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TEMA III

Explorar la imaginación

Todo aquel que pueda suponer lo que ocurre detrás de una pared o más allá del
planeta; que sepa visualizar lo que nunca vio o inventarse las preocupaciones, los
anhelos de las personas que casualmente nos encontramos en nuestro camino, puede
escribir. Porque sabe imaginar. Incluso sabe imaginar lo real. La gran literatura no
nace de la razón, sino de la imaginación.
La imaginación es la condición que nos permite convertirnos en lo que nos niega la
realidad. Ser todo durante un tiempo para imaginarlo con más energía.

La conjetura.

Conjeturar es un buen ejercicio para la imaginación. Podemos ensayar la conjetura


como actividad independiente o como un paso consecutivo a sumergirnos en algo y
ser eso.

Como actividad independiente

Frente a una situación proponernos un abanico de conjeturas. Por ejemplo vamos a


partir de la siguiente situación:

El tren aminora su marcha mientras avanza por un pasadizo de vegetación tupida.

Las conjeturas:

1. Una plaga de insectos dificulta la visión del maquinista.


2. Unos bandidos aguardan entre la maleza y amenazan al convoy.
3. La maleza es cada vez más compacta y empieza a “tragarse” al tren.
4. El maquinista desea que los viajeros disfruten del paisaje.
5. El maquinista se ha quedado dormido.

Como se observará, cada conjetura puede dar lugar a un tipo de narración:

 Ciencia ficción
 Narración de aventuras
 Narración fantástica
 Narración realista-bucólica
 Narración onírica

Como paso siguiente a sumergirse

Si estamos en un sitio determinado, y observamos a nuestro alrededor, podemos


desarrollar ambos pasos, o sea, primero sumergirnos en algo y después conjeturar.

Por ejemplo, lo realizamos en un tren:

1. Sumergirnos en el joven guapo que ocupa el asiento junto a la joven que lleva
un vestido azul. Ser el joven.

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2. Conjeturar por qué ella le ha sonreído al tirar el bolso del asiento
3. Otra posibilidad: Visualizamos la observación de un padre que lleva un bebé en
brazos apretado contra su pecho mientras se pasea por el andén. Nos
sumergimos en él, somos ese padre y conjeturamos:

 ¿por qué lo aprieta?


 ¿adónde lo lleva?
 ¿estará divorciado?
 ¿Será extranjero?

Se puede elegir una situación mínima extraída de lo que ocurre a nuestro alrededor y
apuntar la mayor cantidad de conjeturas en torno a ella como material para
aprovecharen un futuro texto.

Practicar la visión doble.

La visión simple es lo que la vista física nos permite ver. Una nube es una nube, una
flor es una flor, una mancha de tinta es una mancha de tinta…
La visión doble es descubrir otras formas en las formas reales y tener esa visión doble
con convencimiento nos hace imaginar.
Si al echar unas gotas de tinta en un papel y lo doblamos, veremos que la tinta se
expande en extrañas figuras que las podremos convertir en mapas, en ciudades o en
lo que veamos imaginariamente para que lo podamos escribir.
Otra forma de ver es trastocar esa manera de ver. Volver conocido lo extraño y
extraño lo conocido son muy buenas metas para imaginar. La visión fuera de foco
implica trastocar la manera de ver. Se puede practicar a partir de cualquier figura
geométrica. Desenfocarlas puede ser otro modo de alimentar nuestro mundo creativo:

¿Qué se ve si se mira fijamente un triángulo?

¿Y un círculo?

¿Y un cuadrado?

¿Y si desenfocamos una pirámide?

Podemos recorrer la zona donde vivimos “redescubriendo las cosas” y apuntando


cada observación imaginaria.

Mirar palabras.

Las palabras, como hechos materiales y concretos, son también en el campo de la


imaginación un campo fértil para explorar.
Cada palabra está construida por fragmentos de otras. Si las miramos desde este
ángulo encontraremos palabras inesperadas e ideas como por arte de magia.
Podemos trabajar con la pizarra o con una cartulina lo más grande posible. Apuntamos
unas pocas palabras, algunas de ellas alejadas entre sí y otras en parejas o tríos, de la
siguiente manera:

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Redescubriendo el mundo (trío) paraguas autónomo les tesitura
revolver tres diarios (pareja) opino

Encontramos palabras o ideas inesperadas:


Redescubriendo el mundo produce: redes cubriendo el mundo.
Autónomo les tesitura produce combinadas: auto/no molestes.
Revolver puede ser: revólver o volver a venir (re-volver)
Tres diarios produce: tres días, días en el río, tres ríos.
Paraguas es: para el agua.
Opino produce: oh, pino.

