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9 788496 760158

Sabios mursíes
en las cortes mediterráneas

Museo de la Ciencia y el Agua


del 21 de junio de 2007 al 6 de enero de 2008

Projet Aristhot. Interreg III B Medocc.


MEDITERRANEA Legado científico intercultural
Ayuntamiento de Murcia
Créditos
Alcalde-Presidente
Miguel Ángel Cámara Botía

Exposición

Organiza y produce: Cartelería: Agradecimientos:


Ayuntamiento de Murcia Biovisual S.L. Andrés Martínez Rodríguez,
Concejalía de Cultura y Festejos PYP-Antonio Fernández Salazar Antonio González Valverde,
Concejalía de Hacienda, Interactivos: Fina García Cano, Francisco
Programas Europeos e Casinello, Indalecio Pozo
Glucógeno
Información al Ciudadano Martínez, Inés Rodríguez, Javier
Filmografía: Armentia, Joaquín Salmerón
Colabora: Juan, José Antonio Sánchez
Biovisual S.L.
Fundación Séneca Pravia, Juana Ponce García,
Transporte: Luis Alberto García Blánquez,
Dirección:
Expomed S.L. Luis Enrique Miquel Santed,
Maribel Parra Lledó
Mª Ángeles Jover Carrión, Mª
Seguros:
Comisario: Carmen Melgarejo Abril, Nieves
AXA Winterthur Gordón,
Alfonso Robles Fernández
Colecciones: Biblioteca Nacional de Francia,
Colaboradores: Deniz Muzesi de Estambul,
Museo Arqueológico de Murcia
Rosa Martínez Gómez Museo Arqueológico y
Museo Arqueológico Municipal
Rafael García Mira Etnográfico Municipal de San
de Lorca
Secretaría: Museo Arqueológico de La Pedro del Pinatar, Museo de
Encomienda (Calasparra) Santa Clara de Murcia, Museo
Samia Boussebaine Naval de Madrid, Museo Topkapi
Elvira Navarro Santa-Cruz Museo Siyasa (Cieza)
Archivo Municipal de Murcia de Estambul, Observatorio de
Traducciones: Planetario de Pamplona Museo Astrofísica de Canarias, Real
Samia Boussebaine de la Ciencia y el Cosmos (La Academia de Ciencias y Artes de
Carmen Sánchez Flores Laguna) Tenerife Barcelona, Real Biblioteca del
Servicio de Patrimonio Histórico Escorial
Diseño y montaje:
Biovisual S.L.

Catálogo

Edita: Textos: Planimetrías:


Ayuntamiento de Murcia Djamil Aissani Elvira Navarro Santa-Cruz
Museo de la Ciencia y el Agua Anna Ayse Akasoy
María Mercé Comes Maymó
Fichas del catálogo:
Servicio de Programas Europeos
Monserrat Díaz Fajardo AM Andrés Martínez Rodríguez
Colabora: Francisco García Albaladejo APM Alfredo Porrúa Martínez
Fundación Séneca Luis Alberto García Blánquez ARF Alfonso Robles Fernández
José Antonio Manzano Martínez IPM Indalecio Pozo Martínez
Dirección editorial: JASP José Antonio Sánchez
Manuela Marín
Servicio de Comunicación Pravia
Andrés Martínez Rodríguez
Dirección Técnica: Elvira Navarro Santa-Cruz JP Juana Ponce García
Maribel Parra Lledó LAGB Luis Alberto García
Maribel Parra Lledó
Juana Ponce García Blánquez
Coordinación: Alfredo Porrúa Martínez MPLL María Isabel Parra Lledó
Alfonso Robles Fernández Indalecio Pozo Martínez Diseño:
Alfonso Robles Fernández
Traducciones: PYP-Antonio Fernández Salazar
Julio Samsó
Samia Boussebaine José Sánchez Pravia Maquetación:
Carmen Sánchez Flores Dolores Serrano-Niza PYP-María del Carmen Martínez
Fernando Nicolás Velásquez
Basanta Impresión:
A. G. Novograf
Fotografías:
Elvira Navarro Santa-Cruz ISBN: 978-84-96760-15-8
Fernando Tomás García
Jesús Gómez Carrasco Depósito legal: MU-1261-2007
(fotomontajes de S. Juan
y convento de las Huertas)
3
Índice

141 Ciencias teológicas


143 Ibn al-CArabı- al-Mursı-. La imaginación creadora
en el personalismo musulmán
Tajeddine Bennani

153 Las Cuestiones Sicilianas de Ibn SabC-ın.


Filosofía y mística en la época almohade
Anna Ayşe Akasoy

165 Ciencias esotéricas y religiosidad popular.


Amuletos y talismanes mágicos en al-Andalus
Alfredo Porrúa Martínez

187 Los palacios de Tudmı-r

189 El palacio islámico hallado en el convento de Nuestra Señora


la Real de las Huertas (Lorca, Murcia)
Andrés Martínez Rodríguez y Juana Ponce García

203 Arquitectura y artes decorativas del siglo XII. :


el alcázar de Santa Clara, Murcia (Da-r as.-S.ugra-)
Indalecio Pozo Martínez, Alfonso Robles Fernández y Elvira Navarro Santa-Cruz

235 Fulgor en el Álcazar musulmán Murcia.


El conjunto religioso-funerario de San Juan de Dios
José A. Sánchez Pravia y Luis A. García Blánquez

253 Palacios fortificados islámicos en la huerta de Murcia:


el real de Monteagudo
José Antonio Manzano Martínez

279 Arquitectura y artes decorativas de época tardoalmohade:


el palacio islámico de Santa Clara, Murcia (Qas.r as.-S.agı-r)
Indalecio Pozo Martínez, Alfonso Robles Fernández y Elvira Navarro Santa-Cruz.

304 Cronología

307 Catálogo de piezas


Arquitectura
y artes decorativas
de época
tardoalmohade
el palacio islámico
de Santa Clara .
(Qas. r as.-S.ag-ır)
INDALECIO POZO
MARTÍNEZ

