Está en la página 1de 3

02.27 11:51 p.

 m.
(UN UNIVERSO DEPREDADOR ? SI o NO ?
¿Te has preguntado alguna vez por qué un Dios bueno construiría un mundo en el que
la única manera de sobrevivir es consumiendo vida? ¿Cuánto tiempo permanecerías con
vida si te negases a comer? Puedes amar animales, cultivar plantas en el interior
de tu casa y flores en tu jardín, pero cada vez que comes, destruyes la vida de
algo. Un algo con una conciencia, que siente y desea vivir, como lo hacemos
nosotros.
El otro día cogí una cebolla de una cesta para picarla, y vi que había brotado un
hermoso, y tierno, brote verde. Tenía una vida interior, una conciencia que quería
echar raíces, respirar aire y prosperar. Derramé lágrimas al picar la cebolla que
no provenían de cortarla a ella.
Yo no soy una sentimental. Soy un persona que se cuestiona las cosas, y
crecientemente consciente de un hilo amenazador tejido a través de la vida
biológica. Nacemos, nos alimentamos, y morimos. La vida es un proceso de consumo de
otros seres vivos con el fin de seguir con vida el mayor tiempo posible hasta la
muerte que a su vez nos consume. Nos decimos a nosotros mismos la vida es mucho
más, pero al final se ve reducida a eso, al tiempo en el que nos tenemos que
alimentar para sobrevivir. Si no podemos seguir con vida más de unos pocos meses
sin alimentos, ¿cómo podría la comida no ser fundamental en la forma en que
definimos nuestra existencia?
Comer es un requisito para la vida biológica tal como la conocemos. Es el hilo que
mantiene unida la existencia material. Más que un hilo, es una cadena, que nos ata
a la ley de que debemos consumirnos entre nosotros. Rebelarse se castiga con la
muerte
¿Qué clase de Dios o dioses crearía un mundo basado en el asesinato? No nos gusta
preguntar sobre eso, y encontramos todas las excusas inimaginables para evitar
mirar de frente a esta pregunta. Pero cada vez que un ser querido muere, o
encontramos un pájaro mordisqueado en el patio por un gato ocioso, o leemos acerca
de un animal que ha sufrido sin piedad, u otro niño abusado, o una nación devastada
por un terremoto que ha enterrado a miles de las personas vivas, tu mente regresa a
esa pregunta molesta. ¿Quién iba a hacer un mundo así? ¿Fue realmente un Dios de
amor?
De acuerdo con mucha evidencia existente, el mundo no era así. El mundo fue creado
para algo más. O si fue creado por el Dios de amor que nuestros corazones insisten
en que existe, entonces la creación ha sido manipulada por alguien tan despiadado
que apenas se parecería ya a la visión divina original. El universo biológico está
controlado por la ley de que para vivir hay que arrebatar la vida a otro o morir.
Eso es siniestro. Hay algo que nos hace tener que comer, que nos hace envejecer y
desintegrarnos.. Esto es eso de que “algo va mal en el mundo”, “una grieta en el
universo”. El conocimiento de que todo funciona como mencionan en la película
matrix “No sabes lo que es, pero ahí está, como una astilla clavada en tu mente y
te está enloqueciendo”. Sin embargo, el despertar a la verdad de nuestra situación
es el primer paso hacia el cambio radical. Sólo un cambio radical puede
posiblemente dirigirnos en la dirección correcta a la grieta fundamental tejida en
la creación física.
¡Y lo bien tejida que está! No sólo corren vientos de violencia a través de las
vidas de toda la vida de la Tierra, como las fibras de una bomba de tiempo
conectadas a una víctima. Se extiende al espacio, donde las supernovas implosionan,
colapsando millones de estrellas, junto con todos los seres vivos en todos sus
planetas acompañantes. La muerte y la destrucción está tan generalizadas que la
mayoría de la gente no puede concebir un mundo sin ellas, o si pueden concebirlo,
etiquetan el concepto como absurdo. Sin embargo, la física cuántica muestra que la
materia no es más que átomos: el vacío vibrante. El vacío no muere, y tampoco lo
hace la energía que oscila. Entonces ¿por qué deben los organismos morir si están
hechos “de estas cosas”?
