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*PRÓLOGO
* LA CREACIÓN O EVOLUCIÓN.
* DIOS
* QUIÉN ES EL DIABLO.
* CREACIÓN DEL SER HUMANO.
El primer pecado.
El infierno.
* EL HIJO DE DIOS.
* EL PLAN DE DIOS DE SALVACIÓN HUMANA.
* ISRAEL.
Israel sale de Egipto.
Tierra de Palestina.
La Ley.
* JESÚS.
* LA ESPOSA DEL CORDERO.
El Templo de Dios.
¿Quién puede pertenecer al pueblo de Dios?
¿Cuál es la verdadera Iglesia?
Historia de la Iglesia de Cristo.
* LA BIBLIA.
* LA ORACIÓN.
* MUNDO ESPIRITUAL Y FÍSICO. EXTRATERRESTRES. 4ta DIMENSIÓN.
* E.T.
* EL DÍA DEL JUICIO.
* LA GUERRA ESPIRITUAL. CÓMO VENCER.
¿Por qué el diablo puede ser vencido?
Espíritus extraños que rondan cerca.
Contra la manipulación mental.
El autor
LA CREACIÓN O EVOLUCIÓN
Si es cierto que todo comenzó con el Big Bang (una supuesta explosión entre gases
espaciales que desencadenó la vida y su evolución), si es cierto que los planetas, galaxias y
toda la vida en la Tierra comenzó en aquella explosión, pues resta preguntarse: __¿De dónde
vinieron esos supuestos gases que luego impactarían entre sí?
DIOS
Dios es un ser inteligente, no tiene un cuerpo de carne como nosotros, es un "espíritu". Es
de dimensiones colosales, puede ver todo, sabe todo, puede estar en todos lados, tiene pleno
poder de hacer todo lo que quiera. Tiene sentimientos, no muere, es eterno; su comienzo es la
eternidad y no tiene final. Tiene nombre, se llama: SOY EL QUE SOY, que en el idioma
hebreo significa: Jehová, o Yahvé; en fin, Dios. Emana un brillo y una luz millones y
millones de veces más poderosa que el sol mismo. Por ello cualquier ser humano que vea con
sus ojos directamente a Dios muere instantáneamente.
Tiene forma humana (el ser humano fue hecho con una forma parecida a la de Dios), pero
sólo en su contorno exterior. SOY EL QUE SOY no tiene órganos internos, sangre, nervios,
piel, etc. Tiene bondad plena, sin atisbo de maldad, pero también tiene justicia plena. Es
perfectamente bueno. Dios es amor, sería la frase correcta. (Leer: Génesis 1: 26 Éxodo 3:
14 Génesis 17: 1 S. Juan 4: 24 1 Juan 4: 8).
SOY EL QUE SOY creó todo lo que existe. Creó los universos, galaxias, planetas,
incluyendo la Tierra y todo lo que en ella hay. Hizo también muchos millones de seres
espirituales llamados ángeles, los cuales tienen la forma o semejanza de Dios, o forma
humana, pero también sin cuerpo de carne. Estas creaciones angelicales Dios no las
automatizó, es decir, no las obligó a serles fiel, no las obligó a que le obedecieran como
robots, a que sean buenas por imposición, sino que permitió el "quebrantamiento de la ley".
Permitió a cada ángel decidir por sí mismo si querían estar con Dios de propia voluntad o no.
Dios es perfectamente compasivo y misericordioso, queriendo que los ángeles estuvieran con
él por un cariño y afecto verdaderos y no por imposición de ninguna clase. Lo mismo
ocurriría después con la creación del ser humano. (Leer: Génesis capítulo 1 completo).
QUIÉN ES EL DIABLO
Uno de los ángeles más formidables, poderoso, de magnífica presencia, más brillante que
mil piedras preciosas, muy fuerte e inteligente, que estaba en un lugar especial dónde Dios lo
había puesto, perfecto en lo absoluto, pues decidió en su libre conciencia rebelarse contra
Dios. Era tan perfecto y poderoso que decidió tener su propio reino y ser tan poderoso y
adorado como Dios. En el mismo momento en que eligió apartarse de SOY EL QUE SOY,
por orgullo y envidia principalmente, se produjo un "quebrantamiento de la ley", un acto que
manchaba la luz perfecta del Creador, que se contraponía con su bondad perfecta y su justicia
perfecta. Este ángel ahora renegado tiene por nombre Lucifer, también conocido por Satanás,
diablo, etc.
Lucifer convenció a un gran número de ángeles para que lo siguieran en su rebelión. Y
todos ellos junto a su jefe fueron castigados por Dios enviándoselos a la oscuridad o castigo
eterno pues se les encontró algo llamado "maldad". La maldad es el quebrantamiento de la
bondad perfecta de Dios, bondad que es representada por ese brillo increíble que emana. Y
cualquier tipo de maldad, por más pequeña que fuere, es destruida delante de este gran brillo,
que también representa una justicia perfecta.
Entonces Lucifer y sus ángeles seguidores pierden su hermosura y posición en el cielo y
son transformados en seres horribles llenos de maldad sin el más mínimo atisbo de bondad
alguna. Se los conoce como demonios. La principal característica del diablo es la mentira y el
engaño, y su objetivo principal es la muerte del ser humano. (Leer: Isaías 14: 12 al 15).
