta de izquierda á derecha se hace con la lana eou una de lana blanca: se toman sobre el crochet
hallan en el medio de la flor,—se empica la mis- blanca. Se labran en seguida l(j vueltas, como de cierto número de aquellos bucles negros formados
ma lana para la hoja puesta debajo del tallo, y que eostubre, con la lana negra, por el dn-cf/éo de la ; por punios en el aire; se trabaja de izquierda íi de-
comienza por cinco puntos blancos. Los oíros pun- labor. Las cuatro vueltas siguientes se hacen como recha; entre laíbi bucle se hacen dos puntos en el
tos se hacen con lana a/.ul : éntrelos punios hechos las cuatro primeras que preceden ú estas 1U. aire,—con uu tercer punto en el aire se deja caer
en cruz hay algunos que se hacen con seda arnari- Se ala lana gris, y se hacen 6'i vueltas: la 63 de- el bucle fuera del crochet,— cuando todos estos
lia y que son simplcmeule puntos airas, que tie- be tener Í85 puntos; en la G4 (de izquierda á dere- bucles se han desmontado, se toman otros sobre el
nen el largo déla cruz junto á la que '. ^_^____ ---. croehet, y se continúa del mismo mo-
eslán colocados. Se repite esta llor en . , . . . r i do.—En
.i. i:--. estas tres ..i.
.-.-. ._... úlümas vneilas,
i.-. se
todo lo largo de h tira, dejando un in- crecen algunos punios en cada una de
lervalo de tres filas de crochel tuneci- las punías del chai por delante.
no, pero en disposición encontrada, es La gi'r.'ca que adorna la orla se hace
decir, que el tallo debe hallarse una vez como la orla ind cada para el corpino
á la derecha y otra á la izquierda y así de niña (véase el n." .'"ü). Se loma la
fjucesivamentc. lana gris y se .tribaja sobre las Í6 vuel-
' Se unen las tiras por el revés cosién- tas negras; se loman sobre el crochet *'
dolas con seda amarilla. Cuando la labor 7 puntos á \n. largo,—luego 5 á lo an-
se ha terminado se atan hebras de lana cho,—t) á lo largo,—y Ti á lo ancho por
negra á las tiras encarnadas, y encarna- detrás, de modo que se venga á caer
das á las tiras negra^s. sobre la misma linea que los primeros
7 puntos; se vuelve á comenzar desde *:
se desmontan todus los puntos, des-
pués se hacen con lana blanca junio á
Chai al crochet. estas vueltas otras dos semejantes.
i1A'l"Ei\lM.ES. — 10(1 Bnunns ilii b i i a ÍÍI is perl.i; 2^1 Bra-
mos ílc Lina nc'gry (loüiis luna c í f i n i ) ; mi ci-otMid (k' Por la abertura del cuello se pasa un
iiiiiilcra i n u y b r g o ílcl n . " S. cordón gris de 70 centimefros de largo,
Este cliui se hace al crochel'tunecino adornado en cada extremo eou una bor-
sencillo.—Se loma la lana negra y se hace N." (..—líiBUJo DK TAficEuiA.—"Lana negra. °I-una lila. ^Lauagris meJío colar, la gruesa, compuesla de 100 hebras qu^
una cadeneta de 33ri punios, sobre la -Seda blanca. ^Sedu amarilla. tengan 8 eentímclros de largo.
LA MODA ELEGANTE, FEUIOÜIGO DE LAS FAMILIAS. 27
Dibujo de tapicería para zapatilla. Toda alma sensible experimenta los mas dulces afectos al
oír uno de esos pensamientos arrebatadores, que solo se for-
MATERíALES. — O i i c í n ' ; |;inns y SL'IIMS di: los (nlurni i i u e si; íiidiraii dcli:iJiJ ifel
uillujc. mulan por genios que se llaman Ücllini, MozarL ó Meyerbeer.
Puede ejecularstí iiuiiferciiLeiiienlc .sobre cmevaa ^i c- Y la libra del corazón recibe una mas irresistible sacudida
so ó lino. Se compone ile lisias, licí-has las unas eo cruces si esos pensamientos son interpretados por otros genios lla-
y las oirás á puiUo lar^^o, cuya (!¡r'?ccittn se indica. Este mados Malibran, t'rezzolini, Rubini, Ronconió Mario.
uUimo punto tislá boclin an nucsLrn múdelo con LiLia ne- Los primeros crean : los segundos dan vida á esta creación.
gra y lana gamuza: imita una trenza. Los primeros, al trasladar al papel las inspiraciones de sus
almas de fuego, dejaron tras si im rastro luminoso.
Be ejecutan jirimcro las listan en cruces, dejando entre
^llii^s un espacio de O ci'uces {\~2 hilos fiel eanevas); este Los segundos, semejantes á las antiguas sacerdotisas, son
lulorvalo Sfi llena con doí; IjLis enconlratla.H de pinilos al los encargados de que la ¡lama brille siempre en su mas puro
e s p l e n d o r y de que no des-
se.^igü, cada uno sobre Ires a|tare;íca ntmea su lumbre
cuadros del cautivas : cada r-
n>iaii«Badaa«a«fla«KHa«iBiia3 intiujrtal.