Robert Monroe, en su libro “Viajes lejanos”, escribe sobre un contacto que tuvo con
un ser de luz estando en una experiencia fuera del cuerpo. (Monroe es posiblemente
el investigador más importante del mundo en EFC -Experiencias Fuera del Cuerpo-);
Monroe creo un instituto con profesores e investigadores para investigar
científicamente el fenómeno.) El mencionado ser de luz, al parecer le dijo a Monroe
que cuando los seres humanos mueren, su energía se libera y se cosecha por seres
trans-dimensionales, que lo utilizan para extender sus propios ciclos de vida. La
conclusión es que el universo es un jardín creado por estos seres como su fuente de
alimento.
De acuerdo con la historia de Monroe, los animales son colocados intencionalmente
en este planeta para que se alimenten de plantas y de otros animales, liberando así
la fuerza vital de sus víctimas para que pueda ser cosechada. En esta lucha del
tipo depredador-presa, una energía excepcional se produce entre los combatientes.
El derramamiento de sangre en los conflictos de lucha a muerte liberan esta intensa
energía, que el ser de luz, llama “loosh”.
“Loosh” también se cosecha de la soledad de los animales y de los seres humanos,
así como de las emociones engendradas cuando un padre se ve obligado a defender la
vida de sus hijos. Otra fuente de loosh es la adoración de los seres humanos (a
entidades de todo tipo).
De acuerdo con el informante de Monroe, nuestros creadores, los cósmicos “granjeros
recolectores de energía,” equiparon intencionalmente a animales con dispositivos
como colmillos, garras y super-velocidad para prolongar el combate depredador-presa
y por lo tanto producir más “loosh”. En otras palabras, cuanto mayor es el
sufrimiento, más fuerza vital sale despedida de nuestros cuerpos, y más sabrosa
resulta la comida “energética” para nuestros creadores.
Esta historia contada a Monroe (que lo sumergió en dos semanas de depresión) se
corresponde con la información procedente de algunas de las escrituras más antiguas
del mundo, los Vedas, los Upanishads y los Puranas de la India. Allí leemos que “el
universo está sustentado por el sacrificio” (Atharva Veda) y que “todos los que
viven (en este mundo) son los sacrificadores. No hay nadie vivo que no realice la
yagya (sacrificio). Este cuerpo está (creado) para el sacrificio, y surge del
sacrificio y cambia de acuerdo con el sacrificio.
En los escritos de Carlos Castaneda, que narra la vida y enseñanzas de un hechicero
Yaquii llaman Don Juan, encontramos otra historia de la divinidad devorando, en
este caso a la conciencia humana. Informa Castañeda:
“El águila está devorando la conciencia de todas las criaturas, vivas sobre la
tierra, que un momento antes y ahora muertas, han flotado sobre el pico del Águila,
como un enjambre incesante de luciérnagas, para encontrarse con su dueño, su razón
para haber tenido vida. El Águila desenreda estas pequeñas llamas, las extiende,
como un curtidor extiende una piel, y luego las consume; de la conciencia se
alimenta Águila. El Águila, ese poder que rige los destinos de todos los seres
vivos, refleja la igualdad, de una sola vez de todos los seres vivos. (” El Don del
Águila “, de Carlos Castaneda)
La idea de que el ser humano debe sacrificar (debe matar algo o morir con el fin de
apaciguar a los dioses) es aparentemente intrínseca a la raíz de todas las
religiones del mundo. Encontramos rituales de sangre, incluyendo el sacrificio
humano, en la tradición druídica, en el Budismo Tibetano, entre los indios de las
Américas, en Grecia y Roma, África, China, Arabia, Alemania, Fenicia y Egipto.
Incluso el Antiguo Testamento (Jueces 11: 31-40) tiene una historia poco difundida
de los sacrificios humanos, con el juez israelita Jefté masacrando ritualmente a su
propia hija para cumplir un voto que hizo a Jehová.
Si bien no podemos pensar en el judaísmo como “típicamente” promoviendo los
sacrificios humanos, están más que “promovidos” si contamos el genocidio que Jehová
exigió a los hebreos.
