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Cortos

Estaba sentada en mi habitación…solo tenía puesto un short y una playera sin mangas, era
el peor día de mi vida…el día en el que quería morir y no volver a levantarme nunca más…

Era el día que el amor de mi vida se casaba…pero con otra…Harry Edward Styles…su
nombre resonaba en cada parte de mi ser, cada fibra de mi piel estaba marcada con su
nombre…era inevitable, estaba loca e irrevocablemente enamorada de él, pero era un
amor que no podía ser, uno que estaba condenado al anonimato y al ser olvidado en la
soledad de esta casa, en donde habíamos vivido los momentos más felices de mi vida.

Harry es un arquitecto famoso, conocido por diseñar e implementar las casas de todos los
famosos aquí en la ciudad, vivíamos en Los Ángeles, California…ciudad donde residían
muchos de los mejores actores y actrices de Hollywood, todos eran sus clientes, Harry era
un excelente profesional, además tenía estudios como arquitecto paisajista se dedicaba a
construir los jardines más hermosos de todo el mundo, a mi precisamente me había
venido a construir el mío, en el patio de mi casa, ese día jamás lo podré olvidar…

Estaba sentada en mi escritorio, soy abogada, revisaba muchos casos importantes que
tenía, era sábado por la mañana, estaba o un poco fanática o loca por trabajar en los fines
de semana, pero me gustaba hacerlo, aun más si era un caso interesante, estaba
revisando el expediente de una madre soltera que era abusada por su ex novio, el tipo la
golpeaba constantemente y hasta estuvo a punto de matarla frente a su pequeño de solo
3 años…

Estuve sentada estudiando los papeles por muchas horas, cuando el timbre sonó…fui a la
puerta tranquilamente, cuando abrí, mi vida cambio, lo supe en el instante, el ser humano
más hermoso del mundo estaba parado en mi puerta.

-Buenas tardes- me saludo con una voz y un acento atrapante

-Bue…buenas tardes- salude un poco nerviosa

-Mi nombre es Harry Styles, soy el arquitecto paisajista que le construirá su jardín.

-Ah…pase pase- dije más nerviosa aun.

Entro a mi casa y mi vista solo podía seguirlo a él…estaba vestido casual pero muy
elegante a la vez, mis ojos lo estudiaban con detención, mi boca estaba entreabierta por
ver a tan magnífico hombre justo parado en mi sala de estar, él me miro pensativo y soltó
una risita. Salí de mis ensoñaciones y trate de hablar lo más fluido posible.

-Bueno y ¿qué es lo que hará primero señor Sty…


-Solo Harry, por favor- me dijo aun más sexy, demonios!!

Como existían este tipo de hombres…donde estaba su fabrica para ir por uno.

-Bien…Harry, dime ¿qué es lo que planeas?

-Primero debo ver el lugar

-Entonces sígueme

Recorrimos mi casa, hace solo algunas semanas me la había comprado, era muy espaciosa
y tenía muchos cuartos, además de un patio gigantesco, pero todo el enorme lugar estaba
en bruto, por eso había llamado a esa empresa de construcción de jardines, quería tener
un pequeño edén en mi casa, cuando me comunique me dijeron de inmediato que el
arquitecto debía de ir a diseñar el lugar y que de ahí recién podrían empezar a construir,
agradecí cada vez que lo veía el que las cosas fueran así.

-mira este es el lugar- le dije saliendo a la terraza

-¡Woow!- exclamo él- es bastante grande, podríamos hacer muchas cosas en este espacio-
tenía un maletín en sus manos, no me había fijado, saco una libreta de su maletín y se
sentó en uno de los sillones-. Entonces señorita, dígame ¿qué es lo que quiere?- en sus ojos
me penetraban como dos hermosas y dolorosas dagas en mi cuerpo, me sentía extraña, mi
cuerpo reaccionaba a cada mirada, era como si me excitaran.

-Mi nombre es Lucy-

-Entonces Lucy, dime ¿qué es lo que quieres?