Se podría continuar combinando todas las palabras del cuadro.

Las visiones.

Imaginación, por supuesto, tenemos todos, pero provocarla o practicarla es aprender


diferentes mecanismos de conversión. Nuestra arma fundamental es la visión. De
hecho a quienes se escapan de la realidad diciendo que hay lo que no hay, se les
suele alertar: “Tú ves visiones”.
La visión la podemos dividir, para nuestros fines, en interna o externa.
Cuando hablamos de visión interna nos referimos a las visualizaciones, y cuando
hablamos de visión externa nos referimos a los modos de observar.

1. Las visualizaciones. Visualizar es, en cierto modo, sinónimo de imaginar. No


son pocos los que dedican unos minutos o más a la meditación y dejan pasar
por su mente lo que luego llevarán y continuarán en el papel. Hay
visualizaciones dirigidas que podemos practicar a partir de historias mínimas.
Se trata de cerrar los ojos y ver esa situación para luego dejarse llevar por lo
que aparezca de modo inesperado. Por ejemplo, podemos hacer una
visualización dirigida a partir de: Estoy en la orilla de un lago. Junto a un árbol
veo un manojo de llaves y un trozo de espejo. El lago está sereno. A lo lejos,
de una chimenea sale una columna de humo negro. Son las cuatro de la tarde.
Hace sol.
2. Modos de observar. Al observar algo real, la idea consiste en detenerse hasta
que podamos convertirlo en algo imaginario. Para ello se puede compararlos,
tergiversarlo, trastornarlo, etc.

Visionar o imaginar es, como decía Cesare Pavese, dar como un todo suficiente un
complejo de relaciones fantásticas en las que consiste la propia percepción de la
realidad.
Valorar una novela o una película porque simplemente “refleja la realidad” es una
equivocación. La realidad no está organizada con un sentido estético, la película y la
novela sí.

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Recapitulando.

1. La imaginación es la mejor arma del escritor


2. Practicar, transformarse en otro sujeto u objeto, y sentir como sentiría ese
sujeto particular o ese objeto elegido.
3. Después de imaginar, conjeturamos para desfogar la imaginación.
4. Conjeturar sobre lo que ocurre a nuestro alrededor para obtener material
literario.
5. Descubrir otras formas a partir de las reales, para obtener una doble visión de
las cosas.
6. Ver lo familiar como extraño y lo extraño como familiar.
7. Examinar la construcción de las palabras para encontrar en ellas otras
palabras.
8. Es conveniente practicar tanto la visión interna (visualización) como la visión
externa (observar y transformar).

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TALLER DE TEXTOS

Practicar los ejercicios que se proponen a continuación nos permitirá entender


que la imaginación es un potencial inagotable.

Propuesta 1: Sorprenderse

Descubrir lo extraño en lo cotidiano a través de la observación, sacar de contexto o


encontrar otra utilidad a los objetos, personas, gestos. Mirar como si fuese la primera
vez las siguientes sugerencias e intentar descubrir en ellas algo insólito y construir un
texto.

1. Objetos: Una radio, una lámpara, un dedal, una servilleta, una pipa.
2. Personas: Una embarazada, tu madre, una abuela, un bebé, un quiosquero.
3. Gestos: Un estornudo, un guiño, toser, rascarse, cojear.

Propuesta 2: Visionar

Imaginar las visiones internas de un fotógrafo mientras enfoca a la modelo.

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Propuesta 3: Ideogramas

Escribir a partir de, por lo menos, tres de los siguientes ideogramas:

Propuesta 4: Camino

1. Inventar un camino que una los siguiente puntos y narrar dicho recorrido:

* *

* *

* *

* *

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2. Agregar otro camino que se cruce con el anterior y que esté narrado siguiendo
el siguiente recorrido:

* *

* *

* *

* *

* * *

Propuesta 5: Conjeturar

Conjeturar acerca del siguiente texto:

Hoy llegan ustedes después de tanto exilio. Estoy en el aeropuerto. Más fuerte que los
motores ruge mi emoción. Los espero. Una lágrima emborrona mi mejor recuerdo. No
sé si mis brazos han de alcanzar para un abrazo semejante. Mi corazón sonríe solo y
mi presente levanta el vuelo.

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