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Alicia del Reino Unido

Alicia

Gran duquesa consorte de Hesse y el Rin

Alice, Princess Louis of Hesse.jpg

Fotografía de Franz Backofen, 1871

Gran duquesa consorte de Hesse y el Rin

(como esposa de Luis IV de Hesse-Darmstadt)

13 de junio de 1877-14 de diciembre de 1878

(1 año y 184 días)

Predecesor Matilde Carolina de Baviera

SucesorVictoria Melita de Sajonia-Coburgo-Gotha

Información personal

Nombre completo Alice Maud Mary

Tratamiento Alteza Real

Otros títulos

Princesa del Reino Unido

Princesa de Hesse y del Rin

Proclamación 13 de junio de 1877

Nacimiento 25 de abril de 1843

Palacio de Buckingham, Londres, Reino Unido

Fallecimiento 14 de diciembre de 1878 (35 años)

Nuevo Palacio, Darmstadt, Hesse, Imperio alemán

Sepultura Nuevo Mausoleo, Rosenhöhe (Darmstadt)

Religión Anglicanismo

Familia

Casa real Sajonia-Coburgo y Gotha

(por nacimiento)

Hesse-Darmstadt

(por matrimonio)
Padre Alberto de Sajonia-Coburgo y Gotha

Madre Victoria del Reino Unido

Consorte Luis IV de Hesse-Darmstadt (matr. 1862; fall. 1878)

Hijos

Victoria, marquesa de Milford Haven

Gran duquesa Isabel Fiódorovna de Rusia

Irene, princesa Enrique de Prusia

Ernesto Luis, gran duque de Hesse y el Rin

Príncipe Federico

Alix, emperatriz de Todas las Rusias

Princesa María

Información profesional

Ocupación Enfermera y política

Condecoraciones

Orden de la Estrella de la India

Orden de Santa Catalina

Coat of Arms of Alice, Grand Duchess of Hesse.svg

Escudo de Alicia

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La princesa Alicia, gran duquesa de Hesse y el Rin (Alice Maud Mary; Londres; 25 de abril de 1843-
Darmstadt; 14 de diciembre de 1878), fue gran duquesa consorte de Hesse y el Rin entre 1877 y
1878; por su matrimonio con el gran duque Luis IV de Hesse-Darmstadt. Antes de ser gran
duquesa, Alicia fue princesa de Hesse y el Rin entre 1862 y 1877. Alicia, además de ostentar los
títulos ya mencionados, fue también princesa del Reino Unido y como tal, miembro de la familia
real británica, ya que era la tercera descendiente de la reina Victoria y del príncipe consorte
Alberto.

La educación de Alicia fue supervisada por Christian Friedrich Freiherr von Stockmar, amigo
cercano del príncipe Alberto. Al igual que sus hermanos, Alicia pasó la infancia viajando con su
familia por las diferentes residencias reales británicas. En 1861, cuando el príncipe Alberto
enfermó de fiebre tifoidea, Alicia lo cuidó durante toda su enfermedad hasta su muerte el 14 de
diciembre de ese mismo año. Tras la muerte de su marido, la reina Victoria cayó en un periodo de
luto profundo y Alicia pasó a ser la secretaria no oficial de su madre durante los seis meses de luto.
Cuando la corte aún estaba inmersa en el luto, Alicia se casó, el 1 de julio de 1862, con Luis IV, gran
duque de Hesse, un príncipe alemán menor, heredero del gran ducado de Hesse. La reina dijo que
la ceremonia, celebrada de forma privada y sin grandes lujos en el castillo de Osborne, parecía
«más un funeral que una boda».1 Debido a las dificultades económicas, las frecuentes tragedias
familiares y a la mala relación entre el marido y la madre, la vida de la princesa en Darmstadt fue
muy triste.

Alicia fue una prolífica mecenas de las causas de las mujeres —principalmente de las enfermeras—
y era admiradora de Florence Nightingale.2 Cuando Hesse entró en la Guerra austro-prusiana y
Darmstadt se llenó de heridos, Alicia, embarazada de su hija Irene, dedicó gran parte de su tiempo
a organizar los hospitales de campaña.3 Una de sus organizaciones, la Corporación de Mujeres de
la Princesa Alicia, se extendió a nivel nacional y pasó a encargarse de todos los hospitales militares
de Darmstadt. También se hizo gran amiga de David Friedrich Strauss, un teólogo que le ofreció
una base intelectual para su fe más allá del tradicional sentimentalismo religioso de la época
victoriana.4 En 1877 Alicia se convirtió en gran duquesa de Hesse tras la subida de su marido al
trono y sus deberes empezaron a afectarle cada vez más a la salud. Al año siguiente hizo su último
viaje a Inglaterra, pasando unas vacaciones pagadas por la reina en Eastbourne. En los últimos
meses de 1878 la corte de Hesse sufrió una epidemia de difteria y Alicia cuidó de toda su familia
durante más de un mes antes de enfermar. Murió 17 años después que su padre, con solo 35, el 14
de diciembre de 1878, en el nuevo palacio de Darmstadt.5

La princesa Alicia fue la madre de la zarina Alejandra Fiódorovna, así como bisabuela de Felipe de
Edimburgo, marido de la reina Isabel II del Reino Unido.

