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Cuando en el transcurso de una conferencia de prensa en febrero de 2002, el secretario de Defensa de EE. UU., Donald Rumsfeld, explicó las diferencias
entre "conocidos conocidos", "conocidos desconocidos" y "desconocidos desconocidos", sus peculiares giros de frase fueron objeto de burla en todo el
mundo. En realidad, sin embargo, Rumsfeld había revelado conceptos centrales del discurso político de la seguridad, que describen tres tipos y
manifestaciones diferentes de incidentes disruptivos. Un incidente disruptivo que se produce en el ámbito de la política y la sociedad, por ejemplo, se define
inicialmente como una interrupción de una regularidad empírica o de una expectativa normal que, según su grado de gravedad, vuelve a la normalidad sin
intervención exterior o requiere un esfuerzo adicional por parte de la sociedad para enfrentarlo y absorberlo (Koch y Petersen 2011: 9). Concebida como
una evaluación de la situación de seguridad tras el 11 de septiembre de 2001, la tríada de Rumsfeld diferencia entre los tipos de amenazas potenciales
vinculadas a la disrupción y también representa tres paradigmas históricamente sucesivos pero ahora superpuestos de los peligros imaginados por la
sociedad y sus defensas contra ellos. Ulrich Bröckling asigna a estos aparatos los conceptos de “higiene”, “inmunización” y “precaución”, seleccionando así
denominaciones en parte enraizadas en el discurso médico y que, a lo largo del tiempo y a raíz de una transferencia metafórica, han también sirvió para
orientar las medidas tomadas en la política de seguridad (Bröckling 2012). La tríada de Rumsfeld diferencia entre los tipos de amenazas potenciales
vinculadas a la disrupción y también representa tres paradigmas históricamente sucesivos pero ahora superpuestos de los peligros imaginados por la
sociedad y sus defensas contra ellos. Ulrich Bröckling asigna a estos aparatos los conceptos de “higiene”, “inmunización” y “precaución”, seleccionando así
denominaciones en parte enraizadas en el discurso médico y que, a lo largo del tiempo y a raíz de una transferencia metafórica, han también sirvió para
orientar las medidas tomadas en la política de seguridad (Bröckling 2012). La tríada de Rumsfeld diferencia entre los tipos de amenazas potenciales
vinculadas a la disrupción y también representa tres paradigmas históricamente sucesivos pero ahora superpuestos de los peligros imaginados por la
sociedad y sus defensas contra ellos. Ulrich Bröckling asigna a estos aparatos los conceptos de “higiene”, “inmunización” y “precaución”, seleccionando así
denominaciones en parte enraizadas en el discurso médico y que, a lo largo del tiempo y a raíz de una transferencia metafórica, han también sirvió para
Publicado originalmente en alemán (Koch et al. 2016) y traducido al inglés por Gregory Sims.
https://doi.org/10.1515/9783110580082-005
64 Lars Koch, Tobias Nanz y Johannes Pause
En la primera parte del artículo, explicamos brevemente la tríada de Rumsfeld, con el fin
de profundizar en su omisión, es decir, los aspectos de la política de seguridad de los
"conocidos desconocidos". La sección subsiguiente se ocupa del papel de los escenarios
imaginados de disrupción, que son relevantes tanto para los aparatos de seguridad más
antiguos como para los "conocimientos desconocidos" en el paradigma deprecaución.En la
tercera sección, presentamos un modelo que permite dar plausibilidad a la importancia de la
imaginación y las emociones en la autorregulación de la sociedad, las cuales han cobrado
mayor importancia no solo cuantitativa sino también cualitativamente dentro de este
paradigma contemporáneo. Porque para comprender por qué los escenarios imaginados
juegan un papel tan importante en el discurso de la seguridad, es necesario examinar la
dimensión afectiva de las perturbaciones imaginadas. Por último, elaboramos una tipología
de eventos disruptivos, que diferencia entre disrupciones que involucran puntos de quiebre
predeterminados [Sollbruchstörungen],interrupciones adaptativas [Störungen adaptativo] e
interrupciones causadas por la sobrecarga (del sistema) [Überlastungsstörungen].
1 Desconocidos conocidos
Refiriéndose a Philipp Sarasin (2001), Bröckling muestra que en la segunda mitad del
siglo XIX, bajo el paradigma de la “higiene”, los peligros conocidos y en principio
combatibles (“conocidos conocidos”), ya fueran internos o externos al “cuerpo
homogéneo ” de la sociedad, fueron identificados, luego aislados o neutralizados para
evitar una posible propagación o “contagio”. En el marco de este paradigma, cualquier
desviación de una norma se convertía en síntoma de una infección social, cuyo
patógeno debía ser eliminado del cuerpo social para restaurar la sana estabilidad. Por
lo tanto, la higiene social es responsabilidad de las instituciones del Estado, que vigilan
de cerca la vida social. Por el contrario, en la era de la “inmunización”, que comenzó con
el pensamiento cibernético en el siglo XX, el adversario toma la forma de un “conocido
desconocido”. En este caso, si bien se conocen las figuras dominantes de la disrupción,
al menos en función de su potencia destructiva, no obstante permanecen invisibles
como enemigos, manifestándose sobre todo en los cálculos de probabilidad y en una
economía orientada a la gestión del riesgo. Medios dedicados a la identificación, a la
detección y al rastreo, pero también la literatura y el cine, colaboran aquí en el proceso
de recopilación de las “manifestaciones de la enemistad” (Blumentrath 2014: 16).
En este aparato, aquellos que constituyen un peligro para la sociedad –criminales, terroristas,
asesinos alborotados– están siempre presentes y considerados. Como “anormales” (Foucault 2003),
juegan un papel en la constitución de la normalidad, por lo que son simultáneamente un condición
necesaria de la sociedad, tienen que ser tomados en cuenta
Escenarios imaginados de disrupción sesenta y cinco
Una gama de perspectivas teóricas, no solo psicoanalíticas, sino también discursivas, teóricas e
incluso jurídicas, permiten definir tales figuras de exclusión no como el otro absoluto de estos
sistemas de orden, sino como su producto. Como tales, quedan ligados a los sistemas pero, al
estar sujetos a la exclusión […],por lo tanto, también constituyen potencialmente una
perturbación y una amenaza para el orden. (Krasman 2009: 140)
Dado que no sabemos cómo son las amenazas contra las que queremos protegernos: el "durmiente"
que vive completamente desapercibido y está planeando un asesinato; el virus desconocido que
desencadena una pandemia y contra el cual no existe una vacuna eficaz – la precaución consiste ante
todo en imaginar todas las amenazas posibles, en la peor forma posible. En lugar de una defensa
preventiva contra los riesgos, los riesgos se inventan de forma hiperpreventiva […].El activismo de los
precaucionistas genera lo que quiere combatir […]. (Brockling 2012: 101)
Al presentar escenarios de amenazas imaginarios en una forma concreta, los éxitos de taquilla cinematográficos y los best-sellers literarios son mucho más que puro
entretenimiento. En la medida en que prepara a la sociedad para posibles perturbaciones y trastornos, la cultura popular se convierte en una agencia interdiscursiva de
cristalización simbólica, de intensificación emocional y de circulación repercutida de amenazas imaginadas. Usando el concepto de “pre-mediación” de Richard Grusin como un
punto de referencia adicional, se puede decir que en un mundo globalizado e interconectado a través de los medios, los posibles escenarios futuros siempre son anticipados y
trabajados en los medios de comunicación antes de lo real. evento ocurre en absoluto. Para prevenir el efecto de choque que pueden desencadenar las imágenes en vivo de
los desastres, estos desastres se desarrollan a modo de ficción antes de que se vuelvan reales o incluso probables (Grusin 2010: 38, 45). Abriendo camino, la cultura popular
inventa imágenes espectaculares y planes de acción para un futuro en el que se está desarrollando o ya ha ocurrido un desastre. Estos escenarios imaginados se vuelven
políticamente efectivos porque producen redundancia comunicativa a través de su proliferación simbólica, reducen la complejidad y, a través del modo de identificación
narrativa, contribuyen al establecimiento y consolidación de ciertos regímenes emocionales. Los guiones culturales de disrupción crean así un “reservorio de
conciencia” (Hartmann y Murawska 2015: 8), del cual, de manera análoga a la memoria cultural y comunicativa, el individuo y la fantasía social recurren para crear imágenes
del futuro, en las que el desastre de el 45). Abriendo camino, la cultura popular inventa imágenes espectaculares y planes de acción para un futuro en el que se está
desarrollando o ya ha ocurrido un desastre. Estos escenarios imaginados se vuelven políticamente efectivos porque producen redundancia comunicativa a través de su
proliferación simbólica, reducen la complejidad y, a través del modo de identificación narrativa, contribuyen al establecimiento y consolidación de ciertos regímenes
emocionales. Los guiones culturales de disrupción crean así un “reservorio de conciencia” (Hartmann y Murawska 2015: 8), del cual, de manera análoga a la memoria cultural y
comunicativa, el individuo y la fantasía social recurren para crear imágenes del futuro, en las que el desastre de el 45). Abriendo camino, la cultura popular inventa imágenes
espectaculares y planes de acción para un futuro en el que se está desarrollando o ya ha ocurrido un desastre. Estos escenarios imaginados se vuelven políticamente efectivos
porque producen redundancia comunicativa a través de su proliferación simbólica, reducen la complejidad y, a través del modo de identificación narrativa, contribuyen al
establecimiento y consolidación de ciertos regímenes emocionales. Los guiones culturales de disrupción crean así un “reservorio de conciencia” (Hartmann y Murawska 2015:
8), del cual, de manera análoga a la memoria cultural y comunicativa, el individuo y la fantasía social recurren para crear imágenes del futuro, en las que el desastre de el la
cultura popular inventa imágenes espectaculares y planes de acción para un futuro en el que se está desarrollando o ya ha ocurrido un desastre. Estos escenarios imaginados
se vuelven políticamente efectivos porque producen redundancia comunicativa a través de su proliferación simbólica, reducen la complejidad y, a través del modo de
identificación narrativa, contribuyen al establecimiento y consolidación de ciertos regímenes emocionales. Los guiones culturales de disrupción crean así un “reservorio de conciencia” (Hartmann y Muraw
Escenarios imaginados de disrupción 67
Lo que Rumsfeld olvidó agregar fue el cuarto término crucial: los "saberes desconocidos", las cosas
que no sabemos que sabemos, que es precisamente el inconsciente freudiano, el "conocimiento que
no se conoce a sí mismo", como dijo el psicoanalista francés. Jacques Lacan (1901-1981) solía decir. […]
“Los conocimientos desconocidos” son el tema privilegiado de la filosofía: forman el horizonte
trascendental, o el marco, de nuestra experiencia de la realidad. (Ži¼semana 2014: 11)
Para ilustrar la especificidad de los escenarios imaginados de disrupción situados entre los polos de seguridad y peligro en la
sociedad actual, vale la pena echar un vistazo a las formas del imaginario que eran características de los aparatos de seguridad
más antiguos. En una conferencia sobre la historia de la gubernamentalidad, en la que Michel Foucault describe el surgimiento
de los aparatos de seguridad en el siglo XVIII, las normas y reglamentos de la ley, de las disciplinas y finalmente de la seguridad
se distinguen entre sí y se diferencian en cuanto a sus funciones gubernamentales. técnicas (Foucault 2007: 67-71). La ley –el
más antiguo de los tres sistemas en cuestión y que históricamente fue instaurado mucho antes que el régimen de higiene–,
opera con un código de lo permitido y lo prohibido, y especifica con precisión lo que se debe abstener de hacer. Por lo tanto,
argumenta negativamente y, por lo tanto, se centra en el desorden social, utilizando este último para desarrollar un orden
social específico. Para ello se vale de lo imaginario, definiendo con precisión las cosas y los hechos que están permitidos y
prohibidos. Según Foucault, las disciplinas también funcionan a la manera de lo permitido y lo prohibido, pero tienen un
enfoque especial en lo permitido y así regulan con gran detalle las cosas y los actos que imponen a los individuos. De esta
manera, las disciplinas tienen un efecto complementario y potenciador en la vida cotidiana: una disciplina se convierte en un
poder productivo cuando, si uno piensa en Foucault definiendo con precisión las cosas y los actos que están permitidos y
prohibidos. Según Foucault, las disciplinas también funcionan a la manera de lo permitido y lo prohibido, pero tienen un
enfoque especial en lo permitido y así regulan con gran detalle las cosas y los actos que imponen a los individuos. De esta
manera, las disciplinas tienen un efecto complementario y potenciador en la vida cotidiana: una disciplina se convierte en un
poder productivo cuando, si uno piensa en Foucault definiendo con precisión las cosas y los actos que están permitidos y
prohibidos. Según Foucault, las disciplinas también funcionan a la manera de lo permitido y lo prohibido, pero tienen un
enfoque especial en lo permitido y así regulan con gran detalle las cosas y los actos que imponen a los individuos. De esta
manera, las disciplinas tienen un efecto complementario y potenciador en la vida cotidiana: una disciplina se convierte en un
poder productivo cuando, si uno piensa en Foucaultdisciplinar y castigar (1995: 200–203; Bublitz 2010: 71) – los observadores
policiales se imaginan para ciertas actividades, fomentando así la autodisciplina en los que están bajo observación y, por lo
tanto, aumentando la productividad, por poner solo un ejemplo. Los escenarios imaginados de estándares de comportamiento
vinculantes colectivamente que están sujetos a un escrutinio continuo pueden implementarse de manera efectiva en la realidad
social y, hasta cierto punto, dichos escenarios proporcionan el criterio con el que se mide la realidad.
