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Los suelos del lugar de trabajo deben mantenerse lo más limpios y secos posible
para evitar resbalones accidentales con las herramientas manuales peligrosas o
alrededor de ellas.
Las herramientas eléctricas deben estar equipadas con protectores e interruptores de
seguridad; son extremadamente peligrosas cuando se utilizan de forma inadecuada.
Los tipos de herramientas vienen determinados por su fuente de energía: eléctrica,
neumática, de combustible líquido, hidráulica y accionada por pólvora.
Algunas de las herramientas manuales no tienen motor. Incluyen desde hachas hasta
llaves inglesas. Los mayores riesgos que presentan las herramientas manuales se
derivan del mal uso y del mantenimiento inadecuado.
Se debe llevar un equipo de protección personal adecuado, como gafas de
seguridad, guantes, etc., debido a los peligros que se pueden encontrar al utilizar
herramientas eléctricas portátiles y herramientas manuales.
Alrededor de sustancias inflamables, las chispas producidas por las herramientas
manuales de hierro y acero pueden ser una fuente de ignición peligrosa. Cuando
exista este riesgo, las herramientas resistentes a las chispas hechas de latón, plástico,
aluminio o madera proporcionarán seguridad.
Mantenga el suelo seco y limpio para evitar resbalones al trabajar con o alrededor de
herramientas peligrosas.
Evite que los cables supongan un peligro de tropiezo.
No lleve nunca una herramienta eléctrica por el cable.
Utilice herramientas con doble aislamiento o con un cable de tres clavijas y conectadas a
un enchufe con toma de tierra.
No utilice herramientas eléctricas en condiciones de humedad a menos que estén
aprobadas para ese uso.
Utilice un interruptor de circuito de falla a tierra (GFCI) o un programa de conexión a tierra
asegurada.
Utilice los EPI adecuados.
Si hay partes ajustables en una herramienta, lo más probable es que estén “desajustadas”
cuando un trabajador necesite la herramienta. Enseñe a su personal a comprobar todos los
ajustes antes de utilizar la herramienta.
Revisar los mangos, los bordes de las herramientas, los cables eléctricos, las mangueras y
las conexiones, los interruptores, los gatillos, las carcasas y los accesorios.
Casi todo el uso de herramientas manuales o eléctricas requiere el uso de protección ocular.
Si se produce polvo, humos o nieblas, también debe usarse el respirador adecuado. El uso
de guantes con equipos motorizados puede ser un peligro si existe la posibilidad de que el
material del guante quede atrapado en el equipo o en el material que se está trabajando.
Peligros de la ropa
Las mangas largas, las camisas holgadas y los pantalones anchos son peligrosos cuando se
trabaja con equipos eléctricos. El pelo largo debe recogerse para que no cuelgue delante de
las orejas. Debe quitarse todas las joyas personales, como anillos, collares y colgantes,
antes de utilizar herramientas o equipos motorizados.
Compruebe que todas las piezas de la herramienta están bien sujetas antes de utilizarla.
Nunca apunte con una pistola de aire comprimido hacia usted o hacia otra persona.
Cuando termine de utilizar la herramienta, asegúrese de que se ha liberado la presión
antes de romper las conexiones de la manguera.
Utilice un clip de seguridad o un retenedor para evitar que los accesorios sean expulsados
durante el funcionamiento, y utilice un protector de virutas cuando utilice aire
comprimido a alta presión para la limpieza. Asegúrese de limitar la presión de la boquilla a
30 libras por pulgada cuadrada.
Lleve siempre protección para los ojos.
Utilice pantallas para proteger a los trabajadores cercanos de los fragmentos que salgan
despedidos.
No deje nunca la herramienta desatendida.
No guarde nunca una pistola de aire comprimido cargada.
Todos los días muere gente en accidentes laborales. Pero nadie piensa al despertar que ese
día vaya a ser su último en la Tierra. El auténtico accidente es imprevisible por naturaleza;
sin embargo, muchas muertes y lesiones no son consecuencia de un suceso accidental, sino
el resultado de un mal juicio. Tales imprudencias son evitables por definición.
Quien emplea herramientas manuales puede lastimarse, pero también puede lesionar a
otras personas. Así, quien sostiene una pieza para que otro la martillee se expone a recibir
un martillazo. Si del doloroso golpe resultan dedos rotos, tal hecho no se califica como
accidente: es clara imprudencia.
