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ASTRAGALO, 23 (2017)

Attribution-NonCommercial-ShareAlike - CC BY-NC-SA
Article, ISSN 2469-0503

MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

Roberto Fernández
CAEAU. Universidad Abierta Interamericana

https://dx.doi.org/10.12795/astragalo.2017.i23.08

No es nuevo pero todavía puede resultar fructí- lítico-cultural, que Adorno atribuye más como
fero plantearse la cuestión de posibles descrip- intención que como resultado, al programa del
ciones de la cultura arquitectónica enfocadas arte inorgánico moderno que es ese fugar de la
como epifenómenos de aquellas taxonomías condición de mercancía que pretende (y a menudo
formuladas en torno de la producción de obras no lo consigue) la obra de arte moderna: ese ras-
de arte, sobre todo considerando el enfoque go determinante de lo programático-moderno
adorniano del arte moderno inorgánico desarro- establecido por Adorno implicará en relación
llado como resistencia y crítica frente a la omni- a una supuesta dominancia arte-arquitectura
presencia de la categoría de la mercancía. que ésta se ubique en una esfera cuya voluntad
Esta postura adorniana para calificar de promoción de impacto cultural se distinga
una de las características de lo que llamará arte de una pertenencia a la condición de mercancía,
inorgánico (siendo el pasaje del arte orgánico al lo que dejaría fuera de nuestra caracterización
inorgánico un atributo central de la moderni- toda aquella arquitectura concebida al servicio
dad según Adorno) perfila este devenir más de imperativos de mercado.
orientado al logro de efectos culturales que a En todo caso y volviendo al esquema de
incursiones de mejoramiento de las necesida- la comprobación de influencias estético-simbó-
des sociales que ahora atribuimos a cierto perfil licas, crítico-programáticas y de procedimien-
de la arquitectura actual (superada la vertiente tos del arte respecto de la arquitectura así como
cultural-frívola de lo posmoderno) y también hubieron momentos en que la historiografía
creo que consigue distinguir una cualidad po- crítica moderna se propuso establecer circuitos

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de relaciones entre manifestaciones artísticas y entronque con una posible aunque incompleta
arquitectónicas –por ejemplo en el caso del fu- estética marxista es preciso asumir a la cultura
turismo, el movimiento De Stijl, la Nueva Objeti- como campo relativamente a-funcional y sus
vidad, el cubismo-purismo, el constructivismo, objetos como instituidos por la categoría de la
etc.– hoy cabe reinstalar criterios que permitan in-utilidad.
examinar si no la realidad, la posibilidad de Esta definición que configura un cam-
nuevos circuitos, no sólo lingüísticos sino más po unificado del arte, sus procedimientos y sus
bien programáticos y teóricos entre formulacio- producciones (y también la posibilidad del juicio
nes del arte contemporáneo y la arquitectura universal kantiano como tentativa de acceder a
para lo cual se pueden utilizar como referencia una suerte de trabajo crítico científico en tanto
los estudios de Hal Foster1. no-ideológico) estaría considerando el objeto ar-
En este sentido destaca la importancia quitectónico como parte de la superestructura
que adquieren las posibles relaciones arte- cultural y desde tal punto de vista, el arribo a un
arquitectura, ahora no ya en relación a algu- estadio de posible finalización de la idea moder-
nas características sobre todo lingüísticas de na de proyecto como anticipo calculado de realidad.
expresiones del arte moderno en su fase de Lo que llevaría a considerar que el resul-
abstracción sino más bien en relación a la in- tado de aquella noción de proyecto sería la de
fluencia de formas de arte contemporáneo que configurar objetos que re-presentan, más que ob-
adscriben a posturas de arte conceptual (en ri- jetos que presentan o productos; objetos más del
gor, el arte posmimético pero a la vez, pos-obje- orden del discurso que de la función-utilidad-
tual que inaugura e instaura Marcel Duchamp) intercambio. Objetos que por tanto encuentran
y a propuestas y procedimientos que eliminan autonomía respecto de una finalidad práctica
el arte de objetos a favor del arte de procesos y (que desinvestiría la valencia cultural propues-
situaciones cuyo efecto en la arquitectura orien- ta) y que adquieren una resonancia o rever-
tada a pretensiones de impacto cultural estaría berancia en la esfera específica de lo cultural,
ahora procesándose. aunque de una cultura que al modo gramsciano,
Dentro de las preceptivas adornianas pueda resultar potente para cuestionar aspec-
pero también acogiendo el esquema iluminista tos de la vida social y proponer alternativas.
de la summa kantiana de saberes y críticas y su Lo que no quiere decir que en tales ob-
jetos in-útiles no haya economía (de producción
1 Por ejemplo, dentro de sus múltiples trabajos, El retor- y consumo) ni mercado (como dimensión del in-
no de lo real. La vanguardia a finales de siglo, Akal, Madrid,
2001 (en que trata una argumentación que partiendo del tercambio de productores y consumidores, con
esencialismo minimalista propone un retorno de realidad sus mediaciones) lo que confluye además con
para el arte conceptual, como una instancia ulterior y críti- derivas del modo productivo capitalista en su
ca del postmodern en que emerge la figura del artista como
etnógrafo) o su Diseño y Delito y otras diatribas, Akal, Ma- advenimiento a una etapa desmaterializada de
drid, 2004 (en que practica incursiones en las relaciones lo terciario y del predominio del intercambio de
arte-arquitectura, primero constatando el omni-diseño de
bienes simbólicos.
la vida tardocapitalista contemporánea que es un conjunto de
prácticas derivadas del tecnopoder y ajenas al saber de los En este aspecto propondríamos anali-
designers y luego examinando el impacto cultural de cierta zar las descripciones de nuevas condiciones de
arquitectura como la de Gehry o Koolhaas).

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existencia en la escena tardocapitalista tales moderno a uno cultural-posmoderno (con sus