ALFONSO ROBLES
FERNÁNDEZ

ELVIR A NAVARRO
SANTA CRUZ

1
Situado en el municipio de Murcia, con
categoría de “Monumento”. Cod. Identifi-
cación: R-I-51-0004527. Denominación:
1. El alcázar menor. Un conjunto áulico
Real Monasterio de Santa Clara. B.O.E. nº
15, 18-1-1982. Declaración: R.D. 3307/81, En mayo de 2005 fue inaugurado el Museo de Santa Clara, dependiente del Sistema
de 30 de octubre. Regional de Museos, de manera que tanto los ciudadanos en general como los espe-
2
“Hay en esta Ciudad seis Monasterios de cialistas en Arte y Arqueología del Islam tienen acceso a unos restos arquitectónicos
Monjas muy principales. El mas antiguo es prácticamente desconocidos al encontrarse en el interior de un convento de clausura
el de Santa Clara la Real. Llamase la Real
por tres causas: La primera, porque el sitio (figura 1) 1. La revalorización del conjunto monumental que ahora se ha convertido en
donde fue edificado era la Casa Real, y recurso cultural y patrimonial de primer orden para la Región de Murcia no es fruto
Palacio de Alcacér Seguir, Rey Moro de de la improvisación; al contrario, es el resultado último de largos años de trabajo en
Murcia. La segunda, porque le fundaron el
Rey Don Alonso el Sabio, y la Reyna Doña las diferentes campañas de excavación y restauración realizadas en la década de los
Violante su muger, y le señalaron tierras de ochenta del pasado siglo y con mayor intensidad en los años inmediatos a la inaugu-
heredamiento, como parece en el libro de la
población de esta Ciudad (libro perdido),
ración de la institución museística a la que hemos hecho referencia.
dadas á las Religiosas de este Convento, Las primeras referencias históricas que vinculan el monasterio franciscano con el alcázar islámico
con titulo de Menoretas. La fundacion he- se deben a don Francisco Cascales en su obra titulada “Discursos históricos de Murcia y su Re-
cha por los dichos Reyes, consta de un Pri-
yno”, que vio la luz por primera vez en 1621. El famoso autor murciano, aunque lejos del rigor y
vilegio del Rey Don Sancho su hijo, en que
hace memoria de ella. Y demás de eso, el la disciplina necesarios, compiló y manejó abundante documentación medieval, en algunos casos
dicho Rey D. Sancho V. de este nombre, dá perdida, y resulta bastante fiable respecto a las transcripciones y los datos aportados sobre las
facultad á Doña Magdalena, Abadesa, y á
primeras fundaciones religiosas de la ciudad 2.
las Dueñas del dicho Convento, presentes,
y futuras, para comprar tierras para pan, Las investigaciones arqueológicas en Santa Clara también se iniciaron en fecha muy temprana, pues
viñas, olivares, colmenas, y ganado, y para se remontan al último cuarto del siglo XIX. El primer especialista que mostró interés en los restos
279
Arquitectura y artes conservados in situ fue el erudito madrileño
decorativas de época don Javier Fuentes y Ponte, quien, con permi-
tardoalmohade: el so del obispo de la diócesis y acompañado del
palacio islámico de capellán de Santa Clara, don Francisco López
Santa Clara, Murcia Costa, tuvo la oportunidad de entrar en el
(Qas.r as.-S.agı-r) Figura 1. Estado actual del monasterio el 21 de enero de 1879 y realizar
Monasterio de Santa Clara la Real varios dibujos de planta, alzado del claustro y
yeserías talladas, remitiendo la información
obtenida a la Real Academia de la Historia los
días 22 y 26 del mismo mes de enero3. En los
siguientes años, Amador de los Ríos difunde
el estudio y la documentación gráfica de las
yeserías de Santa Clara en dos publicacio-
nes4. Otro pionero de la Arqueología en Espa-
ña, don Manuel González Simancas, recoge
algunas breves noticias sobre la historia del
monumento tomadas del licenciado Cascales
y también del propio Javier Fuentes, pues afir-
ma que aún quedaban testimonios materiales
de interés dentro de Santa Clara, cuando él no
entró en el monasterio, pues de ser así habría
realizado algún tipo de gráfico o esquema del
edificio5. Tras ellos se suceden décadas de
silencio y olvido.
A la luz de las intervenciones arqueológicas, ahora
sabemos que el alcázar menor (Qa½r a½-¼aġīr)
del siglo XIII en realidad se construyó sobre
los escombros de otros palacios derruidos que
existían en este lugar desde la primera mitad
del siglo XII6. Como aquéllos, probablemente
formaba parte de un complejo áulico con amplios
jardines recreativos en su entorno, localizado en
el norte de la ciudad, entre el cinturón defensivo
de la misma (en el flanco sur de la actual plaza
que lo que las Monjas del dicho Convento fragmentos de epigrafía mural decorati- Romea) y la muralla que cierra el arrabal de la
dexaren, y anexaren, lo puedan haber libre- va que se conservan dentro de clausura, Arrixaca. En el sector más oriental de la cerca
mente, su fecha en Sevilla á 13. de Agosto situados dos de ellos en el muro donde
era 1322. La tercera, porque el Rey Don se abre la pequeña puerta que comunica defensiva del arrabal se sabe de la existencia
Pedro hizo donacion á Doña Berenguela con el locutorio bajo, y otro en la galería de una puerta mencionada en las fuentes con
de Espin, Abadesa, y á sus Monjas de sus meridional del claustro alto“. Cf. Catá- el nombre de Bāb al-Muna o Puerta de las Al-
Casas, y Palacios Reales, que tenia en esta logo Monumental de España. Provincia
Ciudad, con todas sus entradas, y salidas, y de Murcia 1905-1907, Colegio de Arqui- munias, creemos que en clara referencia a las
pertenencias, edificios, aguas, y riegos, con tectos de Murcia, Murcia, 1997, t. II, pp. construcciones aristocráticas y estatales que se
que ensancharon el Convento, su fecha en 14-21, ent. Nº 469. extendían en sus proximidades tanto en época
esta Ciudad de Murcia á 30 de Junio era 6
De ello tratamos en otro apartado de
1403. Era entonces Obispo de Cartagena islámica como en la Baja Edad Media cristiana7.
este mismo Catálogo.
Don Nicolás Aguilar, el qual entre otros También sabemos que el palacio principal del
fue confirmador de este Privilegio” (ed. de
7
Un testimonio literario del poeta carta-
genero Abū-l-©asan al-QarÐaŷannī, que Qa½r a½-¼aġīr limitaba al sur con la acequia
1980, pp. 338-339).
debió frecuentar y conocer de primera mayor de Aljufía, cuyo trazado en este sector
3
R.A.H., CAMU/9/7963/22/1-10. Dos mano los espacios áulicos de Murcia antes
años después publicaría los resultados de sin duda alguna fue modificado en el mo-
de su exilio a Túnez, describe el entorno
aquella interesante visita en un artículo del palacio de esta manera: “...hacia el mento de construcción del citado palacio.
titulado “Descubrimientos arqueológicos Camino Alto de la Huerta (Zuqāq al-¤an- Creemos, no obstante, que el alcázar menor
en Murcia”, Revista de Obras Públicas, na al-A‘là), que bordea el río del Paraíso
1881, 29, tomo I (5), pp. 51-56, como no debió ser un edificio aislado ni único, sino
(acequia mayor de Aljufía) desde Bāb
también en el Semanario Murciano, 1881, al-Munā (Puerta de los Huertos) hasta las que al igual que sucede en otros alcázares y
nº 175-176, pp. 194-205. blancas casas de la Arrixaca, cuya vista almunias reales (Madīnat al-Zahra, la Rusafa,
4
Cf. R. Amador de los Ríos, Memoria regocija al que las mira (versos 471-2)”.
los Reales Alcázares de Sevilla o la propia Al-
acerca de algunas inscripciones arábigas Cf. ©āzim al QarÐaŷannī Abū L-©asan,
de España y Portugal, Madrid, 1883, pp. Minhāŷ al-Bulaðā wa sīrat al-‘Udabā. hambra, entre otros) debería entenderse como
211-212, y Murcia y Albacete, Barcelona, Ed. Mu¬ammad al-Habib Beljuya, 1986, un conjunto de construcciones donde habría
1889, pp. 451-452. Beirut, Dar al-garb al-Islami y E. García
Gómez, Observaciones sobre la “Qasi-
que incluir, además, un oratorio, un posible
5
“Restos sin duda de las yeserías artís-
ticas que ornamentaban las casas o pa- da Maqsura” de Abu-l-Hasan Hazim al- cementerio o rauda real, algún palacio secun-
lacios reales de aquel Alcázar Saguir, sin Qartayannī, Al-Andalus, I,1933, fasc. 1, dario o de menor entidad, baños, viviendas de
p. 177.
duda restaurado en el siglo XIV, son unos servicio… Hasta ahora sólo se ha documen-
280
tado –y parcialmente– el palacio principal, dieval, este sector del arrabal estuvo plagado de Las artes
conservado, restaurado y acondicionado para propiedades de la nobleza y realeza cristianas, y las ciencias
la visita del público. tales como el infante don Fernando de la Cerda, en el Occidente
Existe, no obstante, un testimonio gráfico que el adelantado Alfonso García de Villamayor, el musulmán
consideramos fiable y que podría indicar la partidor mayor don Gil García de Villamayor,
existencia de otra construcción correspon- entre otros, que difícilmente habrían convivido Los palacios de
diente al conjunto áulico. Nos referimos a con los emires musulmanes. Tudmı-r
cierto plano del monasterio y edificios co-
lindantes levantado en la segunda mitad del
siglo XVIII con motivo de un “pleito de vis-
tas” interpuesto por las religiosas de Santa
Clara contra el canónigo Juan José Mateos
(figura 2). En dicho plano, conservado ac-
tualmente en el archivo del monasterio, apa-
rece representada una pequeña, pero esbelta
torre cuadrangular que se eleva sobre todos
los edificios colindantes. En ella se observa
una tipología arquitectónica anómala para
la época y totalmente diferente al resto de
estructuras dibujadas; presenta una cubierta
aterrazada en contraposición al resto de las
cubiertas, que son por vertientes. La torre se
localiza en el interior de la casa o propiedad
del expresado canónigo, pero muy cerca del
monasterio, a unos 20-30 metros del testero
oriental de la iglesia (en la actual avenida Al-
fonso X el Sabio) aproximadamente entre la
capilla mayor y el segundo tramo del templo.
En ella se observan unos remates almenados
de extraordinario parecido a los que coronan
muchos alminares de las mezquitas andalu-
síes y magrebíes8. Quizás podría interpre-
tarse como una obra islámica la mezquita
del alcázar del siglo XIII, todavía en pie en
fase tan avanzada como la segunda mitad del
siglo XVIII9. Esta construcción, tal vez pudo
formar parte del primer asentamiento de los
franciscanos, ocupada después por las clari-
sas y desagregada de la propiedad conventual
en fecha incierta, para pasar finalmente a ma-
nos particulares, quedando como simple torre 8
El plano está reproducido también en Figura 2. Plano del Monasterio de la
de alguna vivienda o como un palomar10. el catálogo de la exposición Paraísos segunda mitad del siglo XVIII
Sea como fuere, las construcciones del Qa½r a½- Perdidos. Patios y Claustros, Fundación
Cajamurcia, Murcia, 1999, p. 27, y actual-
¼aġīr que no formaban parte del palacio prin- mente se expone en el Museo.
cipal debieron quedar desagregadas del con- huerto real çercado de tapias plantado de
9
Por desgracia, en el plano no se dibuja la arboles e con vna torre de ladrillo e pa-
junto tras su desalojo como consecuencia de planta de la torre, sólo el alzado del último lomar que esta dentro en el dicho real,
la definitiva conquista cristiana de la ciudad cuerpo y el remate. Si estuviera reflejada con vna açequia de agua regadera que
en planta, por su exacta orientación po- entra dentro en el dicho real que toma el
protagonizada por Jaime I en 1266. No cree- dríamos deducir con mayor seguridad aún agua de la açequia mayor que llaman de
mos factible que el linaje hudí, y su aparato su relación con una mezquita. Aljuffia, que pasa cabo el dicho real, que
administrativo, permanecieran en el palacio a 10
Durante la Baja Edad Media fueron es en el Arrixaca de la dicha çibdat açerca
partir de esa fecha, en un sector conocido ya frecuentes los palomares en la huerta de de Santa Clara, que nosotros tenemos, que
Murcia. Precisamente tenemos noticia de ha por linderos de la vna parte la dicha
como la “Arrixaca nueva de los cristianos” o uno en las proximidades del antiguo alcázar açequia de Aljufia e el callejon publico que
“villa nueva”, que disponía de centros de culto menor que engrosó las propiedades de las esta a la puerta del dicho real e con el real
consolidados como la ermita de la Arrixaca, monjas de Santa Clara tras recibir un legado de herederos de Diego Oller, e de la otra
testamentario del regidor Juan Sánchez de parte con el real de Iohan de Cartagena,
donde se veneraba una imagen aportada por los Ayala en 1429. Quince años atrás, Diego clerigo de missa, franco libre e quito…”.
conquistadores y documentada en las Canti- Fuster y Francisca Fernández, su mujer, lo Cf. Documentos del Monasterio de Santa
gas alfonsíes, la iglesia de Santiago y la de San habían vendido al hidalgo murciano y a su Clara, CODOM XVII, ed. de I. García
mujer: “vendemos a vos, el onrrado Johan Díaz, Academia Alfonso X el Sabio, Mur-
Miguel, antigua mezquita consagrada al culto Sanchez de Ayala, vasallo del rey, et a uos cia, 1997, pp. 110-116 y 65-68, doc. nº 64
cristiano. A tenor de la documentación bajome- donna Ynes Garçia de Laza su muger…vn y 45, respectivamente.
281
Además del testimonio gráfico contamos con otro a la tercera taifa murciana. Creemos, sin em- Arquitectura y artes
indicio que parece apuntar en la misma direc- bargo, que se debe mantener una gran cautela decorativas de época
ción de un extenso complejo áulico islámico- a la hora de asignar una datación tan concreta; tardoalmohade: el
mudéjar. Nos referimos a la existencia, a levan- desde luego, la aparición de varios fragmentos palacio islámico de
te del palacio cristiano y hasta la muralla que de yeserías de traza almohade, sellados entre Santa Clara, Murcia
cerraba el arrabal, de varios “reales” ligados los escombros de relleno bajo las solerías del (Qas.r as.-S.agı-r)
a la monarquía. Es factible que el Real de la palacio, indica claramente que nos hallamos
Reina (en referencia a doña Violante) y el Real en un horizonte cronológico post-almohade.
del Infante (Fernando de la Cerca) hubieran La construcción del nuevo palacio no pudo,
formado parte de un supuesto lote tomado a por tanto, llevarse a cabo con anterioridad a
los reyes musulmanes tras la fallida revuelta la taifa de Abū ‘Abd Allāh Mu¬ammad ibn
mudéjar. En este sector de la Arrixaca, quizás Yūsuf ibn Hūd al-Mutawakkil, emir que abra-
como un reflejo de la propiedad y paisaje de zó la causa abasí y se alzó en 1228 contra los
época islámica, tras la conquista cristiana se unitarios en Murcia, donde gobernó hasta su
extienden numerosos reales o huertos cercados asesinato, acontecido en Almería en 1238. Por 11
Cf. M. Rodríguez Llopis e I. García
plantados de árboles frutales, de marcado ca- ahora, sólo estamos en condiciones de afirmar Díaz, Iglesia y sociedad feudal. El Cabildo
de la Catedral de Murcia en la Baja Edad
rácter recreativo. Como ya hemos mencionado, que nos hallamos ante un palacio islámico Media, Universidad de Murcia, Murcia,
la mayor parte de ellos estuvieron en manos de cuya cronología se inserta en un tipo de ar- 1994, p. 118.
la aristocracia local, aunque uno permaneció quitectura que aún no ha cuajado, en una fase 12
La muerte del emir Ibn Hūd en 1238
como propiedad real hasta su concesión al Ca- de experimentación y de transición entre dos aceleró la desaparición del reino musul-
mán de Tudmīr, aunque algunos años atrás
bildo catedralicio durante la segunda mitad del estilos claramente diferenciados como son el ya se observan síntomas de decadencia. La
siglo XIII e inicios del XIV: el real de la Reina almohade y el nazarí. No obstante, creemos presión cristiana en el noroeste del reino
fue cedido por Fernando IV en el año 1311 y que algunos rasgos estilísticos de las yeserías impulsó finalmente a algunos notables a
solicitar vasallaje del rey Fernando III,
otro real contiguo al anterior, el de Santa Clara, que exornan los alzados, los registros epigráfi- pactando la entrega de todas las fortalezas
también fue concedido al Cabildo en fecha im- cos, los materiales cerámicos y, sobre todo, la y la mitad de las rentas del reino a cambio
del protectorado castellano, la salvaguarda
precisa11. Algunos de estos reales debían contar traza del patio con una amplia alberca central
de las propiedades y garantizando el res-
con casas de carácter palaciego, tomando como parecen indicar que podríamos encontrarnos peto de sus costumbres y religión. Durante
lindero la acequia mayor de Aljufía y abriéndo- en una fase avanzada del siglo XIII, quizás la fase de protectorado castellano (1243-
1266) es previsible un mantenimiento de
se hacia la plaza del Mercado, amplio espacio más próxima a lo nazarí (también en fase de
las actividades artesanales y agrícolas de
abierto existente en lo que hoy conocemos co- gestación durante toda la segunda mitad del gran parte de los núcleos habitados. La po-
mo plaza Santo Domingo. siglo XIII) que a lo almohade. blación se mantuvo y, por tanto, también
sus usos y costumbres; de ahí que en la re-
Futuras excavaciones en este sector septentrio- Las intervenciones arqueológicas nos han permi-
gión de Murcia los testimonios materiales
nal de la Arrixaca confirmarán el esquema tido conocer que el uso del conjunto áulico del de la cultura islámica lleguen, al menos,
