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Isabel I de Inglaterra

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«Isabel Tudor» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Isabel Tudor (1492-
1495).
Isabel I de Inglaterra
Reina de Inglaterra e Irlanda
Darnley stage 3.jpg
Retrato Darnley (h. 1575)
Reinado
17 de noviembre de 1558-24 de marzo de 1603
Predecesor María I de Inglaterra y
Felipe I de Inglaterra
Sucesor Jacobo I de Inglaterra
Información personal
Coronación 15 de enero de 1559, Londres
Nacimiento 7 de septiembre de 1533
Palacio de Greenwich,
Bandera de Inglaterra Inglaterra
Fallecimiento 24 de marzo de 1603
(69 años)
Palacio de Richmond,
Bandera de Inglaterra Inglaterra
Entierro Abadía de Westminster
Familia
Casa real Casa de Tudor
Padre Enrique VIII de Inglaterra
Madre Ana Bolena
Firma Firma de Isabel I de Inglaterra
Coat of Arms of England (1558-1603).svg
Semper eadema
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Isabel I de Inglaterra (en inglés, Elizabeth I), a menudo referida como la Reina
Virgen, Gloriana o la Buena Reina Bess (Greenwich, 7 de septiembre de 1533-
Richmond, 24 de marzo de 1603), fue reina de Inglaterra e Irlanda desde el 17 de
noviembre de 1558 hasta el día de su muerte. Isabel fue la quinta y última monarca
de la dinastía Tudor.

Isabel era hija de Enrique VIII y Ana Bolena, su segunda esposa, que fue ejecutada
dos años y medio después del nacimiento de Isabel. El matrimonio de Ana con Enrique
VIII fue anulado e Isabel fue declarada ilegítima. Su medio hermano, Eduardo VI,
gobernó hasta su muerte en 1553, legando la corona a Lady Juana Grey e ignorando
los reclamos de sus dos medias hermanas, la católica María y la menor Isabel, a
pesar de que la ley establecía lo contrario. El testamento de Eduardo fue dejado de
lado y María se convirtió en reina, destituyendo a Lady Jane Grey. Durante el
reinado de María, Isabel fue encarcelada durante casi un año bajo sospecha de
apoyar a los rebeldes protestantes.

Tras la muerte de su media hermana en 1558, Isabel le sucedió en el trono.b y se


dispuso a gobernar, apoyada por un grupo de buenos consejerosc1 Ella dependía en
gran medida de un grupo de asesores de confianza, dirigido por Sir William Cecil.
Una de sus primeras acciones como reina fue el establecimiento de una Iglesia
protestante independiente de la Santa Sede, de la que se convirtió en gobernadora
suprema. Este decisión terminaría por provocar el nacimiento definitivo de la
Iglesia de Inglaterra. Se esperaba que Isabel se casara y tuviera un heredero; sin
embargo, a pesar de numerosos noviazgos, nunca lo hizo. Finalmente fue reemplazada
por su primo hermano, Jacobo VI de Escocia , que sentó las bases del futuro Reino
de Gran Bretaña. Anteriormente, Isabel había sido responsable del encarcelamiento y
ejecución de la madre de Jacobo, María I de Escocia.
Durante su gobierno, Isabel fue mucho más moderada que su padre y sus medio
hermanos.2 Uno de sus lemas fue "video et taceo" (en latín: "veo y callo").3 En
religión, fue relativamente tolerante y evitó la persecución sistemática. Después
de que el Papa Pío V la declaró ilegítima en 1570 y liberó a sus súbditos de la
obediencia a ella, varias conspiraciones amenazaron su vida, todas las cuales
fueron descubiertas con la ayuda del servicio secreto de sus ministros. Isabel fue
cautelosa en los asuntos exteriores, maniobrando entre Francia y España, las
principales potencias de la época. Apoyó a medias una serie de campañas militares
ineficaces y con pocos recursos en los Países Bajos, Francia e Irlanda. A mediados
de la década de 1580, Inglaterra ya no podía evitar la guerra con España. La
victoria de Inglaterra contra la Armada española en 1588 asoció a Isabel con una de
las mayores victorias militares de la historia inglesa.

A medida que envejecía, Isabel se hizo famosa por su virginidad.4 A su alrededor


creció un culto a la personalidad que se celebró en retratos, desfiles y la
literatura de la época. El reinado de Isabel se conoció como la era isabelina. El
período es famoso por el florecimiento del teatro isabelino, dirigido por
dramaturgos como William Shakespeare y Christopher Marlowe, y por la destreza
marinera de aventureros ingleses como Francis Drake. Algunos historiadores
describen a Isabel como una gobernante de mal genio, a veces indecisa,5 que
disfrutó de su momento de suerte. Hacia el final de su reinado, una serie de
problemas económicos y militares debilitaron su popularidad. Isabel es reconocida
como una gobernante carismática y una obstinada sobreviviente en una era en la que
el gobierno era destartalado y limitado, y cuando las monarcas de los países
vecinos enfrentaban problemas internos que ponían en peligro sus tronos. Después de
los breves reinados de sus medio hermanos, sus 44 años en el trono proporcionaron
una notoria estabilidad al reino y ayudaron a forjar un sentido de identidad
nacional.2 Su reinado ha sido el quinto más largo de la historia inglesa, por
detrás de los de Isabel II, Victoria I, Jorge III y Eduardo III.