como las provistas por Toni Negri, Paolo Virno, diferentes alternativas: habrá por lo menos una
Maurizio Lazzarato y Bifo que en cierta forma cultura alta de hiperconsumo y frivolidad así
extienden y potencian el discurso gramsciano como de apogeo del intercambio semiomercan-
fijando el espacio de la hegemonía no ya en la til y unas culturas bajas o microculturas antisis-
instancia de la producción de bienes útiles (in- témicas de crítica y resistencia) y de la hipótesis
dustriales, transables, susceptibles de generar sobre como el devenir del arte de lo abstracto a
renta y acumulación diferenciales, etc.) ni de lo conceptual influye sobre este cambio de én-
sus relaciones y condiciones de producción (en fasis de la arquitectura, me propongo explorar
cuanto a la apropiación del plusvalor engendra- la noción de modo de proyecto.
do en la aplicación de trabajo sobre insumos o Un modo es una manera de explicación
recursos de naturaleza) sino en la producción de una acción proyectual más allá de su mera
y apropiación de emergentes de algo que em- o automática producción, es decir una manera
pieza a llamarse semiocapitalismo o capitalismo de descubrir criterios conceptuales de la pro-
cognitivo. Este nuevo escenario emergente de posición de proyecto. Dicho de otra forma, un
un desarrollo del capitalismo presenta en sus modo de proyecto equivale a la formulación de
características y procesos, la obligación de re- un producto de la sub-cultura arquitectónica
pensar como pueden insertarse en el mismo, los con cierta resonancia frente a rasgos selecti-
saberes y las prácticas de la arquitectura. vos de estados de cultura frente a operaciones
Y profundizando el análisis de las re- proyectuales ligadas al espesamiento de las
laciones (con sus posibles dominancias) ar- categorías-lógicas.
te-arquitectura, en particular dentro de las Proyectar según modos implicaría asu-
corrientes de pensamiento mencionadas puede mir un grado de elecciones frente a un menú de
ser útil analizar las propuestas de Brian Hol- opciones emergentes del contexto cultural del
mes2 que deberían abordarse como vía para in- proyectista; proyectar según lógicas3 supondría
terpretar nuevas relaciones entre pensamiento encuadrarse en una de las varias configuracio-
crítico-artístico y formas socio-culturales nes en que habrían derivado algunas elabora-
emergentes de la globalización desigual. ciones sintomáticas de la cultura finisecular
A modo de itinerario descriptivo del re- postmoderna (deconstructivismo, fenomeno-
corrido de la arquitectura de un énfasis social- logismo, etc.).
En este sentido la adscripción a lógicas
2 Brian Holmes es un crítico-activista norteamericano cu- de proyecto sería en cierta forma, un encua-
yos trabajos más conocidos (La personalidad flexible, La per- dramiento en las vertientes de la cultura glo-
sonalidad potencial) pueden encontrarse con acceso libre en balizada, mientras que el ejercicio de modos
su página brianholmes.wordpress.com. Allí puede accederse
al libro Escape the overcode. Activist art in the control society, de proyecto significaría antes bien, una opción
impreso por Van Abbemuseum en 2009, que contiene una
antología de sus trabajos de articulación entre crítica de arte
y activismo social, incluso algunos estudios sobre Argentina 3 Hago alusión a la noción de lógicas de proyecto que
(como Escalas de vida –sobre el proyecto Toba, Rosario– u desarrollé en el par de libros El proyecto final, Dos Puntos,
Otra pampa es posible –donde registra un diagnóstico crítico Montevideo, 2000 y Lógicas del proyecto, Concentra, Buenos
sobre procesos agroproductivos argentinos-). Aires, 2007.

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singular, determinista y localizada y por tanto, dología genealogista o articulada al canon y las
una asunción pragmática de un aquí-y-ahora influencias –digamos lo referente a las propues-
que sin embargo reivindica un estatus de ope- tas nietzcheanas y a las sistematizaciones de
ración cultural más allá de la pura empiria de canon/influencias de Harold Bloom– que tradu-
una suerte de problem-solving dirimido median- ce e instala cada acto proyectual en una suer-
te una acción proyectual. te de red conceptual preexistente (las lógicas)
Podría entonces hablarse de una dialéc- queda por así decirlo bloqueado o clausurado y
tica entre high culture de dirección global/local la noción de modo ya no produce efectos carto-
y renovada voluntad cosmopolita (las lógicas) gráficos sino inductivamente, un desmontaje de
y microculturas locales, de eficacias empíricas las opciones singulares que cada actor proyec-
pero también de vocación reelaboradora de lo tual escogió a la hora de construir su discurso
tradicional sin el aparato de los procedimientos proyectual.
de vanguardia (los modos)? Podría asociarse esta alternativa a un
En este punto quizá valga la pena asociar concepto semejante a la idea deleuziana de clíni-
esa eficacia empírica recién mencionada con la ca, incluso en el sentido que éste le dio asociando
recuperación diría, de una voluntad aurática del el trabajo de la crítica al trabajo singularizado
proyecto reencauzada en una via modal que en del análisis freudiano-lacaniano, para el cuál
efecto podría verificarse como un rasgo o cua- es cierto que existen como sombra o escenario
lidad que por una parte pretende recuperar un distante una cierta tipología genérica de figuras
control actoral del proyecto (en tanto proyecto de del malestar psíquico (neurosis, esquizofrenia,
autor o de un performer) y por otra restaurar un etc.) pero que el análisis del caso singular no
valor propio de la cosa artística o cultural emer- trabaja en una mera deconstrucción deductiva
gente de tradiciones de artesanato. sino que a lo sumo, acumula y comprueba en
El modo sería por tanto menos suscep- una sumatoria clínica, de forma que los análisis
tible de formar parte de cartografías descripti- puntuales (en nuestra asociación, los proyectos
vas de categorías de la cultura contemporánea modales) refieren o establecen la relación entre
y más ligado a opciones a cargo de cada actor caso y tipo, pero la cura del caso –o sea el análi-
proyectual con lo que nuevamente volvemos a sis propiamente dicho– converge a una relación
la escena fenomenologista o antiestructuralis- entre análisis (o crítica) y clínica en la que ésta
ta de los procedimientos inductivos (ir a un grado emerge como un productivo y progresivo campo
de inserción en un estado de cultura, proce- de permanente y continua redefinición del tipo
sando algunos rasgos) frente a procedimientos originario de enfermedad.
deductivos (básicamente aquellos propios de la El modo refiere –a veces a través de una
deconstrucción derridiano-eisenmaniana, el ti- interpretación o un análisis crítico, no nece-
pologismo rossiano, el multipopulismo ventu- sariamente como consecuencia de la trans-
riano, el estructuralismo ontologista kahniano, parencia metódica del procedimiento del
el fenomenologismo cínico koolhaasiano, etc.). proyectista– a una determinada evidencia en
Entonces el trabajo analítico cambia de la búsqueda de efectos culturales, resonancias
intereses y procedimientos siendo que la meto- o impactos en el estado de cultura en que ope-

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ra el proyectista y/o calculadas intenciones de propósitos ideológicos y económicos (en tanto


hacer parte de sub-culturas arquitectónicas. La predisposición de cierto estado de consumo) se
crítica, basada u orientada a descubrir el modo acerca a la esfera de lo cotidiano que es uno de
del proyecto considerado, adquiere entonces los polos que Holmes señala como tarea de la
también una condición singular, homóloga si se crítica, planteando que ésta trate de establecer
quiere a la singularidad del proyecto analizado. las relaciones entre el estado político del mundo
Quizá además valga la pena señalar que y tales circunstancias de la vida cotidiana colec-
la crítica modal que se estaría postulando es más tiva, estrategia analítica que en otro orden, ocu-
precisamente un análisis modal o sea un traba- pó buena parte de los intereses frankfurtianos
jo diseminativo e interpretativo del modo de sobre todo de la etapa que Adorno dedicará al
proyecto en cuestión que suspende el aspecto análisis de la cultura de masas o en muchos es-
axiológico de la crítica, sobre todo la crítica en tudios del ahora revalorado Sigfried Kracauer4.
el sentido kantiano ligada a la formulación de Esta ampliación del análisis crítico de
juicios universales. Pasar de la crítica al análisis los productos culturales –que en la arquitectu-
significa conocer los porqués de un hecho pro- ra reciente advienen a propósito principal de
yectual, no valorar o evaluar su performance. su cometido histórico– a dimensiones singula-
Probablemente la época admite o hasta rizadas del proyecto se abre en la línea de las
exige más estas singularidades casi en sintonía propuestas finales de Frankfurt, a indagar so-
con el criterio que antes reconocimos en el aná- bre temas como la persuasión o la alienación es
lisis lacaniano, de una manera en que los juicios decir, dimensiones operativas de los discursos
de valor o las construcciones interpretativas de las modas y confluyen a delinear una de las
plurales aparezcan no como aprioris sino como dos críticas que proponen Boltanski y Chiapello
deducciones eventualmente emergentes de una en su célebre estudio sobre el capitalismo5.
crítica entendible como clínica.
A partir de estas consideraciones acerca 4 Hay muchas antologías recientes de los trabajos críticos
de valorar la singularidad del modo cabe pos- de Kracauer como Estética sin territorio, edición armada
por Vicente Jarque, COAATM, Murcia, 2006. En relación
tular la existencia de relaciones posibles entre
a la importancia histórica de la relación entre estéticas y
modo y moda o modalidad, entendible como aspectos de la cultura cotidiana popular destaca el ensayo
aplicación sistémica de variables generales- allí incluido El ornamento de la masa (que arranca con la
frase: El lugar que una época ocupa en el proceso histórico
epocales de gusto y contrariamente, efectos de se determina con mas fuerza a partir del análisis de sus
resistencia a fenómenos estéticos generaliza- manifestaciones superficiales e insignificantes que a partir de
dos derivados de cuestiones en general ligadas los juicios de la época sobre sí misma) o los estudios sobre
los efectos psicológicos en capas sociales bajas de nuevos
a la tradición. Por ejemplo los elementos de hi- medios como el cine (Las pequeñas dependientes van al cine) o
bridación y mestizaje en la estética americana los cambios en la disposición perceptiva del público común
o las resistencias expresivas a los discursos (Publicidad luminosa).

