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EL MEDIO NATURAL Y EL MEDIO URBANO.

DIFERENCIAS Y CARACTERÍSTICAS

Los sitios no existen por si mismos. Forman parte de algo más amplio, un medio
natural o urbano. Del mismo modo los edificios que se diseñan no existen por si mismos,
forman parte de un paisaje, una ecología, de una ciudad, en síntesis forman parte de un
lugar.
El medio, entonces, es el ambiente más general en que están situados el hombre y los
edificios que construye y en los cuales vive. Un bosque, un valle entre montañas, un
campo cultivado, una casa, una ciudad, son todos elementos del medio, pero existe una
diferencia entre ellos. En un caso se trata de formas naturales, en el otro de formas
representativas de la influencia de la cultura del hombre.
En principio, tres elementos del medio son los que específicamente interesan a la
arquitectura: el clima, el terreno y la vegetación. En la unidad siguiente se verá de que
manera se relaciona morfológicamente la arquitectura con el medio.

FACTORES DE CONFORT

El confort que el ser humano percibe en un lugar determinado, resulta un fenómeno


complejo, debido a que intervienen a un mismo tiempo, parámetros y factores diversos.
Los factores de confort, son aquellas características que están relacionadas con los
usuarios del espacio, son por lo tanto condiciones exteriores al ambiente pero que
influyen en la apreciación de dicho ambiente por parte de la gente.
Estas condiciones son de distinto orden :
Biológico – fisiológicas, la edad, el sexo, la herencia.
Sociológicas, como el tipo de actividad, la educación, la moda, el tipo de alimentación.
Psicológicas, que dependen de las características particulares de cada individuo.
Estos parámetros enunciados dependen como ya se dijo, de los usuarios, pero hay
otros más objetivos, que pueden ser valorados en términos energéticos y que son el objeto
directo del diseño ambiental en arquitectura. Algunos de estos parámetros son específicos
para cada sentido ( térmicos, acústicos, visuales, etc.), y otros son de carácter general, que
afectan a todos los sentidos a la vez como las dimensiones mismas del espacio.
El confort que ofrezca un ambiente en particular dependerá en cada caso de la
combinación que se de entre los parámetros objetivos, específicos y generales, y los
factores del usuario, biológico- fisiológicos, sociológicos y psicológicos.

CLIMA, ASOLEAMIENTO, ORIENTACIÓN, VIENTOS

El clima ha influido ampliamente en la arquitectura generando soluciones


funcionales, técnicas y formales diversas, respondiendo así, mediante elementos espaciales
y constructivos, a la necesidad de refugio que el hombre demanda.
Se observan, de este modo, los techos con mucha pendiente para las regiones con
abundantes nevadas; ventanas pequeñas con muros muy gruesos para las zonas con
excesivo calor y luminosidad; galerías ventiladas y pérgolas en los lugares de calor
húmedo, etc. En síntesis una amplia gama de elementos tipológicos tuvieron su origen en
la respuesta al clima de un sitio: las logias, las recovas, las terrazas.
El estudio del clima es importante en todos los temas relacionados con la
arquitectura. La temperatura, la humedad, las precipitaciones, los vientos, influyen en las
técnicas de construcción y determinan respuestas para favorecer el confort de los espacios.
Los climas son variados, y están determinados por la latitud y la continentalidad de
las regiones. A mayor latitud, el clima es más frío y a mayor continentalidad el clima es
más seco.
En las regiones cálido secas, las temperaturas son muy altas durante el día y
descienden abruptamente durante la noche. Existe una intensa radiación solar directa, que
hace que la distinción entre sol y sombra sea muy acentuada. La arquitectura en estas
regiones, tiende a ser compacta, con pocas aberturas y gruesas paredes, para obtener la
mayor inercia térmica frente a las variaciones de temperatura.

Arquitectura del noroeste de Argentina

En las regiones cálido húmedas, las temperaturas, aunque altas, son más moderadas
que en las desérticas. La lluvia es frecuente durante una parte del año, con lo que la
radiación solar es más difusa y la humedad muy alta. La arquitectura es de características
livianas, muy ventilada, protegida de la radiación solar. Las cubiertas se continúan con
aleros o galerías para ofrecer una mayor protección a los cerramientos.

Corte, edificios abiertos en el noreste Argentino Planta, indicando corrientes de aire


En las regiones frías, las temperaturas son bajas durante todo el año, hay baja
radiación solar y las precipitaciones son fuertes. La arquitectura tiene como mayor
condicionamiento el mantenimiento del calor interior, los edificios son compactos, con
formas adaptadas para minimizar la incidencia de los vientos fríos.

