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Ubicación: tramo V
Eje de formación: profesional
Modalidad: presencial
Duración: 80 horas.
Versión: 1
Vice-rectorado de Desarrollo
Experto (s) en contenido: Académico
Dianela Bravo Aimara Aguilar
Juan Bautista Borrelli
Director Nacional de Desarrollo
Curricular
Ruzay Rangel
Validador (es) externo:
Coordinación Nacional del PNF
Policial
José Cardoso
ÍNDICE
CRÉDITOS.................................................................................................................2
ÍNDICE.......................................................................................................................2
PRESENTACIÓN.......................................................................................................4
Introducción..............................................................................................................11
PROPÓSITO DE LA UNIDAD CURRICULAR........................................................12
ORIENTACIONES Y RECOMENDACIONES........................................................13
ESTRUCTURA DEL MATERIAL DIDÁCTICO........................................................14
ENCUENTRO 1: ENFOQUE SOCIOLÓGICO Y FACTORES EXPLICATIVOS DEL
DELITO....................................................................................................................16
Propósito del encuentro didáctico........................................................................16
Actividad 1. El delincuente como objeto del conocimiento científico...................17
Actividad 2. Lectura: Introducción a la sociología del delito................................19
Actividad 3. Factores que contribuyen a la criminalidad en mi entorno social....40
Actividad Final......................................................................................................41
ENCUENTRO 2: PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA.................................................42
Propósito...............................................................................................................42
Actividad 1. El etiquetamiento como forma de discriminación.............................43
Actividad 2. Lectura: Perspectiva sociológica del delito......................................44
Actividad final........................................................................................................63
ENCUENTRO 3: FORMAS DE CRIMINALIDAD.....................................................65
Propósito...............................................................................................................65
Actividad 1. Lectura: La sociología del conflicto..................................................65
Actividad 2. Reflejando las formas de criminalidad..............................................73
Actividad 3. Aportando propuestas para disminuir la criminalidad en mi
comunidad............................................................................................................74
Actividad Final .....................................................................................................74
REFERENCIAS........................................................................................................76
PRESENTACIÓN
La historia contemporánea de Venezuela registra diversas prácticas policiales
inadecuadas que han dejado en evidencia una profunda carencia de valores, de
principios morales, y un fuerte desapego al respeto de los derechos humanos por
parte del funcionariado policial.
En esta misma línea destaca que el modelo de educación integral asumido por
la UNES se caracteriza por el humanismo, por fomentar el desarrollo de una ética
profesional respetuosa de los derechos humanos. Como se sabe, estos
representan el conjunto de libertades, facultades y reivindicaciones que garantizan
una vida digna a toda persona. Son independientes de factores particulares como
estatus, sexo, orientación sexual, etnia o nacionalidad; tampoco dependen
exclusivamente del ordenamiento jurídico vigente. Desde un punto de vista más
relacional, los derechos humanos se han definido como las condiciones que
permiten crear una relación integrada entre la persona y la sociedad, que le
permita ser persona, identificándose con sí mismo y con los otros. Por esta razón,
desde la perspectiva institucional, se constituyen en la base del modelo
constitucional y están plenamente reconocidos como objetivos y fines de la
educación.
Estos temas son, pues, el pilar axiológico de los proyectos educativos UNES en
aras de ofrecer a la Venezuela que se está construyendo, un nuevo modelo de
servidora y servidor público que refleje en sus prácticas y en su discurso cotidiano:
mística, sentido de dignidad de la función encomendada y valor altruista del
servicio al pueblo. En resumen, nuevos servidores cuya imagen, discurso y
acciones sean cónsonos con la nueva visión de la seguridad ciudadana preventiva
y de proximidad, inscrita en el paradigma socialista del siglo XXI.
En líneas generales, la Universidad Nacional Experimental de la Seguridad
pretende afianzar en sus discentes la formación básica, la capacitación
permanente, la investigación, el estudio y la divulgación de todas aquellas
materias relacionadas con la seguridad ciudadana, de acuerdo a los campos de
estudio específicos. Así, se propone garantizar al estudiantado un proceso de
formación de elevada calidad, cuyo corolario será la expresión de sus fortalezas,
potencialidades y conocimientos producto de sus prácticas.