A partir del período moderno temprano, mucho antes de la coyuntura moderna del
paradigma de la política de seguridad, el imaginario jugó un papel central en la
orientación de la sociedad hacia el futuro (Hölscher 1999). Ahora, en la era de la
tecnología de la seguridad, los procesos políticos se enfocan directamente en la
realidad: toman esta como base y brindan instrumentos que permiten subsanar
situaciones indeseables. El aparato de seguridad, que se esparce centrífugamente y
abarca así todas las esferas sociales, realiza un inventario empírico permanente de la
población, la economía u otras esferas sociales, para poder intervenir en caso de
emergencia o incidente disruptivo. En contraste con la dis-
Escenarios imaginados de disrupción 69
la guerra anula las distinciones clásicas como la línea del frente y la retaguardia, la periferia y
el centro. El aparato de precaución reacciona ante esta situación de amenaza confusamente
compleja incitando a la imaginación a esfuerzos cada vez más intensos, que luego se
esfuerzan por satisfacer la demanda de hacer más seguro el presente presentando versiones
catastróficas del futuro que muestran la mayor variedad y radicalidad posibles. Las palabras
finales del éxito de taquilla del cine.Guerra Mundial Z (USA 2013) – “Prepárate para cualquier
cosa. ¡Nuestra guerra acaba de comenzar!” – proporcionar el imperativo para las políticas de
seguridad en esta cambiante situación global, que se traduce en ficciones que trastornan las
narrativas habituales y generan nuevos mundos de la imaginación, a los que las medidas
preventivas de seguridad entonces remiten explícitamente, o al menos implícitamente,
recurren como recurso , con el fin de dar plausibilidad a sus valoraciones.
Esta “sensación de peligro” ilimitada y en constante expansión (Engell et al., 2009) busca crear
un estado de preparación integral en el que, en última instancia, siempre se presupone la
ocurrencia de la catástrofe venidera, y donde todo lo que queda es practicar el manejo de la
catástrofe. consecuencias (Anderson 2010: 791). Esto conduce a una situación en la que los
procesos emocionales e imaginarios se convierten en las fuerzas impulsoras esenciales del
discurso de la política de seguridad. En el modelo a continuación, estos procesos se
presentan, por lo tanto, como componentes centrales de la producción social de significado.
Auto descripcion
Miedo
4 Tipología de disrupción
Usando el modelo esbozado aquí, se puede elaborar una tipología de disrupción que
procede de la compleja interferencia entre eventos en el espacio del incidente y los
escenarios imaginados de seguridad y disrupción. En la teoría posestructuralista del
evento se propusieron dos tipos de evento (Baudrillard 2008: 100-121) a la luz de los
ataques terroristas del 11 de septiembre. Por un lado, está el no evento, es decir, un
evento que ha sido repetido innumerables veces en una u otra variación y, por lo tanto,
es bien conocido en su estructura y sus secuencias. Los ejemplos incluyen bodas reales,
los Juegos Olímpicos o, aunque quizás sea un caso controvertido, la guerra clásica. Por
otro lado, está el acontecimiento propiamente dicho, conceptualizado como un
acontecimiento que irrumpe de forma totalmente imprevista, un evento que no se
puede derivar del pasado y para el cual no existen guiones y narrativas culturales
integrales disponibles. Mientras que para Jean Baudrillard los atentados contra el World
Trade Center de Nueva York pertenecen a este último tipo de evento, Jacques Derrida
(2007: 446) se pregunta si es posible en absoluto la descripción de un evento
imprevisto, porque el evento pierde su singularidad y se convierte en repetible, una vez
que lo ponemos en palabras y así lo neutralizamos.
A partir de esto, las disrupciones, que siempre son también eventos, pueden
situarse entre los límites del no evento y el evento singular, y pueden diferenciarse más
finamente. La categorización eninterrupciones que involucran puntos de ruptura
predeterminados [Sollbruchstörung], interrupciones adaptativas [adaptive Störung]y
interrupciones causadas por sobrecarga (del sistema) [Überlastungsstörung]Alabama-
76 Lars Koch, Tobias Nanz y Johannes Pause
Nos permite esbozar una serie de posibles perturbaciones, que van desde perturbaciones rutinarias
hasta perturbaciones singulares y, como resultado de su variado potencial para perturbar, el trabajo
político, emocional y cultural necesario para contrarrestar una perturbación es específico para cada
caso.
Así, el términointerrupciones que involucran puntos de ruptura
predeterminadosDescribe las interrupciones que se pueden esperar que ocurran
en cualquier momento. Como es el caso de los sistemas cibernéticos, que están
equipados con puntos de quiebre incorporados diseñados para evitar una
retroalimentación positiva en caso de una interrupción y así devolver el sistema a
un estado de equilibrio, las interrupciones que involucran puntos de quiebre
predeterminados son sucesos con los que la sociedad está familiarizada. con,
donde instituciones como el cuerpo de bomberos o la policía están disponibles
para restablecer el orden y la seguridad. En otras palabras, se trata de incidentes
disruptivos que una sociedad puede afrontar de forma rutinaria y que, dejando de
lado los casos individuales, no generan una sensación de inseguridad colectiva.
Dicho esto, tales incidentes, sin embargo, siguen siendo inquietantes y, por lo
tanto, ocupan un lugar destacado en el imaginario social, como lo ilustran, por
ejemplo, la novela policíaca y la novela policiaca. Como una desestabilización local,
continuamente repetida, de la sensación de seguridad en una realidad social que
se presume “segura”, los crímenes representados en las novelas policiacas dejan
claro que sólo a través de la constante erradicación imaginaria de posibles
perturbaciones se puede proporcionar un ancla a esta realidad. punto que es del
todo creíble (Boltanski: 2014). Gracias a determinados escenarios o escenografías
familiares, como el espectáculo policiaco o las actuaciones judiciales, instituciones
como la policía o el sistema judicial también generan escenarios imaginados de
seguridad. Aunque está claro que se ha producido una interrupción de la situación
cotidiana normal, el mensaje transmitido es que la interrupción se está abordando
de una manera predecible y presumiblemente eficaz y, por lo tanto, el orden social
en sí permanece intacto.
Las disrupciones adaptativas, por otro lado, se caracterizan por rupturas que
ocurren y se desarrollan de una manera que se aparta de lo previsto por las medidas
preventivas de una sociedad. Al mismo tiempo, se trata de incidentes que pueden tener
un uso social productivo, ya que la disrupción en cuestión genera nuevas formas de
conocimiento y apela a la capacidad de aprender de una sociedad. Tal evento es
delimitado narrativamente, se le da un nombre y se procesa en medios como el cine y
la literatura, para que, en un segundo paso, pueda integrarse a las narrativas culturales
y así ser neutralizado. En este proceso de elaboración y sanación, que hay que pensar
como una interacción polifónica de una gama de actores, discursos y medios muy
diferentes, tanto las instituciones de seguridad como los mecanismos de
procesamiento afectivo se adaptan sucesivamente, de modo que la ruptura,
Escenarios imaginados de disrupción 77
de nuevo, puede tratarse inmediatamente como una interrupción que implica puntos de
ruptura predeterminados. Desde el punto de vista de la política de seguridad, las
perturbaciones adaptativas alteran una sociedad en un sentido evolutivo, y se procesan en un
marco de desescalada y renormalización flexible.
Un ejemplo que nos permite comprender la lógica de las disrupciones adaptativas
es el caso de Edward Snowden. Por un lado, las revelaciones de la NSA están ligadas a
complejos procedimientos legales, diplomáticos y relacionados con la seguridad; por
otra parte, como símbolo colectivo del Estado vigilante, son simultáneamente objeto de
múltiples prácticas de reflexión y articulación en los ámbitos de la cultura popular, las
artes y la sociedad civil. El modo exacto de captar un acontecimiento perturbador en
cada instancia debe examinarse en función del caso individual: por un lado, tenemos
escenarios de terror en el ámbito de la cultura popular, como24 (Zorro 2001–2014) o
Patria (Showtime desde 2011), que presentan el trabajo de investigación digital-
electrónico llevado a cabo por los servicios secretos como un componente normal de
un mundo que libra una “guerra contra el terrorismo”. Si bien en estas obras se otorga
a la vigilancia el estatus de lo evidente, hay, por otro lado, críticas fundamentales a la
sociedad de control digitalizada, que se encuentran en novelas como la de David Egger.
El círculo (2014), en películas comociudadano cuatro (EE.UU. 2014), o en críticas
orientadas a la teoría, como la de Geoffroy de Lagasnerie El arte de la revolución:
Snowden, Assange, Manning (2015), donde el denunciante es presentado como la
figura social emblemática y disruptiva, interviniendo críticamente contra los poderes
fácticos.
Como tercera categoría,Interrupción causada por sobrecarga (del sistema)designa
una crisis o desastre que deja a una sociedad oa una persona desorientada,
enfrentándolos a una situación completamente desconocida – por lo tanto, un
“desconocido desconocido” en el sentido de Rumsfeld. El términoInterrupción causada
por sobrecarga (del sistema)engloba, por un lado, una aflicción psicológica como un
trauma, que puede ser el resultado de conflictos armados o ataques violentos, tanto a
nivel individual como colectivo, y que es devastador precisamente porque rompe los
mecanismos mentales y mediáticos que nos protegen de la sobrecarga de estímulos, y
que tienen como finalidad asegurar la capacidad adaptativa del individuo o del
colectivo. Las ondas de choque de tan dramático hecho se manifiestan en un referente
particular, dejando huellas en la realidad cotidiana que culminan en sobrecarga y
alguna forma de estallido o irrupción.
