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Psicología

existencial

La psicología existencial, una de las


muchas ramas de la psicología, surgió en
Europa antes de la Segunda Guerra
Mundial y se desarrolló después en
paralelo con el existencialismo filosófico,
surge como reacción a la deriva
racionalista de la psicología positivista.
Sus fundamentos teóricos surgen de las
obras filosóficas de Husserl, Heidegger,
Sartre y Merleau-Ponty.[1] ​

Proceso
Todo proceso terapéutico que parta de un
posicionamiento existencialista, tendrá un
sentido teleológico más que causalista.
Buscará promover en el paciente que éste
asuma su condición de mortal e
introduzca el eje temporal en su pensar y
sentir.

Haciendo que este racionalice el tiempo


como vida y el futuro como la posibilidad
de existir en forma libre sin estar signado
o marcado por una esencia. Para la
psicología existencial, el ser humano
puede desplegarse con un espectro
mucho más amplio de expresiones de vida
que las asociadas a una naturaleza
humana que se rechaza.

Todo individuo es capaz de comportarse


ética y estéticamente que a priori no se
vincularían con su forma de ser. La salud
mental radicaría en la aceptación activa
de este principio. Permitiendo así al ser
humano manejarse con mayor libertad
ante los desafíos que se le presentan,
incorporando los objetivos por él mismo
determinados como el eje central de su
efímera existencia.
Orígenes filosóficos y
solidificación
El filósofo danés Soren Kierkegaard
referido comúnmente como el "padre del
existencialismo", declaró: "Existo, luego
pienso", en contraste con palabras del
filósofo René Descartes "Pienso luego
existo".

Esta simple declaración influyó en todo un


grupo de filósofos y psicólogos europeos,
cambiando el enfoque del tratamientos de
estos. El pensamiento Kiekegaard no fue
fácilmente aceptado en los Estados
Unidos. Según Rollo May, la introducción
de las ideas existencialistas en Estados
Unidos fue gracias al psicólogo y filósofo
William James.

El cual postula en sus escritos la


existencia de un libre albedrío, originado
en la conciencia humana y extendido en el
tiempo. A lo largo de las décadas de 1920
y 1930, el existencialismo adaptado a la
psicología tomó forma en las aulas
universitarias.

No fue hasta que Rollo May y sus colegas


psicólogos Abraham Maslow y Herman
Feifel introdujeron la los estudios en la
APA el 5 de septiembre de 1959. Gracias a
esto las ideas de la psicología existencial,
sus términos y métodos comenzaron a
tomar relevancia. Estando tal rama de la
psicología concebida como la vanguardia
del pensamiento y la práctica psicológica.
Tras esto, el término existencialismo se
había convertido en una de las palabras de
moda de la psicología en la década de
1960. Rollo May describió el enfoque
existencial de la psicoterapia, afirmando
que la tarea de la terapia es hacer
comprender al paciente su esencia
material y mortal, tomando dicha esencia
no como un limitante sino como un
impulso para seguir con la vida, dando se
cuenta de esta forma que el sentido de
vivir radica en el tiempo presente, siendo
ellos mismos los únicos capaces de
cambiarlo. Dicha terapia requeriría un
compromiso por parte de los pacientes
para comprender completamente las vidas
que vivían realmente en comparación con
las que ellos creían vivir.[2] [3]
​ [4]
​ ​

Además de su importancia como un


sistema importante de práctica
psicológica, el existencialismo representó
una conciencia que surgió después de la
Segunda Guerra Mundial, especialmente
con la generación Baby Boomer.
Principales temas de estudios

Voluntad de decisión

Según la psicología existencialista, el


individuo asume de forma natural cierta
pasividad ante la vida, asumido por la
supuesta falta de "capacidad", por lo que
es necesario hacer ver que existe un
amplio campo de decisión y libertad, en
cada decisión directa e indirecta que toma
en su día a día. Y que estas decisiones
pueden ser cruciales para su futuro.
Singularidad e integración

Frente a la tesis atomista, la psicología


existencialista, resuelve el concepto del
"yo" como un ser único reflejado en
distintas expresiones.

Experiencia y sentido vital

Se le da una importancia fundamental al


futuro a través del desarrollo y potencial
de cada ser humano. Pues a la par del
existencialismo filosófico, se establece la
percepción del tiempo como "corazón de
la existencia", este tiempo solo es
perceptible por medio de la experiencia
propia. Por lo que cada experiencia del
individuo será gravada en la memoria con
un ritmo u otro dependiendo de las
emociones y el contexto. Por ejemplo:
Eventos traumáticos serán recordados y
experimentados de forma más lenta que
aquellos eventos más divertidos, pues es
en esos momentos de ansiedad y miedo
que la persona se vuelve consciente de su
propia mortalidad.[5] ​

Integración práctica y
experimental
La terapia basada en la psicología
existencial tiene como tema central el
perfeccionamiento del individuo y su
evolución y está indicada para personas
con un alto nivel educativo, siendo
especialmente sensibles aquellas
personas con una alta inteligencia
emocional. El abordaje terapéutico no es
el síntoma ni la enfermedad, sino dos
personas que existen en un mundo, que en
este momento, es el consultorio del
terapeuta.

Como técnica terapéutica, se insiste en


que el factor fundamental de la presencia
del terapeuta es el tema más importante y
previo a cualquier técnica. Aborda la
terapia como una técnica catártica en la
que la persona afronta sus conflictos
internos e intenta, con la ayuda de un
terapeuta, ampliar la autoconciencia; que
el paciente tome conciencia de lo que
siente de forma clara y profunda. El
terapeuta existencial no considera al
paciente como un conjunto de pulsiones,
moralidad y mecanismos de defensa, sino
como una persona que busca un sentido a
su existencia y que debido a la poca
autoconciencia todavía no lo ha
alcanzado. Es la persona quien da sentido
a los mecanismos y no al revés.

Véase también
Psicoterapia existencial
Logoterapia

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