Está en la página 1de 5

EJE 2: RAZÓN INSTRUMENTAL / RAZÓN REPRODUCTIVA-CONVIVENCIAL

“La irracionalidad de lo racionalizado. Comentarios metodológicos sobre la


racionalidad instrumental y su totalización”

El primer escrito de este eje se denomina “La irracionalidad de lo racionalizado.


Comentarios metodológicos sobre la racionalidad instrumental y su totalización” publicado
en 1995.

Hinkelammert empieza afirmando que existe un problema en la racionalidad económica en


nuestro tiempo, y es que muchos empresarios solo ven o perciben la eficiencia y la
racionalidad económica sin tener presente que afuera de su mundo se presencian muchos
desajustes como la destrucción creciente del ambiente y la pauperización de una gran parte
de la población como resultado de ese hecho. Entonces lo que se llega a presenciar con ese
pensamiento es que se celebra esa racionalidad y esa eficiencia pero en el fondo se está
destruyendo la base de nuestra vida y sin embargo no se llega a reflexionar sobre los
verdaderos conceptos de racionalidad. Es como cuando dos empresarios que se encuentran
sentados cada uno en un árbol, sobre una rama y están cortándola, entonces según esos
conceptos errados de racionalidad y eficiencia, el más eficiente será el que corte la rama
más rápido y aunque caiga, el primero habrá sido el que gane, pero esa eficiencia no es ni
eficiente ni esa racionalidad es racional.

Lo que Hinkelammert dice es que la eficiencia y la racionalidad son consideradas como los
aportes de la competitividad y en nombre de la competitividad son transformados los
valores supremos y lo que hace es eliminar de la conciencia el sentido de la realidad que
ahora la percibimos como una realidad virtual. Es decir que, por ejemplo, el trigo aunque
sea un alimento y este, pues, alimente, no debe ser producido si su producción no llega a ser
competitiva, igualmente una chaqueta que aunque proteja del frio y la lluvia, no debería
tampoco ser producida si su producción no es competitiva, y con esas afirmaciones sobre
las cuales se manifiesta el criterio de competitividad, se borra el valor de uso de las cosas, y
sin embargo esto no solo se queda ahí sino que llega a extenderse sobre todos los valores de
la vida ya que en ese sentido una cultura humana que no es competitiva debe desaparecer, o
niños que previsiblemente no vayan en un futuro a hacer trabajos competitivos entonces no
deben nacer, es decir, el dominio de esa competitividad no admite ninguna clase de acción
frente a los efectos destructores que produce y ni siquiera deja verlos. Esto que dije
anteriormente es para Hinkelammert la irracionalidad de lo racionalizado, que es a la vez la
ineficiencia de la eficiencia.

Después Hinkelammert pasa a hablar sobre la teoría de la acción racional en la tradición de


Max Weber que es un concepto de acción racional formulado por él, pero a la vez es el
concepto que subyace a la teoría económica neoclásica formulada en el mismo período,
aunque un poco más temprano.

Entonces, este concepto de acción racional correspondiente a esta teoría económica concibe
la acción como una acción lineal. Es decir que vincula de forma lineal los medios y fines
para definir la relación más racional para poder juzgar de mejor manera los medios
utilizados para conseguir unos fines determinados. Aquí entonces, el criterio de
racionalidad formal hace juicios sobre la racionalidad de los medios según un criterio de
costos: es decir, el lograr un determinado fin con el mínimo de medios.

Peeero, esos fines no pueden ser fines generales, como por ejemplo el honor de la patria o
la grandeza de la humanidad, deben ser exclusivamente fines específicos como los
realizados por la actividad del ser humano, en especial los fines de las empresas. Pueden ser
productos como zapatos o automóviles o servicios como el lavado de ropa o las funciones
ejercidas por un banco, porque para alcanzar esos fines hay que usar medios. Para producir
zapatos se requiere cuero, que es un medio para lograr el fin de su producción, asimismo
para producir un mueble, pues se necesita madera. Además de que cualquier fin tiene como
medio necesario el trabajo humano, medido, pues, en horas de trabajo. Entonces es de esta
manera como se vinculan los medios y los fines de forma lineal. Así, el medio no es un fin,
sino que el fin decide sobre los medios.

En esta teoría de la acción racional, la eficiencia se refiere al juicio acerca de los costos de
los medios respecto al fin que se busca lograr y sólo es cuantificable si tanto los fines como
los medios son expresados en términos monetarios, es decir que el fin y los medios tienen
ahora precios y la realización del fin es eficiente si se logra que cuyos costos, medidos en
precios, sean inferiores al precio que tiene el fin alcanzado.
Ahora, la relación medio-fin se transforma en la relación costos de producción-precio del
producto y la eficiencia se puede medir ahora cuantitativamente por la rentabilidad del
proceso de producción. ¿Qué quiere decir? Entiendo yo, que el proceso de producción es
rentable si hay una ganancia al final, lo que indicaría que el precio del producto supera sus
costos de producción, pero si estos son más altos que el precio del producto, entonces
habría una pérdida. Y son los mercados el lugar en el que se entrelazan unos con otros y ese
entrelazamiento es una relación de lucha en la que las diversas empresas se encuentran,
lucha que se llama competencia, y es la instancia que decide acerca de la eficiencia de cada
uno de los productores. Aquí el que gana demuestra que es eficiente y nuevamente todo se
resume en la competitividad y la eficiencia.

