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"Ama a tu prójimo más que a tu vida...

Comparte todos tus bienes con tu prójimo


y no digas que algo te es propio,
pues si sois partícipes en los bienes
incorruptibles, ¿cuanto más lo debéis ser
en los corruptibles?"
(Ep. Bernabé, 19,58).

Un día de paz y de "colores"...!!!


QUE TU HERMANO SEA UN "DIOS" PARA TI.

¡Que hermoso es ser un dios para el hermano! Ir por la vida haciendo las veces de Dios es algo

divino. Ser un dios para el hermano: he ahí un reto de cada día; he ahí una tarea gozosa e

insospechada, he ahí una vocación deslumbrante y superadora.

Entre nosotros nos haría falta matizar. El Dios que tenemos que encarnar no es otro que el Dios

que se ha revelado en Jesucristo. Lejos de nosotros encarnar a un Dios tonante o glorioso o

justiciero; que fuéramos por ahí exigiendo aplausos, honores y alabanzas. Nosotros tenemos que

encarnar al Dios misericordioso (virtud que inclina a compadecerse perdonar o solucionar las

miserias ajenas. (compasión, clemencia = aplicar la justicia sin rigor.)).

Encarnar al Dios misericordioso, que pasó por la vida "haciendo el bien" y curando a los

oprimidos, que se volcó sobre los pequeños y los que sufren, que evangelizó a los pobres, que

"no quiso ser servido, sino servir".

La misma realidad la podemos expresar ahora, pero invirtiendo los papeles; que en vez de ser

nosotros dios, lo sea el hermano. Quitarse protagonismo...-no vaya a creer uno demasiado el

papel que representa- y poner el protagonismo en el otro.

Dios está en el hermano. Entonces tú te dedicarás a buscarle. Dios se esconde en el hermano.

Entonces tú te convertirás en buscador de dioses. El hermano es un Dios. Entonces tú serás su

servidor.

Una tarea que no es fácil: buscar, descubrir y servir a Dios. El buscar a Dios parece ingenuo,

algo postmoderno, habiendo tantas otras cosas importantes, interesantes y fascinantes que
encontrar. Descubrir a Dios es sumamente arduo y complicado, porque Dios es un maestro en el

arte del disfraz y la caracterización, y porque juega constantemente al escondite; fijaros en el

siguiente ejemplo:

DESEO DE DIOS

Un discípulo se acercó un día a su maestro y le dijo:


-Maestro, yo deseo encontrar a Dios.
El maestro contempló al joven sin decir nada y le sonrió.

El joven volvía cada día repitiendo que deseaba la religión. Pero el maestro sabía mejor
que él a que atenerse.

Un día que hacía mucho calor pidió al joven que lo acompañara al río para bañarse. Se
lanzó el joven al agua y el maestro hizo otro tanto, sujetándolo luego por la fuerza bajo el
agua. Cuando el joven durante algún tiempo hubo tratada de librarse, el maestro le soltó
y le preguntó qué era lo que más había deseado cuando estaba debajo del agua.
-¡Oh! ¡El aire! ¡El aire!- respondió el discípulo.

¿Deseas a Dios de ese mismo modo? - preguntó el maestro. -Si lo deseas así lo
encontrarás...
Servir a Dios, sobre todo al Dios escondido en cualquier pobre diablo que se te acerca, exige

mucha fe y mucha capacidad de entrega.

Pero no es misión imposible. El evangelio te da una serie de pautas que facilitan la tarea. Son

como luces en el camino o como pistas y señales para acertar. Dios ha querido poner letreros

que contienen mensajes reveladores. Están esparcidos aquí y allá. Diríamos que cada hermano

es portador de un letrero que tu debes interpretar.


Se trata en el fondo de vivir la sacramentalidad de la vida y de nuestras relaciones humanas.

Hay un misterio escondido en todo ser, más adentro y más allá de las puras apariencias. Todo

puede ser un signo, un letrero de Dios.Sobre todo el hombre, verdadero lugar privilegiado de

encuentro con Dios, "Tienda del encuentro", sacramento permanente y profético de nuestro

Señor Jesucristo. Es cuestión de saber ver, saber leer, saber escuchar.

Entonces, debes tratar al hermano como si fuera un Dios, porque lo es para ti como lo es

su palabra, como lo es la eucaristía. Fíjate entonces como puede cambiar asombrosamente

tu vida. Imagínate por un momento, porque hay que echarle imaginación, que empiezas a

ver todos los hermanos, incluso los más pobres e insignificantes, como si fuesen una

eucaristía, como si fuera un Dios para ti. Piensa de verdad que harías si te encontrarás con

Dios, cómo le saludarías, cómo le hablarías, cómo le agasajarías, cómo le tratarías. Y

ahora esfuérzate por tratar así a la persona con la que convives, al anciano que soportas,

al compañero de trabajo que el que tal vez no congenies demasiado, al enfermo que

cuidas, al desgraciado que se acerca a ti...