Esta unidad curricular nace para unirse al esfuerzo de la lucha que pretende
minimizar el auge y avance de la criminalidad en nuestro país, lo cual exige que
cada vez más el servidor policial se involucre con técnicas y conocimientos que
puedan generar una serie de destrezas que permitan lograr una efectiva
comprensión y diagnóstico de situaciones delictivas a fin de prevenir el delito. La
gran importancia que se desprende de la sociología del delito tiene que ver con el
reconocimiento de que la delincuencia no es sólo un acto individual sino que es,
además, un producto social.
DELITO
Que las y los estudiantes reflexionen críticamente sobre los factores que
contribuyen a la criminalidad en su comunidad, a fin de generar acciones para
disminuir la misma.
Al final del encuentro nos encontraremos con una actividad de reflexión escrita
en la que deberás aplicar todo lo aprendido durante el encuentro, ésta consta de
preguntas con planteamientos sobre los saberes abordados.
Actividad 1. El delincuente como objeto del conocimiento científico.
En base a estas líneas y con los conocimientos que tenemos como funcionarios
y funcionarias policiales respondamos las siguientes interrogantes:
1. ¿La delincuencia es un fenómeno social? Explique
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Actividad 2. Lectura: Introducción a la sociología del delito.
La sociología criminal.
La Sociología Criminal estudia la relación entre el autor del delito, como sujeto
activo, y la sociedad. Esta ciencia estudia el acto delictuoso como un acto
puramente objetivo.
Antecedentes
1
Zambrano, F. (2010). Criminología. Editorial Atenea. Caracas: Venezuela. Pág. 77-78.
El nacimiento de la criminología como disciplina de una relativa autonomía debe
vincularse necesariamente al espacio histórico-cultural en el que nace y se
desenvuelve el positivismo. Por un lado, esa vinculación debe hacerse con la
llamada Filosofía Positivista y, más propiamente, con la Sociología, como se
conoció a la physique sociale que creó Auguste Comte (1798-1857).
El alcoholismo.
2
Bergalli, R, Bustos Ramírez, J y Miralles, T. (1983). El pensamiento criminológico. Editorial
Temis. Bogotá: Colombia.
3
Zambrano, F. (2010). Criminología. Editorial Atenea. Caracas: Venezuela. Pág. 80-81.
La bebida es un factor que incide sobre la criminalidad, dado que en muchos
casos de alcoholismo agudo, se cometen delitos que en circunstancias normales
jamás se habrían producido. Por otra parte, el alcoholismo crónico es un factor
que contribuye a la criminalidad, y, al mismo tiempo, es un desencadenante de
enfermedades mentales graves.
Alcoholismo y criminalidad.
Estupefacientes.
Dependencia morfínica;
Dependencia cocaínica;
Dependencia cannábica;
Dependencia anfetamínica;
Dependencia alucinógena;
Dependencia alcohólica.
Los delitos relacionados con las “drogas” pueden clasificarse en: 1) los que se
responden a la “necesidad” de conseguirla, condicionada por la sujeción del
individuo a la droga, es decir, por la dependencia; y 2) los delitos de tráfico ilícito
previstos en la Ley Orgánica contra el Tráfico y Consumo de Sustancias
Estupefacientes y Psicotrópicas.
4
Zambrano, F. (2010). Criminología. Editorial atenea. Caracas: Venezuela. Pág. 82-89.
a la propia muerte, al seguir ingiriendo la droga automática e inconscientemente
hasta llegar a la dosis letal no deseada voluntariamente (falsos suicidas).
Delitos por omisión también pueden ser originados por las drogas, ya sea por el
efecto propio de las depresoras, o el paradójico de los estimulantes.
5
Salazar. (2009). Experticia psiquiátrica en delincuentes por drogas. MedULA 18: 56-64
resultan perjudiciales a sí mismo, transformándose en presa fácil y codiciada
de traficantes y usureros.
6
Zambrano, F. (2010). Criminología. Editorial Atenea. Caracas: Venezuela. Pág. 109-115.
7
Idem.
es ligeramente mayor, aproximándose a 2%; mientras que en los hijos de obreros
(calificados, especializados y braceros), el índice se eleva al 69%.