planteado para esta zona de la Arrixaca, que, siglo XII fue prolongado y sufrió continuos hasta 1266. Viviendas y palacios, zocos y
baños, mezquitas y alhóndigas continua-
por otra parte, parece el más lógico, puesto procesos de transformación que se intensifi- rán plenamente en uso hasta la subleva-
que es difícil imaginar la existencia de un caron notablemente en el periodo almohade. ción mudéjar. Tras ella, muchos artesanos
palacio aislado y carente de las precitadas Durante la última fase de ocupación del patio y artistas emigrarán al reino de Granada,
donde aportarán sus conocimientos y sa-
construcciones auxiliares. De momento, sólo de crucero del siglo XII, su superficie quedó beres, impulsando el nacimiento del arte
disponemos de los restos exhumados en las reducida con la construcción de nuevas edifi- granadino.
intervenciones arqueológicas desarrolladas en caciones. Si se superponen las plantas de los 13
Uno de esos períodos acontece in-
el monasterio de Santa Clara, que han permi- dos palacios es obvio que la construcción del mediatamente después de la muerte de
al-Mutawakkil entre 1238 y 1241; go-
tido restituir el perímetro del citado palacio y, nuevo ocasionó una completa reestructuración bierna su hijo Abý Bakr Mu¬ammad b
en cierta medida, conocer la configuración de de la superficie del alcázar menor, circuns- Mu¬ammad al-Wā£iq bajo la regencia de
algunas estancias. tancia que puede responder a motivaciones su tío ‘Ali ibn Yūsuf Adud al-Daula en
1238, a quien suceden miembros del linaje
de índole ideológica, pero también funcional de los Banū Jattab, Azīz ibn ‘Abd al-Malik
2. Fundación del nuevo (figura 3). Un hecho objetivo, que no ha sido ibn Mu¬ammad ibn JaÐÐāb ¾iya’ al-Dau-
palacio hudí suficientemente valorado, es que se produce la (1238-1239) y de los Banū Mardanīs,
Zayyān ibn Mardanīs (1239-1241). Tras
una reducción considerable de la superficie la muerte de Mu¬ammad Ibn Hūd Bahāÿ
Quizás en un futuro se localicen nuevas referen- ocupada por el palacio principal, decisión que al-Daula en el período 1260-1266 se
cias en las fuentes árabes que permitan cono- no parece en consonancia con una fase expan- suceden breves reinados: Abý Ya‘far b
Mu¬ammad b Mu¬ammad ibn Hūd (1260-
cer con exactitud el momento en que los reyes siva donde el poder político está consolidado. 1263), Mu¬ammad b Abu Ya‘far ibn Hūd
musulmanes de Murcia decidieron derribar A modo de reflexión nos preguntamos si la (1263-1264) y Abý Bakr Mu¬ammad b
las construcciones fundadas por los almo- construcción del nuevo palacio, más que una Mu¬ammad al-Wā£iq, por segunda vez
(1263-1266), emir que lideró la revuelta
rávides y levantar un nuevo alcázar menor, consecuencia del poder del emirato murciano mudéjar y abandonó definitivamente el
parcialmente conservado en la actualidad. En bajo el gobierno de Ibn Hūd al-Mutawakkil, alcázar menor.
el estado actual de la investigación, no resulta entretenido en mantener y acrecentar el poder 14
Cf. E. Molina López, “Aziz b. Jattab,
posible precisar cuándo tuvo lugar ese hecho, político en el resto del territorio andalusí, no destacada personalidad política, científica
y literaria murciana del siglo XIII”, Mis-
aunque de forma reiterada se viene datando en responde en realidad a una adecuación del celánea Medieval Murciana, IV, 1978,
el segundo cuarto del siglo XIII y atribuyendo espacio como sede permanente de la corte pp. 63-86.
282
Las artes hudí, circunstancia que encajaría mejor ya mardanisí, por aclamación popular toma el
y las ciencias bajo la fase de protectorado castellano, esto poder Mu¬ammad ibn Mu¬ammad Ibn Hūd
en el Occidente es, a partir del año 124312. Bahāÿ al-Daula, que logró consolidarse en su
musulmán A la hora de plantear una posible cronología para cargo nada menos que durante dos décadas,
la fundación del nuevo palacio hemos de te- desde 1241 hasta 1259/60, lo que constitu-
Los palacios de ner en cuenta que una construcción de esa en- ye el período de gobierno más prolongado y
Tudmı-r vergadura posiblemente sólo pudo afrontarse estable en el emirato murciano durante todo
durante un gobierno estable y prolongado. el siglo XIII. Pese a la aparente debilidad de
su gobierno, no en vano dos años después de
su llegada al poder se vio obligado a pactar
con el monarca castellano y convertirse en
su vasallo, bajo su mandato mantuvo intac-
ta su influencia sobre la población mudéjar,
mayoritaria en la ciudad, en el alfoz urbano
e incluso sobre algunos enclaves de Tudmīr.
Las arcas reales estuvieron relativamente sa-
neadas, durante su gobierno sabemos que se
siguió acuñando moneda áurea al menos has-
ta el año 1257 y se redujeron drásticamente
los gastos militares15. La trayectoria política
de Mu¬ammad ibn Hūd al-Daula, que optó
claramente por afianzar su posición mediante
un pacto de vasallaje y el pago de tributos al
reino castellano-leonés, es en realidad muy
similar a la del fundador de la dinastía nazarí,
Mu¬ammad ibn Na½r (1238-1273), quien tras
consolidar su poder en Almería y Granada
en 1246 firmó un pacto con Fernando III de-
clarándose vasallo del rey castellano-leonés;
la firma de ese pacto, el pago de tributos y
una nada honrosa colaboración militar para
la toma cristiana de Sevilla, le permitieron
disfrutar de un prolongado periodo sin hosti-
lidades, circunstancia que le fue propicia para
consolidar su posición.
En el caso de Murcia, la firma del Tratado de Al-
caraz de 1243 trajo consigo un hecho de gran
trascendencia simbólica que no debe pasar
desapercibido en la historia del emirato mur-
ciano: tras ser ocupada la ciudad, se produjo
el desalojo de la corte instalada secularmen-
te en el alcázar mayor (al-Qa½r al-Kabīr) y
su sustitución con carácter permanente por
una milicia cristiana. Aunque carecemos de
documentación que lo corrobore, en buena
lógica el traslado de la corte hudí al alcázar
menor debió realizarse en el mes de abril, tras
la entrevista entre los herederos de los tronos
Figura 3. Superposición de las Con esas premisas deberían quedar descar- y la capitulación del reino musulmán, en to-
plantas de los palacios almorávide tados dos períodos difíciles para la historia do caso antes del 1 de mayo del mismo año,
y hudí
de la ciudad y del emirato, caracterizados cuando el infante don Alfonso escenificó una
por los disturbios e inestabilidad política: entrada triunfal en la ciudad de Murcia y se
15
Cf. F. Codera, “Monedas inéditas de los los comprendidos entre 1238 y 1241 y entre hizo entrega del alcázar mayor a la hueste
últimos años de los árabes en Murcia”,
Revista de Arqueología Española, 1880, 1260 y 126613. Especialmente conflictivo y cristiana16. El alcázar menor se convierte de
I, pp. 33-34. convulso fue el final del gobierno de ‘Aziz esa manera en sede permanente del gobierno
16
Cf. Primera Crónica General de Es- b. JaÐÐāb, antiguo gobernador de Murcia con de los últimos emires musulmanes de Murcia,
paña, ed. de Ramón Menéndez Pidal, al-Mutawakkil y rebelado el 17 de agosto de circunstancia que se prolonga durante todo el
Madrid, 197, vol. II, p. 742, e Ibn I²ārī,
Bayān al-Mugrib, ed. de A. Huici Miran- 1238 contra los Banū Hūd14. Tras el trienio protectorado castellano, intervalo comprendi-
da, Tetuán, 1953, p. 287. de gobierno del nuevo miembro del linaje do entre 1243 y 1264.
283
Arquitectura y artes El desalojo del alcázar mayor y el traslado al en perfecta coordinación con el rey granadino
decorativas de época menor fue protagonizado por la familia hu- y que supuso una momentánea recuperación
tardoalmohade: el dí representada por el emir Mu¬ammad Ibn del control de la ciudad y del alcázar mayor por
palacio islámico de Hūd Bahāÿ al-Daula y por su hijo y prínci- parte de los musulmanes; tanto es así que la re-
Santa Clara, Murcia pe heredero firmante del tratado de paz, y vuelta fue conocida como “rebelión del alcázar
(Qas.r as.-S.agı-r) allí permanecieron, al menos, por espacio de de Murcia”17. En febrero de 1266 se sucede el
veinte años. Las condiciones en las que se asedio de la ciudad de Murcia y la reconquista
llevó a cabo el traslado se nos escapan, pero del alcázar mayor por parte de las huestes ara-
es lógico proponer que sería a partir de ese gonesas de Jaime I. A partir de ese momento,
momento, y en los años siguientes, cuando la lógica de los acontecimientos nos llevaría a
se habrían afrontado reformas de cierta en- pensar que los emires musulmanes volvieron a
17
De este interesante y turbio periodo se vergadura en el alcázar menor con el fin de ocupar el alcázar menor a la espera de nuevos
conservan tres cartas redactadas por Ibn
JaÐÐāb al Mursī. Carecen de data, pero por
acomodarlo a la nueva funcionalidad: servir acontecimientos.
el contexto en el que se inscriben debieron de sede permanente de la familia real, con las Su presencia en la ciudad justificaría el poste-
ser redactadas poco después de la revuel- connotaciones simbólicas que ello había de rior encargo de Alfonso X, con fecha de 5 de
ta mudéjar, siendo, por tanto, algunos de
los últimos testimonios conservados de la tener para los propios súbditos musulmanes, junio de 1266, para que el “rey de Murcia”
diplomacia musulmana. En la primera de para los nuevos pobladores cristianos que po- (última mención del monarca musulmán con
ellas se informa al emir granadino de la co a poco configuran el Concejo de Murcia la ese rango) organizara el traslado de todos los
toma del alcázar de Murcia: “Y escribió
para informar de la toma del alcázar de Nueva y para las minoritarias milicias cris- mudéjares desde el interior de la ciudad hasta
Murcia (que Dios la devuelva a los musul- tianas. Los emires bien pudieron permanecer el sector occidental de la Arrixaca (morería):
manes)…Desde Murcia, y no es sino por la en uno de los palacios aledaños del alcázar “Et sobreseo yo embio mi carta al honrrado,
generosidad de Dios y por su baraka que
hay bondades y facilidades sucesivas. Y a menor mientras se erigía un nuevo y principal rey de Murcia, que faga a los moros que se
Dios gracias. Y en el momento de redactar edificio, cuya construcción contribuiría, por muden al Arrixaca con todas sus cosas, del dia
este escrito pudo el vasallo conquistar el otra parte, a ocupar abundante mano de obra, que mi carta uiere a quarenta dias, et que de-
alcázar, y ahí levantó vuestra bandera que
se hizo con las manos de los que nos apo- frenando la sangría de la emigración mudéjar fienda a los moros que ninguno no faga danno
yan…”. La segunda misiva es un escrito de ante la nueva situación política. En definitiva, en las casas que lexan en la uilla...”18. En el
felicitación por la toma de la alcazaba de la construcción de un nuevo palacio principal mismo documento, más adelante, se parten los
Jerez, redactado desde el alcázar de Mur-
cia, mientras que la tercera es una petición de menor superficie puede interpretarse como heredamientos de la huerta entre los cristia-
de socorro para conservar el alcázar de resultado de una acomodación de los régulos nos y los musulmanes, se divide la huerta en
Murcia. Cf. Hassan el-Ghailani, Edición y musulmanes a una nueva situación de crisis dos sectores, reservándose el oriental para los
estudio del “Fa½l al-jitāb” de Abū Bakr Ibn
JaÐÐāb al Mursī. Tesis doctoral dirigida por poblacional y económica. primeros y el occidental (comunicado con la
María Jesús Viguera Molins, Universidad También cabe preguntarse si la reestructuración Arrixaca) para los mudéjares. En el sector sur
Complutense de Madrid, Facultad de Filo- del alcázar menor de Murcia pudo ser contem- sirve como referencia de deslinde la mezquita
logía, Departamento de Estudios Árabes e
Islámicos, 1994 (inédita) poránea de las primeras construcciones pa- de Alharilla, situada en el eje central de la ciu-
18
Cf. Documento número XVIII. Archivo latinas del alcázar de La Alhambra, cuando dad, mientras que en el norte la división parte
Municipal de Murcia, Privilegios origi- sin duda el arte nazarí (tal como acontece en precisamente del extremo oriental de las casas
nales, nº 4. Publicado en la Colección de el palacio murciano) aún no se había despo- concedidas al rey de Murcia: “Et de parte de
Documentos para la Historia del Reino de
Murcia, I, Documentos de Alfonso X el jado de algunos rasgos estilísticos almohades la trasmontana que dizen Algeuff, assi como
Sabio, edición de J. Torres Fontes, Murcia, o, lo que es lo mismo, no había terminado de toma del canton oriental de las casas que yo
1963, p. 30.
combinar los elementos que le otorgarían una di agora en el Arrixaca al rey de Murcia, por
19
Ibíd., p. 31. La cesión de las citadas ca-
originalidad dentro del arte islámico. Desgra- linea derecha assi como ua a cabo de las casas
sas de la Arrixaca podría entenderse bien
como la cesión del alcázar menor (que en ciadamente, a excepción del recinto amuralla- de Cudiataçebit,…”19. La interpretación de es-
poco tiempo quedaría sin efecto) o bien do, poco se sabe de los palacios atribuidos a te deslinde es arriesgada, pero el hecho de que
como un indicio del desalojo del rey mu-
sulmán y su traslado al sector occidental
Mu¬ammad I, puesto que fueron sustituidos el flanco oriental del palacio coincida con el
del arrabal. por otras construcciones más tardías. Creemos eje viario de la calle Trapería (que marcó una
20
La calle Trapería fue ensanchada y en que la corte granadina constituiría el principal anterior separación realizada por el suegro del
ella por orden del rey aragonés se elevó referente del reino musulmán murciano y con monarca castellano) induce a pensar que esas
muro de separación entre la comunidad
islámica y cristiana «...las tiendas que los
el tiempo será la única esperanza de abandonar “casas” del rey de Murcia podrían referirse al
christianos vendran los pannos de Francia su condición de vasallo respecto a los caste- alcázar menor20.
e las tiendas de los cauios de las monedas llano-leoneses. Los contactos comerciales y La salida de los hudíes de la ciudad debió ma-
e la pelligeria sean en aquella carrera que
el rey deAragon fizo derribar las casas, de
diplomáticos debieron ser intensos y quizás terializarse poco después. A partir de esa
Santa Maria fasta al muro de la cibdat faza Mu¬ammad Ibn Hūd Bahāÿ al-Daula intentó fecha se suceden las donaciones de casas y
el Arrixaca... Otrosy, porque nos pidieron imitar en lo posible, y salvando las distancias, propiedades del rey musulmán; apenas había
por merced que todas las tiendas de la Tra-
peria e de los canuios e de la pellegeria...»).
las construcciones que sabemos se habían ini- trascurrido un mes (el 4 de agosto) concede al
CODOM - I, doc. XXXI, p. 44. A.M.M., ciado en La Alhambra a partir del año 1237. La Concejo 200 tahúllas de heredad en la Arrixa-
Libro de Privilegios, fols. 11r a 14r. intensa colaboración entre los emires murciano ca sin que se señale su ubicación concreta,
21
AMM, Privilegios originales, nº 11, pu- y granadino queda evidenciada en la revuelta siendo muy significativo que en este docu-
blicado por J. Torres Fontes, CODOM,
I, Documentos de Alfonso X, 1963, doc. de los mudéjares mursíes acontecida en el año mento aparezca ya mencionado como “rey de
XXIII, p. 34. 1264, rebelión realizada por al-Wā£iq ibn Hūd los moros de la Arrixaca”21. Ese tratamiento
284
se repetirá en lo sucesivo y es muy clarifica- Las artes
dor sobre la decadencia de esta institución y las ciencias
que comandaría más bien nominalmente a la en el Occidente
comunidad musulmana hasta finales del siglo musulmán
XIII. Creemos, por tanto, que poco después
de esa profunda reorganización de la ciudad, Los palacios de
Abū Bakr al-Wā£iq ibn Hūd habría abandona- Tudmı-r
do sus dependencias para asentarse en Yéchar,
núcleo rural alejado de la capital y de toda
influencia política22.
El buen estado de conservación en que se encon- Figura 4. Planta restituida del
palacio hudí
traba el palacio islámico, gracias a lo reciente
de su construcción y al mantenimiento al que
fue sometido por ser la sede permanente de la
corte musulmana a partir de 1243, son algunos
de los factores que favorecieron que esas ins-
talaciones fueran incorporadas a la propiedad
real y se acondicionaran como “casas reales”
de los borgoñones hasta que el rey Pedro I
concede su propiedad a la Orden de Santa Cla-
ra para que “ampliaran” su monasterio. Otro
factor que indirectamente favoreció la conser-
vación de los restos arquitectónicos del pala-
cio islámico fue el escaso poder adquisitivo
de las religiosas y las dificultades económicas
que atravesaron a lo largo del siglo XIV. En un
principio, no parece que realizaran demasia-
das obras. Habrá que esperar hasta los últimos
años del siglo XV, momento en que profesaron
algunas acaudaladas doncellas de la nobleza
local y cuando se dejó sentir el decidido apo-
yo y protección de los Reyes Católicos tras
acatar la observancia de la Regla, para que las
monjas inicien obras de gran envergadura co-
mo la construcción del desconocido claustro
cuadrangular, que contribuirán a transformar
las fábricas y a desvirtuar las estancias del
palacio principal.