Lo primero que se te pide es respeto, lo segundo es comprensión, lo tercero generosidad, lo

cuarto disponibilidad, lo quinto compasión, lo sexto servicio, lo séptimo amor, y de ahí

todo lo demás. Lo que se te pide es que estés cerca del hermano, que te solidarices, que le

sonrías, que le quieras, que le sirvas.

Estamos aquí para servir a Dios. Pero Dios no nos quiere esclavos, postrados ante El,

empequeñecidos y temerosos. Dios nos quiere liberados. No vayamos a presentar otra vez

la imagen de un Dios rival del hombre.

Ama a tu hermano como a Dios.


v20 Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino

de los Cielos. v21 Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matar s; y aquel que mate ser  reo ante el

tribunal. v22 Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, ser  reo ante el tribunal; pero el

que llame a su hermano "imbécil", ser  reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", ser  reo de la gehenna

de fuego. v23 Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo

contra ti, v24 deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves

y presentas tu ofrenda. v25 Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no

sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. v26 Yo te aseguro: no

saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo. v27

(Mt 5:20-27)

v20 Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino

de los Cielos. v21 Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás; y aquel que mate será reo ante el

tribunal. v22 Pues yo os digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano, ser  reo ante el tribunal; pero el

que llame a su hermano "imbécil", ser  reo ante el Sanedrín; y el que le llame "renegado", ser  reo de la gehenna

de fuego. |v23 Si, pues, al presentar tu ofrenda en el altar te acuerdas entonces de que un hermano tuyo tiene algo

contra ti, v24 deja tu ofrenda allí, delante del altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano; luego vuelves

y presentas tu ofrenda. v25 Ponte enseguida a buenas con tu adversario mientras vas con él por el camino; no

sea que tu adversario te entregue al juez y el juez al guardia, y te metan en la cárcel. v26 Yo te aseguro: no

saldrás de allí hasta que no hayas pagado el último céntimo. v27

(Mt 5:20-27)

Ama a tu hermano como a Dios. Eso no es idolatría, es obligación. Amale pues con todas

fuerzas, con toda tu mente, con todo tu corazón. Amale con pasión y ternura. Amale con

dedicación y con entrega. Amale con respeto, con exigencia y con verdad. Amale desde la

gratuidad. Amale incondicionalmente.

Amale para que sea, para que crezca, para que viva. Amale para que ame, para que viva

enteramente en el amor.
Amale con la palabra, con el sentimiento y con las obras. Amale con la boca, con las manos y

con el corazón. Amale con el cuerpo, con la sangre y con el alma. Amale con servicios y

sacrificios. Amale con el silencio. Amale con la presencia y con la ausencia. Amale con todo

amor.

Ama a tu hermano como a Dios. Eso no es pretensión ni locura, sino el mandamiento de Jesús.

Amale con todo el amor que Dios ha derramado ene tu corazón. Amale como un Dios a Dios.

Amigos cursillistas vamos a echar mano de la fiesta del domingo pasado...La Transfiguración.

Se trata hoy de Mirar al cielo y contar estrellas. ¿Para qué nos puede servir esta imagen hoy?.

Es bueno que en pleno ejercicio cuaresmal se nos presente esta imagen gloriosa de jesús. es para

que fijemos bien en él nuestra mirada y recordemos esta figura en momentos bien distintos. Es

para que conozcamos cuál es la meta que esperamos, "la herencia"...que nos está reservada (I

Pe 1,4). Es para que nuestra fe y nuestra esperanza se enciendan en esa "antorcha" que brilla en

lugar oscuro, hasta que despunte el día y el lucero de la mañana nazca en nuestros corazones (2

Pe 1,19).

Tenemos que agradecer a Lucas la pincelada de la oración. Jesús subió a la montaña para orar.

Y mientras oraba se transfiguró

Para Jesús la oración no es obligación es necesidad.


Jesús subió al monte para orar.

Es un espacio gratuito que se reserva y que


dedica al Padre.

Es como la ansiada y graciosa presencia del


amor.

Es la necesidad de respirar a pleno pulmón


el viento del Espíritu.

Es el hambre de Palabra, urgencia de


escucha y asimilación.

Es el deseo de revisar su vida a la luz de esta


palabra.

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