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EDIFICANDO MI FUTURO

Hebreos 11:1 Sabemos que la fe es la certeza de lo que se espera y la convicció n de lo


que no se ve. Explica: Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicció n de lo que
no se ve.

Y también sabemos que Dios galardona a quienes lo buscan con fe, ya que les permite
edificar cosas trascendentes, como a Noé, quien construyó el arca y de esa forma fue
salvació n para la tierra, aunque también significó condenació n para quienes se habían
apartado del Señ or. Así que si queremos ser grandes edificadores necesitamos fe porque
es la ú nica forma de agradar a Dios.

Hebreos 11: 6-7 asegura: Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario
que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.
Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aú n no se veían, con
temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue
hecho heredero de la justicia que viene por la fe.
Noé vivió en una tierra corrompida y degradada, pero dejó un mundo nuevo. Lo mismo
sucede ahora, ya que tú que naciste con un propó sito y el día que mueras dejará s
contribuciones que hará n de este mundo un mejor lugar.
Hay varios principios que nos permiten ser edificadores, es decir, personas que
realmente aportan algo valioso para el Reino de Dios.

Principios para ser edificadores

1) SER PREVISORES. ( Lucas 14:27)

Lo que significa anticiparnos y ver con fe lo que vendrá ., Hay un pensamiento que dice
que la previsió n antecede a la provisió n, y es verdad porque no se puede obtener
bendició n sin antes preverla y esforzarse por alcanzarla. Ahora disfrutas de algo porque
en algú n momento planificaste lo que tendrías. Debes desarrollar la capacidad de ver el
futuro de bien y planificar para que se haga realidad.
Cuando la Biblia habla acerca de la venida del Espíritu Santo dice que los jó venes verá n
visiones y los ancianos soñ ará n sueñ os porque lo jó venes son visionarios, ven el
mañ ana y luchan por alcanzarlo con éxito. Son previsores.
Cuando Noé previó la llegada del diluvio, construyó con fe en lo que vendría aunque era
una gran catá strofe. La fe trabaja con anticipació n. Debemos ser previsores de un
mañ ana maravilloso, pero también proclamar decretos de lo que esperamos. Declara
que en los añ os venideros edificará s cosas importantes que bendecirá n a tu nació n.
Claro que no comenzará s edificando algo grande, pero sí algo que te dará experiencia y
sabiduría. Anímate a iniciar, porque Dios te desafía para que comiences a edificar.

La fe que nos permite ser previsores y pregoneros tiene ojos porque ves lo que tendrá s.
La fe que te hace edificar tiene manos cuando actú as para recibir, también tiene pies
porque te conduce a tu destino profético y tiene boca cuando llamas las cosas que no
son como si fuesen. Necesitamos apelar a la Palabra y convertirnos en pregoneros de un
mañ ana mejor. Afirma con seguridad: “Soy salvo, sano, libre, pró spero, bendecido y
victorioso en el nombre de Jesú s”.

2) SER PREGONERO (2 Pedro 2:5)

Noé fue pregonero ademá s, fue promovido por su obediencia. Una persona es
promocionada cuando ve las cosas desde una mejor perspectiva y avanza al percibir lo
que otros no ven. Eso le sucedió a Noé y te sucederá a ti. Dentro del arca también vemos
promoció n, ya que tenía tres niveles. El primero era para los animales, el segundo para
la comida que los sustentaría y el tercero para la familia de Noé que estaba por encima
de todo lo demá s. Acepta que eres promocionado como hijo de Dios. No permitas que
tus traumas y conflictos te limiten porque tu Señ or es grande y hará s cosas grandes con
É l. Cree que será s promocionado sin importar tus limitaciones.

Noé no solo fue todo previsor, pregonero y promocionado, sino que también fue
heredero. Al cabo de un añ o, el arca descendió sobre el monte de Dios porque estaban
escogidos para lo alto. Al quitar los seguros, empujaron la puerta y todo lo que vieron
era suyo. ¡Una nueva tierra les pertenecía! La fe te hace heredero. La Biblia dice que
somos herederos de Su gracia, así que suelta aquello a lo que te aferras y anímate para
lo que viene. No te aferres a tus tradiciones, a tus viejos paradigmas, suéltate de todo
eso y depende totalmente de la fe. Si no te atreves, aunque Dios tenga preparadas
riquezas de gracia, saboteará s tu prosperidad. Somos hijos y herederos pero debes
atreverte a tomar lo que es tuyo por fe.

Y especialmente, recuerda que es má s importante el Dios que te da herencia, salud y


riquezas que todo lo que pueda darte. Nuestra herencia má s valiosa es el Señ or porque
si lo tienes a É l lo tienes todo. Ademá s, La herencia que nos tiene prometida es un
deleite porque todo lo que viene de Sus manos es hermoso. No es posible que seas un
hombre y mujer de fe y creas que É l no tiene nada para ti. Hay algo que te toca, en el
Salmo 16:5-6 dice: Jehová es la porció n de mi herencia y de mi copa;Tú sustentas mi
suerte. Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos,Y es hermosa la heredad que me
ha tocado.” Tal vez no lo has disfrutado, pero lo disfrutará s en compañ ía de tus
generaciones.

3) FUE AGRADECIDO

Finalmente, vemos que Noé bajó del arca y lo primero que hizo fue edificar altar y
presentar ofrenda que agradó al Señ or, quien aseguró que nunca má s volvería a
maldecir la tierra. Génesis 8:20-21 relata: Y edificó Noé un altar a Jehová , y tomó de todo
animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. Y percibió Jehová
olor grato; y dijo Jehová en su corazó n: No volveré má s a maldecir la tierra por causa del
hombre; porque el intento del corazó n del hombre es malo desde su juventud; ni
volveré má s a destruir todo ser viviente, como he hecho.
Las ofrendas detienen y rompen maldiciones, y si tienes la ambició n de edificar cosas
importantes, tu ofrenda es indispensable para quebrantar toda maldició n. Declara un
tiempo de abundancia y de prosperidad. Rompe todo yugo de separació n, enfermedad y
pobreza con tu fe y agradecimiento a Dios, porque eres un emprendedor, un edificador a
quien el Señ or concederá los deseos de su corazó n. Dale gracias por la fe que nos hereda
y que provoca que hagamos proezas.

Cuando se edifica el reino de Dios el señ or nos incluye en su pacto por nuestra
obediencia y fidelidad.

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