Índice
1 Infancia y juventud
2 Adhesión
3 Primeros años en el poder
3.1 La sucesión: María Estuardo
3.2 Apoyo a la causa protestante
4 La guerra con España
5 Muerte de la reina
5.1 Funeral y entierro
6 La conversión de Inglaterra al protestantismo
7 Representación en el cine y la televisión
8 Véase también
9 Notas
10 Referencias
11 Bibliografía
12 Enlaces externos
Infancia y juventud

Enrique VIII y Ana Bolena, padres de Isabel I.


Isabel nació en el palacio de Placentia, el 7 de septiembre de 1533, siendo la hija
de Enrique VIII de Inglaterra y de su segunda esposa, Ana Bolena.6 Fue bautizada en
honor a sus dos abuelas, Isabel de York e Isabel Howard,7 el 10 de septiembre de
1533 por el arzobispo Thomas Cranmer, con el marqués de Exeter, la duquesa de
Norfolk y la viuda marquesa de Dorset como sus padrinos. En la ceremonia, Jorge
Bolena, vizconde de Rochford, John Hussey, barón de Hussey, Lord Thomas Howard y
William Howard llevaron un dosel en la ceremonia sobre la niña de tres días.8
Isabel Tudor como princesa, h. 1546, de autor desconocido.
Aunque Enrique habría preferido un varón para asegurar la sucesión de la Casa de
Tudor, Isabel se convirtió en presunta heredera del trono de Inglaterra, ya que su
media hermana María, hija de Catalina de Aragón, había sido declarada ilegítima
tras la anulación del matrimonio de esta con Enrique.910 Sin embargo, fue por poco
tiempo. Isabel tenía dos años y ocho meses cuando su madre fue decapitada el 19 de
mayo de 1536,11 cuatro meses después de la muerte de Catalina de Aragón12 por
causas naturales. Al ser Ana incapaz de dar un heredero al rey, este ordenó
ejecutarla bajo la acusación de traición (el adulterio al rey se consideraba
traición) y brujería, por haber mantenido relaciones incestuosas con su hermano,
cargos que hoy se consideran falsos.13d Isabel fue declarada ilegítima y privada de
su lugar en la sucesión real.e

The Miroir or Glasse of the Synneful Soul, librito de poemas traducido del francés,
escrito de puño y letra por Isabel, a los once años, como obsequio para Catalina
Parr en 1544 (nótese el monograma KP; "Katherine Parr"). El bordado de la
encuadernación también es obra de Isabel.14
Cuando su madre murió, fue dejada al cuidado de Lady Margaret Bryan hasta que su
hermano nació y después fue educada por Katherine Ashley. Isabel tenía entonces
tres años cuando fue declarada hija ilegítima, por lo que perdió su título de
princesa. Vivió retirada de la Corte, lejos de su padre y de sus sucesivas esposas,
aunque la última de estas, Catalina Parr, medió para que padre e hija se
reconciliaran. Isabel, gracias al Acta de Sucesión de 1544, recobró sus derechos en
la línea sucesoria detrás de su hermano el príncipe Eduardo (hijo de Juana Seymour)
y de su hermana María Tudor (hija de Catalina de Aragón), quien también fue
restituida en esa misma Acta de Sucesión.

Entre sus asistentes, durante la época del exilio, destacaron Katherine


Champernowne y Matthew Parker. La primera fue incluida entre los miembros de la
casa de Isabel, previamente a la muerte de su madre y mantuvo con la futura reina
una amistad que se prolongó hasta su posterior deceso. Matthew Parker fue el
sacerdote favorito de Ana Bolena, quien le hizo prometer, antes de su ejecución,
que se preocuparía del bienestar de su hija.

En cuanto a su personalidad, Isabel tenía mucho en común con su madre: neurótica,


carismática, enamoradiza y fervientemente protestante. También heredó su delicada
estructura ósea, así como sus rasgos faciales; del rey, solo su cabello rojizo.

Tras la muerte de Enrique VIII en 1547 y el ascenso al trono de su hijo, Eduardo


VI, Catalina Parr contrajo nuevo matrimonio con Thomas Seymour —tío de Eduardo—
llevándose a Isabel consigo. Allí, ésta recibió una exquisita educación que le
propició una excelente expresión en su inglés natal,[cita requerida] en francés, en
italiano, en griego y en latín.6 Bajo la influencia de Catalina, Isabel se formó
como protestante.

Mientras su hermano se mantuvo en el trono, la posición de Isabel fue inestable.


Sin embargo, en 1553, Eduardo murió a la temprana edad de 15 años. Antes de su
fallecimiento, y contraviniendo el Acta de Sucesión dictada por su padre en 1544,
Eduardo declaró heredera a lady Jane Grey, que sería depuesta unos días después de
su proclamación, el 19 de julio de 1553. Apoyada por el pueblo, María regresó
triunfante a Londres acompañada de su media hermana.