Después Hinkelammert pasa a hablar de los juicios de hecho que no son juicios de
racionalidad medio-fin, entonces toma el ejemplo que mencioné anteriormente, el de los
dos empresarios que están cortando la rama sobre la que están sentados y es que aquí se
halla un resultado bastante curioso.

Estos dos personajes se están guiando por una relación medio-fin lineal. El trabajo que
están ejerciendo y los serruchos son los medios y el fin es, entonces, cortar la rama. Aquí,
en términos de la teoría formulada por Weber se trataría de una relación racional. Se puede
decir que el trabajo que ejercen es adecuado y que el serrucho está bien afilado y con eso se
determinaría el resultado que sería lograr cortar la rama, pero, cuando el empresario logra
su fin, este cae y muere. En ese momento, él ya no puede tener más fines, es decir, en la
realización del fin de la acción, el propio fin se disuelve.

Aquí existen dos posibilidades. En la primera, el empresario que muere como resultado de
la acción medio-fin en la que corta la rama sobre la cual se halla sentado, puede saber que
ese será el resultado de su acción o sea que estaría cometiendo intencionalmente un
suicidio, pero ese resultado no es el fin que buscaba. El fin era cortar la rama pero el
resultado fue el suicidio.

Entonces, en la teoría de la acción formulada por Weber, los fines pueden ser productos
materiales o servicios. Sin embargo ¿a cuál de los dos pertenece el suicidio como fin?
Porque fines son, por ejemplo, la producción de zapatos, un servicio, o la atención médica
es también un servicio si nos ayuda a curar una enfermedad; no obstante, se podría también
cuestionar esa ayuda médica si es para un servicio como la eutanasia ya que en la
realización de este servicio el paciente deja de existir. Porque si el médico que opera el
apéndice falla en su servicio, el paciente muere pero en tal caso se trata de un servicio
malogrado. En el caso de la eutanasia la muerte sería un éxito médico.

Entonces la muerte del empresario podría ser un éxito de una acción racional, pero es
posible que los empresarios que cortan la rama sobre la que están sentados no tengan
conciencia del hecho de que con el éxito de su acción caerán y morirán y en ese caso, su
muerte sería un efecto no intencional de su acción medio-fin. Entonces siempre se va a
tratar de un suicidio, aunque éste sea no-intencional porque el actor muere como
consecuencia de su propio acto que es racional en términos de la teoría de la acción
racional.

Yo comprendería esto como que para que yo pueda vivir, tengo que vencer al otro.

Entonces actualmente no se trataría simplemente de un “espíritu de superación”, como


muchas veces se pretende creer, sino de una práctica o una ideología de la lucha en pos de
la eficiencia y en la esfera del mercado lo que prevalece es esa racionalidad, de cómo llego
a ser un ganador extremando la lógica creyendo que “yo me realizo, yo logro la posibilidad
de mi vida, quitándole a otro esa misma posibilidad”, aunque lo segundo no sea
necesariamente una acción intencional.

Y hoy en día nuestra sociedad no solamente promueve esta racionalidad en cuanto


racionalidad de la eficiencia productiva en las empresas, sino que se trata de una
racionalidad que se ha generalizado a todo el accionar social, una racionalidad en la cual yo
logro mis metas venciendo al otro, sin pensar que el resultado de mi fin no sea el deseado.

Ahora Hinkelammert pasa a hablar sobre El sentido de la acción racional, aquí se añade un
nuevo término, la acción racional social que Weber la define como una acción donde el
sentido de los sujetos está referido a la conducta de otros.

En el ejemplo de la competencia entre los dos empresarios que cortan la rama sobre la cual
están sentados, tratando cada uno ser el más eficiente y cortar su rama primero, se nota con
claridad una acción racional social. El sentido estaría en la superación de la eficiencia del
otro en su carrera competitiva ya que uno refiere su acción a la conducta del otro.

Sin embargo esta acción social, no tiene sentido. Porque cortar la rama de un árbol puede
tener sentido como acción social si el actor cortara otra rama, no sobre la que está sentado,
para tener por ejemplo leña para llevar a su casa y podría ser entendida por la racionalidad
medio-fin y cuyo fin puede ser entendido por la racionalidad como la preocupación por el
bienestar de su familia. Pero si la que corta es la rama sobre la que se encuentra sentado
pues no hay sentido posible.

La acción podría tener sentido para otros, no para él porque la teoría de la acción se hace a
partir de los actores y el actor que corta la rama sobre la que está sentado nunca podría dar
sentido a su acción. En cambio, si corta una rama sobre la que no está sentado, su acción
tendría un sentido potencial. Podría hacerlo para tener leña, para construir un mueble,
etcétera. Pero para que tenga un sentido potencial, su efecto −sea éste intencional o no− no
debe ser el suicidio que es al fin al que llega.

No obstante, si el suicidio, como lo mencioné antes, es un efecto no intencional de una


acción de racionalidad medio-fin, aparecen sentidos contrarios de la acción. Como que el
actor que corta la rama sobre la que se halla sentado, puede no saberlo. Pero su propia
acción contiene objetivamente un sinsentido del cual no tiene conciencia, y que se deriva
del hecho de que está cometiendo de modo no-intencional un suicidio. Entonces, interpreta
su acción como una acción medio-fin racional con sentido subjetivo, sin embargo, su
acción no tiene ningún sentido racional potencial.

Y ya, en general de esto es de lo que se habla en este escrito de Franz Hinkelammert

También podría gustarte