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SALA POLÍTICO ADMINISTRATIVA

JUZGADO DE SUSTANCIACIÓN
 
Caracas, 10 de junio de 2010
 200º y 151º
                           

Mediante escrito de fecha 18 de mayo de 2010, el


abogado Daniel Buvat, inscrito en el Instituto de
Previsión del Abogado bajo el N° 34.421, actuando
con el carácter de apoderado judicial del
ciudadano Pedro Mezerhane Akl, solicitó a este
Juzgado se sirva “…aclarar los días de Despacho que
han transcurrido desde que se inició EFECTIVA Y
REALMENTE el lapso de evacuación de pruebas en la
presente causa, y se determine en consecuencia, el
lapso de días de Despacho restantes a la presente
fecha que corresponden a la referida etapa
procesal…” fundamentando su petición en que:
 
“I.-Consta en autos que el apoderado
judicial de la Tercera Interviniente estampó
diligencia en fecha 27 de abril del año en curso
pretendiéndose `dar por notificado´ del auto de
admisión de las pruebas en la presente causa, lo
cual resulta absolutamente divorciado de la
realidad, por cuanto la última notificación
practicada en el presente juicio lo fue en fecha
16 de marzo de 2010, cuando el ciudadano
Alguacil dejó constancia de haber notificado al
Alcalde y Síndico Procurador de Chacao
respectivamente.
 En efecto (…), el apoderado judicial de la
Tercera Interviniente SE DIO TACITAMENTE
POR NOTIFICADO del referido auto de
admisión de pruebas, AL HABER ACTUADO
EN EL CUADERNO DE MEDIDAS en fecha 18
de febrero de 2010, que actualmente sustancia
la propia Sala Político Administrativa, siendo
ello entonces constitutivo de la denominada
figura de notificación tácita o presunta prevista
en el Artículo 216 del Código de Procedimiento
Civil (…).
II.- A tales fines, y solo en aras a ilustrar
nuestro argumento, señala la Sala
Constitucional en sentencia Nro. 1710 de fecha
23 de junio de 2003, para situaciones como la
que ahora advierto a vuestra respetable
autoridad, que:
`Así las cosas, esta Sala considera
que el establecimiento de la citación
tácita en el Código de Procedimiento
Civil, que obvia la tramitación formal de
la misma, encuentra justificación en el
principio de celeridad procesal como
valor axiológico de la potestad de la
administración de justicia, tal y como lo
establecen los artículos 26 y 257
constitucionales, por cuanto, si la parte
demandada realizó alguna actuación
que conste en los autos del expediente, o
bien estuvo presente en un acto del
proceso, debe presumirse su
conocimiento del proceso y por ende,
que está facultado para el ejercicio de
sus medios de defensa´.
De esta manera,  es evidente incluso de la
identificación del expediente que el apoderado
de la Tercera Interviniente hiciera en la parte
inferior de la referida Diligencia, que ella iba
dirigida al expediente 2008-066 de la
numeración de la Sala Político Administrativa,
con lo cual, bajo el precedente jurisprudencial
ya citado y particularmente del aspecto
TELEOLÓGICO que inspira a la referida figura
procesal de la citación tácita, resulta evidente
que dicha Tercera Interviniente ha de tenerse
notificada del auto de admisión de pruebas
desde el día 18 de febrero de 2010…”
III.- De manera tal (…), que contando
desde el día 17 de marzo de 2010 inclusive,
fecha siguiente a la constancia en autos del
ciudadano Alguacil del Juzgado de haber
practicado la notificación a los representantes
de la demandada en la presente causa, habrían
transcurrido HASTA LA PRESENTE FECHA
INCLUSIVE Veinticuatro (24) días de
Despacho del lapso de evacuación de
pruebas en la presente causa, todo lo cual
impacta de manera fundamental en el cabal
cumplimiento del texto del artículo 400 cardinal
1 del Código de Procedimiento Civil, el cual
establece que al Tribunal Comisionado se le
señalaran primeramente los días de Despacho
transcurridos en el Tribunal comitente, de
modo tal que restan en la presente causa solo
seis (6) días de Despacho para que culmine el
lapso probatorio y se proceda a pasar a la
etapa procesal siguiente pautada al efecto en la
Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia,
tal como respetuosamente pido sea
expresamente declarado, previo cómputo por
Secretaría. (Resaltado y subrayado del texto).
 