tecno-comunicacionales minimalistas deriva- 5 Boltanski, L.- Chiapello, E., El nuevo espíritu del capitalis-
mo, Akal, Madrid, 1999. En este volumen se formula una
dos de las tradiciones barrocas y simbolistas.
versión del capitalismo como forma final de la historia en
El tema de la moda como disposición tác- tanto se considera el primer estadio socio-cultural cuya
tica del gusto de época asociado en general a compulsión acumulativa lo lleva a integrar y absorber-pro-
cesar toda crítica anterior frente a la cuál caben dos grandes

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El modo si se quiere implica cierta concien- petitiva o la pretensión de exhibir el resultado


cia de textualidad en tanto voluntad de discursi- de la acción proyectual como un mas allá de una
vidad proyectual que supone a la vez una doble mera performance, acting o puesta en escena.
explicitación, en el objeto-proyecto, de un arma- Los suplementos de textualidad como
do codificador (o una sintaxis de elementos arqui- operación de sentido y parte constitutiva de la
tecturales) y un armado referencial o sea cierta dimensión cognitiva del proyecto pueden tam-
estructuración de un conjunto texto/contexto. bién darse sobre las prácticas manu-factas y el
Lo referencial suplementa al objeto em- imperio de lo artesanal manteniendo su enti-
pírico, la búsqueda de alguna repercusión o dad de actuación o manipulación sobre unas
efectuación en aquella dimensión que nombra- materias primas pero denegando un posible
mos estado de cultura y a veces también supone automatismo irreflexivo e infinito en su repe-
una concienciación del proyectista en cuanto tición: a veces lo textual-discursivo aplicado a
pensar su producto como parte de la sub-cul- un procedimiento artesanal remite a indagar su
tura arquitectónica. La voluntad discursiva no genealogía o considerar su teleología, es decir
necesariamente se articula con un estatuto de reflexionar sobre el origen o la finitud de aquel
racionalidad sino incluso de requisitos discursi- procedimiento. Es decir, historizarlo o tempo-
vos para efectuar su crítica o negación. ralizarlo lo que equivale a cuestionar el aspecto
La idea de un suplemento textual del pro- ontológico de lo manu-facto.
yecto tiende a fundar su condición más allá de En este sentido el concepto de modo apli-
una previsible consumación de un fait accompli cado a esta clase de producción dominada por
que genéricamente explota el costado capricho- estrategias repetitivas y fundadas en destre-
so o lúdico de cierta noción de arte como pura zas replicantes, opera como cierta intelectua-
manifestación empírica de destreza o geniali- lización relativa del procedimiento artesanal,
dad. Va mas allá de los automatismos gestualis- forma de deconstruir aquella aparente repro-
tas y asimismo deniega las fundamentaciones ducción automatista.
referenciales frívolas o inconsecuentes. De tal manera operando como una ma-
La textualidad –aún aquella suplementa- niobra sustractiva de una serialidad infinita,
da o producida ex post– se manifestaría enton- el modo concebido como suplemento discur-
ces no como un agregado de proyecto sino como sivo apunta a una utilización fragmentaria
la parte de éste que alega un intento de espesa- de lo artesanal tal que despojado de su pura
miento y complejización de la pura empiria re- empiria puede representarse en un plan de
discursividad mas abarcativo a veces de tipo
político-ideológico.
actitudes tipológicas de crítica: la que llaman crítica social
(que es una crítica de la explotación) y la que definen crítica Podría ahora profundizarse una hipóte-
artista (que es una crítica de la alienación). sis a saber, que el armado codificador o la sin-
En una línea similar pero mas pesimista, Eduardo Subirats taxis mencionada tributa en modo superlativo
en su libro Las estrategias del espectáculo. Tres ensayos sobre
a la codificación de la modernidad. Pudiera así
estética y teoría crítica, Cendeac, Murcia, 2005, plantea que
tal compulsión capitalista conduce a un grado superior de presentarse la dicotomía entre armado codifica-
desarrollo y alienación en tanto el capitalismo actual alcanza dor moderno y armado referencial posmoderno o
la paradoja de consumir el espectáculo de su propia destrucción.

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pos-posmoderno; texto moderno/contexto posmo- referencial que abarcaría el conjunto de esas


derno-pos-posmoderno. operaciones, incluso aquellas de total desinves-
En la contratapa de un libro de Nicolas timiento de los contenidos político-ideológicos
Bourriaud6 dice lo siguiente: La tarea histórica modernos: o sea que lo posmoderno constituye
del siglo XXI es rescribir la modernidad. No para un paisaje referencial de rescrituras modernas ten-
hacer tabula rasa o buscar prestigio en el depósito denciadas por una voluntad cínica de reducción
de la historia sino para inventariar y seleccionar, a una proyectualidad basada en manejos frívo-
para usar y “descargar archivos”. los de significantes.
Tal proceso de rescritura coincide con lo Desde otro punto de vista lo moderno
que señalamos como suplementación discursi- se visualiza fuera de la potencia figurativa de
va inédita aplicada sobre codificaciones moder- sus propuestas lingüísticas, como una for-
nas ya instituidas, conocidas y manipuladas. mulación epocal cuya historicidad es precisa
Desde esa perspectiva lo moderno apa- tanto como su pasaje a una instancia de desac-
rece o se restituye (como un fuera de la historia) tualización en aras de formaciones ulteriores
como lenguaje o materia prima del armado que otorgan al pensum proyectual categorías
codificador, pero lo posmoderno es el campo innovativas que en tanto tal intentan criticar

POSMODERNO POSMODERNO
Categoría MODERNO
DECONSTRUCCIONISTA ECOLOGISTA
Meta-narrativa Salvación&Progreso Ninguna Regresión cosmológica
Noción de verdad Objetivista Extrema Experimental
Mundo Colección de objetos Agregado de fragmentos Comunidad de sujetos
Realidad Orden fijo Construcción social Fragmentada
Autoconciencia Ingeniería social Fragmentada Procesual
Verdad primaria Lo universal Lo particular Lo particular en contexto
Fundamento Universo mecanicista Ninguno (no fundamento) Procesos cosmológicos
Naturaleza N como oposición N como objeto equívoco N como sujeto
Cuerpo Control del cuerpo Descripción del cuerpo Confianza en el cuerpo
Ciencia Reduccionista Solo una narrativa Complejidad
Economía Corporativa Poscapitalista Comunitarista
Foco político Estado-Nación Lo local Comunidad de comunidades…
Sentido de lo divino Dios Padre Gestualidad pro-sublime Creatividad cósmica
Metáforas clave Mecánica y Ley Economia Libidinal Ecología

6 Bourriaud, N., Postproducción. La cultura como escenario:


modos en que el arte reprograma el mundo contemporáneo,
Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2009 (el texto original
francés es de 2003).