3. Restitución de la planta del


palacio hudí
Han sido múltiples las publicaciones en las que
se han avanzando planimetrías del palacio
hudí de forma un tanto prematura. Las úl-
timas intervenciones arqueológicas realiza-
das en extensión, y sobre todo el hallazgo
de la alberca central, permiten hoy en día
proponer una restitución muy ajustada de la
planta del palacio principal del alcázar menor
(figura 4). Aunque la nueva construcción en
parte se pueda explicar por el mal estado
de la anterior, los alarifes que elevaron el 22
Al acabar el siglo XIII, el último de los
nuevo palacio tuvieron la oportunidad de emires murcianos será denominado como
“rey de Yéchar”. El final de este proceso
contemplar los paramentos del precedente de degradación acontece en el año 1293,
23
En el alcázar almohade, los espacios de
hasta tal punto que su diseño pudo inf luir cuando las cortes de Valladolid adoptaron representación se encontraban solados con
el acuerdo de prohibir a los musulmanes la ladrillo en espiga. Ahora esos mismos des-
de alguna manera en la traza de la nueva
compra de tierras a los cristianos y se les pieces aparecen no sólo en los salones y
construcción, sobre todo en lo referente a los concede el plazo de un año para vender las pórticos, sino también en los andenes del
andenes transversales23. que aún poseían. patio.
285
Su construcción constituye una profunda reno- niveles de circulación; otra labor de conside- Arquitectura y artes
vación de la arquitectura áulica de este sector ración fue la excavación en el patio del pala- decorativas de época
noble de la ciudad. El edificio, parcialmen- cio de una fosa profunda que habría de alojar tardoalmohade: el
te conservado en alzado, fue trazado prác- la infraestructura de una alberca. El resultado palacio islámico de
ticamente sin tener en cuenta el perímetro final de tales obras es una planta ligeramente Santa Clara, Murcia
de un complejo áulico anterior sobre el que trapezoidal con un eje mayor norte-sur y el (Qas.r as.-S.agı-r)
se asienta; para su edificación se tuvieron esquema habitual en este tipo de edificacio-
que derruir por completo dependencias del nes áulicas: un amplio patio central dotado de
conjunto palatino anterior más extenso, cuya cuatro arriates y alberca rectangular longitu-
existencia podemos remontar hasta época al- dinal, frentes menores provistos de salones
morávide y que estuvo en uso en la almohade con alhanías en los costados precedidos de
y posiblemente en la taifa hudí 24. El nuevo pórticos tripartitos, igualmente dotados de
palacio dispuso de una superficie construida alhanías, y torres cuadrangulares o rectangu-
de unos 2.706 m 2, lo que viene a representar lares en las esquinas.
aproximadamente algo menos de la mitad de En lo referente al acceso, nada sabemos. Es pro-
la extensión ocupada por el palacio principal bable que al cuerpo principal del palacio se
anterior, que estimamos en torno a unos 4.937 ingresara a través de dependencias secunda-
m 2. El nuevo palacio limita en su flanco sur rias situadas en el flanco suroriental, el más
con la acequia mayor de Aljufía, cuyo traza- próximo a la ciudad y al camino alto que si-
do, a la luz de nuestra intervención, al menos gue el trazado de la acequia Aljufía. El patio
en este tramo debe ponerse en relación con la restituido era cuadrangular, medía 39,88 m x
propia del palacio, como parte de su diseño. 39,40 y ocupaba una superficie de 1571 m 2.
El cierre septentrional de alguna manera se El elemento más destacado del mismo es una
adapta al andén transversal del anterior pa- alberca que tenía un doble carácter ornamen-
lacio, quedando el exterior acondicionado tal y funcional, duplicando en sus cristalinas
como área hortícola del alcázar, aprovechan- aguas los testeros de los pórticos, refrescando
do buena parte de los espacios a cielo abierto el ambiente en los calurosos meses estivales y
(arriates NE y NW) del anterior palacio; el permitiendo el riego de los jardines. La alberca
flanco occidental parece ajustarse a los lí- murciana es rectangular y se sitúa en el eje
mites del palacio anterior, aunque ahora las del patio, morfología y disposición que van
viviendas que antes se adosaban han sido des- a caracterizar los patios nazaríes y que en el
montadas, quedando posiblemente como un caso murciano contribuye a corregir el aspecto
espacio abierto; finalmente, el cierre oriental cuadrangular creando un punto de fuga longi-
es el único que no tiene como referencia nin- tudinal (figuras 5 y 6). Sus dimensiones (26,32
guna edificación anterior. m de largo, 7,60 de ancho y 1,30 de fondo) son
La nueva construcción se inicia con un potente algo menores que las registradas en el patio de
encofrado de las cimentaciones para el cual Comares (34 x 7,10 m), pero mayores que otros
no fue necesario excavar fosa de cimentación palacios como el de Abencerrajes (21,1 x 3,67
alguna. Todos los muros de carga del palacio m) y El Partal (23 x 13,4 m). Lógicamente, la
fueron fabricados en tapial de argamasa, de alberca se halló colmatada completamente por
0´80 m de espesor, salvo los muros testeros tierras aportadas cuando se decidió su amorti-
perimetrales que arrojan unos 0,90 m de an- zación, creando para ello un tercer jardín cen-
chura. Los tapiales de hormigón fueron rema- tral que se suma a los laterales, donde también
tados por potentes pilares de ladrillo (con un se habrían suprimido los andenes transversales
módulo de 24 x 12 x 4,5 cm) que encontramos (este-oeste). Creemos que esas obras debieron
tanto en los tramos ocupados por los vanos realizarse con posterioridad a la cesión del
como en las esquinas; con ellos se consigue palacio a las religiosas clarisas, en una fase
atar los lienzos de tapial mediante machones donde se potencia un aprovechamiento hortí-
angulares de ladrillo trabado de 0,90 x 0,80 cola intenso del espacio que antes había sido
m, tal como se constata, por ejemplo, en los meramente recreativo. La ausencia de cerá-
ángulos inmediatos a ambos pórticos de los mica del siglo XIII y la presencia de algunas
salones norte y sur. A tenor del registro es- cerámicas mudéjares de reflejo dorado y azul
tratigráfico, una vez elevadas las primeras cobalto registradas en el relleno de la alberca
tapias que marcan el perímetro de los salones, confirman la cronología planteada.
los pórticos y las estancias de las esquinas, se Tras el vaciado de la tierra de colmatación se
derribaron las construcciones del conjunto documentaron los paños revocados de cal, sin
anterior y los escombros obtenidos fueron restos de decoración. En las esquinas y adosa-
utilizados como material de relleno aportado das a los paños se hallaron tres escaleras, y la Consultar nuestro artículo en este mis-
24

en pórticos y salones con el fin de elevar los impronta de una cuarta en el ángulo NE, que mo volumen.
286
Las artes permitían el descenso para realizar labores de de colector; fue interesante comprobar cómo
y las ciencias mantenimiento. Desde el andén se desciende en realidad aprovechaba la solera del canal del
en el Occidente a una plataforma cuadrada a la que siguen dos palacio anterior, pero, en consonancia con la
musulmán escalones, todo ello realizado en fábrica de elevación de los niveles de circulación ante-
ladrillo trabado y cubierta de lajas pétreas. El riormente mencionados, tuvieron que levan-
Los palacios de sistema de vaciado de la alberca también pudo tarse muros de ladrillo rematados por cubierta
Tudmı-r ser documentado; junto al suelo y muy cerca abovedada.

Figura 5. Recreación ideal del


patio hudí

Figura 6. Estado actual del patio


andalusí

de la esquina SW se identificó una boquera Una alberca de estas características carecería de