Sin hacer caso de la opinión pública, María contrajo matrimonio con el príncipe
Felipe de España, futuro rey de España bajo el nombre de Felipe II. La
impopularidad de esta unión provocó en María el miedo a ser derrocada por una
rebelión popular que nombrara a Isabel como nueva monarca. Este temor casi se hizo
realidad cuando la rebelión de Thomas Wyatt de 1554 intentó evitar su boda. Tras su
fracaso, Isabel fue hecha prisionera en la Torre de Londres,6 pero su ejecución,
solicitada por algunos miembros del séquito español, nunca se materializó debido a
la resistencia de la corte inglesa a enviar a un miembro de los Tudor al patíbulo.
La reina intentó entonces apartar a Isabel de la línea sucesoria como castigo, pero
el Parlamento se lo impidió. Tras dos meses de encierro en la Torre, Isabel fue
puesta bajo vigilancia de Sir Henry Bedingfield. A finales de ese año, corrió el
falso rumor de que María se encontraba embarazada. Se permitió entonces que Isabel
retornara a la corte, ya que Felipe guardaba cierto recelo a que su esposa muriera
durante el parto, en cuyo caso prefería que el trono pasara a la recluida. Al
instante en el que se desmintió el hecho, María, incapaz de evitar que Isabel la
sucediera, intentó convertirla al catolicismo, cosa que esta última fingió aceptar
pese a que en su interior siguió siendo fiel a la fe protestante.f

A partir de octubre de 1555, Isabel residió en Hatfield House, Hertfordshire. En


1558, Felipe, que ya era rey de España, envió a Gómez III Suárez de Figueroa y
Córdoba para entrevistarse con Isabel,15 en vistas al decaimiento progresivo de la
salud de María. Para octubre, la joven princesa ya se encontraba haciendo planes
para su gobierno. El 6 de noviembre, María reconoce a Isabel como su heredera16 y
el 17 de noviembre la reina fallece, dejando a Isabel como nueva reina de
Inglaterra.17 Según la tradición, Isabel recibió la noticia bajo un roble y en
respuesta, recitó un verso del salmo 118: A Domino factum est illud et est mirabile
in oculis nostris (en español: Esta es obra del Señor y es maravilloso ante
nuestros ojos).18

Adhesión
Artículo principal: Coronación de Isabel I de Inglaterra

Retrato de Isabel en su coronación.


Copia de un original, h. 1600.
A la edad de 25 años, Isabel se convirtió en reina y declaró sus intenciones a su
Consejo privado y los otros pares del reino que habían llegado a Hatfield a
manifestar su apoyo. Su discurso ante ellos se convirtió en el primer testimonio
que ha llegado hasta nuestros días sobre la teología política medieval de los "dos
cuerpos": el natural y el político:19

Mis señores, la ley de la naturaleza me mueve a llorar por mi hermana; la carga que
recae sobre mí me asombra, y sin embargo, considerando que soy una criatura de
Dios, me ordena a obedecer Su nombramiento, me rendiré, deseando desde el fondo de
mi corazón que pueda tener asistencia de Su gracia para ser ministro de su voluntad
celestial en este puesto ahora a mí encomendado. Y como yo no soy más que un cuerpo
considerado naturalmente, aunque con Su permiso un cuerpo político para gobernar,
así desearía que todos vosotros... seáis mis ayudantes, para que yo con mi gobierno
y vosotros con vuestro servicio podamos rendir una buena cuenta a Dios Todopoderoso
y dejar algo de consuelo a nuestra posteridad en la Tierra. Pretendo dirigir todas
mis acciones con buen asesoramiento y consejo.20
A su regreso triunfal a Londres en la víspera de su ceremonia de coronación, fue
bienvenida calurosamente por los ciudadanos y saludada con oraciones y
espectáculos, con fuerte sabor protestante. Las respuestas abiertas y corteses de
Isabel fueron recibidas con alegría por la población, quienes se encontraban
"maravillosamente encantados" por su nueva reina.21 El día siguiente, el 15 de
enero de 1559, Isabel fue coronada y ungida por Owen Oglethorpe, obispo católico de
Carlisle, en la abadía de Westminster. Luego fue presentada para la aceptación de
la gente, en medio de un ruido ensordecedor de órganos, pífanos, trompetas,
tambores y campanas.22 Aunque Isabel fue recibida con alegría y esperanza, el país
todavía estaba en un estado de ansiedad por la amenaza percibida de los católicos
dentro y en el extranjero, así como por la elección de con quién se casaría.23

Primeros años en el poder


Isabel I recibiendo embajadores (ing., Queen Elizabeth and the Ambassadors), 1560.
Al comienzo de su reinado, la política exterior de Isabel se caracterizó por su
cautelosa relación con la España de Felipe II, que se había ofrecido a casarse con
ella en 1559,24 y sus problemáticas relaciones con Escocia y Francia, país este
último con el que se encontraba en guerra debido a que su hermana María había
decidido apoyar a su marido Felipe en la guerra casi continua en la que se hallaban
inmersas España y Francia desde 1522.