Por otra parte, el concepto de disrupción por sobrecarga (del sistema) implica un
desmoronamiento de signos y referentes, un mundo descoyuntado, descrito en psicoanálisis
como la irrupción de lo real (Ži¼ek 2002: 16–17), y que puede interpretarse como un
acontecimiento trascendental. Tal evento no puede simbolizarse o imaginarse de antemano y
arroja una luz fundamentalmente crítica sobre todos los sistemas de seguridad simbólicos
existentes. Como un acontecimiento social espeluznante que pone en tela de juicio la
78 Lars Koch, Tobias Nanz y Johannes Pause
orden social y sus rutinas de normalidad en su conjunto, la disrupción causada por la sobrecarga
(del sistema) – uno piensa en el 11 de septiembre – actúa como uncambiaformas,efectuando “un
cambio del marco mismo a través del cual percibimos el mundo y nos involucramos en él” (Ži¼ek
2014: 10).
Las disrupciones causadas por la sobrecarga (del sistema) no necesariamente tienen que
significar el fin del mundo, pero, como resultado de rutinas ausentes o sobrecargadas de
normalización comunicativa, se experimentan como una ruptura tan masiva y angustiosa que
su retroactividad simbólica. el procesamiento, al menos en los círculos culturales
occidentales, a menudo se basa en la semántica y las narrativas del fin del mundo o el
Apocalipsis bíblico. La aplicación de una forma actualizada de estos esquemas y tramas
culturales familiares a un evento disruptivo permite ganar cierta distancia inicial con respecto
a él, lo que luego puede permitir un proceso de reflexión de seguimiento.
Por su parte, los escenarios imaginados de disrupción buscan abarcar los tres tipos de
disrupción. Mientras que las disrupciones que involucran puntos de quiebre
predeterminados siempre están confinados dentro de sus horizontes establecidos (Virilio
2007), la disrupción adaptativa los lleva a sus límites y los altera. Las interrupciones causadas
por la sobrecarga (del sistema) se ubican, por definición, más allá de los límites de lo
concebible; al mismo tiempo, sin embargo, constituyen las técnicas de la imaginación que se
ocupan de estas perturbaciones fundamentalmente imprevistas, técnicas que, a su vez,
ocupan el centro de atención de los aparatos de seguridad política en el siglo XXI. Incluso si
este tipo de disrupción es el tema político clave en la era de la precaución, todavía hay un
espacio real de eventos que supera incluso los escenarios imaginados de interrupción
causada por la sobrecarga (del sistema). Lo que se presenta en escenarios imaginarios como
una interrupción debido a la sobrecarga (del sistema) y se presenta como el fin del mundo tal
como lo conocemos (un ataque de extraterrestres, una nueva edad de hielo, un apagón
global) sin duda está diseñado para eliminar todos los límites. del imaginario, pero sólo
puede expresarse porque, en última instancia, todavía se concibe en el marco de las
categorías y discursos disponibles, ya sea como un instrumento de orientación políticamente
cargado en un mundo cada vez más confuso, o como un registro inconsciente en el sentido
de laconocidos desconocidos. El modelo esbozado aquí muestra que los tres aparatos
históricos delineados por Bröckling pueden existir simultáneamente y en diferentes estados
de interferencia mutua. La diferencia entre ellos radica en la forma de interacción y en la
orientación de la imaginación, que transforma la ansiedad [Angustia]en miedo [Fürcht]o,
cada vez más en nuestros tiempos, miedo [Fürcht]en perpetua ansiedad [Angustia].En este
contexto, un diagnóstico cultural de los medios populares que se centre en la producción
simbólica de los aparatos de seguridad y analice las narrativas populares y las imágenes de
disrupción permite avanzar hacia los fundamentos de las políticas identitarias hegemónicas.
Escenarios imaginados de disrupción 79
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YoMedios de comunicación
Tanja ProkiC
Narración disruptiva
Notas sobre ETA Hoffmann
Doppelganger, autómatas, androides, títeres, sueños animados y figuras ficticias, imágenes cambiantes, reflejos, ecos, muertos vivientes y proyecciones de luz provocan
confusión fatal, locura incurable, desarrollos perturbados, romances incumplidos o suicidios trágicos. Los relatos, las novelas cortas y las novelas de ETA Hoffmann no solo
negocian repetidamente problemas derivados del desdoblamiento, la división, la reproducción y la representación, sino que también evocan ligeras irritaciones, interferencias
confusas y perdurables perturbaciones a través de la repetición, los recuerdos y los déjà vu que afectan a las figuras y a la intradiegética. narradores como lectores. Donde se
duplican originales, se duplican motivos y figuras, donde se tematiza la reproducción como mecánica y artificial, es donde la literatura emplea un arsenal de figuras, motivos, y
topoi para llamar la atención sobre sí mismo como representación. Pero si los efectos y funciones de la representación fueran probados como tales, no bastaría con
representar la representación; debe ser virtualmente tangible en su naturaleza. A través de la reintroducción de motivos, figuras y procesos de reiteración, la repetición, el
principio que inicialmente necesita la representación, se convierte en el principio que contrarresta la representación, la interrumpe y finalmente hace tangibles sus efectos. La
siguiente exploración de esta conexión se centra en los componentes estructurales de las disrupciones estéticas en la obra de ETA Hoffmann, pero, al hacerlo, en última
instancia busca iluminar las "funcionalizaciones estéticas de las disrupciones" en el ámbito de la literatura en su conjunto. no bastaría representar la representación; debe ser
virtualmente tangible en su naturaleza. A través de la reintroducción de motivos, figuras y procesos de reiteración, la repetición, el principio que inicialmente necesita la
representación, se convierte en el principio que contrarresta la representación, la interrumpe y finalmente hace tangibles sus efectos. La siguiente exploración de esta
conexión se centra en los componentes estructurales de las disrupciones estéticas en la obra de ETA Hoffmann, pero, al hacerlo, en última instancia busca iluminar las
"funcionalizaciones estéticas de las disrupciones" en el ámbito de la literatura en su conjunto. no bastaría representar la representación; debe ser virtualmente tangible en su
naturaleza. A través de la reintroducción de motivos, figuras y procesos de reiteración, la repetición, el principio que inicialmente necesita la representación, se convierte en el
principio que contrarresta la representación, la interrumpe y finalmente hace tangibles sus efectos. La siguiente exploración de esta conexión se centra en los componentes
estructurales de las disrupciones estéticas en la obra de ETA Hoffmann, pero, al hacerlo, en última instancia busca iluminar las "funcionalizaciones estéticas de las
disrupciones" en el ámbito de la literatura en su conjunto. la repetición, el principio que inicialmente necesita la representación, se convierte en el principio que contrarresta la
representación, la interrumpe y finalmente hace tangibles sus efectos. La siguiente exploración de esta conexión se centra en los componentes estructurales de las
disrupciones estéticas en la obra de ETA Hoffmann, pero, al hacerlo, en última instancia busca iluminar las "funcionalizaciones estéticas de las disrupciones" en el ámbito de la literatura en su conjunto. la repe
https://doi.org/10.1515/9783110580082-006
86 Tanja ProkiC
Pero aun así, querido lector, debido a que usted no percibe claramente este borde, el vidente
fantasma quizás lo atraiga y de repente se encuentre en los extraños reinos mágicos, cuyas
formas peculiares se adentran en su vida exterior y quieren interactuar y familiarizarse.
contigo, como viejos conocidos. Que los incorpores así, sí, que tú, completamente adicto a sus
fabulosas actividades, algunos pequeños escalofríos, que tomándote cada vez con más fuerza,
pudieran excitarte, soportaras de buen grado esto, esto te lo pido, querido lector,
directamente del corazón. (Hoffman 2006 [1814]: 325)
su forma completa tomó algo desconocido, pareciéndome más grande, más formada en una belleza casi lujosa
que de costumbre. El particular corte de su vestido blanco y arrugado, […],su cabello, con raya en la parte
delantera, extrañamente trenzado en la parte posterior, le dio una cualidad antigua […] (Hoffman 2006 [1814]:
328)
El entusiasta se deja llevar por una autorrevelación: “¡y sólo en el nombre, Julia! Quería
pronunciar toda la dicha celestial que vino a mí” (Hoffmann 2006 [1814]: 329). Como la
figura mistificada de “Julia” (el nombre alemán de Julieta) de Shakespeare es
desacralizado a través de la invocación “Jule – Jule” por su esposo, quien es descrito
como “una figura tonta con patas de araña y ojos saltones de lagarto” (Hoffmann 2006).
[1814]: 330), sólo queda la conclusión tan típica de las figuras masculinas de Hoffmann.
Así, ella está “perdida a perpetuidad” (Hoffmann 2006 [1814]: 350) para él. Porque el
significado (la mujer singular) se ha deslizado por un
88 Tanja ProkiC
Ambas figuras luego comienzan a hacer trueques. Es precisamente esto lo que los
convierte en figuras trágicas, porque buscan reemplazar algo que no puede ser reemplazado.
Una sombra no puede ser reemplazada por una bolsa inagotable de monedas, ni un reflejo a
través del amor. “Robo y donación”, según Deleuze, son criterios de repetición (Deleuze 1995:
1). YDie Abenteuer der Sylvester-Nachtorbita alrededor del principio de repetición, (Kohns
2007: 229-242) en la medida en queDie Abenteuerellos mismos están marcados como una
repetición “sin duda del niño [Erasmus Spikher] y la maravillosa historia” (Kohns 2007: 341) de
la narrativa de Chamisso; una repetición, por cierto, que el público de entonces malinterpretó
como mero plagio.³
Ya aquí, la narración renuncia a la presentación ordenada de los hechos y funde los
planos como repetición de un amor decepcionado. A favor de esta repetición, la
diferencia ontológica entre los hechos reales de la víspera de Año Nuevo y los
recuerdos de la vida pasada de Erasmo Spikher, como el sueño del entusiasta, se
compensa con la cronología de los hechos: “En lugar de una progresión lineal directa a
través de una serie de eventos, tenemos una serie de repeticiones de la misma trama
básica hasta el punto en que se vuelve imposible distinguir qué es original y qué es una
cita, qué evento y qué recuerdo”. (Kontje 1985: 357) Los motivos se repiten y se
multiplican; el marido de Julie es la forma de Erasmo –aquí está el signor Da-
-Con respecto a este efecto, véase el comentario de los editores Gerhard Allroggen y Wulf
Segebrecht en Hoffmann 2006: 799–800.
Narración disruptiva 89
pertutto – que es a su vez la figura del diablo, a través de cuya persuasión Erasmo
cambia su reflejo por el amor de Giulietta. La “copa delicadamente pulida”, que se
encuentra en “el medio de los vasos llenos de ponche humeante” (Hoffmann 2006
[1814]: 329), es la copa que Giulietta entrega a Erasmus durante la víspera de Año
Nuevo (344). Las descripciones de las dos mujeres se duplican, en configuraciones
redactadas de manera similar. Por ejemplo, Julie se describe al principio similar a
las vírgenes en las pinturas de Mieris (328): se asemeja a las “señales de
advertencia de Breughel, Callot o Rembrandt” (340) en el sueño, y finalmente
corresponde a un “modelo femenino de Rubens o la delicada Mieris” (344). Todo se
vuelve similar a todo lo demás, de modo que simplemente ya no es posible decir
quién o qué es una copia de qué original.Die Abenteuer der Sylvester-Nacht,de
modo que, en el nivel de la recepción, la cuestión de la precedencia o la
originalidad se toma al absurdo, ya que simplemente ya no puede contribuir a la
clarificación de las relaciones.