En los climas rigurosos, la arquitectura trata de captar la mayor cantidad de horas de sol

En el clima templado se presentan diferencias importantes durante el transcurso del


año, en estos climas la arquitectura se hace más compleja, al tener que adaptar las
soluciones, a todo el espectro climático.

En los climas templados se trata de captar el sol en invierno y excluirlo en verano

A partir del conocimiento y análisis de las características de estos climas básicos, es


posible plantear las generalidades de las soluciones arquitectónicas más convenientes para
cada situación.
ASOLEAMIENTO

El estudio del asoleamiento, conduce en principio a orientar correctamente el edificio


y en segundo lugar a la utilización de elementos de regulación para controlar la incidencia
de la radiación solar.
La actitud, con respecto al asoleamiento, varía con la situación climática, desde un
máximo aprovechamiento del sol hasta una máxima defensa, pasando por todas las
situaciones intermedias. El máximo aprovechamiento se busca en las zonas árticas,
subárticas y regiones extremas de las templadas, y además, en las zonas en las que la
altura hace necesario el aprovechamiento del sol, en lugares cuya altura es superior a los
3.000 mts. Sobre el nivel del mar es conveniente la incidencia del sol aun en verano.
En las zonas tropicales, el criterio utilizado es el de máxima protección de la
radiación.
En el resto de las regiones, las soluciones apuntan a recibir el sol en invierno y
excluirlo en el verano, aprovechando las diferencias de altura que se registran en el
recorrido aparente en las distintas estaciones del año.

Biblioteca de la Facultad de Historia, arq. James Stirling, el tratamiento vidriado aprovecha la incidencia del sol
Trama de parasoles para controlar l incidencia del sol

ORIENTACIÓN

La orientación más conveniente para una fachada, es aquella que mira hacia el punto
donde culmina el sol al mediodía, es decir, el norte en el hemisferio sur, debido a que es la
única que recibe en verano menos horas de sol que en invierno, con un ángulo de
incidencia más pequeño, y en invierno, el máximo de horas de sol con un ángulo de
incidencia más grande. En las fachadas orientadas al norte, el sol puede controlarse en
verano con aleros, galerías o parasoles horizontales, que no impidan la entrada en
invierno. Es conveniente que los aleros o parasoles horizontales se sitúen un poco
separados de la pared vertical, con el fin de favorecer la circulación de aire a lo largo de
esta.
Las fachadas orientadas al este o al oeste, reciben más horas de sol en el verano que
en invierno; en ellas la regulación de la incidencia del sol es más difícil y se realiza por
medio de parasoles verticales móviles o fijos.
Las fachadas orientadas al sur, no reciben sol en invierno, tornándose frías y
húmedas.
De estas consideraciones se desprende, que las mejores orientaciones para una
fachada en climas templados, son las que miran hacia el cuadrante E-NE-N, de todas
formas es aconsejable el estudio climático en cada región, considerando además, los
posibles microclimas, a los efectos de obtener una mejor respuesta de la arquitectura con
respecto al asoleamiento.
Hasta aquí, hemos mencionado la orientación de las paredes, pero no debe olvidarse
que la superficie de la cubierta recibe sol durante todo el día, especialmente si esta es
horizontal, por esta razón debe ponerse especial énfasis en el diseño constructivo de la
aislamiento térmica de las mismas. Las opciones varían desde una buen aislamiento
térmico, hasta la utilización de parasoles sobre las cubiertas, la ejecución de cámaras de
aire ventiladas o la construcción de sobre techos de sombra. Al respecto, arquitectos como
Le Corbusier, Frank Lloyd Wright o Louis Kahn, han brindado eficientes respuestas a esta
situación, con soluciones constructivas muy efectivas.
Casa Shodhan, arq. Le Corbusier, techo de sombra y volumen horadado