El primer pecado:
Contrariamente a lo que dicen falsas enseñanzas que predominan en el mundo el primer
pecado no fue la relación sexual entre Adán y Eva. Ellos fueron creados con sus órganos
sexuales respectivos, con sus deseos de atracción y demás cuestiones íntimas que tienen que
ver con lo mental, químico y físico. Es más, se les mandó que procrearan y llenaran la Tierra.
El error de Adán y Eva consistió en "desobedecer" a Dios. Comer lo que se les dijo que no
comieran, puesto que el diablo en forma de serpiente convenció a Eva de comer el fruto
prohibido y ella hizo lo propio con Adán. Ambos comieron, ambos desobedecieron.
El fruto no tenía un veneno químico mortal, sino que al desobedecer el mandato de Dios,
estos primeros humanos quebrantaron la ley de bondad perfecta y fueron condenados a morir
al igual que Satanás y sus ángeles rebeldes o demonios. A partir de ese momento se halló
maldad en Adán y Eva. Hubo un quebrantamiento o separación entre Dios y el ser humano
como creación. Se terminó la inmortalidad que residía en el hombre y fue maldecido con la
muerte. Por ello todos los humanos nacemos y luego morimos. Y ninguno puede ver a Dios
porque eso significa la muerte instantánea.
Incluso debido a esta desobediencia la creación misma fue maldecida, pues la creación fue
hecha para beneficio del ser humano. La Tierra y los planetas están en perfecta disposición
que permiten la existencia física del hombre. La cercanía del sol, la luna, las capas exteriores
de la Tierra, los giros en el espacio exterior, todo está en perfecta armonía para la vida en la
Tierra, para la respiración de los seres vivos, la adecuada atracción gravitatoria, períodos
consonantes de sol y oscuridad, mareas, lluvias, adecuadas temperaturas, etc. etc. etc. En
definitiva, para sintetizar, la condenación eterna o muerte eterna pasó al ser humano y a toda
la creación "gracias" a Lucifer, el primer quebrantador de la perfecta ley de Dios en donde no
puede haber ni el más pequeño atisbo de maldad. Metafóricamente se podría decir que se le
dio al diablo la llave de la "muerte y el infierno". (Leer: Romanos 5: 12).
Ilustración 2 Adán y Eva se ocultan de la presencia de Dios.
El infierno:
Infierno en sí significa muerte. Es un inmenso lago de fuego y azufre que representa la
muerte eterna o castigo eterno.
Lucifer y sus demonios están maldecidos con un abismo de oscuridad, que significa que
contrariamente a Dios, ellos están absorbidos por una maldad interminable, y que
irremediablemente tienen como destino el ser atormentados en dicho lago de fuego y azufre
por siempre.
EL HIJO DE DIOS
Dios tiene un hijo de las mismas características espirituales que él. No fue concebido como
los humanos ni creado como los ángeles, sino que, digamos, está conformado con la misma
estructura de Dios; igualmente eterno, e igualmente bueno en perfección. Su nombre es
Jesús, que significa "Salvador".
También con Dios convive otra entidad que se llama Espíritu Santo. Este Espíritu podría
decirse que está conformado por ese brillo infinito de Dios de bondad y justicia perfectas. Un
Espíritu inteligente y perfecto que es parte de Dios mismo.
Esta es la "familia" de Dios. Concepto que introdujo en la humanidad para conservación y
continuidad de la especie. Un hombre nace, convive con su padre y madre, tal vez con
hermanos, y ello es lo que se denomina familia humana. El ser humano, al menos
supuestamente, debiera ser cuidado y educado en el entorno familiar hasta su adultez. A
partir de allí se formaría una nueva familia y con ello la expansión y continuidad de la especie
humana. (Leer: Apocalipsis 1: 14-15).
No todo está perdido. SOY EL QUE SOY, Dios, al ver que el destino inequinable de toda la
humanidad era la muerte y el castigo eterno, decidió llevar a cabo un plan de salvación
completa, un plan que diera vida eterna a cualquier humano que tomare la decisión por
voluntad propia. La decisión de vivir junto a Dios.
La bondad sincera del ser humano agrada a Dios, y en el mundo siempre existieron y
existen hombres considerados por sus coterráneos como "buenos". Sin embargo esta bondad
humana con relación a la salvación de su alma NO significa NADA, ni sirve para NADA.
Como dije al principio Dios está rodeado de una luz inconmensurable e inaccesible que
representa su perfecto amor y justicia. El más mínimo destello de maldad hace que esta luz la
destruya sin miramientos, y a quién pertenezca dicha maldad le aguarda irremediablemente
el castigo eterno en el lago de fuego y azufre.
Adán fue el primero que pecó contra Dios desobedeciendo su mandato, y con su
desobediencia (maldad) acarreó maldición a la humanidad en su conjunto, deshaciendo la
cercanía que había entre Dios y su creación humana. Ninguna, absolutamente ninguna
persona en la historia de la humanidad (exceptuando por supuesto a Jesús) es suficientemente
"buena" para merecer el perdón de Dios. Tiene que haber perfección, o la muerte es
indeclinable. Por una sola persona (Adán) entró la maldición y el castigo eterno a la especie
humana y al mundo entero. (Leer: Romanos 3: 9 al 12 Romanos 5: 12).
ISRAEL
El pueblo de Israel es una simbología, un prototipo, un tronco de lo que representa el árbol
de la salvación y el reino eterno de Dios. Una pequeña representación de la justa ley del
Creador, de las metodologías celestiales, y un tutor o cuidador de las "cosas" de Dios hasta la
llegada del Nombre dado al mundo para la salvación definitiva: JESUS DE NAZARET.