-A ti- dijo mi mente- mmm…quiero algo parecido al Edén-

Una gran sonrisa apareció en su rostro, demonios como podía ser tan hermoso, su gesto
había acrecentado la extraña sensación que presentaba.

-Entonces eso es lo que te daré, tendrás el jardín más bello de Los Ángeles, eso te lo puedo
asegurar- una gran sonrisa apareció, nos miramos y ambos sonreímos, yo no pude
contener la mirada y gire mi cara para esconder mi ojos en mi cabello, sus miradas me
hacían sentir nervios, me sentía como una quinceañera a mis 24 años…era imposible.

Los días fueron pasando, una semana después salí de vacaciones y los trabajos en mi casa
comenzaron, Harry iba a ver la obra a diario y a verificar que todo marchara bien, cada vez
que me visitaba conversábamos siempre un poco más, mi corazón latía desbocado cada
vez que lo veía llegar a mi casa, era increíble lo hermoso y excelente profesional que era,
con el pasar de los días nuestras conversaciones fueron pasando a un plano más personal.
Un día que Harry estaba delimitando las zonas para las jardineras se me ocurrió hacer la
pregunta más brillante del mundo…

-Y…me imagino que un arquitecto tan bueno como tú debe tener una mujer esperándolo
en casa- su expresión se torno un poco amarga, me miro una vez y continúo haciendo su
trabajo.

-Digamos que si la tengo

-¿Cómo es eso?

-Así como te lo digo- rio

-Disculpa no debería haber preguntado- tal vez me precipite

-No, no te preocupes, podríamos decir que mi “novia” es algo fría y calculadora, no es


alguien de contacto o de piel

-Ella no te trata bien ¿cierto?- me miro contrariado pero solo asintió

-Que lastima, con alguien como tu yo…- hay por dios ¡que estaba diciendo! Me sonroje
inmediatamente al tomarle peso a mis palabras, ¿Le estaba coqueteando?

-En su tiempo ella era la mujer perfecta, pero cuando entro a trabajar a una multinacional
su corazón se volvió frío y materialista, nunca más fue como la mujer que conocí

-Y ¿Cuánto tiempo llevas con ella?

-Unos 6 años, nos vamos a casar a fin de año- demonios estábamos en octubre, no faltaba
mucho

-¡Woow! Bastante…y ¿Tu cuantos tienes?

-25 y ¿vos?

-Yo 24

-Yo he estado hablando como una cotorra y tu no me has contado nada, dime ¿Quién
eres?- dijo mirándome fijo a los ojos, cada vez que lo hacía mis piernas flaqueaban

-Yo…bueno, termine de estudiar hace 2 años y me vine a California a probar suerte, antes
vivía en Memphis, Tennessee con mi madre

-Y tu… ¿Tienes novio?- pregunto evadiendo mi mirada, parecía nervioso


-No…-reí- para una abogada es muy difícil conseguir novio, todos te ven como que eres
superior

-¿Eres abogada?- me pregunto divertido

-Sí, ¿Acaso no lo parezco?- respondí con otra pregunta

-Es solo que te vez tan…delicada, inocente y pequeñita- su mirada me recorrió, miles de
corrientes se esparcían a medida que sus ojos me tocaban- Que no te imagino peleando en
una corte

-Si…me especializo en maltratos menores, pero casi siempre coopero en todo lo que puedo,
además trabajo como asociada en un bufete del centro de la ciudad.

Así pasábamos la mayoría de las tardes hablando de todo lo que se nos ocurriera, a la
segunda semana, Harry me dijo que iba a despachar a todos los obreros y que el mismo se
encargaría de construir mi jardín, sonriendo me dijo que lo había tomado como un
proyecto personal, así que lo tendría mucho más tiempo por mi casa. Como agradecí
cuando me lo dijo, el estar con él era algo genial, no podía negar la inmensa atracción que
sentía hacia él, mi cuerpo reaccionaba de inmediato al tenerlo cerca…con cada día que
pasaba nos hacíamos más cercanos, pronto comenzaron las invitaciones a desayunar,
almorzar y cenar en casa; Harry era un hombre muy divertido y me hacía sentir en las
nubes solo con halagarme. Estaba mal que se pasara todo el día en mi casa, pero yo no era
quien para impedírselo…si además era yo la que más lo quería allí.

