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HISTORIAS DE CRÍMENES AMERICANOS

Los delincuentes en los Estados Unidos de América son mucho más

lo mismo que los criminales en cualquier otro lugar. Mienten, engañan,

roban, portan armas, irrumpen en casas y asesinan personas.
A veces los atrapan, a veces no. Y algunos de ellos tienen pesadillas
por el resto de sus vidas.

Estas siete historias de reconocidos escritores estadounidenses nos

muestran las múltiples caras del crimen. Hay asesinatos de pasión y
de venganza; asesinatos que parecen suicidios o accidentes. Hay robo
y atraco, miedo y odio, amor y pereza. Hay inocentes y culpables, pero
¿cuáles son cuáles? Y están los detectives: los

la aficionada Louise, que no acepta que la muerte de su prima fue un

suicidio, y que va en busca de un pintalabios; y el detective privado
fríamente profesional, quién sabe quién está detrás de las
ametralladoras y las granadas de mano en una noche tormentosa en
Couffignal.

Comenzamos con Death Wish, con un hombre inclinado sobre el

puente Morrissey a altas horas de la noche, un hombre con oscuros
pensamientos suicidas en su mente. ..
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BIBLIOTECA BOOKWORMS DE OXFORD

Crimen y Misterio

Historias de crímenes estadounidenses

Etapa 6 (2500 palabras clave)

Editora de la serie: Jennifer Bassett

Editora fundadora: Tricia Hedge
Editores de actividades: Jennifer Bassett y Christine Lindop
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CONTADO POR JOH N ESCOTT

Historias de crímenes estadounidenses

PRENSA DE LA UNIVERSIDAD DE OXFORD

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OXFORD
PRENSA UNIVERSITARIA
Calle Gran Clarendo , Oxford 0x 2 6DP
Departamento de Prensa de la Universidad de Oxford de la Universidad de Oxford.
Promueve el objetiv o de excelencia de la Universidad en investigación,becas y
educación al publicar en todo el mundo en Oxford Nueva York CONTENIDO
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Delh i Shangha i Taipe i Toronto Con oficinas en Argentin a Austri a Brazi l
Chil e República Checa Francia Grecia Guatemal a Hungría Ital INTRODUCCIÓN i
y Japón Polan d Portuga l Singapur South Kore a
AGRADECIMIENTOS viii
Switzerlan d Thailan d Turke y Ucrania Vietnam OXFORD y OXFOR D ENGLIS
H a r m a rc a s reg istrad a s de Oxford University Pres sin el Reino Unido y en
ciertos o tros países
Deseo de muerte 1
bloque de lorenzo
Esta edición simple © Oxford University Press 2000
Los derechos morales del autor han sido afirmados Nochebuena 11
Base de datos derecha Oxford University Press (fabricante)
Primera publicación en Oxford Bookworm s 1996 stanley ellin
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nancy pickard
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El Guttin gof Couffignal 74
Typese tby Vvyvern Typesetting Ud , Brístol

Printe din Spai nby Unigra f SL Dashiel Hammett

Ilustrado por: Stephen Player El

editor ha hecho todo lo posible por ponerse en contacto con el titular de los derechos de autor GLOSARIO 103
, pero
de las fotografías que se reproducen en la portada de este título si elno he podido
titular 10 hacerlo.
de los derechos de
autor quisiera Póngase en contacto con los editores, los editores estarían encantados
una tarifa de pagar ACTIVIDADES: Antes de la lectura 106
reproducción adecuada.
ACTIVIDADES: Mientras lee 107
ACTIVIDADES : Después de la Lectura 110
SOBRE LOS AUTORES 115
ACERCA DE LOS GATILLOS DE LIBROS 117
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AGRADECIMIENTOS
Los editores agradecen a las siguientes personas por su amable permiso
para adaptar material protegido por derechos de autor:
Knox Burger Associates Ltd para Death Wish, copyright ©
Lawrence Block 1967,1993;
Curtis Brown Ltd por Death on Christmas Eve de Stanley Ellin;
La Agencia Literaria Robert Lantz-Joy Harris Inc para The
Eviscerado de Couffignal, copyright © The Estate of Dashiel
Hammet;
Agencia literaria Tanja Howarth para La heroína de Patricia
herrero;
La agencia literaria David Grossman para Ride the Lightning por
John Lutz, publicado por primera vez en El misterio de Alfred Hitchcock
Revista, copyright © 1984 por Davis Publications Inc;
Meredith Bernstein Literary Agency Inc para Lazy Susan de Nancy
Pickard;
Uli Rushby-Smith y Shirley Stewart para The Lipstick de Mary Roberts
Rinehart.
Los editores no han podido localizar a todos los titulares de los derechos de
autor de The Lipstick de Mary Roberts Rinehart, pero si se ponen en contacto
con ellos, estarán encantados de rectificar cualquier error u omisión lo antes
posible.
Deseo de muerte
BLOQUE LAWRENCE
El policía
mucho vioalque el auto La
respecto. se gente
detuvoaen el puente,
menudo perosus
detenía no autos
pensóen
demasiado.
el puente
a altas horas de la noche, cuando no había mucho tráfico. El puente estaba
sobre el profundo río que cortaba la ciudad en dos, y el centro del puente
proporcionaba la mejor vista de la ciudad.
A los suicidas también les gustó el puente. El policía no pensó en eso
hasta que vio al hombre salir del auto, caminar lentamente por el sendero
al borde y poner una mano en la barandilla. Había algo en esa figura
solitaria, algo en el gris de la noche, la niebla que salía del río. El policía lo
miró y maldijo, y se preguntó si podría llegar a él a tiempo.
No quería gritar ni hacer sonar el silbato porque sabía
qué impacto o sorpresa podría hacerle a un probable suicidio. Entonces el
hombre encendió un cigarrillo y el policía supo que tenía tiempo. Siempre
fumaban todo el último cigarrillo antes de llegar al límite.
Cuando el policía estuvo a diez metros de él, el hombre se giró, dio un
pequeño salto y luego asintió como si aceptara que el momento había
pasado. Parecía estar en la mitad de la treintena, alto con una cara alargada
y estrecha y cejas negras y espesas.
¿Mirando la ciudad? dijo el policía. Te vi aquí y pensé en venir a hablar
contigo. Puede sentirse solo a esta hora de la noche. Palpó sus bolsillos,
fingiendo buscar sus cigarrillos y no encontrarlos. ¿Tienes un cigarrillo de
repuesto? preguntó.
1
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Historias de crímenes estadounidenses
El hombre le dio un cigarrillo y se lo encendió. El policía le dio las
gracias al hombre y miró hacia la ciudad.
—Se ve bonito desde aquí —dijo—. Hace que un hombre se sienta en
paz consigo mismo.
'No ha tenido ese efecto en mí', dijo el hombre. 'Sólo estaba
pensando en las formas en que un hombre podría encontrar la paz por sí mismo.'
"Las cosas generalmente mejoran tarde o temprano, incluso si toma
un poco de tiempo", dijo el policía. Es un mundo duro, pero es lo mejor
que tenemos, y no vas a encontrar uno mejor en el fondo de un río.
El hombre no dijo nada durante mucho tiempo, luego tiró el cigarrillo
por encima de la barandilla y lo vio caer al agua. Se volvió hacia el
policía. 'Mi nombre es Edward Wright. No creo que lo hubiera hecho.
No esta noche.'
—¿Algo en particular que te moleste? dijo el policía. . algo
'No. . especial.'
'¿Has visto a un médico? Eso puede ayudar, ¿sabes?
'Eso dicen.'
¿Quieres tomar una taza de café? dijo el policía.
El hombre empezó a decir algo, luego cambió de opinión.
Encendió otro cigarrillo y exhaló una nube de humo. 'Estaré bien ahora',
dijo. Iré a casa, dormiré un poco. No he estado durmiendo bien desde
que mi esposa...
'Oh', dijo el policía.
'Ella murió. Ella era todo lo que tenía y, bueno, murió.
El policía le puso una mano en el hombro. Lo superará, señor
Wright. Tal vez creas que no podrás superarlo, que nada volverá a ser
igual, pero...
—Será mejor que me vaya a casa —dijo el hombre. Siento causar problemas.
Intentaré relajarme, estaré bien.
2 3
Deseo de muerte
El policía lo vio alejarse y se preguntó si debería haberlo llevado a
la comisaría. Pero si comenzaras a aceptar a todos los que pensaron
en suicidarse, nunca te detendrías. Volvió hacia el otro lado del puente.
Cuando llegó, sacó su libreta y anotó el nombre, Edward Wright. Para
que recordara a qué se refería el hombre, añadió, cejas grandes,
esposa muerta, pensó en saltar.
El psiquiatra se acarició la barba puntiaguda y miró al paciente.
'
.. . ya no vale la pena vivir', decía el hombre. Casi me suicido
anteanoche. Casi salté del puente Morrissey.
'¿Y?'
Llegó un policía. No habría saltado de todos modos.
'¿Por qué no?'
'No sé.'
La charla interminable de paciente y médico continuó. A veces, el
médico pasaba una hora entera sin pensar en nada, dando respuestas
automáticas pero sin escuchar realmente una palabra de lo que le
decían. Me pregunto, pensó, si les hago algún bien a estas personas.
Tal vez solo quieran hablar y necesiten alguien que los escuche.
Escuchó junto a un sueño. Casi todos sus pacientes le contaban
sus sueños, lo que molestaba al psiquiatra, que nunca recordaba haber
tenido un sueño propio. Escuchó este sueño, mirando de vez en
cuando su reloj y deseando que la hora terminara. Sabía que el sueño
indicaba un deseo decreciente de vivir, un desarrollo del deseo de
muerte y un deseo de suicidio que sólo el miedo impedía. ¿Pero por
cuánto tiempo?
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Historias de crímenes estadounidenses
Otro sueño. El psiquiatra cerró los ojos y dejó de escuchar. Cinco minutos
más, se dijo a sí mismo, y luego este tonto se iría.
El médico miró al hombre, vio las cejas pobladas, la expresión de culpa y miedo.
'Tengo que hacerme un lavado de estómago, doctor', dijo el hombre. '¿Puedes
hacerlo aquí o tenemos que ir a un hospital?'
'¿Que pasa contigo?'
'Pastillas.'
'¿Pastillas para dormir? ¿Cuántos te llevaste?
-Veinte -dijo el hombre-.
'Diez pueden matarte', dijo el doctor. '¿Cuánto tiempo hace que los tomaste?'
'Media hora. No, tal vez veinte minutos.
'Y luego decidiste no actuar como un tonto, ¿sí? 20
minutos. ¿Por qué esperar tanto?
Traté de enfermarme.
'¿No podrías hacerlo? Bueno, probaremos con la bomba de estómago', dijo el
médico.
Fue muy desagradable, pero finalmente el médico dijo: 'Vivirás'.
'Gracias doctor.'
No me des las gracias. Tendré que informar de esto.
Ojalá no lo hicieras. Yo soy . . . Estoy bajo el cuidado de un psiquiatra.
En realidad, fue más un accidente que otra cosa.
El médico enarcó las cejas. ¿Veinte pastillas? Será mejor que me pagues
ahora. No puedo arriesgarme a enviar facturas a personas que pueden ser
suicidas.
4 5
Deseo de muerte
"Esta es una buena arma por el precio", dijo el empleado. Pero por unos pocos
dólares más...
'No, esto será satisfactorio. Necesitaré una caja de balas.
El empleado le dio una caja. O tres cajas para...
'Sólo el único.'
El tendero abrió un libro. Tendrás que firmar allí, para mantener contenta a
la ley. Comprobó la firma cuando el hombre terminó de escribir. Se supone que
debo ver algo para identificarlo, señor Wright. ¿Puedo ver su licencia de
conducir? Revisó la licencia, comparó las firmas y anotó el número de licencia.
'Gracias,' dijo el hombre.
Gracias , señor Wright. Creo que le sacarás mucho partido a esa pistola.
'Estoy seguro de que lo haré.'
A las nueve de la noche, Edward Wright oyó sonar el timbre de la puerta trasera.
Bajó las escaleras, vaso en mano, terminó su bebida y se dirigió a la puerta. Era
un hombre alto con gruesas pieles negras.
Cejas. Miró hacia afuera, reconoció a su visitante y abrió la puerta.
Su visitante puso una pistola en el estómago de Edward Wright.
'Marca-'
—Invítame a pasar —dijo el hombre. Hace frío aquí.
'Mark, yo no...'
'En el interior.'
En la sala de estar, Edward Wright miró el arma y supo que iba a morir.
—Tú la mataste, Ed —dijo el visitante. 'Ella quería el divorcio.
No podías dejar que ella tuviera eso, ¿verdad? le dije que era
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Historias de crímenes estadounidenses Deseo de muerte

peligroso decirte que no eras más que un animal. Le dije que se

escapara conmigo y te olvidara, pero ella quería hacer lo correcto y tú
la mataste.
'¡Estás loco!'
Hiciste que pareciera un accidente, ¿no? ¿Cómo lo hiciste? Dímelo,
o esta pistola se dispara.
La golpeé. Wright miró el arma y luego al hombre. La golpeé un par
de veces, luego la tiré por las escaleras. No puedes ir a la policía con
esto, lo sabes. No pueden probarlo y no lo creerían.

"No iremos a la policía", dijo el hombre. 'Yo no fui a ellos al principio.

No sabían de un motivo para ti, ¿verdad? Podría haberles dicho un
motivo, pero no fui, Edward.
Siéntate en tu escritorio. Saca una hoja de papel y un bolígrafo.
Hay un mensaje que quiero que escribas.
'No puedes...'

'Escribe que no puedo seguir más. Esta vez no fallaré y firmaré con
tu nombre. Apoyó el arma en la nuca de la cabeza temblorosa de
Edward Wright.
—Te colgarán por ello, Mark.
'Suicidio, Edward.'
Nadie creerá que me suicidé, con o sin nota. Ellos
no lo creeré.
'Solo escribe la nota, Edward. Entonces te daré el arma y te dejaré Sólo escribe la nota.
hacer lo que debes hacer.
'Tú-' 'Date la vuelta, Edward.'
Sólo escribe la nota. No quiero matarte, Edward. deseo Se volvió y miró. El hombre se veía muy diferente. Se había puesto
que escribas la nota, y luego te dejo aquí.' cejas postizas y pelo postizo, y se había hecho algo en los ojos.
Wright no le creyó exactamente, pero el arma en su cabeza
le dejó pocas opciones. Escribió la nota y firmó con su nombre. '¿Sabes a quién me parezco ahora, Edward? me parezco a ti

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Historias de crímenes estadounidenses Deseo de muerte

No exactamente como tú, por supuesto, pero sí una buena imitación tuya. huellas dactilares del arma y puso las huellas dactilares de Wright en ella.
¿Tú… has estado fingiendo ser yo? ¿Pero por qué?' Dejó la nota encima del escritorio, puso la tarjeta comercial del psiquiatra
'Me acabas de decir que no eres del tipo suicida, Edward. Pero te en la billetera de Wright y el recibo del arma en el bolsillo de Wright.
sorprendería tu comportamiento reciente. Hay un policía que tuvo que
convencerte de que no saltaras del puente Morrissey. "No deberías haberla matado", le dijo al cadáver de Wright.
Está el psiquiatra que te ha estado viendo y oyendo hablar de suicidio. Ahí Luego, sonriendo en privado, salió por la puerta trasera y se adentró en la
está el médico que tuvo que hacer un lavado de estómago esta tarde. Fue noche.
de lo más desagradable. Me preocupaba que mi pelo postizo pudiera
resbalar, pero no fue así. Todas esas cosas que has estado haciendo,
Edward. Es extraño que no puedas recordarlos. ¡Te acuerdas! ¿Comprar
esta pistola esta tarde?
'YO- '

Lo hiciste, lo sabes. Hace solo una hora. Tenías que firmar para ello.
También tenía que mostrar su licencia de conducir.
'¿Cómo obtuviste mi licencia de conducir?'
'No lo hice. Yo lo creé. El hombre rió suavemente. No engañaría a un
policía, pero ningún policía lo vio. Sin embargo, engañó al empleado. ¿No
es del tipo suicida? Toda esa gente jurará que lo eres, Edward.

'¿Qué pasa con mis amigos? ¿La gente de la oficina?

Todos ayudarán. Comenzarán a recordar tus estados de ánimo. Estoy
seguro de que has estado actuando muy consternado e infeliz por su
muerte. Tenías que hacer el papel, ¿no? Nunca debiste haberla matado,
Edward. Yo la amaba, incluso si tú no lo hicieras. Deberías haberla dejado
ir, Edward.'
Wright temblaba de miedo. 'Dijiste que no ibas
para asesinarme. Ibas a dejarme con el arma...
'No creas todo lo que escuchas', dijo el hombre, y, muy rápidamente,
empujó el arma en la boca de Wright y le disparó.
Luego, arregló las cosas cuidadosamente, limpió su propia

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Muerte en Nochebuena
STANLEY ELLIN

De niño me había
bastante impresionado
nuevo entonces, ylabrillante
Casa Boerum . Fuenueva - un
con pintura
enorme edificio victoriano. Sin embargo, de pie frente a él esta víspera
de Navidad temprana, no pude encontrar ningún eco de esa impresión
juvenil. Ahora todo era de un gris deprimente, y las cortinas detrás de
las ventanas estaban corridas por completo, de modo que la casa
parecía presentar ojos que miraban ciegamente al transeúnte.
Cuando golpeé con fuerza mi bastón en la puerta, Celia abrió. —
Hay un timbre —dijo ella.
Todavía llevaba puesto el largo vestido negro, pasado de moda y
muy arrugado, que debía de ser de su madre, y se parecía más que
nunca a la vieja Katrin en sus últimos años: el cuerpo delgado y
huesudo, la línea fina y apretada de los labios, el pelo descolorido. tiró
hacia atrás lo suficientemente fuerte como para eliminar cada arruga
de su frente. Me recordó a una trampa de acero lista para cerrarse
sobre cualquiera que la tocara sin precaución.
Dije: 'Soy consciente de que el timbre no está conectado, Celia', y
pasé junto a ella hacia el pasillo. Cerró la puerta de un golpe y al
instante nos quedamos en la penumbra.
Extendí mi mano para encender la luz, pero Celia dijo bruscamente:
'¡Este no es momento para luces! Ha habido una muerte en esta casa,
lo sabes.
'Tengo buenas razones para saberlo', dije, 'pero tu actitud ahora
no me impresiona.

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Historias de crímenes estadounidenses
Era la esposa de mi hermano y me era muy querida.
Me acerqué a ella y apoyé mi bastón en su hombro.
'Celia', le dije, 'como abogada de tu familia, déjame darte un consejo. La
investigación ha terminado y usted ha sido absuelto. Pero nadie te creyó
entonces, y nadie lo hará nunca. Recuérdalo.'
Ella se alejó. ¿Es eso lo que has venido a decirme?
'Vine porque sabía que tu hermano querría verme
hoy dia. Te sugiero que te mantengas alejado mientras hablo con él.
¡Manténgase alejado de él usted mismo! ella lloró. Estuvo en la
investigación y los vio limpiar mi nombre. Dentro de poco se olvidará de
las cosas terribles que piensa de mí. Manténgase alejado de él para que
pueda olvidar.
Empecé a caminar con cautela por las oscuras escaleras, pero ella
me siguió. 'Oré', dijo, 'y me dijeron que la vida es demasiado corta para
el odio. Así que cuando venga a mí, lo perdonaré.
Llegué al final de las escaleras y casi me caigo sobre algo.
Maldije y luego dije: 'Si no vas a usar luces, al menos deberías mantener
el camino despejado'. ¿Por qué no sacas estas cosas de aquí?
-Son cosas de la pobre Jessie -dijo-. Listo para tirar. A Charlie le duele
ver algo de ella. Sabía que sería mejor tirarlos. La alarma llegó a su voz.
Pero no se lo dirás, ¿verdad?
Entré en la habitación de Charlie y cerré la puerta detrás de mí.
Las cortinas estaban corridas, pero la luz del techo me mostró que estaba
acostado en su cama con un brazo sobre sus ojos. Lentamente, se puso
de pie y me miró.
—Bueno —dijo por fin, señalando la puerta con la cabeza—, ella no
te dio ninguna luz mientras subías, ¿verdad?
12
Muerte en Nochebuena
'No', dije, 'pero conozco el camino'.
Ella se mueve mejor en la oscuridad que yo en la luz. Ella también
preferiría tenerlo así. De lo contrario, podría mirarse en un espejo y
asustarse por lo que vio. Soltó una breve carcajada.
Todo lo que sabes de ella ahora es cuánto amaba a Jessie y cuánto lo
siente. Quizá piense que si lo dice con suficiente frecuencia, la gente lo
creerá.
Dejé caer mi sombrero y bastón en la cama y puse mi abrigo al lado
de ellos. Luego saqué un cigarrillo y esperé a que encontrara un fósforo
para encenderlo. Su mano tembló violentamente.
Charlie era cinco años menor que Celia, pero al verlo entonces pensé
que parecía diez años mayor. Su cabello era tan rubio que era difícil ver
si se estaba poniendo canoso o no. No se había afeitado en varios días
y tenía enormes bolsas de color negro azulado debajo de los ojos. Me
miró fijamente, tirando indeciso de su bigote.
"Sabes por qué quería verte", dijo.
—Me lo puedo imaginar —dije—, pero preferiría que me lo dijeras.
"Es Celia", dijo. Quiero que ella reciba lo que se merece. No prisión.
Quiero que la ley se la lleve y la mate, y quiero estar allí para verlo.
—Estuviste en la investigación, Charlie —dije—. Tú viste lo que pasó.
Celia está absuelta y, a menos que se puedan presentar más pruebas,
sigue así.
¡Qué más pruebas necesita alguien! Estaban discutiendo violentamente
en lo alto de las escaleras. Celia arrojó a Jessie al fondo y la mató. Eso
es asesinato, ¿no?
Estaba cansado y me senté en el viejo sillón de cuero. 'Allá
no hubo testigos', dije.
"Escuché a Jessie gritar y la escuché caer", dijo, "y cuando
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Historias de crímenes estadounidenses
Salí corriendo y la encontré allí, escuché a Celia cerrar la puerta de golpe.
¡Ella empujó a Jessie!
Pero no viste nada . Y Celia dice que ella no estaba allí.
Como no fuiste testigo presencial, no puedes convertir en un asesinato lo que
podría haber sido un accidente.
Lentamente sacudió la cabeza. 'Realmente no crees eso', dijo. 'Porque si
lo haces, puedes salir ahora y nunca volver a acercarte a mí.'
No importa lo que yo crea. Te estoy diciendo la posición legal. ¿Qué pasa
con el motivo? ¿Qué tenía que ganar Celia con la muerte de Jessie? No hay
dinero ni propiedad de por medio.
Charlie se sentó en el borde de su cama. 'No', susurró, 'no hay dinero ni
propiedad en él. Soy yo. Primero, era la anciana con su problema cardíaco
cada vez que intentaba hacer algo por mí mismo. Luego, cuando murió y
pensé que era libre, era Celia. Ella nunca tuvo un esposo o un bebé, ¡pero me
tuvo a mí!
Es tu hermana, Charlie. Ella te ama.'
Se rió desagradablemente. Y ella no puede dejarme ir. Cuando lo recuerdo
ahora, todavía no puedo entender cómo lo hizo. Ella me miraba de cierta
manera y toda la fuerza salía de mí. Y fue así hasta que conocí a Jessie.. .
Recuerdo el día que
llevé a Jessie a casa y le dije a Celia que estábamos casados. Había una
mirada en sus ojos, la misma mirada que debe haber estado allí cuando
empujó a Jessie por las escaleras.
Le dije: 'Pero admitiste en la investigación que nunca la viste amenazar o
hacer algo para lastimar a Jessie'.
'¡Por supuesto que nunca vi! Pero Jessie andaba enferma del corazón
todos los días sin decir una palabra, lloraba en la cama todas las noches y no
me decía por qué. Yo sabía lo que estaba pasando.
Hablé con ella y hablé con Celia, y las dos simplemente se sacudieron.
14
Muerte en Nochebuena
sus cabezas. Pero cuando vi a Jessie tirada allí, no me sorprendió en absoluto.
—No creo que sorprenda a nadie que conozca a Celia —dije—, pero eso
no es una prueba.
Golpeó su mano contra su rodilla. '¿Que puedo hacer? Eso es lo que
necesito que me digas. Toda mi vida nunca he hecho nada por ella. Y eso es
lo que ella espera ahora: que no haga nada y que ella se salga con la suya.
Se puso de pie y miró fijamente a la puerta, luego a mí. 'Pero puedo hacer
algo', susurró. '¿Sabes que?'
Me levanté frente a él y negué con la cabeza. 'Sea lo que seas
pensando, olvídalo de tu mente', le dije.
'No me confundas', dijo. Sabes que puedes salirte con la tuya si eres tan
listo como Celia. ¿No crees que soy tan inteligente como Celia?
Sostuve sus hombros. —¡No hables así, Charlie!
Él se alejó. Sus ojos brillaban y sus dientes se mostraban detrás de sus
labios. '¿Qué tengo que hacer?' gritó. '¿Olvidar todo ahora que Jessie está
muerta y enterrada? ¿Quedarme aquí sentada hasta que Celia se canse de
tenerme miedo y también me mate?
—No has salido de esta casa desde la investigación —dije—.
Ya era hora de que salieras.
¡Y que todo el mundo se ría de mí! él dijo.
—Al Sharp dijo que algunos de tus amigos estarían en su bar esta noche
y que le gustaría verte allí —dije. Ése es mi consejo, para lo que sea que valga.
—No vale nada —dijo Celia. La puerta se había abierto y ella estaba allí,
con los ojos entrecerrados contra la luz de la habitación. Charlie se volvió
hacia ella.
¡Te dije que nunca entraras en esta habitación! él dijo.
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Historias de crímenes estadounidenses Muerte en Nochebuena