Estos datos revelados por Lombroso, resultan comprobados por los estudios
estadísticos de Estados Unidos y Francia. En este sentido, Pinatel, citado por
Zambrano (2010), señala el estudio Shaw y McKay, quienes compararon niños
delincuentes con escolares americanos de la misma edad, provenientes de
hogares bien constituidos, y encontraron que 42,5% provenían de familias
disfuncionales y 32% de familias de padres divorciados, por lo que concluyeron
que en la delincuencia tiene mucho que ver la estructura hogareña. Iguales
resultados se obtuvieron en Francia, donde el 45% de los delincuentes proviene
de familias de origen disociadas.
El hogar desecho
8
Zambrano, F. (2010). Criminología. Editorial Atenea. Caracas: Venezuela. Pág. 128-131
Para cumplir su función socializadora, el hogar debe contar con un padre y una
madre. El primero, a quien como mínimo le corresponde proveer lo necesario para
el sustento familiar, además de asumir el papel disciplinario en la formación de los
hijos en el ambiente hogareño, ofreciéndoles el cariño y la comprensión. Si alguno
de los padres falta, la capacidad educativa del hogar queda determinada. Pueden
darse tres situaciones distintas según la razón que llevó al rompimiento.
Abandono o deserción
El divorcio
Otra de las razones para que se rompa la estabilidad del hogar, es el divorcio o
ruptura legal del vínculo matrimonial. Generalmente, el divorcio conlleva a la
separación del padre del hogar común, quedando los niños al cuidado únicamente
de la madre. Dicha separación afecta gravemente la formación de los hijos,
quienes, a menudo, se sienten deprimidos por la ausencia del padre; y, tienden a
atribuirse la culpa de dicha separación. Ese desajuste familiar tiene una gran
incidencia en las conductas desviadas de algunos adolescentes, las cuales, en
medio de su rebeldía, los lleva a incurrir en transgresiones de muy variado orden.
El hogar criminal
Como hemos venido señalando, el hogar ejerce una gran influencia sobre los
hijos, sobre todo en el proceso de socialización; es decir, en su integración a la
sociedad, proceso en el cual la escuela, también, tiene gran participación como
institución formadora de los niños. De allí que cuando en la familia existe un
ambiente delictivo o alguno de sus miembros es un delincuente declarado, tal
comportamiento se pudiera reflejar en los niños, quienes, en algunos casos,
imitan esa conducta desviada de los padres, tíos o hermanos mayores, y terminan
incursionado tempranamente en el mundo del delito. En estos casos, es
indispensable la intervención del Estado, con el objeto de proteger la integridad
del menor y corregir a tiempo esas conductas desviadas, a través de algunos de
los mecanismos previstos en la LOPNA.
Indisciplina familiar
9
Zambrano, F. (2010). Criminología. Editorial Atenea. Caracas: Venezuela. Pág. 146-148
válidas, porque los pobres, que en general se inclinan por cometer delitos
violentos, resultan más fáciles de descubrir y probar que los delitos de cuello
blanco (fraudes), que son los que más comúnmente cometen los integrantes de
las clases acomodadas. También, existen diferencias notables generadas por los
recursos económicos poseídos por unos y otros, dado que los delincuentes de las
clases acomodadas pueden servirse de abogados muy hábiles que logren evadir
la acción de la justicia o servirse de influencias sobre las autoridades para librarse
airosamente de los asuntos. Por eso, es que se dice por allí que las cárceles
están llenas de pobres.
Prosperidad y delito
Se ha comprobado que tanto la pobreza como la prosperidad social e individual
provocan el incremento de cierto tipo de delitos.
Ya, Lombroso hacía notar que el buen salario elevaba el consumo alcohólico
entre los obreros; y, a que cometieran, por tal razón, mayor cantidad de delitos
violentos. También, este autor observó que la riqueza posee su criminalidad
peculiar, pues ofrece determinadas oportunidades y especiales incentivos entre
los cuales no deben descuidarse las mayores probabilidades de impunidad.
Las estafas, las defraudaciones, los fraudes, en general, son más frecuentes
entre personas de mayores recursos, porque en el mundo oneroso existen más
oportunidades para cometerlos. Por otra parte, es en las clases económicamente
más poderosas, en las que tienen lugar las conductas que atentan contra el
ejercicio de la libre competencia, que impiden u obstaculizan la entrada o
permanencia de empresas, productos o servicios en todo o en parte del mercado;
la manipulación de los factores de producción, distribución, desarrollo tecnológico
o inversiones en perjuicio de la libre competencia; convenios inter-empresariales
para restringir la libre competencia, como es, por ejemplo, la creación de carteles,
en los cuales un número limitado de grandes empresas controlan la totalidad del
mercado, entre otras situaciones.