Por tanto, trabajar con instrumentos de mano conlleva el riesgo de sufrir/causar daños
corporales. Usar herramientas manuales con seguridad obliga a considerar las dos caras de
la moneda.
El uso de herramientas manuales lleva asociados distintos riesgos. Hay peligros, como el
ejemplo del martillo, que son inherentes al instrumento. Otros se relacionan con el uso
indebido de la herramienta o la falta de mantenimiento.
Uso indebido. La llave inglesa no es un martillo. El cúter no sirve como espátula. Usar
gafas de protección ocular evita que el segmento de cuchilla que salta por los aires acabe
incrustado en un ojo. Pero la primera medida de prevención contra accidentes laborales es
usar la herramienta adecuada para la tarea.
Falta de mantenimiento. Siempre se ha dicho que el cuchillo romo es más peligroso que
el cuchillo afilado. Lo mismo ocurre en el bricolaje con herramientas de mano como
serruchos, formones, cepillos y bastrenes.
Primero, se pone más cuidado al trabajar con herramienta afilada. Segundo, se requiere
menos fuerza durante el corte. Luego se reduce el riesgo de perder el control del utensilio.
Esta sección muestra ejemplos concretos de cómo trabajar con seguridad con algunas de las
herramientas de mano más comunes. En el primer punto de cada utensilio figuran los EPI
recomendados/obligatorios.
Alicates
Cúter
Destornilladores
EPI: guantes
Riesgos notables: cortes, heridas, electrocución
Desconectar la tensión antes de trabajar en enchufes, interruptores o cuadros eléctricos
Usar destornilladores con mangos aislados cuando no sea posible quitar la corriente
Escoger la punta apropiada y el tamaño correcto de destornillador evita usar más fuerza
de la necesaria y reduce el riesgo de perder el control de la herramienta
Situar la otra mano de manera que no pueda ser alcanzada por el filo del destornillador si
se desliza por accidente
No utilizar el destornillador como cortafríos ni como punzón
No usar el destornillador como cuña
No hacer palanca con el destornillador
Limas
EPI: guantes
Riesgos notables: lesiones cutáneas, golpes
Considerar el riesgo de que los nudillos se golpeen o rocen contra algún elemento
Considerar la posibilidad de perder el control del alicate de presión, la llave inglesa o la
Stillson y sufrir por ello cortes, golpes o caídas
Para prevenir el punto anterior, aplicar torsión tirando de la llave hacia el cuerpo (nunca
empujarla)
No prolongar el mango de la llave con un tubo hueco para aumentar el esfuerzo: usar en
su lugar una llave más grande o buscar otra alternativa
No usar la llave como martillo
No apalancar con las mandíbulas de la herramienta en sentido perpendicular al debido
Cómo usar bien una llave inglesa
Martillos
Serruchos y sierras
Aunque el dicho habla de tener más peligro que un mono con un cúter, en la jornada
laboral y o el bricolaje, el riesgo que la labor entraña no siempre lo causa la herramienta.
Los peligros para la salud a veces están relacionados con los materiales con que se trabaja.
Por ejemplo, al instalar planchas aislantes que emiten partículas peligrosas para las vías
respiratorias, como la fibra de vidrio, se debe usar mascarilla de protección respiratoria.
También al trabajar con sustancias químicas, pinturas, disolventes, polvo de madera dura...
Por otro lado, escaleras y andamios figuran en las estadísticas como causa frecuente de
accidente. Incluso la una escalera de tijera pequeña es peligrosa. Hay que evitar, por
ejemplo, inclinarse más allá de la vertical, ya que conlleva riesgo de caída. Además,
herramientas olvidadas en lo alto de una escalera pueden causar brechas y cortes si se caen
al desplazarla.
Para terminar, prisas y seguridad no son palabras que deban ir en la misma frase. Por
ejemplo, hay que resistir la tentación usar mal una herramienta porque se ha olvidado la
apropiada en la furgoneta o se ha de bajar de la escalara para cogerla.
Las mismas prisas nos sugieren —como el ángel malo del hombro— no quitar los clavos (o cuando
menos doblarlos) después de arrancar un rodapie o una jamba. Estos descuidos e imprudencias
son causas evitables de lesiones y accidentes de trabajo. Por tanto, mejor trabajar con seguridad
que con celeridad.