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y superar el sustrato ideológico (pero no el ope- paradigmas universalistas) que se transforma


rativo) de la modernidad. en una etérea llegada a un estado comunitarista
Es el caso del análisis de Peter Buchanan de la sociedad que resulta orbital y ajeno al to-
que coteja la finitud histórica de lo moderno en davía omnipresente imperio del capital.
base a la consideración de 14 categorías analí- De manera entonces que existiría así
ticas que comparan tres etapas o momentos: el como una per-duración –que es como una larga
moderno, el postmoderno deconstruccionista y duración– de lo moderno y ello es así en tanto po-
el postmoderno ecologista7, como se sintetiza damos entender lo moderno como el background
en el siguiente cuadro. cultural del programa general de formación del
Fuera de las intenciones un tanto ro- capitalismo (y la vez su crítica).
mánticas e ingenuas de un devenir de la teoría El desarrollo largo de lo moderno podría
de la arquitectura aterrizado según Buchanan, así verse como el proceso cultural que acompa-
en la nobleza de una recuperación del sujeto ña la modernización que vincula el capitalismo
dentro de la complejidad de lo ambiental y en comercial (Renacimiento) con el capitalismo in-
torno de formaciones socio-políticas comunita- dustrial y el imperialismo (siglos XIX y XX) –esa
ristas (una forma por lo menos optimista sino sería una de las tesis historiográficas básicas de
ingenua de referir a una fase histórica signada Tafuri– y en tal sentido es que se elabora una es-
por la violenta decadencia capitalista) lo cier- tructura cultural imbricada con la cuestión del
to es que esta clase de análisis se concentra capitalismo a largo plazo y la articulación inevita-
en determinar la obsolescencia histórica de ble de cada producto cultural con un estatuto de
una noción de modernidad cuyas caracterís- mercancía aun con la tensión crítica que le asig-
ticas ideológico-políticas resultan claramente nó Adorno a esa modernidad cuya cualidad era
situadas en torno de un momento histórico producir efectos culturales u obras que en primer
finito y extinto, es decir aquel propio de la lugar trataran de fugar casi siempre de manera
organización de las llamadas culturas de las infructuosa, de su conversión en mercancía.
sociedades industriales. Así como la historia larga del capitalis-
Buchanan evalúa que el declive de una mo (que atraviesa al menos las fases comercial,
arquitectura moderna mas cercana a la volun- industrial e imperialista, incluyendo en cada
tad política de pertenecer al despliegue del pro- fase ya desde el comienzo a fines del siglo XV,
ceso de la modernización a favor de un repliegue la dialéctica global o mundial entre centros y
cultural o para-social debe medirse según el periferias) tiene facetas y características evolu-
anacrónico compromiso moderno progresista, tivas dentro de su lógica intrínseca y de su sen-
mecanicista y nacionalista (aunque inserto en tido mismo de existencia histórica, también la
cultura moderna –como aparato suplementado
7 Buchanan, P., The Big Rethink. Farewell to Modernism, y a veces crítico, al sistema capitalista– tiene
ensayo en Architectural Rewiew 1380, Febrero 2012, pp.
facetas y variaciones, tanto en la evolución del
82-93, Londres, 2012.
lenguaje como en la articulación con el desarro-
El ensayo se completa con un segundo capítulo denom-
inado The Big Rethink. Towards a Complete Architecture, llo de la producción y el consumo o la cuestión
que se inserta en el siguiente número 1381 de AR, Mar- inherente de la formación del mundo urbano-
zo 2012, pp.67-81, Londres, 2012.

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burgués, aunque también tiene sus límites de un posmoderno ecologista quizá pueda explicarse
potencia crítica o de autonomía socialmente mejor según cierta secuencialidad entre lo mo-
proactiva, que es la irreductible cualidad de derno, lo posmoderno y lo pos-posmoderno,
mercancía que Tafuri –menos optimista y ex- si es que lo primero puede entenderse como
perimental que Adorno– supo advertir en la acople al capitalismo expansivo inclusivo de
arquitectura moderna desplegada entre el siglo modelos de welfare y coexistente con la agonía
XV y nuestra época. socialista todavía bipolar, lo segundo como ma-
En línea con esa interpretación (que le nifestación del pasaje a un capitalismo menos
niega autonomía a la modernidad respecto de la industrial y mas semiocapitalismo o cognitive
modernización según la ya clásica proposición capitalism (pero en modo alguno representativo
habermasiana) lo mal llamado pos-moderno de una economía poscapitalista como Bucha-
pudo así ser interpretado como la reutilización nan define) y lo tercero como eclosión de for-
de los materiales modernos en consonancia mas ulteriores a un cierto desastre madurativo
con la emergencia del semiocapitalismo, que en del proceso capitalista (desastre verificable en
síntesis es la argumentación central de Fredric la crisis financiera internacional desatada des-
Jameson quién incluso le atribuye gran rele- de el inicio de la segunda década de este siglo)
vancia a ciertas aportaciones de la arquitectura que fracturan en esquirlas, estructuras como
posmoderna como la de Place Bonaventure y las socio-económicas de clase o las políticas de
Portman a tal asociación entre cultura alto- estado-nación sin que ello signifique reemplazos
moderna y etapa de un late-capitalism signado de formas comunitaristas o pos-societales y
por lo inmaterial o la circulación financiera im- menos, triunfo de políticas de corte ecologistas
productiva del capital. (aunque se agudiza cierta percepción de catás-
Siendo así, lo posmoderno como fenó- trofe ambiental y de la afluencia o disponibili-
meno artístico o lingüístico no supone un des- dad de recursos naturales).
enganche nítido con el lenguaje moderno sino Lo pos-posmoderno implicaría entonces
apenas su manipulación en diversas estrategias un nuevo proceso de reutilización de materiales
discursivas o retóricas como la neutralización modernos ahora dentro de la estrategia gene-
de las asociaciones entre contenido y continen- ral del desarrollo del capitalismo globalizado,
te –o entre función y forma– y la tendencia a tanto en relación a la expresión hegemónica de
restringir el grado de actualidad del discurso dicha fase histórica como en cuanto a la emer-
moderno para pasar a dotarlo de un aura de gencia de las fragmentaciones propias de la es-
historicidad que lo desinvistiera de su supuesta cena multicultural.
potencia crítica social o política y lo asimilara Aludiríamos a un pos de lo posmoderno
a material de utilización ecléctica e historicista en tanto inauguración si se quiere, de una fase
en modo análogo a las operaciones que la cul- desprovista de la voluntad repertorista o codi-
tura del siglo XIX había perpetrado respecto de ficadora de nuevos cánones que tenía el ahora
los estilos clásicos. denominable movimiento posmoderno (instituí-
El desdoblamiento que Buchanan pro- do por ejemplo, en la vocación analítica de Lyo-
pone entre un posmoderno deconstruccionista y tard o Derrida, seducidos por un desemboque