El día domingo de la tercera semana estaba muy triste, Harry llego y entro por la puerta de
la terraza como solía hacer casi desde el principio, el decía que era para no incomodarme,
estaba tirada en mi cama, hoy no tenía ganas de nada…mañana entraba al trabajo y
Harry me había dicho que el día anterior que esta semana terminaba el jardín, así como
estaba yo ya lo veía como un paraíso, pero me hubiera encantado que siguiera trabajando
en casa, después de esto ya no lo vería más…mi corazón se sentía acongojado solo de
pensar en eso…

-¡Lucy!- me llamo del estar…- ¡¿Lucy donde estas?!- me levante, no quería que Harry me
viera en estas fachas, tenia puesta una polera de satín que apenas me tapaba lo necesario
y unas bragas del mismo material que también tapaban solo lo necesario…me estaba
parando de mi cama cuando alguien empujo la puerta me quede estática…Harry estaba
parado en el marco de la puerta mirándome con sus hermosos ojos abiertos como platos.

-Hay perdón…cuan…to lo siento- dijo pero ni su expresión ni su cuerpo reaccionaban su


respiración se puso rápida…el me examino con su preciosa vista y sentí su mirada
recorrerme aun más fuerte. Sus ojos se tornaron oscuros y examinaron cada parte de mi
figura, mi contextura siempre había sido delgada pero tenía mis curvas muy bien
delimitadas, mis pechos eran de tamaño medio al igual que mis caderas y con la camisola
que usaba no dejaba nada a la imaginación.

Tome la bata por inercia y me la coloque…mis mejillas se sonrojaron, pero mi cuerpo


estaba demasiado extasiado por sentir sus ojos, si sus miradas me excitaban no podía
pensar lo que haría sus manos. Salí nerviosa de la habitación, Harry se puso a preparar el
desayuno ya era costumbre que casi todos los días que venía lo tomábamos juntos.

El lunes llego y por ende debía entrar al trabajo, cada día que llegue a casa Harry ya no
estaba, por la cantidad de trabajo que teníamos había salido todas las tardes, ya era día
viernes y hace 4 días que no lo veía, estaba nerviosa, muy ansiosa y extrañaba más que
nunca el verlo, me sentía como enamorada, tal vez me había enamorado de Harry sin
darme cuenta…no pude resistirme más. De mi oficina llame a su celular, marque y espere
en línea, tal vez no me contestaría porque era demasiado temprano…espere y espere,
hasta que alguien contestaba…

-¿Diga?- dijo la voz somnolienta de una mujer.- ¿Bueno? ¿Quién habla?- dijo la mujer al
ver que yo no contestaba…mi corazón se oprimió de manera alarmante, era ella, su mujer,
su novia…colgué el teléfono de inmediato, miles de lagrimas comenzaron a rodar por mis
mejillas, tenía una horrible sensación en el pecho, me había dado cuenta que el jamás
seria algo mas, el se iba a casar, tenía a su mujer y yo no cabía en su vida…tenía que
alejarme antes de enamorarme más.

La tarde paso lenta y tortuosa, como a las 20 ya habíamos terminado todo, mi celular sonó
y era de un número desconocido, conteste y las cosas que tenía en mis manos cayeron al
suelo.

-¿Lucy?- dijo con esa voz tan sexy

-¿Harry?- dije en un susurro.

