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Planteamiento del problema

Santiago Archila

El barrismo en colombia es tratado como un problema social, como hacer para que deje de ser
un problema y se vea como un estilo de vida?

El barrismo, o la práctica de grupos organizados de aficionados de fútbol que se identifican con


un equipo en particular, ha sido un problema social en Colombia durante décadas. A menudo
asociado con la violencia y el delito, el barrismo ha llevado a muchos a considerarlo como una
amenaza para la seguridad pública y la estabilidad social. Sin embargo, aunque el barrismo ha
sido objeto de críticas y preocupaciones por parte de las autoridades y la sociedad en general,
también hay quienes lo ven como un estilo de vida y una expresión de la pasión por el fútbol. En
este ensayo, exploraré los orígenes y las causas del barrismo en Colombia, los efectos que tiene
sobre la sociedad y cómo se podría cambiar la percepción del barrismo de un problema social a
un estilo de vida.

Para entender el barrismo en Colombia, es necesario conocer su historia y sus raíces culturales.
El barrismo en Colombia comenzó en la década de 1980 como una respuesta a la falta de apoyo
del gobierno y los patrocinadores hacia los equipos de fútbol. Los aficionados se organizaron en
grupos para defender y apoyar a sus equipos durante los partidos y para exigir un trato justo por
parte de las autoridades. Con el tiempo, estos grupos se convirtieron en barras bravas, y su papel
en el fútbol colombiano evolucionó para incluir el control de la venta de boletos, el manejo de
la seguridad en los estadios y la intimidación de otros aficionados y equipos.

A medida que las barras bravas crecieron en número y poder, también lo hizo la violencia
asociada con su presencia en los estadios. Los enfrentamientos entre barras bravas rivales,
conocidos como “guerras de barras”, se convirtieron en una característica común de los partidos
de fútbol en Colombia. Los delitos asociados con el barrismo también se hicieron más comunes,
incluyendo el tráfico de drogas, el robo y la extorsión. En muchos casos, los miembros de las
barras bravas se convirtieron en figuras prominentes en el mundo criminal, usando su posición
y poder en las barras para establecer contactos y expandir sus negocios ilegales.

Como resultado de la violencia y el delito asociados con el barrismo, las autoridades han tomado
medidas para combatir el problema. La policía ha aumentado la presencia de seguridad en los
estadios y ha implementado medidas para evitar la entrada de barras bravas y la venta de
alcohol en los partidos de fútbol. Las leyes también se han endurecido, con penas más severas
para los delitos asociados con el barrismo. A pesar de estos esfuerzos, el barrismo sigue siendo
un problema persistente en Colombia.

A pesar de su reputación negativa, hay quienes ven el barrismo como una expresión legítima de
la pasión por el fútbol y un estilo de vida para muchos jóvenes en Colombia. Algunos argumentan
que las barras bravas son una forma de comunidad para jóvenes que de otra manera podrían
estar expuestos a la violencia y la delincuencia en sus vecindarios. También se argumenta que
el barrismo es una forma de defensa de los derechos de los aficionados, quienes a menudo son
marginados por los patrocinadores y la prensa.
Continuando con mi ensayo sobre el barrismo en Colombia, quiero profundizar en cómo se
podría cambiar la percepción del barrismo de un problema social a un estilo de vida.

En primer lugar, es importante reconocer que el barrismo no es inherentemente malo. Como se


mencionó anteriormente, algunos ven el barrismo como una expresión legítima de la pasión por
el fútbol y una forma de comunidad para jóvenes. Sin embargo, es la violencia y el delito
asociados con el barrismo lo que lo convierte en un problema social.

Por lo tanto, una estrategia efectiva para cambiar la percepción del barrismo sería separar la
práctica de la violencia y el delito. Esto podría lograrse mediante la implementación de medidas
para fomentar la seguridad y la legalidad en los estadios de fútbol. Por ejemplo, la policía podría
trabajar en colaboración con los líderes de las barras bravas para establecer medidas de
seguridad efectivas en los partidos de fútbol. Además, se podrían implementar programas de
capacitación para los miembros de las barras bravas sobre cómo prevenir la violencia y el delito
en los estadios.

Otra estrategia para cambiar la percepción del barrismo sería enfocarse en los aspectos positivos
del barrismo, como la pasión por el fútbol y la comunidad. Las barras bravas podrían ser vistas
como una forma de apoyo y camaradería entre aficionados del mismo equipo, en lugar de como
grupos violentos que causan problemas. Se podrían desarrollar programas que fomenten el
sentido de comunidad y la pasión por el fútbol en los jóvenes, sin necesidad de involucrarse en
la violencia y el delito.

Además, se podrían implementar programas de educación y formación para los miembros de


las barras bravas, que los ayuden a desarrollar habilidades y herramientas para la vida fuera del
estadio de fútbol. Por ejemplo, se podrían ofrecer programas de educación sobre cómo
establecer y mantener un negocio legal, cómo manejar las finanzas personales y cómo
desarrollar habilidades de liderazgo. Estos programas podrían ayudar a los miembros de las
barras bravas a canalizar su energía y pasión hacia actividades más productivas y positivas.

Otra forma de cambiar la percepción del barrismo sería mediante la promoción de la


responsabilidad social en los miembros de las barras bravas. Esto podría lograrse mediante la
implementación de programas que fomenten la participación en actividades comunitarias y
proyectos de servicio público. Los miembros de las barras bravas podrían trabajar en conjunto
con las autoridades locales para llevar a cabo proyectos de limpieza, mantenimiento y
mejoramiento de los espacios públicos, lo que ayudaría a mejorar su imagen y reputación.

También es importante involucrar a los líderes de las barras bravas en la implementación de


estas estrategias. Los líderes de las barras bravas tienen una gran influencia sobre sus miembros,
por lo que trabajar con ellos puede ser una forma efectiva de cambiar la percepción del barrismo
en Colombia. Los líderes de las barras bravas podrían ser capacitados en cómo fomentar la
seguridad y la legalidad en los estadios, cómo promover la responsabilidad social y cómo
desarrollar habilidades y herramientas para la vida fuera del estadio de fútbol.

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