Índice

1 Primeros años

1.1 Nacimiento

1.2 Infancia

1.3 La cariñosa de la familia

2 Matrimonio

2.1 Pretendientes

2.2 Compromiso y boda

3 Vida en Hesse

3.1 Llegada a Darmstadt


3.2 Guerra austro-prusiana

3.3 David Strauss

3.4 1871: relaciones políticas y familiares

4 Últimos años

4.1 Gran duquesa

4.2 Enfermedad y muerte

5 Legado

6 Descendencia

7 Títulos y órdenes

7.1 Títulos

7.2 Órdenes

8 Ancestros

9 Referencias

10 Bibliografía

10.1 Bibliografía adicional

11 Enlaces externos

Primeros años

Nacimiento

Alicia Matilde María (Alice Maud Mary) nació el 25 de abril de 1843 en el Palacio de Buckingham
(Londres).6 Fue la tercera hija (la segunda mujer) nacida de la unión de la reina Victoria del Reino
Unido y su marido, el príncipe Alberto. El nombre de Alicia le fue dado en honor al primer ministro
de la reina, Lord Melbourne, que era un gran admirador de la soberana y que confesó en una
ocasión que Alicia era su nombre de mujer favorito.7 Matilde fue elegido en honor a una de las
madrinas de Alicia, la princesa Sofía Matilde de Gloucester, sobrina de Jorge III, y María se eligió
porque Alicia nació el mismo día que su tía abuela, la princesa María.8

Alicia fue bautizada en la capilla del palacio de Buckingham por el arzobispo de Canterbury,
William Howel, el 3 de junio de 1843. La noticia de que era niña fue recibida con una mezcla de
sentimientos por parte del pueblo, y el Consejo Privado envió un mensaje a Alberto dándole la
enhorabuena por el nacimiento de su segunda hija.7 Los padrinos escogidos por la reina Victoria
fueron Ernesto Augusto I de Hannover, Feodora de Leiningen, Ernesto II de Sajonia-Coburgo-Gotha
y Sofía Matilde de Gloucester.9
Infancia

Alicia (1.ª izq.) con sus hermanas: Victoria, Luisa y Elena.

El nacimiento de Alicia hizo que sus padres empezaran a buscar una casa más grande para la
familia. El palacio de Buckingham no tenía los aposentos privados que la familia necesitaba ni los
cuartos para los niños en las condiciones necesarias. Por eso, en 1844, Victoria y Alberto
compraron el castillo de Osborne en la isla de Wight para las vacaciones familiares.

Alicia fue educada por su padre y por Christian Friedrich Freiherr von Stockmar. En Osborne, Alicia
y sus hermanos aprendieron a realizar tareas prácticas concernientes al trabajo doméstico, la
cocina, la jardinería y la carpintería.10 Victoria y Alberto promovieron una monarquía cuya base
eran los valores familiares, por lo que Alicia y sus hermanos usaban ropa de clase media todos los
días, dormían en cuartos modestamente amueblados y con poca calefacción.11 Alicia estaba
fascinada por el mundo de fuera de la Casa Real y cuando estaba en Balmoral, donde parecía ser
más feliz, solía visitar a las personas que vivían y trabajaban en su propiedad. Una vez, de hecho, se
escapó de su gobernanta en la capilla del castillo de Windsor y se sentó en un banco público para
poder comprender mejor a las personas que no seguían el protocolo real.12 En 1854, durante la
Guerra de Crimea, Alicia, con solo 11 años, visitó los hospitales de Londres para ver a los soldados
heridos junto a su madre y a su hermana mayor. Era más sensible que el resto de sus hermanos y
más empática con la tristeza de las personas. Estas características de su personalidad eran
contrarrestadas por una lengua afilada y un temperamento que se alteraba con facilidad.13

Desde su infancia, Alicia tenía una relación cercana con su hermano Eduardo (príncipe de Gales) y,
sobre todo, con su hermana Victoria. A pesar de esa relación tan cercana con su hermana, se
enfadó con ella cuando esta se casó con el príncipe Federico de Prusia en 1858. A partir de ahí,
empezó a sentirse más unida al príncipe de Gales.14

La cariñosa de la familia

La compasión de Alicia hacia el sufrimiento de los otros hizo que se convirtiera en una figura
popular. Su abuela Victoria, la madre de la reina Victoria, falleció en Frogmore House el 16 de
marzo de 1861. Alicia había pasado mucho tiempo al lado de su abuela; iba a tocar el piano en la
sala de visitas de su casa y cuidó de ella en las últimas fases de su enfermedad.15 La reina se sintió
muy triste tras la muerte de su madre y descargó mucho de su dolor con Alicia, a quien su padre,
Alberto, le había pedido que la consolara.15 Victoria le escribió a su tío Leopoldo, el rey de Bélgica,
que «Alicia ha sido muy cariñosa y afectuosa conmigo y se ha preocupado mucho por mí».16

