Está en la página 1de 1

Cuenta la leyenda que por Buenos Aires, los vecinos del barrio de la

Recolección, escuchan por las noches los pasos de penitentes fantasmas que
quieren librarse de sus culpas. Quienes los han visto afirman que además de ir
encadenados, visten capuchones antiguos y algunos se flagelan..
Son ánimas por las cuales las mujeres mayores dicen hay que rezar ya que
verlos atemoriza, pero también provoca pena y compasión porque a nadie le
gustaría estar eternamente encadenado a sus malas acciones.
Se cree que esta leyenda se dio a conocer previo el asesinato de los niños de
el orfanato de Bradford en 1917 ,en el barrio de la Recolección. Se dice que
despues de esa masacre, los homicidas de los niños estaban haciendole un
culto a satán en el cual tenian que dar como sacrificio a ciento ochenta almas
puras, con el fin de conseguir la inmortalidad, algo salio mal y sus almas
fueron castigadas con la pena de nunca descansar en paz. Los vecinos del
lugar afirmaban que no era prudente salir, ya que los penitentes eran almas en
pena cuyo propósito era llevarse a más personas con ellos. Un hombre
habitante de dicho barrio esperó una noche a que se aparecieran los
penitentes, cuando llegó el momento, vio pasar un centenar de personas
cubiertas con trajes oscuros, capuchones y una vela encendida en la mano,
iban rezando, pero no se entendía lo que decían. Uno de los penitentes se
acercó a él y le entregó una de las velas, a la mañana siguiente encontró
un hueso en lugar de la vela. Lo que procedía era devolver el hueso a uno de
los penitentes, pero cuando lo intentó, el penitente lo tomó del brazo y se lo
llevó con ellos. La unica forma de que no te llevaran con ellos era teniendo de
compañia a un niño de alma pura.

También podría gustarte