(Leer: Gálatas 3: 24).
Dios eligió un hombre, Abraham, para formar una nación nueva, con una nueva forma de
vida. Convengamos que en los tiempos de Abraham las naciones del mundo estaban por
completo a merced de Satanás y sus falsas religiones paganas. No se conocía al verdadero
Dios, aunque existían personas honestas y de buen corazón que no se doblegaban ante
aquellas religiones demoníacas del momento. Una de esas buenas personas era Abraham.
A partir de Abraham y su esposa nace la nación de Israel. Dejemos claro que en aquella
lejana época estaba permitido por Dios el matrimonio entre parientes. No había ningún tipo
de enfermedad mental o física entre los niños recién nacidos inherente al cruce de la misma
sangre, peligro que se cierne hoy en día.
La nación hebrea se instaló en Egipto y allí creció enormemente su número de
compatriotas; tal fue así, que los egipcios los obligaron a convertirse en esclavos tratando de
evitar su rápida multiplicación.
Fue entonces que Dios decidió manifestarse a los israelíes. Decidió liberarlos de sus amos y
establecerlos en la lejana tierra de Palestina. Allí en el país de Egipto, podría decirse,
comienza el enfrentamiento literal entre Dios y Lucifer por la vida y salvación de la
humanidad. Es muy apropiado decir que todas las religiones paganas del mundo están
patrocinadas por Satanás, el cual solamente busca la destrucción y muerte de los seres
humanos. Tanto la adoración al cielo o las estrellas, animales, pirámides, obeliscos, árboles,
estatuas, incluso ángeles, conforman una manera de vivir espiritualmente confundido y a
merced de las mentiras de Lucifer y sus demonios. Por más honesta y fiel que fuere aquella
persona que pone sus creencias en estas cosas, por más que cumpliere todos sus ritos, no le
espera otra cosa más que el castigo eterno en el lago de fuego y azufre. Pero sin embargo
existe un camino de salvación eterna para todo el que lo quiera, totalmente simple, y es
justamente ese el motivo por el cual se escribe este libro. Pero es justo relatar con simpleza
cómo comenzó todo; cual es este plan de salvación elaborado por Dios mismo.
En muy contadas ocasiones SOY EL QUE SOY, Dios, utiliza a sus poderosos ángeles
directamente visibles en la lucha espiritual por la vida de los humanos. Para sus mensajes,
anuncios, milagros, etc. en la tierra, Dios elige personas de carne y hueso; gente falible, es
decir, hombres y mujeres que a pesar de tener una gran cuota de fe (la fe es creer en Dios
aunque no se lo vea, creer en su protección y promesas), tienen defectos de carácter, o a veces
malos sentimientos, en fin, todas las deficiencias que puede haber en un ser humano.
Tierra de Palestina:
Hay que dejar bien establecido un asunto importante inherente a la relación entre Dios y la
humanidad en aquella época. Las personas del mundo entero estaban bajo la influencia de
Satanás por completo. Tanto así los gobiernos de las naciones como así también sus
habitantes estaban regidos por preceptos "religiosos" de adoración a muchos falsos "dioses",
que supuestamente regían la vida en la tierra en todos los aspectos: cura de enfermedades o
plagas, lluvias, "sabiduría" para las guerras, etc., y cuyas deidades requerían un sinnúmero de
"sacrificios" y festividades solemnes para que éstas finalmente desplegaran sus
"bendiciones" sobre la tierra y sus adoradores.
Generalmente los sacrificios a los dioses eran de humanos, es decir, se elegían muchachas
jóvenes que eran asesinadas sobre grandes altares de piedra para así aplacar la "ira" de los
dioses. Y en muchos países del mundo en aquel tiempo el asesinato se perpetraba a bebés
recién nacidos, los cuales eran degollados sobre estos altares y en muchos casos quemados
vivos en hogueras. La libertad sexual no tenía límite alguno, no se hacía distinción de padre,
madre, niño, hombre, mujer o animal. Las mujeres, salvo contadas excepciones, eran
consideradas prácticamente como esclavas, como en un nivel de inferioridad total con
respecto al hombre.
El asesinato, el saqueo, la corrupción, la inmoralidad, la injusticia, etc., eran norma común
en las naciones del mundo entero. La misericordia era considerada signo de debilidad y
fracaso. En síntesis, la humanidad de entonces estaba bajo el yugo de Lucifer, destinada a la
muerte eterna, y por consiguiente considerados enemigos de Dios.
Con su pueblo elegido Israel Dios introdujo nuevos conceptos de vida que beneficiarían a
la humanidad en su conjunto. Esto se conoce como el "Pacto" entre Dios y los hombres, su
nación elegida que serían llamados "hijos de Dios". Se le mandó entonces a Israel que
conquistara la tierra de Palestina destruyendo a las naciones que hubiere allí. El pueblo de
YO SOY, contra el pueblo de Satanás.