Algunos meses después, el 14 de diciembre de 1861, Alberto murió en el castillo de Windsor. En


sus últimos días, Alicia se mantuvo a su lado y avisó al príncipe de Gales por telegrama del
empeoramiento en el estado de su padre sin que lo supiera la reina, ya que le acusaba de ser la
causa de la enfermedad de Alberto. La reina quedó destrozada tras la muerte de su marido y la
corte entró en un periodo de luto profundo.17 Alicia se convirtió en la secretaria no oficial de su
madre, pues por ella pasaban los papeles oficiales de la reina antes de que llegaran a los ministros
del gobierno.18 Para realizar esta tarea tuvo la ayuda de su hermana menor, Luisa, pues si bien en
un primer momento escogió a su hermana Elena, el hecho de que no pudiera cumplir sus
obligaciones sin llorar hizo que fuera apartada de este trabajo.19

Matrimonio

Pretendientes

Pedro V de Portugal fue uno de los pretendientes de Alicia.

Los planes de matrimonio para Alicia fueron iniciados por su madre en 1860. La reina había dicho
que quería ver a sus hijos casarse por amor, aunque eso no significaba que pudieran escoger a
alguien de fuera de los círculos de las casas reales europeas. La cuestión de elevar un súbdito
británico a miembro de la realeza, por muy alto que fuera el título que ostentara, provocaba
problemas políticos y, además, haría que se perdiese una oportunidad para formar una alianza
política con un país extranjero.20 La reina le pidió a su hija Victoria, que se había casado
recientemente con el heredero al trono alemán, que le escribiera una lista con los príncipes
disponibles en Europa. En su búsqueda encontró solo a dos candidatos: Guillermo de Orange y el
príncipe Alberto de Prusia. Guillermo fue descartado en cuanto se supo que estaba enamorado de
una archiduquesa católica21 y que no mostraba ningún interés por Alicia, a pesar de la presión de
su madre, la reina Sofía de los Países Bajos, que era probritánica. Aun así, viajó hasta el castillo de
Windsor para que la reina Victoria pudiera verlo personalmente, pero a Alicia no le gustó. El
príncipe Alberto también fue descartado después de afirmar que Alicia no era lo suficientemente
buena para «alguien que se merece lo mejor de lo mejor».22 La reina Victoria era fuertemente
anticatólica y no eligió a su primo, el rey Pedro V de Portugal, solo por sus creencias religiosas.21

Con los dos candidatos principales fuera de juego, la princesa Victoria se fijó en el príncipe Luis de
Hesse, un miembro de la realeza menor alemana, sobrino del gran duque Luis III de Hesse-
Darmstadt. Victoria fue hasta la corte de Hesse para sugerir a la hermana de Luis, Ana, como
posible candidata para el matrimonio de su hermano Eduardo, el príncipe de Gales. A pesar de no
haber quedado muy impresionada con ella, sí quedó con buena impresión de sus hermanos Luis y
Enrique. Ambos fueron invitados a visitar el castillo de Windsor en 1860 para que pudieran asistir a
las carreras de caballos de Ascot con la familia, pero en realidad la visita era una oportunidad para
que la reina pudiese inspeccionar a su yerno en potencia.23 A la reina le gustaron ambos, pero se
dio cuenta de que Luis y Alicia se habían caído bien.24 Cuando la familia se preparaba para irse,
Luis pidió una fotografía de Alicia y ella le dejó claro que se sentía atraída por él.24
Compromiso y boda

Alicia con su marido Luis de Hesse en 1860.

Alicia se comprometió con Luis de Hesse el 30 de abril de 1861, tras obtener el consentimiento de
la reina.25 La soberana consiguió que el primer ministro Lord Palmerston llevara al parlamento una
propuesta para crear una dote de 30 000 libras esterlinas para Alicia. A pesar de que la cuantía era
bastante generosa para la época, el príncipe Alberto afirmó que «no se podía hacer gran cosa con
ella» en el pequeño gran ducado, principalmente comparado con los bienes que recibió su
hermana Victoria como futura reina de Prusia y emperatriz de Alemania.26 Además, la futura
residencia de la pareja en Darmstadt, el palacio gran ducal, no era muy ostentosa. A pesar de que
la reina Victoria esperaba que se construyera un nuevo palacio, la población de Darmstadt no
quería realizar tal gasto y la controversia causó mucho resentimiento, lo que hizo que Alicia fuera
muy impopular incluso antes de instalarse en su nueva casa.27

Entre el compromiso y la boda, el padre de Alicia, el príncipe Alberto, murió el 14 de diciembre de