Asimismo, los apoderados judiciales del
Municipio Chacao del Estado Miranda, formularon
oposición a la anterior solicitud, alegando que:
 
“…el cuaderno principal signado con el
número 2008-66 nomenclatura de la Sala
Político Administrativa del Tribunal Supremo
de Justicia, se encuentra en este honorable
Juzgado, situación que desnaturaliza lo
señalado por la parte demandante en su escrito
de fecha 18 de mayo de 2010, ya que se trata de
dos causas totalmente independientes y cuya
decisión le corresponde a jueces distintos, uno
colegiado y otro unipersonal, por lo que mal
podría sostenerse que la actuación efectuada
por el tercero forzoso en fecha 18 de febrero de
2010 en el cuaderno de medida produjo como
consecuencia la notificación tácita,
desconociendo (i) la orden señalada por el
Juzgado de Sustanciación de la Sala Político
Administrativa del Tribunal Supremo de
Justicia, como lo es, la notificación de
Inmobiliaria La Giralda, C.A. de la decisión de
fecha 19 de enero de 2010, referida a la
admisión de pruebas y (ii) el expediente judicial
que corresponde al cuaderno de medidas se
encuentra en la Sala Político Administrativa del
Tribunal Supremo de Justicia, mientras que la
pieza principal reposa en el Juzgado de
Sustanciación de la Sala Político Administrativa
del Tribunal Supremo de Justicia…” (folio 82
de la pieza N° 3 del expediente).
 
Para decidir, se observa:
 
De la lectura de las actas que conforman el
presente expediente, se desprende que este Juzgado,
por decisión dictada en fecha 19 de enero de 2010, 
admitió las pruebas promovidas y ordenó notificar a
los ciudadanos Alcalde del Municipio Chacao del
Estado Miranda, Síndico Procurador Municipal del
Municipio Chacao del Estado Miranda, Pedro
Mezerhane Akl y a la sociedad mercantil Inmuebles
La Giralda, C.A., dejando establecido que una vez que
constaran en autos la última de las notificaciones
ordenadas se llevaría a cabo la prosecución del juicio,
esto es, el lapso de evacuación de las pruebas
promovidas.
  
También se constata que en la Sala, se tramita
cuaderno de medidas que remitió este Juzgado en
fecha 14 de octubre de 2009 (folio 470 de la pieza N°
2).
 
Ahora bien, a fin de resolver la controversia
planteada, a saber, que pueda considerarse
presuntamente notificado al tercero Inversiones La
Giralda C.A., si éste ha actuado en el cuaderno de
medidas que se encuentra en la Sala como lo señala el
solicitante, estima este Juzgado que el thema
decidemdun entonces se circunscribe a determinar si la
pieza principal y el cuaderno de medidas siguen un
mismo proceso, esto es, que la tramitación de uno se
encuentra absolutamente vinculada al otro o, antes
bien, que cada uno de estos procesos es independiente
o autónomo y así establecer si se produjo la
notificación tácita o presunta a que se refiere el
abogado Daniel Buvat.
 
En tal sentido, se observa que el apoderado
judicial del ciudadano Pedro Mezerhane Akl, al
momento de solicitar que se considere notificado
tácitamente a Inversiones La Giralda C.A., como
tercero en este juicio lo hace con fundamento en la
decisión N° 1710, del 23 de junio de 2003, dictada por
la Sala Constitucional de este Tribunal Supremo de
Justicia, la cual es del tenor siguiente:
 