Con su “copia”, su “Doppelgänger literario” (Matala de Mazza 2005: 156), Hoffmann
genera un rechazo estético a las “normas de la convención mimética” (Lachmann 2005:
140), que simultáneamente aborda un conflicto epistemológico de su tiempo . El
modelo de un encadenamiento lineal de una serie de eventos, tal como representa la
ley de la historia (natural) hasta la fecha, es cuestionado y confrontado con una serie de
repeticiones a través de historias heterogéneas conectadas circularmente. Mientras
que en el primer modelo se borra la diferencia en favor de la conformidad y la analogía,
la repetición enfatiza la diferencia “como el aspecto diferenciador de la
diferenciación” (Lachmann 2005: 107). Por lo tanto, la recepción contemporánea de la
Abenteuercomo copia, una simple recreación del originalPedro Schlemhil,es una
conclusión anacrónica y superficial, ya que Hoffmann traslada la epistemología
subyacente por primera vez a una forma estética. Lo logra en la epistemología de la
representación, en la que la diferenciación entre copia y original queda obsoleta. Para
demostrarlo a nivel estético: el principio de representación niega al Schlemhil de
Chamisso, así como a la Julieta de Shakespeare, la pretensión de una correspondencia
biunívoca.
EnDer Sandmann (1816), esta epistemología encuentra otras configuraciones. Los motivos de
figuras de desdoblamiento -como títeres, marionetas, autómatas o personas mecánicas (tal
como se establecen particularmente enDer Sandmann;véase Müller-Tamm y Skyora 1999) –
no solo deben entenderse como simples figuras antropológicas de reflexión (Lieb 2008: 82–
97), ya que también negocian las coordenadas epistemológicas que están conectadas a una
noción del individuo como un vínculo en el cadena
90 Tanja ProkiC
de todos los seres vivos. ElIlíadamenciona por primera vez la idea de la cadena de oro (
catena áurea),es decir, de un orden inalterable, fundado en lo trascendental, que une
todas las cosas a “una totalidad y la dependencia de esta totalidad en Dios como el
primero y el absoluto” (Halfwassen 1995: 688; Lovejoy 1976: 221).
Así, la doble apertura deDer Sandmannlee:
Decidí no empezar en absoluto. Estimado lector, tome las tres cartas que el querido Lothar me
transmitió muy amablemente y utilícelas para el esquema de la construcción, en la que ahora
intentaré incorporar narrativamente más y más color. (Hoffman 2009 [1816]: 30)
Por tanto, el pavor del joven Natanael se entiende como una máquina
articulada, que se desmarca del orden de la naturaleza:
“[…]pero ahora queremos observar correctamente el mecanismo de las manos y los pies”. Y
con eso [Coppelius] me agarró con tanta fuerza que me crujieron las articulaciones, me
desatornilló las manos y los pies, y luego me los volvió a meter aquí y allá. “¡No encaja del todo
bien! ¡Pero es tan bueno como lo fue! – ¡El viejo lo entendió!” Coppelius siseó y ceceó esto; pero
todo a mi alrededor se volvió negro y oscuro, un fuerte calambre atravesó mis nervios y
huesos, luego no sentí nada. (Hoffman 2009 [1816]: 17)
man 2006: 54). Ambas figuras encarnan figuras recurrentes literales, al igual que enMuere
Abenteuer.
Sin embargo, mientras estos todavía experimentan principalmente en el nivel
terminológico de repetición,Der Sandmannse aproxima a la repetición de los
temas del desdoblamiento y la proliferación bajo el pretexto de la reproducción. Si
se examina la derivación etimológica del latín, reproducción denota “la fabricación
de una 'repetición' de algo, que se obtiene a través de la 'abstracción' de otra
cosa” (Mathes 2005: 81–99). Los experimentos reales de Spallanzani en
inseminación artificial se apoyan en la misma base discursiva que los
experimentos en el desarrollo de personas mecánicas, como los que Wolfgang von
Kempelen promovió diligentemente (Drux 1986; Strouhal 1996: 444–471; von
Kempelen 1970 [1791]). En ambas ocasiones, la idea de “otro comienzo” más allá
de la cadena de la vida, desentraña la convicción de un orden único, continuo,
inmutable. La idea de series de seres que existen en paralelo, que no pueden
encajar en ningún continuo consistente,⁴
Si bien el texto establece al “hábil especialista mecánico y fabricante de
autómatas Spalanzani” (Sarasin 2009: 46) como el “padre” de la mujer mecánica
Olimpia, genera una superposición de ambos discursos a nivel diegético. Luego de
que se destape el engaño a través de una ruptura en la alianza entre el óptico
Coppelius y el creador Spalanzani, este es responsable de una “investigación
criminal a causa de los autómatas insertos en la sociedad humana de formas
engañosas” (Sarasin 2009: 47) –similar a la histórica figura de von Kempelen, lo
que lleva directamente a los costos posteriores, que crea esta configuración de
problemas. La vida artificial, ya sea creada tecnológica o biológicamente, plantea
la cuestión de la automatización y desautomatización de procesos regulares. Der
Sandmanndemuestra que este último no es más que el reverso de un
pensamiento, emergiendo paralelamente a la observación de la disrupción.
Mientras Nathanael transfiere los automatismos mecánicos de Olimpia a la
excitación corporal, incluso erótica, a su amigo Siegmund le molestan:
Ella podría ser considerada hermosa, si su mirada no fuera tan sin vida, me atrevo a decir, ciega. Su
paso es curiosamente medido; cada movimiento parece depender del movimiento del mecanismo de
cuerda. Su juego, su canto tiene la cadencia desagradablemente precisa y sin espíritu de una máquina
de cantar, y su baile es el mismo. Para nosotros, Olimpia fue completamente inquietante; no
queremos tener nada que ver con ella. Nos parecía como si estuviera tratando de actuar de una
manera viva y, en efecto, es un caso curioso. (Hoffmann [1816] 2009: 41)
Esta sería la conversación de amigos, que conecta las diversas poesías entre sí, pero establece
la verdadera imagen de la unión de los afines, que comunican las creaciones de sus espíritus y
emiten sus juicios al respecto. […].A la sociedad le faltan también las bellas mujeres, que sepan
suscitar en Phantasos un múltiple y hermoso juego de colores. (Hoffman 2008 [1819a]: 11)
-Véase, por ejemplo,Die Elixiere des Teufels (1815/1816),Dux y Dogaresse (1818), yDas
Fräulein von Scuderi (1819).
Narración disruptiva 93
Cada uno debería considerar bien si también ha observado verdaderamente lo que se atreve a proclamar,
antes de que se atreva a ser escuchado. Por lo menos, cada uno debe esforzarse fervientemente a partir de
entonces por llevar la imagen que lo capta interiormente con todas sus formas, colores, luces y sombras, y
luego, cuando se siente debidamente encendido por ella, la representación externa. (Hoffman 2008 [1819a]:
69)
-El origen es difícil de fechar; Las fuentes se remontan al año 200. Goethe estudió el ciclo en Wrocł
aw traducción (1825); véase Katharina Mommsen (2006).
-Para una visión general, consulte el trabajo completo de Christine Mielke (2006).
-El concepto de autoría también se codifica como masculino en el período romántico. Véase Friedrich A.
Kittler (2003); Albrecht Koschorke (1998).
94 Tanja ProkiC
[T]oda la figura estaba, como se dijo, bien formada en las proporciones correctas, solo la cabeza
estaba exquisitamente modelada; una fisonomía verdaderamente oriental y brillante le dio a toda la
figura una vida, como rara vez se ve en las figuras de cera, incluso cuando ellas mismas están
formadas a semejanza de los rostros característicos de hombres brillantes. (Hoffman 2008 [1819c]:
396)
No es cierto, querido señor, ninguno de ustedes se siente especialmente cómodo con el sabio turco,
pero tal vez eso dependa de nosotros, nuestras preguntas, que no agradaron al hombre, además, que
ahora está girando la cabeza y levantando la mano (la figura de hecho hace esto) parece confirmar mi
conjetura! – No sé cómo se me pasa ahora por la cabeza no hacer una pregunta cuya respuesta, si
procede, puede salvar de golpe el honor del autómata. (Hoffman 2008 [1819c]: 396)
Aquí, las extrañas transformaciones del sabio turco sirven a Hoffmann no solo
como exposición de su problema de las máquinas musicales, como se discute
en el diálogo de los dos amigos Ferdinand y Ludwig. Más bien, en mayor
medida, se desarrollan en el nivel textual de este mismo principio que temían
Ferdinand y Ludwig, es decir, la posibilidad de control remoto y programación
de la psique humana a través de la "relación psíquica". No está claro en el
fragmento narrativo si la relación psíquica despierta la mente. Tampoco está
claro si el mecanismo del texto poético está incluso en la posición que
sugieren las transformaciones del turco hablante. Porque aunque se trata de
un autómata muerto, se vuelve virtualmente revigorizado a través de las
preguntas, esa es la fantasía de la contraparte coproductiva.
96 Tanja ProkiC
2003; Kohns 2007: 242).¹⁰Que el propio Hoffmann describa su propia escritura como
mecánica (Hoffmann 1968 [1814-1822]: 349) suena desde esta perspectiva casi como
una instrucción de lectura o una clave para la interpretación.
Correspondientemente, Nicola Gess también concede que los textos de Hoffmann reproducen el impacto de la música, porque “luchan con la
'mecánica' lingüística de los medios retóricos tras su propio impacto” (Gess 2010: 147). Los movimientos textuales de Hoffmann son así capaces de suscitar
una conversión en sentido contrario: la máquina ya no se vuelve humanoide, sino que el humano se vuelve, por afecto textual, más mecanoide. ¿Hemos
visto al amor o al amado con nuestros propios ojos? ¿O la literatura es capaz de persuadirnos de la impresión de déjà vu: para, eventualmente, programar
el amor? Que Ferdinand recién se esté enterando de esa instancia (del programa 'literatura'), que le inyecta la posibilidad de un amor que nunca más
volverá a experimentar, recupera el carácter trágico de la narración y la deconstrucción del poder imaginativo de la literatura. Esto es lo que Hoffmann deja
tangible como repetición, que hace posible la diferencia, pero no como mímesis o representación de la realidad. Así, cuando Friedrich Kittler critica las
conferencias psicoanalíticas de Hoffmann, porque sólo leen lo que los propios textos construyen a sabiendas, uno podría acusar a Kittler de lo mismo, en la
medida en que la literatura de Hoffmann conoce desde hace mucho tiempo sobre el mecanismo, es decir, sobre la "literatura" como medial a priori. . Sin
embargo, objetiva esta circunstancia no sólo como un motivo cosificado y aislado, sino que produce, a través de su poética de la repetición, una diferencia
en el nivel de recepción, que permite al receptor reexperimentar performativamente lo que narra el texto. cuando Friedrich Kittler critica las conferencias
psicoanalíticas de Hoffmann, porque sólo leen lo que los mismos textos construyen a sabiendas, uno podría acusar a Kittler de lo mismo, en la medida en
que la literatura de Hoffmann conoce desde hace mucho tiempo el mecanismo, es decir, la 'literatura' como medial a priori. Sin embargo, objetiva esta
circunstancia no sólo como un motivo cosificado y aislado, sino que produce, a través de su poética de la repetición, una diferencia en el nivel de recepción,
que permite al receptor reexperimentar performativamente lo que narra el texto. cuando Friedrich Kittler critica las conferencias psicoanalíticas de
Hoffmann, porque sólo leen lo que los mismos textos construyen a sabiendas, uno podría acusar a Kittler de lo mismo, en la medida en que la literatura de
Hoffmann conoce desde hace mucho tiempo el mecanismo, es decir, la 'literatura' como medial a priori. Sin embargo, objetiva esta circunstancia no sólo
como un motivo cosificado y aislado, sino que produce, a través de su poética de la repetición, una diferencia en el nivel de recepción, que permite al
se mantuvo casi como una lucha por una mejor percepción, como quizás se expresa más
claramente en la historia entre dos científicos naturales enMaestro Floh (1822). Mientras que
el primo menor se esfuerza por seguir miméticamente la gran cantidad de acontecimientos
en el cuadrado (observación de primer grado) – esto se refleja lingüísticamente en la ruptura
de la sintaxis hacia una secuencia metonímica (Lüdemann 2010: 119) – el primo mayor
condensa la serie de eventos en una narración (observación de segundo grado).