Él la miró, asombrado. ¡Celia, dime que no lo dices en serio! Solo el hipócrita

más negro vivo o un loco podría decir lo que acabas de decir, y decirlo en serio.

'¡Loco!' ella lloró. ¿Te atreves a usar esa palabra? Encerrado en tu

habitación, hablando solo. Se volvió hacia mí de repente. Has hablado con él.
Es posible-?'
—Está tan cuerdo como tú, Celia —dije—.
Entonces sabe que no debería beber en los bares en un momento como este.

¿Cómo pudiste pedirle que lo hiciera?

'Si no te estuvieras preparando para tirar las cosas de Jessie, Celia,'
Dije: 'Me tomaría esa pregunta en serio'. Fue algo peligroso de decir, e
inmediatamente me arrepentí. Antes de que pudiera moverme, Charlie pasó
junto a mí y sostenía los brazos de Celia con fuerza.
¿Te atreviste a entrar en su habitación? gritó, sacudiéndola.
Y al obtener una respuesta inmediata de su rostro, dejó caer sus brazos como
si estuvieran al rojo vivo y se quedó allí con la cabeza gacha. ¿Dónde están sus
cosas?
Por las escaleras, Charlie. Todo está allí.
Salió de la habitación y Celia se volvió para mirarme.
Había un odio tan terrible en su rostro que desesperadamente quería salir de
esa casa. Tomé mis cosas de la cama, pero ella se paró frente a la puerta.
'¿Tuviste tu oído en la puerta el tiempo
suficiente para escuchar todo lo que dije?'
¿Ves lo que has hecho? dijo en un susurro áspero.

Su rostro permaneció en calma. No estoy en eso. vine a decirte que 'Ahora tendré que empacarlos todos de nuevo, solo por tu culpa.

tu cena está lista. ¡Viejo tonto! Deberías haber estado tú con ella cuando yo…

Dio un paso amenazante hacia ella. '¿Tuviste tu oído en la puerta el tiempo Dejé caer mi bastón bruscamente sobre su hombro. —Como tu abogada,

suficiente para escuchar todo lo que dije?' preguntó. Celia —dije—, te aconsejo que hables sólo mientras duermes, cuando no

¿O se lo repito? puedas hacerte responsable de lo que dices.

"Escuché una invitación para ir a beber mientras esta casa todavía está de Ella no dijo más, pero me aseguré de que se mantuviera a salvo en el frente.

luto", dijo, "y me opongo a eso". de mí hasta que estuve en la calle otra vez.

dieciséis
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Historias de crímenes estadounidenses Muerte en Nochebuena

Estaba a solo unos minutos a pie del bar de Al Sharp, y estaba agradecido por el
aire limpio de invierno en mi cara. Al estaba solo detrás de la barra, limpiando
vasos.
'Feliz Navidad', dijo, y puso una botella de aspecto cómodo y dos vasos en la
barra. Te estaba esperando. Al sirvió dos bebidas. Bebimos y él se inclinó sobre
la barra.
¿Acabas de venir de allí?
'Sí, he dicho.
¿Ves a Charlie?
—Y Celia —dije—.
—Yo también la he visto cuando pasa de compras —dijo—. 'Corre con la
cabeza gacha, como si algo la persiguiera. Y supongo que lo es.
respuestas Así es como supe que estarías aquí ahora hablando conmigo sobre
eso.'
Todavía podía oler la humedad de la casa y sabía que me llevaría días
quitarla de la ropa.
"Este es un día que me gustaría sacar del año de forma permanente",
Yo dije.
'Y déjalos solos con sus problemas', estuvo de acuerdo Al.
'No están solos', dije. Jessie está con ellos. Jessie siempre estará con ellos
hasta que esa casa y todo lo que hay en ella desaparezca.
Al frunció el ceño. Es lo más extraño que ha pasado en este pueblo. La casa
toda negra, ella corriendo por las calles como algo acosado, él tirado allí en esa
habitación con solo las paredes para mirar, ¿por cuánto tiempo? ¿Cuándo fue
que Jessie tuvo esa caída?

—Supongo que ella también lo es —dije—. Moviendo un poco los ojos pude ver mi rostro en el espejo detrás de Al: rojo,
¿Le dijiste a Charlie que me gustaría verlo alguna vez? con profundas arrugas, un poco asombrado. «Veinte años», me oí decir. Hace
'Sí, he dicho. '¡Le dije!' justo veinte años esta noche.
'¿Que dijo el?'
'Ninguna cosa. Celia dijo que estaba mal que viniera aquí mientras
estaba de luto.
Al silbó suavemente y movió un dedo en círculos en su frente en un silencioso
'¡loco!'. 'Dime', dijo, '¿crees que es seguro que estén solos juntos? Tal como
están las cosas, tal como se siente Charlie, podría haber más problemas allí.

—Parecía así durante un rato esta noche —dije—. 'Pero entonces

calmado.'

'Hasta la próxima vez', dijo Al.

'Allí estaré', dije.
Al me miró y negó con la cabeza. 'Nada cambia en esa casa', dijo. 'Así es
como puedes resolver todos los

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la heroína
PATRICIA HIGHSMITH

La niña estaba tan segura de que conseguiría el trabajo que había venido
a Westchester con su maleta. Estaba sentada en la sala de estar de la
casa de los Christiansens, luciendo, con su sencillo abrigo azul y sombrero,
incluso más joven que sus veintiún años.
—¿Ha trabajado antes como institutriz? preguntó Christiansen. Se sentó
al lado de su esposa en el sofá. 'Cualquier referencia, yo
¿significar?'

Fui criada en la casa del señor Dwight Howell en Nueva York durante
los últimos siete meses. Lucille lo miró con ojos grises repentinamente muy
abiertos. 'Podría obtener una referencia de allí si quieres. . . Pero
cuando vi su anuncio esta mañana, no quise esperar. Siempre he querido
un lugar donde haya niños.
La señora Christiansen sonrió ante el entusiasmo de la niña y dijo:
'Podemos llamarlos por teléfono, por supuesto... ¿Qué dices, Ronald?
Querías a alguien a quien realmente le gustaran los niños. . .'
Y quince minutos después, Lucille Smith estaba de pie en su habitación
de la casa de los criados, en la parte trasera de la casa grande, poniéndose
su nuevo uniforme blanco.
«Estás empezando de nuevo, Lucille», se dijo en el espejo.
Vas a olvidar todo lo que pasó antes.
Pero sus ojos se abrieron demasiado como para negar sus palabras. Se
parecían a los de su madre cuando se abrían así, y su madre era parte de
lo que debía olvidar.
Sólo había unas pocas cosas para recordar. Algunos hábitos tontos,

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Historias de crímenes estadounidenses
como quemar pedazos de papel en ceniceros, olvidando el tiempo a veces,
pequeñas cosas que mucha gente hacía, pero que ella debía recordar no
hacer. Con la práctica recordaría, porque era como las demás personas (¿no
se lo había dicho el psiquiatra?).
Miró hacia el jardín y el césped que había entre la casa de los sirvientes
y la casa grande. El jardín era más largo que ancho y había una fuente en el
centro. ¡Era un hermoso jardín! Y árboles tan altos y juntos que Lucille no
podía ver a través de ellos, y no tenía que admitir o creer que había otra
casa en algún lugar más allá. ..
La casa Howell en Nueva York, alta y muy ornamentada, parecía un viejo
pastel de bodas en una fila de otros viejos pasteles de boda.
¡La casa de Christiansen era amistosa y viva! ¡Había niños en él! Gracias
a Dios por los niños. Pero ella ni siquiera había
los conocí todavía.
Se apresuró a bajar las escaleras y se dirigió a la casa grande.
¿Cuánto habían acordado pagarle los Christiansens? No podía recordar y
no le importaba. Habría trabajado gratis solo para vivir en un lugar así.
La señora Christiansen la llevó arriba, a la guardería, donde los niños
yacían en el suelo entre lápices de colores y libros ilustrados.
'Nicky, Heloise, esta es su nueva enfermera', dijo su madre.
Su nombre es Lucille.
El niño se puso de pie y dijo: '¿Cómo estás?'
—Y Heloise —dijo la señora Christiansen, mientras llevaba al segundo
niño, que era más pequeño, hacia Lucille.
Heloise miró fijamente y dijo: '¿Cómo estás?'
Nicky tiene nueve años y Heloise seis.
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la heroína
Lucille no podía apartar los ojos de ellos. Eran los hijos perfectos de su
casa perfecta. La miraron con ojos curiosos, confiados, cariñosos.
La señora Christiansen alisó el cabello de la niña con una delicadeza
amorosa que fascinó a Lucille. —Ya es hora de que almuercen —dijo—.
Comerás aquí arriba, Lucille.
Lisabeth se levantará con el almuerzo en unos minutos. Se detuvo en la
puerta. No estás nerviosa por nada, ¿verdad, Lucille?
-Oh, no, señora.
'Bueno, no debes serlo.' Parecía a punto de decir algo más, pero solo
sonrió y salió.
Lucille se quedó mirándola, preguntándose qué podría haber sido ese
algo más.
"Eres mucho más bonita que Catherine", le dijo Nicky.
'Catherine fue nuestra enfermera antes. Volvió a Escocia.
No nos gustaba Catherine.
-No -dijo Eloísa-. No nos gustaba Catherine.
Nicky miró a su hermana. No deberías decir eso. ¡Eso es lo que dije!'
Lucila se rió. Entonces Nicky y Heloise también se rieron.
Entró una criada con el almuerzo y lo puso en la mesa del centro.
de la habitación. —Soy Lisabeth Jenkins, señorita —dijo con timidez.
'Mi nombre es Lucille Smith,' dijo la chica.
'Si necesitas algo, solo grita', dijo la criada.
Había tres tortillas y un poco de sopa de tomate. El café de Lucille estaba
en una jarra de plata y los niños tenían dos vasos grandes de leche.
Fue maravilloso estar con estos niños. Siempre había sido torpe en la
casa de los Howell, pero aquí no importaría
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Historias de crímenes estadounidenses
si se le cae un plato o una cuchara. Los niños solo se reirían.
Lucille bebió un poco de su café, pero la taza se deslizó y ella
derramó parte del café en el paño.
'¡Cerdito!' rió Eloísa.
¡Eloísa! dijo Nicky, y fue a buscar algunas toallas de papel
del baño
Limpiaron juntos.
'Papá siempre nos da un poco de su café', dijo Nicky, mientras se
sentaba de nuevo.
Lucille se había estado preguntando si los niños mencionarían que ella
le derramó el café a su madre. Ella sintió que Nicky le estaba ofreciendo
un soborno. '¿El?' ella preguntó.
—Echa un poco en nuestra leche —prosiguió Nicky—.
'¿Me gusta esto?' Lucille sirvió un poco en cada vaso.
¡Los niños jadearon de placer! '¡Sí!'
Catherine no nos daría café, ¿verdad, Heloise? dijo Nicky.
'¡No ella!' Heloise tomó un largo y delicioso trago.
Un sentimiento feliz surgió dentro de Lucille. A los niños les gustaba,
no había duda de eso.
Recordaba ir a los parques públicos de la ciudad, durante los tres años
que había trabajado como empleada doméstica en diferentes casas, solo
para sentarse y ver jugar a los niños. Pero por lo general habían sido
sucios y habían usado malas palabras. Una vez había visto a una madre
golpear a su propio hijo en la cara. Lucille recordó cómo había corrido
lejos en el dolor y el horror.
'¿Por qué tienes esos ojos tan grandes?' exigió Eloísa.
Lucille saltó. "Mi madre también tenía ojos grandes", dijo.
deliberadamente, como si confesara.
Su madre llevaba muerta tres semanas, pero parecía
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la heroína
mucho mas largo. Eso fue porque estaba olvidando toda la esperanza de
los últimos tres años mientras esperaba que su madre se recuperara.
Pero ¿recuperar a qué? La enfermedad era algo aparte, algo que había
matado a su madre. Había sido estúpido esperar que su madre recuperara
la cordura, cosa que nunca había hecho.
Incluso los médicos le habían dicho eso. Y le habían contado otras cosas,
sobre ella misma. Cosas buenas, alentadoras; que estaba tan cuerda
como lo había estado su padre.
'No has terminado de comer,' dijo Nicky.
—No tenía mucha hambre —dijo Lucille.
—Podríamos ir al cajón de arena ahora —sugirió. 'Deseo
que veas nuestro castillo.
La caja de arena estaba en la esquina trasera de la casa. Lucille se
sentó en el borde de madera de la caja y observó mientras los niños
construían su castillo de arena.
¡Soy la joven reina y estoy prisionera en el castillo! eloísa
gritó.
—¡Sí, y yo la rescataré, Lucille! gritó Nicky.
Cuando el castillo estuvo terminado, Nicky colocó seis pequeñas
piedras de colores en el interior. "Estos son los buenos soldados", dijo.
También están prisioneros en el castillo. Eloísa consiguió más piedras
pequeñas del jardín. Ella iba a ser el ejército del castillo, así como la reina.
A medida que avanzaba el juego, Lucille se encontró deseando que
algo realmente peligroso le sucediera a Heloise, para poder demostrar su
gran coraje y lealtad. Ella misma resultaría gravemente herida, tal vez con
una bala o un cuchillo, pero rechazaría al atacante. Entonces los
Christiansens la amarían.
y tenla siempre con ellos.
'¡Oo-ow!'
Era Eloísa. Nicky había empujado uno de sus dedos contra
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Historias de crímenes estadounidenses
el borde de la caja mientras luchaban por conseguir la misma piedra pequeña.
Lucille se alarmó al ver la sangre y temió que Lisabeth o la señora
Christiansen pudieran verla. Llevó a Heloise al baño al lado de la guardería y
le lavó suavemente el dedo. Era solo un pequeño rasguño, y Heloise pronto
detuvo sus lágrimas.
'¡Mira, es solo un pequeño rasguño!' Lucille dijo, pero se dijo para calmar
a los niños. Para Lucille no fue un pequeño rasguño. Fue
un terrible desastre que no había podido evitar. ¡Y en su primera tarde!
Eloísa sonrió. No castigues a Nicky. No fue su intención hacerlo. Y salió
corriendo del baño y saltó a su cama.
'Tenemos que dormir nuestra tarde ahora,' le dijo a Lucille.
'Adiós.'
—Adiós —respondió Lucille, y trató de sonreír.
Bajó a buscar a Nicky y, cuando volvieron a subir, la señora Christiansen
estaba en la puerta del cuarto de los niños.
El rostro de Lucille se puso blanco. —No creo que sea malo, señora. Eso -
es un rasguño de la caja de arena.
¿El dedo de Eloísa? Oh, no te preocupes, querida. Siempre están
recibiendo pequeños rasguños. Nicky, querido, debes aprender a ser más
amable. ¡Mira cómo asustaste a Lucille! Ella se rió y le revolvió el pelo.
Mientras los niños dormían, Lucille miró uno de sus libros de cuentos. El
médico del hospital la había animado a leer, recordó, y le había dicho que
también fuera al cine.
'Quédate con gente normal y olvídate de las dificultades de tu madre...'
Y el psiquiatra había dicho: 'No hay ninguna razón por la que no debas ser
tan normal como lo fue tu padre. Consigue un trabajo fuera
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la heroína
la ciudad - relajarse, disfrutar de la vida. Olvida incluso la casa en la que vivía tu
familia. Después de un año. . .'
Eso también fue hace tres semanas, justo después de que su madre
muriera. Y lo que había dicho el médico era cierto. En esta casa, donde había
paz y amor, belleza e hijos, olvidaría para siempre el rostro de su madre.
Con un pequeño grito ahogado de alegría, apretó la cara contra las páginas
del libro de cuentos, con los ojos medio cerrados. Lentamente se balanceó
hacia adelante y hacia atrás en la silla, consciente de nada más que de su
propia felicidad.
'¿Qué estás haciendo?' preguntó Nicky, cortésmente curioso.
Lucille se quitó el libro de la cara. Ella sonrió como una niña feliz pero
culpable. '¡Leer!' ella rió.
Nicky también se rió. ¡Has leído muy de cerca!
—Sí, sí —dijo Heloise, que también se había sentado—.
Nicky se acercó y miró el libro. Nos levantamos a las tres. ¿Nos leerías
ahora? Catherine siempre nos leía hasta la cena.
Lucille se sentó en el suelo para que pudieran ver las imágenes mientras
leía. Leyó durante dos horas y el tiempo pasó. Poco después de las cinco,
Lisabeth trajo la cena, y cuando la comida terminó, Nicky y Heloise exigieron
más lectura hasta la hora de acostarse.
Lucille comenzó con gusto otro libro, pero Lisabeth vino a decir que era hora
del baño de los niños y que la señora Christiansen se levantaría para dar las
buenas noches en un rato.
Cuando los niños estuvieron en la cama, Lucille bajó las escaleras con la
señora Christiansen.
¿Va todo bien, Lucille?
'Si señora. Excepto. . . ¿Puedo subir una vez por la noche para ver si los
niños están bien?
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Historias de crímenes estadounidenses
—Ese es un pensamiento muy amable, Lucille, pero realmente no es
necesario.
Lucila se quedó en silencio.
'Me temo que las tardes te van a parecer largas. Si alguna vez quieres ir al
cine de la ciudad, Alfred, ese es el chófer, estará encantado de llevarte en el
coche.
'Gracias señora.'
Entonces, buenas noches, Lucille.
Lucille salió por la parte de atrás y cruzó el jardín. Cuando abrió la puerta,
deseó que fuera la puerta del cuarto de los niños; que era de mañana y hora de
empezar otro día.
Qué bien, pensó mientras apagaba la luz, sentirse agradablemente cansada
(aunque sólo eran las nueve) en lugar de no poder dormir por pensar en su
madre o preocuparse por sí misma. Recordó un día no hace mucho cuando
durante quince minutos no había sido capaz de pensar en su nombre. Había
corrido asustada al médico.
¡Eso fue pasado! Incluso podría pedirle a Alfred que le compre algunos
cigarrillos, un lujo que se había negado a sí misma durante meses.
El segundo día fue como el primero, excepto que no tenía la mano raspada,
y también lo fueron el tercero y el cuarto. Lo único que cambió fue el amor de
Lucille por la familia. Un amor que se hacía más grande cada día.
El sábado por la noche encontró un sobre dirigido a ella
en la casa de los sirvientes. Adentro costaba $20.
No significaba nada para ella. Para usarlo tendría que ir a las tiendas donde
había otras personas. ¿De qué le servía el dinero si nunca iba a dejar la casa
de los Christiansen? En un año tendría $1040 y en dos años $2080.
Eventualmente ella tendría tanto como los Christiansens, y
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la heroína
eso no estaría bien.
¿Pensarían que era muy extraño si ella pidiera trabajar para
¿ninguna cosa? ¿O por $10 tal vez?
Fue a ver a la señora Christiansen a la mañana siguiente.
—Se trata de mi sueldo, señora —dijo—. 'Es demasiado para mí.'
La señora Christiansen pareció sorprendida. ¡Eres una chica divertida,
Lucille! Quieres estar con los niños día y noche. Siempre estás hablando de
hacer algo "importante" para nosotros. ¡Y ahora tu paga es demasiado! Ella rió.
—¡Ciertamente eres diferente, Lucille!
Lucille escuchaba atentamente. '¿Cómo quieres decir diferente,
¿señora?'
—Te lo acabo de decir, querida. Y me niego a pagarte menos porque sería
tratarte mal. De hecho, si alguna vez quieres más...
'¡Oh, no, señora! Pero desearía que hubiera algo más que pudiera
hacer por ti y por los niños. Algo más grande...
—Tonterías, Lucille —interrumpió la señora Christiansen—. 'Señor
Christiansen y yo estamos muy contentos contigo.
'Gracias señora.'
Lucille volvió a la guardería donde jugaban los niños. La señora Christiansen
no entendió. Si tan solo pudiera explicar acerca de su madre, y su miedo a sí
misma durante tantos meses, cómo nunca se había atrevido a fumar ni siquiera
un cigarrillo, y cómo el solo hecho de estar con la familia en esta hermosa casa
la había hecho sentir bien de nuevo. ..
Esa noche se sentó en su habitación con la luz encendida hasta pasadas
las doce. Ahora tenía sus cigarrillos y se permitía sólo las tres de la tarde, pero
incluso estos eran suficientes para relajar su mente, para hacerla soñar con ser
una heroína. y cuando el
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Historias de crímenes estadounidenses
Rompió en pedacitos el billete de $20 y los echó al fuego.
se fumaron tres cigarrillos y le hubiera gustado otro, los guardó en el cajón de
arriba para que no la tentaran.
Se fijó en el billete de $20 que le habían dado los Christiansen. Cogió una
cerilla, la encendió y apoyó el extremo encendido contra el lateral del cenicero.
Lentamente, encendió el resto de los fósforos, uno tras otro, e hizo un fuego
diminuto y bien controlado. Cuando se quemaron todos los fósforos, rompió en
pedazos el billete de $20 y los echó al fuego.
30
la heroína
La Sra. Christiansen no entendió, pero si vio esto, podría. Pero esto no fue
suficiente. El servicio leal tampoco era suficiente. Cualquiera daría eso, por dinero.
Ella era diferente.
La señora Christiansen había dicho eso. Lucille recordó qué más
La Sra. Christiansen había dicho: 'El Sr. Christiansen y yo estamos muy
complacidos con usted'. Lucille sonrió ante el recuerdo. Se sentía maravillosamente
fuerte y feliz. Sólo una cosa faltaba en su felicidad. Tenía que probarse a sí misma
en una crisis.
Se movió nerviosamente por la habitación.
Si tan solo hubiera una inundación .. . Se imaginó el agua subiendo más y
más alto alrededor de la casa, hasta que casi se precipitó en el vivero. Rescataría
a los niños y nadaría con ellos hasta un lugar seguro.
O si hubiera un terremoto .. . Se precipitaba entre las paredes que caían y
sacaba a los niños. ¡Quizás regresaría por algo pequeño, uno de los juguetes de
Nicky, y la matarían!
Entonces los Christiansens sabrían cuánto los amaba.
De si hubiera un incendio. . . Los incendios eran cosas comunes. Podría
haber un terrible incendio solo por la gasolina que había en el
garaje . ..
Bajó las escaleras, por la puerta que daba al garaje. El tanque de gasolina
tenía un metro de alto y estaba completamente lleno. A pesar de su peso, lo sacó
del garaje y lo hizo rodar por el jardín, sin hacer ruido sobre la hierba. Las
ventanas estaban oscuras, pero incluso si hubiera habido luces, Lucille no se
habría detenido. Ni si el propio señor Christiansen hubiera estado de pie junto a
la fuente, porque probablemente ella no lo habría visto.
Derramó un poco de gasolina en una esquina de la casa, hizo rodar más el
tanque y vertió un poco más. Siguió así hasta que llegó a la esquina más alejada.
Luego encendió un fósforo y caminó
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Historias de crímenes estadounidenses
retrocedió por donde había venido, tocándolo contra los lugares húmedos.
"Sin mirar atrás, fue a pararse junto a la puerta de la casa de los sirvientes
para mirar.
Al principio las llamas eran pálidas y ansiosas, luego se volvieron
amarillas con toques de rojo. Lucille empezó a relajarse. Dejaría que las
llamas crecieran, incluso hasta la ventana del cuarto de los niños, antes
de precipitarse, para que el peligro fuera mayor.
Una sonrisa apareció en su boca, y su rostro estaba brillante a la luz
del fuego. Cualquiera que la viera allí sin duda habría pensado que era
una mujer joven y hermosa.
Había encendido el fuego en cinco lugares, y ahora se arrastraba por
la casa como los dedos de una mano, cálido y suave. Lucille sonrió, pero
se obligó a esperar.
De repente, el tanque de gasolina, habiéndose calentado demasiado,
explotó con un sonido como de un arma enorme e iluminó todo el jardín
por un instante.
Como si esta fuera la señal que había estado esperando, Lucille avanzó
con confianza.
monta el relámpago
JUAN LUTZ
Una sábana de lluvia atravesó
Los relámpagos formaronPlacid Covecomplicado
un patrón Trailer Park.
en el cielo nocturno.
Nudger sostuvo su paraguas contra el viento mientras caminaba y sacó
un papel de su bolsillo para verificar la dirección del tráiler que estaba
tratando de encontrar. Finalmente, encontró el número 307 y llamó a la
puerta de metal.
—Soy Nudger —dijo cuando se abrió la puerta.
La mujer en la entrada lo miró fijamente. La lluvia soplaba, dejando
marcas húmedas en su vestido azul pálido y alborotando su cabello rubio.
Era alta pero muy delgada. Al principio parecía tener unos doce años, pero
una segunda mirada mostró que tenía veintitantos años. Tenía ojos azules,
una boca grande y dientes superiores que descansaban sobre su labio
inferior cuando no estaba hablando.
—Esta lluvia es terrible —dijo por fin, como si viera más allá de Nudger
por primera vez.
—Lo es —asintió Nudger—. Y está lloviendo sobre mí.
Todo su cuerpo dio un rápido y nervioso movimiento mientras sonreía
para disculparse. Soy Holly Ann Adams, señor Empujador. Y sí, te estás
mojando. Adelante.'
El remolque era pequeño y estaba repleto de muebles baratos.
Gritos y risas provenían de un programa en un pequeño televisor en
blanco y negro, que estaba en una mesa diminuta cerca de un sofá gastado.
El aire olía a comida que había sido frita demasiado tiempo.
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Historias de crímenes estadounidenses
Holly Ann movió una pila de revistas de una silla. Nudger dobló su paraguas
y se sentó. Empezó a hablar, luego volvió a sentir el mismo movimiento nervioso,
como si hubiera recordado algo, se acercó y apagó la televisión.
¿Eres un verdadero detective privado? ella dijo.
—Lo soy —dijo Nudger—. '¿Alguien me recomendó a usted,
¿Señorita Adams?
Saqué tu nombre de la guía telefónica. y si te vas
para trabajar para mí, puede ser Holly Ann sin los Adams.'
—Excepto en el cheque —dijo Nudger.
Sonrió con la sonrisa malvada de una niña de doce años. 'Oh, claro, no te
preocupes por eso. Ya te hice un cheque, solo tengo que completar el monto.
Eso es si aceptas aceptar el trabajo. Puede que no.'
'¿Por qué no?'
Tiene que ver con mi prometido, Curtis Colt.
Durante unos segundos, Nudger escuchó la lluvia que golpeaba el techo y
luego dijo: —¿El Curtis Colt que van a ejecutar la próxima semana?
'Ese es. Pero él no mató a esa mujer de la licorería, y eso es un hecho. No
está bien que tenga que montar el relámpago.
'¿Montar el relámpago?'
Así llaman los presos a morir en la silla eléctrica. Curtis
no pertenece a él, y puedo probarlo.
—Es un poco tarde para ese tipo de conversación —dijo Nudger—. ¿O
prestó declaración a favor de Curtis en el tribunal?
'No, no podría. Todos esos abogados y el juez y el jurado ni siquiera saben
de mí. Curtis no quería que lo supieran, así que
34
monta el relámpago
nunca les dije.
—Háblame de Curtis Colt —dijo Nudger. Dame los detalles.
—Bueno, dicen que Curtis estaba dentro de la licorería, robándola.
Él y su compañero habían robado en otros tres lugares esa noche, pero eran
gasolineras. El anciano dueño de la tienda salió de la trastienda y vio a su
esposa con las manos en alto y a Curtis apuntándola con un arma. Se volvió
loco y corrió hacia Curtis, y Curtis tuvo que dispararle. Entonces la mujer se
volvió loca y
corrió hacia Curtis, y Curtis le disparó. Ella murió. El anciano vivirá, pero no
puede hablar ni alimentarse por sí mismo.
Nudger recordó ahora. Curtis Colt había sido declarado culpable de asesinato.
Y debido a que la ley ahora había decidido dejar de usar gas venenoso para
ejecutar personas, sería el primer asesino en morir en la silla eléctrica en más
de veinticinco años.
—Van a dispararle a Curtis hasta llenarlo de electricidad el próximo sábado,
señor Nudger —dijo Holly Ann. Sus grandes ojos azules miraron a Nudger.
Tengo pesadillas al respecto. Luego me quedo despierto, pensando.
Solo tengo que hacer lo que quede para tratar de ayudar a Curtis.
Nunca atraparon al socio de Curtis, el conductor que se alejó y lo dejó en
esa gasolinera, ¿verdad? preguntó Nudger.
'No. Y Curtis nunca diría quién era el conductor.
Pero ya sabes quién conducía el coche.
'Sí. Y me dijo que él y Curtis estaban a millas de distancia de esa licorería
cuando la robaron. Cuando vio que la policía entraba en esa gasolinera donde
Curtis estaba comprando cigarrillos, salió rápido de allí. Los polis ni siquiera
consiguieron el número de matrícula del coche.
Nudger se pasó la mano por la barbilla y observó a Holly Ann. El jurado
pensó que Curtis disparó al anciano ya la mujer deliberadamente, a sangre fría.
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Historias de crímenes estadounidenses