La reina de Escocia, María Estuardo (nieta de Margarita Tudor, hermana de Enrique


VIII), estaba casada con Francisco II de Francia. Aunque residía en Francia, su
madre, María de Guisa, parte de una de las más poderosas y católicas casas
nobiliarias francesas, regía el reino en su ausencia, defendiendo los intereses de
los católicos en Escocia. Debido a la guerra contra Francia en la que se encontraba
inmersa Inglaterra, Francisco II apoyó las pretensiones de su mujer al trono
inglés, mientras que la madre de esta permitía la presencia de tropas francesas en
bases escocesas.

Rodeados por la amenaza francesa, Isabel y Felipe se vieron forzados a unir fuerzas
pese a sus diferencias religiosas. Por un lado, y gracias a la mediación de Felipe,
Inglaterra se sumó al tratado de paz de Cateau-Cambrésis en 1559, en el que Isabel
renunciaba formalmente a la última plaza inglesa en el continente, Calais,
capturada el año anterior por Francisco de Guisa, hermano de María de Guisa; por su
lado, Francia se comprometía a retirar su apoyo a las pretensiones de María
Estuardo al trono inglés. Durante las celebraciones que acompañaron a la firma de
este tratado de paz, Francisco II murió, lo que provocó que su esposa María
regresara a Escocia en 1561.

Además, en el mismo año (1559), Isabel apoyó la revolución religiosa de John Knox,
líder protestante escocés, que buscaba eliminar la influencia católica en Escocia.
Isabel envió un ejército a sitiar Leith, donde se concentraban las tropas
francesas, y una armada a bloquear el Fiordo de Forth, donde se esperaba que los
franceses desembarcaran refuerzos para apoyar a los escoceses. Aunque el sitio de
Leith fue un terrible fracaso, la armada logró impedir el desembarco francés y
facilitó la victoria rebelde, logrando, tras la muerte de María de Guisa en 1560,
que representantes de María Estuardo firmaran el Tratado de Edimburgo, que eliminó
la influencia francesa en Escocia, aunque María se negó siempre a ratificar dicho
tratado.

Mientras tanto, Catalina de Médicis, regente en nombre de Carlos IX en Francia tras


la muerte de Francisco II, fue incapaz de impedir que Francisco de Guisa llevara a
cabo una matanza de hugonotes, con lo que estalló una guerra religiosa entre la
casa católica de Guisa, dirigida por Francisco, y la casa protestante de Borbón,
dirigida por el príncipe de Condé, Luis Borbón. Isabel apoyó la causa protestante,
llegando a comprar a estos últimos el puerto de El Havre, que pensaba intercambiar
por Calais al final de la guerra. Sin embargo, tras la tregua entre protestantes y
católicos de 1563, Isabel no pudo retener El Havre y firmó una paz con Francia en
1564.

Tras las victorias en Escocia y la desafortunada intervención en Francia,


desaparecieron los únicos elementos comunes de la política exterior de Isabel y
Felipe II, lo que se tradujo en un continuo decaimiento de las relaciones entre
ambos países, a la vez que en un acercamiento de Inglaterra a Francia.

Desde los primeros años de su reinado, Isabel depositó su confianza en sir William
Cecilg(Lord Burghley desde 1572), que fue primero secretario real y luego tesorero
real hasta su muerte en 1598, momento en el cual la confianza de la reina pasó al
hijo de este, Robert Cecil.

La sucesión: María Estuardo


La reina María I de Escocia.
Poco después del ascenso de Isabel al trono se inició un debate sobre quién tenía
que ser el esposo de la reina, incluyendo la petición del Parlamento a la reina de
que contrajera matrimonio. Sin embargo, contraer matrimonio hubiera significado
para Isabel compartir el poder con el rey consorte, algo que hacía que sienta
cierta repulsión, y que puede explicar en parte su negativa constante a hablar
siquiera de matrimonio. Sin hijos que la sucedieran, Isabel tenía dos herederas
lógicas: María Estuardo, nieta de la hermana mayor de Enrique VIII, Margarita
Tudor, y Catherine Grey, descendiente de la hermana menor de Enrique VIII, María
Tudor. Isabel sentía animadversión tanto hacia la primera, por sus enfrentamientos
anteriores y su catolicismo, como hacia la segunda, que se había casado sin el
permiso real y cuya hermana Jane había «usurpado» el trono inglés.

El problema de la sucesión se agravó en 1562, año en el que Isabel sufrió la


varicela. Aunque se recuperó, el Parlamento volvió a insistir en la necesidad de
que se casara para obtener descendencia, a lo que Isabel se negó, disolviendo el
Parlamento hasta 1566. Ese año la reina necesitaba el permiso del Parlamento para
recaudar más fondos; este le fue otorgado a condición de que se casara, a lo que
Isabel volvió a negarse. En 1568, Catherine Grey murió dejando descendientes que
por distintas razones no eran aptos para el trono; así pues, María Estuardo vio aún
más reforzada su posición de heredera natural del reino.