Dios no es cruel, es perfectamente bondadoso pero también perfectamente justo. Muchos
dicen hoy en día que Dios no sería capaz de mandar a matar a nadie, y que el "Jehová" del
Antiguo Testamento es un "dios malvado", etc., etc. Eso es falso. Dios es el mismo ayer, hoy
y siempre. La que eligió estar sin el verdadero Dios fue la humanidad, habiendo preferido
estar bajo el yugo maligno de Satanás. Y en el futuro, en el Día del Juicio a todos, Dios va a
matar a todos los humanos que decidieron no creer en él y su Hijo Jesucristo. De todas
maneras, me adelanto a decir que todas aquellas personas que los israelíes mataron como así
también todas las personas que murieron desde Adán hasta la crucifixión de Jesucristo,
Cristo mismo mientras su cuerpo humano permanecía en la tumba hasta el momento de su
resurrección, fue en espíritu a donde estaban todas aquellas almas difuntas y les predicó la
salvación de Dios. Y todo aquel sinnúmero de almas tuvo la oportunidad de decidir por sí
mismos si creían o no. Desde el primero hasta el último, sin importar lo que había hecho en su
vida, bueno o malo, al que creyó a Dios fue totalmente perdonado y pasó a ser un hijo de Dios
y liberto de la muerte eterna. Esto se conoce como la predicación de Jesús a los muertos,
porque toda alma humana tiene pleno libre albedrío de elegir su camino. (Leer: 1 Pedro 3:
19 1Pedro 4: 6).
La ley:
* El principal de todos. Los sacerdotes hebreos debían degollar un cordero sin defecto
alguno. La sangre de dicho cordero representa la muerte que debía darse por los pecados
(maldades) de los israelíes que ahora eran hijos de Dios. Recuérdese que Dios mata
irremediablemente a los humanos pecadores (porque todos están enemistados con el
Altísimo), y esa sangre es un símbolo de "aquel" que moriría en lugar de los hijos de Dios.
(Leer: Éxodo 12: 1 al 6).
* Cuando había algún enfermo grave debía ser apartado del resto puesto que perdía su
"santidad". Se lo enviaba a lugares confortables, a veces ciudades especialmente elegidas,
para su cuidado, bajo inspección de los sacerdotes. Esto era instruido por Dios para evitar la
propagación de pestes y enfermedades muy contagiosas. Hoy en día estos procedimientos se
conocen como "cuarentena". (Leer: Levítico 13: 4).
* Durante campañas militares los hebreos debían portar entre sus enseres personales una
estaca de madera. Para no "profanar" la santidad del campamento, los soldados debían tener
un lugar alejado donde hacer sus necesidades fisiológicas. Debían excavar un pozo con sus
respectivas estacas, hacer sus necesidades, y luego tapar todo con tierra. Sin duda alguna que
esta norma de higiene preservaría en gran manera la salubridad del campamento. (Leer:
Deuteronomio 23: 9 al 14).
* El Antiguo Testamento, escrito hace miles de años, habla que la tierra "cuelga" en el
espacio. (Leer: Job 26: 7).
* Las heridas debían lavarse con "agua corriente". Hoy sabemos que esta práctica es un
gran arma contra las infecciones. (Leer: Levítico 15: 13).
* El Antiguo Testamento dice que la tierra es una esfera; cuestión que no fue descubierta
hasta el siglo 13 de nuestra era. (Leer: Isaías 40: 22).
El pueblo hebreo, o judío, como es mejor conocido hoy en día, y su ley, representan la
perfecta santidad de la vida con Dios, o en Dios. Inclusive el templo construido por el rey
Salomón es una, digamos, especie de "copia" del templo que existe en el cielo. Aún así, como
dije, los judíos debían sacrificar un cordero en representación de la muerte necesaria para la
limpieza y exterminio de la maldad de cada persona delante de Dios. No obstante, el Creador
de todas las cosas ya tenía dispuesto un cordero sin defecto alguno para el sacrificio supremo,
hecho una sola vez, cuya sangre derramada sería suficiente para cubrir y perdonar TODOS
los pecados de aquellos que decidieran vivir eternamente. Un cordero preparado desde la
misma fundación del mundo para la salvación eterna del ser humano. Dios mismo entregó
este cordero especial para que fuera sacrificado en la tierra, y que luego viviera nuevamente
inaugurando así lo que se conoce como "resurrección". Este Cordero de Dios es su propio
Hijo, y su nombre: Jesucristo de Nazaret. (Leer: Éxodo 25: 40).
JESÚS
Por la desobediencia de un solo hombre (Adán) entró la maldición, el castigo eterno y la
muerte a toda la humanidad. Y por la gracia, bondad, obediencia y sacrificio de un solo
hombre también, trajo el perdón, la bendición y la vida eterna a todo el que lo quisiera. Jesús
es conocido por varios nombres: Jesucristo, Cristo, Hijo del Hombre, Cordero de Dios,
Mesías, Salvador, Verbo de Dios, Ungido, Señor.
Como fue explicado, la falta, pecado o maldad delante de Dios se paga con la muerte.
Entonces el Creador decidió que su propio Hijo se transformara en un ser humano, un
hombre perfectamente bueno, sin haber cometido ninguna maldad en el transcurso de su
vida, y que sirviera de ejemplo para la vida que Dios considera justa y buena. Ese hombre
debería ser asesinado así como los corderos de los judíos, pero con la diferencia de que este
hombre volvería a la vida tres días después.
Jesús nació de una mujer virgen, María, la cual nunca se había casado y no había tenido aún
relaciones sexuales. Ese fue simplemente un milagro, una obra sobrenatural que Dios hizo
para que su Hijo naciera igual que cualquier persona, siendo concebido en el vientre de
María. Cristo fue un feto, luego bebé y luego nació. Pero sus genes y su ADN no coincidían
ni con los de María ni con los de José, su padrastro, el cual lo amó y cuidó como si fuera su
propio hijo.
