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Las duras verdades

En este escrito se plasma las circunstancias en que se despiertan pasiones


y conflictos de opiniones convirtiendo a la gente tanto culpables como
pescadores de cosas que nunca han hecho.
El autor Gabriel Casaccia, paraguayo, con la novela “La Babosa” nos
muestra la realidad desde otro ángulo, para reflexionar sobre los
problemas de convivencia y conducta que influyen de muchas formas en
la sociedad.
La escena transcurre en un pueblo de Paraguay situado a 20 kilómetros de
Asunción, llamado Areguá, popular por ser el sitio de elección de los
capitalinos para pasar sus veranos.
La historia de Ramón Fleitas, cuya esposa es Adela. Llegó a ser partícipe de
los enredos y chismes como todas las del pueblo, son llevadas y traídas
por un una señora llamado Ángela, con una malísima fama de vieja
chismosa en la comunidad, quien aunque fiel asistente de la iglesia, no era
santa de devoción de nadie en el pueblo, incluso, ni del párroco, quien la
aborrecía al punto de ponerle el apodo que la marcaría para siempre y por
el cual todos la conocerían: La Babosa.
Todo comienza cuando Ramón vino a vivir en Areguá con su esposa,
teniendo como criada a una muchacha, Paulina, una lugareña como de
dieciséis años ahijada de doña Matilde, la madre de Adela.
En una mañana cuando Adela se fue a misa, la criada como todos los días
empieza a realizar los quehaceres de la casa; cuando de repente Ramón se
desvió hacia Paulina y ella al sentirlo cerca de sí, tuvo una ligera inquietud,
pero no dejó de barrer. Le pareció que su patrón la tomaría por atrás y por
sorpresa. Cuando en un movimiento simultáneo se separaron más y de
repente apareció Doña Ángela con la mirada de picardía y malicia, en un
descuido de Paulina, de marchó muy satisfecha por el tape po’î mientras
repetía constantemente “han fornicado” , “han fornicado”, doña Ángela
como toda murmuradora, aumenta las cosas, las agranda.
Desde ese día empezaron las habladurías sobre Ramón y Paulina, de que
fueron encontrados besuqueándose y manoseándose en ausencia de
Adela; producto de Doña Ángela que nunca se cansa de babear su maldad
en el pueblo. A más tardar todos los habitantes de Areguá empezaron a
señalar a Paulina como una arrastrada que no llegó pura a los quince años.
Muchas veces somos señalados por cosas que nunca hemos hecho, por lo
tanto, queda a cargo de nosotros llegar a conocer el trasfondo de la
situación y no creer los murmullos de la gente.
RECOMENDACIONES
 Tratar de actuar con calma ante situaciones similares puede
ayudarnos a escuchar las críticas de los demás y no juzgar a las
personas por las acusaciones que muchas veces resultan ser falsas.
(Emilio Morel)

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