Sin embargo, María tenía sus propios problemas en Escocia, donde una rebelión
provocada por su boda con el asesino de su segundo marido (con el que había
concebido a Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia) forzó a que abdicara en este y
huyera a Inglaterra. Allí fue muy mal recibida, y debido tanto al peligro que
suponía para Isabel como heredera del trono como al descubrimiento de unas cartas
donde supuestamente instigaba a los asesinos de su segundo marido a actuar, fue
recluida en el Castillo de Sheffield.

Apoyo a la causa protestante

Monedas con la efigie de la reina Isabel I, 1585.


En 1568, Isabel se sintió amenazada por la durísima represión del Duque de Alba en
las revueltas protestantes en Holanda, así como por el ataque de Felipe II contra
los barcos de los corsarios Francis Drake y John Hawkins. Mientras que sus
consejeros, encabezados por Francis Walsingham, pedían a la reina que apoyara la
causa protestante como ya había hecho años antes con el príncipe de Condé, esta se
inclinó por ordenar la captura de la flota de Indias en 1569.

Ese mismo año (1569) se producen dos levantamientos: la llamada Rebelión del Norte,
liderada por nobles católicos de dicha zona, que esperaban contar con el apoyo de
España contra Isabel, y la primera rebelión de Desmond contra el gobierno inglés en
Irlanda, acaudillada por James Fitzmaurice Fitzgerald. Sin embargo, tanto el Duque
de Alba como Felipe II eran reacios a intervenir en Inglaterra, dada la complicada
situación en Holanda. Privados sus enemigos de apoyo exterior, Isabel pudo hacer
frente a las rebeliones, aunque fue excomulgada por una bula papal de 1570, que
exacerbó sus problemas con los católicos. Un año después el banquero florentino
Ridolfí planeó asesinar a la reina y colocar a María Estuardo en el trono, con
apoyo de España, para restaurar el catolicismo. El plan fue descubierto por Cecil,
y los conspiradores fueron ejecutados. Entre ellos se encontraba el duque de
Norfolk, primo de Isabel.

El endurecimiento de sus problemas con los católicos no impidió a Isabel inclinarse


por una alianza con Francia como contrapeso a España, a pesar de la matanza de San
Bartolomé de 1572. Llegó incluso a negociar su matrimonio con el futuro Enrique
III, y tras la coronación de este, con su hermano Francisco de Anjou, que falleció
en 1584 antes de que la unión pudiera llevarse a cabo.
La presión sobre Isabel para que apoyara a los protestantes holandeses fue
incrementándose, hasta que en 1577 el consejo real, incluyendo a Cecil, aprobó
unánimemente el envío de una fuerza expedicionaria. La reina confirió el mando de
dicha fuerza a Robert Dudley, conde de Leicester, pero cambió de opinión al año
siguiente retirando su apoyo por su reticencia a entrar en un conflicto abierto con
España.

En 1579, apoyándose en la bula de excomunión contra Isabel, James Fitzmaurice


Fitzgerald lanzó la segunda rebelión de Desmond. Contaba con el apoyo del Papa, que
envió tropas y dinero, y de Felipe II, que mandó un pequeño cuerpo expedicionario a
Irlanda, aceptando ser coronado en lugar de Isabel cuando la revolución triunfara.
Sin embargo, las tropas de la reina lograron contener progresivamente la rebelión,
acabando con ella en 1583.

La guerra con España


Artículo principal: Guerra anglo-española (1585-1604)

Retrato de Isabel I (de autor anónimo, hacia 1589), conmemorando la derrota de la


armada española (representada en el fondo). Obsérvese el globo terráqueo bajo la
mano derecha de la reina, símbolo de su poder mundial.
España presionaba los intereses ingleses con fuerza: el apoyo a los rebeldes
irlandeses y el ascenso de Felipe II al trono de Portugal, y sobre todo la
desesperada situación protestante en Holanda (con Amberes a punto de caer) y
Francia, donde la Liga Católica y la familia Guisa habían logrado imponer su
voluntad a Enrique III, constituían serias amenazas para Inglaterra. Temiendo la
rendición neerlandesa y la coronación de un títere español en Francia, Isabel se
comprometió en 1585 a apoyar a los rebeldes holandeses, enviando al Conde de
Leicester 5000 hombres y 1000 caballos. Como garantía de pago por sus gastos,
Isabel deseaba los puertos de Brielle y Flesinga. Sin embargo, rechazó ser coronada
reina de Holanda, ya que eso le hubiera comprometido totalmente en la guerra, y su
situación económica no lo permitía. El conde de Leicester no fue capaz de obtener
ninguna victoria militar significativa, y de hecho todas sus intervenciones
acabaron en derrota. Esto, unido a su aceptación contra la expresa voluntad de
Isabel del título de gobernador general de Holanda, provocó que fuera llamado a
Inglaterra en 1587.

Asimismo, Isabel apoyó la actividad corsaria de Francis Drake contra la marina


mercante española, lo que llevó a Felipe II a considerar la posibilidad de una
guerra abierta contra Inglaterra, en cuanto hubiera una razón de peso para ello.

