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Volcanes

POR REDACCIÓN NATIONAL GEOGRAPHIC


Los montículos en forma de montañas que asociamos con los volcanes
son lo que queda después de que el material arrojado durante las
erupciones se haya amontonado y endurecido alrededor de la
chimenea volcánica. Esto puede suceder durante un periodo de varias
semanas o durante muchos millones de años.

Una gran erupción puede ser extremadamente peligrosa para la gente


que vive cerca de un volcán. Se pueden liberar flujos de abrasador lava
que pueden superar los 2.000 grados Fahrenheit, quemándolo todo a
su paso incluyendo ciudades enteras. Rocas de lava endurecida
pueden llover sobre las ciudades. Los ríos de lodo procedentes de
nieve que se derrite rápidamente pueden arrasar montañas y valles y
enterrar ciudades. La ceniza y los gases tóxicos pueden causar daños
en los pulmones y otros problemas, especialmente a los niños y a los
ancianos..

Unos 1.900 volcanes se consideran activos en la Tierra lo que significa


que muestran algún nivel de actividad y es posible que vuelvan a
explotar. Muchos otros volcanes se consideran durmientes y no
muestran síntomas de volver a explosionar pero es probable que
vuelvan a estar activos en el futuro. Otros se consideran extinguidos.
¿Qué es un arcoíris?

El arcoíris es un fenómeno meteorológico y se presenta en


forma de arco de luz multicolor, por la refracción de la luz
solar (luz blanca) en las gotas de lluvia que están suspendidas en
la atmósfera. En su manifestación más intensa se pueden
apreciar los siete colores: el rojo en la parte superior o exterior y
sucesivamente el naranja, el amarillo, el verde, el cian (o
turquesa), el azul y el violeta en la parte inferior o interior.

Tipos de arcoíris:
Los tipos de arcoíris dependen de diferentes condiciones
atmosféricas que influyen en el modo de proyección del arco
luminoso, y entre los principales se destacan:

• Arcoíris primario. Es el más conocido y suele aparecer


luego de una tormenta o en zonas de pendiente
de agua que salpican, como una catarata.
• Arcoíris secundario. También denominado “arcoíris doble”,
se forma por encima del arcoíris primario, con los colores
invertidos.
• Arcoíris supernumerario. Es raro de ver y consiste en la
proyección de varios arcoíris, producto de la difracción de la
luz del sol.
• Arcoíris rojo. Conocido también como “arcoíris
monocromo”, se forma después de la lluvia y durante el
amanecer o el atardecer, con el sol ubicado muy bajo o
cerca del horizonte.
• Arco circunhorizontal. También conocido como “arcoíris
de fuego”, aparece en muy pocas ocasiones y se forma a
partir de pequeñas gotas de agua en las nubes cirros, donde
el espectro de colores se proyecta (en lugar de aparecer en
forma de arco).

¿Cómo se forma un arcoíris?


El arcoíris se forma por la descomposición de un rayo de luz
que atraviesa una gota de agua suspendida en la atmósfera.
Cuando un rayo de luz atraviesa una superficie que divide dos
espacios de diferentes densidades (en este caso, el aire de la
atmósfera y la gota de agua), el rayo refracta su recorrido, es
decir, se dobla o cambia ligeramente el ángulo de trayectoria.
Luego se refleja (rebota) en una de las caras en el interior de la
gota y, al salir, el rayo de luz se refracta de nuevo.

El arcoíris puede aparecer en cualquier lugar donde


haya humedad en el aire.
Te explicamos las fases lunares
Descubre el ciclo lunar y los orígenes de los muchos nombres que
recibe la luna llena de cada mes
POR VICTORIA JAGGARD, NATIONAL GEOGRAPHIC STAFF

Cada mes, la Luna atraviesa unas fases, menguando y creciendo en su


transformación constante de luna nueva a luna llena y volviendo a empezar.