1861. A pesar de la tristeza de la reina, esta ordenó que la boda debía celebrarse tal y como se
había planeado. El 1 de julio de 1862, Alicia y Luis se casaron en una ceremonia privada en
Osborne House, donde se habilitó una capilla temporal. Alicia llegó al altar del brazo de su tío,
Ernesto II de Sajonia-Coburgo-Gotha y tuvo cuatro damas de compañía: sus tres hermanas
menores y la hermana de Luis, Ana. En la ceremonia llevó un vestido blanco con un velo, pero tuvo
que usar ropa negra de luto antes y después de la ceremonia. La reina, sentada en su sillón, hizo lo
posible para esconder las lágrimas y estuvo resguardada de la vista de los demás invitados por el
príncipe de Gales y el príncipe Alfredo, que estuvo llorando durante toda la misa. El tiempo en
Osborne era sombrío, con vientos provenientes del canal.28 La reina le escribió a su hija Victoria
diciéndole que la ceremonia «parecía más un funeral que una boda» y que le dijo a Alfred
Tennyson que había sido «el día más triste que podía recordar».29 La ceremonia, descrita por
Gerard Noel como «la boda real más triste de los tiempos modernos»,30 acabó a las 4 de la tarde y
la pareja partió de luna de miel a St. Claire in Ryde, una casa que les prestó la familia Vernon
Harcourt. La comitiva de Alicia estaba formada por lady Churchill, el general Seymour y Herr
Westerweller, un cortesano de Hesse.30

Alicia cuidó de no desagradar a la reina tras la boda. Cuando esta visitó a la pareja en St. Claire,
hizo lo posible por no parecer «demasiado feliz». A pesar de eso, la plenitud romántica de Alicia
hacía que la reina tuviera celos de su felicidad.31

Vida en Hesse

Llegada a Darmstadt
Alicia en 1861.

Alicia y Luis llegaron a Bingen el 12 de junio de 1862 y fueron recibidos por entusiastas multitudes,
a pesar de la lluvia torrencial que caía.32 Tras ser presentada a los políticos de la ciudad, la pareja
fue en tren hasta Maguncia, donde desayunaron antes de montarse en el barco a vapor que los
llevó a lo largo del río Rin hasta Gustavsburgo. De ahí, tomaron el tren para Darmstadt, donde
fueron recibidos con mucho entusiasmo.33 Alicia escribió a su madre para decirle que «creo que
nunca vi una recepción tan sentida»,34 mientras que su hermana Elena le escribió «no puede
haber sido recibida con tanto entusiasmo en su entrada en Darmstadt».33 Alicia no se adaptó
inmediatamente a su nueva vida. Echaba de menos su casa y aún no aceptaba que, mientras
estaba tan lejos de Inglaterra, su padre ya no estaba vivo para reconfortar a su madre.33 La reina
escribió en su diario:

Ya han pasado dos semanas desde que nuestra querida Alicia se fue y, por más extraño que
parezca y por mucho que ella haya hecho por mí y por más querida y apreciada, por más que me
haya reconfortado y me haya dado ánimos, poco la echo de menos o poco siento que se haya ido.
Estoy tan sola por otra gran pérdida y tengo un único pensamiento, que todo ha pasado casi sin
que me diera cuenta.35

Diarios, Victoria del Reino Unido

La cuestión de la residencia donde la pareja iba a vivir se convirtió en un problema tras su llegada,
ya que el gran duque no estaba dispuesto a gastar los escasos fondos de Hesse en una casa que
fuera lo suficientemente buena para acomodar a una hija de la reina Victoria. Por ello, la pareja
recibió una casa en la zona histórica de Darmstadt que tenía vistas a la calle. Sus paredes eran tan
finas que se podían oír los carros pasar por la calle. Sin embargo, Alicia se adaptó bien, ya que
pasaba el mayor tiempo posible en Hesse para conocer su nuevo hogar. En 1863 viajó a Inglaterra
para asistir a la boda de su hermano Eduardo, el príncipe de Gales con la princesa Alejandra de
Dinamarca, y dio a luz a su primera hija, Victoria, el 5 de abril de ese mismo año, en presencia de la
reina Victoria.36 El capellán de la corte de Darmstadt fue enviado a Inglaterra expresamente para
el bautizo.37

Tras regresar a Darmstadt en mayo, Alicia y Luis recibieron una nueva residencia, Kranichstein, al
noroeste de Darmstadt. Allí dio a luz a su segunda hija, Isabel, el 1 de noviembre de 1864. Alicia
decidió amamantar a su hija, lo que enfureció a la reina Victoria, que era contraria a esa práctica.
Además, el hecho de que la reina comprendiera que su hija había encontrado la felicidad plena y,
por tanto, iría a visitarla menos a Inglaterra, hizo que se complicara la relación entre madre e hija,
situación que se mantendría hasta la muerte de Alicia.36

Guerra austro-prusiana
Alicia y Luis con sus hijas Victoria e Isabel.