>5<i"aBmHa3BBgaauaB. 'v:iiiidaBK (lunlo eslá separado del si-
5 •••••iiBBaB»MB*3oj-iv;.T,.-m»«aU
•••••av&Hflia^::fly<iBBnaBBBaiiB
yuieule por dos hilos del La creación de los gran-
des músií'Ob seria una crea-
•{••••••••••ao«^->B«:y'JHSHaB Cüuevas: sn haeoo ailerna-
2525H""""-ü*nB:^aBF-r,M'vynB»""
LivaniíMde por tüida lado M ción impcri'ecla si el soplo
¡ • • • • • • « 1 • I •Bav)';r.::i::-,/«a»BB
• • • • B B « « - r -¡aiia.',--;'!-!..:. IIEMBB puidns eo'i seda gairniza, del artista no la vivllitara
i'LLi^:;,-
—íi [)Uiilos con lima nejara. de periodo en periodo en
.:i=|li Los puntos ih: !a lila opues- los templos del divinoarte,
Pero liara que estos a r -
!55S255!"5a"ei'S-n--:Li9«BC3x >• ta ilehcn picarse en el mis-
" IB ..!,:;_::' i ' naxáOB
mo hueco que los anterio- tistas sean dignos de com-
laaS--.:;- - . • • • K Í a B
i a ' ; j ; -".Bacías))™! res, pero con los colores partir con aquellos genios
••s-ssíiUsP^ encontrados y colocando el la gloria, es necesario que
}j;amuza junio al negro,—y baya entre ellos, á través
ei nefiro junto al gamuza. de! üernpo y del espacio,
Esle diijujo puede servir un misterioso vínculo (|uc JaBBaMBDBB^v i-^-'.^ü
N . ^ S . — m i i l I J O RK I.A MANCA ISTliHIÜB identifique sus uhnas en u- 9M«liaBM«li«a' - ......ri__S
lambien pnra hilli>n,—la- líN TAMAÑO N : \ T r i l A ( . .
aaiiiaaaBnaB«a.-.';.'.DBaB-----2i^
na sola; que las lunda. aBBaaB»a!iBaBat^'/.aiH'"l'!5!S"
N.-* í . — T A P I C E R Í A . 1'^''^'' ^ " ' ' ' • ' ' ''''• "1!»'''^>'" f'"=- La música, c^ue tiene so- SSS:Í:S5S::S:SKÍ::S55::S-SK
•"-Miliairion tic los coloros: «Me- " — bre la pintura y la estatua-
ria la ventaja de conmover, N . " -2.—ÜUII:JO I I I : TAl'IChHlrt.
^ííunfv"?'"'";.; ,*"""•'• '''^' Cuatro dibi^los de tapi-
ro-^id. medio color. "Id. os-
turo. *i(|. iimy ^,g,.,||.f,, avci-
^^"^- , „
Nuestras lectoras halla-
íll«iiifcilii«i de electrizar á un pueblo [explicación de los colorñs: '•Negro.
entero, cuando halla ver-
(buleros iiilérprctes, tiene
Verde muy clarci. i-ld. menos.
"^ Id. medio. '^"Id-oscuio. ^Id. muy
dí'nuiy claro. '^'Id.menusclü- i-in en estos cuatro dibu- á su vez la desventaja de oscuro, "llosnmuyídiiro. *ld. me-
jo. ^^líL medio lolor. »*ld. os- jos el medio de utilizar to- • « • • • • • • • • I iTír.i I Fí"^i I I air.ufr.n-T-;»
que si le falta la perfec- nos. ''"'Id. mediti. °ld. oMrino.'Xas-
i'uro. •íilíncarnadü riaro. (Pi.s Ins retazos de lana; se
•BUliaBBBBaH-^i'll I I a i I I • • ^ • " " ^ i O O B B
••••m;-r*'i'rf;¡Bt-;r i i Qt::rD • U ; ; ! ; ; : O O B « * laño claro. '-'Id. menos. ^!d. os-
PBBBBBiiün: i !i-:;['a*(^aQn^ k.':ii: .OKKBB ción de una ejecución su- curo.
podiiin en efecto lormar • • • • • B t i n í t : ; o i oriBBvoa. ua:: oú-X'C/^n
¡•••nanitv.D'ii" íD::np¡:...LCf : ) • • * blinu', quedan ocultas sus
^í>n ellos lapeles de cuadros ij;ualcs en tamaño, dileren-
j*ís solo piir el dibujo y los colores, — sillones, cocines, iPSiPSs?