“…Omissis…
Gira la controversia en torno a la falta de
citación del demandado en el proceso especial
de interdicto de despojo que regula la legislación
adjetiva civil. Ahora bien, observa esta Sala que
el artículo 701 del Código de Procedimiento
Civil prevé que, luego de la práctica de
restitución o el secuestro, así como cualesquiera
otras medidas que aseguren el amparo, el juez
debe ordenar la práctica de la citación del
demandado, la que, una vez efectuada, abre la
causa a pruebas para luego dictar la sentencia
respectiva.
Así las cosas, esta Sala considera que el
establecimiento de la citación tácita en el Código
de Procedimiento Civil, que obvia la tramitación
formal de la misma, encuentra justificación en el
principio de celeridad procesal como valor
axiológico de la potestad de la administración de
justicia, tal y como lo establecen los artículos 26
y 257 constitucionales, por cuanto, si la parte
demandada realizó alguna actuación que conste
en los autos del expediente, o bien estuvo
presente en un acto del proceso, debe presumirse
su conocimiento del proceso y por ende, que está
facultado para el ejercicio de sus medios de
defensa.
De este modo, esta Sala coincide con el
planteamiento de la sentencia que se recurrió en
apelación, por cuanto la presencia de la
demandada en el acto de secuestro, supuesto
típico que prevé el artículo 701 del Código de
Procedimiento Civil, con asistencia jurídica que
le representare, constituye la citación tácita de
ésta en el proceso interdictal, sin que la dejadez
en el uso de sus medios de defensa pueda
constituirse en una circunstancia objeto de
amparo constitucional porque violente,
menoscabe o haga nugatorio el ejercicio de
derecho o garantía constitucional alguna.
De otra parte, y en base a la consideración de
la supuesta violación del debido proceso a
consecuencia de la falta de notificación del
Síndico Procurador Municipal del Municipio
Iribarren del Estado Lara, por cuanto el terreno
objeto de litigio sería de naturaleza ejidal; esta
Sala comparte el criterio de del juez de primera
instancia constitucional por cuanto se observa
que en el proceso interdictal siempre se adujo y
sostuvo que el lote de terreno sobre cuya
posesión se discutía era un terreno propio del
demandante, quien acompañó un documento
protocolizado en la Oficina Subalterna de
Registro Público que acredita tal carácter, por
lo que mal podría haberse acordado la
notificación del Síndico Procurador del
Municipio Iribarren del Estado Lara, si no
existía en el expediente elemento alguno que
hiciera presumir la naturaleza ejidal del lote de
terreno objeto de litigio.  Todas estas razones
son suficientes para que esta Sala confirme el
fallo objeto de apelación. Así se declara…”.
 
Al respecto, resulta pertinente señalar lo que ha
establecido la Sala de Casación Civil de este Tribunal
Supremo de Justicia, en decisión N° 123, de fecha 16
de marzo de 2009, la cual establece: “…Omissis…
Ahora bien, el alegato principal de la
presente denuncia, se contrae a establecer si el
juez de la recurrida estaba en la obligación de
pronunciarse respecto de la procedencia o no de
la perención breve de la instancia, en el
cuaderno principal, la cual según el recurrente
afectaría lo decidido en este cuaderno de
medidas.
 