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–posmoderno– en cierta pasión interpretativa foque inductivo-fenomenológico que remite a la


y hasta poshermenútica en tanto productiva, escena guattariana de la revolución de las sub-
después que metodológica y axiológicamente jetividades, compatible con el posmarxismo de
ellos estipulan la homología entre primeros- Negri que sitúa el núcleo de la acción política
textos productivos y segundos-textos repro- transformadora en las posibles articulaciones
ductivos, entre texto y con-texto o comentario) de sujetos, redes y multitudes.
había propuesto como organización de la pro- La explosión de subjetividades no garan-
ducción de saberes en el alba de la globalización tiza nada, tan solo acoplarse a un nuevo espíri-
política-económica de los 70 y que nosotros ha- tu de época, marcado por la ambigüedad y las
bíamos explorado para la arquitectura de tal contradicciones que se resisten a organizarse en
época dentro de la noción de lógica de proyecto y modelos de sentido, habida cuenta además de la
de la posibilidad de efectuar una cierta taxono- condición un tanto decadente que adviene con
mía de procedimientos discursivo-proyectuales el repliegue de las euforias consumistas y del
en los que el proyecto era segundo-texto repro- moderado progresismo del welfare state que la
ductivo de primeros-textos dominantemente reciente literatura sociológica-política acuerda
provenientes de las filosofías científicas o ar- en llamar impasse.
tísticas (caos, azar, montaje, archivo, etc.). Sin embargo, debería existir alguna
Lo pos-posmoderno constituye enton- precaución crítica y taxonomista u organiza-
ces el abandono de esa voluntad taxonómica de dora del posible festival anarco-modalizante;
los discursos posibles (cuya entidad en buena es decir prestar atención al posible desorden
parte había emergido del reprocesamiento de ma- de la mera acumulación, el descentrado o la
teriales modernos marcando cierta longue durée difuminación de ordenes clasificatorios y aun
histórica de los mismos o más aun su relativa jerárquicos o dicho de otra forma, renovar la in-
des-historicidad en la oposición neonietzcheana quietud para encontrar y analizar el derrotero
entre lo clásico y lo moderno) y el desemboque de nuevos form givers y maitres à penser que ya
en una incertidumbre de disposiciones discusivas no serán los del medio siglo precedente, pero
que diría que responde por una parte a la tritu- con cuya capacidad de modelizar los nuevos
ración de temas y métodos propios del llamado escenarios de fenómenos subjetivos se debería
multiculturalismo y por otra a cierta refundación contar como manual de instrucciones para re-
antropológica de una subjetividad paradójicamen- correr esta etapa histórica.
te inmersa en lo multitudinario (Negri). Deberían pués haber mecanismos se-
Ya sea como declinación de la moderni- lectivos de los analistas para el desarrollo acu-
dad de talante cosmopolita-estructuralista o mulativo de una serie interpretativa de modos
también del modelo de las lógicas posmodernas que pueda derivar en una nueva acumulación
que asimismo adscriben a formatos axiomáti- de análisis puntuales y nuevas clasificaciones:
cos que referencian el proyecto a ciertas catego- una de tales tareas, tanto reformuladora de tra-
rías conceptuales emergentes de propuestas de dicionales operaciones de conceptualizar rela-
la filosofía estética o la filosofía científica, surge ciones entre ideologías y productos culturales
política e ideológicamente la necesidad del en- cuanto revulsiva en registrar nuevas formas

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de producción cultural es aquella emprendida procesos que involucran a arquitectos, sastres y


en las cartografías lógicas desarrolladas en un comunicadores pero que arriban a un estado de
sentido geopolítico por Fredric Jameson, por cosas (ejemplificable en la ciudad de México cu-
ejemplo en sus estudios de cines alternativos8. yos 40 millones sancionan la imposible acción
Lo que emprende Jameson es por una salvífica de profetas modernos como Corbusier
parte, un completamiento de la escena margi- o Haussmann) en que los arquitectos, que Hegel
nal incorporando productos culturales orbita- ubicaba en primer lugar, hoy se restringen a cierto
les (y tomándose el trabajo de entenderlos no dominio de las construcciones suntuosas, degra-
como réplicas menores o espejamientos primi- dación solo esquivable con alternativas como la
tivos de referencias centrales) y por otra, ana- teoría pura, la utopía, la nostalgia de una vuelta
lizar la densidad de relaciones entre lo global al pasado o la contestación crítica, opciones que
y lo fragmentario (en tanto constelación de di- empero no logran disimular que el objeto de la
versas localías). arquitectura voló en pedazos.
Otro abordaje de pretensión a la vez Situación en la cuál re-inventar la arqui-
taxonomista (por cuanto estipula una serie de tectura ya no podría significar relanzar un estilo,
tipos discursivos) y fragmentarista (en tanto una escuela, una teoría con vocación hegemónica,
asume la multimodalidad discursiva emergente sino recomponer, en las condiciones de hoy, la enun-
de una voluntad subjetiva) es el que asume Félix ciación arquitectónica y en cierto sentido, el oficio
Guattari en el único de sus textos específica- de arquitecto.
mente abocados a la arquitectura9. De allí que desde el momento en que el
Guattari remite a la idea desarrollada arquitecto ya no tendría solamente como objetivo
desde hace varios milenios del desarrollo de capa- ser un plástico de las formas edificadas sino que
razones que imitan a los crustáceos y que resultan se propondría también como un revelador de los
expresiones ecolíticas de disposiciones sociales en deseos virtuales de espacio, lugares, recorridos y
territorio, deberá llevar el análisis a las relaciones
8 Jameson, F., La estética geopolítica. Cine y espacio en el sis- de corporalidad individuales y colectivas singulari-
tema mundial, Paidós, Barcelona, 1995. En el primer párra-
zando constantemente su enfoque y deberá volverse
fo de la Introducción, Jameson explicita su proyecto: Las
películas que se comentan aquí han sido seleccionadas con la además, un intercesor entre estos deseos revelados
intención de trazar un mapa o una radiografía no sistemáticos a si mismos y los intereses que estos contrarían o
del propio sistema mundial: desde lo que normalmente se en-
tiende por superpoderes, pasando por esa zona tan industriali-
dicho en otros términos, un artista y un artesano
zada de un antiguo Tercer Mundo ahora llamado el Círculo del de lo vivido sensible y relacional.
Pacífico, hasta una confrontación entre el Primer Mundo –o la Guattari remite a una necesaria refun-
tecnología europea a su mayor nivel de conciencia (en Godard)–
y una meditación sobre esta tecnología realizada desde el Tercer dación del rol del arquitecto en la necesidad
Mundo, también a su mayor nivel de conciencia, a la vez que de situarlo en analizar ciertas funciones especí-
reflexivamene “naif ” (en la obra del realizador filipino Kidlat ficas de subjetivaciones, lo cuál implica según su
Tahimik). (p.21).
opinión, en primer lugar, descartar una simple
9 Se trata de La enunciación arquitectónica, pequeño ensayo
posición de observación crítica y en segundo
que se inserta en la miscelánea aplicativa de nociones des-
plegadas en el libro Cartografías esquizoanalíticas (Manan- término, desplazar el acento del objeto al proyec-
tial, Buenos Aires, 2000: la edición francesa original es de to, dado que cualquiera sea la característica de su
1989) del cual forma parte (pp.263-272).