BB>mBBBDQnD3tOO:
MBBM
mayores bellezas, cuando no sustituidas por nn,i inaguan-
taburetes, colies, ele,,—y empleando eanevas lino, se po- table parodia.'
s:s:¡:s:::s^BV¿:iiáB^^^ : » : La pintura y la estatuaria soto han menester manifestarse
ican ulilixiii- para zapalilbis, sacos de viage ele. Kl efecto
*e estos dibujos, llamados arabescos, es mas bello cuau- á la vista para que el que contempla los acabados modelos
"ü se emplea la seda para los colores claros. de un Rafael ó un Miguel Ángel, quede extasiado ante los pro-
N . " ó.— ü n i U J U Db: -lAl-ICEUl-í. digios del aite, que son otros tantos destellos de la divini-
explicación de los colorea:'Negro. dad, trasmitidos por la divinidad misma a seres á quienes se
''AmniiUo. '"Kroiice claro, raid.me- complació en dolar de una nuignífica perfección ; la del genio
nos. °Hosa riaro. '^Id. monos. ' lilan- creador.
co. "^(¡ris claro. ^^ Id. menas. *Id.
oscuro. °VcLde muy claro, "^id. me- I'ero la nui:íica, sin inspirados cantantes, sin inspirados
l-a música es el único lenguaje que deberian hablar los nos, ''lá. riiciiio. '^!d. mas oscaro. inslrumenlistas, ¿<pié seria, (pié es?
^''i't-'s perfectamente oríjaniziidos. "hl. muy osciirc. Colocad, no ya" delante de la multitud, sino ante una nii-
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30 LA MODA ELEGANTE, PERIÓDICO DE LAS FAMILIAS.
cueL'du süQüititc, y notando su vrMi!a]ii, i-iiileió sus a r - con ansia-s ya de invierte
gumcnlos.
DüSilü unlonccs el doclor Antonio y Ri>ríli¡j¡iier;i, Hor-
LA llllITE BE D();\ W M , (*) el iníelie canipcoTí!..
EL HOMBRE DE U LLUVIA. cibió por lo mismo una segunda y mas ahundanto hablar, volvió su silla, dejando caer el periódico, del
iluclia. cual en realidad nada había leído, y dijo con maligna
«lis V. demasiado liuñno,iJ replicó cortcsmente el joven, som'isa:
'''ra uiiij (le csi)5 diiiá en nuc la iilraóáfer.i, con su uni- y-sin esperar la nueva iialoc.lnuia que sin duda pi-epani- "Ihda, lióla! Parece que es V. inteligente en esto do
lOrinG tiiiiii pesa SOIII'Ü los li!)raSr£;s, en que las nubes ba el porlera, miríí a la calle v exclamó con enlu- lluvia. Lo proino le sucede al amo de osla casa, nn mó-
parecen dijíproiirliirsi! (iel cielo, y e.íi qiiii la lluvia, ca- siasnío: dico, qne olfatea el mal tiempo como nn podenco á
venOo sin Ci'íáar ciiu iiníaolonu ruido, iuanil:i la tierra ¡Oh Dios mió! bien quisiera continuar mi paseo; pero una perdí/. Ksla misma mañana señatal)a al cielü y me
(IR tristeza y dt; aliurriaiieulo. no tengo paraguas, lün fin, tal voz me prestarán uno en decía: lie ahí una nubn que amenaza tmn-r iliHri'oa.i»
Rstos insipiílos dias, en qiui la naturaleza parece qiic- esta casa." Ibo á continuar iniciando á M. Waclilel en los couorí-
i'ci'se convertir en un iniuenHO moiilou de lodo, son iit- Ya se dirigía rápidamente hacia la escalera, cuanilo miculos melpíu'ológicos de su amo, cuando una criatura
sopflrla!)le3 en todas partes^ y por coiiíii^mionle en DÍM-- el portero con voz de uaieno le preguntó adonde iba. vino á llamarle para que Ti^olara la antesala. RumpeUnaim
lin. I.;is calles Mil ti-ansfunnan en playas iie.sierlas, cubiRi'- -Voy á ver si hay quien me preste un paraguas, di- se vio entonces obligaílo bíeu de mala gana á dejar á su
i!is Je verdaderos lagos, donde vienen á aflini' en desor- jo el joven, subiendo los primeros escalones; poro el nuevo conocido, el cual se dirigió hacia la cali*', donde
den los mas fiíntíosos arroyos, ins mas negros torrentes: portero asiendo de onlrámbos faldones de su levita, le hi- la lluvia deiaba íinii oír su monótona y triste nn'isica, v
las casas toman un color melanc<ílii;ü, loscarruajícs siícios zo liajar, gritando con voz cada vez mas colórica: la qne continuaba com|ile!amcnlc desierta. De siibilo los
manando agua á diorros, alrav¡os;in con aire desesparado 'V,No vé V. que laá escaleras se acaban de lim[¡inr? asombi'ados ojos de Waebtel se animaron con nuevo
(lanluiiososterrenos; ysi se e:icuenlni uti hombre, de se- llágame V. el ravor de nri hacer otra majadería, ó lo brillo, su faz se iluminó con una repentina alegría, y
guróse le ove eslornudar. pongo de patitas en la calle. Me entieiidí! V.?') sus nñradas se lijaron obstinadamente en un objeto que
Kn tales (lias el queso \é obligado á salif a l a calle "¿l'ero V. no tiene cnlriulas,', ¿Puedo V. mirar con ojos acaba do dcscnl)rii' á la derecha de la calle.