monta el relámpago

'¡Eso no es cierto! No de acuerdo con…' Se detuvo.

antes de decir el nombre del hombre.
—Amigo de Curtis —terminó Nudger.
'Así es. Y él debería saberlo”, dijo.
"Nada de esto significa nada a menos que el conductor se presente y diga
que estaba en otro lugar con Curtis cuando robaron la licorería", dijo Nudger.

Holly Ann asintió. 'Lo sé. Pero no lo hará. el no puede Por eso te necesito.
Los testigos que dicen que vieron a Curtis en la licorería están equivocados.
Quiero que encuentres una forma de convencerlos de eso.

'Cuatro personas, dos de ellos clientes en la tienda, eligieron

Curtis salido de una rueda de reconocimiento policial —le recordó Nudger.

'¿Así que lo que? Los testigos oculares suelen cometer errores.

Nudger tuvo que admitir que sí.
—Habla con ellos —dijo ella. Averigüe por qué creen que Curtis fue el
asesino. Muéstreles cómo pueden estar equivocados y pídales que cambien
sus historias.'
"Incluso si todos los testigos cambian sus historias, es posible que Curtis
no tenga un nuevo juicio", dijo Nudger.
—Tal vez no, pero la ley no lo mataría si suficientes testigos dijeran que
estaban equivocados. Entonces, tal vez, con el tiempo, tendría otro juicio y
saldría de la cárcel.
Tenía que admirarla. Estaba preparada para creer lo imposible.
Entonces, ¿me ayudará, señor Nudger?
'Por supuesto. Suena fácil.
'¿Por qué debería preocuparme más por eso?' Randy Gantner le preguntó a
Nudger. No le importaba hablar, porque podía descansar.
Entonces, ¿me ayudará, señor Nudger?
de su trabajo en la construcción de la nueva carretera. Colt ha sido declarado
culpable y irá a la silla eléctrica, ¿no?
Holly Ann le había dado a Nudger una fotografía de Curtis Colt.
Ahora Nudger lo sostuvo para que Gantner lo viera. 'Esta es una foto que
nunca viste en la corte. Mírelo de cerca y vuelva a decirme si está seguro de
que el hombre que vio en la licorería era Colt.
"Sería un tonto si cambiara mi historia ahora", dijo Gantner.
Serías un asesino si realmente no estuvieras seguro.
Gantner suspiró y miró la fotografía. Soy Colt. Él

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Historias de crímenes estadounidenses monta el relámpago

Le disparé al hombre y a la mujer mientras yo estaba parado en la parte trasera mucho mayor y más pesado que el apuesto policía con el que Nudger había
de la tienda. Si hubiera sabido que Sanders y yo estábamos allí, probablemente trabajado una vez.

también nos habría disparado. —Siéntate, Nudge —invitó Hammersmith.

¿Está seguro de que es el mismo hombre? —Necesito ayuda —dijo Nudger.
Gantner empezó a parecer molesto. 'Se lo dije a la policía y —Claro —dijo Hammersmith.

jurado, Nudger. Colt mató a la anciana. Necesito saber más sobre Curtis Colt.

¿De verdad viste los disparos? Hammersmith encendió un cigarro. '¿Potro? ¿El hombre que va a cabalgar
'No. Estábamos en la parte de atrás de la tienda buscando whisky barato sobre el relámpago?
cuando escuchamos los disparos. Vimos a Colt correr hacia el auto, un Ford Es la segunda vez en los últimos días que escucho esa expresión. La primera
negro o verde oscuro. Colt disparó otro tiro mientras se alejaba. vez fue de la prometida de Colt. Ella cree que es inocente.

¿Has visto al conductor?
'Vi a un hombre delgado con cabello negro rizado y bigote. Y
eso es lo que le dije a la policía.
Los otros testigos también identificaron a Curtis Colt de la
fotografía. El último testigo fue una anciana llamada Iris Langerneckert que había
visto a Colt salir corriendo de la tienda y subirse al auto. Al igual que Gantner,
dijo que el conductor era un hombre delgado con cabello negro rizado y bigote,
pero luego agregó: "Como el cabello y el bigote de Curtis Colt".
Nudger volvió a mirar la fotografía. Curtis Colt era delgado, con un bigote
espeso y cabello negro y rizado. ¿Era posible que el conductor del coche hubiera
sido el propio Curtis Colt y que fuera su socio quien le hubiera disparado al
tendero? Nudger encontró eso difícil de creer.
Las prometidas piensan así. ¿Estás trabajando para ella?
Nudger asintió.
"Yo estaba a cargo de la investigación de ese asesinato", dijo Hammersmith.
Colt es culpable, Nudge.
La descripción del conductor del coche se parece mucho a la de Colt. Quizá
fue él quien disparó y Colt era el conductor.
El abogado de Colt sugirió eso. El jurado no lo creyó.
Yo tampoco. El hombre es culpable, Nudge.
¿Puedo ver los papeles del caso Colt?
Hammersmith terminó su cigarro. '¿Por qué esta prometida no vino al juicio y
habló por Colt? Podría haber mentido y dicho que él estaba con ella esa noche.
Colt no quería que ella tuviera que declarar.
'Entonces, ¿qué le hace pensar que Colt es inocente?'

Decidió que necesitaba más información sobre el robo y sobre Curtis Colt, así Sabe que él estaba en otro lugar esa noche.
que condujo hacia el este, hacia la comisaría del Tercer Distrito. "Pero no con ella", dijo Hammersmith.
—No —dijo Nudger—.
Hace diez años, el teniente de policía Jack Hammersmith había sido Hammersmith descolgó el teléfono y pidió que le trajeran los papeles de Colt.
El compañero de Nudger en un coche de policía de dos hombres, pero ahora parecía Nudger los miró, pero no

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Historias de crímenes estadounidenses
descubrir muchas cosas que él no sabía ya. Quince minutos después del robo,
agentes de un coche de policía de dos hombres, siguiendo una descripción de radio
del pistolero, se acercaron a Curtis Colt dentro de una gasolinera donde estaba
comprando cigarrillos. Había un coche aparcado cerca y se alejó rápidamente
cuando llegó el coche de policía.
Los oficiales solo lo vieron rápidamente: un Ford verde oscuro con una placa que
podría comenzar con la letra 'L'.
Colt fue con los policías a la comisaría del Tercer Distrito, y más tarde esa noche
los cuatro testigos presenciales lo habían identificado en una rueda de
reconocimiento. Su descripción del automóvil coincidía con la que se alejaba de la
gasolinera. El dinero del robo, y varios robos a gasolineras, no estaba en Colt, pero
probablemente estaba en el auto.
¿Qué hay del arma? preguntó Nudger.
Colt no llevaba un arma cuando lo arrestamos.
—Parece extraño —dijo Nudger—.
'Realmente no. Estaba comprando cigarrillos. Dejó el arma en el coche.
Nudger volvió a dejar los papeles en el escritorio de Hammersmith. 'Dejaré
ya sabes si aprendo algo interesante.
"Se acabó, Nudge", dijo Hammersmith. No veo cómo ni siquiera la prometida
puede dudar de la culpabilidad de Colt.
'Ella tiene pesadillas sobre Colt muriendo en la silla eléctrica'
dijo Nudger.
"Es probable que Colt también tenga pesadillas", dijo Hammersmith. 'Pero
se merece la suya.
"Ninguno de los testigos tiene ninguna duda sobre la identificación de Curtis Colt
como el asesino", le dijo Nudger a Holly Ann en su tráiler al día siguiente.
40
monta el relámpago
"Saben lo que le va a pasar a Curtis", dijo. "No quieren vivir sabiendo que
podrían haber cometido un error y haber matado a un hombre inocente, así que se
han convencido a sí mismos de que fue Curtis a quien vieron". Ella lo miró por un
momento o dos, luego continuó: 'Veo que necesitas estar convencido de la inocencia
de Curtis. Venga aquí esta noche a las ocho, señor Nudger, y lo convenceré.
'¿Cómo?'
No puedo decírtelo. Comprenderás por qué esta noche.
'¿Por qué tenemos que esperar hasta esta noche?'
Oh, ya verás.
Nudger se sintió como si estuvieran jugando un juego de adivinanzas para niños
mientras Curtis Colt esperaba para ir a la silla eléctrica. Nunca había visto una
ejecución. Había oído que el prisionero tardaba más de lo que pensaba la mayoría
en morir.
A las ocho de la noche, Nudger estaba sentado a la mesa diminuta de la cocina de
Holly Ann. Frente a él había un hombre delgado y nervioso de unos veinte años,
vestido con una camisa de manga larga a pesar del calor y con gafas de sol. Holly
Ann lo presentó como 'Len, pero ese no es su verdadero nombre' y dijo que era el
socio de Colt y el conductor del automóvil la noche del asesinato.
"Pero Curtis y yo no estábamos cerca de la tienda de licores cuando dispararon
a esas personas", dijo.
Nudger asumió que las gafas de sol eran para que no pudiera identificar a Len
si alguna vez iban a juicio. Len tenía cabello castaño oscuro que le caía hasta los
hombros, y cuando movió el brazo, Nudger vio algo azul y rojo en su muñeca. Un
tatuaje. Lo que explicaba la camisa de manga larga.
'Tu cabello no creció tanto en los tres meses desde
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Historias de crímenes estadounidenses monta el relámpago

el asesinato en la licorería,' dijo Nudger, 'así que eso te ayuda. Los testigos dicen
que el conductor tenía el pelo corto y rizado, como el de Colt, y bigote.
"Seré honesto contigo", dijo Len. Curtis y yo nos parecíamos. Entonces, para
confundir a los testigos si nos atrapaban, solía recogerme el cabello y usar una
peluca que se parece al cabello de Curtis. Y me afeité el bigote hace un mes.
¿no es así? Nudger le dijo a Holly Ann.
Ella asintió. 'Es por eso que lo arreglamos de esta manera.'
Puede que quieran hablar contigo.
"No importa", dijo Holly Ann. No sé dónde está Len, ni siquiera sé su verdadero
nombre. Averiguará todo lo que necesita saber sobre Curtis en los periódicos.

¿Puedes probar que estabas al otro lado de la ciudad en el momento del
asesinato? preguntó Nudger.
'No, pero estoy diciendo la verdad. Solo quiero que creas que Curtis es
inocente', dijo Len, desesperadamente. '¡Porque el es! ¡Y yo también!'
Nudger entendió por qué Len se estaba arriesgando al venir aquí.
Si Colt era culpable de asesinato, Len era culpable de estar en la licorería con él.
Una vez que Colt estaba muerto, siempre existía la posibilidad de que atraparan a
Len y lo enviaran a prisión de por vida, o incluso que lo ejecutaran. No era
necesario disparar el arma para ser declarado culpable de asesinato.
'¿Le estás dando a Holly Ann el dinero para pagarme?' preguntó Nudger.
—No me lo creo —dijo Hammersmith con enfado, masticando su cigarro—.
Enojado porque se lo creía un poco, y no le gustaba pensar que era posible que
estuviera enviando a un hombre inocente a la muerte. "Este personaje de Len solo
está tratando de mantenerse alejado de un juicio por asesinato".
"Podría ser así", admitió Nudger.
"Ayudaría si nos diera una mejor descripción de Len",
dijo Hammersmith, todavía enojado.
—Te di lo que pude —dijo Nudger. 'Vas a
¿Preguntar a Holly Ann?
'Claro, pero no servirá de nada. Probablemente le esté diciendo a la
verdad y no sabe cómo encontrar a Len.

—Algo de eso, sí —dijo Len—. 'Le di algo del dinero Podrías hacer que vigilen su tráiler.
Curtis y yo robamos. '¿Crees que Holly Ann y Len podrían ser amantes?'
Dinero sucio, pensó Nudger. Trabajo sucio. Pero si Curtis Colt —No —dijo Nudger—.
era inocente . . Entonces probablemente nunca se volverán a ver. Mirando
'Está bien, seguiré trabajando en esto'. su remolque sería una pérdida de tiempo.
—Gracias —dijo Len—. Quédate aquí con Holly Ann durante diez minutos Nudger sabía que Hammersmith tenía razón. Él se paró.
después de que me vaya. Quiero saber que no me siguen. No es que no confíe '¿Qué vas a hacer ahora?' preguntó Hammersmith.
en ti, pero tengo que estar seguro, ¿entiendes? Hablaré de nuevo con los testigos y leeré los documentos del juicio de nuevo.
'Entiendo. Vamos.' Y me gustaría hablar con Curtis Colt.

