Está en la página 1de 1

Wolfgang vio en sus ojos desconfianza y una pizca de temor así que se apresuró a hablar.

–No te haré daño.

Su semblante no cambió en lo absoluto y ante los ojos de él parecía una pequeña niña a la que
sus padres le habían dicho que no hablara con desconocidos, entonces decidió tratarla como
tal.

–Yo… puedo ayudarte con eso. – señaló el libro que la chica apretaba contra su pecho.

Bajó su mirada al libro entre sus manos y regreso la vista hacia el chico; su mirada había
cambiado, aún seguía la desconfianza pero tal vez había despertado un poco de interés en ella.

–¿Quieres que te enseñe un poco?

Ella pareció dudarlo unos segundos pero después decidió adoptar la misma posición de antes
pero más alejada que el chico.

Wolfgang espero a que ella le diera permiso y cuando recibió la mirada expectante de la chica
se coloco en la misma postura que ella pero sin tocarla.

–Bien… soy alemán, mi inglés no es muy bueno pero puedo ayudarte.

–Ale…mán.

Wolfgang sonrió de lado cuando vio duda e interés en los ojos de la chica.

–Si, alemán.

La bicolor asintió con la cabeza y se alejó un poco más de Wolfgang.

–Hitler…malo.

El chico soltó un carcajada sonora.

Incluso una persona analfabeta lo cataloga de esa manera.

–¿Crees que soy malo?

–No.

Contestó ella sin dudar.

–¿Entonces…?

También podría gustarte