         Al respecto cabe señalar fallo de esta
Sala Nº RC-129 de fecha 14 de marzo de 2007,
expediente Nº 2006-505, caso GLORIA
MERCEDES MADERA HERNÁNDEZ contra la
Sociedad Mercantil ADMINISTRADORA
FARGO C.A., con ponencia del magistrado que
con tal carácter suscribe la presente decisión
también como ponente, que estableció lo
siguiente:
 “...La Sala para decidir observa:
El formalizante denuncia que la sentencia
recurrida no contiene una síntesis clara, precisa
y lacónica, en los términos en que fue planteada
la demanda y la contestación, así como que no
resuelve en la sentencia definitiva del juicio
principal sobre la medida cautelar.
Ahora bien, de la lectura de la sentencia
recurrida se constata, que el sentenciador de
segundo grado del conocimiento dejó expresado
con sus palabras y según su entender, los
términos en que quedó planteado el asunto
debatido que está sometido a su consideración,
atinente a los fundamentos sobre los cuales se
basa la oposición formulada a la práctica de la
medida innominada decretada por el a quo;
delimitándose a lo controvertido en el cuaderno
de medidas, sin tener la obligación de relacionar
lo que es objeto del juicio principal, como es la
demanda, la contestación y los alegatos
vinculantes de las partes, dado que la síntesis de
la controversia del cuaderno de medidas, se
circunscribe a lo debatido en este cuaderno y no
en el juicio principal, conforme a lo preceptuado
en el artículo 604 del Código de Procedimiento
Civil, razón por la cual, mal podría considerarse
infringido el artículo 243 ordinal 3° del Código
de Procedimiento Civil. En consecuencia, este
aspecto de la denuncia bajo análisis resulta
improcedente. Así se declara.
En torno al alegato de que la sentencia
definitiva debe arropar a la sentencia de la
incidencia cautelar, se observa lo dispuesto en
sentencia No1.153 de fecha 30 de septiembre de
2004, expediente No 03-1.204, de esta Sala que
dispuso:
 “...Ahora bien, respecto de la vía procesal
mediante la cual se deducen pretensiones de esta
naturaleza, la doctrina nacional y foránea la
asimila a un verdadero proceso, donde las partes
actúan bajo una perspectiva diferente y con un
objeto distinto del que constituye el juicio
principal; por ende, goza de los  atributos de
autonomía e independencia, aun cuando se halle
preordenado a la eficacia del eventual fallo
reconocedor del derecho del actor. En este
sentido, se ha expresado lo siguiente:
“...La solicitud de medida preventiva supone la
subsecuente sustanciación de un verdadero
juicio, en el cual existe una parte demandante,
una demanda y una pretensión; un demandado,
un juez, un objeto, una causa Petendi (sic) y un
thema decidendum distinto, o más exactamente
diríamos diverso, al del juicio principal. La
pretensión del solicitante es el aseguramiento del
resultado práctico de la ejecución forzosa, el
objeto del juicio son los bienes a afectar o
afectados por la medida y la causa de la
pretensión está representada por el peligro en 
la mora; por manera que el tema a decidir, no es
que sea contrario o ajeno al del juicio principal,
sino que se halla en una dimensión distinta a la
de éste. Ciertamente, el proceso preventivo es
esencialmente un juicio ejecutivo en cuanto solo
lo refiramos a la aprehensión de bienes... En
cambio, el juicio principal es un proceso de
conocimiento en el cual solo se persigue la
formación del mandato contenido en la sentencia
pasada a la autoridad de cosa juzgada; la
finalidad de la medida preventiva no es, pues, la
declaración; es el aseguramiento material y
efectivo de esa declaración. Tales disparidades
dejan ver la necesidad de una plena autonomía
de sustanciación...”. (Henríquez La Roche,
Ricardo: Medidas Cautelares según el Nuevo
Código de Procedimiento Civil; tercera edición,
Maracaibo 1988; pág. 172)...”.
 “...Apuntala lo antes expresado la autonomía y
urgencia con que el proceso cautelar debe
tramitarse, destinado como está a proteger al
demandante contra los efectos gravosos de la
demora del juicio y la posibilidad de que sea
inefectiva la sentencia del mérito de la
controversia. En efecto, el artículo 604 del
Código de Procedimiento Civil dispone que “Ni
la articulación sobre estas medidas, ni la que
origine la reclamación de terceros, suspenderán
el curso de la demanda principal, a la cual se
agregará el cuaderno separado de aquellas,
cuando se hayan terminado...”.
            De lo que se desprende que conforme a
lo estatuido en el artículo 604 del Código de
Procedimiento Civil, la tramitación del juicio
principal y de la incidencia cautelar que pueda
surgir, se tramitarán de forma independiente,
autónoma, uno en el cuaderno principal y la otra
en el cuaderno de medidas, por lo cual mal
puede la sentencia definitiva del cuaderno
principal arropar la resolución de lo discutido
en el cuaderno de medida, porque así
expresamente lo prohíbe la ley. Quedando claro
que la única forma en que se ve afectado el
cuaderno de medidas en cuanto a lo resuelto en
el juicio principal, es si el juicio principal se
concluye, dado que el cuaderno de medidas,
depende de la eficacia del mismo para su
subsistencia, porque si se extingue el juicio
principal la medida cautelar no tiene razón de
prolongarse, por cuanto las medidas cautelares
son decretadas para el aseguramiento del
resultado práctico de la ejecución forzosa, al ser
procedente la demanda.
En consecuencia, este aspecto de la
denuncia bajo análisis resulta improcedente. Así
se declara...” (Destacados de la sentencia
transcrita)
          Quedando claro del fallo antes citado,
que conforme a lo estatuido en el artículo 604
del Código de Procedimiento Civil, la
tramitación del juicio principal y de la
incidencia cautelar que pueda surgir, se
efectuará de forma independiente, autónoma,
uno en el cuaderno principal y la otra en el
cuaderno de medidas, por lo cual mal puede la
sentencia definitiva del cuaderno principal
arropar la resolución de lo discutido en el
cuaderno de medida, porque así expresamente lo
prohíbe la ley.
De igual forma, dejó establecido que la
única forma en que se vería afectado el cuaderno
de medidas en cuanto a lo resuelto en el juicio
principal, es si el juicio principal se concluye,
dado que el cuaderno de medidas depende de la
eficacia del mismo para su subsistencia, porque
si se extingue el juicio principal la medida
cautelar no tiene razón de prolongarse, por
cuanto las medidas cautelares son decretadas
para el aseguramiento del resultado práctico de
la ejecución forzosa, al ser procedente la
demanda...” Resaltado del Juzgado. (caso:
Inversiones Scott y Castillo C.A. contra René
Brillembourg Capriles y Otros).
 