rectangular (0,34 m de luz) que comunicaba sentido sin la presencia de fuentes de agua
el interior de la alberca con un canal de 0,48 en los pórticos, como las que configuran los
m de anchura, hecho en tapial de mortero. Del patios nazaríes construidos en la segunda mi-
citado canal se puso al descubierto un tramo tad del siglo XIII. El agua que rebosaba de la
de 6,66 m que atravesaba todo el arriate SW y fuente se deslizaba a través de un canalillo
trasladaba el agua hasta un albellón subterrá- construido con sillares de arenisca, al igual
neo que recorre 18 m del flanco occidental del que el vaso, y vertía directamente en la al-
palacio (en dirección sur), atraviesa la torre berca. Por desgracia, la fuente del frente sur
SW y termina por desaguar en la acequia de quedó destruida por reformas posteriores; en
Aljufía. Ese canal se situaba por debajo del concreto, por la excavación de una acequia
nivel de circulación y desempeñaba la función que recorría el centro del patio del monasterio,
287
Arquitectura y artes pero de su existencia tenemos constancia ine- lámicos. Sólo se conservó en el interior del
decorativas de época quívoca gracias al tramo del canal y piquera pórtico sur una parte del marco vertical del
tardoalmohade: el vertedora realizados con sillares de arenisca arco lateral occidental debido al aprovecha-
palacio islámico de conservados in situ. De la fuente existente miento del propio pilar antiguo para empotrar
Santa Clara, Murcia en el pórtico norte sólo quedaba una masa de la rosca del nuevo. El resto original conserva-
(Qas.r as.-S.agı-r) cal de contorno irregular en cuyo centro se do presenta el característico estucado y unas
apreciaba una impronta circular de 0,99 m de estrechas fajillas pintadas que recorrían su
diámetro configurada por 6 sillares (de 0,24 m alfiz, tal y como existen en su opuesto del
de anchura) en segmento de círculo formando frente septentrional. En cuanto a la arqueolo-
un vaso que habría de acoger una pila incrus- gía de los alzados, la excavación parietal del
tada cuya huella mide 0,50 m de diámetro. interior del pórtico sur ha confirmado que,
En el centro persistían restos de la tubería de en sus extremos, se han mantenido alzados
plomo que impulsaba el agua. originales de más de 7 m y que los paramentos
La verdadera originalidad del patio murciano es de tapial culminaban en una faja horizontal
la presencia de cuatro arriates o jardines dife- de ladrillo donde quedan restos salientes de
renciados por andenes o paseadores perime- madera embutida que podrían pertenecer al
trales solados con ladrillos. Sus dimensiones soporte de la primitiva cubierta.
arrojan bastante regularidad, el NW medía 15, En los dos costados del pórtico norte se emplaza
23 x 12,16 m, el NE 15, 39 x 12,09 m, el SW un gran arco de descarga con pilar central
15,12 x 11,82 m y el SE 14, 96 x 12,55 m. Los que genera sendas luces simétricas de 1,90 m
andenes que rodeaban la alberca medían 1,56 debajo del mismo. Los huecos extremos dan
m de anchura el occidental y 1,62 el oriental acceso a los cuerpos torreados emplazados
y estaban, al igual que el resto, solados con en los ángulos del palacio, mientras que los
ladrillo en espiga y frentes en sardinel. De los restantes estuvieron cerrados por tabiques de
andenes transversales, adosados a la alberca, ladrillo para aislar las alcobas del pórtico. En
no encontramos las soleras; sólo quedaba la el pórtico sur, estos huecos no resultan de la
base de tapial calicastrado de 1,55 m de an- mera división de un arco en dos segmentos
chura, puesto que, como ya hemos mencio- iguales, sino que cada vano tiene su propio
nado, el tramo más superficial fue desmon- arco. La explicación de esta diferencia parece
tado con el fin de habilitar dos arriates de eje relacionada con la anchura de los huecos: el
longitudinal. En el diseño original, el riego análisis de las roscas revela que generaban
de los arriates debió realizarse mediante ata- luces distintas, al contrario del frente norte,
nores cerámicos ensamblados, de los cuales y consecuentemente no podían estar origina-
se han hallado restos tanto en el frente norte dos a partir del trazado de un solo arco. En el
como en el sur. frente sur se ha comprobado fielmente que
En los frentes menores existían pórticos triparti- las alcobas del pórtico no estaban comuni-
tos, con un arco central mayor que los laterales cadas directamente con el patio del palacio,
y dos alcobillas en sus costados, atajadas por puesto que sus testeros se encontraban em-
pequeños pilares de ladrillo de 0,25 m de lado, plazados contra el tabique que cerraba el arco.
probablemente coronados por arcos, pues en Ahora bien, ¿para qué emplazar sendos arcos
las inmediaciones de la alcoba oriental del de descarga, con el consiguiente riesgo es-
pórtico sur se ha encontrado el arranque de tructural en las fábricas, si uno de los huecos
un arco con intradós de 0,12 m de anchura. El generados bajo los mismos iba a mantenerse
interior del pórtico presenta una anchura dife- permanentemente cerrado? No tenemos una
rente en ambos frentes: en el lado norte mide respuesta plenamente convincente para este
3,15 m, mientras que en la parte sur alcanza problema y sólo podemos conjeturar acerca de
los 3,85 m. Los arcos laterales del pórtico nor- una modificación en el proyecto original que
te se conservan en alzado, mientras que en los supuestamente contemplase una organización
del frente meridional sólo se ha mantenido el distinta en el interior del pórtico, con un me-
arranque de un arco y los cimientos de los nor desarrollo en la longitud del mismo y sin
otros dos, puesto que en aquel emplazamiento la presencia de alcoba en sus extremos.
las religiosas construyeron una triple arquería Según parece, en la fase inicial tanto salones como
rebajada y actualmente cegada. Estos arcos pórticos estaban pavimentados con capas de
son de menor altura que los primitivos y el yeso. En el lado norte quedaban restos de dos
central es de mayor anchura que los laterales, suelos que presentaban espesor variable (1-2
igual que los islámicos; su construcción ori- cm) y se encontraban separados unos 7 cm por
ginó la práctica destrucción de los tres arcos un nivel de tarquín oscuro y estéril. Poco des-
musulmanes, pues sus pilares están situados pués se procedió a solar el interior del pórtico
en el mismo lugar donde estuvieron los is- con un ladrillo en espiga dispuesto en ángulo de
288
45º de módulo 24 x 12 x 4,5 cm con un ladrillo muros se hicieron con el recorte de pequeños Las artes
perimetral que enmarca la espiga y delimita triángulos de ladrillo. y las ciencias
muros y umbrales de huecos. En el frente norte, En el interior de la sala septentrional, a ambos en el Occidente
enlazando los pilares del arco central del pórti- lados del acceso, el paramento de tapial se musulmán
co, se halla un amplio muro de 36 cm de ancho encontraba interrumpido por sendos pilares
que formaba cimentación de su umbral. Sobre rectangulares de ladrillo enlazados por un Los palacios de
el mismo encontramos una hilera de ladrillos tabique, también de fábrica de ladrillo. Entre Tudmı-r
puestos de plano de 24 cm de longitud que de- ambos pilares queda un hueco de un metro y
bía constituir el portal y límite de la espiga de medio de luz que interpretamos como alace-
ladrillo que solaba el interior. nas a las que debía accederse desde el interior.
Curiosamente, el replanteo de la pavimentación En cuanto al salón sur queda constancia docu-
de ladrillo es distinto en cada una de las alco- mental del arrabá que publicó Fuentes y Ponte
bas de los pórticos: en el norte, en la alcoba coronando la puerta de un locutorio, en el tra-
occidental aparece un sardinel formando espi- mo oriental, y que se ha ubicado en la sala de
ga, y la oriental presenta la misma espiga pero exposiciones del salón norte. La actuación en
con el ladrillo dispuesto de plano. En el frente el salón sur ha puesto al descubierto este hue-
sur, la alcoba oriental está solada con sardinel co de más de un metro de luz, situado en las
en espiga en ángulo de 45º, elevado unos 10 proximidades de la alcoba oriental, con restos
cm en relación con el pavimento del pórtico. de un solado en sardinel y un quicial.
Bajo estos suelos hallamos una pequeña capa Las transformaciones posteriores del palacio en
de tierra con restos de cal y un grueso nivel lo referente a los lados mayores impiden co-
de barro oscuro, de idénticas características al nocer a ciencia cierta si dispuso de crujías,
documentado entre los suelos de yeso. Entre pero la excavación del interior del patio y la
unos y otros se han encontrado escasos frag- delimitación de los arriates, así como de los
mentos cerámicos pertenecientes a jarritas muros de cierre del palacio, permiten plantear
esgrafiadas, ataifores con repié moldurado… la existencia de una sola sala en el flanco occi-
materiales que no clarifican en absoluto la dental. El cierre oriental fue documentado en
diferencia cronológica entre los diferentes pa- su momento y no deja lugar a dudas, puesto
vimentos y que se engloba dentro de los que que a él se adosó la iglesia gótica del conven-
se denomina genéricamente como cerámica to; el cierre occidental debió quedar comple-
islámica del siglo XIII. tamente arrasado por una sólida cimentación
En los frentes menores, el salón constituye el de la crujía barroca construida para ampliar
principal espacio de recepción. El del flanco el convento. No obstante, es evidente que de-
norte mide 23,50 x 4,50 m, mientras que el del bió seguir el trazado documentado en la torre
sur, ligeramente trapecial, tiene 23,30 x 4,70 NW. En ese flanco restituimos una estancia
m. Ambos presentan alhanías elevadas en los más estrecha que en los flancos mayores y
extremos, de 3,85 m de profundidad, deli- compartimentada.
mitadas por arcos de medio punto peraltado En el extremo occidental de los frentes norte y
apeados en semicolumnas de yeso adosadas sur del palacio –probablemente también en
a mochetas cuadradas de ladrillo enfoscado el oriental– existían cuerpos monumentales
de 0,40 m de lado. El salón sur tenía como de planta rectangular, presumiblemente to-
testero meridional un grueso muro de tapial rreados, con estructura interior compuesta
medianero con la acequia mayor. La alhanía de cuatro pilares simétricos que originan un
oriental estuvo pavimentada de ladrillo de espacio central de planta rectangular y es-
módulo 0,24 x 0,12 m dispuesto en espiga tancias o salas alargadas en torno, todo ello
trabada en ángulo de 90º, elevado unos 0,10 m conservado exclusivamente a nivel de cimen-
en relación con la solería del resto del salón. tación. La torre NW tenía 10,50 x 8,50 m de
El umbral de la alcoba está constituido por un superficie interna y en su interior se disponen
sardinel de ladrillo que diferenciaba en planta cuatro machones angulares que delimitan un
el espacio entre alcoba y salón. De la alhanía espacio cuadrado central de 5,30 x 4,70 m,
occidental del salón no ha quedado resto al- mientras que su opuesta, la torre SW, cons-
guno de sus atajos ni de la solería, auque es ta de un espacio central algo menor (4,25 x
evidente que la estancia existió, puesto que 3,90), restituido en gran medida a partir de
en la demolición de 1960 se rescataron ele- simetrías, con la peculiaridad de presentar un
mentos pertenecientes a un arco festoneado pequeño pilar entre los machones angulares, 25
I. Pozo Martínez, “Arqueología y ar-
que guarnecía su acceso. El interior del salón de forma que genera huecos dobles25. quitectura islámicas en el Monasterio de
Santa Clara la Real (Murcia)”, catálogo de
sur estaba solado por una espiga de ladrillo A la luz de los restos conservados y la comparación la exposición Paraísos Perdidos. Patios y
(0,24 x 0,12 m) dispuesta en ángulo de 45º con otras construcciones de planta similar es Claustros, Fundación Cajamurcia, Murcia,
(en inglete), de modo que los remates con los previsible que en torno a la estructura central 1999, pp. 67-71.
289
de estas torres existiesen salas de habitación sur sólo se ha mantenido en planta, aunque se ha Arquitectura y artes
alargadas, con una organización similar a la podido restituir a partir de los fragmentos recu- decorativas de época
de una vivienda, aunque no existen hipotéticas perados tras la demolición del ala meridional del tardoalmohade: el
divisiones salvo los tabiques que hacen las fun- monasterio. En ambos casos, se identificó una palacio islámico de
ciones de zaguán. Si observamos otros ejem- de las quicialeras de piedra junto a la puerta y el Santa Clara, Murcia
plos de la arquitectura islámica comprobamos análisis comparativo pone de manifiesto que se (Qas.r as.-S.agı-r)
que algunas de las compartimentaciones sólo trata de huecos simétricos.
se deducen tras analizar los alzados, puesto La portada de acceso al salón norte (figura 7) fue
que se realizan por arcos atajos apeados sobre delimitada en los trabajos de restauración del
mensulillas empotradas en los paramentos. En monasterio en 1985 y ha sido objeto de un la-
cualquier caso, es bastante probable que los borioso proceso de restauración. Consta de dos
machones en ángulo apearan modillones y car- cuerpos: en el inferior destaca el arco polilobu-
gaderos de madera que soportaban un piso alto lado de medio punto peraltado con delicada la-
con alfarjes e igual disposición en planta baja. bor de angrelado; en la rosca del arco se aprecia
Sobre esta estructura central debió situarse una moldura lobulada con epigrafía en reserva sobre
linterna algo más elevada que el perímetro de fondo rojo y cenefa de acanto espinoso tallado
la torre, con ventanas caladas en sus lados para sobre fondo rojo y azul. Las albanegas o enjutas
iluminar el interior y una armadura de madera según parece fueron lisas. Todo ello queda en-
para sustentar una cubierta a cuatro vertientes. marcado por doble alfiz en nacela con idénticos Figura 7. Recreacíón ideal de la
En definitiva, una organización interior muy motivos que la rosca, aunque separados por cua- portada de acceso al salón norte
parecida a lo que vemos en la arquitectura na-
zarí, por ejemplo en el Cuarto Real de Santo
Domingo, en la torre de Abý l-©aŷŷ×ŷ o en la
madrasa de Ben Youssef, de fundación meriní,
aunque muy renovada durante época saadí.

4. El tratamiento decorativo
Los paños que han llegado hasta nosotros se en-
cuentran muy remozados debido a reestruc-
turaciones ulteriores. Desconocemos si el
tramo inferior de los salones y pórticos tuvo
revestimientos murales; creemos que hubo
de tenerlos, pero no ha quedado resto alguno.
No ocurre lo mismo con la decoración de yeso
tallado y pintado, cuyos restos permanecen in
situ en el frente norte y otros pertenecientes al
frente sur han sido montados en el mismo sa-
lón, habilitado ahora como una de las salas de
exposición del nuevo Museo de Santa Clara.
Como es habitual en la arquitectura islámica, el
tratamiento decorativo se concentra en los ar-
cos de las estancias que marcan los accesos a
los pórticos y crujías. Poco se conserva de las
arquerías angreladas del patio, en los tres ar-
cos del pórtico norte donde se aprecian leves
vestigios de decoración tallada y pintada que
parece reproducir el esquema mejor documen-
tado en el vano de acceso al salón norte.

4.1. Las portadas monumentales


El mayor repertorio ornamental del palacio aparece
en las estancias de representación y aparato; en
concreto, en las fachadas de los salones norte y
sur. La comunicación entre salones y pórticos
se realizaba a través de un amplio vano centra-
lizado que ha conservado el alzado completo en
el frente norte, mientras que su opuesto del lado
290
Las artes
y las ciencias
en el Occidente
musulmán
Los palacios de
Tudmı-r

Portada de acceso
al salón norte
291
Arquitectura y artes
decorativas de época
tardoalmohade: el
palacio islámico de
Santa Clara, Murcia
(Qas.r as.-S.agı-r)

Figura 8. Arco de la alhanía Figura 9. Arco de la alhanía


occidental del salón sur occidental del salón norte
292
tro piñas. Entre los dos cuerpos y a la altura de del intradós y el festoneado o la banda epigrá- Las artes
los gorrones de la puerta se desarrolla un friso fica del arrabá que enmarca el arco. y las ciencias
de arcos pentalobulados con ataurique digitado El arco y alfiz de la alhanía occidental del salón en el Occidente
tallado sobre fondo negro y rojo. sur fueron derribados en el año 1960, recu- musulmán
El tramo superior está formado por una gale- perándose muchos fragmentos que han ser-
ría dividida en cinco partes y enmarcada por vido para reconstruir básicamente la portada Los palacios de
banda epigráfica sobre fondo verde. Las dos (figura 8). El arco es polilobulado de medio Tudmı-r
ventanas dispusieron de celosía tallada, ban- punto peraltado con capiteles de hojas acanto.
da epigráfica en reserva sobre fondo azul y Conserva restos de una moldura en nacela con
enjutas con ataurique dentado sobre fondo epigrafía en reserva sobre fondo rojo que re-
rojo. Los tres paneles tallados se encontraban cuadra el alfiz y contornea los angrelados. La
también enmarcados por lazos. En el tablero banda epigráfica sobre fondo azul degradado
central (el mejor conservado) se aprecian dos que enmarca la portada está dividida en tres
vocablos cúficos que reproducen el nombre de registros delimitados por entrelazos que sur-
“All×h”, generando una trama de arquillos po- gen de cabeceras o medallones lobulados. Los
lilobulados. Cuatro palmetas dobles situadas epígrafes quedan ocupados por una inscrip-
en la parte inferior son el origen de otra trama ción cursiva de carácter monumental y por un
de sebka formada por palmetas lisas que enla- delicado ataurique con tallos que se enredan y
zan los elementos arquitectónicos. Palmetas y ramifican con palmas de tipo almohade.
palmas dentadas terminan por cubrir el paño El texto monumental reproduce en grafía nasjí
pintado sobre fondo rojo, verde y azul. la basmala, la tasliya u oración por el Profeta
En el Museo de Santa Clara se han restituido y parte de la sura III:
el arrabá y el alfiz epigráficos del arco de (Banda lateral derecha): “En el nombre de Dios,
acceso al salón sur, colocando en su posición el Compasivo, el Misericordioso. Dios ben-
original los numerosos fragmentos rescatados diga y salve a nuestro señor Mahoma y a su
en la demolición de 1960. Para su restitución familia. (16) Quienes dicen: (banda central
sirvieron de referencia los calcos y dibujos superior) “¡Señor nuestro! ¡Nosotros cree-
realizados por Fuentes y Ponte y publicados mos! ¡Perdónanos, pues, nuestros pecados y
en 1881 y los restos conservados in situ en la presérvanos del castigo del fuego”. (17) “Pa-
fachada opuesta. Del tramo superior quedan cientes, sinceros, que son devotos, practican
algunos restos del tablero central que presenta la caridad e imploran el perdón al rayar el
cenefa con inscripción cursiva sobre fondo alba”. (Banda lateral izquierda) (18) “Dios
azul y rosetón cuadripétalo en las esquinas; atestigua, y con Él los ángeles y los hombres
en el interior, el vocablo “All×h” genera dos dotados de ciencia, que no hay más dios que Detalle del capitel restaurado
molduras verticales que rematan en arquillos Él, Que vela por la justicia. No hay más dios
polilobulados. Sobre el fondo rojo y azul se que Él, el Poderoso, el Sabio”
despliega labor de sebka dentada y ataurique (Corán, III, Sura de la Familia de Imran, 16-18.
liso con florones y palmas. El cuerpo inferior
dispuso de arco polilobulado de medio punto Banda lateral derecha:
peraltado con alfiz epigráfico en reserva sobre
fondo azul. Todo ello queda enmarcado por un
arrabá cuyos registros epigráficos cúficos se
configuran a partir de lazos geométricos que
rematan en la parte superior por dos florones Banda central superior:
encasillados. En el interior se repite una ins-
cripción de carácter propiciatorio: “prosperi-
dad continuada”.