Una nueva conspiración católica contra Isabel otorgó a Felipe la excusa que
buscaba. El rico comerciante londinense Anthony Babington pretendía asesinar a la
reina y coronar a María Estuardo. La trama fue descubierta en la primavera de 1586;
se reveló que en la misma había participado la propia María, por lo que el
Parlamento pidió su ejecución. Isabel se resistió todo lo que pudo, pero finalmente
fue incapaz de soportar la presión, ordenando la ejecución de María, que en su
testamento cedió a Felipe sus derechos al trono inglés.25

Felipe comenzó, por tanto, a preparar el plan de invasión de Inglaterra que se


apoyaba en los tercios de los Países Bajos, mientras Isabel reforzaba la marina de
su reino. En 1587, Drake atacó con éxito Cádiz, destruyendo varios barcos y
retrasando efectivamente hasta 1588 a la famosa Armada Invencible. Sin embargo, la
Armada vio frustrado su propósito por la resistencia inglesa, por el bloqueo
neerlandés y por el mal tiempo.

Derrota de la armada invencible, pintura de Philippe-Jacques de Loutherbourg


(1796).
Mapa de la contraarmada, que se saldó con una dura derrota inglesa.
La victoria sobre la Armada llenó de alivio a Isabel, que ya no habría de temer una
invasión de los tercios españoles. Pero el ambiente en Inglaterra tras la batalla
distó de ser una algarabía de fervor patriótico y festejos por el fracaso de la
invasión española. A la batalla siguieron todo tipo de disturbios y enfrentamientos
políticos provocados por las penalidades pasadas por los combatientes ingleses, que
tardaron meses en cobrar sus sueldos debido a que la guerra llevó al borde de la
bancarrota a las coronas inglesa y española. Aun así, confiada por la victoria, en
1589 la reina ordenó una expedición contra Lisboa, la Contraarmada (superior
incluso a la Armada Invencible), con el objetivo de acabar con los restos de la
flota española del Atlántico e incitar a Portugal a un levantamiento en contra de
Felipe. Sin embargo, esta expedición acabó en desastre, ya que fue incapaz de
capturar la capital portuguesa, perdiendo gran cantidad de soldados, marineros y
buques, y provocando una gran crisis económica. La ventaja que Inglaterra había
ganado sobre la destrucción de la Armada española se perdió, y la victoria española
marcó un resurgimiento del poder naval de Felipe II durante la próxima década.26

Más éxito tuvieron sus intervenciones en favor de los protestantes holandeses (8000
soldados) y en la guerra civil francesa, a favor del también protestante Enrique IV
de Francia (20 000 soldados), ya que al apoyar a Enrique, Isabel distrajo la
atención de España, permitiendo a los rebeldes holandeses recuperarse cuando ya
creían su derrota casi segura. Aunque la guerra religiosa se decantó del lado
católico, al convertirse Enrique al catolicismo en 1593, Isabel mantuvo la alianza
con Francia debido a la necesidad de proseguir la lucha contra España. Aunque
retiró sus tropas de Francia en 1596, Isabel volvió a enviar de nuevo 2000 soldados
tras la captura española de Calais.

Isabel envió aún dos flotas en contra de España, una en 1596 que fracasó en su
intento de atacar las colonias americanas (y que causó la muerte de Francis Drake y
John Hawkins), y otra en 1597, que logró saquear Cádiz. Felipe, por su parte, envió
también dos expediciones contra Inglaterra, la primera de las cuales logró
desembarcar en Cornualles y saquear los territorios circundantes, hecho conocido
como batalla de Cornualles, pero la segunda flota naufragó en Finisterre debido a
un temporal.

Mientras guerreaba contra España, Isabel se tuvo que enfrentar a una nueva rebelión
en Irlanda, la Guerra de los Nueve Años irlandesa (1594-1603), donde Red Hugh
O'Donnell y Hugh O'Neill se levantaron contra la colonización inglesa. La reina se
vio forzada a enviar 17 000 soldados al mando de Robert Devereux, conde de Essex,
en 1599 para frenar el alzamiento, pero este fracasó. Charles Blount, VIII barón de
Mountjoy, le sucedió con éxito, lo que provocó que España, paralizada desde la
muerte de Felipe II en 1598, interviniera en 1601 a favor de los rebeldes con 3500
soldados que desembarcaron en Kinsale. Cercados por los ingleses, fueron derrotados
junto a sus aliados irlandeses en la batalla de Kinsale que puso fin a la
intervención española en Irlanda. Hacia 1603 la rebelión irlandesa estaba sofocada.

Muerte de la reina

El arzobispo de Canterbury, Whitgift, en el lecho de muerte de Isabel. Vitral de la


iglesia de St. James, Grimsby.
El asesor principal de Isabel, William Cecil, murió el 5 de agosto de 1598.27 Su
papel dentro de la política real será continuada por su hijo Robert, que pronto se
convirtió en el líder del Gobierno.h Una de las tareas que este último se propuso
fue preparar el camino para una sucesión tranquila. Ya que Isabel nunca quiso
nombrar sucesores, Cecil se vio obligado a proceder en secreto,i entrando en
negociaciones con Jacobo VI de Escocia, que tenía fuertes, pero no reconocidos,
derechos sobre la corona.j Cecil enseñó al impaciente Jacobo a mantenerse en la
sucesión asegurando el beneplácito de la reina, sin pedir abiertamente el trono.28
El consejo funcionó. El tono de Jacobo encantó a Isabel, aunque según el
historiador J. E. Neale, Isabel nunca declaró abiertamente la sucesión al escocés,
ella sí dio a conocer sus deseos por inequívocas frases veladas.29