Len salió y Nudger lo escuchó huir. —No permiten visitas en el Pasillo de la Muerte, Nudge.
'Sabes que tengo que contarle a la policía sobre esta conversación, '¿Tratarás de arreglarlo?'

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Historias de crímenes estadounidenses
Hammersmith masticó pensativo su cigarro. —Te telefonearé y te lo haré
saber —dijo finalmente.
Ese día, Nudger logró volver a hablar con los cuatro testigos.
Ninguno de ellos cambió sus historias. Nudger le informó esto a Holly Ann en
el restaurante donde trabajaba como camarera.
A varios clientes esa tarde se les saltaron las lágrimas con sus papas al horno.
Hammersmith telefoneó a Nudger esa noche.
'Colt no quiere hablar contigo', dijo. No habla con nadie.
¿Sabe que trabajo para Holly Ann?
'Sí. No estaba contento.
Nudger maldijo.
"Esto no es tu culpa, Nudge", dijo Hammersmith.
"Tenemos un día más antes de que lo ejecuten", dijo Nudger.
Voy a hablar de nuevo con esos testigos.
Estás perdiendo el tiempo, Nudge.
Hammersmith tenía razón. Nada de lo que hizo Nudger ayudó a Curtis Colt
en absoluto. A las ocho de la mañana del sábado, mientras Nudger preparaba
el desayuno en su apartamento, Colt murió en la silla eléctrica sin decir unas
últimas palabras.
Nudger escuchó las noticias en la radio de su cocina.
Esa tarde, se disculpó con Holly Ann por no poder detener la ejecución de
su amante. Era educada y trataba de ser valiente. El dueño del restaurante le
dio el día libre y Nudger la llevó a casa.
Nudger durmió un total de cuatro horas durante las siguientes dos noches.
El lunes fue al funeral de Curtis Colt. Había doce personas alrededor de la
tumba. Holly Ann parecía una niña jugando a disfrazarse de negro. No
intercambiaron palabras, solo miradas.
44
monta el relámpago
Luego, Nudger la vio caminar hacia un taxi. Ella nunca miró hacia atrás.
Esa noche, Nudger se dio cuenta de lo que le molestaba y, por primera
vez desde la muerte de Colt, durmió bien.
Por la mañana empezó a ver el tráiler de Holly Ann. A las siete y media
salió vestida con su uniforme amarillo de camarera y se subió a un taxi.
Nudger la siguió en su Volkswagen mientras el taxi la conducía las cuatro
millas hasta su trabajo en el restaurante. A las seis de la tarde otro taxi la
llevó a su casa, haciendo una breve parada en una tienda de alimentos.
Lo mismo sucedió todos los días de esa semana. Holly Ann no tenía
visitas. El clima se volvió más cálido y Nudger se sentó en el Volkswagen
caliente y se preguntó si valía la pena hacer lo que estaba haciendo.
El lunes siguiente, después de que Holly Ann se marchara al trabajo,
Nudger subió a la caravana. Le tomó más de una hora encontrar lo que
estaba buscando. Era una caja escondida detrás del baño. Dentro había
setecientos dólares y otro objeto que Nudger no se sorprendió al ver.
Cerró la caja y la volvió a guardar.
Continuó observando a Holly Ann, ahora con más confianza.
Dos semanas después del funeral, cuando salió del trabajo una noche,
no fue a casa. En cambio, su taxi se dirigió hacia el este. Nudger siguió por
varias calles estrechas hasta un garaje. El letrero decía: 'Reparaciones de
automóviles de Cliff'.
Nudger aparcó y esperó a que el taxi pasara sin pasajero. Diez minutos
más tarde, pasó Holly en un Ford rojo brillante.
Su matrícula comenzaba con una 'L'.
Cuando Nudger llegó a Placid Cove Trailer Park, vio el Ford junto al
remolque de Holly. Raspó la puerta del Ford con
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Historias de crímenes estadounidenses
una llave. Debajo de la nueva pintura roja, el color del auto era verde oscuro.
Holly Ann abrió la puerta inmediatamente cuando llamó.
Intentó sonreír cuando vio que era él, pero no pudo hacerlo. Parecía diez años
mayor y sostenía un vaso con whisky.
"Sé lo que pasó", le dijo Nudger.
Ahora sí sonrió, pero sólo por un segundo. 'No sabes
cuándo parar, señor Nudger.
Él la siguió hasta el remolque. Hacía calor adentro. Ella ofreció
un trago, pero él negó con la cabeza. Terminó el suyo y se sirvió otro.
—¿Qué es lo que sabe, señor Nudger? ella realmente no
quería saber, pero tenía que oírlo. Tenía que compartirlo.
¡La tarifa del taxi de ida y vuelta! el trabajo debe hacer un gran agujero en
tu salario Y parece que vas a todas partes en taxi.
'Mi coche ha estado en el garaje para repararlo', dijo.
—Lo supuse después de encontrar el dinero y la peluca.
Bebió un poco de su whisky. '¿Peluca?'
—En la caja detrás de la bañera —dijo Nudger. Eres delgado, y con una
peluca oscura y rizada y un bigote falso, sentado en tu auto, te parecerías lo
suficiente a Curtis Colt como para confundir a cualquier testigo. Fue un truco
inteligente.
Holly Ann parecía asombrada. —¿Estás diciendo que yo conducía el coche
en el atraco a la licorería?
'Quizás. Entonces tal vez le pagaste a alguien para que fuera Len y me
convencieras de que era el socio de Colt, y que estaban lejos de la licorería
cuando asesinaron a la anciana. Después de encontrar la peluca, hablé con
algunos de tus vecinos. Me dijeron que hasta hace poco conducías un Ford
verde.
Holly Ann movió la lengua a lo largo de sus dientes superiores.
46
monta el relámpago
"Así que Curtis y Len usaron mi auto", dijo.
Dudo que Len haya conocido alguna vez a Curtis. Es alguien a quien le pagaste
para que se sentara allí y me mintiera”, dijo Nudger.
Si yo conducía el coche, señor Nudger, y sabía que Curtis era culpable,
¿por qué iba a contratar a un detective privado para intentar encontrar algo
malo en las historias de los testigos?
—Eso fue lo que me desconcertó al principio —dijo Nudger—, hasta que
me di cuenta de que no estabas interesado en demostrar que Curtis era
inocente. Lo que realmente te preocupaba era que Curtis hablara en prisión.
Querías estar seguro de que esos testigos no cambiarían sus historias.
Y querías que la policía se enterara de Len, que no es su verdadero nombre.
'¿Por qué querría eso?' Holly Ann preguntó simplemente.
—Porque fuiste socio de Curtis Colt en todos sus robos.
Cuando asaltaste la licorería, él se quedó en el coche para conducir.
Disparaste el tiro que mató a la anciana. Él disparó el salvaje
disparo desde el coche en movimiento. Colt guardó silencio al respecto porque
te amaba. Ahora que está muerto, puedes confiar en él para siempre, pero
creo que podrías haberlo hecho de todos modos. Él te amaba más de lo que
tú lo amabas, y tendrás que vivir sabiendo que él no merecía morir.
Miró su vaso y no dijo nada durante mucho tiempo. Luego dijo: 'No quería
dispararle a ese anciano, pero no me dejó otra opción. Entonces la anciana se
acercó a mí. Miró a Nudger y sonrió. Era una sonrisa que no le gustaba. Dios
me ayude, señor Nudger, no puedo dejar de pensar en dispararle a esa anciana.
—Tú la asesinaste —dijo Nudger—, y asesinaste a Curtis Colt dejándolo
morir por ti.
—No puedes probar nada —dijo, todavía con la misma sonrisa aterradora
—.
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Historias de crímenes estadounidenses

—Tienes razón —dijo Nudger—, no puedo. Pero Curtis Colt montó el

relámpago, y sus malos sueños murieron con él. El tuyo se quedará contigo el pintalabios
durante años. Creo que llegarás a estar de acuerdo en que su camino era MARY ROBERTS RINEHART
más fácil.
Ella se sentó muy quieta. Ella no respondió.
Nudger se levantó y se secó la frente húmeda con el dorso de la mano.
Se sentía acalorado y sucio en el diminuto remolque, y quería salir.
Caminé a casa
parecía después
bastante de la como
enferma, investigación.
lo había Madre había ido
hecho desde en el coche,
la muerte de
Elinor. No es que le hubiera gustado Elinor. Mi prima Elinor Hammond había
No se despidió de Holly Ann cuando se fue.
pasado feliz por la vida, como si despertara cada mañana preguntándose
Ella no se despidió de él. Lo último que escuchó Nudger al salir del tráiler fue
qué sería lo más divertido de ese día; estirando su hermoso cuerpo largo
el sonido de la botella chocando contra el cristal.
entre sus sábanas de seda - ¡qué amargada estaba la madre por esas
sábanas! - y llamando al pobre viejo cansado Fred en su vestidor
habitación.

'Vamos a invitar a algunas personas a tomar unas copas, Fred.'

—Lo que tú digas, mi amor.

Cualquier cosa que Elinor dijera estaba bien para Fred. Recordé su rostro
en la investigación: conmocionado y perplejo.
Usted no sabe por qué su... por qué la señora Hammond
debería quitarse la vida?
'Ninguno en absoluto.'

'¿Nada sobre su salud le causó ansiedad?'

'Ninguna cosa. Siempre parecía gozar de perfecta salud.
Estaba viendo al doctor Barclay.
—Estaba cansada —dijo con tristeza—.
Pero Elinor se había caído o saltado desde la ventana del décimo piso
de la sala de espera del doctor Barclay, y el forense creía claramente que
había saltado.
El médico no la había visto ese día. Solo la enfermera. "No había nadie
más en la sala de espera", le dijo al forense. 'Él

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Historias de crímenes estadounidenses
el doctor estaba con un paciente. La señora Hammond se sentó junto a la ventana,
se quitó el sombrero, encendió un cigarrillo y cogió una revista. Luego volví a mi
oficina y no la volví a ver hasta...
Ella era una cosita bonita. Parecía pálida.
'¿Qué pasó después?' dijo el forense suavemente.
'Escuché que el otro paciente se iba. Salió de la habitación del médico. Cuando
llamó al siguiente paciente, fui a buscar a la señora Hammond. ella no estaba allí.
Vi su sombrero, pero su bolso no estaba. Entonces... —se detuvo y tragó—.
"Entonces escuché gente gritando en la calle y miré por la ventana".
El forense le dio un poco de tiempo y luego dijo: '¿Diría
¿Estaba deprimida esa mañana, señorita Comings?
"Pensé que parecía muy alegre", dijo.
—¿La ventana estaba abierta junto a ella?
'Sí. No podía creerlo 1 .' Ella estaba
. llorando en ese momento,
y estaba claro que había dicho todo lo que sabía.
El doctor Barclay, que acababa de entrar, fue llamado a continuación. Tenía
treinta y tantos años y era bastante guapo. Conociendo a Elinor, me pregunté. Le
habían gustado los hombres guapos. Fred, que no era nada guapo, era la
excepción. A mi lado, mamá también había notado la buena apariencia del doctor.
'¡Eso es todo!' dijo con desaprobación. ¡Elinor tenía tanta necesidad de un
psiquiatra como yo de una tercera pierna!
El médico no había visto a Elinor en toda la mañana. Cuando llamó y no vino
nadie, fue a la sala de espera donde la señorita Comings estaba mirando por la
ventana. De repente, ella comenzó a gritar. Afortunadamente, la Sra. Thompson
llegó en ese momento y fue a ayudarla.
Cuando se le preguntó acerca de las visitas de Elinor, dijo: 'Tengo muchos
pacientes que están nerviosos y ansiosos. La señora Hammond había sido
50
el pintalabios
así durante años.
'¿Eso es todo? ¿No habló de ningún problema en particular?
Él sonrió débilmente. Todos tenemos problemas. Algunas las imaginamos,
otras son reales. Pero diría que la Sra. Hammond era una persona inusualmente
normal. Le había recomendado que se fuera a descansar. Creo que tenía la
intención de hacerlo.
Su voz era fría y eficiente. Fred, sin embargo, lo estaba observando de cerca.
'¿No pensaste que ella pretendía suicidarse?'
'No. En ningún momento.
No hablaría de nada de lo que Elinor había imaginado.
Sus relaciones con sus pacientes, dijo, eran confidenciales. Si supiera algo de
valor, se lo diría, pero no lo hizo.
Se sentó cerca de nosotros y llamaron al siguiente testigo. Fue
la señora Thompson que había cuidado a la enfermera.
'Limpio el apartamento del médico para él una vez por semana', dijo.
'Ese día necesitaba un poco de dinero por adelantado, así que fui a verlo.'
No había entrado en la oficina de inmediato. Ella había mirado en el
sala de espera y había visto a Elinor, y había esperado en el pasillo donde hacía
fresco. Vio al último paciente, una mujer, salir de la habitación del médico y bajar
las escaleras. Un minuto más tarde oyó el
grito de enfermera.
"Ella estaba mirando por la ventana gritando", dijo.
El médico entró corriendo y la sentamos en una silla. Alguien se había peleado,
dijo, pero no dijo quién.
Cuando se le preguntó cuánto tiempo había estado en el pasillo, pensó en un
cuarto de hora. Estaba segura de que ningún otro paciente había entrado durante
ese tiempo. Ella los habría visto.
Encontraste algo que pertenecía a la señora Hammond, ¿verdad?
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Historias de crímenes estadounidenses el pintalabios

¿usted? ¿En la sala de espera?' casa. Se volvió de repente y me miró. Era el doctor Barclay.

'Sí, encontré su bolso.' La bolsa, al parecer, había estado detrás del radiador
frente a la ventana. 'Pensé que era un lugar extraño para eso, si ella iba a hacer No me reconoció. Supongo que no me había visto en la investigación. Se

lo que hizo. Se lo di a la policía cuando llegó. tocó el sombrero y salió a la calle, y un momento después oí arrancar su auto.
Pero si hubiera estado en el

Así que Elinor, después de dejar su sombrero sobre la mesa, dejó caer su casa, Fred no lo mencionó. Pareció aliviado cuando
me vio.
bolso detrás del radiador antes de saltar. De alguna manera no tenía sentido para
mí. "Pensé que eras la policía otra vez", dijo.

El veredicto fue suicidio. Nadie mencionó el asesinato. Después del testimonio Entramos en la biblioteca. Parecía como si no lo hubieran limpiado durante

de la Sra. Thompson, parecía imposible. Fred escuchaba con ojos muertos. Su un mes. La casa de Elinor siempre se había visto así; lleno de gente y humo de

hermana Margaret, sentada a su lado, se levantó. El doctor Barclay miró al frente, cigarrillos y vasos de bebidas sucias. Pero al menos parecía vivo. Ahora no lo

luego se levantó y hizo. Así que fue una sorpresa ver su bolso sobre la mesa. Fred me vio mirándolo.
salió.

Estaba enojado mientras caminaba a casa. Siempre me había gustado Elinor, "La policía lo devolvió hoy", dijo. '¿Beber?'
'Gracias. ¿Puedo mirar dentro?
a pesar de que mi madre dijo que me quitó a Fred. Pero Fred nunca me vio
después de conocerla. Él la había amado con un ciego El asintió. No hay nada en él que no pertenezca allí.

pasión desde el principio. Ninguna nota, si eso es lo que piensas.

Los tontos, pensé. Incluso si Elinor estuviera en problemas, nunca habría Abrí la bolsa. Estaba lleno como de costumbre: maquillaje, dinero, libreta, un

saltado por una ventana. Alguien la había matado y se había salido con la suya. pañuelo marcado con lápiz labial, algunas telas de vestir con una tarjeta que

¿Quién la odiaba lo suficiente como para eso? ¿Una esposa celosa? Era posible. decía 'Combina los zapatos con estos'. Fred me miró, sus ojos rojos y cansados.

Jugaba con el marido de una mujer hasta que se cansaba de él. Pero ella no tenía 'Te dije. Nada', dijo.

estado haciendo eso últimamente. Ella había estado bastante callada. Por Busqué en la bolsa de nuevo, pero no pude encontrar la cosa que
supuesto, a mucha gente no le había gustado. Ignoraría sus sentimientos o se debería haber estado allí. Lo puse de nuevo sobre la mesa.
reiría de ellos. Decía lo que tenía que decir, ya veces no era agradable. Incluso a Fred estaba mirando una fotografía de Elinor en un marco plateado, sobre el
Fred. Pero nunca se había enfadado. escritorio. 'Ella era hermosa.'

Pensé en Fred sentado solo y me entristeció. Su casa no estaba lejos, y 'Ella era de hecho,' dije honestamente.

después de cenar esa noche fui. Era una casa grande, rodeada por sus propios 'Margaret pensó que era una tonta que gastaba demasiado dinero'. Miró el

terrenos como los nuestros, y un hombre estaba parado dentro de las puertas, escritorio, lleno de billetes sin abrir.

mirando hacia el 'Tal vez lo estaba, pero ¿qué diablos me importaba a mí?'

