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EL PALEOLÍTICO MEDIO.

El último periodo glacial, el Würm (110.000-11.500 adP), es el mejor conocido del


Pleistoceno. Además aparece relacionado con un hecho extraordinario: hacia el
71.500 a. C. se produjo en Sumatra la erupción del volcán Toba, la de mayor
magnitud en los últimos 100.000 años. El polvo y los gases emanados a la atmósfera
sumieron al planeta en la oscuridad y el frío; de hecho se piensa que aunque no fue la
causa de la última glaciación, que ya se había iniciado antes, la erupción del Toba
pudo agudizar el proceso de bajada de las temperaturas a nivel global.
Las frías condiciones del clima europeo en el periodo anterior hicieron de
Heidelberguensis una nueva especie, el Homo Neardenthalensis (230.000-28.000 a.
C.), que vivió en Europa y Asia Occidental. Era robusto, con un cuerpo adaptado al
frío, que no obstante era cubierto con pieles trabajadas. Algunos autores opinan que
desarrolló un lenguaje relativamente similar al del hombre moderno, mientras que
otros piensan que no estaba capacitado para ello. En 2010, los estudios del equipo
liderado por S. Pääbo revelaron que hubo un cruce entre neandertales y Sapiens (el
hombre actual) en Oriente Medio, hace unos 80.000 años, dejando una pequeña
huella genética en todos los humanos excepto en los africanos.

El Neandertal practicaba la recolección de frutos silvestres, el marisqueo y la caza


masiva de grandes animales por emboscada o despeñamiento. Esta especie se asocia
además a una de las primeras casas conocidas, la de la cueva de Lazaret (180.000-
130.000 b.p.) en el sur de Francia, un alineamiento de rocas para soportar postes de
un cierre de pieles. Su patrón de movimiento era radial, con una cueva principal
usada durante todo el año desde la que se desplazaban a sitios auxiliares más
especializados.
Parece que en época de escasez daban muerte a miembros de grupos ajenos para su
consumo, por lo que eran caníbales1. Existen ejemplos de sepulturas de neandertales
anteriores al Paleolítico Superior. Algunas tienen la función de proteger a los
cadáveres contra los carroñeros, pero otras parecen demostrar una preocupación por
la vida tras la muerte:
- En Le Moustier fue enterrado un varón adolescente cuyo cuerpo fue rociado con
1
http://paleoantropologiahoy.blogspot.com.es/2013/01/modos-de-vida-de-los-neandertales.html
ocre rojo 2, sustitutivo ritual de la sangre, y por ello mismo símbolo de la vida.
- En la Cueva de Shanidar, situada en los Zagros (Kurdistán iraquí), han sido
hallados varios cadáveres de neandertales. Uno de ellos, un hombre de entre 35 y
40 años fue enterrado en posición fetal sobre un lecho de tejido. Esta forma de
colocar el cuerpo ha sido relacionado con la esperanza en un renacimiento tras la
muerte. A juzgar por las muestras de polen tomadas y la distribución de los
granos, parece que el cuerpo fue cubierto de flores medicinales, por lo que se
especula con que el cuerpo enterrado fuera el de un chamán.

- En La Ferrasie fueron hallados los cadáveres de un hombre, una mujer, dos niños
y tres bebés. La mujer aparece en tal posición que podría haber sido atada antes
del enterramiento. Para M. Eliade se trata de una preocupación contra el eventual
retorno del muerto.
Pudo existir también algún tipo de ritual funerario. En Chapelle-aux-Saints fue
enterrado un neanderthal apodado como El Viejo. El Viejo tenía una rodilla
deformada y un dedo del pie aplastado; además padecía de artrosis y probablemente
también de sordera. El estado en el que se encontraba lo hacía dependiente del resto
de sus parientes, que probablemente tuvieron que cuidar de él. Junto a su cuerpo
aparecieron huesos de animales, lo que no constituye un caso aislado en los
enterramientos neandertales. Para algunos autores se trata de restos de banquetes
rituales u ofrendas. También pueden ser interpretados como ofrendas los objetos que
a menudo aparecen junto al cadáver.
Además del ritual funerario, existe la hipótesis de que el neanderthal haya practicado
algún tipo de culto relacionado con el oso de las cavernas, a juzgar por las calaveras
de oso que los neandertales del yacimiento de Drachenloch (Suiza) colocaron en
nichos a lo largo de la pared de la cueva. En el mismo lugar fue encontrada un arca de
piedra cargada de cráneos de oso y cubierta con una losa. Un hallazgo similar se
produjo en Regourdou (sur de Francia) donde los cráneos yacían en un foso también
cubierto por losa.

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ME.

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