En 1866, Viena le exigió a Berlín que entregase los territorios conjuntos de los Habsburgo-
Hohenzollern a la familia Augustenborg. Berlín se negó y Otto von Bismarck envió tropas a
Holstein, controlada por Austria. Esto hizo que el Imperio Austríaco y Prusia entraran en guerra.
Hesse estaba de parte de los austríacos con lo cual, técnicamente, Alicia y su hermana Victoria
serían enemigas.38

Alicia estaba en los últimos días del embarazo de su tercera hija cuando vio a su marido partir para
dirigir las tropas de Hesse contra los prusianos y envió a sus dos hijas a Inglaterra para que se
quedaran con la reina Victoria.3 A pesar de su embarazo, Alicia cumplió con sus deberes reales,
haciendo vendas para las tropas y preparando hospitales. El 11 de julio, dio a luz a su hija Irene y,
cuando las tropas prusianas estaban a punto de entrar en Damstadt, imploró a su marido que se
rindiese a los prusianos. Esto provocó la furia del príncipe Alejandro, fuertemente antiprusiano,
pero Alicia sabía que los estados alemanes conquistados por Prusia acabarían muy probablemente
en una unión formal que tanto ella como su hermana Victoria apoyaban.3

Alicia y Luis siempre estuvieron en contacto durante la guerra. Alicia le pedía que no se arriesgara
demasiado y Luis le contestaba que no se preocupara. El pánico llegó a Darmstadt y llevó a los
jóvenes del ejército a desertar de sus puestos, dejando solo a los centinelas del palacio
defendiendo la ciudad. El comportamiento histérico de un general que entró altivo en un hospital
gritando «Vienen los prusianos, que cada uno se defienda a sí mismo», a la una de la mañana,
enfureció a Alicia.39 Con el tiempo, se firmó un tratado de paz entre Prusia y Hesse, y Luis le
escribió a su esposa diciéndole que ya estaba «a salvo». Los dos se reencontraron por casualidad
en la calle, y después fueron a visitar juntos a los heridos.40 Los prusianos ocuparon Darmstadt y
Alicia dedicó mucho tiempo a cuidar a los enfermos y a los heridos. Era amiga de Florence
Nightingale, quien consiguió reunir dinero en Inglaterra para enviárselo a Alicia, y esta siguió sus
consejos sobre la limpieza y la ventilación de los hospitales.2

Pese a sentirse aliviada por el fin de la guerra, Alicia quedó conmocionada con el comportamiento
de las tropas prusianas en Hesse. Berlín ocupó las líneas ferroviarias y los telégrafos del gran
ducado, y pidió tres millones de florines de indemnización a Hesse. Alicia le escribió a su madre
quien, a su vez, escribió a Victoria, que le respondió que no podía hacer nada por aliviar «la
posición dolorosa y preocupante en la que nuestra querida Alicia se encuentra», pues era «uno de
los resultados inevitables de esta horrible guerra».41 El zar ruso intervino pidiéndole al rey de
Prusia que dejara al gran duque que se quedara con su trono. El hecho de que Alicia fuera
hermana de la princesa heredera también influyó en la generosidad prusiana. Sin embargo, a Alicia
le enfureció que la princesa Victoria visitase la región conquistada de Homburg, que había
pertenecido a Hesse, poco después de que se convirtiera en territorio prusiano.41
David Strauss

Alicia se hizo amiga del teólogo David Strauss, una figura controvertida de la época. En 1835,
Strauss había publicado la obra La vida de Jesús, donde defendía que la Biblia no podía
interpretarse literalmente como la palabra de Dios, un punto de vista que rozaba la herejía en
círculos ortodoxos.4 La perspectiva de Alicia era similar a la del teólogo y creía que la sociedad
victoriana de su época estaba representando a Dios de una forma que sería «irreconocible para los
primeros cristianos».42 Strauss también le ofrecía a Alicia el tipo de compañerismo intelectual que
su marido no podía darle y, por eso, era invitado muchas veces para leer en privado para Alicia. La
amistad floreció y Strauss fue presentado a la hermana de Alicia, Victoria y a su cuñado Federico,
que lo invitaron a ir a Berlín.43 En 1870, Strauss quiso dedicar su nueva obra Voltaire a Alicia, pero
tuvo miedo de pedirlo y entonces ella le pidió a este que le dedicara el libro.44 Sin embargo, la
amistad de Alicia con Strauss enfureció a la emperatriz Augusta, que denominó a Alicia «una
completa atea», tras conocer el pensamiento del teólogo.4

1871: relaciones políticas y familiares

Alicia en 1875.