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MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

expresión semiótica y de sus contenidos semánticos, cosa en cuestión, incluyendo aspectos


una obra arquitectónica requeriría en adelante, una como los del prestigio, estatus o figura-
elaboración específica de su “materia” enunciativa. ción social.
Siguiendo con el enfoque de percepción-
-- 4 Enunciación funcional o función de
afección que trabajaron en la última época de su
equipamiento en razón de la utiliza-
desarrollo filosófico junto a Deleuze, Guattari
ción específica de cada cosa, colectivos
identifica dos modalidades de consistencia de la
o privados y articulados en una doble
enunciación de un concepto arquitectónico, una poli-
red de relaciones complementarias
fónica del orden del percepto inherente al despliegue
horizontales o de posición de cada seg-
de los componentes que contribuyen a la puesta en
mento construido en un conjunto de
existencia discursiva y otra, ético-estética del orden
estructuras urbanas hoy interconecta-
del afecto, inherente a su toma de ser no discusiva.
das en el seno del capitalismo mundial
En este punto se podría decir que la
y de relaciones de integración verticales
dimensión polifónica o discursiva es lógicamente
que van desde los micro-equipamientos
clasificable –o que admite ciertas categorías
de confort a los macro-equipamientos
de actuaciones que quizá se instalen mas en
de infraestructura.
el proceso de enunciar el programa del objeto o
situación a producir– mientras que la dimensión -- 5 Enunciación técnica o toma de palabra
ético-estética o no-discursiva sea más del orden del aparataje y mas generalmente de los
de la modalidad subjetiva o afectiva de enunciación materiales de construcción.
y que irrumpe más en la definición del proyecto
-- 6 Enunciación significante o afectación
del objeto o situación.
de la forma edificada (mas allá de los
Aquí quizá encontremos otra teoriza-
semantemas funcionales) con un con-
ción de las diferencias entre lógicas y modos en
tenido significativo compartido por
la producción de los hechos de la arquitectura.
una comunidad humana mas o menos
En tal dimensión polifónica o discursiva
extensa y delimitada de otras comuni-
Guattari indica ocho tipos de disposiciones:
dades que no comparten tal contenido.
-- 1 Enunciación geopolítica o posición en el
mundo, ambiental, climática, paisajís- -- 7 Enunciación de territorialización exis-
tica, gravitatoria en los archipiélagos tencial de orden tanto perspectiva como
de ciudad. etológica y que abarcaría las tipologías
espaciales euclidianas, proyectivas y
-- 2 Enunciación urbanística o contexto regu-
topológicas definiendo al espacio arqui-
latorio tanto leyes como costumbres e in-
tectónico como un operador concreto
cluso contaminación de modelo e imagen
del metabolismo entre los objetos del
(o escala de vecindad) y por tanto, deter-
afuera y las intensidades del adentro.
minaciones contextualistas del entorno.
-- 8 Enunciación escritural o forma de ar-
-- 3 Enunciación económica o forma comple-
ticulación del conjunto de los restantes
ja de establecer un valor mercantil de la
componentes enunciativos y a la vez

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apertura al despliegue de los aspectos das en el trabajo proyectual según mecanismos


ético-estéticos del objeto edificado. subjetivos o autorales que asigna a lo que desig-
na como ordenadas cognitivas.
Como antes mencionamos Guattari piensa en
Y luego, como abordaremos un poco mas
dos conjuntos nocionales que atraviesan el pro-
abajo, toda la puesta en juego de las ordenadas
ceso de producción de arquitectura: las enuncia-
subjetivas (que trituran o licúan la nitidez de
ciones objetivas recién descriptas y lo que llama
las enunciaciones previas) nos permite enten-
ordenadas ético-estéticas (que comprenden las
der –aunque no definir ni menos clasificar– la
ordenadas cognitivas o co-ordenadas energético-
cuestión personalizada de los modos de proyecto.
espacio-temporales que otorgan lógicas a las
Incluso me animo hipotéticamente a presentar
conjuntos discursivos articulando los primeros
un posible cuadro de homologías entre enuncia-
cinco dispositivos enunciativos objetivos arri-
ciones y lógicas:

ENUNCIACIÓN GEOPOLÍTICA URBANÍSTICA ECONÓMICA FUNCIONAL


LÓGICA FENOMENOLÓGICA CONTEXTUAL TECNOLÓGICA ESTRUCTURALISTA
ENUNCIACIÓN TÉCNICA SIGNIFICANTE EXISTENCIAL ESCRITURAL
LÓGICA FORMALISTA COMUNICACIONAL TIPOLÓGICA DECONSTRUCCIONISTA

ba puntualizados; las ordenadas axiológicas o de En la parte final de su ensayo Guattari


valoración ética, económica y política y las or- trabaja la relación entre sus dos conjuntos obje-
denadas estéticas, que determinan los umbrales de tivo y subjetivo de nociones (que asimilo por mi
acabamiento de una entidad, objeto o un conjunto parte a los conceptos cerrado de lógica y abierto
estructural, en la medida que éstos se ponen a emi- de modo) para proponer que el proyecto en rigor
tir sentido y forma por su cuenta). implica un juego entre lo discursivo previo y lo no
discusivo ulterior: Tras su cara exterior discursiva,
En este punto nuevamente creo nece- este objeto (el objeto arquitectural, la cosa emer-
sario puntualizar que Guattari describe dos gente de un proyecto pero también el proyecto
conjuntos operacionales asimilables a mi pre- como cosa u objeto) se instaura en la intersección
sentación dual de lógicas y modos. de mil tensiones que lo tironean en todos los senti-
En efecto, creo que las ocho categorías dos; pero tras sus caras enunciativas ético-estéti-
enunciativas o discursivas objetivas – ordena- cas, vuelve a pegarse a un mundo no discursivo cuyo
das y articuladas en procedimientos subjetivos abordaje fenomenológico se nos da a través de la ex-
como indica respecto de lo que define como periencia particular de los afectos espacializados.
ordenadas cognitivas, que siendo subjetivas Mas acá de un umbral de consistencia cognitiva,
implican una operacionalización de las cinco el objeto arquitectónico bascula hacia lo imagina-
primeras enunciaciones– propone el sistema rio, el sueño, el delirio, mientras que mas acá de un
que llamé de las lógicas proyectuales, entendibles umbral de consistencia axiológica, sus dimensiones
esencialmente como formaciones discursivas o portadoras de alteridad y deseo se deshacen… y que
enunciaciones en el léxico guattariano, utiliza- mas acá de un umbral de consistencia estética cesa

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MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

de enganchar la existencia de las formas y de las incluso en tal caso, no necesariamente de una
intensidades destinadas a habitarlas. acción proyectual: Es el mismo movimiento de
De esta forma Guattari reconoce por así territorialización existencial y toma de conciencia
decirlo, un sustrato de lógica sobre la cuál se teje sincrónica que hará “trabajar” juntas cosas tan di-
una alteridad o especificidad propia en cada ferentes como una caja de zapatos y de tesoros, bajo
caso del sujeto de proyecto y que se acerca a la la cama de un niño hospitalizado en un internado
fenomenología de lo que entendemos como mo- médico-psicológico, el ritornelo contraseña que qui-
dal: esa puesta en juego de modos de proyecto, zá comparta con algunos camaradas, el lugar en el
en cada caso únicos y personales, especificaría seno de la constelación particular que ocupa en el
en último análisis –sigue diciendo Guattari– el comedor, un árbol-totem en el patio de recreación y
arte del arquitecto (y eso sería) su capacidad de un recorte de cielo conocido sólo por él.
aprehender esos afectos de enunciación espaciali- Hasta aquí la configuración por así
zada. Sólo que es preciso admitir que se trata de decirlo sino de una demanda o programa, de
objetos paradójicos que no pueden ser delimitados un deseo de arquitectura como organización
en las coordenadas de la racionalidad ordinaria de hechos que posibiliten y potencien esas vi-
y que solo podemos abordar indirectamente por vencias: frente a ello, que le compete hacer al
meta-modelización, por rodeo estético, por relato proyectista?. Le corresponde al arquitecto –sigue
mítico o ideológico. Guattari– si no componer una armónica a partir de
Casi accediendo a admitir una categoría todos esos componentes fragmentarios de la sub-
de enigma o misterio propia del objeto arquitec- jetivación (del otro sujeto del proyecto, el que
tural Guattari indica que la forma arquitectónica requiere actuación o solución proyectual), ¡por
no está destinada a funcionar como gestalt cerrada lo menos no mutilar por adelantado lo esencial de
sobre sí misma sino como operador catalítico gene- sus virtualidades!
rando reacciones en cadena en el seno de modos de Pero más allá de esa escena de articula-
semiotización que nos hacen salir de nosotros mis- ción de deseo-proyecto dirá Guattari que:
mos y nos abren campos inéditos de posible.
para recomponer de este modo los te-
Subrayamos en el párrafo precedente
rritorios existenciales, en el contexto
como aparece la noción de modos (de semioti-
de nuestras sociedades devastadas
zación o sea, de otorgamiento de sentido a la
por los flujos capitalísticos, el arqui-
operación proyectual y a su término u objeto).
tecto debería ser capaz de detectar y
Después Guattari ofrece un párrafo de
explotar procesualmente el conjunto
ejemplificación existencial del cual se podría
de los puntos de singularidades ca-
extraer una noción mucho más amplia y com-
talíticas susceptibles de encarnarse
pleja del concepto de programa o expectativa
tanto en las dimensiones sensibles
o deseo de proyecto, con lo cual nuestro autor
del aparato arquitectónico como en
pone en el imaginario del sujeto demandador
las composiciones formales y las pro-
de arquitectura –no del sujeto proveedor o pro-
blemáticas institucionales mas com-
yectista– una parte sustancial de la razón fun-
plejas. Con el fin de lograrlo todos los
dante de alguna clase de acción arquitectural,
métodos cartográficos serán lícitos