El Hijo de Dios se "transformó", por así decirlo, en un ser humano. Fue criado como un
niño normal por sus padres en la tierra. Aprendió los "asuntos" de Dios a través de las
asistencias a la sinagoga, por la lectura de las escrituras del Antiguo Testamento, y por las
enseñanzas de los maestros religiosos judíos y de José y María. Finalmente a los treinta años
aproximadamente, fue bautizado por el profeta Juan el Bautista y desde allí comenzó su
ministerio de predicación y milagros por la tierra de Palestina.
¿Pero cuál es el significado espiritual de estos acontecimientos? Jesucristo fue la única
persona de la historia de la humanidad que nunca hizo ninguna maldad de ningún tipo. Y al
no tener ningún defecto de carácter que los humanos traemos como carga hereditaria a través
del ADN, se puede afirmar sin lugar a dudas que Jesucristo de Nazaret en su vida en la tierra
fue un ser humano espiritualmente perfecto. Fue condenado y muerto por los religiosos
judíos de aquella época, por envidia principalmente, aunque el brazo ejecutor fuera el
Imperio Romano. Cumpliendo así multitud de profecías sobre el "Mesías que salvaría al
mundo" escritas en el Antiguo Testamento, y que esos mismos religiosos conocían pero que
se negaban a reconocer a Jesús como ese tal Mesías. El mismo pueblo que Dios había elegido
como propio, ahora rechazaba al unigénito Hijo de Dios, se burlaban de él, le torturaban, le
crucificaban y le negaban completamente. (Leer: S. Mateo 21: 33 al 46).
Podemos aseverar que el pueblo elegido por Dios como sus hijos, los hebreos, a través de la
historia demostró que no eran más que míseros seres humanos al igual que Adán y Eva y al
igual que todos en el mundo. Falibles y pecadores.
Los hebreos creen que la observancia de "la Ley" les permite la entrada a la vida eterna,
pero eso no es así. Puesto que siempre tiene que haber un sacerdote que haga sacrificios de
animales y otros rituales debido a que los judíos, en su condición de seres humanos, siempre
van a pecar, o cometer maldades. El mismo Abraham fue considerado por Dios como su hijo
por la fe que tenía, porque creía en Dios y hacía su voluntad. Luego vino "la Ley". Primero
fue la fe, y he aquí el "secreto" de la salvación eterna. El secreto que vence al maligno,
Lucifer, y quita la maldición de muerte que pesaba en todo ser humano desde Adán y Eva. La
fe en el Cordero de Dios que quita el pecado de los creyentes, que le arrebata a Satanás la
llave de la muerte espiritual eterna, y le concede gratuitamente a CUALQUIER ser humano
en cualquier lugar del mundo la bendición de la vida eterna y la salvación eterna. En
definitiva, es la fe en Jesucristo de Nazaret, el cual resucitó de los muertos por milagro de
Dios y que ahora está en el cielo sentado a la derecha de Dios mismo. Y toda persona (judío o
no judío) que crea en el nombre de Jesucristo y su obra redentora, y que se acepte a sí mismo
como pecadora y se arrepienta de sus malos actos, dice Dios que pasa de muerte a vida, y
Lucifer no tiene potestad, poder ni fuerza alguna para evitar esto. (Leer: Hebreos 7: 27
Santiago 2: 23 Romanos 1: 17).
Con la muerte y resurrección de Jesús se produjo una "reconciliación" entre Dios y los seres
humanos. Jesucristo "paga" así por las maldades de todos los que creyeran en él y eligieran el
camino de Dios. La maldición de la desobediencia de Adán queda deshecha y el alma de los
verdaderos creyentes en Cristo vuelve a ser inmortal. Aunque el cuerpo humano sigue siendo
el mismo falible y mortal, con Jesús se inaugura la resurrección y transformación del cuerpo
y alma para vivir eternamente. (Leer: Romanos 5: 10).
El templo de Dios:
El pueblo judío fue una estructura que eligió Dios para manifestarse al mundo entero. Sus
perfectas leyes, sus buenas formas de vida, su perfecta justicia, su templo hecho a semejanza
del que está en el cielo, sus ritos y sacrificios, todo ello forma parte de una pureza de cosas
que los judíos no pudieron cumplir a través de sus generaciones, dando a entender también
Dios que un ser humano no puede cumplir una vida perfecta sin errores, puesto que los
hebreos son falibles seres humanos también. Jesucristo de Nazaret fue el único que fue
perfecto en todo; no hay otro. Este Nombre, JESUCRISTO, es el Nombre dado al mundo que
tiene potestad, o poder, sobre todas las cosas. JESÚS DE NAZARET tiene potestad, poder, o
autoridad absoluta en el cielo, en la tierra y aún debajo de la tierra. Esto quiere decir que
Jesucristo tiene total autoridad suprema, otorgada por su Padre, tanto en el mundo físico de
los humanos como en el mundo espiritual, ya sea de los buenos ángeles de Dios que le sirven,
o de los demonios que le combaten. Tiene por lo tanto el Nombre Jesucristo de Nazaret
autoridad total y absoluta sobre Lucifer, el diablo, y todo su imperio de maldad. (Leer:
Gálatas 3: 24-25).