4.2. Los arcos de las alhanías


Los arcos que decoran las alhanías de los salones
quedaron incorporados a la fábrica del monas- Banda lateral izquierda:
terio cuando se construyeron los forjados que
habilitaban una planta superior (figura 8). Esa
actuación aseguró la pervivencia de la obra
islámica, pero también significó un deterioro
considerable de los yesos. Las palmas que La presencia de los versículos de la sura III tanto
avanzan y rematan los capiteles fueron des- en el arrocabe del palacio del siglo XII como en
mochadas, así como el extremo de los lóbulos el arrabá del palacio del siglo XIII, se explica
293
por su importancia doctrinal para el Islam y su rique formada por un tallo que se ramifica. La Arquitectura y artes
relación con el resto de las religiones revela- decoración dentada que aparece en el interior decorativas de época
das. Se trata de una sura compuesta de doscien- de las palmas es un rasgo característico que tardoalmohade: el
tos versículos que contiene los fundamentos permite entroncar esta yesería entre el arte palacio islámico de
básicos del Islam, el papel desempeñado por almohade y el nazarí. Santa Clara, Murcia
el profeta Mu¬ammad, el último y verdadero En cuanto a la epigrafía, sólo se conserva el re- (Qas.r as.-S.agı-r)
Profeta, al mismo nivel que Moisés, así como gistro central, que contiene la tasliya u “ora-
la posición de los creyentes ante el resto de las ción por el Profeta”: ¡Dios salve a nuestro Se-
religiones reveladas. Los versículos selecciona- ñor Mahoma y le dé su salvación!
dos representan una declaración dogmática de
que el Islam es la verdadera religión y también
se declara la Omnipotencia, Clemencia y Mise-
ricordia divinas, Él es el Justo, el Poderoso, el
Sabio, atributos solemnes que encabezan todos
los escritos religiosos y civiles del Islam. 5. El alcázar cristiano
Los dos arcos de las alhanías del salón norte se
conservan in situ, ambos fueron descubiertos 5.1. El primer monasterio
en 1990. A lo largo de los siglos XV-XVI, los franciscano y las casas reales de
alzados del antiguo palacio real fueron subdi- la corona castellana
vididos en dos cuerpos, quedando la planta su-
perior del salón como enfermería del monas- Entre 1266 y 1272, como fecha más tardía, finali-
terio, mientras que en la planta baja se instaló za el periplo del alcázar menor como residen-
el refectorio conventual. Durante los trabajos cia real islámica. La morada del último emir
de restauración se suprimieron los forjados murciano pasó a engrosar las propiedades
de estas dependencias y se reintegraron los de la corona castellana. Las diferentes cons-
lóbulos y molduras perdidas del arco occi- trucciones palaciegas supuestamente fueron
dental, lo que ha permitido una recuperación desagregadas para asentar a los franciscanos,
de su fisonomía original (figura 9). Del alfiz siendo también mencionadas unas casas del
y arrabá que enmarcaban el arco sólo queda la infante don Fernando de la Cerda, así como
impronta de yeso. El arco es polilobulado de los baños de doña Violante y más tarde de
medio punto peraltado y las enjutas son lisas doña María de Molina. El cuerpo principal del
y apenas conserva algunos restos de pintura palacio se mantuvo no obstante como “casas
de color negro en los angrelados. Sí quedan reales” hasta su concesión a la Orden de Santa
restos de las semicolumnas y, sobre todo, unos Clara. Por tiempo de cien años fue palacio
interesantes capiteles con cartelas epigráficas cristiano y eventual morada de los propios
en cursiva nasjí sobre fondo verde, que pueden reyes castellanos cuando visitaban la ciudad;
ser consideradas como precedentes de las na- no obstante, en alguna de las instalaciones 26
Donación de Jaime I a la Orden de Pre-
zaríes. En el capitel norte se lee “la eternidad anexas al palacio se fundó un monasterio de dicadores de las casas llamadas Alcázar
es de Dios” y en el capitel sur, “la franciscanos que sería el germen del actual Seguir en Murcia: “Noverint universi quod
nos Iacobus, Dei gracia rex Aragonum,
gloria es de Dios” . convento. El establecimiento de órdenes re- Maioricarum et Valencie, comes Barchi-
ligiosas en las ciudades musulmanas recién none et Urgelli et dominus Montispessu-
4.3. Las alacenas conquistadas fue un importante instrumento lani, per nos et illustrem regem Castelle et
successores eius, damus et oferimus Deo
de las monarquías cristianas para promover la et beate virgini Marie et beato Dominico et
Ya hemos mencionado que los salones norte y conversión de los musulmanes y atender las vobis fratri Petro de Ilerda et ordini fratum
sur del palacio hudí dispusieron de alacenas necesidades religiosas de los nuevos poblado- predicatorum, vice et nomine ordinis vetri,
etfratribusbvestri ordinis Murcie commo-
abiertas en los muros medianeros. En los tra- res asentados. Las concesiones de propieda- rantibus domos illas sitas in Murcia in
bajos de excavación hemos delimitado los des de la corona fueron frecuentes y el caso de parte christianorum, que vocatur Alcacer
cuatro huecos simétricos de 1,57 m de luz y la ciudad de Murcia no fue diferente. Ceguir, in quo nunc habitatis, ad habitan-
dum, tenendum et habendum et ad vestras
0,67 m de fondo. Los únicos restos decorati- La primera mención documental del palacio hu- voluntates inde penitus libere faciendas,
vos conservados en alzado fueron estudiados dí debe entenderse en un contexto de con- sicut melius dici, intelligi et plenius potest
en su día por Javier Fuentes y Ponte en 1881 y frontación bélica y teológica que sucede a la ad vestrum et fratrum ordinis vestribonum
et sincerum intellectum ; promittentes vo-
posteriormente por J. Navarro. Del arco sólo “reconquista” de la ciudad. Data del 17 de bis quod faciemus fiericartam donacionis
se conservan unos leves trazos de labor ta- marzo de 1266, fecha en la que el monarca a prefato ilustri rege Castelle de domibus
llada de la enjuta (figura 10). En el alfiz (18 aragonés, desde Alicante, cede a la Orden de predictis, Datum apud Alacant, XVI, ka-
lendas aprilis, millesimo CCLX quinto”.
x 152 cm) se desarrolla un motivo epigráfico Predicadores y a Pedro de Lérida las casas Cf. Colección diplomática de Jaime I el
cursivo dispuesto en tres registros configura- “sitas in Murcia in parte christianorum, que Conquistador, ed. A. Huici Miranda, Va-
dos por labor de lazo que rematan en arquillos vocatur Alcacer Seguir”26. Creemos que este lencia, 1922, t. III, doc. nº 1253, pp. 258-
259; J. Torres Fontes, La reconquista de
lobulados. El espacio que deja libre el texto documento, como afirma Torres Fontes, debe Murcia en 1266 por Jaime I de Aragón,
religioso está ocupado por una labor de atau- interpretarse no como la cesión de todo el al- op. cit., p. 202.
294
Las artes
y las ciencias
en el Occidente
musulmán
Los palacios de
Tudmı-r

Figura 10. Recreación ideal de la


alacena del salón sur y detalle
del alfiz restaurado en el
Museo de Santa Clara
295
Arquitectura y artes
decorativas de época
tardoalmohade: el
palacio islámico de
Santa Clara, Murcia
(Qas.r as.-S.agı-r)