Proyecto para Formosa, techo de sombra conformado con parasoles, salas de


máquinas e instalaciones

VIENTOS

La acción de los vientos sobre los edificios tiene relación directa e indirecta en las
condiciones de confort en el interior de los ambientes. En principio, el viento influye en el
microclima que rodea a las construcciones, también actúa sobre los cerramientos,
aumentando las pérdidas de calor sobre las superficies de incidencia y, además, al
infiltrarse por las aberturas genera renovaciones del aire interior.
Hay factores particulares de cada lugar que permiten determinar con mayor o menor
probabilidad la aparición de vientos con un rumbo específico. En las regiones costeras, por
ejemplo, se origina un régimen mar – tierra durante el día y tierra – mar durante la noche.
En general la respuesta del diseño debe ser la protección del edificio en las zonas
frías, para impedir las corrientes molestas dentro de los espacios; y, en el caso de las zonas
cálidas, favorecer una adecuada ventilación interior.
Existen dos factores a considerar en el estudio de la incidencia del viento: las
barreras y los cerramientos.
La primera acción a analizar es la de las barreras que el viento puede encontrar en su
circulación, ya sean elementos naturales, construidos o vegetales. Para un caso típico, la
intensidad del viento queda reducida a la mitad, hasta una distancia de 10 a 15 veces la
altura de la barrera.
Otra situación a tener en cuenta, es el estudio del efecto del viento sobre la superficie
de los cerramientos del edificio. Este efecto se resume en forma práctica, en la
sobrepresiones o depresiones que se crean sobre las diferentes superficies y que son las
que generan las corrientes de aire a través del interior de los locales. La sobrepresión es la
que se genera sobre la superficie de incidencia y la depresión sobre la superficie situada en
forma opuesta a la primera.
La presencia de irregularidades en las fachadas o en situadas en la cubierta del
edificio pueden modificar el reparto de presiones. A partir del conocimiento de las
presiones que el viento ejerce sobre los cerramientos, se deben considerar los flujos de
aire a través de los mismos. Como regla general, se establece, que la corriente de aire entre
dos aberturas con presiones diferentes, sigue el camino que le sea más fácil, es decir aquel
en el que exista la mayor diferencia de presiones y la menor resistencia a su paso, esto es
lo que se conoce como ventilación cruzada. La no consideración de este aspecto puede
llevar a que queden zonas deficientemente barridas por el aire.
Todas estas recomendaciones destinadas a favorecer la circulación del aire por el
interior del edificio, se convierten en no deseables en tiempo frío, de esta manera, un
diseño debe prever soluciones flexibles en las regiones con climas variables, para
posibilitar la adaptación a las diferentes situaciones climáticas, optimizando la acción del
viento.
Para contemplar esta optimización, se debe considerar la ubicación de las aberturas y
la posible corrección del entorno del proyecto, procurando favorecer o dificultar, según
corresponda, el paso del viento; es imprescindible conocer la dirección de los vientos
predominantes en cada época del año y distinguir entre los que se consideran favorables y
los que se consideran molestos. Las correcciones que se realicen al entorno pueden
constituirse en variaciones de nivel del terreno, en crear barreras vegetales de protección,
en pantallas que encaucen el viento materializadas con paredes, construcciones auxiliares
o con los mismos edificios que se están proyectando.
La forma del edificio es otro aspecto a tener en cuenta, si el viento es un factor no
deseable la forma tenderá a ser aerodinámica y su eje mayor se situará en la dirección del
viento, si es un factor favorable la situación será la inversa, las formas alargadas se
ubicarán transversalmente a la dirección de los vientos más agradables.
Por último debe tenerse en cuenta la disposición de las aberturas en relación a la
incidencia del viento y la distribución de los espacios interiores, el resultado final de la
circulación del aire a través del edificio, dependerá de los dos factores a la vez, siempre
según la dificultad o facilidad al paso que el aire encuentre en cada recorrido.
Las aberturas con un adecuado diseño poseen dispositivos que permiten regular el
flujo de aire desde el hermetismo absoluto hasta la apertura total.
En síntesis el viento determina los factores de confort en conjunto con el
asoleamiento. Hay vientos fríos y cálidos, brisas que refrescan y descansan y vendavales
que incomodan.
El viento ventila, evapora la humedad, seca las superficies, refresca, produce energía,
calienta evitando que se asiente el aire frío nocturno; y , también, trae humo y olores,
favorece la infiltración de agua de lluvia, enfría, ayuda a la acumulación de nieve y obliga
a reforzar las construcciones para resistirlo. Estas son las ventajas y desventajas de un
factor climático que no puede dejar de considerarse en el diseño de una obra de
arquitectura.
TERRENO, FORMA , PENDIENTES, VISUALES, RESISTENCIA