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Historias de crímenes estadounidenses
Parecía esperar que yo dijera algo, así que le dije: 'Tú
No tenía que comprarla, Fred. Ella te quería mucho.
Me dio una leve sonrisa. 'Yo no era sólo su marido', dijo, 'también era su
padre. Ella me contó todo. Por qué tuvo que ir a ese médico. . .'
—¿No sabías que iba a ir, Fred?
—No hasta que encontré una factura suya. Hablaba como si fuera
contento de una audiencia. Él la había hecho feliz. Ella siguió su propio
camino a veces, pero siempre volvía a él. Pensó que el veredicto del forense
estaba terriblemente equivocado. 'Ella se cayó. Siempre fue descuidada con
las alturas. Y no había hecho planes, excepto que Margaret vendría a
quedarse hasta que cerrara la casa.
Y en ese momento entró Margaret.
Nunca me había gustado Margaret Hammond. Era una mujer alta, mayor
que Fred. Ella asintió hacia mí.
"Decidí venir esta noche", le dijo a Fred. No me gustaba que estuvieras
solo. Y mañana quiero hacer una lista de todo lo que hay en la casa. Me
gustaría tener una foto de mi padre, Fred.
Parecía incómodo. Había habido una larga discusión sobre la foto del
viejo Joe Hammond. A Elinor no le había importado, pero porque Margaret lo
quería, se lo había quedado. Miré a Margarita. Tal vez ella era lo más parecido
a un enemigo real que Elinor había tenido.
Miró la pila de billetes sobre el escritorio. Tendremos que averiguar cuánto
dinero debes.
"Sé cuánto dinero debo", dijo.
Se levantó y se miraron el uno al otro, Fred de espaldas al escritorio,
como si incluso entonces estuviera protegiendo a Elinor de Margaret. Pero
cuando salí de la casa, estaba bastante seguro de que Margaret bajaría las
escaleras más tarde, cuando Fred estuviera dormido,
54
el pintalabios
y revisar esas facturas.
Estaba casi en casa cuando me di cuenta de que me seguían.
Sintiéndome asustado, me detuve y me volví. Pero solo era una niña.
Ella pronunció mi nombre.
¿Señorita Baring? Te vi en la investigación y un periodista me dijo tu
nombre. Has estado en casa de los Hammond, ¿verdad?
'Sí. ¿Qué pasa con eso?
Era bastante joven y parecía nerviosa.
—¿Era usted amigo de la señora Hammond? ella preguntó.
Era mi prima. ¿Por qué?'
Sacó un cigarrillo de su bolso y lo encendió. —Porque creo que la
empujaron por esa ventana. Trabajo en una oficina al otro lado de la calle, y
estaba mirando hacia afuera. Por supuesto, no sabía quién era ella.
—¿Quieres decir que lo viste pasar? dije, asombrado.
'No. Pero la vi en la ventana justo antes de que sucediera, y estaba
usando lápiz labial. Cuando volví a mirar, ella estaba. . en el pavimento.' Le
. empezó a temblar la mano y tiró el cigarrillo. 'No creo que una mujer usaría
un lápiz labial justo antes de hacer algo así, ¿verdad?'
'No yo dije. —¿Está seguro de que fue la señora Hammond?
'Sí. Llevaba un vestido verde y me fijé en su cabello. Volví esta noche
para ver si el lápiz labial estaba en el pavimento. No pude encontrarlo. La
calle estaba abarrotada. Alguien puede haberlo recogido. Hace tres días.
Pero estoy seguro de que lo tenía cuando se cayó.
Eso era lo que no le había dicho a Fred, que el labial dorado de Elinor
faltaba en su bolso.
Miré mi reloj. Eran solo las once.
—Podríamos ir y mirar de nuevo —dije—.
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Historias de crímenes estadounidenses
Ella no me dijo su nombre. Sólo llámame Smith. yo no
quiere involucrarse. Tengo un trabajo que mantener.
Encontré el lápiz labial. Estaba al costado de la carretera, y veinte autos
debieron de haberlo atropellado. Pero después de quitarle el barro, la familiar
letra 'E' estaba allí para ver.
La señorita Smith lo vio y se quedó sin aliento. Así que tenía razón.
Luego se subió a un autobús y nunca más la volví a ver.
Dormí mal esa noche y ya era tarde cuando llegué a la oficina del doctor
Barclay a la mañana siguiente. Entré y puse el lápiz labial de Elinor en su
escritorio.
—Creo que no entiendo —dijo, mirándolo.
La Sra. Hammond estaba en la ventana usando ese lápiz labial, solo un
minuto antes de caer.
'¿Quieres decir que cayó con ella?'
Quiero decir que nunca se suicidó. ¿Crees que una mujer se pintaría los
labios justo antes de hacer… lo que se supone que debemos pensar que
hizo?
Él sonrió. Mi querida niña, si vieras tanto de la naturaleza humana como
yo, no te sorprendería.
Así que Elinor Hammond saltó por tu ventana con un pintalabios en la
mano, y anoche vigilaste la casa de los Hammond y te marchaste a toda
prisa cuando aparecí. Si eso tiene sentido ...'
Lo sorprendió. No me había reconocido antes.
'Ya veo', dijo. 'Así que fuiste tú;' Se inclinó hacia adelante en su silla.
Supongo que será mejor que te lo diga y confío en que no digas nada. No
me gustó la forma en que el Sr. Hammond vio la investigación. Tenía miedo
de que pudiera... bueno, pegarse un tiro.
—No pudiste detenerlo, parado afuera —dije—.
Me preguntaba cómo entrar cuando llegaste. Su hermana
me llamó por teléfono. Ella estaba preocupada.'
56
el pintalabios
No confiaría demasiado en lo que dice Margaret Hammond.
Odiaba a Elinor. Me puse de pie y cogí el pintalabios.
—Es usted una mujer muy joven y atractiva, señorita Baring —dijo—.
'¿Por qué no dejas esto en paz? No puedes traerla de vuelta, lo sabes.
—Sé que no se suicidó —dije.
Salí y me sorprendió menos de lo que podría haber estado encontrar a
Margaret en la sala de espera. Estaba parada cerca de la ventana abierta, y
por un terrible minuto pensé que ella misma iba a saltar.
—¡Margarita! dije bruscamente.
Se volvió y su rostro estaba blanco. 'Oh, eres tú, Louise,'
Se sentó y se secó la cara con el pañuelo. Debe de haberse resbalado en el
suelo, Lou. Sería fácil. Pruébelo usted mismo.
Pero negué con la cabeza. No tenía la intención de mirar por esa ventana
abierta con Margaret detrás de mí. Dijo que había venido a pagar la cuenta
de Fred por Elinor, pero había algo extraño en ella ese día.
Tuve problemas para encender mi auto, así es como la vi salir del edificio.
Luego hizo algo que me hizo detenerme y mirarla. Miró de cerca el pavimento
y el costado de la carretera. Entonces supo que el lápiz labial de Elinor se
había caído con ella. O sabía que no estaba en la bolsa.
Detuvo un taxi y se montó en él. No sé por qué la seguí, excepto que ella
era la única sospechosa que tenía. El taxi siguió y siguió, y empecé a
sentirme bastante tonto. Luego se detuvo y ella salió. Subió unos escalones
hasta una casa y tocó el timbre.
Estuvo en la casa durante casi una hora. Pero cuando ella vino
Me senté y miré. La mujer en la puerta con ella era
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Historias de crímenes estadounidenses
Sra. Thompson, de la investigación.
El taxi me pasó pero Margaret ni siquiera vio mi auto. La Sra. Thompson no
entró en la casa de inmediato y todavía estaba afuera cuando subí los escalones.
'¿Puedo hablar contigo?' Yo dije.
Ella sospechaba. '¿Qué pasa?'
'Un asesinato', dije. 'Creo que sabes algo que no
dilo en la investigación de Hammond.
Parte del color desapareció de su rostro. "No fue un asesinato", dijo. 'El
veredicto-'
Creo que fue un asesinato. ¿Qué estaba haciendo la hermana del Sr. Hammond?
aquí si no fuera así?
"Nunca la había visto antes", dijo. Vino a agradecerme lo que dije en la
indagatoria. Porque demostró que la pobre mujer lo hizo ella misma.
—Y para pagarte por ello, supongo.
"Nadie me pagó nada", dijo enojada. ¡Si crees que alguien puede sobornarme
para que mienta, te equivocas!
Entró y cerró la puerta de golpe. ¿Estaba diciendo la verdad? ¿Había algo
que no había dicho en la investigación? Estaba seguro de que el médico sabía
más de lo que había dicho. Pero ¿por qué esconder algo?
Toda la tarde me pregunté qué sabían o sospechaban el doctor Barclay y la
mujer Thompson. También fui a peinarme a la peluquería de Elinor. Las chicas
estaban muy dispuestas a hablar de ella y aprendí algo nuevo.
'La estaba esperando;' dijo uno de ellos. 'Por supuesto que ella nunca vino,
y...'
—¿Quieres decir que la esperabas aquí el día que sucedió?
Tenía una cita a las cuatro. Cuando escuché lo que
58
el pintalabios
sucedió, no podía creerlo, aunque las últimas semanas ella no había sido la
misma.'
'¿Cuándo notaste un cambio en ella?' Yo pregunté.
'Sobre Pascua. Recuerdo que me gustó su sombrero nuevo, ¡y me lo dio en
ese mismo momento! Ella dijo algo extraño. ¡Dijo que a veces los sombreros
nuevos eran peligrosos!
Tal vez mi cabello se veía mejor cuando salí de la peluquería,
pero mi mente daba vueltas en círculos.
Mamá y yo invitamos a Fred a cenar esa noche. Durante la comida le pregunté
si había ocurrido algo que disgustara a Elinor en la primavera. —Sobre Pascua —
dije—.
"No recuerdo nada", dijo. Excepto que empezó a ir al psiquiatra por entonces.
'¿Por qué ella fue a él, Fred?' preguntó la madre.
'Tú lo viste', dijo. Era guapo. Tal vez le gustaba mirarlo a él en vez de a mí.
Se fue a casa poco después de eso.
Dormí mal y llegué tarde al desayuno. Mamá había terminado de leer el
periódico y yo lo tomé.
El informe era sólo unas pocas líneas en la última página. ¡Decía que le
habían disparado a la señora Thompson la noche anterior!
No podía creerlo.
Lo leí de nuevo. No estaba muerta, pero su estado era grave. Estaba sentada
sola afuera de su casa cuando sucedió. Nadie había oído el disparo. Su marido
la encontró cuando llegó a casa a las once. Le habían disparado en el pecho y
aún no podía declarar.
'Así que sabía algo que la hacía peligrosa', pensé.
Recordé a Margaret subiendo los escalones de la casa.
Margaret buscando el pintalabios de Elinor en la calle. Margarita,
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Historias de crímenes estadounidenses
que odiaba a Elinor. Y de repente recordé el arma de Fred, que guardaba en el
cajón de su escritorio,
Creo que fue el arma lo que finalmente me hizo ir a la policía.
El capitán de policía de la estación no estaba interesado, pero un detective vino a
verme más tarde.
¿No crees que la señora Hammond se suicidó? él dijo.
Le hablé de la barra de labios, de la cita de Elinor en la peluquería, y que
pensé que la Sra. Thompson sabía algo que ella 'Entonces, ¿quién lo hizo?' él
dijo; Creo que fue la hermana no
delhabía dijo. ella estaba en doctor
señor Hammond.
oficina de Barclay ayer-, e insistió en que Elinor se había caído por la ventana.
Dijo que el suelo estaba resbaladizo y quería que lo probara yo mismo. Encendí
un cigarrillo y descubrí que me temblaban las manos. "Ella también sabía sobre el
lápiz labial porque la vi tratando de encontrarlo en la calle". Pero fue mi siguiente
declaración lo que realmente lo hizo sentarse. —Creo que estaba en la oficina el
día que mataron a Elinor —dije—. Creo que la mujer Thompson lo sabía. Y
también creo que salió allí anoche y le disparó.
Me miró de cerca.
¿Por qué cree que la señorita Hammond le disparó? él dijo.
—Porque fue a hablar con ella ayer por la mañana. Ella estaba
ahí una hora. Lo sé. La seguí.
Se puso de pie, su rostro inexpresivo. Tengo un consejo para usted,
señorita Baring —dijo—. Déjanos esto a nosotros. Si tienes razón, entonces
es nuestro trabajo. Si te equivocas, entonces no se ha hecho ningún daño.
Todavía no de todos modos.
Esperé junto al teléfono esa tarde. Cuando llamó, fue para decirme que la Sra.
Thompson ya había hecho una declaración.
60
el pintalabios
No sabía quién le disparó ni por qué, pero insistió en que Margaret la había
visitado solo para agradecerle por ser testigo en la investigación. No le habían
dado ni ofrecido dinero.
Pero había más. Parecía que la señora Thompson había estado preocupada
desde la investigación y había telefoneado a Margaret para preguntarle si era
importante. Alguien había entrado en el consultorio del médico mientras ella
estaba en el pasillo.
—La única persona en la que nadie se fija realmente —dijo el detective—.
'El cartero. he hablado con el Vio a la señora Hammond en la oficina esa mañana.
Él la recuerda. Se había quitado el sombrero y estaba leyendo una revista.
—¿Vio a la señora Thompson?
Él no se fijó en ella, pero ella lo vio a él.
—¡Así que salió anoche y le disparó!
Él rió. Anoche llevó a su familia al cine.
Recuerde, señorita Baring, que ese disparo pudo haber sido un accidente.
Mucha gente lleva armas ahora que nunca antes/ Así que Elinor se arrojó por la
ventana y la Sra. Thompson recibió un disparo de alguien que practicaba tiro.
no lo creí Y lo creí aún menos después de una visita del doctor Barclay esa noche.
Había cenado y estaba escuchando la radio cuando él
llegó. Le hablé de la policía y eso lo sorprendió.
¿Has ido a la policía? él dijo.
'¿Por qué no? Sólo porque no quieres que se sepa que
empujaron a alguien por la ventana de su oficina...
Él estaba enojado. Estás lidiando con algo que no entiendes. ¿Por qué no
puedes quedarte fuera de esto?
Supongo que perdí el control entonces. '¿Cómo sé que no lo hiciste?' grité.
¡Tú o el cartero!
61
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Historias de crímenes estadounidenses el pintalabios

¿El cartero? dijo, mirando. '¿Qué quieres decir?' Había dejado de parecer enojado; de hecho, parecía bastante
Debe haber sido su cara de sorpresa lo que me hizo reír. Me reí y me complacido consigo mismo. 'Así está mejor', dijo, y me palmeó el hombro.

reí. Entonces yo también estaba llorando. No pude parar. 'No vine aquí para atacarte. Vine a pedirte que no salgas sola por la noche.

De repente, sin previo aviso, me golpeó en la cara. Y eso me detuvo.

'¿Por qué no debería salir de noche?'
'¡Salir!' Le dije, pero no se movió. 'Puede ser peligroso,' dijo, y pude ver que le estaba gustando cada vez
menos. En particular, quiero que te mantengas alejado de la casa de los
Hammond. Y espero que seas lo bastante sensato para hacerlo.

Golpeó la puerta principal cuando salió, y todavía estaba enojado

cuando sonó el teléfono.
¡Era Margarita!
—Supongo que tenemos que agradecerle que la policía haya venido
aquí esta noche —dijo—. ¡Ya tenemos suficientes problemas sin que tú lo
empeores!
'Está bien', dije peligrosamente. Ahora te haré una pregunta.
¿Por qué visitó a la Sra. Thompson ayer por la mañana? ¿Y quién le
disparó anoche?
Ella dio un pequeño suspiro, luego colgó el teléfono.
Mamá se había ido a la cama y fue media hora más tarde cuando
encontré a Fred parado en la puerta de la cocina, sonriendo con cansancio.
'¿Puedo pasar?' él dijo. Estaba paseando y vi la luz.
Se veía mejor, pensé. Dijo que Margaret estaba en la cama.
y la casa estaba sola.
"No duermo mucho de todos modos", dijo. Y la casa está caliente.
Me he estado deshaciendo de muchas cosas. Quemándolo en la caldera.
Fumó un cigarrillo y bebió una taza de café, luego salí con él a las
puertas cuando se fue, y observé mientras comenzaba a caminar a casa.
Me volví hacia la casa y casi la había alcanzado cuando sucedió. Escuché

'¿El cartero?' dijo, mirando. que algo se movía en el

62 63
Machine Translated by Google
Historias de crímenes estadounidenses
arbustos y se detuvo para ver qué era. Pero nunca escuché el disparo. Algo me
golpeó en la cabeza. Me caí. Entonces todo se volvió negro.
Lo siguiente que escuché fue la voz de mi madre. yo estaba en mi
mi propia cama con un vendaje alrededor de mi cabeza.
'Creo que está loca', decía mamá, muy alterada. ¡Salió después de que le
dijiste que no lo hiciera! ¿Por qué no puede dejar las cosas en paz?
—Hice lo mejor que pude, señora Baring —dijo una voz masculina—.
Era el doctor Barclay. Estaba de pie junto a la cama. Se veía extraño. Uno de
sus ojos estaba casi cerrado y el cuello de su camisa estaba en un estado terrible.
—Has estado en una pelea —dije—.
'Sí', dijo. Y tienes un bonito rasguño de bala en un lado de la cabeza. He tenido
que cortar un poco de tu cabello.
No te preocupes, era un pelo muy bonito y volverá a crecer.
'¿Quién lo hizo? ¿Quién me disparó?
—El cartero —dijo, y salió de la habitación.
Dormí después de eso. Supongo que me dio algo. Fue a la mañana siguiente
cuando escuché el resto de la historia. Entró, grande y sonriente, con el ojo
derecho morado y completamente cerrado.
Entonces me dijo.
En la primavera, Elinor le había contado una extraña historia.
La seguían y estaba asustada. El hombre que la vigilaba, dijo, vestía uniforme de
cartero. Sonaba fantástico, pero ella juró que era verdad.
—¿Quiere decir que fue este hombre el que la mujer Thompson vio entrar en
su oficina? Yo dije.
Ya lo ha identificado. El cartero real había estado allí antes. Había visto a la
señora Hammond sentada en una silla, leyendo una revista. Pero el verdadero
cartero se había ido antes que el Thompson
64
el pintalabios
llegó la mujer. El cartero que vio fue el que, bueno, el que mató a Elinor.
Lo supe antes de que me lo dijera. 'Fue Fred, ¿no?'
—Fue Fred Hammond, sí. Él tomó mi mano. 'Lo siento, cariño. Intenté que
Elinor se marchara, pero no lo hizo.
'Es una locura. Fred estaba locamente enamorado de ella.
La amaba, sí. Pero tenía miedo de perderla. Y estaba tremendamente celoso.
Parecía un poco avergonzado. Creo que estaba celoso de mí.
'Pero si él realmente la amaba...'
'La línea entre el amor y el odio es delgada. Y es posible que sintiera que ella
nunca fue realmente suya hasta... bueno, hasta que nadie más pudo tenerla. Dudó
antes de continuar. 'Llegué demasiado tarde anoche. Lo atrapé justo a tiempo
cuando te disparó, pero dio una verdadera batalla. Escapó de alguna manera... y
se suicidó.
Siguió en silencio. La Sra. Thompson había identificado la fotografía de Fred
como el cartero que había visto entrar a la oficina y salir justo antes de escuchar
los gritos de la enfermera.
La bala que le habían disparado procedía del arma de Fred.
Y Margaret, la pobre Margaret, temía que Fred no hubiera estado cuerdo durante
algún tiempo.
"Ella vino a verme ayer después de escuchar que habían disparado a la mujer
Thompson", dijo. Quería que internaran a Fred en un hospital especial, pero casi
se vuelve loca cuando le hablé de la policía. Supongo que no había muchas
pruebas, de todos modos. La señora Thompson parecía estar muriendo y el
uniforme había desaparecido...
'¿Ido?' Yo dije.
Lo quemó en la caldera. Encontramos algunos botones quemados
y cosas anoche.
sesenta y cinco
Machine Translated by Google

Historias de crímenes estadounidenses el pintalabios

en tu cabeza.'
Traté de pensar. ¿Por qué intentó matar a la señora Thompson? yo
dicho. ¿Qué sabía ella? '¿Por qué no puedes hacerlo?'
—Porque no soy ese tipo de médico.
'Pudo describir al cartero que entró en mi oficina. Después de que Margaret
escuchó esto, se fue a casa y registró la casa. Encontró el uniforme y lo supo. Trató de Lo miré. Estaba cansado y necesitaba un afeitado, y ese horrible ojo se estaba

pensar qué hacer. Pero le había dicho a Fred que iba a ver a la señora Thompson ese poniendo más negro. Pero era grande, fuerte y cuerdo. Una mujer estaría a salvo con

día y cree que él sabía que ella había encontrado el uniforme. Todo lo que sabemos él, pensé. Cualquier mujer. Aunque, por supuesto, nunca podría contarle sus sueños.

es que salió de esta casa esa noche, salió de su auto e intentó matar al único testigo
en su contra. '¿Por qué no puedes cuidar de mí?' Yo dije. 'Si voy a parecer calvo, lo haría
Prefiero que lo veas. Lo hiciste.'

Excepto usted, por supuesto. Él sonrió. Luego, para mi sorpresa, me besó suavemente en la mejilla. 'He querido
hacer eso desde que golpeaste ese lápiz labial frente a mí', dijo, '¿Y ahora dejarás de
'¿Pero por qué debería tratar de matarme?' Yo dije.
ser un detective y te concentrarás en dejarte crecer un poco de cabello en un lado de
—Porque no dejarías las cosas en paz. Fuiste un peligro desde el momento en que
la cabeza? Porque voy a estar aquí por un tiempo considerable.
insististe en que Elinor había sido asesinada. Y porque llamó a Margaret anoche y le
preguntó por qué había visitado a la señora Thompson.

Cuando levanté la vista, mi madre estaba junto a la puerta, sonriendo.

¿Crees que estaba escuchando?
Sé que estaba escuchando. Y fue entonces cuando Margaret me envió para
advertirte. Admitió que había estado vigilando la casa de los Hammond toda la noche
y que cuando Fred llegó a la puerta de nuestra cocina, estaba justo afuera. Pero Fred
parecía tranquilo, bebiendo su café. Entonces Fred había comenzado a caminar a
casa, y lo siguió detrás de la valla. Pero lo perdió demasiado tarde y supo que estaba
en el camino de regreso. Fred había levantado su arma para dispararme cuando lo
agarró.

De repente me di cuenta de que estaba llorando. Todo fue horrible. Sacó un

pañuelo y me secó los ojos.
"Todo ha terminado ahora", dijo. Eres una mujer muy valiente, Louise Baring. No
lo estropees ahora. Se levantó bastante rápido. Creo que ya has tenido suficiente de
asesinatos y muertes repentinas. Lo que necesitas es tranquilidad. Alguien vendrá
pronto a poner un nuevo vendaje.

66
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Susan perezosa
NANCY PIGKARD

quiero que me enseñes a disparar un arma', Susan Carpenter

dijo a su marido en el desayuno.
'¿Quieres que haga qué?'

Stan Carpenter dejó de comer y la miró fijamente.

Llévame a un campo de tiro. Susan apiló dos tomates y un huevo frito en su
pan para poder comerlo como un sándwich.
Le parecía una tonta pérdida de esfuerzo comer sólo una cosa a la vez.

El asombro de su esposo se convirtió en deleite. Creo que es una idea

maravillosa. Desde que le robaron la semana anterior

En una noche oscura en el estacionamiento del centro comercial Mulberry Street,

Stan le había estado diciendo que aprendiera a protegerse, preferiblemente con
un arma. '¿Pero lo dices en serio?
Siempre has odiado las armas.

—Bueno, supongo que ganas, querida —dijo Susan, sonriendo—.

"Iremos al campo de tiro esta noche", prometió Stan.
Susan había estado más enfadada que asustada cuando le robaron.
El ladrón no la había lastimado mucho, solo un pequeño golpe en la cabeza con
su arma. Ni siquiera había roto la piel. ¡Pero ella estaba tan enojada por eso!

'¡Cincuenta dolares!' le gritó al simpático policía. '¡Un minuto tenía cincuenta

dólares en mi bolso y luego no tenía nada! ¡Tengo que trabajar horas para ganar
tanto dinero, y él lo toma así! ¡Cincuenta dólares duramente ganados!

69
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Historias de crímenes estadounidenses
Tenía razón, por supuesto, excepto en la parte de 'ganada con esfuerzo'.
Oh, ella iba a la oficina de ventas donde trabajaba todos los días, y sonreía a los
clientes, y sus jefes la querían; a la mayoría de la gente le gustaba, no podían evitarlo.
Pero hubo más de su trabajo que no se hizo de lo que se hizo. 'Oh, bueno,' ella
siempre decía, 'usted me conoce.
. . Susan perezosa.'
'¿Cómo se siente?' dijo Stan.
"Se siente bien", dijo Susan. En realidad, la pequeña pistola era sorprendentemente
agradable de sostener. Lo levantó y apuntó como le había indicado Stan, volvió a
enfadarse al pensar en el robo y apretó el gatillo.
'¡Eso es muy bueno!' Stan gritó.
Nunca lo había oído gritar antes, pero era la única forma de comunicarse en el
campo de tiro al blanco. Quería apuntar el arma a su boca y soplar el humo como
John Wayne, pero no lo hizo.
'Buenas tardes Damas.' El experto en defensa personal se paró junto a una pantalla
y comenzó diciendo: 'La víctima de un atraco generalmente se ve así.
. .' Una imagen en color apareció en la pantalla. Era de una
viejecita que llevaba una bolsa de la compra en una mano y un monedero en la otra.
'Ella hará que sea fácil para el asaltante agarrar, empujar y correr. Por lo general, no
elegirá a una víctima que parezca que podría contraatacar.
Apareció otra imagen en la pantalla: una mujer más joven,
que parecía fuerte y cuyas manos estaban vacías.
'¡Si quieres evitar que te asalten, camina con confianza! Manten tu cabeza en
alto. Tire de los hombros hacia atrás. Deja que tus brazos se balanceen y no lleves
muchos paquetes. Lleva tu bolso debajo
70
susana brumosa
su brazo, o sosténgalo firmemente con ambas manos. Mira como si supieras a dónde
vas, incluso si no lo sabes. ¡Haz que ese ladrón piense que eres duro! ¿Alguna
pregunta?'
¿Hay alguna forma de reconocer a un atracador? preguntó Susana.
'Por supuesto.' El instructor sonrió. 'Él es el de la ropa oscura,
escondido en los arbustos.
Todos menos Susan se rieron.
Esta era la tercera noche que venía. La primera noche habían aprendido a gritar
fuerte ya correr rápido. La segunda noche habían aprendido cómo las llaves y las
tijeras para uñas podían usarse como armas. Ahora habían aprendido '¿Quién es una
probable víctima de atraco?'
Todas las damas que se fueron a casa más tarde mantuvieron la cabeza en alto y
No caminé cerca de ningún arbusto.
Stan estaba asombrado de lo fuerte y confiada que parecía Susan después de solo
tres semanas de entrenamiento de defensa personal. "Nunca te había visto trabajar
tan duro en nada", dijo.
—Bueno, hay cosas en las que vale la pena trabajar duro —dijo—. '¡Y todavía
estoy enojado porque me robaron!'
Las tiendas estaban cerradas cuando los últimos cinéfilos salieron al amplio y oscuro
estacionamiento del centro comercial Mulberry Street.
Había sido una película de Superman. Después de dos horas y media de verlo doblar
hierro y saltar edificios altos, Susan se sintió lista para cualquier cosa.
Stan no habría aprobado que ella fuera sola al cine, por supuesto, especialmente
si no regresaba a la 'escena del crimen'.
Pero él estaba fuera, y ahora ella sabía un par de cosas sobre cómo cuidarse a sí
misma.
71
Machine Translated by Google

Historias de crímenes estadounidenses Susan perezosa

Un grupo oscuro de arbustos se interponía entre ella y su coche. Caminó con confianza

a través de ellos, luego se giró y se inclinó un poco para mirar cuidadosamente detrás de

ella.
Ella vio al hombre antes de que Él la notara.