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desde el momento en que su compro- bas podrían relacionarse en tanto operan sobre
miso…encontrará su propio régimen lo que genéricamente llamamos cultura histórica.
de autonomización ético-estética. Hemos postulado una caracterización
de 12 modos históricos de proyecto que a la vez
Desde el punto de vista de la relación entre pro-
se presentan como pares dialécticos redefinidos
yecto e historia (o mejor, entre modos proyectua-
de varias formas en torno del nietzcheano par
les e historia) cabe explorar el comportamiento
apolíneo-dionisíaco, como comportamientos
antivitruviano de los modos de proyecto, es de-
proyectuales que atraviesan la historia (fuera
cir la desarticulación del equilibrio de atributos
incluso de la comprobable datación histórica
y búsqueda de efectos de sentido y apariencia
concreta de alguno de los modos, por ejemplo
o bien, como se cuestiona histórica o poshistó-
el modo ilustrado, que aludiría a la Ilustración
ricamente la idea triatributiva del modelo vi-
del siglo XVIII pero que caracteriza una moda-
truviano, aquél que otorgaba entidad al objeto
lidad rastreable para atrás y para adelante en el
arquitectural en tanto éste resolvía de manera
decurso histórico) y comportamientos proyec-
armónica e integrada la triple exigencia de ve-
tuales que se verifican en diversas geoculturas,
nustas/ firmitas /utilitas.
conscientes o no de la vigencia de tal noción
fuera de su ámbito.

ATRIBUTOS/MODOS MODOS HISTÓRICOS DE PROYECTO


NORMA-EXCEPCIÓN LO CLÁSICO LO BARROCO
UTILIDAD-DESEO LO TÉCNICO LO ÚTOPICO
CLASIFICACIÓN-MEZCLA LO ILUSTRADO LO HÍBRIDO
NOVEDAD-RUPTURA LO MODERNO LO VANGUARDISTA
MONUMENTO-PALIMPSESTO LO AUTÓNOMO LO HETERÓNOMO
PAISAJE-MÁQUINA LO NATURAL LO ARTIFICIAL

Aquí se despliegan dos reflexiones histo- Por otra parte, en lo relacionado al


riográficas posibles: por una parte, la perspecti- criterio microhistórico de modalización ya
va de historizar un repertorio de modos en tanto referimos, con Buchanan al pasaje moderno/
cartografía de un conjunto determinado de com- posmoderno (en sus dos y sucesivas variantes
portamientos posibles a la hora de asumir sub- deconstruccionista y ecologista) y con Guatta-
jetivamente un modo determinado de proyecto ri a la posibilidad de indagar sobre la relación
y por otra, de menor espesor histórico o mayor entre enunciaciones objetivas (asimilables a mi
presentidad que imagina el modo como disposi- concepto de lógica de proyecto) y ordenadas ético-
tivo subjetivo y táctico-relacional de proyecto en estéticas o subjetivas (que se puede relacionar
la situación socio-cultural contemporánea : una con mi noción de modos de proyecto, concebidos
lleva a un criterio macrohistórico de modaliza- éstos en tanto una disposición pos-posmoderna
ción y otra a un criterio microhistórico pero am- relacionable con la crisis del capitalismo global

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MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

y la emergencia del estatus de la multicultura- tos políticos: por ejemplo un pensar-proyectual


lidad y por tanto, susceptible de referir a formas del espacio no existente para formas sociales
orbitales geosituadas de proyecto). inéditas como la multitud o la reagrupación de
En la perspectiva microhistórica men- sujetos en formas pos-familiares.
cionada cabe situar otras características, di- Y también el pro-yecto como eutopía, no
ría de un presente-proyectual desprovisto de sólo dar lugar (saturar el u-topos) sino tender al
canonizaciones o referencias y vinculado si se mejor lugar posible, es decir si cabe, introducir
quiere a procesos culturales que como los que en el discurso utópico no sólo la respuesta a la
Bourriaud indaga respecto del arte conceptual necesidad que no tiene (solución de) lugar sino
actual, avanzan en verbos o acciones de moda- también al trabajo satisfactor de un estatuto
lidad de proyecto como lo que se alude en los del deseo.
términos des-integrar o pos-producir y en ge- La idea de los modos entronca con el
neral, en aceptar fragmentarismos y rupturas tema de la relación entre historia y teoría como
de la estabilidad / pregnancia / tectónica del base para la conformación de una cultura pro-
artefactualismo urbano-arquitectónico. yectual, esto es una situación según la cuál el
Todo lo cuál desemboca en una instan- proyecto nunca es una operación de tabula rasa
cia que recién nombramos como posvitruviana sino siempre una meditación reelaborativa so-
en tanto desarrollo de perspectivas de saberes y bre la experiencia proyectual que si bien es pro-
prácticas posproyectuales ligadas a cierta finali- pia de cada sujeto-proyectista en su contexto de
zación o acabamiento del potencial tecno-antici- actuación a la vez es el grado de conciencia que
patorio del dispositivo proyectual como elemento dicho sujeto posee sobre la historia del proyecto.
para un ver-antes, transformado cognitivamente De allí que este trabajo de pretensión
en prospección de tecnologías y funcionalidades teórica (en cierta manera enunciable como
y por tanto también en instrumento de verifica- sistematizar el análisis del background teórico
ción de efectos simbólicos de lo técnico y de la de la arquitectura contemporánea mas allá del
anticipación de soluciones utópicas. fenómeno relativamente contingente de las ló-
La recaída del pro-yecto como u-utopía gicas, visibles ahora como las formas cognitivas
articula el ver-antes con el no-lugar y lleva el que una mirada del tipo de los cultural studies
proyecto en esta fase histórica a servir de ins- habría permitido respecto de la arquitectura
trumento para predecir/proponer el lugar del posmoderna) consiste en una selección de moti-
no-lugar. vos o temas historiográficos en la perspectiva de
Pero quizá no sólo quepa la clásica refe- montar un observatorio o laboratorio de análisis
rencia utópica al no-lugar (es decir, a una cate- de la experiencia histórica de la arquitectura para
goría espacial) sino asimismo al pro-yecto como ayudar a establecer lo que llamaríamos cultura
prefiguración espacial de lo no ocurrido (aunque proyectual del arquitecto.
políticamente deseado) en el mundo social: el Ese observatorio o laboratorio de expe-
pro-yecto como concreción espacial de lo no ocurrido riencia histórica de la arquitectura se presen-
social, es decir, una vuelta relativa a la tradición ta en nuestro desarrollo, como tales 12 líneas
fourieriana pero mas al servicio de planteamien- (o 6 pares de nociones modales relativamente