 
Así las cosas, estima este Juzgado necesario dejar
sentado, que la sentencia dictada por la Sala
Constitucional citada por el solicitante no tiene
carácter vinculante, pues fue dictada para resolver un
caso concreto, que, además, es  distinto al que nos
ocupa.
 
Determinado lo anterior, se observa que en lo que
respecta a la sentencia dictada por la Sala de Casación
Civil del Tribunal Supremo de Justicia —criterio
anteriormente aplicado por este Juzgado, en decisión
de fecha 8.10.09, expediente N° 2008-0228—
subyacen las características o los atributos que tanto la
doctrina como la jurisprudencia le otorgan a las
incidencias cautelares, resaltando de ellas la autonomía
e independencia existente entre las actuaciones
realizadas en la pieza principal de un expediente y las
efectuadas en el cuaderno separado o de medidas del
mismo, hasta el punto que los actos procesales y
eventualidades que ocurran en uno, no influyen en la
tramitación del otro, garantizándose con ello el
derecho a la defensa de las partes, y el orden que debe
llevar toda causa durante su tramitación y 
sustanciación, obligado como está el órgano
jurisdiccional en salvaguardar las garantías
constitucionales referidas al debido proceso, defensa y
de igualdad entre las partes, las cuales corresponde
proteger en el decurso del mismo.
 
En el caso de autos el apoderado del ciudadano
Pedro Mezerhane Akl, solicitó —como antes se indicó
— que se aclare “…los días de Despacho que han
transcurrido desde que se inició EFECTIVA Y
REALMENTE el lapso de evacuación de pruebas en la
presente causa…” con fundamento en que la
representación de la sociedad mercantil Inmuebles La
Giralda C.A., realizó actuaciones en el Cuaderno de
Medidas  (que se tramita en la Sala y no en este
Juzgado) y, que por ello, debió computarse el inicio
del lapso de evacuación de pruebas desde esa
oportunidad; siendo ello así, resulta necesario a los
fines de resolver el tema, dejar establecido que el
apoderado de la sociedad mercantil antes mencionada,
no obstante que actuó en el Cuaderno de Medidas, no
se dio por notificado, ni realizó actuación procesal
alguna en la pieza principal del expediente, que se
sigue en este Juzgado, desde la fecha en que se
admitieron las pruebas promovidas, hasta el día 27 de
abril de 2010, oportunidad en la cual consignó
diligencia dándose expresamente por notificado de la
mencionada decisión, por lo cual esta Sustanciadora,
en atención a lo dispuesto en la aludida sentencia de la
Sala de  Casación  Civil —citada igualmente por los
apoderados del Municipio Chacao en su escrito de
oposición—, deja establecido que el lapso de
evacuación de pruebas en la presente demanda,
comenzó a discurrir —como se evidencia del cómputo
practicado por Secretaría— a partir del día 27 de abril
de 2010. Se desecha por tanto la solicitud de
declaratoria de notificación tácita de la sociedad
mercantil Inversiones La Giralda C.A. y así se declara.
 
Visto el pronunciamiento anterior, este Juzgado
acuerda notificar a los ciudadanos Alcalde del
Municipio Chacao del Estado Miranda y al Síndico
Procurador Municipal del Municipio Chacao del
Estado Miranda, de conformidad con lo previsto en el
artículo 152 de la Ley Orgánica del Poder Público
Municipal. Líbrese oficio y anéxense copias
certificadas de la presente decisión.   
 La Jueza,
 
       María Luisa Acuña
López                                
                                                                 
      El Secretario Int.,               
 
                                                            
Dionisio Enrique Breto Bretto
Exp. N° 2008-0066/io.
 

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