-Lucy no sabes el gusto que me da el escucharte, necesito verte…por favor

-Si claro…yo…yo estoy saliendo de mi trabajo…

-Bien entonces paso por ti…

Le di la dirección y en menos de 20 minuto estuvo en la puerta del edificio donde estaban


las oficinas del Bufete, el manejaba un hermoso mercedes negro, cuando salí del edificio él
estaba apoyado en el auto con las manos en los bolsillos, se veía irreal, una sonrisa se
desplego por su rostro al igual que por el mío, me ponía demasiado feliz verle, lo
extrañaba demasiado…

-Lucy- dijo y se acerco a mí…- tantos días que no nos vemos, te llame porque te tengo una
sorpresa…

-¿Cuál?- le dije

-Ven conmigo…

Nos subimos al mercedes y cuando vi el camino que tomo supe de inmediato a dónde
íbamos… a mi casa.

-Ponte esto en la vista…- dijo cuando nos bajamos ya era de noche estaba muy oscuro pero
aun así podía ver esa arrebatadora sonrisa- te aseguro que no te arrepentirás…

Me puse el pañuelo que me paso y él me agarro de la mano, mi corazón latió desbocado


ante su contacto, la piel se me puso chinita solo de sentirlo cerca…demonios como podía
producir tanto, caminaba a tientas, el se puso detrás mío y me guio hacia dónde íbamos,
mi piel estaba que exploraba, podía sentir cada partícula de su pecho en mi espalda, era la
sensación más placentera del mundo, caminamos por un poco mas y nos detuvimos.

-¿Dónde estamos?- pregunte

-Shh…ya verás…espera un poco- sentí que se alejo, movió algunas cosas y nuevamente se
acerco a mi pero ahora estaba pegado en mi espalda, mi mente comenzó a maquinar
millones de cosas, una de ellas era de los dos en una cama….mi centro se hizo agua ante
esta imagen….mis piernas comenzaron a flaquear, cuando explote en sensaciones fue
cuando paso una mano por mi cintura…no me pude contener, mi cuerpo estaba rendido
ante la sensación de placer que me daba el que me tocara.

-Ahora…mira…- dijo y me quito la banda de mis ojos, pestañe muchas veces, la luz no era
intensa pero mis ojos no se acostumbraban…cuando por fin pude ver, mi boca cayo y mis
ojos se llenaron de lagrimas, estaba en el Edén…en mi Edén.

-¡Harry! Esto…esto es maravilloso- dije solo en un susurro, era el jardín más hermoso del
mundo, tenia flores y arboles por doquier, además de unas cuantas bancas y una pileta en
el medio, estaba alumbrada por unos cuantos reflectores que la hacían verse más
imponente, el jardín completo estaba adornado con unas luces amarillas, tenían unas
pantallas estilo japonés que hacían que la luz se viera mas suave…

-Es para ti…aquí esta lo que te prometí…bienvenida a tu Edén…-dijo en un susurro en mi


oído, cerré los ojos, la sensación fue demasiado intensa.
-Harry…-solté en un suspiro con su nombre entrelazados…

Él me tomo de la mano y me llevo a recorrer el jardín, estaba maravillada con todo, era
perfecto, mejor de lo que lo había imaginado, el había hecho mi sueño realidad, era un
hombre con un enorme talento, pero aun así un sentimiento de tristeza me invadió,
terminado el jardín, su trabajo ya estaba terminado, por lo tanto no lo vería mas, al pensar
en esto mi expresión cambio drásticamente.

-¿Qué pasa?... ¿No te gusto?- dijo con algo de desconcierto en su rostro, me gire y por
primera vez me permití un contacto de piel…tome su mejilla en mi mano, me sorprendí al
ver que el la ponía y cerraba sus ojos… ¿estaba disfrutando?

-Es solo que… terminado el jardín…término tu estadía en esta casa…- dije casi llorando,
tenía el corazón dolido ante tal sentimiento, me gire y él me lo impidió, me agarro de la
cintura y me miro con sus hermosos ojos…

-Lucy… lo siento, pero no pudo más…

Termino la frase y sus labios se plantaron en los míos, me quede estática, pero en un
segundo reaccione y pase mis brazos por su cuello, el paso los suyos por mi cintura y me
pego a su cuerpo… ahí me sentí perdida, sabía que después de este beso el amor que
sentía no podría ser negado…su lengua pidió mi permiso, inmediatamente comenzamos un
beso apasionado, sus manos viajaron por mi espalda y mi cintura, me apretaba cada vez
que podía a su cuerpo.