Todo lo que había aprendido sobre la defensa personal pasó por su mente: examinó su
forma de caminar, la expresión de su rostro sombreado y el objeto en sus manos. Pensó en

las horas que había tenido que trabajar para ganar cincuenta dólares y en el hombre que se

los había robado con tanta facilidad. Sacó de su bolsillo la pequeña pistola que Stan le

había enseñado a usar. Luego, justo cuando el hombre pasaba entre los arbustos, ella saltó

detrás de él para que no pudiera verla.

Ella puso el arma contra su cabeza.

—No quiero hacerte daño —dijo Susan con su nueva voz segura de sí misma, que

sonaba más baja de lo normal. Sólo quiero tu dinero.

El viejecito dejó caer su bolsa de compras al lado de una pierna.

de los pantalones de Susan.

¡Ha habido otro atraco en el centro comercial! Stan dobló el periódico local. Los bordes

tocaron su huevo frito. Eso prueba lo que he dicho. Nunca debes ir allí solo por la noche.

No lo harás, ¿verdad, Susan?

—Te estás manchando los pantalones de huevo, querida.

'¿Qué? ¡Vaya! También está por todo el suelo.

—No te preocupes por eso —dijo Susan. Lo limpiaré. Tengo mucho

de tiempo extra ahora. 'Si cariño.' Ella sonrió. Probablemente pueda.

Stan sonrió un poco nervioso. Estaba contento de que ella hubiera dejado de hacer ese

trabajo mal pagado en la oficina de ventas, pero temía que su encantadora pero perezosa Ojalá. 'Estoy seguro de que puedes encontrar una forma más fácil de ganar dinero'.
Susan no se esforzara mucho por encontrar otro trabajo. 'Tendrás tiempo para entrenar para Perezosamente, Susan revolvió su café.
algo mejor', dijo, 'Si cariño.' Ella sonrió. Probablemente pueda.

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El destripamiento de Couffignal
DASHIEL HAMMETT
C ouffignal está a dos horas de viaje desde San Francisco. No es un
isla grande, y está unida al continente por un puente de madera. Su orilla
occidental es un acantilado alto y recto que surge de la bahía de Pablo. Desde
lo alto del acantilado, la isla se inclina hacia el este hasta una playa, donde hay
muelles y embarcaciones de recreo.
La calle principal de Couffignal tiene el banco, el hotel, el cine y las tiendas
habituales, pero también hay árboles y césped, y no hay feos letreros
intermitentes. Los edificios parecen estar uno al lado del otro, como si hubieran
sido diseñados por la misma persona.
Las calles que cruzan la calle principal discurren entre hileras de
lindas cabañas cerca de la parte inferior de la pendiente, pero más arriba las
casas son más grandes y están más separadas. La mayoría de los propietarios
de estas casas son ancianos ricos y bien alimentados que pasarán lo que les
quede de vida cuidando su salud entre los de su propia especie. Admiten en la
isla solo a tantos tenderos y trabajadores como sea necesario para mantenerlos
cómodamente atendidos.
Ese es Couffignal.
Era algún tiempo después de la medianoche. Estaba en una habitación del
piso superior de la casa más grande de Couffignal, rodeado de regalos de boda
cuyo valor ascendería a entre cincuenta y cien mil dólares. La ceremonia se
había realizado en una pequeña iglesia de piedra colina abajo. Luego, la casa
comenzó a llenarse de invitados a la boda, y se mantuvo llena hasta que la novia
y su nuevo esposo se fueron a tomar el tren.
74
El destripamiento de Couffignal
Se supone que un detective privado en una boda debe parecerse a cualquier
otro invitado, pero esto nunca es posible. Tiene que pasar la mayor parte de su
tiempo donde pueda ver los regalos, y lo que está haciendo pronto se vuelve
obvio. De todos modos, reconocí a ocho o diez de los invitados como clientes o
antiguos clientes míos.
Poco después del anochecer, un viento que olía a lluvia comenzó a
amontonar nubes de tormenta sobre la bahía. Aquellos invitados que vivían a
cierta distancia, especialmente aquellos que tenían agua para cruzar, se
apresuraron a regresar a sus hogares. Los que vivían en la isla se quedaron
hasta que empezaron a caer las primeras gotas de lluvia. Luego se fueron.
La casa de Hendrixson quedó en silencio. Los sirvientes de la casa,
cansados, desaparecieron hacia sus dormitorios. Encontré algunos sándwiches,
un par de libros y una silla cómoda, y los llevé a la habitación donde los regalos
ahora estaban escondidos debajo de una sábana blanca gris.
Keith Hendrixson, el abuelo de la novia (sus padres habían muerto), asomó
la cabeza por la puerta. ¿Tienes todo lo que necesitas para tu comodidad?
preguntó.
'Si gracias.'
Dijo buenas noches y se fue a la cama - un anciano, pero alto
y delgado como un niño.
El viento soplaba y ahora llovía con fuerza. Acerqué mi silla a una lámpara
y puse sándwiches, libros, cenicero, pistola y linterna en una pequeña mesa al
lado. Encendí un cigarrillo, me acomodé en la silla y tomé un libro.
Se trataba de un hombre duro y violento llamado Hogarth, cuyo modesto
plan era tener el mundo en una mano. Hubo robos y asesinatos, fugas de
prisiones y diamantes del tamaño de sombreros. Suena loco, pero en el libro
era tan real como un dólar.
75
Machine Translated by Google
Historias de crímenes estadounidenses
Hogarth seguía ganando cuando se apagaron las luces.
Metí el cigarrillo en uno de los sándwiches, dejé el libro, cogí la pistola y
la linterna y me aparté de la silla. Escuchar ruidos no era bueno. La tormenta
estaba haciendo cientos de ellos. Necesitaba saber por qué se habían
apagado las luces. Todas las demás luces de la casa se habían apagado
hacía algún tiempo, por lo que la oscuridad del pasillo no me decía nada.
Esperé. Mi trabajo era vigilar los regalos. Nadie los había tocado todavía.
Pasaron los minutos, tal vez diez de ellos.
El suelo se movió bajo mis pies. Las ventanas temblaron violentamente.
Luego, el sonido de una fuerte explosión llenó el aire, ahogando los ruidos
del viento y el agua que caía. No estaba cerca, pero tampoco fuera de la
isla.
Me acerqué a la ventana. Debería haber sido capaz de ver un
pocas luces brumosas colina abajo. No poder verlos significaba que las
luces se habían apagado en todo Couffignal, y no solo en la casa de los
Hendrixson.
Eso fue mejor. Tal vez la tormenta apagó las luces,
provocó la explosión. Quizás.
Tuve la impresión de una gran excitación colina abajo, de movimiento en
la noche. Pero estaba demasiado lejos para que yo hubiera visto u oído
algo, incluso si hubiera habido luces. Me alejé de la ventana.
Otra explosión me devolvió a él. Sonaba más cerca que el primero,
quizás porque era más fuerte. Mirando de nuevo a través del cristal, seguía
sin ver nada.
El sonido de los pies descalzos apresurándose vino del pasillo. Una voz
gritaba ansiosamente mi nombre. Puse mi arma en mi bolsillo y encendí la
linterna. Keith Hendrixson, en ropa de dormir
76
El destripamiento de Couffignal
y luciendo más delgado y mayor de lo que cualquiera podría ser, entró en
la habitación.
'Lo es...? '
'No creo que sea un terremoto', dije. Ese es el primer desastre en el que
piensa todo californiano. Las luces se apagaron hace un rato. Ha habido un
par de explosiones colina abajo desde...
Me detuve cuando escuché tres disparos, muy seguidos. Disparos que
solo los rifles más pesados podrían hacer. Luego, agudo y pequeño en la
tormenta, llegó el sonido de un disparo de pistola.
Más pies corrían por el pasillo. Voces emocionadas susurraron.
Entró un sirviente, parcialmente vestido y con velas encendidas.
Puso las velas en la mesa al lado de mis sándwiches.
Brophy, ¿intentarás averiguar cuál es el problema?
le dijo Hendrixson.
Lo he intentado, señor. El teléfono no funciona. debo enviar
¿Oliver al pueblo?
No, no creo que sea tan grave. ¿Crees que es
¿nada grave?' Hendrixson me preguntó.
Dije que no lo creía, pero que había oído un grito tenue que podría haber
venido de una mujer lejana, y el disparo rápido de más tiros. Luego vino de
nuevo el sonido de los cañones más pesados.
El timbre de la puerta sonó de repente, alto y largo.
Brophy se fue y volvió.
—Princesa Zhukovski —anunció—.
Entró corriendo en la habitación: una chica rusa alta que había visto
antes en la recepción de la boda. Sus ojos estaban muy abiertos y oscuros
por la emoción. Su rostro estaba muy blanco y húmedo.
—¡Oh, señor Hendrixson! Era como una niña emocionada. ¡Están
robando el banco y el jefe de policía está muerto! Cuando el
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Historias de crímenes estadounidenses

El destripamiento de Couffxgnal

nos despertó una explosión, el general mandó bajar a Ignati para averiguar qué
tormenta conduciendo a nuestras espaldas. Me detuve en el primer claro entre
pasaba. Llegó a tiempo para ver volar el banco.
los árboles y señalé con la cabeza la forma negra de una casa. 'Ese es tu-'
¡Escucha!'

Oímos una ráfaga salvaje de disparos mixtos.

Su risa me detuvo. Me tomó del brazo y empezó a llevarme de prisa por el
¡Ese será el general que llega al banco! ella dijo. ¡Se divertirá maravillosamente!
camino de nuevo. "Solo le dije eso al señor Hendrixson para que no se
Tan pronto como Ignati regresó con la noticia, el general entregó un arma a todos
preocupara", explicó.
los hombres de la casa y los sacó.
Ella era alta. Soy bajo y grueso. Tuve que mirar hacia arriba para ver tanto de
su rostro como la noche gris lluviosa me permitía ver. —No sé qué encontraremos
¿Y la duquesa? preguntó Hendrixson.
ahí abajo —dije. No puedo cuidar de ti.
La dejó en casa conmigo, por supuesto. Me escabullí de la casa mientras ella
'Puedo cuidarme sola', dijo. Soy tan fuerte como tú, y más rápido, y puedo
estaba tratando de hacer té. ¡Esta no es la noche para quedarse en casa!'
disparar.
Nos apresuramos.
Hendrixson me miró. No dije nada.
Ocasionalmente, figuras oscuras se movían en el camino delante de nosotros,
¿Podrías hacer algo ahí abajo? preguntó.
pero demasiado lejos para reconocer a alguien. Entonces un hombre nos pasó,
'Tal vez pero. . .' Asentí a los regalos. corriendo cuesta arriba.
'¡Oh, esos!' dijo el anciano. 'Estoy tan interesado en el banco
¡Han terminado con el banco y están en Medcraft's! gritó al pasar.
como en ellos. Y estaremos aquí.

'Está bien, voy a bajar. Deja a Brophy aquí y deja al chófer junto a la puerta
"Medcraft es el joyero", me informó la chica.
principal. Dales armas si tienes alguna. ¿Hay algún impermeable que me preste?
i Las casas estaban ahora más juntas. Abajo, el destello naranja ocasional de
un arma se podía ver a través de la lluvia. Llegamos a la calle principal justo
Brophy me encontró un impermeable de goma amarillo, luego Hendrixson y la cuando estalló un corto y agudo RAT-TAT-TAT de disparos.
princesa me siguieron escaleras abajo. ella iba con
me.
Empujé a la princesa hacia la puerta más cercana y salté detrás de ella. Las
—¡Pero Sonya! protestó el anciano.
balas atravesaron las paredes y entonces supe que el RAT-TAT-TAT procedía de
'No voy a ser tonta, aunque me gustaría', le prometió. Voy a volver con la
una ametralladora.
duquesa, que quizás ya habrá preparado un poco de té.
La princesa había caído de espaldas en un rincón, contra un muchacho de
unos diecisiete años que se refugiaba en el portal. Tenía una pierna y una muleta.
—Eso es sensato —dijo Hendrixson, y nos dejó salir a la lluvia y al viento.

'Es el chico que reparte periódicos', Princesa Zhukovski

No era el clima para hablar. Bajamos la colina, el
dijo, 'y le has hecho daño.'

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Historias de crímenes estadounidenses El destripamiento de Couffignal

Weegan. Tienen una ametralladora en un coche en medio de la calle.

'¿Donde está todo el mundo?'

La mayoría de ellos están detrás del Salón. La ametralladora no les permitirá
acercarse lo suficiente para ver a lo que están disparando. Bill Vincent me dijo
que me fuera, porque solo tengo una pierna, pero podría disparar tan bien como
cualquiera, si tan solo tuviera algo con lo que disparar.

—Puedes hacer algo por mí —dije. Puedes quedarte aquí y vigilar este
extremo de la calle, así sabré si salen en esta dirección.

'No estarás diciendo eso para hacer que me quede aquí fuera del camino,
¿verdad?' él dijo.
'No', mentí. Necesito que alguien vigile. me iba a ir
la princesa aquí, pero estarás mejor.
—Sí —dijo, captando mi idea—. Este hombre es detective. Haz lo que te
pida y estarás ayudando más que si estuvieras despierto con los demás.

La ametralladora seguía disparando, pero ya no en nuestra dirección.

'Voy a cruzar la calle', le dije a la chica.
¿No vas a unirte a los demás?
'No. Si puedo esquivar a los bandidos, tal vez pueda hacer algo útil.

Empujé a la princesa hacia la puerta más cercana.

La princesa y yo cruzamos la calle corriendo sin que nos dispararan, luego

El niño sonrió mientras se levantaba. 'No estoy herido, pero tienes miedo avanzamos por el costado de un edificio antes de entrar en un callejón. Del otro

saltando sobre mí de esa manera. extremo del callejón llegaba el olor a bahía.

'¿Lo que está sucediendo?' Le pregunté. La gran figura de un hombre apareció delante de nosotros.

'Debe haber cien de ellos', dijo. Han volado el banco de par en par, y ahora Me paré frente a la chica y seguí hacia él. Debajo de mi impermeable,

algunos de ellos están en Medcraft's, y supongo que también volarán eso. Y apunté mi arma a su estómago. Se quedó quieto. Era más grande de lo que