Los factores que impulsan el delito se dividen entre los que actúan a escala
social, en general, y los que actúan a escala personal o individual.
10
Zambrano, F. (2010). Criminología. Editorial Atenea. Caracas: Venezuela. Pág. 151-154
estimulándolo. Sin embargo, para que la instigación del medio sea eficaz, éste
debe causar en el sujeto una disposición para llevar adelante la acción, la cual
tendrá, desde luego, el sello personal del sujeto activo, teniendo el destino y el
azar frecuentemente un papel decisivo en el encuentro entre el hombre y la
instigación del ambiente.
El qué viene referido al objeto del delito. Ciertos objetos son más fáciles de
apropiar que otros, en razón de su tamaño (joyas), exposición (mostrador),
concentración (por hallarse, por ejemplo, en un depósito o almacén), por el interés
económico (alimentos durante los períodos de escasez), dinero en efectivo, en
períodos de estabilidad monetaria, entre otros.
El dónde se refiere al lugar donde ocurre el hecho. Los sitios aislados, poco
iluminados y de difícil acceso, facilitan la perpetración y el ocultamiento de los
delitos. De la misma manera, los lugares muy concurridos favorecen la acción de
los carteristas.
El con qué se refiere al instrumento del delito. Las facilidades para acceder a
las armas de fuego facilita la comisión de los delitos violentos, como son el
asesinato, el crimen por encargo, el robo, entre otros.
El por qué se relaciona con el motivo que genera la conducta delictiva, los
móviles que lo llevan a ejecutar la acción. Los motivos pueden estar relacionados
con la conducta amorosa del delincuente, la codicia, los celos, la ira, la
embriaguez, entre otros elementos.
El cómo tiene que ver con las modalidades de ejecución del delito, en lo cual
tienen que ver las circunstancias en que se encuentra el delincuente. Por ejemplo,
la facilidad del empleado doméstico de apoderarse de una joya que guarda la
dueña de la casa en un joyero; el descuido de un cajero que le entrega por error
al cliente del banco una cantidad mayor de la que le corresponde y éste recibe la
totalidad del dinero; el hijo que destruye el testamento dejado por el padre que
instituye como legatario de un bien de gran valor a otra persona, para apropiarse
de la totalidad de los bienes que conforman la herencia. Estas circunstancias
favorecen la comisión del delito y hacen extremadamente fácil la ejecución sin ser
descubierta.
El cuándo o momento del delito depende de las circunstancias que lo generan
o favorecen.11
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11
Zambrano, F. (2010). Criminología. Editorial Atenea. Caracas: Venezuela. Pág. 625 - 628
Actividad Final
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ENCUENTRO 2: PERSPECTIVA SOCIOLÓGICA
Propósito
Que las y los discentes conozcan las diversas perspectivas o teorías sociológicas
que explican la conducta delictiva.
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Sobre la asociación diferencial, pueden consultarse también Pavarini, M. (1983). Control y
dominación. México. Siglo XXI Editores. Págs. 120 y ss; y, Fucito, F. (1993). Sociología del
derecho. Editorial Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires: Argentina. Págs. 377 y ss.
aportes muy subjetivos y conclusiones poco generalizables, dada su directa
relación con una realidad específicamente local. Sin embargo, la teoría posee gran
eficacia, pues se vale del simple recurso documental de analizar los registros de
la justicia para ver la suerte corrida con los procesos a los que llamó “de cuello
blanco”. Las comprobaciones resultaron sorprendentes: casi todas las grandes
empresas incurrían en actividades delictivas, eran reincidentes en ello, pero
registraban bajo índice de sentencias condenatorias, específicamente, criminales
por conductas como evasión impositiva, transgresiones a las leyes de patentes,
actividades monopolistas, entre otras. La razón era simple: o tales conductas no
tenían sanción penal, o las penas eran exclusivamente pecuniarias o
administrativas, y resueltas mediante procesos que, al igual que las
reglamentaciones, parecían estructurados sólo para favorecer a estos infractores.