En enero de 1871 se creó el Imperio alemán y la opinión de Alicia quedó dividida: se sentía
orgullosa por ver la unificación de Alemania, pero triste por ver a su marido obligado a luchar en el
bando prusiano.45 Los dos estuvieron separados durante un año entero y solo se veían en las
pequeñas pausas de la guerra. Alicia se lamentaba de lo «infeliz que había sido el año pasado».46
Viajó hasta Balmoral para visitar a su madre, pero como estaba recuperándose de dos
enfermedades graves, Alicia sentía que no era bien recibida. Por ello, Alicia y Luis se quedaron con
los príncipes de Gales en Sandringham, donde Luis pudo ir de caza. Sin embargo, poco antes de la
fecha de partida de estos, el príncipe de Gales enfermó de fiebre tifoidea y su estado llegó a ser
crítico, aunque tras un periodo agitado pudo recuperarse.47

Tras la recuperación del príncipe, la reina quería, por encima de todo, que los agasajos por su
buena salud fueran para la princesa de Gales y no para Alicia. La reina aún recordaba que Alicia se
había opuesto a su elección para el marido de la princesa Elena, y la relación entre ellas siguió
empeorando hasta la muerte de Alicia. A la reina no le gustaba la idea de ver a Alicia
amamantando a sus hijos, ni su interés por la ginecología o el cuerpo humano. Cuando la hermana
de Alicia, Luisa, se casó el 21 de marzo de 1871, la reina le escribió a Luisa: «preferiría no tener que
encontrármela [a Alicia] tan pronto, pues sé cómo es su curiosidad y, aún peor y es algo que no me
gusta decir de mi propia hija, sé cómo es de poco delicada e incluso grosera (...) cuando Lenchen
me visitó en 1869 y le conté estas cosas, aquella pobre cristiana quedó conmocionada».48 La reina
también se irritaba con las cartas de Alicia donde se quejaba de su pobreza y de sus intentos por
animarla cuando la visitaba. Victoria estaba satisfecha con su tristeza y no quería que nadie la
animara. El hecho de que a Alicia no le gustara el aislamiento funerario de su madre estropeó aún
más la relación.49
Últimos años

La tragedia alcanzó a Alicia el 29 de mayo de 1873, cuando su hijo más querido, Federico, a quien
llamaba «Frittie», murió tras caer 6 metros desde una ventana.50 El niño padecía hemofilia y, a
pesar de haber recuperado el conocimiento, no fue posible parar la hemorragia interna. Alicia
nunca consiguió recuperarse de este golpe y le escribió a su madre, dos meses después: «Me
alegra saber que tienes una fotografía en color de mi querido hijo. Me siento más baja de moral y
más triste que nunca y lo echo de menos continuamente».51 Sin embargo, las atenciones de la
reina estaban dirigidas a su hijo, el príncipe Alfredo, que estaba prometido a la gran duquesa María
Aleksándrovna de Rusia. El zar se había negado a llevar a su hija hasta Inglaterra para supervisar la
boda y, en vez de eso, le insistió a la reina para que se encontrara con la familia en Alemania. Alicia
apoyó esta idea y, el mismo día que había escrito a la reina para hablarle de Federico, esta le
respondió de forma seca: «Te pusiste totalmente del lado ruso y creo que tú, mi querida hija, no
me deberías decir lo que debo hacer».51

Alicia con sus hijos en 1876.

Tras la muerte de Federico, Alicia se sintió más próxima a su hijo Ernesto y a su hija recién nacida,
María. En 1875 retomó sus deberes públicos, que incluían recaudar fondos así como trabajo
médico y social, que siempre le habían interesado mucho.52 Mantuvo siempre una
correspondencia activa con la reformista social Octavia Hill. Sin embargo, en estos años, la relación
con su marido empezó a deteriorarse. A finales de 1876, fue a Inglaterra para tratarse de una
curvatura en el vientre y se quedó en Balmoral mientras se recuperaba. Allí escribió una carta en la
que criticaba el infantilismo de las cartas de su marido: «si mis hijos me escribieran cartas tan
infantiles —solo pequeñas historias— de dónde han comido, de dónde han estado, etc. sin dar su
opinión, ni ninguna observación o comentario, me hubiera sorprendido. Imagínate cómo me
quedo cuando eres tú el que me escribes así».52 El 3 de octubre de 1876 le escribió otra carta
desesperada a Luis:

Esperaba compañerismo verdadero pues, para colmo, la vida en Darmstadt no tiene nada más que
ofrecerme (...) Por eso, naturalmente, estoy muy desilusionada conmigo misma cuando miro atrás
y veo que, a pesar de las grandes ambiciones, de las buenas intenciones y del esfuerzo, mis
esperanzas se han deshecho (...) Dices, querido mío, que nunca me harías daño a posta (...) solo
lamento la falta de cualquier intención o deseo —aunque fuera interiorizado— de tu parte para ser
más para mí, y esto no significa que pases todo el tiempo conmigo, sin tener el deseo de compartir
nada conmigo. Pero hago mal en hablar de esto. Tus cartas no son tan adorables y amables —sino
tan vacías— que siento que cada vez tengo menos cosas que decirte que a cualquier otra persona.
Lluvia, mal tiempo, cosas que pasaron, es todo lo que tengo que decirte —y es tan distante de mi
verdadero ser, de mi vida más profunda, de la tuya— (...) Intenté una y otra hablarte de cosas
serias, cuando siento necesidad de hacerlo, pero nunca estamos juntos, nos desarrollamos por
separado (...) y es por eso que siento que el compañerismo verdadero nunca va a existir entre
nosotros —porque nuestros pensamientos nunca se van a encontrar— (...) también he de decir
que te quiero mucho, mi querido marido, y por eso es tan triste sentir que nuestra vida, a pesar de
esto, sigue tan incompleta (...) Pero no te puedo culpar por eso —nunca lo he pensado, nunca—.53