í^e halla en una situación hien perpleja. Mojado por enjutos este SDmbroro?i> (lEs una dama!» exclamó en tiii Iransiporlado de gozo,
•"irrilia, mojado por ahajo, salpií-adii por todas parles, no Y diciendo y haciendo, cogii'i el delantal del portero y de nu salto se colocó detrás de la puerta.
•Silbe si ha ilc cubrir con su paraguas sus piurnas 6 su y empezó á enjugar con él su sombrero, lista audacia lín electo, algunos inslanles después, una joven, sin
t'alie?-:!, j si debo ponerse sus chanclos de goma en los inaudita sofocó A la! punto á llumpelm uin que se que- paraguas entró en el poi'lal; sacudió sus vestidos mo-
pies (I OH las manos. dó con la boca abierta y compIelauíMite aturrullado de- jados y ptMuMró mas adelanto en la casa.
I'ues bien, en uno do estos graciosos dias, el portero lante de su anlagonisla. Pronlo se repuso .'iiii embarco, lliciiü esto, volvió hacia la puerta para ver si iba pron-
Uunipclinaiiii se hallaba á la puerta de la casa confiada y arrancí) con violencia de sus minos el de'anlal fro- to á esciimpai'. cuando Waclicl salió rcpenlinamcnte de
á su liuarda mas áspero todavía que el tiouipo. Ya se tándolo en seguida para que se socase. su escondite y le hizo \m profundo saludo,
rascaba la cabeza, ai\ parle calva, lo cual dcsortlenaba su Kl joven le mii'o silencioso algún tiempo; luego le 1.a dama, soi-pretidÍda, dio un [laso atrás, creyendo
gorro; ya, sacando el pití de su pesado zajtato, haría un dijo con nu tono melancólico que parecía particular á ([ue fuese algún inquiliuo quo deseaba salir; pero como
gesto cual si hubiese bebido alj,'una pócima de botica. ^ su naturaleza, ^Vac,llIol repitiese de nuevo su saludo, se volvití con aire
"iPcro IJios inio esto es un verdailero diluvioU dijo «¡Hombro cruel! ÍNO tendría V. por acaso un paraguas de descontento, dirijiéndose de nuevo hacía el interior
conieuzando un monólogo á dos voces.- Vayonohabia que prestarme?" de la casa.
eonoeido ayer en mis callos (¡ue hoy llovería. Pero esto • Mí mujer ha salido y se ha llevado cl min, respon- Wachlel no estaba dispuesto á dejarse despedir tan
es demasiado; mientras mas agua barro, mas entra: re- dió bruscamente Unmpelniann ; y aun cuando lo tuvíc- fácilMientc. Persiguió con rápido paso á la dama, diri-
nuncio pues á mi inú- jiéndole por fin un
til trabajo..' V dioion- tercero mas profundo
do eslo, arrimo la es- i''W''*[;iiirT!K|,
y mas respetuoso sa-
coba á la pared, y se ludo, acompañándolo
entró en su ruarlucho c m estas palabras, di-
para buscar un perió- chas con voz tierna y
dico á llu de echar una nielaiM'i'dica.
njeada á los aconteci-
rnierdos di' la liuropa. »Se ha equivocado
V., señora, no quería
Eu la calle, el agua pasar... Adom'is, ¿cií-
seguía cayendo á Un-- mu pudiera yo pens;n-
i'cntes, no con aíjuclla • •.a salir á la calle con
violoiicin tempestuosa Sfuiejaiile licuipo?"
tíue hace presagiar su ha dama se dirígíi'i
pi'ÓKiiiio lin, sino con á oli'O la-lo del porlal,
'íquellii cansada con- y volvió de nuevo la
'"íiiiíJad (¡ue deses- espald.i á Vachlel. Es-
pera, l-'uera did im e- to tornó á a¡nox¡uiar-
^intecacrde la lluvia, se, y la dijo con al-
"iinguu otro sonido se mivarado lóno:
"la, solu de vez en "Perdone Y-, seüo-
'•uandüc! melancólico ra, he olvidado hacer-
i'odardc algún carriia- le mi presenlacion...
ge de alquiler se es- Me llamo Vachtehsoy
«uchaba á lo tojos, ó graliador, ysalgocuan-
Ideii el piecipitado pa-
í^o de algún ([•anscunle ; do Hueve, para prestar
pedestre, cliapnteanibt — mis serviciosá las per-
<ín el lodo y ecliando ;^ soIIas qne no han te-
liácia dolante su pa- ' nido la prudencia de
raguas en la enérgica •^'r==''- • - - " - _ * ^ - ^ preveorel maltienipo.