Los musulmanes amantes de la paz , interpretan estos pasajes como “simbólicos” en
su deseo de justificar su fe, tanto como los cristianos tratan de justificar el
comportamiento sociópata de Jehová con excusas. En muchos sentidos, el dios del
Islam razona y despotrica como el Dios de los israelitas. ¿Podría ser la misma
entidad?
No es contradictorio que apoyando a la vez a dos pueblos separados, luego los llevé
a luchar entre sí. No, si su agenda es estimular y cosechar abundante loosh.
El cristianismo, la religión del amor fraternal, está implicado en el sacrificio de
sangre por estar enraizada en la tradición judía.
Si el sufrimiento y la muerte fueran parte de una creación. algo en lo que nadie ni
siquiera los dioses podría ayudar, no habría alguna razón para ser más tolerantes.
Incluso podría quedarme con la historia de que necesitan que nosotros les demos
apoyo con nuestra adoración y que les necesitamos para mantener el universo en
funcionamiento.
Cuando las escrituras más antiguas del mundo nos dicen que fuimos creados como
alimento para los dioses, tengo que preguntarme si quiero vivir en un universo
donde esto podría ser cierto.
Robert Morning Sky, un buscador de la verdad de las tradiciones Hopi y Apache,
cuenta una historia que aprendió de su pueblo acerca de una raza de seres que no
conocia límites, y que existían muy lejos de este universo físico. Un día uno de
ellos declaró su intención de visitar la Tierra y tomar un cuerpo sólo por la
aventura de hacerlo, por la experiencia. Sus amigos le advirtieron, que este
universo tenía la reputación producir amnesia, de ser un lugar de no retorno. Pero
la entidad rió eso y prometió volver después de pasar una vida entera.
Los siglos pasaron, y la entidad nunca llegó a casa. Uno de sus compañeros decidió
entrar en el mundo físico para ir a buscar a su amigo. Prometió no perderse en la
materia y volver con el otro individuo. Más siglos pasaron, y no volvieron. Así que
otro inmortal entró en la masa física, y él también nunca regresó. Con el tiempo
muchos miembros de estos seres ilimitados encarnaron en forma humana, y cuenta la
historia, ninguno de ellos todavía ha ido a casa.
Tal vez somos esas personas, empezando a recordar quiénes somos. Tal vez es hora de
salir de la hipnosis bajo la que hemos vivido durante millones de años, de las
suposiciones incuestionables de que debemos matar y comer, sufrir y morir, vivir en
la carencia y en la tristeza, y someternos a todo el drama humano, que ha sido
creado para nosotros .
¿Es una locura pensar que los seres humanos pueden vencer al sistema? ¿Que
podríamos tener una oportunidad para detener las actividades que abastecen a
nuestros ascendentes con el combustible de nuestra energía? ¿Que podríamos
minimizar – incluso detener – nuestra propia necesidad de recargarnos de
combustible de la fuerza vital de las criaturas inferiores a nosotros en la cadena
alimentaria? ¿Es locura pensar que nuestros cuerpos, hechos de energía eterna,
podrían no tener porque morir, para que podamos aprender a vivir con el poder de la
conciencia infinita, a la cual podemos acceder dentro de nosotros mismos, por ser
parte de ella?
Mientras que algunos pueden llamar a eso locura, yo lo prefiero al mundo que veo a
mi alrededor. Sin duda lo prefiero a la muerte.Lo prefiero a la pérdida de mis
seres queridos, y a la enfermedad y a la pobreza. El mayor experimento que la
humanidad puede realizar es el dominio de los principios de la libertad, la
creación, la abundancia e inmortalidad. El cuerpo que estamos usando son trajes que
en 70 y tantos años de uso están programados para autodestruirse. ¿Qué podría ser
más importante que el cambio de esta programación?
En el Bhagavad Gita, el Señor Krishna advierte: “El que no sigue la rueda por lo
tanto volverá a la vida en vano.” La rueda es el ciclo de nacimiento y muerte, el
karma y la retribución, el sacrificio humano y la bendición divina. Rebelarse
contra este sistema es fracasar en nuestro propósito de vida según la definición de
aquellos que dicen que son nuestros creadores y dioses. Pero seguro que la vida
significa algo

También podría gustarte