--El argumento de Benjamin también puede transferirse fácilmente a las consecuencias de la impresión de libros.
Véase el famoso ensayo de Benjamin sobre la reproductibilidad de la obra de arte.
98 Tanja ProkiC
el eufórico encuentro del escritor con su supuesta lectora ideal, la florista, llega ya
a un primer desengaño por la opinión que ella tiene sobre su libro. Se trata de “un
libro completamente cómico. Inicialmente, puede ser un poco confuso; pero
entonces es como si uno se sentara en medio de las cosas” (Hoffmann 1983 [1822]:
454). Se vuelve obvio que el escritor está involucrado con un lector, quien rara vez
diferencia entre los niveles de contexto y forma: “[para] mi gran sorpresa, la niña
me relató el contenido del pequeño cuento de manera muy clara y sucinta. , así
que bien vi cómo ella ya debe haberlo leído muchas veces. (Hoffmann 1983 [1822]:
454) – mientras reflexiona sobre el origen de los libros, que suele intercambiar
todas las tardes en la biblioteca de préstamo:
Resultó que la niña nunca pensó en cómo los libros que estaba leyendo tenían que escribirse
primero. El concepto de escritora, de poeta, le era muy extraño, y sinceramente creo que al
indagar más, saldría a la luz la devota fe infantil, que el Dios amoroso permitió que los libros
crecieran como hongos. Mientras tanto, una idea completamente diferente y oscura sobre la
producción de libros debe haber surgido en la niña; Porque mientras cuento el dinero, ella
pregunta muy ingenua y desinhibidamente si hago todos los libros del Sr. Kralowski […]. (
Hoffman 1983 [1822]: 455)
--Desde GoetheDie Wahlverandtschaften (1809), los paradigmas del engaño y la imitación del arte se han
convertido en objeto de deconstrucción literaria. Véase el ensayo de Claudia Öhlschläger sobre la novela de
Goethe (Öhlschläger 2003).
Narración disruptiva 99
Pero no llega tan lejos en todas sus narraciones. El juego con las semejanzas,
que evocan las repeticiones en los más diversos niveles, sirve a Hoffmann para
provocar perturbaciones de grado leve para encajar la literatura como mecanismo
en el proyecto y adherir una “fractura profunda”, “esa diferencia que piensa -
100 Tanja ProkiC
Trabajos citados
Lieb, Claudia (2008) “Der gestellte Türke: Wolfgang von Kempelens Maschinen und ETA
Hoffmanns Erzählung 'Die Automate'”,Anual de ETA Hoffmann16, 82–97. Link, Jürgen
(1988) “Literaturanalyse als Interdiskursanalyse. Am Beispiel des Ursprungs
literarischer Symbolik in der Kollektivsymbolik”, enDiskurstheorien und Literaturwissenschaft,
edición Jürgen Fohrmann y Harro Müller (Fráncfort del Meno: Suhrkamp), 284–307.
Strouhal, Ernst (1996) “Uhrwerk und Schachspiel. Zur Motivgeschichte des Bildes der
intelligenten Maschine”, enWunschmaschine Welterfindung. Eine Geschichte der
Technikvisionen seit dem 18. Jahrhundert,edición Brigitte Felderer (Wien; Nueva York:
Kunsthalle Wien), 444–471.
Narración disruptiva 103
- “objektiv in sich bestimmt ohne Rücksicht auf ihre Rezeption” (Adorno 1970: 206).
https://doi.org/10.1515/9783110580082-007
106 Christoph Kleinschmidt
1 de Adornoteoría estéticay el
enigma-personaje del arte
“Todas las obras de arte, y el arte en conjunto, son enigmas”² (Adorno 2013: 166). La
conocida apreciación de Adorno en elteoría estéticasignifica ante todo: las obras de arte
se caracterizan por una oferta de significado que incluye un gesto de ocultamiento.
Para visualizar este efecto, Adorno utiliza la imagen de un rompecabezas de imágenes,
que indica la “ruta preestablecida de su observador”³ (Adorno 2013: 167). Cuanto más
intente comprender la obra de arte, más cubrirá sus respuestas. Debido a este carácter
ambivalente, Adorno critica el idealismo de comprensión que subyace a la
hermenéutica. Según Adorno no es posible resolver todas las faltas de claridad en las
artes para dar respuestas concretas, aunque asume que las obras de arte pretenden
ser entendidas, y por tanto quieren ser interpretadas. Sin embargo, además del
componente sensual, Adorno señala un segundo modo de interacción en la experiencia
del arte: uno filosófico. Suponiendo que el personaje del enigma surge de una mente
racional, y no es un efecto irracional, el arte puede entenderse como una verdad
mediada; y mediada en sí misma, la verdad sólo puede localizarse en un proceso de
mediación. El proceso que Adorno tiene en mente se diferencia de los actos
hermenéuticos de interpretación, ya que la reflexión filosófica se limita a mostrar cómo
funciona el personaje del enigma: “La solución del enigma equivale a dar la razón de su
insolubilidad”⁴ (Adorno 2013: 168).
Aunque a Adorno no le interesa la parte perceptiva del arte, la metáfora del
personaje-acertijo sólo tiene sentido considerando un papel activo de la
percepción, que se garantiza asombrándose e intentando resolver el acertijo.
Además, el arte y su percepción pueden entenderse como un modo de
comunicación, al conectar la verdad del arte con la esfera racional de la filosofía
crítica, como asume Adorno en suteoría estética (Sonderegger 2011: 422). Ambos
son capaces de crear algo que ya no existe en la realidad: la reconciliación de toda
heterogeneidad. Según Adorno, en un mundo quebrado sólo el arte y la filosofía
proporcionan una síntesis de elementos dispares. En cuanto a la reflexión del arte,
el discurso racional y el discurso estético se combinan, y por lo tanto rec-
- “Alle Kunstwerke, und Kunst insgesamt, sind Rätsel” (Adorno 1970: 182).
- “prästabilierte Niederlage ihres Betrachters” (Adorno 1970: 184).
- “Das Rätsel lösen ist soviel wie den Grund seiner Unlösbarkeit angeben” (Adorno 1970: 185).
Perturbando al lector 107
- “Versöhnung als Verhaltensweise des Kunstwerks wird heute gerade dort geübt, wo Kunst der Idee
von Versöhnung absagt” (Adorno 1970: 202).
- “auf dem Äußersten von Unstimmigem und Dissonantem besteht, sind ihr jene Momento zugleich
solche von Einheit; ohne diese würden sie nicht einmal dissonieren” (Adorno 1970: 235).
- “Alles hängt daran, ob der Negation des Sinns im Kunstwerk Sinn innewohnt” (Adorno 1970:
231).
108 Christoph Kleinschmidt
todo menos lo que sugiere su título “Orden”, porque la confusa condición de Raspe se
representa en una estructura asociativa. Su deseo de ser liberado de su estado
trastornado solo puede describirse en una pregunta abierta al final de la novela: "¿Es
finalmente todo uno, mi trabajo?"⁸ (Goetz 1983: 331). Respecto a este final abierto, la
novela representa una pérdida de unidad y coherencia, y al mismo tiempo el deseo de
recuperarse de esta pérdida. El texto muestra un intento desesperado de Raspe por
hacerse con el control de sí mismo a través de discursos que se extraen una y otra vez
del sujeto. La perturbación básica es que nada conduce a un todo, aunque se exprese
constantemente el deseo por ello. De ahí que el modo de reflexión del texto, tal como lo
entiende Adorno, no reconcilia al lector con la disparidad del texto. Más bien provoca
varios momentos perturbadores. Esta conexión entre reflexión y destrucción es
particularmente evidente en las declaraciones que se dirigen directamente al lector. El
primero de estos pasajes marca el difícil comienzo de la novela, con sus
desconcertantes yuxtaposiciones de párrafos y la representación de múltiples
perspectivas de la locura. En un diálogo ficticio con un supuesto observador benévolo,
el narrador afirma:
Este pasaje promete resolver todas las irritaciones y está tratando de animar a aquellos
lectores, cuyas atenciones fueron muy tensas por el modo de presentación no lineal, a
continuar leyendo. Es particularmente importante que esta forma de conversación
confidencial entre el narrador y el lector cree un horizonte de comprensión, que se
socava a continuación. Aunque el segundo capítulo parece mucho más coherente, no es
cierto que “todo quedará claro”¹⁰ (Goetz 1983: 105), como promete el lema de este
capítulo. Por lo tanto, la forma en que el texto se dirige al lector debe considerarse
como la preparación de una estrategia de confrontación. La forma cortés de “Sie” indica
una actitud distante frente a este tipo de lector, pero en las otras dos cláusulas, en las
que se dirige al lector, se vuelve aún más claro.
Esta información era para usuarios que han entrado aquí por accidente. Hoy me preocupo
especialmente por aquellos usuarios que tienen más probabilidades de ser grabados por
WordPassages contiguos más largos, quienes, si leen un libro de este tipo, prefieren hojearlo, y para
quienes este AllSubChapters súper breve podría haber sido lógicamente una posible entrada. . Mi
simpatía se aplica altamente a estos usuarios. Con ellos comparto mi deseo de un lenguaje hermético
y preciso (BUBBLE COOK SNOTS SPLASH), y mi deseo de imágenes.¹¹ (Goetz 1983: 259)
El hecho de que el narrador simpatice con este tipo de lectores crea una situación
paradójica, porque por un lado, este narrador otorgaba a los lectores de su texto una
usabilidad desenfrenada; por otro lado, tal recomendación sólo tiene sentido si se
dirige a un lector que está haciendo exactamente lo contrario: un lector de orientación
hermenéutica que trata de comprender la novela por aproximación sucesiva. Para él, el
título “Irre” como orientación principal del lector se convierte en un consejo. Por lo
tanto, la novela no funciona tan abiertamente como pretende, sino que funciona en
una inversión dialéctica, como se demuestra en una retrospectiva al final:
Ya no había hilo narrativo, que tan bien trata al narrador y al lector sutil. En cambio
había sido necesario: carne picada, teoría, líos, cerebro y cerebro otra vez, panfletos
maníacos, cotilleos y chistes cursis y encontrar en lugar de andar a tientas. Eso es una
mierda, no literatura, me dicen. Pero me importa un bledo, porque se trata
inconmensurablemente de la verdad y nada más, porque nada se puede tener en
cuenta, excepto que todo es verdad.¹² (Goetz 1983: 279)
-- “Dies war eine Information für Benützer, die zufällig hier gerade eingestiegen sind. Meine
Fürsorge gilt heute vor allem jenen Benützern, die von längeren zusammenhängenden
WortPassagen eher angeätzt sind, die sich so ein Buch wenn überhaupt mehr
durchblättermäßig reinziehen, und für die dieses superkurze AllesSubKapitelchen logisch ein
möglicherweise wesente seinstiin. Diesen Benützern gilt sehr meine Sympathie. Mit ihnen
teile ich meine Sehnsucht nach einer treffend knappen Sprache (Blubber Koch Sprotz Spritz)
und nach Bildern”.