Luego de su resurrección, Jesús asciende al cielo y allí es glorificado por Dios. Es decir,
vuelve a su condición celestial, pero su conformación corpórea ha cambiado. Jesús, el Hijo
de Dios, al haberse rebajado transformándose en un ser humano, inaugura, resucitado, lo que
se conoce como transformación del cuerpo y alma en cuerpo y alma inmortales. Con ese
cuerpo resucitado Jesús desciende del cielo y se muestra a sus amigos (así llama Cristo a los
creyentes verdaderos) y finalmente asciende al cielo prometiendo su regreso final a la tierra
en el fin de la historia. Pero no deja sin compañía a sus amigos creyentes, sino que al ascender
él, del cielo desciende aquella entidad descripta en el principio de este libro que se denomina
Espíritu Santo, o Espíritu de Dios; el cual viene sobre los creyentes verdaderos, y es este
Espíritu el ÚNICO representante de Jesús en la tierra.
El Espíritu Santo no nos "domina" a los creyentes, sino que nos aconseja, nos calma, nos
fortalece, nos da sabiduría, esperanza, fe, intercede ante Dios por nosotros con súplicas y
ruegos. En fin, es nuestro amigo, es el representante de Jesús, de Dios mismo. (Leer: S. Juan
14: 26).
¿Por qué es esto así? En los tiempos de Moisés en adelante Dios se manifestaba en un
objeto llamado el "arca", que luego fuera colocada dentro del templo construido por
Salomón. Pues bien, el cuerpo de carne y hueso de los verdaderos creyentes es el nuevo
"templo" donde Dios se manifiesta a través de su Espíritu Santo, representante de Cristo.
Nosotros (creyentes), somos ahora el templo de Dios, y ya no más el de Jerusalén, ¡por más
que sea reconstruido!
El pueblo judío es una especie de entrada a la salvación eterna y una representación del
"nuevo" pueblo o nación de Dios. Un pueblo de personas de todos los países del mundo, de
diferentes razas e idiomas. Todos unidos bajo el Nombre de Jesucristo de Nazaret. La
preponderancia del pueblo judío queda caduca, y sólo la fe en el Cordero de Dios permite la
entrada al reino celestial eterno. De los judíos será salvo solamente todo aquel que tenga fe en
Cristo Jesús y el Espíritu Santo en el corazón. (Leer: 1Corintios 3: 16).
LA BIBLIA
Otra característica muy importante de la nación de Israel que Dios les impregnó fue su
decidida rigidez en la copia y traducciones de los diferentes libros que a la postre
conformarían el Antiguo Testamento de la Biblia. A los hebreos no se les escapó una frase,
una palabra, una letra de los escritos que Dios determinó como sagrados. Luego del tiempo
de Jesucristo en la tierra se conformó el conjunto de libros escritos por los apóstoles del
Cordero, que fueron testigos presenciales de su vida y predicaciones. Ello constituye el
Nuevo Testamento de la Biblia.
El Nuevo Testamento no abroga al Antiguo, sino que lo cumple, cumple sus profecías
mesiánicas principalmente. Queda totalmente abrogado sí el culto judío, los ritos y
sacrificios, ya que los mismos eran imagen o simbolismo del sacrificio de Jesús en la Cruz.
La fe en ese sacrificio, la aceptación de nuestra maldad delante de Dios, nuestro
arrepentimiento, la total seguridad de que Jesucristo de Nazaret nos limpia de pecado y libra
de castigo eterno, conforma el único ingrediente necesario para ser aceptos en el reino eterno
de Dios.
La Biblia es una recopilación de muchos libros en uno solo. Todo ello conforma las
"Escrituras" o "Palabra de Dios". Todos los libros fueron inspirados o guiados por el Espíritu
de Dios o Espíritu Santo. No hay contradicción alguna entre los diferentes libros, no hay
necesidad de agregar ningún otro y mucho menos quitar alguno. Por estricta voluntad de Dios
la Biblia llega a nuestros días de esta manera y prohíbe puntualmente quitar nada ni agregar
nada en lo absoluto. Quién quiera conocer a Dios y a su Hijo Jesucristo debe leer la Biblia
atentamente y en constante oración.
La Biblia, las Escrituras, son libros escritos por humanos pero inspirados por Dios. Todo lo
que hablo en este libro está escrito en la Biblia. Lamentablemente Satanás y sus seguidores
poseen una "Biblia" acomodada a sus intereses. Dónde han borrado literalmente innumerable
cantidad de partes y versículos que incomodan o no benefician a su imperio global de
maldad. Yo personalmente aconsejo no leer ninguna traducción bíblica que pase de la
versión de 1960. (Leer: Apocalipsis 22: 18-19 Romanos 15: 4).
LA ORACIÓN
La oración es hablar con Dios directamente. Se puede hacer en cualquier momento y en
cualquier lugar. Lo más recomendable es en la tranquilidad del hogar, si la hubiere, y allí a
puertas cerradas hablar con Dios de manera confortable, en paz y sinceramente como lo haría
con un amigo por ejemplo. Se puede hacer también en forma grupal en la iglesia o en casa de
otras personas cristianas. Allí la oración se efectúa en voz alta para que los demás escuchen y
se hace ordenadamente de a uno.
Cuando se ora o se habla a Dios es preferente que primero se dé gracias por las bendiciones
ya recibidas, incluso el vivir un día más de vida simplemente se considera una bendición.