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contrapuestas o dialécticas) que atraviesan por La intención de articular claramente his-


una parte. el tiempo histórico y por otra ayu- toria y teoría (de la arquitectura y más específi-
dan a comparar o analizar en sus aspectos rela- camente del proyecto) implica situar la acción
cionales, manifestaciones culturales distantes proyectual en el cruce de muchas líneas de fuer-
en lo neocultural, por ejemplo las relaciones za –políticas, sociales, económicas, culturales–
pero también las confrontaciones entre Euro- que son aquellas que el conocimiento histórico
pa y América. pone en evidencia, transparentando entonces
Es decir entonces que cada modo o no- por así decirlo, la trama de condiciones y deter-
ción de ese repertorio de 12 posturas podría minaciones en que se sitúa genéricamente un
ser descripto en su desarrollo histórico y tam- proyecto y que hace que el mismo forme parte
bién en su manifestación en diferentes campos de la problemática general de:
geoculturales. -- [1] mundos urbanos específicos (es decir
Usar algunas de esas categorías moda- determinados contextos socio-históri-
les para revisar un linaje o genealogía histórica cos, idea que va mucho más allá de los
–por ejemplo, la larga duración del modo clásico– contextos entendidos como geometrías
transforma la categoría de su condición histórica o morfologías urbanas o la mera con-
a una condición historiográfica o teórico-analí- dición agregativa arquitectura/ciudad
tica y tal transformación sería lo que convierte percibida básicamente como cuestiones
la categoría en parte de la cultura proyectual o escalares),
sea que la presenta no como rasgo histórico sino
-- [2] los mundos propìos de la cultura de la
como argumentación activa o vigente.
imagen (es decir, el campo que abarca
Se trata así de pensar por ejemplo, un
puntualmente los temas y motivos de
modo barroco que pueda reconstruir una histo-
las artes plásticas en diversos y deter-
ria larga desde un punto de vista de valor ana-
minados momentos históricos) así como
lítico-historiográfico de esa noción o condición
el campo que podemos denominar de los
específica y diferencial de proyectar mas allá
imaginarios sociales y
de su precisa ubicación histórica: sería como
pensar o identificar un comportamiento barroco -- [3] los mundos propios de la cultura mate-
antes o después de la existencia estrictamente rial con sus aspectos referidos a la cua-
histórica del barroco10. lidad técnica y valorativa de las cosas (es
decir, como se producen éstas y como se
10 En rigor esta manipulación teórico-historiográfica consumen y se integran al circuito de inter-
de una noción histórico-estilística precisa como es el cambios y valores).
llamado estilo barroco fue ya explorada fecundamente
por Omar Calabrese en su La era neobarroca , Cátedra, Los modos se pueden ver y operar como (rela-
Madrid , 1989.
tivas) invariancias históricas a saber, grandes
Calabrese, si bien extrapola hacia delante el concepto ba-
rroco presentado como tal en el siglo XVII para postular
formaciones discursivas modernas y contemporáneas que podría verificarse en cualquier momento histórico
que se oponen por asi decirlo al imaginario racionalis- no solo en tal sentido, futuro respecto del acuñamiento
ta, instala la posibilidad metodológica de considerar un o invención de la noción sino también pasado o previo
modo de proyecto como un repertorio de actuaciones a esa invención.

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MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

categorías historiográficamente analíticas; can- que no necesariamente es distancia física, mueve a


teras o depósitos de experiencias encuadrables interiorizar lo propio y matizarlo con lo ajeno, vuel-
en una disposición diría, proactiva. ve la identidad más oblicua, menos enfática, con
De todas formas, analizando la realidad una mirada extrañada que inspira la creación de
de la experiencia histórica se ve que tales mo- mezclas, espacios discontinuos o sintéticos, lenguas
dos lejos de alcanzar una estrictéz canónica y impuras o depuradas, formas lábiles que no derivan
operativa siempre están en trance de mutación de la negación del origen sino de una apertura vi-
y transformación, haciendo en definitiva que tal y poética de las relaciones, ajena al nomadismo
cada hecho proyectual puntual aun inscripto mercantilizado o turístico y el multiculturalismo
en tales marcos categoriales siempre tenga un adocenado.
aspecto fenomenológico específico, lejos de una En tal sentido si la noción de lógica pu-
mecánica reproducción diera asociarse a las formas predominantes de
La crítica y analista de arte y literatura darle marco teórico al hacer arquitectónico de
Graciela Speranza dice lo siguiente en el prólo- la cultura posmoderna –incluso demarcando
go de uno de sus últimos libros11: La distancia, una relativamente clara postura de negar los
procedimientos modernos, al menos en lo me-
11 Graciela Speranza, Atlas portátil de America Latina. todológico sino en lo estético– el enfoque que
Arte y ficciones errantes, Anagrama, Buenos Aires, 2012,
pp. 16-7. Este libro se acoge al modus de los proyectos ahora querríamos aplicar con la noción de modo
taxonomistas y clasificatorios abierto-combinatorios habla de una recuperación de la base epistemo-
inaugurado por Warburg en su Atlas Mnemosyne o
Benjamin en su Libro de los Pasajes y teorizado por
lógica del proyecto por así decirlo, dentro de
Buchloh, Guasch y Didi-Huberman, repertorizando un una larga duración histórica que incluye sobre
conjunto disperso y mutable de referencias a productos- todo la consideración de una modernidad ex-
procesos de arte y escritura en América Latina, en un
formato clasificatorio pero a la vez con posibilidades de tendida (siglo XV o XVI en adelante) y también
permutación y combinatoria. en definitiva, aquella historia presentificable o
Ese método al que adscribo fue descripto, aplicado a sea, entendible como la de experiencias que to-
Warburg, de esta forma por nuestra autora: Warburg
davía tienen algún grado de contemporaneidad.
empezó a componer su serie inacabada de paneles móviles
de láminas montadas sobre fondos negros y luego fotogra-
fiadas, en las que esperaba exponer el conglomerado de re-
laciones que observaba en las imágenes, las migraciones de
formas, motivos y gestos que atravesaban fronteras políti-
cas y disciplinares desde la Antigüedad hasta el Renacimien-
to e incluso hasta el presente. (p.14). Warburg concibió su
Atlas como un combate contra la clausura del nacionalismo
cultural exacerbado por la guerra y la asfixia de la ortodoxia
dogmática. En un rapto después de la locura se le reveló una
forma del pensamiento por imágenes, cuadros proliferantes
de constelaciones permutables (para un maníaco no hay
nada definitivo) en los que fluyen las polaridades, las an-
tinomias, las supervivencias fantasmales de otros tiempos
que anidan en las imágenes. Para desplegar esas disconti-
nuidades del tiempo y la memoria hacía falta una “mesa de poner el orden del mundo en “planos de pensamiento” para
encuentros”, un dispositivo nuevo de colección y exhibición que así dispuesto y recompuesto recuperara su extrañeza.
que no se fundara en la ordenación racional ni en el caos de Eso es el Atlas Mnemosyne, una “forma de conocimiento por
la miscelánea y un principio capaz de descomponer y recom- montaje” (p.15).

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