-Perdóname, pero ya… ya no puedo evitarlo- dijo con su respiración entrecortada y su


frente pegada a la mía.

-Shh… no te sientas culpable, esto lo deseaba tanto o más que tu…- tomo mi cara y me
beso aun con más pasión, el jardín del Edén era nuestro único testigo. Los besos se fueron
profundizando cada vez más…las sensaciones cada vez eran más intensas, no podía
negarlo, el me hacía sentir mujer, me hacía sentir deseo y pasión, pero a la vez un inmenso
amor…

-Te amo…- me susurro entre nuestros veces, su expresión era tortuosa, parecía haber
estado sufriendo mucho por no poder decirlo…

-Yo también te amo…- dije y en sus labios se dibujo una sonrisa… ese fue el detonante para
que explotáramos… llegamos a un punto en donde sabíamos que no había vuelta atrás.

Harry me tomo por la cintura y me sentó sobre él, nos acercamos a una banca y caímos
sentados, los besos eran cada vez mas apasionadas, al estar en esa posición mi cuerpo
tenía contacto directo con su miembro, mi espalda se arqueo de sobre manera al sentir la
enorme erección que tenia, el me deseaba tanto como yo a él…

-Lucy… ya no puedo parar…no quiero… quiero que seas mía.

-Y yo quiero ser tuya…hazme el amor Harry.

Dicho esto nuestra entrega comenzó… Sus manos viajaban seguras por los botones de mi
blusa, descubrió mis senos que solo eran cubiertos por un corsés de color negro, ese día
llevaba falda por lo tanto me había puesto corsés, con medias a la mitad del muslo con
sujetadores que se afirmaban al corsé… agradecí internamente por vestirme así. Al mirar
mi corsé Harry se relamió los labios en un gesto demasiado sensual, sus manos acariciaron
el corsé y besaron cada parte de él, me quite rápidamente la blusa y me puse de pie para
que mi falda cayera al pasto, solo en mi ropa interior él me tomo y me sentó nuevamente a
ahorcajadas… un gemido bastante audible solté al sentir su erección ahora más dura que
antes…era mi turno.

Sentada en esa posición desabotone su camisa, un torso con un hermoso tatuaje de una
mariposa en la boca de su estomago y medianamente tonificado pecho. Harry tenía varios
tatuajes que imagino que se hizo de adolescente, pase mis manos por su suave espalda, él
me acaricio la mía hasta la base de la misma…

-Eres hermosa…

-Tu igual… para mi eres el más hermoso- le dije y me acerque a sus labios, pase mi lengua
por la base de su boca y el con sus manos me apretó más a su beso, era apremiante y
necesitado, por sus movimientos y por el tamaño de su erección sabía que estaba muy
excitado… mi cuerpo se comenzó a enfriar y mis pezones se mostraron duros atrás del
corsé, Harry los miro con deseo y me dijo

-Es hora de entrar, no quiero que te resfríes…

Dejamos la ropa afuera y sentada sobre él me llevo a mi habitación. Al llegar me deposito


suavemente en mi cama y comenzó a besar mi cuerpo, desde mi cuello hasta mi pecho, me
levante un poco y el deslizo hacia afuera el corsé, me vi desnuda ante sus ojos, el sonrío y
siguió su camino, beso mis pechos, deteniéndose en mis pezones, sus dedos acariciaban y
besaban cuanto podía, sus masajes y lamidas aumentaban mi excitación, mi centro estaba
muy húmedo y expectante…

Mi hermoso arquitecto siguió trabajando en mis pechos, sus constantes caricias y


mordidas me hacían gemir y sentirme en las nubes, una mano tibia se deslizo por mis
bragas y llego a mi centro, sentí una corriente que me recorrió por completo

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