Alicia del Reino Unido

Al día siguiente, Alicia escribió una carta mucho más corta a Luis en la que le decía que estaba
ansiosa por reencontrarse con él y que esperaba que «mi carta no te haya preocupado —pero es
mejor ser honesta con mis sentimientos—».54

Gran duquesa

Alicia, c.1869.

A pesar de los problemas conyugales, Alicia siguió siendo un fuerte apoyo de su marido,
censurando a quienes no le reconocían sus talentos y habilidades. El 20 de marzo de 1877, el padre
de Luis, Carlos, murió, convirtiéndolos a ambos en herederos al trono. El 13 de junio de ese mismo
año, el tío de Luis, Luis III, murió y ellos se convirtieron en grandes duques de Hesse. Sin embargo,
la falta de popularidad de Alicia en Darmstadt hizo que ella y sus hijos pasaran los meses de julio y
agosto en Houlgate, en Normandía, donde Luis los visitaba con frecuencia.55 La gran duquesa se
sentía dolida por su reputación en Darmstadt y empezó a sentirse cada vez más frustrada debido a
su mala fama en el gran ducado. En agosto de 1877, Luis le escribió, expresándole su esperanza de
que «la amargura del agua salada te haga olvidar la amargura que ahora sientes por Darmstadt.
Por favor, amor mío, no hables mal del reino cuando me una a ti, porque estropearías la felicidad
de verte nuevamente».56

Alicia se tomó a pecho las palabras de Luis y le respondió:

Ten la seguridad de que no te voy a hablar de Darmstadt cuando llegues (...) No tengo ninguna
intención de decirte nada desagradable, mucho menos a ti. Tú te sacudes todo lo desagradable
como un caniche se sacude el agua del pelo cuando sale del mar. Caracteres como el tuyo siempre
hacen más felices a uno mismo, pero no están hechos para ayudar, reconfortar o aconsejar a los
demás, ni para compartir con otros el calor del mediodía o el frío de la noche, con introspección,
comprensión y simpatía.57

Alicia del Reino Unido

La carta de respuesta de Luis «hizo a Alicia llorar» y, tras este incidente, las cartas de Alicia a Luis
empezaron a ser más valientes y a elogiar la capacidad de Luis para tomar decisiones solo.58
El regreso de Alicia y Luis a Darmstadt fue muy celebrado, algo que ella no esperaba.59 Sin
embargo, las obligaciones eran muy exigentes y eso llevó a Alicia a escribirle a su madre que «todo
me da miedo».60 Usó su nueva posición para reformar las condiciones sociales en Darmstadt, pero
creía que su nueva responsabilidad de Landesmutter (madre del pueblo) le exigía mucho esfuerzo.
En otra carta dirigida a su madre, escribió que sus obligaciones eran «más de lo podía aguantar
mucho tiempo».61 Sentía igualmente angustia por un rumor que decía que había sido cruel con la
tía de Luis, la gran duquesa Matilde, así como dolida por una carta poco simpática de la reina
Victoria. Alicia se quejó a Luis de que esa carta «me hizo llorar de rabia (...) ojalá estuviera muerta
y probablemente no falta mucho para darle ese gusto a mamá».62 Sin embargo, no queda
constancia de qué pudo haber causado ese ataque de rabia.63

La Navidad de 1877 fue un descanso para Alicia, pues su familia se volvió a unir y ella adoraba a su
hija pequeña, María. Estaba demasiado cansada para asistir a la boda de su sobrina, la princesa
Carlota, en Berlín en enero de 1878. En lugar de eso, se introdujo en el mundo de las artes y las
ciencias y se distanció de los protocolos sociales. Sin embargo, seguía sintiendo la pesada carga de
sus obligaciones.2 En otoño de 1878, la reina Victoria le pagó unas vacaciones a la familia gran
ducal en Eastbourne. Alicia cumplió varias de sus obligaciones reales en el viaje y visitó a su madre
en Osborne antes de volver al nuevo palacio de Darmstadt cerca de final de año.64