En parte, el ciclo lunar ocurre porque la Luna no produce su propia luz. El brillo
plateado que observamos se debe al reflejo de la luz solar sobre la superficie
monocromática de la Luna. Asimismo, la vista que tenemos de la Luna se rige
por un capricho de la gravedad llamado acoplamiento de marea. En esencia, la
Luna tarda casi el mismo tiempo en girar sobre su propio eje que en completar
una órbita alrededor de la Tierra. Esto quiere decir que desde la Tierra siempre
vemos la misma cara de la Luna, aunque ambos lados reciben luz a medida que
la Luna orbita, así que nuestro satélite no tiene una cara perpetuamente oscura.
A medida que la Tierra, la Luna y el Sol realizan su danza orbital, la parte
iluminada de la Luna se ve o se oculta, creando una serie de fases lunares
predecibles. En un mes cualquiera vemos ocho fases diferentes de la Luna,
definidas por la proporción del disco lunar que está iluminada desde nuestra
perspectiva y de si la Luna está menguando o creciendo.

Luna nueva
Durante esta fase, la Luna se encuentra entre la Tierra y el Sol, lo que significa
que la mitad lunar que vemos no está iluminada y la Luna se vuelve
prácticamente invisible en el firmamento. En esta fase solo podemos ver la
Luna durante un eclipse solar.

Cuarto creciente
A medida que aumenta la superficie iluminada de la Luna, se adentra en una
fase conocida como creciente y menos de la mitad parece llena.

Primer cuarto
En esta fase la mitad de la Luna está iluminada y el porcentaje de la superficie
iluminada sigue aumentando.

Luna gibosa creciente


Cuando la Luna está más que medio llena y sigue aumentando la superficie
iluminada, se llama luna gibosa creciente. La palabra «gibosa» procede del latín
y significa «joroba», y se ha utilizado durante siglos para describir formas
redondas o convexas.

Luna llena
En esta fase, la Luna se encuentra detrás de la Tierra respecto al Sol y su cara
está totalmente iluminada. Es entonces cuando a veces podemos ver eclipses
lunares.

Luna gibosa menguante


Esta es la etapa en la que más de la mita de la Luna está iluminada, pero la
superficie iluminada que podemos ver está decreciendo.

Último cuarto
Durante esta fase, solo vuelve a estar iluminada la mitad de la Luna, pero la
superficie visible está disminuyendo.

Cuarto menguante
A medida que se acerca la próxima luna nueva, la Luna vuelve a quedar
reducida a un cuarto y menos de la mitad está iluminada.

Los otros nombres de la luna llena


Las lunas llenas, unas de las imágenes más espectaculares del firmamento y una
inspiración para poetas, artistas y amantes durante milenios, nos ha cautivado de
una forma única. Las lunas llenas ocurren cada 29,5 días aproximadamente, a
medida que la Luna se desplaza hacia el lado de la Tierra que está justo frente al
Sol.

Durante milenios, los humanos han utilizado el movimiento de la Luna para


seguir el transcurso de un año y establecer calendarios para cazar, plantar y
cosechar. Culturas antiguas de todo el mundo han puesto nombres a las lunas
llenas según el comportamiento de las plantas, los animales o el tiempo
atmosférico durante ese mes.

Lunas azules
Las lunas azules no son realmente azules. Aunque la definición exacta ha
cambiado con los años, el término «luna azul» suele utilizarse para describir una
segunda luna llena que aparece en un mismo mes del calendario, algo que
ocurre cada dos años y medio, de media.

Superlunas
La órbita de la Luna alrededor de la Tierra no es un círculo perfecto y su
distancia respecto a nuestro planeta cambia a lo largo de un ciclo orbital.
Cuando una luna llena coincide con un acercamiento, o perigeo, el orbe lunar
parece ligeramente más grande y brillante de lo habitual, lo que nos da lo que se
conoce como superluna.

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