Cuando los juristas lean a Sutherland, deben hacerlo con una serie de reservas
que hagan más comprensible su pensamiento. En primer lugar, este autor
norteamericano no razonaba como abogado, sino como sociólogo; y, por ende, no
se valía de una noción dogmática y legal de conducta delictiva, sino que, lisa y
llanamente, construyó un concepto para su investigación, prescindiendo del hecho
de que las conductas elegidas estuviesen tipificadas o no en algún código penal.
Las peculiaridades del sistema legal estadounidense alejan todavía más su
percepción de la que tendría un penalista de nuestras latitudes; de aquí que,
Sutherland concibe el delito como una conducta que reúne determinados
lineamientos de carácter lesivo socialmente, por lo que los grandes negociados,
las estafas en la calidad de los productos, la violación de las leyes
antimonopólicas, la evasión impositiva, las falsedades contables, los acuerdos de
mercado tendentes a subir o bajar artificialmente los precios, la falsa propaganda,
la competencia desleal, la tenencia monopólica de empresas, entre otros, pese a
que son conductas que no siempre coinciden con algún tipo penal rígido, son
delictivas por su daño social, porque tienden a perjudicar a otros para lograr el
propio beneficio.
La anomia
16
Op. Cit., pág. 265. (REFERENCIA DE FUCITO)
Talcott Parsons (1902-1979), sin duda, fue el más importante teórico del
funcionalismo, y su obra es considerada uno de los grandes aportes teóricos de la
Sociología. Cabe aclarar que Merton, con su concepción de la “anomia”, es un
precursor de la producción parsoniana. Parsons tenía como preocupación central
el problema del mantenimiento del orden social, y sus teorías son esencialmente
conservadoras. Este teórico desacraliza al Derecho, relacionando el orden jurídico
con la vida social y la ética. Parsons es quien generalizó las nociones de “control
social” y “conducta desviada”.
El interaccionismo simbólico
Con origen en una obra de comienzos de siglo, de Georg Mead, esta teoría
concibe al individuo como activo frente al ambiente, al que contribuye a moldear
17
Véase, al final del capítulo, el cuadro sinóptico sobre la Escuela de Chicago y las teorías
socioestructurales.
mediante diversos recursos. La comunicación es uno de ellos, y resulta
fundamental para la interacción humana. Para interpretarla, se vale de símbolos y
signos como el lenguaje. El interaccionismo es, entonces, una teoría de la
significación conforme a la cual los seres humanos buscan cosas según el
significado que tienen para ellos, en medio de la constante interacción social. El
interaccionismo simbólico plantea una idea de orden y progreso basada en el
consenso que implica la comunicación (idea retomada luego por Habermas, como
teoría de la acción comunicativa) para el autocontrol de la persona18. A diferencia
del positivismo y el resto del funcionalismo, esta corriente cuestiona la objetividad
del conocimiento, aun cuando sigue valiéndose del mismo modelo de una
sociedad armónica y absoluta. Tiende a desconocer la existencia de clases y
grupos sociales, de poder, entre otros aspectos. En realidad, la gran
trascendencia criminológica de esta teoría se alcanza mediante otras que parten
de ella: las del etiquetamiento y de la reacción social. Otros aportes de importancia
para el desarrollo de este enfoque fueron los de Blumer, Kuhn Goffman, Cooley y
Thomas, según las variaciones o enfoques alternativos que fueron surgiendo del
tronco común19.
18
Habermas, J. (1987-1988). Teoría de la acción comunicativa. Editorial Taurus. Madrid:
España.
19
El tema puede ampliarse en diversos textos: vid. Bustos, J. (1983). El pensamiento
criminológico. , Editorial Península.: España. Pág. 39; y, García, A. (1996). Criminología (una
introducción a sus fundamentos teóricos para juristas). Editorial Tirant lo Blanch. Valencia: España.
Cap. III. Pág. 182.
sociales estigmatizantes, los estereotipos, el chivo expiatorio, entre otros
elementos).
Como dice Rûther, en relación a este enfoque: “No hay criminalidad como
existe un trozo de hierro, pues éste se presenta como un objeto físico
independiente de la valoración y descripción que los humanos le pueden dar.
Como tal, ese hierro no se transforma, aun cuando se altera su misma valoración
y descripción. La criminalidad, en cambio, existe preponderantemente en los
presupuestos normativos y valorativos de los miembros de la sociedad (...) La
criminalidad, que realmente existe en una sociedad, es aquella cuya imagen
puede ser transportada a la realidad en virtud de una fijación concreta
(establecimiento) y aplicación (imposición) de normas”20.