En la arquitectura el terreno interesa por su forma, su pendiente, sus visuales, y su


resistencia, sin dejar de mencionar además, las dimensiones, los linderos, la orientación,
los accidentes, etc.
Un terreno tiene tamaño y forma. Puede ser plano o tener declives, al estar situado en
lugares con topografía accidentada. Todo lo dicho precedentemente, son condicionantes
para la definición del proyecto. El terreno impone de alguna manera, ciertas obligaciones
pero a la vez ofrece un amplio campo de posibilidades tanto funcionales como expresivas.
En una costa, en una colina, en el borde de un río o un lago, en un bosque, se
establece un diálogo entre edificio y terreno muy intenso. Los desniveles permiten
conexiones más ágiles entre los diversos espacios. Las vistas hacia el exterior enriquecen
visual y espacialmente los ambientes cerrados y pueden en algunas circunstancias
convertirse en el motivo principal del diseño de un edificio. Una consideración más, que
vale incorporar, es la del uso del terreno, concepto estrechamente ligado a la implantación
del proyecto, es decir la ubicación dentro del terreno. El uso del terreno debe ser integral,
sin dejar áreas residuales o sin posibilidad de uso, no debe confundirse esto con “edificar
todo el terreno”. La utilización integral del terreno implica una adecuada implantación del
proyecto, que a la vez permita usar las áreas libres exteriores con actividades recreativas,
de esparcimiento o descanso.

Implantación 1 Implantación 2

En los dos esquemas de implantación se puede observar que en el primer caso los
edificios se reúnen en grupos de a tres, con una sola calle de acceso, permitiendo de esta
manera que, una importante superficie del terreno, sea totalmente utilizable, en el segundo
caso, las dispersión de las construcciones, obliga a materializar una calle de gran recorrido
que no facilita el uso integral del terreno
Implantar un edificio es un tema trascendente, y se debe meditar para al analizar los
pro y los contra de cada una de las posibilidades.
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Los anteriores, son cinco casos de implantación de viviendas realizadas por


arquitectos conocidos.
El caso 1, pertenece a una casa en Berlín, del arquitecto Brehaus, la construcción ha
sido llevada totalmente hacia el interior del terreno, interponiéndose entre ella y la calle
hay un bosque de frutales que la aísla del ruido y le brinda privacidad; el caso 2, pertenece
a la casa Willey, del arquitecto Wright, aquí la edificación se ubicó en un lateral del lote,
quedando así un gran espacio, permitiendo una buena orientación y respetando los árboles
existentes en el terreno; el caso 3, pertenece a una casa de fin de semana, del arquitecto Le
Corbusier, esta vivienda ha sido edificada en el jardín de otra construcción, de idéntica
forma que en el caso anterior se ubicó en un rincón para mantener íntegro el jardín; el caso
4, pertenece a una casa en Berlín, del arquitecto Klein, aquí la edificación se implanta
lateralmente permitiendo la adecuada orientación; el caso 5, pertenece a la casa de Wright,
ubicada frente a un lago en Biloxi, EE.UU., se benefician las visuales al lago, el acceso al
terreno se realiza por el lado opuesto al lago, a través de un camino limitado por pinos.
La naturaleza del suelo afecta la solución constructiva adoptada. Serán diferentes las
fundaciones elegidas para terrenos con suelos con tosca, arenas, arcillas expansivas, fango
o roca como componentes, todos estos casos oponen resistencias diferentes a las cargas
que se transmiten.
En edificios pequeños y sencillos, las diversas tensiones del terreno, pueden
solucionarse en forma simple, cosa que no ocurre en edificaciones complejas y de mayor
envergadura construidas en terrenos de baja resistencia y no homogéneos.

VEGETACIÓN, IMPORTANCIA

En la relación entre el terreno y el edificio, la vegetación desempeña un papel de


relevancia. La morfología, características y ubicación de la vegetación pueden modificar
visualmente la forma del terreno; puede componerse con la forma del edificio y además
contribuir a la conformación de un microclima en regiones con climas cálidos o templados
cálidos. Los árboles de hojas caducas se comportan como buenos reguladores del
asoleamiento en edificios bajos, pues permiten el paso del sol en invierno y protegen en el
verano. Las áreas verdes favorecen la disminución de la temperatura por efecto de la
radiación solar. Los árboles refrescan la atmósfera por medio de la evaporación que se
produce a través de las hojas. En zonas ventosas, la vegetación actúa como moderadora de
la acción del intenso viento.
A todas estas apreciaciones se agregan el valor psicológico y visual de la vegetación.

Casa rodeada de vegetación

La vegetación enmarcando el terreno de la Ville Savoye, Le Corbusier

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