La salud de la reina permaneció sin sobresaltos hasta el otoño de 1602, cuando una
serie de muertes dentro de su grupo de amistades la sumió en una depresión severa.
En febrero de 1603, la muerte de la condesa de Nottingham, Catalina Howard, que era
sobrina de su prima y amiga Catalina, Lady Knollys, fue un golpe de particular
importancia. En marzo, se describe que la reina está con malestares y parecía
deprimida.30 Se instaló en uno de sus palacios favoritos, Richmond, cerca del río
Támesis. Ella misma se negó a ser examinada y tratada por sus médicos, además de
negarse a guardar cama, permaneciendo de pie por varias horas, en silencio. A
medida que su condición se deterioraba, sus damas de honor esparcían cojines por el
suelo, e Isabel finalmente se recostaba en ellos.

Mientras se iba debilitando, sus siervos insistieron en ponerla más cómoda en su


cama, al mismo tiempo que consejeros de Isabel se reunían alrededor y se tocaba
música suave para calmarla. Isabel aún no había nombrado un sucesor, y en su lecho
de muerte le hizo una señal a Cecil para dejar a Jacobo en el trono. Cerca de las
dos de la mañana, la reina murió el 24 de marzo de 1603, y se dice que falleció
«ligeramente como un cordero, fácilmente como una manzana madura del árbol».

Isabel fue enterrada sin habérsele practicado la autopsia, por lo que la causa de
su muerte sigue siendo desconocida. Generalmente se atribuye a un envenenamiento de
la sangre, posiblemente causado por el maquillaje blanco, hecho a partir de
albayalde, una mezcla de plomo y vinagre, haciendo este altamente venenoso.

A las pocas horas, Cecil y el consejo llevaron a cabo sus planes y nombraron a
Jacobo como nuevo rey de Inglaterra.31

Funeral y entierro

Cortejo fúnebre de Isabel I, atribuido a William Camden (1603).


El ataúd de Isabel fue llevado río abajo en la noche a Whitehall, en una barca
iluminada con antorchas, para luego ser dejada en capilla ardiente. En el funeral
del 28 de abril, el féretro fue trasladado a la Abadía de Westminster en una
carroza tirada por cuatro caballos con gualdrapas de terciopelo negro. En las
palabras del cronista John Stow:

"Westminster estaba sobrecargada de una multitud de toda clase de personas en sus


calles, casas, ventanas, pistas y canaletas, que acudieron a ver las exequias, y
cuando vieron a su estatua situada en el ataúd, hubo un general sentimiento de
gente suspirando, gimiendo y llorando como antes no se ha visto ni conocido en la
memoria de los hombres."32
Enterrada en la capilla de Enrique VII de la abadía de Westminster, junto a su
hermana María, la inscripción en latín sobre sus tumbas reza: «Compañeras en el
trono y la tumba, aquí descansan, Isabel y María, hermanas, en la esperanza de la
resurrección».33

La conversión de Inglaterra al protestantismo

Retrato de la reina Isabel I, conocido como Retrato del Arcoíris, c. 1600, una
representación alegórica de la reina.

Retrato de Isabel I, pintado después de 1620, durante el primer renacimiento del


interés en su reinado. El Tiempo duerme a su derecha y la Muerte mira por encima
del hombro izquierdo; dos putti sostienen la corona sobre su cabeza.34
Uno de los hechos más destacados de su reinado fue el de la transformación de
Inglaterra, un país mayoritariamente católico, en un país protestante. María,
hermana de Isabel, había restaurado el catolicismo durante su época de gobierno,
hasta tal punto que la reina no encontró a ningún obispo importante que oficiara su
coronación y tuvo que recurrir al obispo de Carlisle.

Ya en 1559, Isabel, suprema gobernadora de la iglesia anglicana, proclamó el Acta


de Uniformidad, que obligaba a usar una versión revisada del Devocionario de
Eduardo VI —un libro protestante— en los oficios y a ir a la iglesia todos los
domingos, y el Acta de Supremacía que forzaba a los empleados de la corona a
reconocer mediante juramento la subordinación de la iglesia inglesa a la monarquía.
La mayoría de los obispos católicos instaurados por María se negaron a aceptar
estos cambios, siendo depuestos y sustituidos por personas favorables a las tesis
de la reina.

Isabel intentó durante sus primeros años una política de tolerancia hacia los
católicos; sin embargo, las rebeliones de 1569 y 1571 y la bula papal de excomunión
de 1570 la llevaron a endurecer las medidas contra los católicos. Entre 1584 y 1585
se aprobó una ley que condenaba a muerte a aquellos sacerdotes católicos que se
hubieran ordenado tras el ascenso de la reina en 1559. Debido en parte a la
persecución, en parte a la identificación de protestantismo y patriotismo durante
la guerra contra España y al envejecimiento (y posterior deceso) de los sacerdotes
católicos, el país se había convertido efectivamente en protestante para cuando la
reina falleció en 1603.