mataron a Tom había parecido al principio. Sus manos estaban vacías. yo

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Historias de crímenes estadounidenses
Le iluminó la cara con la linterna durante un segundo.
—¡Ignati! exclamó la chica por encima de mi hombro.
Empezó a hablarle en ruso. Ella se rió al principio, luego sacudió la cabeza
y habló bruscamente. Negó con la cabeza y luego me habló.
'General Pleshskev, me dice que traiga a la princesa Sonya a casa'.
'Llévatela', le dije.
La chica me miró con enojo, luego se echó a reír. —Está bien, Ignati —dijo
en inglés—, me iré a casa. Y dio media vuelta y volvió a subir por el callejón,
con el gran hombre detrás de ella.
Bajé a la playa, luego fui rápidamente a lo largo de la orilla hacia los sonidos
de la ametralladora y los disparos más pequeños.
Escuché tres explosiones, muy juntas: bombas, granadas de mano, pensé,
recordando los sonidos. Eso sería la tienda del joyero estallando en pedazos.
Otra granada estalló. La voz de un hombre gritó de terror.
Doblé hacia la orilla del agua. No había visto ninguna forma oscura en el
agua que pudiera haber sido un bote. Había barcos
por esta playa por la tarde. Con los pies en el agua de la bahía seguía sin ver
ningún barco. La tormenta podría haberlos arrastrado, pero no pensé que lo
hubiera hecho. El viento era fuerte aquí, pero no violento.
Seguí hasta la orilla. Ahora vi un barco. Una forma negra delante, sin luces.
Nada de lo que pude ver se movió en él. Era el único barco en esa orilla. Eso
lo hizo importante.
Una sombra se movió entre mí y la parte trasera oscura de un edificio.
Me detuve. La sombra, del tamaño de un hombre, se movió de nuevo, en la
dirección de donde venía.
A seis metros de mí, la sombra se detuvo de repente.
Yo fui visto. Mi arma apuntaba a la sombra.
82
El destripamiento de Couffignal
'Vamos,' dije suavemente. Veamos quién eres.
La sombra se acercó. No podía arriesgarme a usar la linterna, pero solo
pude ver un hermoso rostro con una mancha oscura en un lado. Era uno de
los rusos que había estado en el
boda.
'Oh, ¿cómo estás?' dijo el dueño de la cara a la ligera. 'Usted era
en la boda esta tarde.
'Sí.'
¿Has visto a la princesa Zhukovski? ¿Usted la conoce?'
Se fue a casa con Ignati hace diez minutos.
'¡Excelente!' Se secó la cara manchada con un pañuelo manchado y se
volvió para mirar el bote. —Ese es el barco de Hendrixson —susurró—. Lo
tienen y se han deshecho de los demás.
Eso significa que se van a ir por agua.
'Sí,' estuvo de acuerdo. 'A no ser que . . . ¿lo intentamos? . .? No puede haber
muchos de ellos en el barco. Dios sabe que hay suficientes en tierra. Los dos
tenemos armas.
Manteniéndonos cerca de las paredes de los edificios, nos deslizamos
hacia el bote. Tenía unos cuarenta y cinco pies de largo y subía y bajaba en el
agua junto a un pequeño muelle. Había algo en la popa del barco, pero no
pude ver qué era. Momentos después, una cabeza y unos hombros oscuros
asomaron por encima de la cosa desconcertante de la popa.
Los ojos del joven ruso eran mejores que los míos.
—Lleva una máscara sobre la cara —susurró.
El hombre de la máscara se quedó inmóvil. Nos quedamos quietos.
'¿Podrías golpearlo desde aquí?' preguntó el joven ruso.
'Tal vez,' dije. Pero es mejor que nos acerquemos tanto como podamos y empecemos
disparando cuando nos ve.
83
Machine Translated by Google
Historias de crímenes estadounidenses
El descubrimiento vino con nuestro primer paso adelante. El hombre en el
bote hizo un sonido bajo. El joven a mi lado saltó hacia adelante. Reconocí la
cosa en la popa del bote justo a tiempo para sacar una pierna y hacerlo
tropezar. Cayó sobre la arena. Me dejé caer detrás de él.
La ametralladora en la popa del bote derramó metal sobre nuestras cabezas.
'¡Sal de ahí!' grité.
Di un ejemplo rodando hacia la parte trasera del edificio que acabábamos
de dejar.
El hombre del arma disparó salvajemente a través de la playa.
A la vuelta de la esquina del edificio, nos sentamos.
—Me salvaste la vida haciéndome tropezar —dijo el joven con frialdad.
'Sí. Me pregunto si movieron la ametralladora de la calle,
o si esto es otro—'
La respuesta a eso llegó de inmediato. La ametralladora de la calle unió su
RAT-TAT-TAT con la del bote.
¡Un par de ellos! Yo dije. ¿Y cuántos bandidos?
—No creo que haya más de diez o doce —dijo—, aunque no es fácil
contarlos en la oscuridad. Los pocos que he visto llevan máscaras, como el
hombre de la barca. Los atacamos mientras robaban el banco, pero tenían una
ametralladora en un auto y no podíamos competir con eso'.
'¿Dónde están los isleños cómo?'
Escondiéndose, supongo, a menos que el general Pleshskev haya logrado
reunirlos de nuevo.
—Supongamos que te quedas aquí y vigilas el barco —sugerí—. Veré qué
ocurre más arriba y, si puedo reunir a algunos buenos hombres, intentaré
volver a subir al barco, probablemente desde el otro lado.
84
El destripamiento de Couffgnal
"Probablemente encontrarás a la mayoría de los isleños detrás de la
iglesia", dijo.
Me alejé hacia la calle principal donde me detuve a mirar alrededor antes
de cruzarla. Todo estaba en silencio. El único hombre que pude ver estaba
acostado boca abajo en el suelo cerca de mí. Me arrastré a su lado sobre mis
manos y rodillas y lo miré. Él estaba muerto.
Salté y corrí al otro lado de la calle. Nada trató de detenerme. En un portal,
pegado a una pared, miré atentamente. El viento había cesado y la lluvia era
ahora un aguacero constante de pequeñas gotas. La calle principal de
Couffignal estaba vacía.
Caminé rápidamente hacia el banco. Desde lo alto de la colina pude
escuchar una ametralladora lanzando su chorro de balas.
Mezclado con este ruido estaban los sonidos de armas más pequeñas y una
granada o dos.
Salí de la calle principal y comencé a correr colina arriba. Los hombres
corrían hacia mí. Dos de ellos pasaron, pero detuve al tercero. Estaba pálido y
respiraba con dificultad.
—Han movido el coche con la ametralladora detrás de nosotros —jadeó—.
Allá atrás, en alguna parte. Está intentando llevarse el coche, pero nunca lo
hará.
Otros hombres nos habían pasado, corriendo cuesta abajo, mientras
hablábamos. Dejé ir al hombre de la cara blanca y detuve a cuatro hombres
que no corrían tan rápido como los demás.
'¿Qué está pasando ahora?' Yo pregunté.
'Están pasando por las casas de la colina,' un rostro afilado
dijo el hombre con un arma.
¿Alguien ya se ha llevado la noticia de la isla?
'No puedo', dijo otro. Volaron el puente.
¿Nadie sabe nadar?
85
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Historias de crímenes estadounidenses
No con ese viento.
—El viento está más tranquilo ahora —dije—.
El hombre de cara afilada le dio su arma a uno de los otros y se quitó el
abrigo. "Lo intentaré", dijo.
'¡Bueno! Despierta a todo el país y haz llegar las noticias al barco de la policía
de San Francisco. Diles que los bandidos tienen un bote con una ametralladora
listo para zarpar. Es de Hendrixson.
El hombre de cara afilada se fue.
'¿Un barco?' dos de los hombres preguntaron juntos.
'Sí. Si vamos a hacer algo, tendrá que ser ahora. Consigue a todos los
hombres y todas las armas que puedas encontrar allí. Dispara al barco desde los
tejados si puedes. Cuando el auto del bandido baje, dispárale. Te irá mejor desde
los edificios que desde la calle.
Cien metros más adelante, lo que quedaba de los hombres del general salió
de la noche, corriendo cuesta abajo, con las balas volando detrás de ellos. Salí
del camino hacia la hierba suave y húmeda y continué mi viaje cuesta arriba. La
ametralladora en la colina estaba en silencio. El del bote todavía estaba trabajando.
El que estaba delante empezó de nuevo, disparando demasiado alto para dar en
cualquier cosa cercana. Estaba ayudando a su compañero de abajo, disparando a la principal
calle.
Antes de que pudiera acercarme, se había detenido. Oí que el coche avanzaba
hacia mí. Rodando hacia los árboles, me quedé allí. Tenía seis balas.
Cuando vi ruedas en el camino, vacié mi arma y disparé bajo.
El coche siguió.
Salté de mi escondite.
El coche desapareció repentinamente de la carretera vacía.
Hubo un fuerte estruendo. El ruido del metal plegándose sobre sí mismo.
El sonido de cristales rotos.
86
El Destripamiento de Couffignal
Corrí hacia esos sonidos.
De una pila negra donde un motor tosió y se apagó, una figura negra saltó y
salió corriendo por el césped mojado. Fui tras él, esperando que los otros en el
naufragio estuvieran muertos.
Estaba a unos diez metros detrás del hombre que corría. Estuve tentado de
arrojarle mi arma vacía a la cabeza, pero era demasiado arriesgado. Apareció un
edificio oscuro. Mi hombre corrió hacia la derecha, para sortear el
esquina.
A la izquierda, un arma pesada se disparó.
El hombre que corría desapareció por la esquina de la casa.
¡Dios mío! La voz del general Pleshskev se quejó. 'Cómo
¿podría no verlo a esa distancia?'
¡Ve por el otro lado! grité, corriendo alrededor de la
esquina después de mi hombre.
Sus pies corrían adelante. No pude verlo. vino el general
alrededor desde el otro lado de la casa.
'¿Lo tienes?'
'No.'
Frente a nosotros había un terraplén de piedra, encima del cual había un
camino. A cada lado de nosotros había arbustos altos y sólidos. Un triángulo
pálido apareció en el camino de arriba, un triángulo que podría haber sido un
trozo de camisa sobre la abertura de una chaqueta.
¡Quédate aquí y habla! Le susurré al general y me deslicé
delantero.
-Debe haber ido por el otro lado -dijo el general, como si yo estuviera de pie
junto a él-, porque si hubiera venido por aquí lo habría visto, y si se hubiera
elevado por encima de los arbustos, uno de nosotros lo habría visto. lo he visto
en contra. . .'
Habló una y otra vez mientras subía el banco de piedra. Él
hombre en el camino, tratando de hacerse pequeño con la espalda en
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Historias de crímenes estadounidenses
un arbusto, miraba al general. Me vio cuando tenía los pies en el camino.
Saltó y levantó una mano.
Salté, con ambas manos extendidas.
Una piedra, girando bajo mi pie, me tiró de lado, salvando mi cabeza
de la bala que le envió.
Cuando caí, mi brazo atrapó sus piernas y él cayó encima de mí. Le di
una patada, le atrapé el brazo con el arma y justo había decidido morderlo
cuando el general cruzó el camino y empujó al hombre con su arma.
Me puse de pie. Me había lastimado el tobillo y era difícil pararme.
Puse la mayor parte de mi peso sobre la otra pierna y enfoqué mi linterna
hacia el prisionero.
'¡Hola, Flippo!' exclamé.
'Hola', dijo, no feliz de ser reconocido.
Era un italiano gordo de veintitrés o cuatro años. Ayudé a enviarlo a
prisión hace cuatro años por su participación en un robo. Llevaba varios
meses fuera.
'A la junta de prisiones no le va a gustar esto', le dije.
—Te has equivocado —dijo—. 'Yo no estaba haciendo nada. Estaba
aquí para ver a algunos amigos. Y cuando esta cosa se desató tuve que
esconderme. Si la policía me atrapa aquí, tendré problemas.
Y ahora me tienes a mí y crees que soy parte de eso.
'Eres un lector de mentes', le dije, y le pregunté al general: '¿Dónde
podemos encerrarlo por un tiempo?'
'En mi casa hay una habitación con una puerta fuerte y sin ventanas',
dijo el general. la
Tomó el brazo de Flippo mientras yo caminaba dolorosamente detrás
de él, recargando mi arma. No teníamos que ir muy lejos. El general llamó
a la puerta de su casa y gritó algo en
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El destripamiento de Couffignal
su lengua Abrió la puerta un sirviente ruso con un gran bigote. Detrás de
él estaban la princesa y un mayor
mujer.
Llevamos a Flippo a la habitación sin ventanas mientras el general les
contaba a los demás lo que había sucedido. Encerramos a nuestro
prisionero adentro, luego bajamos las escaleras.
'¡Estás herido!' me dijo la princesa.
Me volteé el pie, eso es todo. Pero sería mejor con
algo de apoyo ¿Tienes un vendaje?
'Sí', dijo ella; y habló al sirviente, el cual salió de la habitación y volvió
con una venda.
Ya no se oía ningún disparo subiendo por la colina, y la lluvia era más
ligera. La noche casi había terminado, y pronto sería de día. Me había
atado el vendaje alrededor del tobillo y me estaba abrochando el botón de
la gabardina cuando llamaron a la puerta principal. Escuché que alguien
hablaba en ruso, luego entró el joven ruso que había conocido en la playa.
—¡Aleksander, eres...! la mujer mayor gritó cuando ella
vio la sangre en su rostro y se desmayó.
Él no se dio cuenta de esto, como si estuviera acostumbrado a sus desmayos.
'Se han ido en la barca', me dijo, mientras la niña y dos sirvientes recogían
a la mujer y la acostaban en un sofá.
'¿Cuanto?' Yo pregunté.
Conté diez.
—¿Los hombres que envié allí no pudieron detenerlos?
Levantó los hombros y los dejó caer de nuevo. 'Toma un
estómago fuerte para enfrentarse a una ametralladora.
La mujer que se había desmayado ahora hacía preguntas en ruso. La
princesa se estaba poniendo el abrigo. La mujer dejó de interrogar al joven
y le preguntó algo.
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Machine Translated by Google
Historias de crímenes estadounidenses
"Todo ha terminado", dijo la princesa. Voy a mirar los restos.
Esa idea atrajo a todos. Cinco minutos después, todos estábamos en camino
cuesta abajo. Otros isleños también se apresuraban bajo la lluvia, sus rostros
cansados y emocionados a la luz de la mañana.
Una mujer salió corriendo de la multitud y comenzó a decirme algo. La
reconocí como una de las criadas de Hendrixson. Capté algunas de sus palabras.
'Regalos perdidos. . . Sr. Brophy asesinado. . . Oliver . .'
'Bajaré más tarde', les dije a los demás, y fui tras la criada.
Corría de regreso a la casa de los Hendrixson. No podía correr, ni caminar
rápido. Ella, Hendrixson y más de sus sirvientes estaban afuera cuando llegué.
—Mataron a Oliver y Brophy —dijo el anciano—.
'¿Cómo?'
“Estábamos en la parte de atrás de la casa, arriba, viendo el tiroteo en el
pueblo. Oliver estaba junto a la puerta principal y Brophy en la habitación con los
regalos. Oímos un disparo allí adentro, e inmediatamente apareció un hombre
en la puerta de nuestra habitación, amenazándonos con dos pistolas,
obligándonos a permanecer allí durante unos diez minutos. Luego cerró la puerta
con llave y se fue. Derribamos la puerta y encontramos a Brophy y Oliver muertos.
Vamos a mirarlos.
El chofer estaba justo dentro de la puerta principal. Yacía de espaldas, con
la garganta cortada en línea recta por delante. Su arma estaba debajo de él. Lo
saqué y lo examiné. No había sido disparado.
Arriba, Brophy estaba recostado contra una pata de una de las mesas en las
que se habían esparcido los regalos. Su arma no estaba. Tenía un agujero de
bala en el pecho.
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El destripamiento de Coufftgnal
La mayoría de los regalos todavía estaban allí. Pero lo más valioso
unos se habían ido.
¿Qué aspecto tenía el hombre que viste? Yo pregunté.
"No lo vi muy bien", dijo Hendrixson. 'No había luz en nuestra habitación. Era
simplemente un hombre grande con un impermeable de goma negro y una
máscara negra.
Mientras bajábamos las escaleras de nuevo, le dije a Hendrixson lo que tenía
visto y oído y hecho desde que lo había dejado.
'¿Crees que puedes obtener información sobre los demás de
¿El que atrapaste? preguntó, mientras me preparaba para salir.
'No. Pero espero alcanzarlos.
La calle principal de Couffignal estaba llena de gente cuando llegué de
nuevo. Allí estaban algunos hombres del barco de la policía de San Francisco.
Cien voces hablaban todas a la vez.
El banco estaba completamente destrozado, al igual que la joyería. Dos
médicos estaban ayudando a los aldeanos heridos.
Reconocí un rostro familiar debajo de un sombrero de uniforme, el sargento
Roche de la policía del puerto, y me abrí paso entre la multitud hacia él.
'¿Que sabes?' preguntó mientras nos dimos la mano.
'Todo.'
¿Quién ha oído hablar de un detective privado que no lo hiciera? bromeó
mientras lo sacaba de la multitud.
—¿Tu gente vio un bote vacío en la bahía? Pregunté cuándo estábamos
lejos del público.
"Barcos vacíos han estado flotando alrededor de la bahía toda la noche", dijo.
No había pensado en eso. ¿Dónde está tu barco ahora?
'Intentando atrapar a los bandidos. Me quedé con un par de hombres para
ayudar aquí.
'Estás de suerte', le dije. 'Ver al anciano al otro lado de la calle
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Historias de crímenes estadounidenses
con la barba negra?'
El general Pleshskev estaba allí, con la mujer que se había desmayado, el
joven ruso cuyo rostro ensangrentado la había hecho desmayarse y un hombre
gordo y pálido de cuarenta y tantos años que había estado con ellos en la
boda. Cerca de ellos estaba Ignati, dos criados que había visto en la casa, y
otro que obviamente era uno de ellos.
—Sí, veo a tu hombre con barba —dijo Roche—.
'Bueno, él es una de las personas que quieres. Y también la mujer y los
dos hombres con él. Y esos cuatro rusos parados a la izquierda son más de
ellos. Falta otro, pero me encargaré de eso. Pase la información a su jefe y
podrá atraparlos antes de que tengan la oportunidad de contraatacar. Creen
que están a salvo.
'¿Está seguro?'
'Estoy seguro.'
Empecé a moverme entre la multitud hacia el otro lado de la calle. La
princesa no parecía estar entre los presentes. Mi idea era que, junto al general,
ella fuera la más importante de la pandilla. Si ella estaba en la casa y no
sospechaba nada, supuse que no me daría mucha pelea.
Caminar era un infierno. El dolor de mi tobillo subió directamente
mi pierna, como un cuchillo.
—Ninguno de ellos bajó por ese camino —dijo una voz—.
El repartidor de periódicos con una pierna estaba de pie junto a mi codo.
Lo saludé como si fuera mi cheque de pago,
'Ven conmigo', le dije, tomándolo del brazo. 'Lo hiciste bien abajo
allí, y ahora quiero que hagas otra cosa por mí.
Lo conduje hasta la puerta de una pequeña cabaña amarilla. La puerta
92
El destripamiento de Coufftgnal
estaba abierta, dejada así cuando los dueños bajaron corriendo a dar la
bienvenida a la policía, supuse. Justo dentro de la puerta había una silla.
Saqué la silla afuera.
'Siéntate, hijo', le dije al niño. Entonces le quité la muleta de la mano. Aquí
tienes cinco dólares para alquilarlo, y si lo pierdo te compro uno de oro.
Me puse la muleta bajo el brazo y comencé a impulsarme colina arriba. La
colina era más larga y empinada que algunas montañas que había visto, pero
el camino a la casa de los rusos finalmente estaba bajo mis pies.
Todavía estaba a unos tres metros y medio de la casa cuando Princess
Zhukovski abrió la puerta.
'¡Vaya!' Ella exclamo. Y luego, recuperándose de su sorpresa, dijo: '¡Tu
tobillo está peor!' Bajó corriendo los escalones para ayudarme a subirlos y noté
que tenía algo pesado en el bolsillo derecho de su chaqueta. Con una mano
debajo de mi codo, me ayudó a entrar en la casa. ¿Por qué, me pregunté,
había vuelto a la casa después de empezar a bajar con los demás?
Me puso en una silla de cuero suave. —Debes tener hambre —dijo ella.
'Yo veré-'
'No, siéntate.' Señalé una silla frente a la mía. 'Quiero hablar contigo.'
Ella se sentó. No parecía nerviosa, ni siquiera curiosa. Y
ese fue su gran error.
¿Dónde lo has escondido todo? Yo pregunté.
Su rostro estaba blanco, pero había sido así desde la primera vez que la
vi. Su voz era suavemente fría.
—No entiendo tu pregunta —dijo ella.
—Te acuso de ayudar en el destripamiento de Couffignal y de los asesinatos
—expliqué—. "Te estoy preguntando dónde está el
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Historias de crímenes estadounidenses
las cosas que robaste están escondidas.
Lentamente, se puso de pie y me miró. '¡Cómo te atreves a hablarme así!
¡Yo, un Zhukovski!
'No me importa quién eres;' Le dije. Eres un ladrón y un asesino.
Su rostro blanco se convirtió en el rostro de un animal salvaje. Una mano -
garra ahora— fue al pesado bolsillo de su chaqueta. Entonces, tan rápido
como un relámpago, el animal había desaparecido. Y allí estaba la princesa
otra vez, tranquila y en control.
Se sentó, cruzó los tobillos, apoyó un codo en un brazo de su silla, apoyó
la barbilla en el dorso de esa mano y me miró a la cara con curiosidad.
¿Cómo se te ocurrió una idea tan extraña y fantástica como esa?
ella murmuró.
—No es extraño ni fantástico —dije—. 'Primero, quien planeó el trabajo
conocía la isla, cada centímetro de ella'. Segundo: el automóvil en el que se
fijó la ametralladora era propiedad local, robado al propietario aquí. Así estaba
la barca en la que iban los bandidos
se suponía que había escapado. Los bandidos de fuera de la isla habrían
necesitado un coche o un barco para traer aquí sus ametralladoras y granadas.
Entonces, ¿por qué no usaron ese auto o bote en lugar de robar uno nuevo?
Tercero: este trabajo no era el trabajo de bandidos profesionales. El peor
ladrón del mundo podría haber robado el banco y la joyería sin destrozar los
edificios. Cuarto: los bandidos del exterior no habrían destruido el puente.
Podrían haberlo bloqueado, pero no lo habrían destruido. Podrían haber
querido hacer su escapada en esa dirección. Quinto: los bandidos que
planeaban una huida en barco habrían acortado el trabajo, no extendido
durante toda la noche. Se hizo suficiente ruido aquí para despertar
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El destripamiento de Couffignal
California desde Sacramento hasta Los Ángeles. Lo que hicieron ustedes fue
enviar a un hombre en el bote, disparando, y no fue muy lejos. Tan pronto
como estuvo a una distancia segura, nadó de regreso a la isla. Big Ignati
podría haberlo hecho fácilmente.
Dejé de contar con la mano derecha y comencé a contar con la izquierda.
'Sexto: me encontré con uno de sus hombres, el joven, en la playa, y venía
del bote. Sugirió que tratáramos de subir al bote y nos dispararon, pero el
hombre detrás del arma estaba jugando con nosotros. Disparó por encima de
nuestras cabezas. Podría habernos matado en un segundo si hubiera querido.
Séptimo - que
El mismo joven es la única persona en la isla, que yo sepa, que vio a los
bandidos partir. Octavo: toda tu gente fue muy amable conmigo. El general
incluso pasó una hora hablando conmigo en la boda esta tarde. Ningún
criminal profesional haría eso. Noveno: después de que el coche de la
ametralladora fuera destrozado, perseguí a su ocupante. Lo perdí en esta
casa.
El chico italiano que atrapé no era él. No podía haber subido al sendero sin
que yo lo viera. Pero podría haber corrido hasta el lado de la casa del general
y desaparecer en el interior. El general obviamente lo estaba ayudando,
porque su disparo no lo alcanzó a menos de seis pies de distancia. Décimo -
sólo llamaste a la casa de Hendrixson para sacarme de allí.
Eso acabó con mi mano izquierda. Volví a mi derecha.
Undécimo: los dos sirvientes de Hendrixson fueron asesinados por alguien
a quien conocían y en quien confiaban. Supongo que consiguió que Oliver le
dejara entrar en la casa y que estaba hablando con él cuando uno de sus
hombres le cortó el cuello por la espalda. Luego subiste y le disparaste al
desprevenido Brophy. Duodécimo, pero eso debería ser
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Historias de crímenes estadounidenses

El destripamiento de Couffignal

suficiente. Me duele la garganta de enumerarlos. en uno de los míos, y me senté de nuevo.

Se quitó la barbilla de la mano, sacó un cigarrillo de una fina pitillera negra 'Hace un rato dijiste que no te importaba quién era yo', comenzó. Pero
y se lo llevó a la boca mientras yo le ponía una cerilla al final. Le dio una larga quiero que lo sepas. Muchos de nosotros, los rusos, alguna vez fuimos
calada y sopló el humo hasta sus rodillas. personas importantes, pero ahora somos

'Eso sería suficiente', dijo, 'excepto que hubiera sido imposible para
nosotros hacer todas esas cosas. Nos viste -
todo el mundo nos vio, muchas veces.
'¡Eso es fácil!' Yo Argumente. 'Con un par de ametralladoras, granadas,
conociendo la isla de arriba a abajo, en la oscuridad y en medio de una
tormenta, fue fácil para ti. Hay nueve de ustedes, que yo sepa, incluidas dos
mujeres. Cualquiera de los cinco podría haber hecho el trabajo, una vez
iniciado, mientras los demás aparecían aquí y allá proporcionando coartadas.
Dondequiera que iba, había uno de ustedes. ¡Y el general! ¡Ese viejo bromista
que corre guiando a los isleños a la batalla! ¡Tienen suerte de que alguno de
ellos esté vivo esta mañana!

Terminó su cigarrillo. '¿Y ahora qué?'

Ahora quiero saber dónde has escondido las cosas que robaste.

Me sorprendió lo lista que estaba para responder.

Debajo del garaje. Secretamente cavamos un lugar allí hace algunos
meses.
No lo creía, por supuesto, pero luego supe que era cierto.
No tenía nada más que decir, así que cogí la muleta,
preparándose para ponerse de pie.

'Espere un momento, por favor', dijo. Tengo algo que sugerir.

Medio de pie, le tendí una mano. Quiero el arma.

Ella asintió y se quedó quieta mientras yo lo sacaba de su bolsillo, lo ponía 'Hay riqueza debajo del garaje:

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Historias de crímenes estadounidenses
nadies Nos vimos obligados a salir de Rusia con lo que pudimos llevar de
nuestra propiedad. En Londres abrimos un restaurante ruso, pero de repente
Londres estaba lleno de restaurantes rusos.
Intentamos enseñar música e idiomas, pero descubrimos que muchos otros
rusos estaban haciendo lo mismo. Nuestro dinero casi se había ido. No había
plato para nosotros en el mundo. Era fácil convertirse en un criminal. ¿Por qué
no? ¿Le debíamos algo al mundo?
El mundo había visto cómo nos despojaban de nuestro lugar, propiedad y país.
Lo planeamos antes de haber oído hablar de Couffignal. Encontraríamos
un pequeño grupo de personas adineradas, adecuadamente aisladas, y
después de ser aceptados y confiados por todos, les robaríamos.
Couffignal parecía ser el lugar ideal. Teníamos el dinero justo para alquilar
esta casa durante seis meses. Pasamos cuatro meses consiguiendo que la
gente de aquí nos aceptara, recogiendo nuestras armas y granadas, esperando
una noche adecuada. Anoche parecía ser esa noche, y pensamos que
estábamos preparados para cualquier cosa que pudiera pasar. Pero no
estábamos preparados para que usted, un detective inteligente y observador,
estuviera aquí en la isla.
'La verdad es que cometiste errores de principio a fin'
Yo dije. 'Ustedes no tienen experiencia criminal, pero trataron de hacer un
trabajo que requería las más altas habilidades criminales. ¡Mira cómo jugaban
conmigo! Un criminal profesional con algo de inteligencia me habría dejado en
paz o me habría asesinado. ¿Y el resto de tus problemas? No puedo hacer
nada al respecto.
¿Por qué no puedes? dijo suavemente, poniendo una mano blanca en mi
rodilla. Hay riqueza debajo del garaje. Puedes tener lo que pidas.
Negué con la cabeza.
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El destripamiento de Couffignal
¡No eres tonto! ella protestó. 'Sabes-'
'Déjame decirte algo', le interrumpí. No hablaremos de la honestidad que
tengo o de la lealtad a mis jefes. Puede que dudes de ellos, así que los
olvidaremos. Soy detective porque me gusta el trabajo. Podría encontrar
trabajos que pagarían más, pero me gusta el trabajo. Y que te guste el trabajo
hace que quieras hacerlo lo mejor que puedas. El dinero es bueno. No tengo
nada en contra. Pero en los últimos dieciocho años me he divertido persiguiendo
criminales y resolviendo acertijos. Es el único tipo de deporte del que sé algo,
y no puedo imaginar un futuro más agradable que veinte años más. ¡No voy a
arruinar eso!'
Ella negó con la cabeza lentamente, mirándome con sus ojos oscuros.
—Solo hablas de dinero —susurró—. 'Dije que puedes tener lo que pidas.'
Eso estaba fuera. No sé de dónde sacan estas mujeres sus ideas.
Me puse de pie. 'No lo entiendes verdad? Crees que soy un hombre y tú
eres una mujer. Eso está mal. Soy un cazador y tú eres algo que ha estado
corriendo frente a mí. Estamos perdiendo el tiempo. He estado pensando que
la policía podría venir aquí y ahorrarme un paseo. Has estado esperando a
que tus amigos volvieran a buscarme. Podría haberte dicho que los iban a
arrestar cuando los dejé.
Eso la sorprendió. Se puso de pie, retrocedió un paso y puso una mano en
su silla. Ella dijo algo que no entendí.
Algo ruso, pensé, pero al momento siguiente supe que había sido italiano.
'¡Levanta las manos!' Era la voz de Flippo. Estaba de pie en la puerta,
empuñando un arma.
Levanté las manos lo más alto que pude sin dejar caer la muleta. ¡Así que
por eso había regresado a la casa! Si ella
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Historias de crímenes estadounidenses El destripamiento de Couffignal

liberado el italiano, no tendríamos por qué sospechar que no había sido uno de La muleta se rompió. Las rodillas de Flippo se doblaron. Cayó de bruces en
los delincuentes, y buscaríamos a los bandidos entre sus amigos. Pero como el suelo, y un fino chorro de sangre salió de su cabello hasta la alfombra.
prisionero, podría habernos persuadido de que era inocente. Ella le había dado
el arma para que pudiera salir disparado o morir en el intento. Un paso, una caída, unos movimientos de manos y rodillas, me meten dentro
alcance del arma de Flippo.
La niña, saltando fuera de mi camino, estaba a medio camino de la puerta.
Flippo me quitó el arma y el arma que le había quitado a la chica. cuando me senté con el arma en la mano.
'¡Detenerse!' Pedí.
—Una ganga, Flippo —dije—. Tienes problemas con la policía. —No lo haré —dijo ella, pero lo hizo, al menos por el momento. 'Voy a salir.'
Fácilmente podrías ser enviado de regreso a prisión si les digo que te encontré
portando un arma. Pero sé que no eras parte de este trabajo. Creo que estabas Vas a salir cuando te lleve.
aquí arriba en uno más pequeño de los tuyos. Pero no puedo probar eso y no Ella rió, una risa agradable, baja y confiada.
quiero hacerlo. Sal de aquí solo y olvidaré que te vi. "Voy a salir antes de eso", dijo.
Negué con la cabeza.
Flippo pensó en esto. '¿Cómo vas a detenerme?' ella preguntó.
La princesa se acercó a él. ¿Oíste lo que le ofrecí? ella dijo. 'Bueno, te hago No creo que tenga que hacerlo. Eres demasiado sensato para intentar huir
esta oferta, si lo matas.' Luego dijo algo caliente y pesado en italiano. Escuchó, cuando te estoy apuntando con un arma.
respirando más fuerte. '¿Bien?' ella dijo. Él era joven y ella era hermosa. Su Ella se rió de nuevo. Soy demasiado sensato para quedarme. Tu muleta está
respuesta no fue difícil de adivinar. rota. No puedes correr detrás de mí. Pretendes que me dispararás, pero no te
creo.
"Pero no para matarlo", dijo en inglés. Lo encerramos en el Miró por encima del hombro, sus ojos oscuros sonriéndome,
habitación en la que estaba. y se movió hacia la puerta.