Esta teoría dirige su interés a la gestación de normas, por ser el primer paso en
los procesos de etiquetamiento: establecer una definición (ley vigente) que
estipule las condiciones que debe reunir una conducta para ser delito. Luego,
sigue el proceso de aplicación, que es la atribución a un sujeto del carácter de
delincuente. Complementando el juego de los dos procesos anteriores, también
intervienen agentes que interactúan con el sujeto y lo etiquetan como criminal,
incluso antes que una sentencia le imponga una definición oficial.
Si se recuerda lo dicho sobre el delito de cuello blanco, puede reiterarse que las
normas son resultado de los conflictos y relaciones de poder que se desarrollan en
la sociedad; y, que, en consecuencia, los grupos con mayor poder establecen
normas que le favorecen y perjudican más a otros, que, aun siendo mayoritarios,
tienen menos o ningún poder social. Por tanto, la existencia de una criminalidad es
necesaria para el mantenimiento de las relaciones de poder establecidas.
Cabe recordar que Durkheim causó gran conmoción cuando afirmó que el
delito era un fenómeno típico de una sociedad sana, que necesitaba de una cierta
proporción de delito para legitimarse, siempre que esa cantidad permaneciera
20
Ruther, W. (1978).La criminalidad (o “el delincuente”) a través de las definiciones sociales
(o etiquetamiento), en Doctrina penal, Edic. Depalma. Buenos Aires: Argentina. Pág. 749.
constante en ciertos límites; lo enfermo sería, en consecuencia, una sociedad sin
delito21.
También, Merton publicó, en 1957, un libro que llevaba por título The self-
fulfilling-prophecy (La profecía que se autorrealiza), en el que desarrolla un
principio parecido al del Teorema de Thomas. Este autor sostiene que la previsión
de un hecho hace que todos condicionen sus comportamientos a la eventualidad
de que ocurra y se produzca el efecto sin que exista la causa. Estos mecanismos
predisponen expectativas condicionantes de la valoración del comportamiento
futuro de ciertos sujetos (algo parecido a lo que en el positivismo era el pronóstico
de peligrosidad).
Los objetivos del control se logran por multitud de canales en la vida social, en
el curso de los procesos de socialización de los individuos, y el sociólogo George,
C. Homans distinguió, en doctrina, el control formal del informal. El primero sería
externo al individuo, no ejercido por él, mientras que el segundo tipo de control
alude al control internalizado, o interior, que el sujeto ejerce sobre sí mismo.
Posteriormente, se incluyeron, como control informal, las respuestas más o menos
espontáneas de los grupos que generan entre sus miembros actitudes de
aprobación, y se las diferenció de las formales, que quedan a cargo de
instituciones oficiales, dotadas de reglas y normas específicas.
La representación máxima del control formal está dada por el Derecho Penal, el
mecanismo social más riguroso y estructurado. El Derecho Penal apunta a
controlar los efectos desorganizadores que causa el delito en la vida social, y para
ello se vale de un conjunto de reacciones formalizadas (sanciones, penas,
medidas) e instituciones que las ponen en práctica: tribunales, policía, cárceles,
entre otras. Puede hablarse, entonces, de reacción social tanto en su carácter de
respuesta a conductas indeseables o “desviadas”, como de reacción formal
jurídico-penal, cuando la respuesta se dirige a conductas consideradas delictivas.
Más adelante, serán expuestas teorías formuladas por algunos autores sobre el
concepto del control o de la reacción social, pues allí se centra el objeto de su
22
Diccionario de Sociología, Stuttgart, Enke Verlag, 1969, págs. 965 y ss (traducción del
autor).
interés científico, opuesto al del modelo positivista. Como se verá, se trata de
enfoques macrosociales, esto es, aquellos enfoques en los que se investiga los
grandes mecanismos de toda la sociedad y que buscan interpretar, desde lo
general, el funcionamiento de los mecanismos de control formal punitivo. El objeto
se desplaza, entonces, del sujeto delincuente a las instancias que lo controlan y
manipulan.