iiclilud del soldado —iiDoy á V. gracias,
qnc marcha al asalto, - caballero," respondió
nmiaá turbar el silen- la dama con tono cor-
cio de la dormida na- tés pero frío; »no ten-
linalo'ía. go necesidad de nadie
y espero á mi marido
Derepente pasó un;i i[uc debe pasar por
joven, lijrera Atalanta. aquí»
novando valerosameu- —))Su señor marido
|« su paraguas con ára- de V. es por lo visto
biis manos. Su trage, HABIA CÜJIDO Kl, IJEI.AKTAL HlíL l'OaThllO. el mas feliz do los
!n-lislicainenlc recogi- mortales,» replicó el
<lo, dejaba ver un pié pequeño, elegantemente calzado se, tendría el mayor gusto en ncgái-sclo á V.i joven sin desconcertarse; upero aquí en este portal, ex-
'^fin coquetos botítos, que buscaba los sitios mas SRCos, listo dicho, se sentó en una silla, volvió la espalda al puesta al aire, vá V, indefecüblcmeute á constiparse. Mo
" por mejor decir los monos mojados de la acera- joven, y continuó la lectura de su periódico. me atrevo á ofrecerá V. nn brazo y nñ pnraguas, porque
A diez pasos detr.ís do ella caminalia un joven, que "lUné amable es este soñor!p> dijo para sí el joven; no longo paraguas; solo puedo ofrecer mí brazo... Acep-
parecía pertenecer á la clase media. No llevaba paraguas, poro sin embargo, volvió á acercarse al portei'o, lo pu- tólo V.. señora, yo se lo suiílíco.n
y la lluvia corría de su cuerpo al suelo, semejando un so suavemente la mano en el hombro, y le dijo con dnl- j I,ajoven se volvió un poco y miró á su interlocutor.
sauce llorón cuaiulo s'^. moja. ce voz: Vio que su atrevimiento nacía en parlo de un exceso de
"lio aquí uua dama que me parece mu y graciosa, - ex- «¿Quiere V. que le cuenlcmi historia, señor eonserge?... cortesía, exceso muv raro hoy, y aunque eslo le hizo
clamó el tal con viveza al pasar prccisame'nte por dclan- ¿NoquicreV. contestarme?... ¿Por qué?... ¿Seria V acaso ' mirarlo con alguna i'ndulgencia, se resolvió sin embargo
l*i (le la ])uertit de la casa; y no tener paraguas!... es co- tan injusto que condenase á na joven antes deevaminar ' á darle una I)nena lección.
Sii terrible. Fs ncces:ir¡o qu que yo cese en mi pasco... los motivos de su coníhicla? »Es V. muy joven, caballero, le dijo, y quizá no sa-
Ilue ve sm compasión. Pero yo quiero volver el bien por cl mal; y para ahor- i béis aun que se corre riesgo de ofeníer á una mujer
diciendo eslo, penetró en cl portal do la casa, y, qui- rar á V. cualquier penoso iuterrogalorío, voy á descu- ' cuando uno se ie. muestra exageradamente solícito. Yo
tándose su souiíirero, le consideró con aiic consternado. brirle mi corazón. A mí me gusta la lluvia. V. no com- le aconsejo, sí quiere evitar lecciones mas severas, que
•íPero esto en rigor no p.s un sombrero!- dijo; "Os una prendo esto, pero no íinporla. A mi me gusta la lluvia, modero ese carácter demasiado servicial. Para lilu'arme
«sponjü; \ eso quo me lo habiaii vendido como irnper- mus aun, yo adoro la lluvia, y voy á decirle áV. por (¡ué. de él voy á pedir al eonserge de esta casa una hospitii-
tiicable!.. Aquí donde V. me vé me llamo Wachtel, sov grabaiioi"... lidad qué espero no me rehusará.» Y diciendo esto hi-
Y diciendo oslo se puso á sacudirlo vigorosamenle pa- un hnmbie que tiene necesidad de luz, de la buena luz zo la leve iiiclina(-¡on de cabeza y entró cu el cuarto
'•••^ desembarazarlo un poco del agua que había pene- del din. Cunndo la lluvia azota mi ventana, hoy por ejem- del Humpelmann.
•''ado por todos sus poros. plo, entonces pienso (jue cl deslimt me favorcco, y es Wachtel, reducido al silencio, la shguió con los ojos,
"¿Ouó es eso! mire V. lo que haccln gritó con voz como si me diiera: Vamos, Waclilel vé á pasearle y á go- mosirando confusión y arrcpentimio-uto, después so puso
•icatai-radora el portero, cl cual, al salir de su cuarto en zar do la vida, porque tú eres un hombre como olro á medir el terreno á pasos ya á lo largo y ya á lo an-
^1 inslaulo misnio con su periódico cn la mano, había cualquiera. No pudiendo trabajar, me visto y mo echo cho, mientras roílexionaba acerca de las adverlencias
r«Cii)ido toda cl uLiua del sombrero en la mitad do su á la calle. Ay'. qué bien hace cl pasear, sobre toilo quo acababan de dirijirsele con tanta lirmeza como dul-
(;ara. ° cuando so tiene un corazón tierno y sentimental como zura.