Luego pedir perdón por las fallas, errores, o maldades cometidas, etc., y finalmente el ruego
por las bendiciones necesarias para los creyentes. Pida como lo que es, como un hijo a un
padre, un Padre perfecto, bueno y misericordioso. Pida por trabajo, por salud (propia o de
alguien más), pida por amor, por los estudios en la escuela, por recibir mayor sabiduría, por
soportar mejor a su jefe, pida para que en el evento del fin de semana vaya todo bien, pida por
el gobierno de su ciudad y de su país porque esto le conviene a todos, pida por sus hijos, pida
por usted. En fin, pida todo lo que quiera con humildad de corazón, pero por sobre todo crea
con toda su alma que Dios mismo, ahora su amigo, le está escuchando. Sin esa seguridad, sin
fe, no es posible la comunicación.
Para finalizar la oración se dice algo así como: --"En el Nombre de nuestro Señor Jesucristo,
amén". Porque gracias al nombre de Jesús tenemos llegada directa al cielo, quién con su
sacrificio conectó nuevamente la relación entre Dios y los seres humanos, considerando éste
a los creyentes como sus propios hijos. El "amén" significa: "que así sea", una expresión de
fe que da término a la oración.
Orar no es leer ni repetir algo de memoria, es hablar, agradecer o pedir, pero hablar sin
ningún discurso escrito previamente. Es muy bueno hacerlo asiduamente por todas las cosas
en la vida. (Leer: Apocalipsis 5: 8 S. Mateo 21:22 S. Mateo 6: 6).
Dios y sus ángeles, aun los demonios, y todo en el cielo es un mundo denominado
"espiritual". Conforma una vida inteligente muy superior a la raza humana, que no necesita
de ninguna conexión sanguínea, nerviosa o neurona para funcionar. Luego viene la vida en la
tierra, de carne y hueso, o material, palpable, visible al ojo humano perfectamente. Estos dos
mundos, el humano y el espiritual, son las dos únicas realidades que existen, y coexisten,
formando en sí una sola realidad. (Leer: Hebreos 9: 27 S. Lucas 24: 39).
E.T.
La conexión "cósmica" que se dice que existe entre los humanos y los E.T. es la misma
conexión que se transmitió a todas las naciones del mundo desde la antigüedad, es decir, la
conexión entre los humanos pecadores y Satanás, el cual tiene preponderancia sobre los
gobiernos de todos los países. Prácticamente todas las religiones de la antigüedad, sobre todo
en Egipto y Babilonia, hablan de seres muy poderosos de otros mundos (sus dioses claro) que
visitaron la tierra y dejaron "grandes conocimientos". Anunciando que retornarían en días
posteriores (nuestros tiempos) para evitar que la humanidad se autodestruya y proclamando,
o iniciando, la tan mentada "evolución espiritual del ser humano".
Pues bien, estos extraterrestres, dioses ancestrales, navegantes de las galaxias, etc. no son
otra cosa que los demonios seguidores de Satanás que son expulsados del cielo y vienen
ahora de la más profunda oscuridad o abismo. Por supuesto, con la peor de las intenciones.
Recordemos que Lucifer y sus demonios son engañadores y mentirosos, que se disfrazan
como ángeles de Dios, enviados de Dios o extraterrestres venidos de otras galaxias.
Recordemos también que su principal objetivo es exterminar a la raza humana. (Leer:
2Corintios 11: 14 1Juan 5: 19).
Los engaños son innumerables, y las masas humanas a través de la historia en su mayoría se
dejan seducir por falsas promesas.
Algunos engaños:
* Religiones paganas. Ritos de toda índole, y en algunos casos sacrificios humanos a los
demonios que no reportan ningún beneficio en lo absoluto.
* La "reencarnación". Esto no existe. La vida es una sola y luego viene el juicio ante Dios.
* "Poderes" para satisfacer un sin fin de codicias como el dinero fácil, el amor traído a la
fuerza, maldiciones a otras personas, etc. Esto no es más que un engaño que acerca la vida
humana a la oscuridad y a la opresión.
* Uno de los principales engaños de Satanás es hacer creer a los que entran en su reino del
mal que es imposible desligarse después. Que dentro de su imperio oscuro ya no hay salida,
que de sus garras malévolas y poderosas no se puede escapar nadie. Créame, ¡esto es otra
miserable e inmunda mentira!
* Trate de asistir a una congregación evangélica (cuya doctrina no está tergiversada por
abominables manipulaciones como la doctrina católica romana por ejemplo). Hable con el
pastor y asista por lo menos una vez a la semana. Recuerde que los asistentes también son
seres humanos falibles y con defectos. Ponga su confianza en Jesucristo por sobre todas las
cosas.
* Aprenda a orar. Orar es simplemente hablar con Dios. Hágalo a solas, en un ambiente
donde no sufra interrupciones. Hable con Dios, confiésele sus cosas, agradezca, pídale.
También puede hablar con Dios en cualquier momento del día o de la noche, en cualquier
lugar, en la escuela, o en el trabajo, tenga plena seguridad de que va a ser escuchado.
* Haga alguna obra de caridad. Siempre hay necesitados en todos lados. No busque ningún
tipo de recompensa o halago por parte de las personas. Que su buena obra sea en lo más
secreto posible. Dios le promete que haciendo estas cosas, cuando usted sufra alguna
fatalidad u opresión, él va a escuchar su oración porque Dios ama ayudar a sus hijos
misericordiosos.
* No hay tiempo que perder. Usted es completamente libre de creer en las palabras de este
libro o no. No tenga miedo ni vergüenza en acercarse a las cosas de Dios. Las personas que se
van a reír y burlar de usted no lo van a ayudar en el Día del Juicio, cuando los que no creyeron
en el mensaje de Jesucristo han de ser lanzados por Dios en un lago de fuego y azufre donde
serán atormentados para siempre junto a Lucifer y todos sus demonios.