27
En relación con este asunto de la deli-
mitación del convento de Santo Domingo
de Murcia, resulta muy ilustrativo al res-
pecto un comentario del licenciado Fran-
cisco Cascales, aunque no sabemos si es
una simple opinión o si se trata de una
aseveración extraída de documentos que
consultó: “Llamase Convento Real, por-
que el asiento que tiene fue Casa Real del
Rey Moro, que se llamaba Alcacer Seguir.
De la mitad de esta Casa Real se les hizo
merced á las Monjas de Santa Clara, y el
jardin, que estava entre las dos acequias
en el patio de esta Casa Real se dividió,
y se dió la mitad a este Convento, y de la
otra mitad se hizo calle publica. Recien
fundada esta Casa hubo estudio general
de Artes, y Theología, y de lenguas Ara-
biga, y Hebrea; porque comodamente los
Religiosos pudiesen predicar á los Moros,
y Judios, que de los unos, y de los otros
habia aljama, y vivian entonces en su ley Figura 11. Galerías tardogóticas de Santa Clara
asi en este Lugar como en otros muchos de
Castilla…”. Cf. Discursos Históricos de la
muy noble y muy leal ciudad de Murcia,
Murcia, 1621 (4ª ed., Academia Alfonso
X el Sabio, Murcia, 1980, p. 335).
28
El deslinde de la propiedad coincide con
la propiedad actual del monasterio, aunque
recientes excavaciones en la iglesia indu-
cen a pensar que la fábrica gótica se sitúa
al norte de la obra barroca: “Que han por
linderos, de la una parte la barbacana del
muro que es entre la villa e la Arrixaca, e
de la otra parte la plaça o mandamos fa-
zer el mercado, que comienza en lapuerta
de la carrera trauada e va fasta la rua
de acequia mayor, e de la otra par(te) la expuesto a los devastadores efectos de las
carrera e la acequia que pasan cerca las crecidas aluviales del río Segura, no en
casas de don Fernando (el infante) e va vano mucho después (en el siglo XVI) los
fasta las casas de Johan de Romay e las mercedarios y los trinitarios también se
casas de Bernal Arens e las casas de do- trasladaron al interior de la ciudad.
nna Figuera e la callejuela que comienza 30
“Hospedado en las casas pertenecientes
tras las casas de donna Figuera e va fasta a su hija doña Violante, y comiendo en
las casas de Sancho de Motal, e de sy atra- las de su nieto el infante don Fernando de
viesa fasta la barbacana”. Cf. Colección la Cerda, pasó don Jaime varios días en
de Documentos para la Historia del Reino Murcia. La mención de casas de la reina
de Murcia, I, Documentos de Alfonso X el y del infante don Fernando, en donde se
Sabio, op. cit., p. 65, nº XLVIII. alojó el rey de Aragón, nos permite deducir porcionaba riego a una extensa heredad de
con cierta seguridad que en donde estuvo propiedad real: “Item, los huertos del rey et
29
Antes de 1272, las menoretas (monjas
hospedado fue en los aposentos del antiguo de la reyna an de fazer rafa el domingo fasta
de Santa Clara) ya se habían asentado al
alcázar Seguir, propiedad entonces de doña misa dicha en Santa Maria la Mayor, et
este de la ciudad de Murcia, en la puerta de
Violante, ya que las casas del heredero de toman fila et non mas”. Cf. J. Torres Fontes,
Orihuela, donde reciben tierras y fundan
Castilla se hallaban situadas en las cerca- El regadío murciano en la primera mitad
un primer convento, junto a mercedarios y
nías, en una gran plaza situada junto a los del siglo XIV, Murcia, Junta de Hacendados
trinitarios. Hacia 1290, las monjas clarisas
muros de la Arrixaca”. Cf. J. Torres Fontes, de la Huerta de Murcia, 1975, p. 57.
se trasladan al norte de la ciudad, al arra-
bal de la Arrixaca, actual emplazamiento, La reconquista de Murcia en 1266 por Jai- 32
Privilegio de Enrique II, de 19 de febre-
que había sido abandonado por los frai- me I de Aragón, op. cit., p. 188. ro de 1367, al convento de Santa Clara,
les menores (franciscanos) tras recibir un 31
En una partición de aguas de la acequia confirmando la donación anterior reali-
privilegio para fundar nuevo monasterio mayor de Aljufía realizada en el año 1353 zada por su hermanastro Pedro I, además
entre la puerta del Puente y la puerta de (catorce años antes de la concesión de las de los 2.000 maravedís de renta para su
la Arrixaca (actual plano de San Francis- casas reales y sus huertos a las clarisas) se mantenimiento que había hecho su padre,
co). El traslado de las clarisas supuso una documenta una toma en la acequia mayor Alfonso XI.
mejora considerable de sus condiciones entre las de Casteliche y de Benitúcer (es 33
MBAM, Pergamino original nº 17. CO-
de vida; el anterior establecimiento estaba decir, en el área que nos ocupa) que pro- DOM, XVII, doc. nº 19, pp. 24-26.
296
cázar, sino de unas casas (domus) vinculadas pórticos conectadas con la alberca mediante Las artes
de alguna manera con el palacio, construccio- canalillos. Más tarde, estas fuentes quedaron y las ciencias
nes que se integran en la propiedad de con- en desuso, sustituyéndose, además, el sistema en el Occidente
junto áulico. Esta cesión debería, por tanto, de vaciado de la alberca con la construcción musulmán
entenderse como el núcleo inicial o germen de dos rebosaderos en el frente norte y de un
del actual monasterio dominico emplazado al canal de piedra para regar el jardín. La cons- Los palacios de
sur del palacio27. En cualquier caso, unos años trucción de los dos rebosaderos para regar “a Tudmı-r
después (1272), Alfonso X les concedió unas manta” no tendría sentido sin la eliminación
casas y huerta “que son en la partida de la de los paseadores transversales hasta dejar un
Arrixaca, que los moros nos dieron”28. patio de dos arriates rectangulares en lugar
Los franciscanos también recibieron concesiones de los cuatro cuadrados que tuvo el palacio
en este sector noble antes de 1272; sus casas islámico31.
son citadas en el deslinde del lugar donde ha-
bría de celebrarse la nueva feria y mercado 5.2. De casas reales a monasterio
por orden de don Alfonso. Los religiosos per-
manecieron en instalaciones anexas al palacio Desde un primer momento, las autoridades cris-
hasta el año 1290, cuando se trasladaron al tianas debieron asignar algunos recursos para
sur de la ciudad, al plano de San Francisco, contribuir al mantenimiento y reparos de las
gracias a una merced de Sancho IV conce- casas reales, aunque no se hicieron efectivos
diéndoles nuevo solar y emplazamiento. Los con garantía de continuidad hasta la época en
frailes menores abandonan sus instalaciones que el palacio fue concedido a las religiosas,
poco después de la precitada fecha y en bue- cuando Enrique II (o su padre) dieron una
na lógica su lugar debió ser ocupado por las renta anual de 2.000 maravedíes para su man-
monjas clarisas29. tenimiento, seguramente ante el mal estado de
El cuerpo principal del alcázar cuando pasó a las construcciones32. Pese a todo, a mediados
manos de la corona castellana debía mante- del siglo XIV, el palacio cristiano había caído
nerse en un magnífico estado de conserva- en una fase de práctico abandono hasta con-
ción; apenas habían transcurrido tres décadas vertirse en un lastre para la corona castellana,
desde su construcción. Un año trascendental acuciada por los grandes males de la época,
en la historia del palacio cristiano pudo ser pues en el privilegio del rey Enrique II del
1274, fecha en la que Jaime I permanece unas año 1367, confirmante de la donación anterior
semanas en la ciudad de Murcia dedicándose que había hecho Pedro I a las religiosas (30 de
a cazar y a inspeccionar el territorio. Según junio de 1365), se detalla que las casas reales
las crónicas cristianas, durante su estancia se encontraban derribadas.
en la ciudad se hospedó en las casas reales Las transformaciones arquitectónicas en el in-
de su hija doña Violante30. Creemos que la terior de los palacios reales no se inician al
referencia a “casas reales” sólo puede identi- menos hasta el 5 de febrero de 1367, cuando
ficarse con el alcázar de Santa Clara, ya que la abadesa y monjas de Santa Clara obtienen
es esa la terminología que se emplea hasta su licencia de don Nicolás, obispo de Cartagena,
cesión a las monjas clarisas. Hasta ahora es para construir un monasterio e iglesia en las
esta la única estancia de monarcas castellanos casas que el monarca les concedió: “que po-
en el palacio documentada en los textos y es dades fazer e labrar e hedificar vn monesterio
lógico pensar que en este período debieron e eglesia en las casas que fueron del rey, que
realizarse algunas de las reformas detectadas uso tenedes por merced que dellas vos fue fe-
en el palacio islámico con el fin de reparar los cha por el rey”. La voluntad de transformar la
desperfectos y adecuarlo a los nuevos usos arquitectura palacial para edificar monasterio
como alcázar cristiano. e iglesia es evidente desde el mismo momento
Desde el punto de vista estructural, el conjunto de su concesión. Para tal fin se les autoriza a
arquitectónico no sufrió grandes transforma- recoger limosnas en la diócesis: “por quanto
ciones tras la salida de los musulmanes, limi- vos dicha abadesa e conuento sodes pobres
tándose sus nuevos dueños a mantener en uso e non avedes rentas nin propios para fazer
gran parte de las estancias a la espera, quizás, la lauor que es mester para el dicho mones-
de construir un alcázar plenamente cristiano. terio e eglesia sin las ayudas e limosnas de
No obstante, al margen de las imprescindi- los fieles christianos”33. Las religiosas fueron
bles renovaciones de solerías y zócalos, son conscientes de que el perímetro del palacio
perceptibles algunas alteraciones en las es- no era adecuado a las nuevas construcciones
tructuras, fundamentalmente en el patio, que y la propiedad de las religiosas había de am-
conviene destacar. En un primer momento, pliarse hacia los flancos occidental –al objeto
se renovaron las dos fuentes circulares en los de construir una nueva crujía del claustro– y
297
oriental, para habilitar otra crujía y la iglesia para documentar los pavimentos del palacio, Arquitectura y artes
conventual. A esas premisas parecen respon- tuvimos la oportunidad de comprobar que los decorativas de época
der algunas adquisiciones de propiedades ale- pilares de la arcada tardogótica en realidad se tardoalmohade: el
dañas con sus nuevas posesiones; por ejemplo, asientan sobre otra obra anterior, de la cual se palacio islámico de
en un documento fechado el 1l de septiembre documentaron las zapatas de cimentación y el Santa Clara, Murcia
del mismo año, le compran a un particular arranque de los pilares. (Qas.r as.-S.agı-r)
unas propiedades lindantes con los “palaçios Pero las reformas de mayor envergadura no aconte-
del rey” que acababan de recibir, pertenecien- cen hasta los últimos años del siglo XV, cuando
tes a la colación de San Miguel, ubicadas, por la recuperación económica del Reino de Murcia
tanto, en el flanco occidental del palacio34. y de su capital es ya un hecho palpable. Dos
No creemos, sin embargo, que pudieran afrontar- factores que confluyen en esa época facilitan
se obras de consideración durante los últimos las inversiones y transformación arquitectónica
años del siglo XIV; el final de esa centuria fue del monasterio. El primero de ellos es el apoyo
difícil para la supervivencia de las religiosas, económico y las mercedes concedidas por los
al igual que para el resto de los ciudadanos. Reyes Católicos tras su estancia en la ciudad
En un documento de 27 de abril de 1395, las en el año 1488, mercedes que reflejan la espe-
monjas de Santa Clara reclaman al concejo de cial devoción de Isabel I por la orden clarisa36.
Murcia el pago de los 2.000 maravedís de ren- El otro factor, de índole local, es el ingreso de
ta anual, denunciando una crítica situación: novicias nobles que aportan importantes dotes,
“sennores fallaredes que con las fortunas e como evidencia el 14 de agosto de 1484 el com-
tribulaçiones e gerras e males que son estados promiso de doña Francisca Pacheco de entregar
e avn estan acaesçidos en esta e en la comar- 20.000 maravedís de juro como dote por su en-
ca, este conuento non ha podido auer limosna trada en el monasterio, a condición de que éste
con que se mantener, de guisa que, sennores, se mantenga en la reforma observante37.
que lo pasamos muy estrechamente”35.
Ese estado de precariedad va a cambiar durante la 6. Conclusiones
primera mitad del siglo XV: se iniciará la trans-
formación del viejo alcázar en un monasterio Por el momento, no existen datos documentales
con patio cuadrangular y todas las dependen- –y mucho menos arqueológicos o arquitec-
cias características. Tal como ha significado tónicos– para determinar con exactitud en
Isabel García, en el año 1476 se documentan qué momento se fundó el palacio islámico
en el convento treinta religiosas, número muy actualmente conservado. Sólo podemos afir-
superior al registrado durante todo el siglo XIV. mar que fue en el periodo post-almohade. Para
En este período se transforma la orientación del afinar en este asunto se debe tener en cuenta
edificio, se inicia la construcción de un patio una serie de factores de índole histórica que
rectangular que mide 31,94 (eje norte-sur) por ayudan a contextualizar la última gran obra
39,46 metros (eje este-oeste). Se disponen cua- de la edilicia musulmana en el urbanismo de
tro galerías, tal como hemos constatado en las la ciudad y en la historia del Reino de Murcia.
excavaciones del ala oeste conventual, donde A continuación sintetizamos algunos datos 34
Se trata de “vn huerto çerrado de ta-
se localizaron cuatro zapatas de cimentación relevantes que, en nuestra opinión, pueden pias (franco, libre) e quito que yo he en
de los pilares. De las arquerías, aunque supri- contribuir a clarificar la cronología: la Resaca de Murçia, en la colación de
Sant Miguel, e affruenta (de la una parte
midos los arcos de los extremos, hoy en día Abandono del conjunto áulico anterior.- Desco- con los) palaçios del rey nuestro señor
quedan en pie las de los flancos norte y sur, que nocemos el momento concreto en que se deci- que dio a la dicha orden, e con huerto de
disponen de galería superior (figura 11). Las dió derruir el palacio de tradición almorávide, ( ) con carrera publica de dos partes”. 11
de septiembre 1367. MBAM, Pergamino
otras dos arquerías (E y W) fueron suprimi- aunque sí sabemos que hubo una prolongada original, nº 19. Publicado como doc. nº 22
das cuando se construyeron las naves barrocas; fase de ocupación almohade (1172-1228) evi- por Isabel García, CODOM, XVII, Docu-
la oriental quedó parcialmente embutida en el denciada, sobre todo, en las solerías del pabe- mentos del monasterio de Santa Clara…,
op. cit., pp. 26-28.
muro medianero que da a la iglesia, mientras llón del jardín y en el salón sur del palacio. En 35
Ibíd. AMM, Acta Capitular 1394-95,
que la occidental fue completamente desmon- este período se constatan transformaciones de fol. 207 rv. Doc. nº 32 por Isabel García,
tada prácticamente hasta nivel de cimentación cierta envergadura, como la elevación de sue- CODOM, XVII, Documentos del monas-
cuando este espacio fue incorporado a la nave los, el levantamiento de nuevas construcciones terio de Santa Clara…, op. cit., pp. 37-38.
Pocos años después la situación es aún
barroca de este frente. que modifican el diseño inicial y la renovación más difícil. En mayo de 1401 el convento
El diseño del claustro parece unitario, pero la de la ornamentación en yeso. Sin embargo, a fue “quebrantado ... e sacadas e levadas
construcción de las galerías debió acometerse juzgar por el material cerámico recogido, no mongas por malas indiziones de algunas
personas”. AMM, Acta Capitular, 1401.
con cierta lentitud, a medida que las religiosas es posible dilucidar si esa fase de ocupación Publicado por J. Torres Fontes “El mo-
disponían de recursos económicos. Incluso en- almohade se prolongó también durante el breve nasterio de Santa Clara la Real de Murcia
contramos indicios de dos obras superpuestas, período de gobierno de Ibn Hūd al Mutawakkil (siglos XIII-XIV), Murgetana, 20, 1963,
pp. 103-104 y en CODOM, XVII, doc. nº
nos referimos al flanco norte, donde tras des- (1228-1238). Dicho de otra manera: no existe 37, Documentos del monasterio de Santa
montar los niveles de circulación conventuales indicio arqueológico alguno que indique que el Clara…, op. cit., pp. 47-48.
298
36
El apoyo económico de los Reyes Cató-
licos se inicia en la década de los años se-
tenta y se incrementará sobre todo tras su
estancia en la ciudad en 1488. El 5 de julio
de 1485 Cédula de Isabel I agradeciendo
la ayuda prestada por el Concejo al mo-
nasterio de Santa Clara: “porque yo tengo
mucha devoçion a esa casa y buena volun-
tad para lo que les cunpliere” (AMM, C.R.
1478-1488, fol 153 r., CODOM XVII, doc.
79, op. cit., p. 132). El 19 de julio de 1488
Isabel I concede un juro de 100 fanegas de
trigo cada año al monasterio: “ayan e ten-
gan de mi en limosna por juro de heredad
para syenpre jamas çient fanegas de pan
triguero...para que tengan cargo de rogar a
Dios por la vida e salud del rey mi señor e
mia e del prinçipe don Juan, nuestro muy
caro e muy amado fijo e de las ynfantas
nuestras fijas” (AGS, M y P, legajo 211,
CODOM, XVII, doc. 81, op. cit., p. 134-
135). El 23 de julio de 1488 los Reyes
Católicos conceden licencia al monasterio
para nombrar dos mayordomos: “acatando
que...estan ençerradas e puestas en la ob-
servançia e an menester un mayordomo o
dos que tengan cargo de las cosas fuera de
su monesterio” (AMM, C.R., 1484-1495,
28v- 29r; CODOM XVII, doc. 82, op. cit,
pp. 135-137). El 11 de marzo de 1489
Cédula de los Reyes Católicos al monas-
terio, concediéndoles la renta de la blanca
del pescado de la Albufera (AMM, C.R.
1484-1495, fol. 29v; CODOM XVII, doc.
83, op. cit., pp. 137-138). El 2 de octubre
de 1499. Privilegio de los Reyes Católicos
a Catalina Fajardo y a las monjas de San-
ta Clara, concediendo 10.000 maravedís
de juro situados sobre las alcabalas de la
Trapería de Murcia (AGS, M y P, legajo
211, CODOM XVII, doc. 86, op.cit., pp.
145-151).
37
CODOM XVII, Documentos del Monas-
terio de Santa Clara, op. cit., doc. 77, p.
131.
299
Arquitectura y artes alcázar menor, heredado de los almohades, no en un breve periodo de tiempo y que debía
decorativas de época siguiera en uso durante la tercera taifa murcia- estar prácticamente intacto cuando pasó a en-
tardoalmohade: el na. Durante ese período, al-Mutawakkil cen- grosar las propiedades reales castellanas. Por
palacio islámico de tró sus esfuerzos en reunificar al-Andalus bajo otra parte, la presencia de alhanías (dormito-
Santa Clara, Murcia una misma bandera, pasando buena parte de rios) no sólo en los salones, sino también en
(Qas.r as.-S.agı-r) su tiempo fuera de la ciudad y de su residencia los pórticos (que posiblemente se deban a un
principal (el alcázar mayor), intentando defen- cambio en la traza inicial del edificio), unida a
der y expandir las fronteras. Es evidente que se los cuerpos torreados que también fueron em-
emitió abundante moneda, pero también hu- pleados como espacios de habitación, sugieren
bo que atender cuantiosos gastos militares. En una concentración de los miembros del linaje
definitiva, sin pretender negar la importancia hudí en este palacio. Tanto la reducción super-
objetiva que adquirió la taifa murciana en este ficial del nuevo palacio como la concentración
decenio, no parece este un contexto histórico de la familia real en el mismo son fenómenos
especialmente propicio para afrontar transfor- regresivos que encajan mejor en un período de
maciones del alcázar menor que suponen una recesión económica y política, esto es, durante
reducción considerable de la superficie edifica- el protectorado castellano.
da, al menos a tenor de lo documentado hasta Tratamiento decorativo cercano a lo nazarí.- En
el día de hoy. el alcázar menor de Murcia subsisten elemen-
El deterioro y abandono de este y otros palacios tos estilísticos heredados de los almohades,
propiedad del emirato bien pudieron acontecer como son el uso de pilares en los pórticos, la
durante los disturbios y saqueos generaliza- ausencia de revestimientos murales y alica-
dos que acabaron con la vida de Ibn al-JaÐÐāb tados en los paramentos y la inexistencia de
y favorecieron la entronización de Zayyān b. tratamiento decorativo en las enjutas de los ar-
Mardanī¹. Según la narración de Ibn al-Jaţīb, cos, además del uso de palmas en el ataurique
“El 16 de ramadān del 636/22 abril de 1239, o los paños de sebka. Sin embargo, la mayor
los habitantes de Murcia llamaron al emir Abū parte de los elementos decorativos vinculan
¤amīl Zayyān b. Mardanī¹. Entró en la ciudad el palacio murciano con un arte nazarí en fase
sin resistencia. El pueblo, con los ánimos ex- de formación. Las yeserías conservadas en
citados, entró en el palacio de Ibn al-JaÐÐāb y alzado y las restituidas en el Museo de Santa
robaron todo lo que en él había: ropas, camas, Clara constituyen una de las mejores mues-
mobiliario y dinero, y después lo arrasaron. tras conservadas de decoración arquitectónica
Cogiendo prisionero a Ibn al-JaÐÐāb hasta que postalmohade, donde aparecen rasgos compo-
fue asesinado en algún rincón del palacio la sitivos que van a caracterizar las construccio-
noche del martes, día 20 del mes de ramadān nes nazaríes en Granada y las mudéjares en
del año 636/26 abril 1239”38. A la luz de este territorio castellano; no en vano, la referencia
relato, cabe preguntarse si esos disturbios y el estilística más próxima al palacio murcia-
pillaje del palacio se limitaron estrictamente no es el Cuarto Real de Santo Domingo, la
a las posesiones del emir depuesto `Aziz b. obra palacial nazarí más antigua conservada,
JaÐÐāb o si se extendieron a otras estancias datada en el último cuarto del siglo XIII. El
palatinas como el alcázar menor. De ser así, empleo de arcos de medio punto peraltado
cuando cuatro años más tarde (1243) la cor- con angrelados decorados en vivos colores, el
te de Mu¬ammad Ibn Hūd Bahāÿ al-Daula ataurique que decora los festones y el arrabá
hubo de trasladarse al alcázar menor, se ha- que enmarca cada arco, las cartelas de arcos
bría encontrado con unas instalaciones muy polilobulados que enmarcan la epigrafía y,
deterioradas, circunstancia que reforzaría la sobre todo, las cartelas frontales existentes
necesidad de construir un nuevo palacio. en los capiteles de los arcos de las alhanías,
Fundación y uso del nuevo palacio.- El palacio entre otros, son elementos que acercan el tra-
conservado en alzado, si se contrasta con el tamiento ornamental del palacio murciano a
palacio principal anterior (donde al menos se lo nazarí. Son estas razones suficientes que
aprecian tres fases de ocupación y numero- permitirían posponer la cronología del Qa½r
sas reformas arquitectónicas) no parece ha- a½-¼aġīr hasta la fase de protectorado caste-
ber sufrido transformaciones estructurales de llano (1243-1266).
consideración. Ello se evidencia no sólo en lo Pervivencia del patio de crucero en la arquitectu-
referente a los alzados y ornamentación de las ra tardoalmohade.- Todos conocemos el éxito
estancias nobles, sino también en el nivel de del patio de crucero en la arquitectura palacial
circulación, utilizado también en su fase cris- durante el período almorávide, donde aparece
tiana. Este dato parece indicar que el uso de en una de las estancias palaciales construidas
este nuevo palacio construido en el siglo XIII por ‘Ali ibn Yūsuf ibn Tašfīn en Marrakech. El
38
Ibn al-Jatīb, A`māl al-A`lām, p. 275. por parte de los emires musulmanes aconteció patio de Marrakech constituye un testimonio
300
inequívoco del éxito de esta solución arquitec- La traza del patio del nuevo alcázar menor de Las artes
tónica en ambientes cortesanos almorávides. Santa Clara se debate entre una secular tradi- y las ciencias
Construido entre 1131 y 1132 sería derruido ción donde este tipo de patios es el más exten- en el Occidente
cuando los almohades elevaron una mezquita dido en la arquitectura palatina de al-Andalus musulmán
entre 1147 y 1162. El patio de Marrakech es de y especialmente arraigado en el ámbito local
forma rectangular (10,5 x 9 m) y de su frente y el progresivo triunfo de la alberca central Los palacios de
avanza una alberquilla con desagüe de fondo y que acontece durante el período nazarí43. Esa Tudmı-r
aliviadero de superficie. Cortaban el patio dos dialéctica no se extingue con el fin de la Edad
andenes de 0,70 m de anchura, limitando cuatro Media; se prolonga en la arquitectura islá-
cuadros cuyo riego aseguraban tuberías de ba- mica en fecha tan lejana como el siglo XVI
rro colocadas bajo los andenes que arrancan de y la encontramos en el patio de crucero del
la alberca. Hacia el sur y oeste, los andenes ter- Palacio de al-Badí en Marrakech, construido
minan en tres peldaños que permitían alcanzar entre 1578 y 1598. En su diseño se aprecian
el nivel de circulación del contorno del patio39. cuatro arriates hondos, pabellones de planta
En opinión de Torres Balbás, la génesis del cuadrada en los frentes menores y una alberca
modelo de patio de crucero en el que se com- estrecha y alargada de 90,4 x 21,7 m.
binan albercas en la cabecera, pilas de fuentes, En definitiva, para la historia de la arquitectura
surtidores y jardines tiene su origen en el pala- islámica, el patio del alcázar menor de
cio iraní de Balkuwara de Samarra, levantado Santa Clara correspondiente al siglo XIII se
por el califa Al Mutawakil (849); de los cuatro inscribe en una primera fase de transición
patios de que dispone, uno de ellos cuenta con entre la edilicia áulica almorávide-almohade,
dos albercas similares afrontadas40. El mo- caracterizada por cruceros dotados de dos
delo de patio de planta rectangular dotado de paseadores en cruz y cuatro arriates, y la de
pórticos enfrentados es una solución adoptada época nazarí, donde triunfa el denominado
también en palacios de origen persa sasánida patio granadino, definido por una gran alberca
como los de Qa½r al Sirīn, y posteriormente central y dos estrechos arriates longitudinales
en la arquitectura abbasí (Castillo de Ujaydir en los costados. Hasta ahora no existían
en el 628), de donde pasaría a Egipto y luego ejemplos hispanomagrebíes de un patio
a Al Andalus, tal como demuestra el patio como el murciano, compuesto de una alberca 39
En el occidente musulmán tenemos
constancia de otros palacios dotados con
del Salón Occidental y el del Salón Rico de longitudinal rodeada de andenes perimetrales
un patio de crucero como el existente en el
Medinat al Zahra, en el siglo X41. y dotada de paseadores transversales que arrabal de Túnez en tiempos del monarca
Según afirma Georges Marçais, en Occidente dividen el jardín en cuatro arriates. Es este hafsí al-Mustansir (1249-1277).
este tipo de soluciones se retoma y extiende a un gran hallazgo que servirá como referencia 40
L. Torres Balbás, “Patios de crucero”,
Al-Andalus, XXIII, 1958, 1, pp. 171-172.
partir de la época almorávide a fines del XI, para completar una fase de transición en la
41
Cf. R. Manzano Martos “Casas y pala-
al mismo tiempo que las cubiertas de muqar- evolución de la arquitectura islámica en el cios en la Sevilla almohade. Sus anteceden-
nas o la letra cursiva42. El principal referente Mediterráneo occidental . tes hispánicos”, Casas y palacios de Al-An-
en ese modelo es el palacio almorávide de dalus: siglos XII y XIII. Madrid: Lunwerg
Editores S.A., 1995, pp. 315-352.
Santa Clara, donde el citado esquema apare- 42
L´Architecture musulmane d’Occident.
ce claramente definido. Es posible que Santa Tunisie, Algérie, Maroc, Espagne et Sici-
Clara fuese la referencia para la construcción le. París, 1954.
del Castillejo, donde se adoptan idénticas 43
Las vacilaciones entre el patio con
soluciones arquitectónicas, aunque ahora se albercas en los extremos y el patio con
alberca central se mantienen en el siglo
incorporan torres salientes, otro rasgo arqui- XIV, tal como ha planteado Miguel Ángel
tectónico emparentado con las construcciones Tabales Rodríguez en el patio de las Don-
de Palermo y que pudo ser aportado por alari- cellas promovido por Pedro I en los Reales
Alcázares de Sevilla, donde parece ser que
fes fatimíes que reelaboraron planteamientos el diseño inicial (con albercas en los extre-
arquitectónicos de origen bizantino. mos) fue sustituido por una alberca, antes
de que entrara en servicio. En el momento
de redacción del texto se ha dado noticia
del hallazgo en un palacio de la alcazaba
de Guadalajara de un patio de crucero do-
tado de una amplia alberca rectangular en
el centro; aunque los trabajos aún no se
han dado por concluidos, al parecer dicho
palacio ha sido datado por sus excavado-
res en época “mudéjar” (siglo XIV). De
confirmarse dicha cronología, este palacio
sería el paralelo más cercano del palacio
de Santa Clara. Estamos seguros de que
conforme avance la investigación arqueo-
lógica se delimitarán nuevos palacios de
estas características en las alcazabas de las
más importantes ciudades de al-Andalus.
301
RESUMEN RESUMÉ
Arquitectura y artes Architecture et arts
decorativas de época décoratifs de la dernière
tardoalmohade: el phase de l’époque
palacio islámico de almohade: le palais
Santa Clara, Murcia islamique de Santa
(Qas.r as.-S.agı-r) Clara, Murcie
(Qas.r as.-S.agı-r)
Indalecio Pozo Martínez
Alfonso Robles Fernández Indalecio Pozo Martínez
Elvira Navarro Santa Cruz Alfonso Robles Fernández
Elvira Navarro Santa Cruz
A mediados del siglo XIII, miembros
de la familia real de los Banū Hūd cons- Vers la moitié du XIIIe siècle, des Peu après le soulèvement mudéjar, le
truyeron un nuevo palacio en el alcázar membres de la famille royale des Banū palais islamique ou Alcaçer Seguir,
menor de Murcia sobre los restos de Hūd construisirent un nouveau palais passa aux mains de la couronne cas-
un conjunto áulico previo de fundación au niveau du petit alcazar ou Alcázar tillane qui le maintint comme palais
almorávide. El tratamiento decorativo Menor de Murcie au dessus des ruines chrétien jusqu’à ce que Pierre I l’offrit
conservado en los alzados inscribe el d’un ensemble aulique antérieur de en 1365 à l’abbesse et aux religieuses de
nuevo edificio en una fase de transición fondation almoravide. Le traitement Santa Clara de Murcie. Les religieuses
entre el arte almohade y el nazarí. La décoratif conservé aux niveaux des franciscaines transformèrent l’ancien
planta del palacio es ligeramente trape- élévations inscrit le nouvel édifice dans alcazar, tout en démolissant plusieurs
zoidal con un eje mayor orientado de une phase de transition entre l’art al- constructions et en divisant des salles,
norte a sur; en los frentes menores pre- mohade et le nasride. Le plan du palais et en érigeant de nouvelles dépendances
senta pórticos de vano tripartito y arcos est légèrement trapézoïdal avec un axe tout comme le cloître et l’église. Cepen-
festoneados que preceden a salones con majeur orienté du nord vers le sud ; sur dant, elles profitèrent des autres espa-
alcobas en los extremos. Lo más llamati- les fronts mineurs il y a des portiques ces, ce qui leur permit de conserver une
vo de su planta es el singular patio, recu- en embrasure tripartie et des arcs en partie des tracés originaux, récemment
perado durante las excavaciones arqueo- festons précédant des salons avec des restaurées, et aménagées, pour le plaisir
lógicas, compuesto por una gran alberca alcôves aux extrémités. Ce qui attire du public.
longitudinal y cuatro arriates deprimidos l’attention le plus de son plan c’est bien
reconstruidos parcialmente. Este diseño son patio singulier, récupéré lors des
del espacio abierto representa igualmen- fouilles archéologiques, composé d’un
te la transición desde el patio de crucero grand bassin d’eau longitudinal et de
característico del siglo XII documentado quatre parterres affaissés partiellement
en Marrakech, en el Castillejo de Mon- reconstruits. Cette conception de l’espa-
teagudo o en el alcázar de Sevilla, hasta ce ouvert représente aussi la transition
el patio nazarí con alberca central, bien depuis le patio en transept caractérisant
conocido por los ejemplares granadinos le XIIe siècle documenté à Marrakech,
de Comares, Abencerrajes o el propio au Castillejo de Monteagudo ou à l’Al-
Palacio de los Leones. cazar de Séville, jusqu’au patio nasride
Poco después de la sublevación mudéjar, avec bassin d’eau central, bien connu
el palacio islámico o Alcacer Seguir à travers les exemplaires de Comares,
pasó a manos de la corona castellana, Abencérages ou le propre Palais des
que lo mantuvo como palacio cristiano Lions.
hasta que Pedro I lo concedió en 1365
a la abadesa y monjas de Santa Clara
de Murcia. Las religiosas franciscanas
transformaron el antiguo alcázar, demo-
liendo varias construcciones, dividiendo
salas y levantando nuevas estancias co-
mo el claustro y la iglesia. Sin embargo,
también aprovecharon otros espacios,
lo que permitió la conservación de una
parte de los alzados originales, que han
sido restaurados y acondicionados para
disfrute del público.
ABSTRACT
Late almohade
architecture and
decorative arts: the
Islamic palace of Santa
Clara, Murcia
(Qas.r as.-S.agı-r)
Indalecio Pozo Martínez
Alfonso Robles Fernández
Elvira Navarro Santa Cruz

