1) Me considero un líder transaccional en alguna oportunidad de mi vida, cuando estuve como

supervisora de una tienda, me hice cargo de múltiples procesos. Controlaba caja, organizándome
con mis compañeros, dando directrices de cómo se ordenan los productos y reposiciones,
respetando los horarios de permiso, planificación de inventarios, etc. Lo lograba con una
transacción no monetaria si no de beneficios de ratos de permiso, lo que funcionaba muy bien.

2) Me considero un líder transformador en alguna oportunidad de mi vida, me doy cuenta de que

en distintas circunstancias de mi vida soy un líder transformador. En guiar a mis hijos para que
sean personas capaces de desenvolverse en el mundo, otorgándoles valores, potenciándolos a
interactuar con la sociedad, orientarlos en sus proyectos a corto, mediano y largo plazo. En
situaciones que he planificado cambios en mi vida y que ellos han tenido que aceptar mis ideas,
entendiendo que es lo mejor para todos. Ayudo a descubrir en ellos sus talentos y que tengan
seguridad en sus emociones en la vida.

3) Me considero un líder transcendente en una oportunidad de mi vida. Me doy cuenta que he

podido desarrollar mis habilidades. Recuerdo trabajar en muchos trabajos, muy diferentes unos de
otros, con experiencias donde he logrado objetivos y en otras no, pero me he dado la oportunidad
de atreverme a realizarlas. Hoy en día me doy cuenta de que he progresado y he cambiado
positivamente en mis conocimientos logrando así mi independencia profesional. Por lo tanto, he
adquirido aprendizaje y he obtenido cambios en mi vida, me siento más segura de mí misma.
Siempre es bueno seguir perfeccionándose, tanto para mí y en apoyo a la comunidad.

Cuando estuve trabajando en Cesfam como podóloga clínica durante 8 años, muchos me decían
que la labor que realizaba era muy de cuidado y noble, me hacían preguntas sobre mi trabajo
surgiendo diálogos educativos y constructivos. Pues en base a mi experiencia, dos compañeras
tomaron la decisión de estudiar también podología.