-- “Und es gab auch keinen langen erzählerischen Atem mehr, der jedem Erzähler und
feinsinnigen Leser so gut tut, sondern notwendig waren: Hackfleisch, Theorie, Sauereien, Hirn
und nochmals Hirn, manische Pamphlete, Tratsch und Kalauer und Finden statt Tasten. Das
ist eine Scheiße, keine Literatur, sagt man mir. Aber das muß wurscht sein, weil es maßlos um
Perturbando al lector 111
La súplica de la coherencia del conjunto no tiene una intención irónica, incluso si el narrador ya lo ha dejado claro: “Si
alguien quiere que le explique cómo encaja todo, le sacaré el pelo”¹³ (Goetz 1983: 60) . La consistencia y la coherencia
se sustituyen más bien por un concepto diferente de totalidad. Es una totalidad que trata de dominar la locura en
todas las áreas de su impacto. Por lo tanto, la novela no genera una relación coherente entre la totalidad del texto y
sus componentes individuales, como sugiere, por ejemplo, el círculo hermenéutico, sino que forma un laberinto de
pasajes que a veces están más, a veces menos conectados. Tal misión de totalidad incoherente desafía una nueva
forma de lectura en el sentido de desconcentración, caos, olvido y alinealidad. Sin embargo, debido a la estructura
de la novela, esta actitud no puede obtenerse sin problemas como resultado de una lectura exitosa. Más bien tiene
lugar de manera contraria: en concentración, orden, recuerdo y linealidad. Esta tensión entre método y saber hace
imposible salir del discurso de la locura, que es precisamente lo que pretende la novela. La cuestión de la última
frase como gesto de apertura, en la que se encuentra sumido el personaje principal Raspe, resulta ser también una
figura de cierre para el lector. Para llegar al final de la novela, hay que volver a leerla. La cuestión de la última frase
como gesto de apertura, en la que se encuentra sumido el personaje principal Raspe, resulta ser también una figura
de cierre para el lector. Para llegar al final de la novela, hay que volver a leerla. La cuestión de la última frase como
gesto de apertura, en la que se encuentra sumido el personaje principal Raspe, resulta ser también una figura de
cierre para el lector. Para llegar al final de la novela, hay que volver a leerla.
la novela de cristian krachtIch werde hier sein im Sonnenschein und im Schatten funciona inicialmente como
una historia distópica sobre una realidad alternativa. Además, el estado de guerra permanente entre la ficticia
República Soviética de Suiza y la Alemania fascista representa la ruptura fundamental de la interacción social.
Además de estas circunstancias caóticas, hay un hilo conductor en el texto. El protagonista anónimo, un oficial de
alto rango de las colonias africanas de Suiza, recibe la orden de arrestar al coronel Brazhinsky que se ha dado a la
fuga. Para ello parte hacia el llamado “Réduit”, un macizo montañoso, que ha de ser considerado como el centro de
poder místico de los suizos y por tanto funciona como centro simbólico del texto. Cuando finalmente llega, la orden
real resulta inviable, porque Brazhinsky demuestra ser demasiado poderoso. También el propio Réduit, que el oficial
africano anhelaba desde su juventud, resulta como un esquivo rizoma. Este significado topográfico puede
describirse en términos de deconstrucción como una promesa de fijación de significado que nunca se cumplirá. El
mismo aplazamiento se puede encontrar en la forma de los dibujos en las paredes interiores del Réduit, que nadie
sabe quién pintó; a medida que uno sube más alto, se alteran de lo concreto a lo abstracto, hasta que se convierten
nuevamente en un primitivo dibujo rupestre en la cima. Las pinturas muestran simbólicamente el camino que
tomará el protagonista al final de van cambiando de lo concreto a lo abstracto, hasta volver a convertirse en un
primitivo dibujo rupestre en la parte superior. Las pinturas muestran simbólicamente el camino que tomará el
protagonista al final de van cambiando de lo concreto a lo abstracto, hasta volver a convertirse en un primitivo
dibujo rupestre en la parte superior. Las pinturas muestran simbólicamente el camino que tomará el protagonista al
final de
die Wahrheit geht und um sonst gar nichts, weil es nie keine Rücksicht nicht geben darf, außer
darauf, daß das Ganze stimmt […].”
-- “Wer fordert, ich solle erklären, wie alles zusammenhängt, wird einfach verarscht.”
112 Christoph Kleinschmidt
la novela, que es volver a África a los orígenes de la humanidad. Con este giro, el
objetivo de la trama se convierte en nuevas posibilidades de sentido. Al final de la
civilización, puede haber un nuevo enfoque del sentido como un ciclo de vida sin fin.
Además de esta circularidad, la estructura narrativa se basa en un caso lógico
particular. Una indicación de esto se puede encontrar en el siguiente pasaje, en el
que el narrador se acuesta con la general de división Favre y, mientras tanto, hace
observaciones inquietantes:
Nos tocamos. Sus dedos recorrieron mis cejas. […]Había un grabado en coreano en la
pared sobre su cama que mostraba una ola que amenazaba con derribar un pequeño
bote de madera. Una montaña era visible en el fondo. En la foto llovía, o no llovía.
Cuando terminó, se fumó uno de mis cigarrillos, el último Papierosy.¹⁴ (Kracht 2010: 46)
-- “Wir berührten uns. Sie strich mit den Fingern über meine Augenbrauen. […]An der Wand über
ihrem Betthing ein koreanischer Druck, der eine Welle zeigte, die ein kleines Holzschiff zu erdrücken
drohte. Dahinter guerra ein Berg zu sehen. Auf dem Bild regnete es, oder es regnete nicht. Als es
vorbei war, rauchte sie eine von meinen Zigaretten, die letzte Papierosy.”
-- “bedingungslos wahr.”
Perturbando al lector 113
-- “Er ist eine Gefahr für die SSR, oder er ist die Hoffnung der SSR”.
-- “Das wiederum liegt in der Natur der Dinge”.
-- “Ich war Parteikommissär en Neu-Bern”.
-- “Ich komme nur ganz kurz hierher”.
-- “Wir werden goldene Dörfer und goldene Städte bauen.”
-- “Welches Ich fühlte das?”
114 Christoph Kleinschmidt
-- “[guerra] de[r] grosse[] Eidgenosse[] Lenin, […]anstatt in einem plombierten Zug in das
zerfallende, verstrahlte Russland zurückzukehren, in der Schweiz geblieben […],um dort nach
Jahrzehnten des Krieges den Sowjet zu gründen, en Zúrich, Basilea y Neu-Bern”.
Perturbando al lector 115
-- “kreisender Stillstand.”
-- “äußerste Gestalt”.
-- “ob Sinn selbst sei oder nicht”.
116 Christoph Kleinschmidt
Trabajos citados
Adorno, Theodor W. (1970)Teoría estética (Fráncfort del Meno: Suhrkamp). Adorno, Theodor
W. (2013)teoría estética (Londres; Nueva York: Bloomsbury Academic). Barthes, Roland (1990)
S/Z (Oxford: Blackwell). Goetz, Rainaldo (1983)Irre (Fráncfort del Meno: Suhrkamp).
https://doi.org/10.1515/9783110580082-008
118 johannes pausa
Cinta hesiva del mundo: la formulación del niño no se puede mejorar, ni siquiera para la
tercera dimensión”. (Lehr 2005: 33) Como la fotografía, la realidad ahora congelada es
simultáneamente una presencia real y un telón de fondo artificial, simultáneamente el
presente y el pasado, simultáneamente una confirmación de las imágenes en nuestra
memoria y una desfamiliarización de lo familiar – “ la imagen viva de una cosa
muerta” (Barthes 1981: 79), como dijo Roland Barthes.
Frente a esta omnipresencia de la visualidad atemporal, los protagonistas de Lehr
reactivan la temporalidad de otro medio propiamente anacrónico, como es la escritura.
“Quien no escribe difícilmente podrá soportar nuestro mundo” (Lehr 2005: 161), dice el
protagonista, revelando su papel como autor ficcional del texto de la novela. Pero
desde el principio, la escritura es una batalla perdida contra el poder abrumador de las
imágenes; el intento de rescatar la temporalidad de la escritura del poder presentista
de lo visual es fútil: “Imagínenme como un perro callejero que levanta repetidamente
su pata de escribir sobre la farola de la seguridad en sí mismo”. (Lehr 2005: 161)¹
- “Man stelle sich einen streunenden Hund vor, wenn man sich mich vorstellt, der immer wieder das
Schreibbein am Laternenpfahl der Selbstvergewisserung hebt.”
Expansiones del Instante 119
Lo que se llama presente es el resultado de una operación de observación, consigo mismo como
objeto y que, por lo tanto, no logra captar necesariamente. El tiempo se presenta así bajo una doble
forma: como tiempo operativo, tiempo de actuación, y como tiempo observado, como referencia. […]El
presente es así reclamado como referencia, apoyándose así en una […]actuación que no puede
alcanzar, que primero la produce y que inevitablemente la elude. (Steiner 1996: 48–49)
En este contexto, queda claro por qué el problema del tiempo en la literatura del
modernismo clásico es principalmente un problema de escritura: en la oscilación
entre la presencia del signo y la ausencia de su significado, en la inmovilización del
significado en la letra y su revitalización en el acto de escribir o leer, la escena
primigenia (Urszene)del tiempo se está repitiendo una y otra vez. Dado que la
“referencia” de la escritura está necesariamente “subordinada” a su “actuación”, es
decir, a su imagen gráfica, la escritura crea una conciencia de la ausencia del
presente designado, una conciencia que en sí misma se experimenta como tiempo
(Steiner 1996: 46). Según Christina von Braun, fue en primer lugar la invención de
la "escritura alfabética fonética", a la que Occidente y el "hombre de mentalidad
histórica" deben su "sentido inquebrantable de seguridad", es decir, la unidad e
irreversibilidad del tiempo, " la inmutabilidad de lo que ha sido [des Gewesenen]” (
Von Braun 1999: 103).
En la literatura del modernismo clásico, la temporalidad de la escritura se
opone a la instantaneidad de la imagen perceptual prelingüística, en cierto modo
aún no codificada, que, al servicio de una capacidad de experiencia inmediata,
Expansiones del Instante 121
El presente era siempre el marcador (de distancia) que acababa de desaparecer debajo de la
locomotora. Era la pulga en el cabello de Heráclito que siempre saltaba fuera del camino antes
de que el filósofo pudiera aplastarla entre sus dedos, el sonido que acaba de desvanecerse, el
segmento del ancho de un cabello de la esfera del reloj que la sombra del acaba de pasar el
segundero, el milímetro irrecuperable, el picómetro, el nanómetro en el mecanismo del reloj
atómico, siempre esquivo en su vuelo hacia el pasado, que tampoco existía ya, mientras que el
futuro estaba perdurablemente ausente. Lo que fue, ya no es; lo que es, ya fue; lo que será,
todavía no está allí. El tiempo se nos acababa tan rápido cada vez que pensábamos en ello.
(Lehr 2005: 78)²
Ya está claro desde la oración inicial que Lehr retoma deliberadamente los paradigmas
centrales del modernismo clásico, cuando cita una famosa metáfora del tiempo de
Robert Musil.El hombre sin cualidades: “El tren de los acontecimientos es un tren que
traza sus propias vías a medida que avanza”. (Musil 1997: 484) Lehr, sin embargo,
describe estos paradigmas centrales de la forma clásico-modernista de concebir el
tiempo en el pretérito, señalando así el hecho de que, en el mundo de su novela, ya no
son válidos. En42,el momento se prolonga indefinidamente; por tanto, no hay
discrepancia entre percepción y designación. Congelado en una imagen gigantesca, el
mundo es ahora pura presencia y, con la ayuda de la escritura, tiene que ser
minuciosamente retemporalizado por el individuo aislado. Este cambio de paradigma
es confirmado por muchas otras novelas de la literatura alemana contemporánea, en
las que el tema del “tiempo” está experimentando un nuevo auge. Un ejemplo notable
aquí es el joven físico supuestamente brillante, David Mahler, quien en la novela corta
de Daniel Kehlmann,mahlers zeit,logra desmentir la existencia
- “Die Gegenwart war immer die gerade unter der Lok verschwundene Markierung. Sie war der Floh
in der Haarwolle des Heraklit, immer schon davongesprungen, ehe die Philosophenfinger ihn
zerquetschen konnten, der eben verklungene Ton, das vom Schatten des Sekundenzeigers
verlassene haarfeine Segment des Zifferblattes, der unwiederbringliche Millimeter, Pikometer,
Nanometer im Zäuhrwerk der Atom zu erwischen auf der Flucht in die Vergangenheit, die es selbst
doch schon nicht mehr gab, während uns die Zukunft stets noch fehlte.Was war, ist nicht mehr; fue
ist, ist schon gewesen; was sein wird, ist immer noch nicht da. So rasch ging uns einmal die Zeit aus,
wenn wir an sie dachten.”