. «I'erdone V.., no lo había visto!» respondió cl joven, el mió! Entonces, cuando so tiene un paraguas, so pue- lín una de estas evoluciones, tropezó de improviso ron
siempre ocupado de su sombrero; en seguida se puso á <le prestar un gran servicio á las damas que caminan un objeto llexiblc y mojado que tío se hallaba allí un
sacudirlo de nuevo con mavor vigor, si bien en dislin- temerosas por las húmedas aceras. Vea V. aquí por quó, momento antes, lira un extranjero que cenalia su
lií diroccion. Sr. cousorge, yo adoro la lluvia, y vea V. aquí por qué he paraguas. Uua idea súbita iluminó como un relámpago
tenido hoy la'dícha de hacer conocimiento con V.n la mente del grabador. líl extranjero tenia en efecto un
"Cómo cómo, oh! Sacuda su sombrero on la calle y
no en mi cara.» Exclamó gruñendo ol íiortero, el cual. Durante el discurso del grabador, el portero ac había paraguas, y un paraguas era el objeto á que se dirigían
Habiendo caaibiado de sillo para Hbrai-se del roción, re- ¡do dulciiicando poco á poco, y cuando el joven Jejo de todos los deseos de Wachtel. liste juntó sus suplicantes
32 LA MODA ELEGANTE, PERIÓDICO DE LAS FAMILIA-^.
líanos, y ropií ron la mnyor cRcncia iil exlríinjero le
manos, gen Sanlisima pertenecían á estirpe gaditana. Tras de vivir? Así pues, mientras dure el actual estado
p iroslasc"su
í- pjintgiias snlo por una liorsi, ilii;ithulolc que
aquel barrio se fundó el de Santiago, y luego los de cosas, el Ierro-carril no puede dar los resultados
e nn vello
, . « le ilm la
- vida á- iin
• : . . liüni!>rí!,
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demás en proporción de la imporlaucia y vecinda- que de él se esperan, y solo haliremos conseguido
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segurameiUe mcnns mojinlo dci ln que eulonci^s lo cala- rio de este pueblo. Conforme iba creciendo la osira, el poder ir al Pnerto, á Puerto Real ó á Jerez, nct
ba. EnirefrLl iiiüi largcla ^iiya al csibalUM'o, el ciiiil cotii-
crecían laniliíen sus valvas, conin ei"i consiguicnic; mas pronto qiu; ¡rntes, pero sí con alguna mas co-
padeci¿nilosi' dii aquel inrí^Üí*., IR alarfíó vk'mdosc su pa-
pero es el caso que la ostra sigue creciendo, y que modidad. Ksti) habrá de ser lodo.
raguas; al mismo ficTiipo If, dijo HII nombre, y suliiií (.-on
le sucede lo que al niño que ya no cabe en su cuna
Sresteza la esrülcra, piicslo ([uc era uno de los inquilinob Hespecío á los medios de ensanche, á los medios
y nccesila una cama, líllo es preciso; el niño vá de adquirir ese terreno que á toda cosía necesila-
e la caía. >V¡iclitel agiló el paniguas con aire de Iriuii-
fOj y salió á, la calle piíra ver si conlinuiiba todavía el
"siendo grande, y no ha de dormir haciéndose una mos, diremos poco, puesto que es una cueslion
aguacero. rosca como los perros, acerca de la cual faltan aun datos. Kl Formar ter-
{Se conchará,) r e c i a Fígaro que la población de Madrid al cre- reno robando espacio al mar, tras do su escesívo
cer, no se salía por las puertas, como era ¡o natural, cosió, esprobajjle que no llenase sino muy imper-
sino por arriba, romo se sale el cbocolale cuando fectamente el objeto, pueslo que, según leñemos
; hi(írvc. líúscase, no la tierra, sino las nubes, y en entendido, gran parle de ese no muy estenso ter-
I vez de hacer una casa, se hacen otra y otras sobre reno se reservaría para las obras del puerto p r o -
' aquella, con lo cual se quita la luz y se dificulta la yei:ladas.
circiihiciou del aii*e. Como las calles no pueden en- I^iuída pues como única mira la Puerla de Tier-
sancharse en proporción, resulta que los transeún- ra, v a q u í sí que nos tropezamos de lleno con las
tes ven solo como por cerbalana una ceja de ciclo: murallas, no solo porque nos cierran el camino,
así el que vive en un piso bajo eslá seguro de no sino porque las (u-denanzas no permiten conslrnc-
ver nunca la cara del sol, á menos que no vayíi á ciones de cierta solidez deniro del radio corres-
buscarlo á sitio mas despejado. pondienle al tiro de cañón de plaza. Y p r e g u n l a -
¿Y qué dirá á esto la higiene pública? Esta seño- mos ahora no.sotros aunque sea curiosidad; ¿cuál
Ha dias que niieslro esLiniable cofratle gaditano es el alcance de un cañón hoy día de la fecha? ¿Cuál
£1 Prean-mr viene consagrando una serie de exce- ra eslá muy en su derecho para decir lo que quie- lo será mañana? ¿Será cosa que para buscar el
lenles arliciilosá la neeeí-idad del ensanche deCúdi?. ra, jiero el propietario que labra solo tiene en cuen- estremo del radio de alcance, y por tanto el pun-
El asunLu es de líin vilal interés que vamos (ambicn ta que una casa de cuatro pisos habitables le cuesta to donde se auloiiz.in construcciones, tengamos que
á ocuparnos de el, no eon pretensiones de decir nuicbo menos que dos de á dos, especialmente si la- irnos hasta Sancli Pclri? ¿Será cosa qucliayamos de
nada nuevo, sino con el solo olijeto de llamar la bra en sitio donde vale muy caro el terreno, y sien- demoler á Puerto Real ponpui Mr. .Vnrstrong ú otro
atención de las personas que esto lean acerca de los do eí terreno en Cádiz tan escaso, resulla que tal nos lo deje dentro <lei tiro?