Enfermedad y muerte

En noviembre de 1878 el palacio se vio afectado por una epidemia de difteria. La hija mayor de
Alicia, Victoria, fue la primera en enfermar tras haberse quejado de un dolor de garganta en la
noche del 5 de noviembre. Le fue diagnosticada difteria la mañana siguiente y la enfermedad se
extendió rápidamente a otros cuatro hijos de Alicia: Alejandra, María, Irene y Ernesto. Su marido
se contagió poco después. Isabel fue la única que no enfermó y fue enviada al palacio de la
abuela.65

María estaba muy grave el 15 de noviembre y Alicia fue a su cuarto. Sin embargo, cuando llegó ya
era tarde; María había muerto asfixiada. La gran duquesa le escribió a la reina Victoria que «el
dolor no tiene palabras».5 Alicia le escondió la noticia de la muerte de María a sus hermanos
durante varias semanas, pero acabó por decírselo a Ernesto a principios de diciembre. Su reacción
fue peor de lo que esperaba y, en principio, se negó a creerla. Cuando él se puso a llorar, Alicia
rompió su regla sobre el contacto personal con enfermos y le dio un beso.66 Sin embargo, en un
principio, Alicia no enfermó. De hecho, se vio con su hermana Victoria cuando esta pasó por
Darmstadt camino de Inglaterra y le escribió ese mismo día diciendo que sentía «una pequeña
alegría».66 Sin embargo, el sábado de esa semana, el 14 de diciembre, la fecha del aniversario de
la muerte de su padre, enfermó gravemente de difteria que su hijo le había contagiado. Sus últimas
palabras fueron «querido papá» y quedó inconsciente a las 2:30 de la mañana.67 Murió a las 8:30
de esa misma mañana.5
Alicia fue enterrada el 18 de diciembre de 1878 en el mausoleo gran ducal en Rosenhöhe, en los
alrededores de Darmstadt, con la bandera del Reino Unido cubriendo el ataúd.68 Se erigió un
monumento especial sobre su sepultura, que representaba a Alicia con su hija María en los brazos,
concebido por Joseph Boehm.1 Alicia fue la primera hija de la reina Victoria que murió. Esta vivió
aún más de veinte años y vio morir a dos hijos más (Leopoldo y Alfredo) antes de su muerte en
1901.69

Legado

Alejandra, la hija más conocida de Alicia, con su marido, Nicolás II y sus cinco hijos Alexis (en los
brazos de la madre), Tatiana, María, Anastasia y Olga. Alejandra recibió el gen de la hemofilia de su
madre y se lo pasó a su hijo, lo que afectó a la popularidad de los Romanov en Rusia y ayudó al
estallido de la revolución rusa en 1917.

La muerte de Alicia causó un impacto emocional tanto en Gran Bretaña como en Hesse. The Times
escribió: «Las personas más humildes se sentían afines a la princesa, que era un modelo de virtud
familiar como hija, hermana, esposa y madre (...) Su abundante compasión buscó fuentes de ayuda
para el gran desperdicio desconocido del sufrimiento humano».68 Illustrated London News
escribió que «la lección de vida de la princesa fallecida es tan noble como obvia. El valor moral es
más importante que una posición de privilegio».70 Su muerte fue también profundamente
lamentada por la familia real, principalmente por el hermano y la cuñada de Alicia, el príncipe y la
princesa de Gales. Cuando la princesa de Gales supo la noticia, exclamó: «Ojalá hubiera muerto yo
en vez de ella».71 El príncipe le escribió al conde de Granville que Alicia «era mi hermana
preferida. Tan bondadosa, tan amable, tan inteligente. Habíamos pasado por tantas cosas
juntos...».72

La reina Victoria, impactada por el dolor, le escribió a su hija Victoria: «Mi querida hija, que estuvo
a mi lado y me animó hace diecisiete años se fue el mismo día y por una enfermedad tan horrible y
espantosa (...) Ella tenía la personalidad de su querido papá y mucho de su carácter abnegado y sin
miedo y esa dedicación completa al deber». La animosidad que Victoria sentía por su hija dejó de
existir.73 La princesa Victoria expresó su dolor a su madre en una carta de 39 páginas en las que
lamentaba profundamente la muerte de Alicia, la hermana a la que se sentía más cercana. Sin
embargo, tanto ella como su marido no pudieron asistir al funeral porque el emperador de
Alemania se lo impidió,74 pues temía por su seguridad.74

Los descendientes de Alicia jugaron papeles importantes en la historia mundial. Su sexta hija,
Alejandra, se casó con el zar Nicolás II de Rusia. Alejandra pasó el gen de la hemofilia que había
heredado de la madre a su hijo, el zarévich Alexis, lo que ayudó en mucho al éxito de la Revolución
rusa de 1917. Alejandra y su marido, así como sus cinco hijos, fueron asesinados por los
bolcheviques el año siguiente. Del mismo modo, la segunda hija de Alicia, Isabel, que se casó con
el gran duque Sergio, fue asesinada en 1918. El nieto de Alicia, Luis Mountbatten, fue el último
virrey de la India,75 y su bisnieto, el príncipe Felipe de Edimburgo, se casó con la reina Isabel II.76

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