Expansiones del Instante 123
del tiempo mediante una fórmula compleja. Al mismo tiempo, como una fórmula alquímica,
ésta cambia en realidad la propia vida del físico, que se desliza cada vez más hacia el
desorden temporal. Un cambio en lo científico.epistèmeafecta así directamente al objeto de
investigación, a saber, el tiempo mismo, que no puede permanecer como antes: también
aquí, el tiempo “fugaz” es reemplazado en la experiencia de Mahler por una nueva estructura
temporal. Cuanto más fervientemente persigue David sus tesis, menos confiable se vuelve el
tiempo, la continuidad del mundo existente parece estar en peligro en general. Los objetos
simplemente desaparecen ante los ojos de David, los procesos se aceleran o se ralentizan de
forma irreal, los recuerdos se hacen presentes de repente. Daniel se da cuenta por primera
vez de este cambio temporal cuando, poco después de escribir su fórmula, es testigo de un
accidente. El camión, que se sale de la carretera y vuelca, se congela, como en el trabajo de
Lehr, en una imagen fija:
El camión estaba completamente inmóvil, equilibrado sobre dos ruedas, sin peso. Como si simplemente
pudiera permanecer en esa posición. Y la gente también estaba inmóvil. En el medio del camino, congelado en
medio de un paso, acompañado por el fuerte estruendo de las bocinas. Sólo una paloma cruzó el cielo
lentamente, batiendo constantemente sus alas. (Kehlmann 2001: 18)³
- “Der Lastwagen stand, ganz ruhig, auf zwei Rädern. Im Gleichgewicht und schwerelos. Als könnte
es tan bleiben. Und auch die Menschen waren erstarrt. Mitten auf der Straße, im Laufen, unter den
schweren Akkorden der Hupen. Nur eine Taube durchkreuzte langsam, mit gleichmäßigem
Flügelschlag, den Himmel.”
124 johannes pausa
Tenía una imagen tan clara de ello en su mente que se asombró cuando de repente
sucedió. Y se encontró en la sala de conferencias silenciosa y con muchos ojos, y la gente
lo miraba, muchos de ellos, y esperaban que hablara. Sus notas yacían ante él. Fijó sus
ojos en ellos y se esforzó por controlar su nerviosismo; respira hondo, pensó, solo tengo
que respirar hondo; y escuchó su voz, pero no logró concentrarse en lo que estaba
diciendo. Sus pensamientos vagaron, por un momento vio el mar muy claro frente a él, y
detectó el olor de las algas, se preguntó si en realidad no estaría allí todavía, y si la sala
de conferencias era sólo un producto de su imaginación; y luego se sintió tirado en la
hierba […],y una hormiga se arrastraba por su cuello, haciéndole cosquillas (Kehlmann
2001: 81).⁴
Y así continúa, con saltos temporales concatenados entre diferentes momentos del
presente de igual peso. El conocimiento del momento ya no se caracteriza aquí por la
retrospección, sino por la productividad: las concepciones lingüísticas no son
abstracciones de las experiencias originales, ahora construyen realmente estas
experiencias. El paradigma de la teoría de los medios en el trabajo aquí no se basa en la
referencia, sino en la programación: como un código de computadora, el lenguaje
ahora crea las imágenes perceptivas que se experimentan inmediatamente como un
momento presente vivido. Si el problema del modernismo clásico consistía en no
alcanzar la realidad primaria de la percepción directa por no poder superar el mundo
secundario de la escritura, en la obra de Kehlmann la relación se invierte: toda
percepción se basa en la programación, que por su parte permanece oculto tras la
aparente inmediatez de las imágenes y los sonidos. Como una especie de código
fuente, la escritura se ha inscrito en la realidad, por lo que David, en lugar de describir
la realidad con sus fórmulas, está realizando una manipulación cibernética de su
organización interna.
Así, en palabras de Friedrich Kittler, la escritura ya no opera como medio de una
interpretación “hermenéutica” del mundo, sino como un código de “programación
programada” (Kittler 1995: 31). La novela adquiere así una dimensión netamente
poetológica: mientras que Marcel –el mejor amigo de David, que en realidad es
escritor– yuxtapone “breves descripciones de cosas cotidianas” en sus textos, que ya no
pueden ser narrados y que indican así la crisis de un referirse-
- “Er malte es sich so deutlich aus, dass er verblüfft war, als es plötzlich – geschah. Und er sich vor
dem Saal fand, dem stummen, vieläugigen, und Menschen ihn ansahen, so viele davon, und darauf
warteten, dass er sprach. Seine Notizen lagen vor ihm. Er heftete den Blick darauf und bemühte
sich, seine Nervosität niederzukämpfen; tief atmen, dachte er, ich muss nur tief atmen; und er hörte
seiner Stimme zu, aber es gelang ihm nicht ganz, ihr zu folgen. Seine Gedanken schweiften ab, für
einen Moment sah er sehr klar das Meer vor sich und spürte den Geruch von Tang und fragte sich,
ob er nicht eigentlich noch dort und dieser Saal nur ein Erzeugnis seiner Phantasie war; und dann
fühlte er sich im Gras liegen […],und eine Ameise krabbelte kitzelnd an seinem Hals entlang […].”
Expansiones del Instante 125
acceso esencial a la realidad, para David, quien está instalado en la red discursiva 2000, cada
acto de escritura es un acto de construcción, de modo que las percepciones y los recuerdos,
así como las conexiones narrativas, se crean de nuevo en cada acto de escritura.
- “Las imágenes que nos programan son […]no del tipo que prevalecía antes de la invención de la imprenta
de libros. Los programas de televisión no se parecen a las vidrieras góticas, y la superficie de una lata de
sopa no se parece a la superficie de una pintura del Renacimiento. La diferencia, en resumen, es esta: […]El
hombre premoderno vivía en un mundo de imágenes que significaba el 'mundo'. Vivimos en un mundo de
imágenes que intentan definir teorías sobre el 'mundo'. Esta es una nueva situación revolucionaria”. (Flusser
2005: 22-23)
- “Immer aber ist es so, dass das, was wir in einem Augenblick ungeteilt und ohne Fragen erleben,
unverständlich und verwirrt wird, wenn wir es mit den Ketten der Gedanken zu unserem bleibenden
Besitz fesseln wollen.”
126 johannes pausa
Él no se movió. Intentó inhalar, pero no había aire. El cielo lo abrazó firmemente. Incluso
la hierba se quedó inmóvil, ya no se podía sentir. El cielo se acercó. Todavía no podía
respirar.
Cerró los ojos con todas sus fuerzas. No ayudó: el cielo permaneció visible. Un ataque de
pánico, de miedo indefenso y ardiente recorrió su cuerpo. Seguí y seguí. Y aún así siguió.
(Kehlmann 2001: 89-90)⁷
Aquí la superación del tiempo parece haber tenido un éxito aterrador: el momento realmente se detiene, el mar de lo ilimitado “abraza” a
David “firmemente”. A diferencia de Torless, incapaz de superar las limitaciones de la mente de forma duradera, David ya no es capaz de
encontrar el camino de regreso a la realidad desde la abolición “momentánea” del tiempo; se necesita una repentina pérdida de conciencia
para liberarlo de la prisión de la visibilidad total. Para Torless, el infinito “pictórico” se reduce a un “concepto” lingüístico; para Mahler, se
convierte en una experiencia total de la imagen que excluye todas las operaciones diferenciales. La crisis del tiempo en la novela de
Kehlmann ya no se caracteriza por la "mediatez" de la comprensión conceptual, sino por la "inmediatez" de las percepciones, que se resisten
a todo procesamiento cognitivo. Estos ya no son "originales" o "auténticos", sino artificiales: no es casualidad que recuerden a un bloqueo
del sistema informático, que solo puede solucionarse reiniciando; después de todo, se basan en la programación de una “mente
infinitamente distante”. Como practicante de vanguardia en el campo de la física, el propio Mahler desencadena esta interrupción temporal.
Como en las novelas de alrededor de 1900, el modelo lineal del tiempo se somete inicialmente a una crítica y se reemplaza provisionalmente
por una nueva estructura temporal, por el “tiempo de Mahler”. En este caso, sin embargo, a diferencia de los textos de principios de siglo, la
rebelión va claramente más allá. Como practicante de vanguardia en el campo de la física, el propio Mahler desencadena esta interrupción
temporal. Como en las novelas de alrededor de 1900, el modelo lineal del tiempo se somete inicialmente a una crítica y se reemplaza
provisionalmente por una nueva estructura temporal, por el “tiempo de Mahler”. En este caso, sin embargo, a diferencia de los textos de
principios de siglo, la rebelión va claramente más allá. Como practicante de vanguardia en el campo de la física, el propio Mahler
desencadena esta interrupción temporal. Como en las novelas de alrededor de 1900, el modelo lineal del tiempo se somete inicialmente a
una crítica y se reemplaza provisionalmente por una nueva estructura temporal, por el “tiempo de Mahler”. En este caso, sin embargo, a
- “Er bewegte sich nicht. Er versuchte einzuatmen, aber da war keine Luft. Der Himmel umschloss
ihn fest. Selbst das Gras stand ganz ruhig, war nicht mehr zu fühlen. Der Himmel rückte näher. Er
konnte noch immer nicht atmen. / Mit aller Kraft Schloss er die Augen. Es media noche: Der Himmel
blieb sichtbar. Ein Anfall von Panik, von hilfloser, brennender Angst lief durch seinen Körper. Es
dauerte an, immer noch. Und immer noch. Und immer noch.
Expansiones del Instante 127
más allá del objetivo pretendido: el orden lineal ya no se restablece automáticamente, sino que es
reemplazado por un orden de tiempo diferente, del cual no hay vuelta atrás a la antigua estructura
de intervalos, y que en última instancia destruye al sujeto “Mahler”, a quien el nuevo se suponía que
la orden debía servir.
Como ya se ha señalado, los descarrilamientos temporales tanto en Lehr como en
Kehlmann están conectados con experiencias que se relacionan con los modos temporales de
los medios audiovisuales. Los medios técnicos audiovisuales manifiestamente producen una
absoluta “tiranía de la proximidad”, que conduce a una “nivelación de la diferencia simbólica y
la distancia simbólica” (Großklaus 2004: 180). En las novelas en cuestión, las alusiones a las
formas de funcionamiento de estos “nuevos” medios son inequívocas: como si Dios jugara
con el control remoto de un reproductor de DVD cósmico, el tiempo salta adelante y atrás,
con episodios que se alternan en lapsos de tiempo. o cámara lenta. En la novelaCliehms
Begabung (El talento de Cliehm)por Michael Wallner, por ejemplo, en el que, como en el
trabajo de Lehr, un físico refuta la existencia del tiempo y por lo tanto termina en medio de
calamidades temporales, las paradojas temporales se acoplan directamente con los
mecanismos de los medios. Cliehm, el protagonista de la novela, utiliza su memoria como
una grabadora de vídeo en la que puede rebobinar y adelantar su vida: “Cliehm está al
acecho de la memoria. ¡Dar marcha atrás! él llama. ¡Ahora!" (Wallner 2000: 60). Al igual que el
protagonista de Kehlmann, Cliehm salta de un lado a otro entre las diferentes fases de su
vida, cada una de las cuales se convierte inmediatamente en el nuevo aquí y ahora tan pronto
como Cliehm la activa. En la obra de Wallner, el tiempo se reduce en última instancia al
presente: cada momento pasado no solo se convierte continuamente en el momento
presente nuevamente, sino que también puede desarrollarse de manera diferente cada vez
que se recuerda, lo cual es lógico. “He estado aquí antes”, se queja Cliehm a su memoria,
después de uno de sus saltos en el tiempo: “¿Qué se supone que debo hacer aquí una
segunda vez?”. Pero su memoria responde: “No es la segunda vez. Es ahora” (Wallner 2000:
151). Cada momento concebible en el tiempo se convierte en el aquí y ahora: “¡No es el
pasado lo que estoy dando forma! No es el futuro lo que estoy cambiando. Es el presente”, se
da cuenta Cliehm (Wallner 2000: 155).