__ ¡En el Nombre de Jesucristo de Nazaret! ¡En el Nombre qué es sobre todo nombre, de
Jesucristo de Nazaret! Y otra vez: __¡En el Nombre de Jesucristo de Nazaret! ¡Dios mío,
ayúdame!
No utilice "amuletos", ni crucifijos, ni imágenes de ningún tipo para invocar a Dios. No
construya casitas con imágenes de personas ni se arrodille delante de imágenes ni estatuas.
Dios es invisible, se cree por fe, Dios es ahora su amigo y él va a estar adonde usted vaya.
Ningún poder maligno, ninguna hechicería, ningún "pacto con el diablo" es
suficientemente poderoso como para que Jesucristo no lo pueda vencer. Dios le concedió a
Jesús autoridad absoluta sobre todo. El único requisito para vencer, el único secreto, es la fe,
la total y completa confianza del amor de Dios, el cual quiere que todas las personas se
salven.
Usted decide si quedarse en el falso y engañoso reino de Lucifer, o emprender la lucha por
librarse de él.
El Día del Juicio va a llegar, lo crea el mundo o no. Dios es un ser inteligente,
misericordioso y justo, que permite la maldad que sufre todo el globo terráqueo pero sólo
hasta la llegada de aquel gran Día. Hasta ese día (el cual nadie sabe exactamente cuándo será)
hay tiempo para arrepentirse y buscar a Dios y a su Hijo Jesucristo. Luego será tarde. (Leer:
Hechos 4: 12 Efesios 1: 20-21).
Para librarse del poder maligno de Lucifer usted tiene que buscar a Jesucristo de todo su
corazón y tiene que dejar de pecar (dejar de hacer mal), por supuesto que con la ayuda de la
oración sincera y de una fe en ascenso. Usted si quiere seguir el camino de Dios, que es el
camino de la vida, tiene que dejar de pretender de controlar por la fuerza a otras personas, de
practicar ritos de brujería para maldecir o destruir a alguien que no le cae bien, de prender
velas a los demonios o pronunciar frases extrañas para invocar "espíritus", (prenda las velas
sólo cuando se corte la luz eléctrica, para iluminar algún ambiente), no vaya a que le adivinen
nada ni le tiren ninguna carta, en fin, apártese de la oscuridad. "Vístase" de obras de bien, no
estafe a nadie, no se crea superior a nadie, no intente destruir ni injuriar a nadie. No tenga
miedo del futuro ni del Día del Juicio, porque si usted está en las manos de Dios y confía que
el Nombre de Jesucristo de Nazaret tiene poder sobre todo, entonces usted vive por fe, y el
maligno no le puede condenar porque él ya fue vencido por el Cordero Santo de Dios.
Repita en su mente este Nombre, todo el día, todos los días, hasta que se pegue en su misma
alma, en especial cuando es oprimido por Lucifer y sus demonios:
Cuando Jesucristo venga desde el cielo lo hará rodeado de todos sus ángeles. Lo verá todo
el mundo y en ese preciso momento habrá terminado el lapso de tiempo dado por Dios a la
humanidad para que busque el camino de la salvación.
Ahora es el tiempo de buscar a Dios. Este día es el día de creer y buscar a Jesucristo aunque
se burlen y rían de usted, aunque lo menosprecien, aunque lo odien. Usted no va a
"reencarnar" en nada. Es mentira que Dios nos va a perdonar a todos porque es bueno
solamente. También es justo y no va a dar por inocente al culpable. Dios entregó a su propio
Hijo para que fuese crucificado y resucitase después, y ese camino, Jesucristo de Nazaret, es
el único camino que lleva a la vida eterna. El resto es mentira y engaño del maligno.
(LEER: S. Mateo 24: 5 al 8 Apocalipsis 13: 15 al 18 S. Mateo 24: 27 y 30).
* Adán y Eva decidieron desobedecer a Dios y eso produjo una "separación" entre Dios y los
humanos, atrayendo hacia ellos la muerte.
*El pueblo de Israel fue el guardador de las "cosas" de Dios hasta la llegada de Cristo y su
obra redentora.
*A través de Jesucristo, sólo por fe, cualquier ser humano de cualquier parte del mundo que
lo decida voluntariamente puede ser salvo.
*El tiempo de salvación tiene un límite y es hasta la Segunda Venida de Cristo.
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*Espero de todo corazón, querido/a lector/a, que este libro te haya sido de gran satisfacción
espiritual. Sólo la Verdad ha sido presentada en este escrito. Ojalá creas, y vivas eternamente.
Porque ese es el principal mensaje de Jesucristo: vivir para siempre. La solución definitiva a
la pérdida humana, la muerte; solución que ninguna falsa religión puede ofrecer, ni ciencia,
ni magia alguna. Sólo por medio del Cordero Santo, Jesús, el ser humano vuelve de la
muerte, para no morir ya nunca más. Saludos y bendiciones.
Contacto
Email: anibalbaigorria21@gmail.com
Canal de Youtube: Jesús Viene pronto. Este es el link si quiere visitarlo:
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Donación: Si puede colaborar con mi obra de anunciar el Camino a la Vida Eterna que es
Jesucristo, puede hacerlo mediante Paypal. El link para el envío es:
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Uno de los proyectos principales es la edición masiva en papel de este libro. Usted puede ser
parte. Mi nombre es Aníbal Baigorria. Muy agradecido y que Dios no olvide su buena
acción.