expresados escrilns, Henos de exactísimas ideas y de vale mucho. ])c aquí es que creciendo la población
copiosos dalos. Esto y no mas nos pj-oponemos. se hayan de encallecer las casas, y como por otra Barcelona y otras plazas han visto con gran pla-
parte no hay aquí donde hacer nuevas en el número cer suyo caer sus murallas, San Sebastian seguirá á
Que nuestra población necesita ensancharse, y que las necesidades exigen, al menos mientras tro-
ensancharse mucho, es cosa que esíá en la con- pecemos por todas parles con el mar y con las m u - aquellas muy pronto, la citada capital del Princi-
ciencia de todos; pero es el caso que la conciencia rallas, vendremos á tener lo que hoy tenemos, es pado gestiona porque desaparezca su cindadela. Sí
sola no basta para ensanchar una población, y de decir, precios de alquileres exhorbilantes y aterra- Cádiz no hace lo mismo, resígnese á no l l e g a r á
ahí es que ya no lo esté; se necesita pedir, gestionar, dores. conseguir nunca la importancia á que está llamada
moverse en una palabra; porque lo que en cast todas por su posición geográfica, porque el general im-
partes es cosa sencilla, fácil, consecuencia natural, Xo hay pues medio : ó ser propietario ó tenerse pulso á que España entera obedece, la población
en iin, de las necesidades de un pueblo que crece, que poner á dieta tenue, sí es que se ha de vivir que no marcha, evidentemente ha de quedar olvi-
aquí se presenta erizado de dificultades que no bas- en una casa. Si esto sigue así, si las subidas con- dada en un rincón.
tan á resolver ni el deseo ni el interós individual. tinúan menudeando en la escala ascendente que Concluiremos recomendando de nuevo los artí-
Cádiz es una plaxa amurallada, y las murallas per- llevan, la mitad de la población tendrá que acam- culos que acerca de este impoi-tante punto ha pu-
tenecen, no ya á la población, sino al estado. Cádiz parse en la Caleta ó en ei pasco del Percgíl, á me- blicado y publica el ya antes citado Precursor.
no puede resolver este punto por sí sola, pero pue- nos que no se permita habilai' en carros, á ejem-
de clamar para que se resuelva en benelicio suyo; plo de la familia propietaria del panorama que há PEAKCISCO ELÜEES AREYAS.
puede clamar para que se le dé terreno, que hoy meses se levanlóen la plaza de la Cruz de la Verdad.
no tiene, porque aunque lo tenga es como si no lo Pero ni aun ese medio extraordinario pudiera in-
tuviese, puesto que no puedo disponer de él. tentarse si la población (continúa siendo lo que es, Explicación del figurin iluminado-
puesto que ni para eso tenemos terreno dentro de TuAGE T)K MCAitK AMíniT r.H.A.—f.o bajo de la enagua
No hay gran ciudad en el mundo, de las que nuestros muros. El ensanche es por este concepto
cuenían cierta antigüedad, que no haya tenido mu- de absoluta, de apremiante necesidad, Fuera de ser- está guarnecido con tres tiras ele felpa blanca separadas
rallas en algún tiempo. Cádiz las luvo también, y lo además por otras consideraciones. por un intervalo de G ceiitíiuclroti, leiiiendo la primera
S cpnlinielroH de ancho, la segunda 7 y la tercera 0. El
si esa razón hubiera valido algo para nuestros pro- corpino es liso y abotonado. Las mangas, semí-ancbas,
genid res, sí á toda costa se hubiera querido enton- En Cádiz las grandes fábricas, los grandes talle- tienen por el borde uua lira de felpa de i centímetros
ces re.=pcLir lo existente, esta es la hora en que Cá- res no son posibles, porque no hay donde se co- de ancho; olra lira algo nías ancha fornia mi jockey al
d'z viviría encerrada en el recinto que le trazó IJon loquen, y aun colocados, no íiaj donde dejen do redeílor de la sisa. Taima igual al trage, entretela'da,
Alonso el Sabio, y que el arco del l'ópulo, el de la obstruir, de moleslai-. forraila de (afolan blanco pcspunlcado, con guarnición
Rosa y c! de los lilancos serian toda\'ia las puertas lie felpa. Sombrero de tercropulo lila y blonda blanca,
La población, hacinaila materialuKuite, no deja adornado por abajo con una roya salpicada de rocío.
