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El psicoanálisis, desarrollado por el médico vienés Sigmund Freud, es el estudio y

tratamiento terapéutico de los trastornos psicológicos, de la estructura y el


funcionamiento de la psique a partir del inconsciente. El psicoanálisis se basa en
cuatro principios fundamentales: el inconsciente, la supresión, el conflicto y la
pulsión. Por tanto, las acciones de nuestra mente, según Freud, son el resultado
de un conflicto entre fuerzas opuestas entre sí, lo que lleva a la supresión, es
decir, la eliminación de las experiencias dolorosas o vergonzosas por parte de la
mente, mediante el establecimiento del inconsciente como una dimensión en sí. A
continuación nos encontramos con la conciencia inconsciente y preconsciente,
más precisamente: el Id (inconsciente, sede de las pulsiones y dominado por el
principio del placer), el Ego (dominado por el principio de la realidad) y el
Superego (la sede de las instancias morales y censoras de la mente). Por lo tanto,
el objetivo del psicoanálisis es investigar aquellos contenidos psicológicos que,
permaneciendo en una etapa inconsciente, afectan el comportamiento y la
personalidad de los sujetos, lo que se manifiesta en forma de ansiedades, sueños
y lapsos.

La terapia psicoanalítica se lleva a cabo sobre la base de la asociación libre: decir


libremente lo que está pasando por la mente, incluso si puede parecer un sin
sentido. Gracias a este método, el analista puede sacar a la luz todas las razones
que determinan inconscientemente el comportamiento del paciente, estableciendo
una conexión entre el síntoma que sufre y las cosas que dice. Una vez que la
terapia ha comenzado, el paciente establece una relación especial e íntima con el
analista llamada transferencia y proyecta en este todos sus sentimientos de amor
y odio hacia otras personas, especialmente en el entorno familiar. Se llama
transferencia positiva cuando el paciente proyecta sobre el analista sus
sentimientos de amor, mientras que es negativa cuando proyecta manifestaciones
de odio. Por medio de la transferencia, el analista que dirige la cura, hace salir y
facilita la emergencia del inconsciente en forma de palabras, encontrando un
vínculo con la sintomatología del sujeto. Posteriormente, el analista, a través de
una actitud neutral de indiferencia clínica, puede realizar todas esas pulsiones
censuradas por los mecanismos de defensa que causan trastornos mentales, y
ayuda a la persona a tomar conciencia y superarlos. La experiencia terapéutica del
psicoanálisis para superar la neurosis puede durar incluso años, con un promedio
de tres sesiones por semana que duran entre 45 y 50 minutos.

La terapia psicoanalítica está dirigida a la toma de conciencia por parte del sujeto
de sus procesos inconscientes con la consecuente "curación" del síntoma
neurótico que deriva de ellos. Sin embargo, el psicoanálisis no se dirige solo a los
pacientes con trastornos mentales; puesto que se trata eminentemente de un
poderoso medio de investigación, el paciente ideal no solo tomará conciencia de
los mecanismos inconscientes que han generado el trastorno, sino que adquirirá
una disposición positiva para trabajar en sí mismo.

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