La Teoría sistémica
Actividad final
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24
Baratta, A. (1987). Integración-prevención: una nueva fundamentación de la pena dentro
de la teoría sistémica, en revista Capítulo Criminológico, num. 1., Maracaibo, reproducido en
“Criminología y sistema penal” (compilación in memoriam) núm. 1 de la colección “Memoria
Criminológica”, (2004). Editorial B. Montevideo.
25
FERRAJOLI, op. Cit., págs. 274 y ss.
26
Elbert, C. (2005). Manual básico de criminología. Bogotá- Colombia: TEMIS
pag. 139-156
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ENCUENTRO 3: FORMAS DE CRIMINALIDAD
Propósito
Que las y los discentes conozcan las formas de criminalidad que se pueden
presentar en Venezuela durante el ejercicio de sus funciones.
Las teorías que se unifican bajo este rótulo de “críticas o radicales” no tuvieron
homogeneidad ni respondieron a un patrón unitario o consensuado teóricamente;
por el contrario, representan un mosaico al que muchos denominaron en plural.
Pero lo cierto es que tuvieron en común la referencia al marxismo, en forma plena
o con fuertes influencias de esa fuente, tomada como herramienta interpretativa
de la sociedad.
Hay importantes diferencias entre las teorías del conflicto ya vistas y las de raíz
marxista que se expondrán aquí, porque en aquellas el conflicto es funcional, útil
o necesario a la evolución de la sociedad (obviamente, si tomamos como modelo
las sociedades capitalistas desarrolladas en sus diversos momentos históricos),
mientras que el análisis marxista, particularmente el ortodoxo, considera al crimen
como patología social o un producto propio de la ideología capitalista. El orden
social capitalista es, para los marxistas, un aparato de poder mediante el cual las
clases poderosas subyugan a las débiles y conforman herramientas de control –
especialmente las leyes- a la medida de sus intereses, idea de mucha importancia
en los modelos críticos explicativos del delito. El conflicto tiene, esencialmente,
una raíz de clase, propia de los grupos que disputan la obtención del poder, que,
a su vez, diagrama y representa la jerarquía de los factores de producción. El
orden de los factores productivos cambia el esquema y las jerarquías sociales,
por lo que existen una infraestructura productiva y una superestructura en las que
se desenvuelven los fenómenos culturales. Mientras el cambio no modifique la
base, esto es, el dominio de las fuerzas productivas, la reformulación de lo cultural
no representa cambios reales, sino retoques reformistas a una estructura que
permanece sustancialmente idéntica. Ahora bien, este esquema explicativo es
comparable, en su versión más rígida, a las ideas criminológicas oficiales de la
desaparecida Unión Soviética y a la de sus países alineados, como la también
desaparecida República Democrática Alemana. En tal sentido, las teorizaciones
criminológicas marxistas ortodoxas eran formulaciones oficiales, casi estatales, de
fuerte contenido positivista y etiológico, que cargaban las tintas de las
desviaciones sociales a la influencia capitalista previa o posterior al socialismo.
En estas formulaciones, el delincuente debe ser tratado para que vuelva a ser
“útil” a la sociedad y no constituya un obstáculo para ésta, sino que logre el
máximo desarrollo de las fuerzas creadoras del hombre.
27
López, R. (s/a). Criminología. Pág. 196.
Finalmente, llámese Criminalidad impune a aquella parte de la criminalidad
que media entre la aparente y a la judicial, esto es, a aquel número de
infracciones que habiendo sido conocidas por parte de las autoridades –hayan
llegado o no a conformar la criminalidad legal- no culminaron en sentencia
condenatoria.
28
Molina, C. (1998). Introducción a la criminología. Editorial Leyer. Bogotá: Colombia.
Actividad 2. Reflejando las formas de criminalidad
La criminalidad es muy diversa y plantear las razones por las cuales esta
sucede no es un trabajo sencillo. Han sido diversos los investigadores que han
buscado una explicación a la misma sin conseguir resultados 100% viables. La
criminalidad tiene diversas formas, y estas formas responden a un contexto social
en el cual se manifiestan. Se hace necesario estudiar estas formas de criminalidad
para comprender mejor el hecho delictivo; y, así, poder plantearse acciones que
permitan reducirlo.
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Actividad 3. Aportando propuestas para disminuir la criminalidad en mi
comunidad
Actividad Final
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a. Criminalidad legal:
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b. Criminalidad judicial:
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REFERENCIAS