de nuestra ciudad, la cual se ^eiia reducida á la hueco para el establecimiento de muchas industrias
media docena de calles estrechas, miserables y que darían ocupación á muchos operarios y mu- VE.STino DE NIÑA.—Trayc de popelina color de fieltro,
sucias comprendidas en aquel mezquino espacio. cha riqueza al pueblo. ¿De qué le sirve á éste la con fíleles negros ibrmando cuadros: esle Irage está
¡Cierfamcnlc que haríamos un brillante papel en el mayor facilidad que su situación marítima le ofrece guarnecido con dos tiras de terciopelo encarnado. El
mapa de España [ corpino es una cliaqueta con chaleco, que se cierra con
para proveerse de las primeras materias y para dar botones de terciopelo encarnado. Tirad do esla última
Pero Cádiz ya no cupo en Cádiz, que es lo que en salida á sus productos, si estas ventajas las pierde tela y color guiwnccen la chaqueta.
rigor si no Ic sucede ahora está por lo menos muy por falla de espacio? THÁGE m-. TAiErAN XKGRO.—l.o liajo de la enagua lleva
á punto de succderle; prescindióse de sus respeta- Hemos pugnado, hemos clamado, hemos hecho dos volantes encañonados, el uno de (i y el ndo de.'! cen-
bles y veneradas murallas, y se alzó primero el sacrificios pai'a tener un ferro-carril que llegue á. tinietros do ancho, sobre el cual corre" una líra de tafe-
harrio de Santa M;iria, que por malo que hoy nos nuestros muros. Pues bien, ese ferro-carril lo tene- tán blanco de í cenlimetros, orlada |)or arriba y por aba-
jo con un guipur ne«ro eslrecho, y rajada por 5 cintas
parezca fnó ya un adelanio lal que mei'eció los en- mos ya. ¿Qué nos prometemos con él? Sin duila \ muy e.--lreclias de terciopelo negro.. A'S centímetros de
comios mas cordiales del Padi'e Concepción en su que Cádiz aumente e[i importancia, en tráfico y distancia se ve oira guarnición igual á ¡a anterior. Corpi-
Emporio dd Orbe, libro curioso por demás, en el forzosamente en población. ¿Pero cómo aumenta no montante, abotonado; en cada delaulern lleva una
que se intenta demostrar que los Macabeos y la Vir- una población si no se le proporciona terreno don- tira j cuairo a|ain;iips de tafolan blanco, de longitud
gnuluada de abajo arriba, rayados con liras de tcr<:inpe-
io negro j con orla de encago. Las mangas, scnu-anchas^
EL SALTO DEL CABALLO, van guarnecidas con ías mismas liras y con coütro ala-
mares que llegan hasta el hombro.
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1,^^^ ^ J^
SOLUCIOES AL DEl. XCUEHO ANTERIOR.
ALMANAQUE ENCICLOPÉDICO.
L e t r i l l a antigua- jí^?^ / 1 Agoladas las dus numerosas ediciones que do esla pu-
lín la cumbre, madre,
lal uire me dio,
que el amor que tenia
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<£^ ¿ - ^ §^ 1< y :
...icacion liiciuios nos vemos precisados á manifí^síar que
blic
en adclanle no poflrcmos servir los pedidos que se nos
dirijan; !o que adveitímos |)ara evilar molestias á los
aire se volviri.
Madre, allá en la cumbre
¿ >"]^ - --/
que nos quisieran aun favprecer.
7 \ (Mu 24 de Enero 1863.
de la yenlileza
miré una belleza
¿. ' Vy EL ADIUXISTRADOB.
fuera de co,slumbre, > ^
cuja pura Uinibro V /i > '
ciega me dejé,
<r^ ^ > A TODA PEllSOSi QUE ANTES DE SUFCRlBinSE QCTlEItA CO^OC^,B A FONDO
que ci anioi- que tenia 1 LA PUBLICACIÓN RE LE REMITIRÁ DX NÚMERO QRiTlS.
aire se volvió. X
Dulce ansenle niio, ^ ^ ^ T o á o pedido de suacrícion deberá venir aconipanado d e su
no le alejes taulo, <f^ \~ iuiportc en libratiiaB d e Tesorería ó del GÍro M u t u o , aia
mueva ya mi llanto cuyo requisito no p o d r á ser servido.
ese pecho frío; 1 ^^AI/"
mas ¡ay! que un desvío ^/.
lal peña me dio '~-^^ EDITOR RESPONSABLE: D. FÉLIX P H I C l I A i m .
que el amor que tenía < ^
ah'c se volvió. ^ ^p ^-fá C A B I I ; 1 8 6 3 , — I M P R E N T A Y MincRAriA DE LA R E V I S T A M Í D I C A .
BoiniHi n. 1.
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