Representación en el cine y la televisión


Es, junto a Enrique VIII, el único personaje con tres intérpretes que consiguieron
una nominación al Óscar.35

Año Título Director Actriz


1936 María Estuardo John Ford Florence Eldridge
1939 La vida privada de Elizabeth y Essex Michael Curtiz Bette Davis
1953 Young Bess George Sidney Jean Simmons
1955 El favorito de la reina Henry Koster Bette Davis
1971 Elizabeth R (serie de la BBC) Varios Glenda Jackson
1971 María, reina de Escocia Charles Jarrott Glenda Jackson
1986 Blackadder (serie de televisión) Varios Miranda Richardson
1998 Shakespeare in Love John Madden Judi Dench
1998 Elizabeth36 Shekhar Kapur Cate Blanchett
2005 Elizabeth I (TV) Tom Hooper Helen Mirren
2005 The Virgin Queen (TV) Coky Giedroyc Anne-Marie Duff
2007 Elizabeth: La edad de oro Shekhar Kapur Cate Blanchett
2007 Los Tudor (serie de televisión) Varios Kate Duggan/Claire
Macaulay/Laoise Murray
2008 The Other Boleyn Girl Justin Chadwick Maisie Smith
2011 Anonymous Roland Emmerich Joely Richardson/Vanessa Redgrave
2013 Doctor Who - El día del Doctor (TV) Nick Hurran Joanna Page
2013 Reign (serie de televisión) Laurie McCarthy y más Rachel Skarsten
2017 Reinas (serie de televisión) José Luis Moreno y Manuel Carballo Rebecca
Scott
2018 María, reina de Escocia Josie Rourke Margot Robbie
Véase también
Época isabelina
Literatura isabelina
Retratos de Isabel I de Inglaterra
Notas
Traducción del latín: «Siempre el mismo/la misma».
Duchein, Michel (1994). Isabel I de Inglaterra. Vergara. p. 134. «El discurso de
la joven reina a su Consejo, reunido en Hatfield el 20 de noviembre de 1558, da el
tono del nuevo reinado: «La ley natural me hace llorar el deceso de mi
“hermana”...»
Williams, Neville; Fraser, Antonia (1972). The life and times of Elizabeth I (en
inglés). Weidenfeld and Nicolson. p. 26. Consultado el 26 de noviembre de 2013.
«Las experiencias de Isabel en el reinado de sus hermanos, le enseñó la necesidad
de estar protegida y ser precavida.»
Existen cartas cruzadas entre la reina María I y su esposo Felipe II de España, en
las que María informaba a su esposo que no consideraba a Isabel su legítima
sucesora por ser hija del músico Mark Smeaton, lo que daría hoy en día un vuelco a
la inocencia de Ana Bolena en su acusación de adulterio.
Un Acta de julio de 1536 declaró que Isabel era ilegítima, y estaba completamente
excluida y prohibida de reclamar o exigir alguna herencia como legítima heredera al
trono. Somerset, p. 10.
Duchein, Michel (1994). Isabel I de Inglaterra. Vergara. pp. 109-110. «María
Tudor, en su lecho de muerte, pensaba sobre toda su obra de restauración del
catolicismo. Hizo pedir a Isabel, en Hatfield, que prometiera no cambiar nada de la
religión establecida, y también que pagara sus deudas. La tradición protestante
pretende que Isabel le respondió que estaba de acuerdo en cuanto al segundo punto,
pero que en lo referente a la religión, actuaría "según la palabra de Dios, que era
su única regla". Pero parece bastante improbable que, en ese momento, cuando iba a
tener que enfrentar las dificultades de un cambio de reinado, haya utilizado una
fórmula tan imprudente. Jean Dormer, dama de honor de María, da una versión mucho
más verosímil: Isabel habría afirmado solemnemente su fidelidad al catolicismo y
rogado a Dios que la sepultara viva si mentía. Nunca habría de costarle proferir
ese tipo de juramentos.»
William Cecil le llevaba 13 años. Al momento de la coronación de Isabel (15 de
enero de 1559), William tenía 38 años, mientras que la Reina tenía 25 años. Francis
Walsignham le llevaba entre 3 y menos de un año, entre 25 y 28 años (se desconoce
el año exacto de su nacimiento).
Luego de la caída de Essex, Jacobo VI de Escocia se refiere a Cecil como "el rey
de allí, en efecto". Croft, 48.
Cecil escribe a Jacobo, "El tema en sí es muy peligroso para ser tocado entre
nosotros, ya que él sustenta una marca sobre su cabeza". Willson, 154.
Jacobo VI de Escocia era un tataratatara nieto de Enrique VII de Inglaterra, y por
lo tanto, primo-hermano de Isabel, la nieta de aquel Enrique.
Referencias
"Deseo dirigir todas mis acciones por el buen asesoramiento y consejo." Primer
discurso de Isabel como reina, Hatfield House, 20 de noviembre de 1558. Loades, 35.
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10, 2011.
Ficha y fotografía de cada personaje
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Enlaces externos
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