Como resultado, sin embargo, tarde o temprano el investigador del tiempo de
Wallner pierde la noción de la cronología de su vida. Dado que cada nueva decisión
tomada en el pasado afecta necesariamente al futuro, pronto surge una multiplicidad
cada vez mayor de permutaciones biográficas, que se excluyen mutuamente pero, sin
embargo, existen paralelas entre sí. Para Cliehm, el tiempo se transforma así en una
red de diferentes cursos de acción paralelos, entre los cuales siempre experimenta sólo
ciertos momentos alternos en el presente. En cada caso, se requiere un esfuerzo
considerable para establecer las conexiones: “¿Qué pasó antes? ¿Cómo me metí en esta
situación?”, se pregunta una y otra vez: “Viajando en el tiempo, piensa Cliehm,
128 johannes pausa
asustado. ¿Hacia adelante o hacia atrás? Tilly está de pie frente a mí, señala, detrás de
ella hay un café. ¡¿Cuándo estoy, maldita sea?!” (Wallner 2000: 181).⁸
Este tipo de saltos de ida y vuelta entre diferentes secuencias temporales paralelas
también se puede encontrar en la obra de Helmut Krausser.CUo el de Juli ZehSchilf.El
modelo de tiempo que subyace a este tipo de ficción se describe como el “multiverso”,
un concepto muy extendido en diversos ámbitos de la cultura popular, especialmente
en el cine de misterio, y que probablemente se remonta al famoso cuento de Borges,El
jardín de los senderos que se bifurcan (Baulch 2003). Aquí Borges introduce el concepto
de una literatura que no distingue entre realidad y posibilidad, sino que, en una
gigantesca red de historias paralelas e irreconciliables, anula retroactivamente cada
decisión que se ha tomado. Teóricamente, esta idea se ilustra con una novela en la
novela, la gigantesca enciclopedia de un autor chino olvidado:
En todas las obras de ficción, cada vez que un hombre se enfrenta a varias alternativas,
elige una y elimina las demás; en la ficción de Ts'ui Pên, elige –simultáneamente– a
todos. Crea, así, diversos futuros, diversos tiempos que también proliferan y se bifurcan.
(Borges 1964: 26)⁹
En lugar de una lógica argumental lineal, la obra consiste así en una red de
distintos devenires, prehistorias y mundos paralelos, todos ellos colocados en pie
de igualdad y que, por su incompatibilidad, revelan el carácter construido de cada
uno de ellos. Este mundo se describe como “una red creciente y vertiginosa de
tiempos divergentes, convergentes y paralelos”, en la que nunca nada se decide
finalmente: “Esta red de tiempos que se acercaban, se bifurcaban, se rompían o se
ignoraban por siglos, abarca todas las posibilidades del tiempo.” Para el
protagonista de la narración, que se encuentra en medio de la guerra, está siendo
perseguido y persigue a otros, y que por varias razones se encuentra bajo una
presión de tiempo significativa, esta idea ofrece una sensación de alivio, un escape
estético del tiempo lineal. : sabe que en otro mundo no matará y no morirá; en
este otro mundo, los otros caminos que pudo haber tomado en la vida se han
vuelto reales.
Este concepto de tiempo multiversal es especialmente prominente en la novela de
Helmut Krausser,UC.Aquí, el protagonista, el distinguido director de orquesta Arndt Her-
- “Unterwegs in der Zeit, denkt Cliehm panisch. Vorwärts oder rückwärts? Tilly steht mir gegenüber,
stellt er fest, hinter ihr ist ein Café. Wann bin ich, verdammt?!”
- “En todas las ficciones, cada vez que un hombre se enfrenta con diversas alternativas, opta
por una y elimina las otras; en la casi inextricable Ts'ui Pen, opta – simultáneamente – por
todas. Crea, así, diversos porvenires, diversos tiempos, que también proliferan y se bifurcan.”
Expansiones del Instante 129
mannstein, parece estar perdido en este multiverso: por ejemplo, una noche
inusualmente armoniosa con su esposa Laura, quien ahora de repente afirma que
nunca se ha casado con él, parece, con motivo de su próximo (como de costumbre,
catastrófico) encuentro con nunca han tenido lugar; y una prostituta de Londres parece
ser idéntica a una chica muy bonita de la antigua escuela de Arndt, pero que de hecho
se convirtió en médico en Alemania. Con cada cambio de lugar, Arndt parece saltar a
otra vida, en la que las personas con las que está La mezcla también ha tomado otros
caminos en la vida. El propio Arndt ve la situación de la siguiente manera:
Puede ser que algo que nunca ha sucedido constituya una variante virtual de mi
existencia. Quizá esa sea la solución: todo lo que en algún momento pude haber sido
capaz se ha vuelto real posteriormente, en pie de igualdad con lo que realmente
sucedió. (Krausser 2003: 46)¹⁰
Parecería, entonces, que el protagonista de Krausser se ha perdido irremediablemente en la red de caminos que se bifurcan, una red que
todavía ofrecía al protagonista de Borges una oportunidad para trascender intelectualmente la monotonía de su existencia. En la obra de
Krausser, sin embargo, la red de narraciones ha dejado el espacio interior de la novela dentro de la novela y ha mutado en el principio
estructural ficticio interior de la realidad misma. En Krausser, la entrada en el multiverso también se interpreta inicialmente como una
ruptura liberadora de la uniformidad e irreversibilidad del tiempo lineal, como una oferta de acceso a “otro tiempo”, lo que en un principio
hace parecer que Krausser es simplemente un seguidor dedicado de Borges. modelo literario. La abolición del tiempo en una serie de
presentes diversos e “incomposibles” parece permitir comprender la vida como una obra de arte libremente maleable, liberar a la literatura
de todas las exigencias miméticas que se le imponen y “buscar la propia salvación en un contraataque”. realidad” (Krausser 2003: 202), tal
como se formula explícitamente en un punto. Cliehm también está encantado con su notable “don” y, en última instancia, incluso termina
desarrollando poderosas fantasías de omnipotencia: “Nada se mueve, excepto en los caminos de mi cabeza. Puedo ser más rápido que la luz
o infinitamente lento. Estoy allá afuera, donde ya no se ve el sol. Estoy justo dentro del hielo. Yo viajo. Es mi regalo. (Wallner 2000: 301)¹¹
como se formula explícitamente en un punto. Cliehm también está encantado con su notable “don” y, en última instancia, incluso termina
desarrollando poderosas fantasías de omnipotencia: “Nada se mueve, excepto en los caminos de mi cabeza. Puedo ser más rápido que la luz
o infinitamente lento. Estoy allá afuera, donde ya no se ve el sol. Estoy justo dentro del hielo. Yo viajo. Es mi regalo. (Wallner 2000: 301)¹¹
como se formula explícitamente en un punto. Cliehm también está encantado con su notable “don” y, en última instancia, incluso termina
desarrollando poderosas fantasías de omnipotencia: “Nada se mueve, excepto en los caminos de mi cabeza. Puedo ser más rápido que la luz
o infinitamente lento. Estoy allá afuera, donde ya no se ve el sol. Estoy justo dentro del hielo. Yo viajo. Es mi regalo. (Wallner 2000: 301)¹¹
-- “Es könnte sein, dass sich manches, was nie geschehen ist, als virtuallle Variante meiner Existenz
konstituiert. Das ist vielleicht die Lösung: Alles, dessen ich irgendwann einmal fähig gewesen wäre,
ist nachträglich faktisch geworden, gleichberechtigt mit dem tatsächlichen Geschehen.”
-- “Nichts bewegt sich, außer auf den Wegen in meinem Kopf. Ich kann schneller sein als das Licht
oder unendlich langsam. Ich bin weit draußen, wo die Sonne nicht mehr zu sehen ist. Ich bin im
Innern des Eises. Ich reise. Es ist meine Begabung”.
130 johannes pausa
Sin embargo, como nos enteramos al final de la novela, Cliehm en realidad está en
coma. Adrián, el protagonista de Thomas Lehrs42,ha estado muerto por mucho tiempo,
y ahora está experimentando el segundo de su muerte como una eternidad con
aquellos que murieron en el mismo momento que él. E incluso para los protagonistas
de Krausser y Kehlmann, la libertad que supuestamente alcanzan al ser desarraigados
temporalmente tiene primero el precio de su muerte social y, en última instancia, de su
muerte física. Todas estas novelas describen, en primer lugar, procesos de aislamiento,
caminos que conducen a un solipsismo en el que los protagonistas acaban cara a cara
únicamente con su propia imaginación; los productos de una mente que ya no está
conectada con el mundo exterior, sino que, siguiendo la lógica de una computadora,
programa y simula sus propios mundos y percepciones. En esta situación, son
precisamente los planteamientos estéticos del modernismo clásico desde Musil hasta
Borges, a saber, la regresión a la “inmediatez presemiótica” (Steiner 1996: 173) de la
experiencia puramente presente, y la pluralización del tiempo en “ficciones” conflictivas
pero igualmente válidas, que se convierten en los sellos distintivos de la crisis: el poder
autoral de determinación sobre se pierde el “multiverso” de pasados igualmente
válidos y la experiencia presente se convierte en una opresiva falta de distancia. Las
epifanías del modernismo clásico, en las que se supone que el intervalo que es
constitutivo del tiempo debe anularse o pasarse por alto, se asocian con ideas cargadas
de ansiedad sobre las formas temporales de los nuevos medios de imagen, y de esta
manera se revelan inadecuados. o miope. En oposición a esto está la necesidad
fundamental de los protagonistas de contextos históricos o biográficos inequívocos, un
anhelo del tiempo antiguo, lineal, fugaz. Como dice Úrsula Heise:
Trabajos citados
Andrea, Martin (2005)Archäologie der Medienwirkung. Faszinationstypen von der Antike bis
heute (Múnich: Fink).
Barthes, Roland (1981)Cámara de la luz. Reflexiones sobre la fotografía (Nueva York: Farrar, Strauss
y Giroux).
Baulch, David M. “Tiempo, narrativa y el multiverso: la narrativa posnewtoniana en la obra de Borges”.
'El jardín de los senderos que se bifurcan' y 'Blake's Vala or the Four Zoas'”,el comparatista
27, 56–78.
Borges, Jorge Luis (1964) “El jardín de los senderos que se bifurcan”, enLaberintos: historias seleccionadas
y otros escritos (Nueva York: Nuevas Direcciones).
Braun, Christina von (1999) “Ich habe Zeit. Das taktlose Geschlecht”, enZeitsprunge,edición
Ursula Keller (Berlín: Vorwerk), 101–130.
Derrida, Jacques (2007) “Una cierta posibilidad imposible de decir el acontecimiento”,Investigación crítica
33, 441–461.
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