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Luis Rangel
En esta oportunidad, quiero referirme a un tema muy importante para el país, para las
empresas, para las universidades, para los empresarios. Quiero compartir con ustedes
mis investigaciones como consultor, en el área empresarial, sobre lo que en los últimos
quince meses he encontrado en el área del liderazgo y sobre el tema de los líderes
organizacionales.
La situación más indeseable que le puede suceder a una empresa es no poseer cultura
de liderazgo. Esto lo encuentro con mucha frecuencia en mis casos de estudio. La gente
se comunica como le da la gana, actúa con sus clientes según como se sientan, la
proactividad y el entusiasmo varían según la temperatura de las noticias o el estado de
ánimo colectivo, la prudencia depende de si la gente se levanta con el pie izquierdo o el
derecho, pocos son capaces de ser colaboradores y tener un sentido de compañero de
todos con todos. Dadas estas circunstancias, podemos concluir que la cultura
organizacional, de muchas empresas, está sujeta al estilo de cada individuo que la
conforma. Y esto puede no ser muy beneficioso para su productividad y estilo.
En mis talleres acostumbro a realizar a los propios trabajadores una pregunta que se
entiende muy bien en Venezuela: ¿Qué te saca la piedra de tu empresa?
De los descargos hacia le empresa no quiero escribir en esta oportunidad. Pero “Sí” de
los descargos relacionales. Algunos de los comentarios que hacen compañeros de sus
propios compañeros, los destaco a continuación:
.- Falta de trato.
.- Cóctel diario de gritos, groserías, malas caras, mal humor, mal carácter y amarguras.
Con un poquito de irrespeto, insulto, burlas y falta de cortesía.
Y cuando los compañeros se refieren a sus jefes (personas que tienen a su cargo
trabajadores), destacan, entre muuuuuchos otros, los siguientes comentarios:
.- Lentitud para resolver problemas, tomar decisiones o culpar a alguien por algo que no
debió suceder.
.- Contestar mal cuando alguien pregunta algo. El miedo se impone como método de
obedecer.
Primero, ¿es el estilo que realmente quieren los dueños, accionistas y los propios
trabajadores? Por cierto este estilo causa más del 55 por ciento de las futuras
enfermedades que van a padecer dichos trabajadores.
Segundo, ¿es lo mejor para satisfacer a clientes cada vez más exigentes y que cambian
de marca o proveedor de servicio sin ningún remordimiento?
Tercero, ¿es acaso este panorama el perfecto caldo de cultivo para garantizar un pronto,
y seguro, conflicto social relacional productivo y una escalada de conflicto silencioso que
terminará por socavar cualquiera buena intención de un grupo empresarial o cooperativa
social?
Es muy fácil plantear en un artículo estos asuntos, pero de mi parte puedo garantizar que
sí se puede cosechar. No lleva mucho tiempo, pero se necesita que todos participen en la
conformación, y el entendimiento, de comportamientos y acciones que así lo garanticen.
.- Afrontar con rapidez y soltura la solución de problemas, respetar las diferencias y actuar
tan pronto se presenta la ocasión.
Queda de parte del lector hacer la reflexión y buscar la luz del túnel donde cohabita en su
organización.
La única manera en esta tierra de influenciar a otra persona es hablar de lo que ellos
quieren, y luego mostrarles cómo obtenerlo.
Dale Carnegie