In the mid XIII century members of


the Banū Hūd built a new palace in the
Alcazar Menor in Murcia on the re-
mains of a previous palace complex of
Almoravide foundation. The decorative
treatment preserved on the structures
suggests that the building is from a tran-
sitional period between the Almohade
and Nasrid art. The palace ground floor
is slightly trapezoidal with a north-
south axle orientation. The minor fronts
show porticos of tripartite openings with
festooned arches preceded by halls en-
larged with alcoves on both sides. The
most remarkable feature of the ground
floor is its singular courtyard with an
alberca (a longitudinal hand built pool),
and four fragrant flowerbeds lowered for
vegetation, which have been partially
rebuilt and recovered during the archae-
ological excavations. This design of the
open space also represents the transition
from the cross-cut courtyard (character-
istic of the XII century), that the records
show in Marrakesh, the Castillejo of
Monteagudo, or the Alcazar of Seville
to the Nasrid courtyard with a central
alberca. Well-known examples from
Granada can also be seen in Comares,
Abencerrages or the Palace of the Lions.
Shortly after the Mudéjar uprising,
the governing of the Muslim palace or
Alcacer Seguir was taken over by the
Castilian crown that maintained it as a
Christian palace until Pedro I passed
it onto the abbess and nuns of Santa
Clara in Murcia. The Franciscan nuns
restructured the old palace, demolishing
buildings, dividing spaces and building
new rooms such as the cloister and the
church. However, they made the most
of the other spaces, which makes the
preservation of a part of the original
structures possible. Structures recently
restored and equipped for public enjoy-
ment.
9 788496 760158

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