La chica no quedó satisfecha con esta sugerencia. Le habló en italiano más
caliente. Ella dependía de su encanto para persuadirlo. Y eso significaba que
tenía que mantenerlo mirándola.
Él no estaba lejos de mí.
Ella se acercó a él. Estaba susurrando palabras en italiano en su cara
redonda.
Toda su cara decía que sí. Se volvió... Lo golpeé
en la cabeza con mi muleta prestada.
'¡Detente, tonto!' le grité.
Caminó con paso firme hacia la puerta. Tomé una respiración profunda y mi
mano apretó el arma. Cuando su pie derecho estaba en la entrada, un pequeño
sonido de risa salió de su garganta.
'¡Adiós!' dijo suavemente.
Y le metí una bala en la pierna izquierda.
Ella se sentó - ¡bump! Completa sorpresa estiró su blanco
rostro. Era demasiado pronto para el dolor.

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Historias de crímenes estadounidenses

Nunca le había disparado a una mujer antes. Se sintió extraño. GLOSARIO

¡Deberías haber sabido que lo haría! Mi voz sonaba dura y enojada, y como
la de un extraño en mis oídos. '¿No le robé una muleta a un lisiado?'
coartada la prueba de que estabas en otro lugar cuando ocurrió un crimen cenicero
un pequeño recipiente de metal o vidrio para las cenizas de los cigarrillos bandolero
un ladrón

caldera un gran recipiente de metal con un fuego, que se usa para proporcionar agua
caliente chofer alguien empleado para cuidar y conducir el vehículo de una persona
coche

empleado una persona que trabaja en un banco, oficina o tienda

cliente alguien que acude a un profesional en busca de ayuda policía un policía
forense un oficial responsable de la investigación de hechos violentos o

muertes repentinas

paralizar a alguien que no puede mover su cuerpo correctamente debido a una lesión,

enfermedad o dolencia muleta un palo largo que se coloca debajo del brazo para
ayudar a una persona que tiene
dificultad para caminar
duquesa la esposa o viuda de un duque

ejecutado puesto a muerte como castigo prometido

(prometida) el hombre (mujer) con el que se compromete a casarse huella
dactilar una marca hecha por un dedo que muestra las líneas en la piel linterna una
linterna eléctrica tonto (v) para engañar gasolina/gas gasolina (combustible para
automóviles) institutriz mujer empleada por una familia para educar a sus

niños

rozar (n) un rasguño o lesión leve en la piel destripar robar,

a menudo acompañado de quemar y destruir peluquero una persona que lava y corta
el cabello de las personas

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Glosario Glosario

granada de mano un pequeño recipiente lleno de explosivos y arrojado
manualmente
hipócrita una persona que finge creer o sentir algo que
no
investigación la investigación oficial para averiguar la causa de la muerte de
alguien césped un área de césped cortado regularmente en un jardín o parque
hacer referencia a una carta a un empleador que describa el carácter y
capacidades de un candidato a un trabajo
rifle una especie de arma larga, generalmente sostenida contra el
volante del hombro para pasar una mano rápida y suavemente por el cabello
de alguien (a menudo para mostrar cariño por esa persona)
cuerdo no enojado

lápiz labial algo que las mujeres se ponen en los labios para colorearlos
licorería una tienda que vende licor (alcohol) una ametralladora un pistola que
dispara balas de forma rápida y automática
sirvienta una sirvienta
continente la parte principal de la tierra, no una isla cosas
de maquillaje como polvo, lápiz labial, sombra de ojos, etc. que
las mujeres usan en sus caras
luto mostrando gran tristeza y vistiendo ropas oscuras
por la muerte de alguien
asustado muy asustado
popa (s) la parte trasera de un
barco suicidio una persona que deliberadamente se suicida tanque
un gran contenedor de metal tatuar una imagen o diseño en la piel
de alguien, hecho con una aguja remolque una caravana
dispara la parte de un arma que tiras para dispararla
peluca una cubierta para la cabeza hecha de pelo postizo

película (las películas) una película (un

cine) asalto un robo en la calle guardería
un cuarto de niños tortilla un plato de
huevos cocidos paquete un paquete
estacionamiento un estacionamiento

embarcadero una plataforma de madera o metal, construida en el

mar píldora una pequeña, redonda y dura pieza de medicina que se traga
presionar para empujar con fuerza contra algo princesa la hija de un rey o
una reina, o la esposa de un príncipe psiquiatra un médico para
enfermedades de la mente bombear (v) forzar líquido, aire, etc. dentro o
fuera de algo bolso bolso de mano de una mujer radiador algo usado para
calentar una habitación; parte de un sistema de calefacción rango (n) un
lugar donde las personas pueden practicar tiro con armas de fuego

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ACTIVIDADES
ACTIVIDADES

Antes de la lectura Mientras leo

1 Lea la introducción en la primera página del libro y la contraportada

cubrir. ¿Qué puedes adivinar sobre estas historias?
Deseo de muerte
¿Qué hará el hombre inclinado sobre el puente Morrissey? a) Suicidarse
b) Matar a otra persona c) Pagar por un asesinato
Muerte en Nochebuena
¿A quién mata el asesino en Nochebuena?
Lea Death Wish y luego responda estas preguntas.
¿Por
1 qué ? ¿No corrió el policía para evitar que el hombre saltara del puente? .. .¿El
hombre le dijo al policía su nombre? .. . ¿El hombre le contó al psiquiatra sobre
2 su sueño? .. . ¿La esposa de Edward Wright no se escapó con Mark? .. .
3 ¿Edward Wright mató a su esposa? .. . ¿Edward Wright escribió una nota de
4 suicidio?

a) Un extraño b) Un amante c) Una relación 5

6
la heroína
7 .. . ¿Mark estaba seguro de que los amigos de Wright dirían que era
¿De qué quiere salvar a la gente 'la heroína' de la historia? a) Un incendio b) Un
¿suicida?
tiroteo c) Un secuestro

Ride the Lightning ¿Quién Lea hasta el final de la página 17 en Muerte en Nochebuena. ¿Puedes adivinar la

va a la silla eléctrica? a) Curtis Colt b) La respuesta a esta pregunta?

novia de Curtis c) Alguien más ¿Quién estará vivo en la Casa Boerum al final de la historia? a) Solo Celia b) Solo

El lápiz labial Charlie c) Ambos d) Nadie

¿Qué encuentra Louise en el lápiz labial? a) Huellas

Ahora lee hasta el final de la historia y responde estas preguntas.
dactilares b) Veneno c) Iniciales del propietario

1 ¿Por qué Celia fue absuelta del asesinato de Jessie en la investigación?

Lazy Susan
2 ¿En qué se parecía Celia a su madre?
¿Cuál es el resultado de la pereza de Susan?
3 ¿Por qué el abogado se quedó detrás de Celia hasta que salió de la casa?
a) Asesinato b) Robo a mano armada c) Robo
4 Celia corría como si "algo la persiguiera". Quién
El destripamiento de Couffignal
o ¿qué crees que fue eso?
¿Cuál es el motivo del ataque armado a Couffignal? a) Odio b) Venganza c) 5 ¿Por qué esperaba Al Sharp que el abogado entrara en su bar?
Hambre 6 ¿Por qué dijo el abogado, 'Jessie siempre estará con ellos'?

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ACTIVIDADES: Mientras lee
Leer La heroína. Este resumen está lleno de errores. Reescríbelo con la información
correcta.
Antes de que Lucille comprara la casa de los Christiansens, había trabajado como
maestra en diferentes escuelas durante diez años. Su padre había muerto tres semanas
antes, pero no había estado cuerdo durante un año. Lucille también había sido enviada a
prisión por atacar a la gente, pero los Christiansen sabían todo sobre su pasado.
Lucille disfrutaba de su trabajo y le gustaban los animales, aunque quería
trabajar menos para ganar más dinero. Pero sintió que quería hacer algo tonto para
demostrar lo poco que le importaba la familia. Así que una mañana tarde usó una
bomba para volar la casa, con la esperanza de que esto le diera la oportunidad de salvar
a los animales y ser una heroína.
Leer Montar el relámpago. ¿Quién dijo esto y a quién? ¿De quién o de qué estaban
hablando?
1 'Curtis no pertenece a él, y puedo probarlo'.
2 '¿Por qué debería preocuparme más por eso?'
3' El jurado no se lo creía. Yo tampoco.'
4 'No quieren vivir sabiendo que podrían haber cometido un error y haber matado
a un hombre inocente'.
5 'Ver su tráiler sería una pérdida de tiempo'.
6 'Es alguien a quien le pagaste para que se sentara allí y me mintiera'.
7 'El tuyo se quedará contigo durante años.'
i
Lea hasta el final de la página 61 en The Lipstick. ¿Puedes adivinar la respuesta a
esta pregunta?
¿Quién mató a Elinor y le disparó a la Sra. Thompson? a)
Dr. Barclay b) Margaret c) Fred d) Alguien más
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ACTIVIDADES: Mientras lee
Ahora lee hasta el final de la historia. Elija la mejor palabra interrogativa para estas
preguntas y luego respóndalas.
Qué/ Quién/ Por
1 qué .. . ¿Qué clase de persona era
2 Elinor? .. . ¿Sospechaba Louise de haber matado a Elinor y por
3 qué? .. . ¿Vino el doctor Barclay a ver a Louise? .. . tres cosas
4 que hizo Fred en un intento de evitar que lo descubrieran? .. . ¿Qué pasó en el
5 jardín de Louise después de que Fred se fue?
Leer Lazy Susan. Aquí hay algunas oraciones falsas sobre la historia.
Conviértelos en oraciones verdaderas.
1 Susan se había sentido asustada porque el ladrón la lastimó gravemente.
2 La típica víctima de un atraco es un hombre con ropa oscura.
3 Después de tres semanas de entrenamiento en defensa personal, Susan todavía no se sentía
como salir solo.
4 Susan planeó conseguir otro trabajo de oficina con mejor paga.
Lea El destripamiento de Couffignal. ¿Son estas oraciones verdaderas (V) o falsas
(F)? Reescribe las falsas con la información correcta.
1 La primera señal de que algo andaba mal fue una fuerte explosión.
2 Los ladrones atacaron primero el banco, luego la joyería.
3 Un hombre llevó la noticia al continente corriendo por el
puente.
4 Los ladrones abandonaron la isla en el barco de Hendrixson.
5 Los regalos de boda fueron robados pero nadie fue asesinado.
6 El detective se dio cuenta de que los ladrones venían de la isla.
7 Los rusos carecían de las habilidades criminales adecuadas para el robo.
8 Los amigos de la princesa ya se habían escapado de la isla
cuando el detective le disparó por la espalda.
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ACTIVIDADES: Después de la Lectura

ACTIVIDADES 6 'Puedo oírlo venir ahora. Tiene que escucharme. Él tiene

para decirme que hacer! No puedo soportarlo más. ¿Seguramente todos pueden
Despues de leer
ver que ella es culpable? Entonces, ¿por qué no pueden llevársela de aquí y
'
hacer lo que hay que hacer? Debe haber una forma ...

1 Quizás esto es lo que algunos de los personajes de las historias estaban

7' El auto. Eso es lo que me ha estado molestando. Ella se fue a casa
pensando. ¿Qué siete personajes eran (uno de cada historia), y qué estaba
del funeral en taxi, y nunca he visto un coche fuera del remolque. Pero ella
pasando en la historia en ese momento?
debe tener uno, ¿cómo va a trabajar de otra manera? ¿Entonces donde
1 '¡Qué fácil fue eso, y qué rápido! Antes me tomaba mucho tiempo obtener tanto, esta? Creo que bajaré y comenzaré a mirar mañana por la mañana...
y ahora solo toma unos minutos. Bueno, ya sé lo que voy a hacer mañana a '

primera hora. Voy a renunciar a mi trabajo. ¡El trabajo es para idiotas!

2 Aquí están Celia y Charlie, de Death on Christmas Eve, teniendo una de sus
discusiones habituales. Completa el lado de la conversación de Charlie (usa
2 'Tal vez deberíamos haber llamado a los Howell, pero no fue así
tantas palabras como quieras).
realmente parece necesario. Ella es tan joven y entusiasta. Parece un poco
nerviosa, pero es su primer día, así que es natural. Estoy seguro de que a los CELIA: La Navidad siempre me pone triste, porque me pone a pensar

niños les va a gustar. Los dejo para que almuercen juntos ahora...' de la pobre querida Jessie. La amaba tanto.
CHARUE:

CELIA: No, Charlie, es la verdad. Yo no la odiaba, y yo era muy

3' Eso salió muy bien. Estaba un poco preocupado por la firma, pero él no pareció
perdón cuando ella murió.
notar nada. Tengo todo lo que necesito y he visto a todos los que necesito ver, charlie:
así que ahora solo tengo una cosa más que hacer. Es hora de hacer una CELIA: Su muerte fue un terrible accidente, Charlie. Cuanto
pequeña visita...'
veces tengo que decirte eso?
charlie:
4 'Ella es tan bonita, ¡incluso cuando me grita o llora! Sin embargo, estoy preocupado
por ella. Ella no deja de hacer preguntas. Espero que siga mi consejo y se quede CELIA: Jessie y yo nunca discutimos, y tampoco discutimos ese día. Ella
en casa. Ahora será mejor que vuelva a la casa y vea qué está pasando allí...' acaba de resbalar y caer por las escaleras.
charlie:

CELIA: ¿Cómo pude haberlo hecho? Yo estaba en mi habitación cuando se cayó.

5 'Este es demasiado inteligente para nosotros, y no está interesado en el dinero. charlie: ______ _

Pero debe haber algo que él quiera. Tengo que mantenerlo ocupado hasta CELIA: Sí, gritó porque se caía por las escaleras.
que los demás regresen aquí. Bueno, es un hombre guapo, tal vez estaría
' Pero eso todavía no significa que la empujé.
interesado en mí...

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ACTIVIDADES: Después de la Lectura ACTIVIDADES: Después de la Lectura

y corrió yo, y cuando lo haría. él, su esposa fue

3 Al final de La heroína, ¿qué crees que sucede a continuación?
Elija una de estas ideas (o piense en una propia) y escriba un nuevo final para la también. cada vez que yo mis ojos, veo cara de anciana como

historia. cayó. Deberia tener yo en ese electrico . Curtis

no merecia , y yo voy a para vivir, sabiendo que

Como si ésta fuera la señal que había estado esperando, Lucille avanzó
yo, y yo maté . no importa cómo el whisky yo
confiadamente...
beber, yo deja de pensar en eso..
• entra en casa / muere con la familia en llamas / 'terrible tragedia' /

persona responsable del incendio desconocido 6 Este es el informe que el detective de The Gutting of Couffignal escribió para el
• llama a los bomberos / los niños mueren, los padres son rescatados / la policía los encuentra sargento Roche. Coloca las partes de las oraciones en el orden correcto y únelas
evidencia / Lucille culpable de asesinato con estas palabras de enlace para formar un párrafo
• se mete en casa / rescata niños / padres mueren en incendio / famoso de cinco oraciones.

heroína / curada de una enfermedad

y yo y yo como yo porque yo antes yo sin embargo yo donde yo mientras yo mientras yo
quien
4 The Lipstick podría haber sido una historia muy diferente. ¿Qué podría haber pasado
1 robó los regalos de boda más valiosos. esperaron una
si...? Completa estas oraciones con tus propias palabras.
2 noche adecuada para saquear la isla.
1 Si Elinor no se hubiera casado con Fred,.. .
3 Los rusos alquilaron una casa en Couffignal hace seis meses
2 Si Louise no se hubiera dado cuenta de que faltaba el pintalabios,...
4 Encontré y disparé a la princesa Zhukovski,
3 Si la oficinista no hubiera visto a Elinor poniéndose lápiz labial,...
5 En la noche de la tormenta, algunos de ellos atacaron el banco y la joyería,
4 Si la Sra. Thompson hubiera muerto, .. .

5 Si Louise no hubiera llamado a Margaret por la Sra. Thompson,...

6 _____ mataron a dos sirvientes. la policia
6 Si Margaret no hubiera enviado al Dr. Barclay para advertir a Louise,...
7 buscaria a los delincuentes
7 Si Fred no hubiera asesinado a su esposa,.. .
8 Entonces los rusos comenzaron a robar las casas, incluyendo la
casa de Hendrixson, ella
5 ¿Qué estaba pensando Holly Ann al final de Ride the Lightning ?
9 estaba tratando de escapar.
Estos son sus pensamientos después de que Nudger se fuera. Elija una palabra adecuada para
10 empezó a hacer amigos y a coleccionar armas
llenar cada espacio en blanco.
11 Los rusos pensaron que estaban a salvo de la policía,
La derecha de Nudger. No puede nada, pero tiene razón sucedió. Yo era qué
12 otros crearon coartadas al aparecer en diferentes lugares.
uno, Dios me ayude, hice el tiroteo. quiero, pero yo 13 ______ vino de fuera de la isla.
Sin elección. El viejo se volvió loco 14 , Pude decirle a la policía lo que realmente había sucedido.

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ACTIVIDADES: Después de la Lectura

7 ¿Cuáles fueron los móviles de los diferentes crímenes y asesinatos en estos

¿cuentos? Elija un motivo (o más de uno) que se ajuste a cada nombre y luego SOBRE LOS AUTORES
escriba una oración o dos para cada carácter, dando las razones de su elección de
motivo. BLOQUE LAWRENCE

Lawrence Block nació en 1938 y vive en Nueva York. Él tiene

MOTIVOS CARACTERES
locura Marca Fred ganó varios premios, incluido el premio Mystery Writers of America Edgar, y ha escrito
miedo
celia susana dos populares series de novelas policiacas. Uno presenta al ex policía Matt Scudder,
venganza codicia
pereza Lucila los rusos interpretado en la película Eight Million Ways to Die de Jeff Bridges; el otro es sobre
celos
Bernie Rhodenbarr, un ladrón que resuelve crímenes.
deseo de poder acebo ann

8 Aquí hay algunos títulos diferentes para las historias. Qué títulos se adaptan a qué
STANLEY ELLIN
¿cuentos? Algunos pueden ir con más de una historia. ¿Cuales son?
Stanley Ellin nació en Nueva York en 1916 y murió allí en 1986. Fue maestro, trabajador
Un acto valiente Pasos hacia la muerte siderúrgico y agricultor antes de dedicarse a la escritura. Es mejor conocido por sus

un trabajo fácil Los ricos y los hambrientos cuentos, particularmente el primero, La especialidad de la casa, sobre un restaurante de

Mantener viva la muerte Los recuerdos no mueren Nueva York con un trato especial para sus clientes. Ganó tres veces el Premio Edgar de

Una mejor manera de obtener dinero Dejando un rastro a la muerte Escritores de Misterio de América, seguido del Premio Gran Maestro por su trayectoria.
Malos sueños para siempre La muerte espera en la ventana

¿No culpable? Una muerte en la familia

9 Discuta sus respuestas a estas preguntas.
• Muy pocos de los criminales en estas historias son llevados ante la justicia o
castigados. ¿Prefieres historias de crímenes que terminan así, o historias con
crímenes 'sin resolver' o finales más abiertos? ¿Por qué? • En tu opinión, ¿cuál fue
el asesinato (o crimen) más hábil o el asesino (o criminal) más inteligente en estas
historias? • ¿Los autores le hicieron sentir simpatía por alguno de estos criminales?
Si es así, cuales y por que?
DANIEL HAMMETT
Hammett nació en Maryland en 1894 y murió en 1961. Durante algunos años trabajó
para la famosa Agencia de Detectives de Pinkerton, donde aprendió mucho que luego
utilizó en sus escritos.
Sus primeros cuentos aparecieron en la revista Black Mask, y
su primera novela famosa fue El halcón maltés, que
presentó a su detective privado, Sam Spade. Otros títulos muy conocidos son The Glass
Key y The Thin Man.

PATRICIA HIGHSMITH

Patricia Highsmith nació en Texas en 1921 y creció en Nueva York, pero vivió gran parte

de su vida en Europa. Su primer libro,

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